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Óscar Campillo: «Marca volverá a ser lo que era»

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Óscar Campillo, leonés y simpatizante del Athletic de Bilbao, estuvo durante años al frente de la redacción de El Mundo en Castilla y León, hasta que hace varios meses asumió la tarea de dirigir uno de los periódicos más leídos de España, el diario Marca. Hacerse cargo de semejante cabecera es toda una responsabilidad que le llevó a romper su intención inicial de, si era posible, no trasladarse al ajetreo de una gran ciudad como Madrid. Así que fue precisamente en Madrid, en su despacho de la sede del Marca, donde nos encontramos con él. Tras saludarnos con un firme y campechano apretón de manos y despejar él mismo una mesa para nosotros conversamos con el nuevo director de Marca sobre el estado del periodismo deportivo y el periódico que ahora dirige, sobre la crispación en el mundo del fútbol, sobre las diferencias de tratamiento entre información general y deportiva, sobre la pérdida de credibilidad de los medios y el ascenso de nuevos editores con intenciones poco claras durante la bonanza económica, sobre el efecto de la crisis financiera, sobre la información, sobre qué es lo que los lectores de periódicos quieren encontrar en sus páginas… y aún nos quedó algo de tiempo para hablar sobre dos de los deportes que le apasionan —tenis y baloncesto—, abordando el estado anímico de Rafael Nadal o el futuro de Ricky Rubio en la NBA, e incluso llegamos a hablar sobre la presidencia de José Luís Rodríguez Zapatero, personaje sobre quien Óscar Campillo escribió y publicó un par de biografías.

Si te parece, para empezar, te leo unas citas sacadas de nuestras entrevistas para saber si estás de acuerdo y después te digo a quién pertenecen.

Vale.

“Gran parte de la culpa de la crispación que se vive en el mundo del fútbol la tienen los medios deportivos”.

Totalmente de acuerdo. Creo que producen menos crispación de la que producían, pero creo que ha habido etapas en las que la prensa deportiva ha echado mucha gasolina al fuego.

Era una cita de Santiago Segurola. Ahora otra: “el periodista deportivo que haga análisis sin caer en maniqueísmos, o bien dura poco en los medios, o bien el entorno lo transforma”.

No, con esa no estoy de acuerdo. Cierto es que el periodista deportivo que no caiga en maniqueísmos puede recibir presiones o puede vivir en un terreno más hostil. A algunos les pasará eso, que se transformarán o los cambiarán, pero hay otros que siguen escribiendo perfectamente.

Esta es de Joan Laporta.

Muy bien. Bastante normal las dos cosas.

¿Previsible que cada cita provenga de quien proviene?

Más que previsible, lógico. Bastante acorde.

Otra: “cada vez se hace más periodismo de club”.  

Se hace periodismo de club, pero no sé si cada vez más. Pero bueno, estoy de acuerdo. En mi caso, yo estoy luchando contra eso.

En Marca.

Sí, por supuesto.

Porque, ¿cuál es la influencia de los clubes de fútbol en los periódicos deportivos?

Enorme. Muy grande, por bastantes razones. Algunas objetivas y otras subjetivas. Hay dos grandes clubes en España, con dos aficiones que no están circunscritas sólo a las ciudades de esos dos clubes, que ni siquiera son aficiones nacionales, sino mundiales. Esas aficiones, en buena parte, compran aquel periódico que habla más de su club, y que habla bien. Esa es una razón objetiva que los periódicos deportivos tienen muy en cuenta. Y yo creo que hay que tenerlo en cuenta, pero no al precio de retorcer la realidad, de engañar o de traicionar al periodismo. Los periódicos deportivos son periódicos. Deportivos, pero son periódicos, y los que trabajamos en sus redacciones somos periodistas y no podemos traicionar los valores de esta profesión.

La cita era de Ramón Besa. Hay otra cita en un sentido parecido: “algo se estropeó en el fútbol cuando los departamentos de prensa de los clubes pasaron de canalizar la información a controlarla”. En el sentido de que, por ejemplo, los dos grandes clubes —Madrid y Barça— no dejan que hablen jugadores con ciertos medios españoles y sin embargo Mourinho habla con la BBC, Messi con medios argentinos, etc.

Sí, es verdad, pero ocurre lo mismo en el resto de organizaciones. Un banco, una gran empresa… un partido político te da cortes de lo que se ha dicho en los mítines pero ya no te deja entrar al mitin. Cualquier organización tiende a protegerse y a impedir la entrada de periodistas libres que cuenten lo que ocurre. La tendencia es enlatar la información y dársela a los medios para que cuenten exclusivamente lo que ellos quieren. Creo que eso es un mal general con el que los periodistas hemos sido excesivamente permisivos durante demasiado tiempo.

Esta cita era de Juanma Trueba. Por cierto, ¿qué parte de responsabilidad tienen los medios deportivos en que los clubes actúen de esa manera? ¿Crees que los medios reaccionan así, en parte, porque tienden a hacer de cualquier declaración un pequeño escándalo?

Los medios hemos sido excesivamente tolerantes, o más bien hemos creído que no iba con nosotros la feria y que por ser Marca, As, Mundo Deportivo o Sport no nos iba a tocar nunca sufrirlo. Y ahora que nos ha llegado es demasiado tarde, tenemos que volver a ser periodistas.

Tengo aquí una cita, esta vez sí te digo de antemano de quién proviene —Enric González— que nos dijo: “hay aficionados al fútbol, bastantes miles, que querrían leer algo parecido a lo que era el Marca hace treinta años. Un diario deportivo que podía abrir un día con natación, al siguiente con salto de pértiga, porque había pasado algo extraordinario”. También nos dice “supongo que si han renunciado a eso es porque le sacan rentabilidad al forofismo”. ¿Qué te parece esta crítica?

Marca volverá a ser eso.

¿Es ese tu objetivo?

