Entrevistas Música

Luis Auserón: «Las compañías discográficas trafican con archivos digitales»

Luis Auserón para Jot Down

El día anterior a la entrevista hubo un Barça-Madrid, como casi todos los días en los últimos tiempos. Los que piensan que hay vida más allá del fútbol siguieron con sus cosas y, en el caso de Luis Auserón, eso se traduce en hacer música, en dar un concierto. En Santander, además, una ciudad en la que se encuentra muy a gusto y donde está preparando su próximo disco. Después del fin de Radio Futura, allá por el año 1992, ha colaborado en grupos y hecho algún dueto con su hermano Santiago Auserón, pero predominantemente ha continuado su carrera en solitario. Le preguntamos por sus sensaciones tras la actuación, en la que tocaron por primera vez los temas que está grabando.

«Muy contento, eufórico. Teníamos algo de miedo porque está todo muy verde, pero una vez que empezamos vimos que la cosa funcionaba nos mirábamos y nos decíamos con los ojos «qué bien”. Y en cuanto al público… hay días que tocas en una sala llenísima, como este jueves que estuve en Madrid, pero en realidad no te hacen tanto caso. Lo de ayer yo lo llamo público selecto; gente con un silencio respetuoso total y que habían ido allí a escuchar música».

Se notaba que estabais disfrutando en el escenario. Canciones nuevas en castellano, versiones en inglés…
Llega un momento en la vida en la que tienes que hacer una selección de lo que realmente importa en la música. Toda selección implica un descarte. Yo me fui en el 76 a ver a los Rolling Stones sin dinero, haciendo autostop, sin alojamiento… y hoy en día me doy cuenta de que no me gusta Hey Negrita. No quiero oírla nunca más, me parece una chorrada. Sólo se quedan las canciones que merecen quedarse en mi estantería y en mi cerebro. Por eso hago los discos de versiones; necesito saber cómo se hacen esas canciones, físicamente. Así te sientes más cerca de ellos, es un verdadero aprendizaje. Podría estar haciendo discos de versiones toda la vida; de Frank Sinatra, de Joy Division

Te gusta prácticamente de todo. Mejor dicho, tienes un gusto muy amplio, de diversos estilos. Por ejemplo Sigur Rós.
Ahora me gusta más Godspeed You! Black Emperor. Sigur Rós ya no me parece tan interesante como era al principio, hacen buen material pero ya no tienen la energía del Takk.

Una vez dijiste que ya solo te gustaba lo que tenga que ver Jimi Hendrix.
Sí, en ese momento me estaban preguntando por el jazz, la fusión, etc. No me interesa nada ni la fusión ni la confusión. Me interesan las cosas claras y que están hechas con un concepto claro, que saben con quién quieren dialogar.

¿Y lo que hizo Enrique Morente con Lagartija Nick, “Omega”?
Eso es otra cosa. Enrique era una persona maravillosa, tenía un carisma alucinante… yo le he conocido poquito pero estando con él se te caía la baba, un maestro, un gurú.

En la escena musical española, ¿ya no quedan artistas de esa envergadura? De los que hay ahora, ¿quién piensas que va a trascender? O, al menos, que a ti te guste.
Que a mí me guste, Nudozurdo. Vi una vez un bolo de Hyperpotamus que me dejó impresionado y también me gusta mucho un grupo de aquí, Los Puzzles. Los grupos así tópicos que se comen el panorama en general a mí no me dicen nada, sin dar nombres.

Está claro que le gusta más la música de fuera. No hace más que nombrarnos grupos extranjeros. Y él lo corrobora, e insiste en lo que nos ha comentado: “Si por mí fuera, estaría todo el día cantando canciones de Joy Division”. Le ponemos en un dilema:

Pesa más entonces Joy Division que Nick Cave en tu balanza.
Cuidado. (Risas) Yo he pasado una fase que estaba un poco enfadado con Nick, pero ya he vuelto al redil. Sobre todo con Grinderman, ya no se puede. Es el mejor grupo del mundo. Últimamente también me ha llamado mucho la atención Miyavi. El primer día que vi el video de Selfish love, casi me caigo de la silla. ¡Blues japonés, pero qué es esto!, se te va la olla. La producción de su disco era inexistente en el mundo hasta ahora, hasta que lo ha hecho su ingeniero de sonido. Miyavi tiene que petar y matarnos a todos de locura rock’n roll.