A ver: el fútbol es un deporte de masas que no tiene comparación con ningún otro. Dentro del fútbol, el Real Madrid y el Barcelona tienen un poder de atracción que no tiene ningún otro club, por eso son probablemente los dos mejores equipos del mundo, algo reconocido por un consenso universal. Un año puede entrar el Manchester, otro año puede entrar el Valencia, Bayern, el City, el Ajax… pero FC Barcelona y Real Madrid —y los italianos: Inter, Milán, Juve— siempre están ahí. Un periódico deportivo está atento a eso, igual que en un periódico generalista el gobierno del país donde se edita aparece más veces que los demás gobiernos. Pero no existe sólo el fútbol y no existe sólo el Madrid y el Barcelona. No estoy de acuerdo con que eso haya sido rentable para los periódicos deportivos. Una cosa es ocuparse de los grandes clubes y de las grandes ligas, y otra es rendirse a su poder de atracción… lo cual es humano. Marca no vende lo mismo si la portada es de fútbol que si no lo es. Y no vende lo mismo si la portada es del Madrid que si no lo es. Pero, ¿qué es antes, el huevo o la gallina? Marca fue otra cosa, ha pasado —como todos los medios— por diferentes periodos. Ahora estamos viviendo la crisis económica, la crisis del papel, y quizá en esa crisis parte de responsabilidad la tengamos nosotros.

¿Es parte de una evolución el pasar de una portada como la de “Alves tramposo” a otra que muestra el triunfo del Barça en el mundial de clubes?

No, si Alves vuelve a hacer un ejercicio de simulación tan visible —desde el punto de vista de la redacción de Marca— como aquel día, volverá a salir. En cuanto al triunfo del Barcelona… el Barcelona ha sido portada de Marca varias veces.

Bueno, pero me refiero a que es distinto salir por causas negativas que por positivas.

Si gana Messi el balón de Oro sale en portada, si el Barça gana la Champions sale en portada. Es cierto que en aquel momento, con el rosario de “clásicos” seguidos, había una tensión ambiental muy fuerte de la que también nos cuesta trabajo distanciarnos. Hice un esfuerzo sobrehumano y encima acababa de llegar, era mi segundo o tercer día. Estaba metido en la centrifugadora de las pasiones que de repente se desatan por una sucesión de partidos entre dos grandes clubes y una historia reciente de hegemonía del Barcelona. Pero esa portada pudiera volver a ocurrir si en un gran partido alguien hace un ejercicio de simulación tan notorio, me parece muy poco deportivo.

En esto de la crispación y de si fue antes el huevo o la gallina, ¿los medios deportivos siguen el pulso a los aficionados o son los aficionados quienes heredan la tensión de los medios deportivos?

Hay una retroalimentación permanente. Si el periódico deportivo de turno el día posterior a un partido en el que ha habido mucha tensión sale muy fuerte y alimentándose de esa misma tensión, y al día siguiente el entrenador hace unas declaraciones en ese mismo tono, y entonces Marca dice que se ha quedado corto porque tal y cual, y al día siguiente el presidente o el ex-capitán del equipo vuelven sobre el mismo tema… efectivamente, eso no tiene que ver con la realidad. Tiene que ver con la pasión, con la emoción, que es algo básico en el fútbol y en el periodismo deportivo. Hay que contar con ello porque sin ello no estaríamos hablando de lo mismo, pero sin traicionar los valores de la profesión. La objetividad ya sabemos que no existe y que cada uno tenemos una visión, pero los periódicos son un referente porque hay una redacción, que es un organismo que piensa, que reflexiona, que se reúne, que toma decisiones. Cualquiera puede decir por su cuenta “esto fue penalti” o “este es un teatrero”, pero en el marco de una redacción eso no puede ocurrir, porque hay muchas opiniones, saben quién va a la mesa, con quién se confrontan. De ahí sale una posición editorial, una portada y una orientación para el periódico que no es del director exclusivamente, aunque tenga la última palabra.

Entonces, como director, ¿cuesta mucho cortar esta retroalimentación?

Sí, cuesta, porque hay hábitos muy establecidos, porque hay otros medios en el mercado que ni se plantean discutir que su club es el mejor, que siempre hace las cosas bien, que siempre le pitan los penaltis justos a favor e injustos en contra. Cuesta. Pero yo también creo que esta reflexión que estamos haciendo ahora en esta entrevista está en la cabeza de muchos más periodistas en muchos más medios deportivos. Y empujados por la realidad, que es muy cruda, asistiremos a una mejora del periodismo deportivo.

¿Qué es lo primero que piensas cuando te dicen que vas a dirigir un diario tan importante como Marca, y más sustituyendo a alguien como Eduardo Inda?

Bueno, primero sentí perplejidad porque no me lo imaginaba ni lo preveía. Para mí fue una sorpresa. Y en segundo lugar estuvo la imposibilidad de decir que no. Siempre había dicho que a Madrid no vendría salvo para un proyecto que me enamorara de una manera extraordinaria. Algunas posibilidades había tenido, y muy buenas, las cuales agradezco enormemente. Pero mi calidad de vida… fuera de Madrid no se trabaja menos, probablemente se trabaja igual o más, pero hay más posibilidades de hacer una vida más humana, más sencilla. Después pensé que sólo Marca podía cambiar eso.

¿Qué te llevó a aceptar?

Sobre todo el multimedia de Marca. Estamos en un momento donde todos discutimos hacia dónde va el periodismo, qué va a ocurrir: si el papel, si Internet, si la tele, la radio, las redes sociales, Facebook, Tuenti, los iPhone… y de repente me ofrecen dirigir un multimedia de verdad que tiene una pata digital, una pata televisiva, una pata radiofónica, una pata de papel; que está en constante evolución y renovándose sin parar, y verdaderamente me parece impresionante.

Algo que hemos podido ver en estos meses, sobre todo en comparación con tu antecesor, es que parece que te gusta seguir un perfil más bajo. Sin aparecer tanto, sin ser tan visible. ¿Es parte de una política que quieres seguir o forma parte de tu personalidad?