¿Para ti la mejor producción es aquella que no se nota en el resultado final, como los efectos especiales en el cine?
No tengo una ley clara. Porque el artificio me interesa en otros campos. Me gustan los sonidos procesados, cada cosa tiene su uso y está bien dentro de su contexto. Hay que ser cuidadoso y no forzar cada herramienta para utilizarla para lo que no está pensada.

Con el grupo Amantes del Eco hizo una versión del Thank You de Sly Stone y nos confiesa que todos los días piensa en hacer un disco de funk. Pero lo deja para más adelante.

¿Cuál crees que es el lugar de Sly Stone en la historia de la música?
Para Prince, por ejemplo, es importantísimo, lo considera su maestro. Es un artista digamos menor, pero ha dejado una huella imborrable. Muy importante para mí. Yo había oído ya discos cuando tenía 18 o 19 años, pero realmente los descubrí en la película Gimme Shelter, la película de los Rolling; tocaban de teloneros en uno de esos conciertos y me quedé impresionado… ¡la leche!, como psicodelia negra.

El funk parece que ha desaparecido casi como estilo pero la música de baile sigue muy influenciada por él.
El problema del funk ha sido la dichosa fusión. De repente el funk estaba en escenarios de rock, en escenarios de jazz, de flamenco…eso no puede ser. Si hubiera conceptos puros de funk como los de James Brown, la cosa le hubiera ido mejor. Este lío no le viene bien a nadie. Y respecto a la música de baile, me estoy hartando de la electrónica. O dan pasos o yo me desmarco. Me parece vulgar, reiterativa, aburrida… el house que suena en Madrid me da urticaria. No quiero saber nada de ese concepto de música de baile. A mí me interesa Brian Eno; no hace específicamente música de baile, pero hace una electrónica que me gusta. Hay un par de grupos que sí se podrían catalogar como de baile y me gustan: Aphex Twin y Venetian Snares. Me gustan también Kraftwerk…sí, me gusta la música electrónica, pero de calidad.

Pero Joe Crepúsculo no…
Para mí es «Joe Camela». (Risas) Casi prefiero Camela. No puedo pensar que va en serio. A lo mejor soy muy mayor, yo qué sé. Cada uno ha de buscar su camino.

Inevitablemente, el tema de los derechos de autor e internet surge en la conversación, aunque en este caso a partir de la noticia de que Guitar Hero se ha cerrado como franquicia.

Era curioso lo de Guitar Hero. Las compañías se quejaban de que no vendían soportes físicos, mientras trafican con contenido digital. Sí, he dicho trafican. Y a mí no me pagan nada. Guitar Hero pagaban religiosamente por los derechos.

Luis Auserón para Jot Down 3

Hablando de derechos, esta semana ha salido la noticia de que Spotify va a ser más restrictivo en su disfrute gratuito.
Precisamente el otro día hablaba con Quique González y me dijo lo que le pagaban a Lady Gaga por reproducir sus canciones: ¡ciento y pico dólares por un año en Spotify! (Risas) Es que da igual estar que no estar. Anda y que le den.

¿No sería mejor haber negociado de otra manera para que llegase más dinero a los creadores?
Evidentemente todo el mundo nos roba, y los políticos son los responsables. Si nos hubieran defendido, no hubiera pasado esto. Y no hay que dar más vueltas. Yo no puedo arreglar nada y tampoco quiero vivir amargado. Hay un contubernio montado entre multinacionales y operadores telefónicos y ellos se reparten el dinero. Pues que seáis muy felices, majos. Brindad con champán del bueno. Hasta que algún día se les acabe el chollo.