Forma parte de mi personalidad. Y nunca sé qué es mejor para Marca, que el director desempeñe un protagonismo o no. Siempre he creído que los protagonistas son los que aparecen en la noticia, en este caso los futbolistas, golfistas, tenistas, los entrenadores, los deportistas… y no el director. Pero no estoy seguro de que sea lo bueno para el producto, lo que sí sé es que es lo que yo quiero hacer. Y eso lo pienso desde que estoy en esta profesión hace ya muchos años.

Te quería preguntar precisamente si creías que es un error que determinados directores de medios tengan tanto protagonismo.

Creo que depende mucho de la causa de ese protagonismo. Muy cerca de este despacho está el de Pedro J. Ramírez, director de El Mundo, que me parece un caso completamente distinto. Pedro J. es una personalidad en este país, tiene un protagonismo que nace de su trabajo. Después estarás de acuerdo o no con sus planteamientos, con sus ideas, sus editoriales o con sus libros. Pero objetivamente es una personalidad cuya opinión importa a mucha gente. Eso me parece distinto. Igual algún día resulta que soy un referente en el mundo del periodismo deportivo, pero hoy por hoy, no lo soy. Sí lo es Marca, pero no su director.

¿Cómo resumirías los valores que pretendes plasmar en esta nueva etapa de Marca?

Quiero que Marca —como queremos todos en redacción— sea un periódico que respete y encarne los valores sagrados de esta profesión, que merezca la credibilidad ante sus lectores. Que confíen en que van a ir al quiosco a gastarse un euro y que van a encontrar información de verdad. Nos podrán engañar, nos podremos equivocar, pero que nunca será deliberado y nunca caeremos en insinuaciones ni en operaciones que no tengan que ver con la realidad.

Hablando ya no sólo de Marca sino de prensa deportiva en general, ¿crees que se escribe mejor crónica deportiva en la prensa generalista que en medios deportivos?

Sí.

¿Por qué motivo?

No sé el motivo. Con frecuencia leo crónicas en periódicos generalistas que no son “sota, caballo y rey”, no son “el minuto tal y el minuto cual”. Con excepciones como Santi Segurola, quien afortunadamente trabaja con nosotros, y algunas más que hay en As, en Mundo Deportivo y Sport. Pero creo que en los medios generalistas —quizá porque son periodistas que no están tan involucrados ni pendientes exclusivamente del fútbol— tienen una visión y una perspectiva un poco mayores y me resulta más ameno leer crónicas largas.

¿Eso es porque se cuida más el producto en la prensa generalista o es directamente porque se piensa en otro tipo de público?

Probablemente piensen en otro tipo de público. Hay grandes plumas en los periódicos deportivos que escriben crónicas que suelen ser la del Madrid, la del Barcelona y poco más. Sin embargo, en prensa generalista te vas a periódicos regionales o locales y encuentras crónicas deportivas muy bonitas. Son del Villarreal, del Coruña, del Athletic de Bilbao…

¿Es más estresante trabajar en la información deportiva que en la información generalista?

Depende de cómo te lo plantees. Aquí, en la información deportiva, hay mucha más pasión, mucha más emoción, la sangre se altera con mucha más frecuencia. Pero en la prensa generalista también… imagina los tiempos más crudos del terrorismo de ETA, por ejemplo, y dime si eso no es estresante. O los tiempos de los rifirrafes políticos durante la transición. O la crisis económica de ahora, donde te levantas un día con la prima de riesgo en 400 puntos y la amenaza de intervención a España. No, la información deportiva es más estresante en el momento que te dejas arrastrar por ese río de emoción que es el fútbol, pero no si realmente piensas que estás manejando información que es muy importante para muchas personas pero que realmente no es nada trascendente. Puede serlo para el bienestar emocional de la persona, pero no afecta ni a su cuenta corriente ni al futuro de sus hijos.

No deja de ser un mero espectáculo.

Claro. Entonces, con el deporte lo pasas mejor o lo pasas peor, pero de esa información no se deriva que tus hijos puedan estudiar o no, que tu médico sea mejor, que tus padres cobren la pensión o que tu futuro esté más o menos claro.

Entonces, ¿por qué el deporte despierta esas pasiones? Porque no ocurre solamente en España, es algo que de un modo u otro, sucede prácticamente en todo el mundo.

El deporte es un ejercicio de superación. En los deportes individuales es la superación de uno consigo mismo y frente a los adversarios. Y en los equipos, la superación de unas ciudades frente a otras. Se da la contradicción de que defendemos el “Madrid contra Barcelona” y —aunque ahora sí— hubo épocas en que en esos equipos no jugaban ni madrileños ni barceloneses. Yo soy de León, hubo un momento en que la Cultural Leonesa era la Cultural Leonesa, y los jugadores eran la mayoría de León. Y un buen día dices “me estoy aquí matando contra los de Ponferrada, y ni los de un equipo son de León ni los otros son de Ponferrada” (risas). Y bueno, al final es un espectáculo en el que se dirimen otras cosas y muchas veces nos olvidamos de que es un juego y por eso se producen los altercados que se producen a veces en España, y más en Europa, y más todavía en Latinoamérica. Canalizamos otras frustraciones, otras represiones.

Se convierte en una “guerra fría”.

Claro, y por eso los periódicos tenemos una responsabilidad, no podemos alterar eso. Tenemos que recordar permanentemente que es un juego. Un juego apasionante, un juego bonito, donde la rivalidad es fundamental. Pero hasta ahí. Que el árbitro es una persona como tú y que se puede equivocar. Y oye, si hay cosas raras, investigarlas, contenerlas y sancionarlas con toda dureza.

Informe Robinson está recibiendo muchísimos elogios por su forma diferente de afrontar el deporte, ¿crees que ese tipo de contenidos tienen lugar en los diarios deportivos?

Hay esfuerzos en ese sentido. Lo que ocurre es que el lenguaje audiovisual es muy diferente al lenguaje de la prensa escrita. Con la televisión tienes el poder de las imágenes. El periódico tiene las fotos, pero no es ni mucho menos lo mismo. Un programa de televisión de media hora o una hora puede ser muy ameno. Con muchas imágenes, filmado en muchos sitios… y claro, eso trasladado a un periódico es muy complicado. Marca tiene un Tema del día, por ejemplo, que probablemente de cara al 2012 crezca, donde se aborda en profundidad la gesta de un deportista, el día a día de futbolistas muchas veces anónimos de un equipo pequeño, curiosidades del mundo del deporte. Y va a haber cada vez más reportajes que, sin dejar de atender al calor del día a día en el fútbol, muestren que hay muchos miles de deportistas más haciendo su trabajo en silencio. Que no se llaman Cristiano Ronaldo, ni Messi, ni Rooney, ni…

¿Qué piensas de un caso opuesto de evolución de personas que empezaron también en Canal+ con Robinson y que ahora están haciendo un programa como Punto Pelota?

Me parece que todos los formatos son legítimos. A mí personalmente me gusta más el debate y la discusión fundados en razonamientos que los viscerales. Es un programa que ve un número sorprendente de personas, ¿no? Yo creo que al fútbol le hace falta mucho debate, mucha controversia, mucha reflexión, pero siempre con argumentos y sin levantar la voz. A veces —lo desvinculo ahora de Punto Pelota, ¿eh?— damos ejemplos de discusiones que rayan el absurdo, con insultos y con gritos, con un lenguaje bastante poco defendible.

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El estado de la prensa

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Dejando a un lado el deporte, ¿cómo valoras la situación de la prensa en general?

La verdad es que no puedo ser muy optimista respecto a lo que hemos hecho. Estamos en un periodo de revisión absoluta. Los periódicos editados en papel mucho más, porque nos pillan todas las crisis posibles: la tecnológica, la migración a Internet, los jóvenes que ya no compran periódicos, la crisis económica que retira a mucha gente de los quioscos y la duda sobre la credibilidad. Estamos en un momento que no sabemos muy bien dónde vamos a ir; diría que en todas las encuestas más o menos objetivas los periodistas salimos muy mal parados. Nos lo hemos ganado a pulso, pero creo que el periodismo volverá a vivir un periodo espléndido más pronto que tarde.

¿Por qué crees que los periodistas se lo han ganado a pulso?

No sólo los periodistas, los medios en general. Pues porque ha habido una explosión —durante un tiempo de gran desarrollo económico, de gran bonanza en España y otros países de Europa— en la que han llegado a los medios de comunicación editores o empresarios con pocos escrúpulos, con objetivos que no tenían nada que ver con el de la información veraz ni con la defensa de la libertad y de la justicia. Eso ha contaminado mucho el ambiente porque después los periodistas nos hemos involucrado en debates que no eran los nuestros, hemos trasladado a los medios controversias políticas y económicas, rivalidades. Hemos querido, a veces, ejercer un papel que no era el que nos correspondía. Hemos entendido como algo casi personal la relación con el gobierno, con el político, con el economista, empresario o banquero de turno. Hemos traicionado esos principios que nos enseñaron nuestros mayores y que debemos respetar porque son la base de la relación del lector con el periódico, la credibilidad. Esa credibilidad es nuestro mayor tesoro y es con lo que hemos jugado. Hemos jugado con fuego y nos estamos quemando.

¿Los medios han intentado captar un “lector cautivo” ofreciendo solamente el mensaje que el lector de una determinada tendencia quería leer?

Sí. Después de la transición, donde el periodismo español jugó un papel muy honorable y defendible —hablo en general porque hay excepciones para todo— hubo un periodo en que parecía que esto no se acababa nunca, que todo iba bien, que la publicidad aumentaba, que los lectores se mantenían o crecían, y eso nos anestesió. Entramos en esas batallas que no eran las nuestras. Los grupos cada vez eran más grandes y tenían más intereses, picaban en todos los sectores. Me aliaba con el gran monstruo digital o el gran monstruo de la música y eso me obligaba a defender a “mis” artistas, a mis autores, a mis periodistas, a mis directores de cine. Y el contrario decía “pues yo sólo defiendo a los míos”. Y nos olvidamos de que el lector asistía atónito a todo eso, manteniéndose como lector por una inercia muy fuerte que hacía parecer que no ocurría nada. Nos parecía que no, pero un día y otro día, un mes y otro mes, un año y otro año… al final debilitamos mucho ese lazo de confianza con el lector. Soy de los que creen que resulta casi imposible romper el lazo de confianza del lector con su periódico, pero cuando lo consigues… es irrecuperable.

Quizá intentando captar a una mitad del público se pierde a la otra mitad por el camino.

Claro, pero es que cuando empezamos a pensar así nos estamos equivocando. El periódico es un negocio, indudablemente. Cuando no es un negocio pierdes tu libertad y no tienes margen de maniobra. Pero si solamente piensas en el negocio, entonces no es un periódico. Vendes información, que es un producto muy frágil y muy potente a la vez. Es un producto muy valorado y muy perseguido. Los que tienen el poder económico y político lo quieren gestionar, acaparar y amarrar. El periodista es quien lo defiende. Y el editor, que se ha contaminado mucho por este “boom” de editores que salían de debajo de las piedras con dinero fresco para controlar los medios, para vender favores, para seguir progresando en sus negocios a base de utilizar el medio. Todo eso nos ha conducido a la situación actual. Ahora mismo todos estamos sufriendo esa crisis y sabemos en nuestro fuero interno que alguna responsabilidad tenemos. O salimos de ahí por el periodismo —bien sea en papel, bien sea en digital— y contamos otra vez la verdad a las personas nos guste o no nos guste, nos coja el teléfono o no nos coja el teléfono el personaje de turno, nos invite a un vino o no, nos envíe una cesta por Navidad o no… o estamos perdidos.