¿Con la autoedición, tal vez?
No lo sé. Pero lo bueno es que todo está cambiando continuamente. Nuestro técnico dice que deberíamos negociar directamente los artistas con las compañías de descarga… Lo que es absurdo es que los artistas y el público acabemos discutiendo. Esta gentuza ha conseguido que nos enfademos, y me niego. Que si ladrones, que si piratas…. Hombre, han visto una puerta abierta y la tienen que usar. Todos hemos sido jóvenes y no hemos tenido un duro.

Ahora, cualquiera al que le interesa la música, se puede grabar sus temas.
Sí, eso me gusta. Me gusta porque lo puedo hacer yo. (Risas)

En ese sentido, ¿preferirías haber empezado en la música en esta época?
A mí me habría gustado empezar con Lord Byron. Grabar discos con Lord Byron.

Entonces, preferirías haber empezado de otra manera…
¡Pregunta trampa! Hum… Mis principios fueron en un grupo para Hispavox, que era el proyecto de un señor que en el fondo tenía unas ideas interesantes. Yo estaba allí como colaborador al igual que Santi (Auserón), y no sabíamos adónde nos iba a llevar a parar. Fue divertido e interesante, pero no era la idea que yo tenía de la vida ni de la música. Ni muchísimo menos. Me encontré haciendo playback en la plaza de Las Ventas, completamente llena. Ahí se te cae el alma a los pies.

¿Os impusieron hacer playback?
Lentejas: o las tomas o las dejas. No se nos ocurrió hacer a nosotros lo que hizo Muse en Italia, de intercambiar nuestros puestos durante el playback (risas). Somos tan buenos que podemos cambiarnos de sitio.

Has mencionado Muse, ¿qué bandas de estadio de la actualidad te gustan?
Me gusta mucho Placebo, más que Muse.

Por eso has versionado “Without you, I’m nothing” en tu anterior disco…
He vuelto a hacer otra versión, ahora en plan country. Nadie tiene cojones de hacer la misma versión dos veces. Pero a mí me la suda todo, mientras que me quede a gusto. Total, para vender quinientas copias…se va a enterar poquísima gente.

¿Realmente te gustaría vender más, a cambio de modificar la filosofía de tu música?
Para mí lo importante es la libertad. Yo no quiero volver a hacer un playback en Las Ventas. Si tengo que ser músico, quiero ser un músico serio. Pero yo no le hago ascos al dinero. No confundamos. Un artista malo no es uno que tiene un coche bueno. Y viceversa.

¿Te consideras un artista maldito?
No. Ni bendito. Me considero un artista underground. Pero con mucha clase. Hoy por hoy, decir en alto que eres un artista no es un acto de soberbia, sino el primer acto de una tragedia. Aparte de eso, no sé realmente lo que es la música. Tampoco me importa mucho. Me encanta formar parte humildemente. Me parece un privilegio que me lo consientan, sobre todo con lo malo que soy, pero lo que sí tengo claro es que la amo. A mí la música que no me produce emociones no me interesa. Ése es mi baremo.

Como él mismo reconoce, empezó en la música por casualidad, siendo estudiante de arquitectura. En aquella época se veía más dentro de las artes plásticas que en la música, aunque sigue dedicando tiempo a la expresión pictórica, al pop-art: “Fotos, plantillas, sprays… soy un discípulo de Warhol”.