¿Las empresas están metiendo demasiada mano en los contenidos de los periódicos? ¿Están los periodistas perdiendo libertad a manos de las empresas?

Hombre, en mi etapa en El Mundo de Castilla y León y en mi etapa ahora de Marca, no. En absoluto. Jamás me han dado una recomendación o un consejo que yo pudiera interpretar… bueno, ni que lo pudiera interpretar ni que no. Aunque creo que ese tipo de cosas ha ocurrido, es muy sospechoso que en un periódico nunca aparezca determinado director de cine, o determinado futbolista, o determinado político. O aparezca pero en chiquitín. O que grandes escándalos resulte que no los ves en ciertos medios. Hay veces que dices “caray, cuesta quince días que salga en determinado medio este asunto y sólo sale cuando ya es inevitable porque es un clamor”. Y eso tiene que ver con la debilidad de los medios y la necesidad de no enfadar al que invierte. Creo que las empresas siempre han tenido la voluntad de llevarse bien con los que podían ser sus amigos, pero en España hay una tradición de editores de prensa que se han resistido muy notablemente y muy valientemente a esas presiones. El resto son caminos que pueden parecer… pero son fuegos artificiales. A medio y largo plazo, te abandona el lector.

¿Crees que debido a Internet y a fenómenos como Twitter el lector está desarrollando más fidelidad hacia las firmas que hacia las cabeceras?

No, no lo creo. Creo que una redacción es insustituible. Caminamos probablemente hacia un modelo en el que sea tan grande la información que hay en la red y en el que vamos a estar tan perdidos, que vamos a buscar precisamente el valor de las marcas, de las cabeceras. Porque yo sé que detrás de Marca hay ciento y pico personas que trabajan en grupo, que debaten entre ellos todo el día, que tienen posibilidad de enviar periodistas a los sitios donde se produce la noticia, que se reúnen por la mañana y por la tarde, que reflexionan, y eso me merece una confianza. Eso me pasa con El País, con El Mundo, con el ABC, con las grandes redacciones. Sean de mi ideología o de la contraria. Puede haber un tipo que sea brillante, rebelde, que no se doblegue, que escriba bien, que tenga buenas fuentes… pero será una excepción, siempre. Quienes producen periodismo son las redacciones y el problema de lo digital es que puede matar las redacciones. Eso que llamamos “periodismo ciudadano” a mí me parece que no es periodismo, es gente que cuelga en la red sus verdades, lo cual puede ser muy defendible, muy honorable, con un esfuerzo detrás que me parece en algunos casos ejemplar… pero el periodismo es otra cosa. El periodismo es el fruto de ese organismo que nunca se sabe muy bien cómo es, que es la redacción, donde se producen debates entre gente preparada y especializada. El día que muera eso estaremos perdidos. Ese día la sociedad tendrá un problema serio, un problema grave, porque al final necesitas una brújula para moverte en la jungla.

Está claro que confías en el futuro de las cabeceras, pero ¿qué piensas del futuro del papel?

El futuro del papel cada vez está un poco más claro. Si seguimos por este camino que vamos, ninguno. Un futuro muy negro. Si nos damos cuenta de lo que estamos haciendo y volvemos a colocar a los lectores en el altar como único y principal objetivo de nuestro esfuerzo diario, creo que cabeceras habrá muchas menos —porque evidentemente las nuevas tecnologías y las nuevas herramientas están ahí y se despliegan por el mundo a una velocidad imparable— pero resistirán unas cuantas. No tendrán las tiradas que veíamos hace diez años, pero serán muy rentables. Eso sí, estarán mucho más vigiladas por los lectores. No podrá volver a ocurrir que durante un periodo tan largo hagamos el tonto.

¿Crees que los lectores se volverán más exigentes?

Con la prensa de papel, mucho más exigentes. Porque va a ser la guía, por lo menos durante unos cuantos años. No sé si dentro de cincuenta años resultará que la credibilidad la tienen los medios digitales. Pero todavía hoy y durante mucho tiempo… yo no contemplo que el papel desaparezca por completo. Me parece imposible.

No te imaginas que sobre las barras de los bares del futuro dejen un iPad en vez de un periódico.

Puede que haya un iPad, pero también habrá un periódico. En todo caso, habrá muchos miles de personas que sigan acudiendo a comprar al quiosco.

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La relación con los lectores

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A la hora de publicar, ¿hay fórmulas para saber de antemano lo que le va a gustar al público o el público siempre es imprevisible?

Al público lo que le gusta son las noticias. Cuanto más imprevisible sea la noticia, mejor. Creo que el periodismo deportivo ha dado por hecho que “a la gente le gusta esto y aquello otro”. Que siempre que digas algo del Madrid, del Barcelona, del Valencia o del Sevilla, va a funcionar en cada ámbito. Y es verdad, pero no del todo. Porque si el equipo va regular o mal y tú le sigues diciendo que el equipo es fantástico y que la culpa es del árbitro, o del clima, o del césped funcionará durante un tiempo, pero llega el momento en que deja de funcionar. Y en ese momento la marcha atrás es complicada, ese lector que te abandona duda de ti. Lo que el lector quiere son noticias, información fresca y buena. Le puede molestar, puede sentir rechazo. Pero a la segunda, cuando vea que es así dirá “éste me está contando la verdad, aunque me disguste”. Es verdad que cuando el Madrid gana Marca vende mucho más, y el As también. Y cuando el Madrid pierde vendes menos porque el aficionado no quiere leer eso: ya lo vio, se cabreó y no quiere además regodearse al día siguiente. Pero el gran cuerpo de lectores, los lectores estables, compran el periódico confiando en la información que les da. Gane o pierda su club.

Entonces, cuando publicas, ¿piensas en un “lector tipo”?

No. Pienso en que el lector merece todo mi respeto, todo mi trabajo y esfuerzo. Y toda mi honestidad. Y soy capaz de deletrear una carta al director mal escrita, porque ese tipo ha hecho el esfuerzo de escribir al director y merece mi respeto. No digo “qué mal se lee”. Y la carta que me pone a parir también me la leo entera —hombre, si está toda llena de insultos y groserías, pues no— y le contesto, le explico. Antes o después, pero contesto siempre; tengo reuniones permanentes con las personas que están en las redes sociales. El lector es la persona que justifica todo lo que hacemos.

¿Piensas abrir una cuenta en Twitter?

Me lo estoy pensando. Pedro J. Ramírez es un forofo y un defensor apasionado de Twitter, y lo primero que me dijo cuando vine es «oye, tienes que hacerte una cuenta». Yo dije: bueno, vamos a ir poco a poco. Sí que alguna vez, cuando lo hemos considerado o ha habido una controversia, el director de Marca ha salido y textualmente ha hablado en la cuenta de Twitter. Me gustaría mantener una relación con los lectores, pero claro, yo no soy un personaje público, no soy una referencia. El director de Marca cuenta lo que piensa en el propio Marca, que además está en formato papel, digital, televisión, radio… fíjate si hay sistemas para que la gente sepa lo que pienso. Una cuenta personal en Twitter probablemente me obligara a dedicarle bastante tiempo. Si ya no tengo tiempo para reflexionar, para conservar un poco de tu vida privada, que es fundamental, porque si no lees no te retroalimentas, si no estudias algo…

Una cosa que he comprobado en las entrevistas con periodistas es que a la gente le suele interesar saber cómo piensan.

Claro, sí, pero lo que pienso lo digo todos los días en el periódico. En el titular de la portada, en el editorial, lo cuento.

Luego hay un reverso: supongo que sabes que hay periodistas que han tenido que cerrar su cuenta de Twitter porque se saturaba de insultos o que han cerrado los comentarios de sus respectivos blogs. Esto ha ocurrido sobre todo en el mundo de la información futbolística. ¿No es una señal de alarma? Ni en el mundo de la información política se suele producir este tipo de crispación con esa intensidad.

También tiene que ver con que en el mundo del fútbol ha habido periodistas o medios que han cruzado la línea roja, muchas veces.

El mundo digital ha dado a los lectores una vía para retroalimentar al medio.

Claro, y Marca lo tiene, de hecho nuestros seguidores en Twitter y en Facebook crecen ininterrumpidamente. Y la página web ni te cuento, que también permite la interactividad con los lectores. De hecho nos dan ideas a través del correo electrónico que a veces me parecen deslumbrantes. La gente sabe que si escribe me llega a mí. Igual como soy menos estridente, eso favorece menos ese tipo de insultos, pero creo que en mi sueldo entra el que me insulten si consideran que Marca no es lo que ellos quieren que sea. Y yo, si los insultos no son muchos ni son todo seguidos, les responderé y trataré de explicarles por qué hago las cosas. No tengo nada que ocultar, ni me debo a nada… vengo de donde vengo, encima soy del Athletic de Bilbao y puedo ver con una perspectiva mayor la “gran pugna española”.

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Personajes

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Ahora me gustaría darte una serie de nombres —a muchos de ellos los hemos entrevistado, a otros no— para que me digas tu opinión, o qué crees que significan, qué papel piensas que cumplen, etc.

Vale.

Joan Laporta.

Un buen presidente del Barça que no soportó el éxito.

Ángel María Villar.

Un tipo que se viste por los pies y que ha contribuido mucho al momento de mayor esplendor del fútbol español.

José Mª García.

Un periodista enorme, que por un momento sintió la tentación de ser otra cosa y afortunadamente rectificó.

¿Esa otra cosa qué era?

Un líder social.

Tomás Roncero.

Un periodista de As.

(risas) Eso es todo lo que me vas a decir.

(asiente)

Ramón Besa.

Un periodista al que me gusta leer.

Enric González.

Una de las personas que yo leo con más atención y de las que he aprendido muchas cosas.

Pedro J. Ramírez.

El último mohicano del periodismo. Hay cosas que no comparto con él pero es de quien más he aprendido, probablemente. Alguien que respira periodismo, suda periodismo y vive periodismo.

Santiago Segurola.

Un escritor magnífico, un compañero extraordinario y un hombre del Renacimiento. Sabe de todo.

Alfredo Relaño.

Un gran director del periódico As, un buen compañero también. Un tipo con el que me llevo espléndidamente y del que he recibido algún gran consejo.

Michael Robinson.

Un crack de la televisión. Un tipo divertido y brillante que convierte en ameno y atractivo cualquier programa que haga.

John Carlin.

Está en línea con todos los que me estás preguntando, un hombre que reflexiona sobre el deporte y piensa fundamentalmente en los lectores, al que también me gusta mucho leer.

Pilar Rahola.

Un fenómeno curioso que seguí con mucha atención cuando apareció, que después me decepcionó y que ahora sigo desde una prudente distancia. Porque me parece que tiene muchas cosas buenas, pero que también, durante un momento, se creyó… resultó deslumbrada por su propio brillo.

Alfonso Ussía.

Un tipo muy ingenioso, brillante y cuyos planteamientos comparto poco.

Josep Pedrerol.

Le conozco poco.

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El éxito de los deportistas españoles

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Aparte del fútbol, que lo monopoliza todo, ¿qué otros deportes son tu pasión personal?

El deporte en general. Me gusta mucho el tenis. Y el baloncesto. Establecería ese ranking: fútbol, tenis, baloncesto. Aunque en realidad me gustan todos.

Si te gusta el tenis, ya puestos, ¿qué te ha parecido el año tenístico?

Hombre, con las dudas que nos suscita Nadal porque ha terminado muy renqueante, y de ánimo vamos a ver…

¿Lo ves emocionalmente “quemado”?