Ahora que has mencionado tus estudios de arquitectura, ¿qué opinas de Santiago Calatrava?
(Risas) ¿No está en la cárcel ya? Me pillan a mí con la mitad de lo que le han cogido a él y me encierran 10 años. Arquitectónicamente, me parece un señor que hace monumentos a su propio ego. Lo mismo que hace Norman Foster, que ya nos ha colocado los dos huevos: uno en Barcelona y otro en Londres, lo próximo será un molde de su polla en París, al lado de la Torre Eiffel. Arte figurativo. Son unos jetas, y Frank Gehry, y el que le ha hecho la casa a Cristiano Ronaldo… Es ridículo. El problema de la arquitectura es la vivienda del ser humano. En una ciudad hay muchas, muchas, muchas viviendas y un edificio singular. Ninguno de éstos se preocupa por este problema. Bueno, Calatrava hace puentes para que, los que no tienen nada, puedan vivir debajo. ¡Quiero vivir debajo de un puente de Calatrava! ¡Soy punk, me gusta Calatrava! ¡Qué bien se pincha uno debajo de los puentes de Calatrava!

(Risas) Hablando de artistas, no estás de acuerdo con que se llame a Ferran Adrià “artista”.
Yo no ataco a Ferran Adrià, me parece un tipo muy interesante. Lo que me pone enfermo es que se considere artistas a los cocineros. Un cocinero puede ser buenísimo, pero yo creo que el arte es otra cosa. Los cocineros tienen que ver con la comida y generalmente los artistas no comen. La comida no es arte. Viendo documentales suelo tomar notas de cosas que me llaman la atención; el otro día, salió un tipo que decía: “Un artista malo es aquel que ha estado cerca del vértigo que produce el arte y ha dado un paso atrás”. Porque el arte duele, quema, no es una broma. Es como lo de Robert Johnson en el cruce de caminos: si quieres blues has de estar dispuesto a entregar tu cuerpo y tu alma. Entonces, los artistas malos han decidido que se vive mejor con esposas, niños, cortadora de césped… lo entiendo. Yo he decidido seguir este camino porque a mí me da la gana. Entiendo que la gente se eche para atrás. El verdadero arte es jodido. Stravinsky dice que la belleza no es el objetivo del arte, sino su recompensa. Trabajas mucho y la belleza, si quiere, viene. No es un mecanismo causa-efecto.

Para terminar, le preguntamos acerca de un par de frases suyas que nos han resultado llamativas, para que nos las explique o matice.

“Lo nuevo de Dover es incluso peor que Fangoria que, para mí, es lo mas denigrante del mundo”
Igual se me fue la mano. Llegar al nivel de Fangoria es muy difícil. No es la imagen, ni el escenario, nada de eso. Es su música. Es que no lo entiendo. Con Olvido Gara siempre he tenido muy buena relación, no quisiera molestarla. Pero es que no me gusta lo que hacen.

“Los vídeos en general a mi me la sudan, pero hay que hacerlos claro. Todo clip me parece un spot”.
Odio a los realizadores que quieren transformar una canción en una película para Sundance. No nos volvamos locos. Pretender hacer cine con un videoclip es estar fuera del tiesto. Aphex Twin tiene la suerte de ser amigo de Chris Cunningham, que es uno de los mejores artistas de video del mundo ahora mismo. Le cobra millones a Madonna, y a Aphex Twin se lo hace gratis. Come to daddy es una obra de arte, pero Chris no se sube a la chepa de Aphex Twin; es como un instrumentista más. Ese equilibrio es difícil. Yo no volvería a hacer el video de La estatua del jardín botánico ni loco. O el de Veneno en la piel, que me dicen pruébate esta camisa y luego salgo con maracas bailando… anda ya. Todo video clip de Radio Futura lo borraría, directamente.

Por cierto, habíamos intentado entrevistaros a Santiago y a ti a la vez. ¿La entrevista conjunta no ha podido ser realmente por problemas de agenda?
Sí, sí. Problemas de agenda.

Luis Auserón para Jot Down 2

Fotografías: Roberto Ortiz

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3 Comentarios

  1. Ana María Rivero Rivero

    Me encanta que las cosas se llamen por su nombre: » al pan pan y al vino vino»

    Pocos artistas se mojan de esta manera.

    Muy buena la entrevista.

  2. raulrpolo

    Llamar a las cosas por su nombre no parece lo que hace en la última respuesta.

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