Ha hecho un esfuerzo brutal, físicamente y anímicamente. Es un tipo que se dosifica poco porque quiere competir. Es un hombre que por su país, por la Davis, ha hecho esfuerzos que no debería haber hecho un profesional que sólo piense en su rendimiento a largo plazo y le debemos eterno agradecimiento por ello. Creo que el ritmo que lleva es infernal desde los dieciséis años, que su cuerpo probablemente no sea tan resistente como otros, que lo esté forzando demasiado y que le pase factura. Probablemente tengamos que acostumbrarnos a periodos más largos de descanso, salvo que se recupere y vuelva a estar bien. Pero salvando esas dudas, tenemos una copa Davis ganada brillantemente, y hombre, no ha sido el año en que nuestros tenistas han ganado más, pero el propio Nadal ha ganado Roland Garros…

En conjunto ha sido un bastante buen año para Nadal, diría yo.

Un buen año para Nadal, claro. Decimos “es que ahora, es que resulta que ya no es número uno”. ¡Caray! Es que no vamos a ser toda la vida campeones de fútbol, de la copa Davis, de baloncesto, de balonmano, de hockey…

Quizá es posible que perder tantas finales seguidas con Djokovic sea algo que desmoralice.

Sí, igual que antes les pasaba a otros con él.

A Federer, sin ir más lejos.

Claro, de hecho Nadal sigue ejerciendo ese poder. Vi la final de la Copa Davis y me parece que influyó mucho el nombre de Rafa Nadal, más incluso que el tenis de Rafa Nadal. Ese mito de que o le matas y le entierras bajo siete capas de acero o resucita y te machaca, impresiona a los jugadores que están frente a él. Si le van ganando pero él encadena cuatro golpes bien, el rival se viene abajo, dice: “ya está, ya apareció, ya no tengo nada que hacer”. Aunque no juegue del todo bien, la impresión vence al rival. Es un deportista ejemplar.

¿Crees que el público llega a ser consciente de la magnitud de lo que Nadal ha hecho y sigue haciendo? Por ejemplo, a su misma edad, Borg estaba ya casi pensando en la retirada.

No, no somos conscientes de las cosas hasta que pasa un periodo de tiempo. Es verdad que es probablemente el deportista más querido de este país junto con Pau Gasol, porque la gente sí es consciente de lo honesto, sacrificado, simpático y humilde que es. De que no tiene rasgos de prepotencia, ni de chulería, ni de arrogancia. Que siempre que su país le necesita está ahí, que se cree de verdad que representa algo más; que detrás del escudo, de la bandera y del himno hay gente que confía en él. Que hace esfuerzos como venir a jugar la copa Davis sin descansar desde Nueva York, y eso va en perjuicio de su salud y su rendimiento. Sí creo que la gente le quiere, pero no somos conscientes del tamaño de Rafa Nadal porque estamos metidos en que Djokovic le gana y le gana y le gana…. y no nos damos cuenta de que primero, no se puede ganar siempre porque detrás vienen otros tenistas igual de buenos; puedes ganar durante dos, tres, cuatro años, pero no toda la vida. Tiene que transcurrir un cierto tiempo para que digamos “caray, es que ha pasado un vendaval por aquí”.

¿Qué esperas de Djokovic, hasta dónde crees que puede llegar?

Todo dependerá de cómo se lo tome y de cómo se cuide. Desde luego, condiciones las tiene, impresionantes. En su tenis, físicas. Y mentales. Ha cambiado mucho.

Eso te iba a decir, condiciones mentales las tiene, pero las tiene ahora.

Sí, tuvo un periodo descentrado, de falta de concentración, de atención a muchas cosas menos al tenis, deslumbramiento por el mundo del glamour… algo en lo que Rafa Nadal siempre ha demostrado lo contrario, ha estado muy centrado y ha sido poco permeable a las tentaciones formidables del dinero, la fama, la riqueza, el sexo, la popularidad, etc.

Es que el otro día leí una estadística curiosa: en la era ATP, de entre los tenistas que han tenido un año tan exageradamente dominante como el de Djokovic, solamente Roger Federer pudo repetir esa dominación la siguiente temporada. Casi todos los demás han tenido una temporada posterior que generalmente iba de normalita a mala.

Han desaparecido, pero eso es algo general. Pasa en la música: ¿cuántos grupos vemos que pegan pelotazo con un disco, dos discos, y se acabó? En el periodismo y en los medios también, eh. Si Djokovic se centra en el tenis, si lleva una vida ordenada y se sacrifica para ser lo que parece que quiere ser, creo que hay Djokovic para rato. Si no lo hace, desaparecerá por el desagüe de la historia del tenis como otros antes.

Ya que te gusta mucho el baloncesto, ¿qué esperas de Ricky Rubio en la NBA?

Espero que lo que pasó en el primer partido ocurra toda la temporada. Ese chico es otro caso parecido. Un deportista como la copa de un pino que no se cree más que los demás por tener la suerte de estar en esos niveles, alguien que juega con desparpajo, con naturalidad. Que igual que a Nadal le gusta jugar al tenis, a él le gusta jugar al baloncesto. Se divierte y es consciente de que encima le pagan por ello, le pagan bien por jugar. Es lo que a todos aspiramos: a seguir siendo niños y que encima te paguen por eso. Espero que Ricky deslumbre en la NBA por su juego y por su campechanería, por su espontaneidad. Además contribuirá a aumentar la leyenda del jugador español.

Como Marc Gasol, que también está creciendo a pasos agigantados.

Como Marc. Jugadores que llegan y son otra cosa, no son los típicos que ponen el acento en la moda ni en las chicas que los acompañan, ni van tatuados de arriba a abajo… que no me parece mal, ¿eh? Pero sí me parece que significa algo, que la fama supera a ese tipo de personas y no concilian muy bien el desarrollo personal con el desarrollo deportivo. El dinero y la fama les llegan demasiado pronto. Es el caso de Pau primero, Marc después y Ricky ahora… y Rudy, Calderón, todos los que están allí. Ricky va a ser el que va a dejarles boquiabiertos, porque “este chiquillo, que aparentemente es… y joder, nos las mete por todos lados, ¿cómo es esto?”. Y no se da importancia, no lleva un anillo así de gordo, no va conduciendo un coche ni se hace acompañar por las chicas más bonitas de Las Vegas. Me gusta, porque hay una generación de deportistas españoles que son de esa manera. El furor que ahora está causando nuestro deporte fuera de España tiene bastante que ver con eso. Miras la selección española de fútbol y ves tipos muy majos. Con sus cosillas, porque indudablemente cuando tienes todo a tus pies tan joven… pero conservan la calma, tienen brújula interior. Miras a la selección de baloncesto que también lo gana todo, que desafía a Estados Unidos, y ves que son gente normal. Que firman autógrafos, que se dedican a la gente, que no se sienten por encima de nadie. Vas al tenis y pasa igual; son divertidos, se hacen bromas. Hay equipos detrás. Vas al ciclismo, y es igual. El hockey, el voley, el waterpolo. Más que grandes deportistas hay grandes personas. Me parece formidable para España que esos sean nuestros embajadores. Algo quiere decir, no es una casualidad. Algo hemos hecho bien, no sólo las autoridades deportivas —que por supuesto— sino como país, al margen de que seamos más cercanos al PSOE, al PP o al nacionalismo de turno. Algo hemos hecho bien todos juntos para alumbrar estas generación que no es un milagro pasajero, ya estamos hablando de muchos años.

¿Qué es eso bueno que hemos hecho como país?

Coinciden algunas razones objetivas. La democracia trajo a España un desarrollo económico, social, educativo y sanitario vertiginoso. Una generación de personas bien alimentadas, con una sanidad de calidad extraordinaria, con una formación competitiva, con unas instalaciones deportivas inmejorables —pasamos de la nada a casi todo, hasta hay polideportivos por los pueblos que no usa nadie— y una inteligente planificación deportiva a medio y largo plazo que se hizo después del 92, y que ahora hay que renovar porque si no se acabará esto. No buscando éxitos para mañana mismo como algún país del Este o de Asia, no generando robots que ganen y nos dé igual las personas que hay detrás. En España hubo un periodo de florecimiento en que los primeros éxitos no nos deslumbraron; se llevaron las cosas bien, en silencio. Fomentando los valores del deporte desde pequeños, el deporte es un símbolo de otras cosas que se han hecho bien.

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La presidencia de Zapatero

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Para terminar, un tema que conoces bien, ya que publicaste un par de biografías sobre él: ¿cómo resumirías, ahora que ha terminado, la presidencia de Zapatero?

Es complicado. Creo que es una buena persona que hizo las cosas lo mejor que supo. Que cometió muchos errores, o errores muy graves, porque no lo supo hacer de otra manera.

¿Cuáles son sus errores y sus aciertos?

Aciertos… por ejemplo, creo que quedará para el futuro que no ha habido otro presidente de la democracia menos apegado al poder, a los símbolos del poder, que Zapatero. En este período post-gobierno seguro que tiene sus momentos —eso que dicen de que ya no suena el teléfono— pero probablemente lo viva con más naturalidad que nadie. Su concepto de la política, y creo que Mariano Rajoy tiene un concepto muy parecido, no es que él es el líder, sino que representa a una serie de españoles, que tiene una misión durante un tiempo y se acabó. Creo que eso es un acierto. El ejercicio de la tolerancia, lo que llamaban el “talante” y el “estilo Zapatero” también ha sido un ejemplo y ha contribuido mucho a que el país se descrispe. Recuerda cómo cogió el gobierno en el 2004, con aquella tensión. Y por ejemplo en la relación con los medios, ha estado en todos o en casi todos. Irá más a unos, pero con los medios teóricamente adversos ha tenido la relación del presidente que se debe a todos. Y en cuestiones sociales, de derechos ciudadanos, el avance ha sido espectacular. Muchas personas que pertenecen a minorías han visto el cielo abrirse sobre sus cabezas, porque de repente han podido vivir con naturalidad, incorporarse a la vida pública. Eso no se consigue con una ley, eso es fruto de la convivencia, pero la ley les permite no sentir ellos mismos el estigma. Una preocupación por el ciudadano… por ejemplo, la lucha contra los muertos en la carretera, que parece que estábamos acostumbrados y era por norma que “todos los años, tantos miles de víctimas, familias destrozadas”. Pues no, la prueba es que se podía evitar. Y por supuesto la lucha contra ETA, que es fruto de todos los gobiernos y no sólo de Zapatero, pero en el futuro los españoles le agradeceremos mucho más de lo que se lo agradecemos ahora lo que hizo para acabar de una puñetera vez con ello. También le agradeceremos los últimos diez meses de gobierno frente a la crisis, donde se quemó a lo bonzo y arrastró a su partido para salvar a España de la intervención. Hizo lo que creyó que debía hacer aun estando en desacuerdo personalmente con algunas cosas, pero también se equivocó gravemente al tardar en salir de la anestesia de la bonanza económica, en que “no pasaba nada”. Es verdad que ahora somos todos muy listos y que cuando a finales de 2007 no había tantos que dijesen lo contrario, y las agencias de calificación daban grandes notas a las empresas que al día siguiente caían desplomadas porque tenían todas las cuentas contaminadas, y que esto es un fracaso coyuntural de un modo de hacer las cosas.

Bueno, también había bastantes voces que lo estaban avisando.

Sí, pero si vuelves atrás, el FMI, la OCDE… no era tan claro. Pero en todo caso Zapatero tardó mucho más en darse cuenta y se empeñó en lo contrario, ahí se equivocó. Luego se equivocó mucho en la formación de sus gobiernos; atendió muchas filias personales que no debería haber tenido en cuenta, frivolizó y rebajó mucho el nivel mínimo. En el nombramiento de algunas personas no atendió a los méritos.

¿Lo dices por algún nombramiento en particular?

Bueno, ahora ya no voy a ponerme yo aquí a… soy director de Marca (risas).

scar Campillo para Jot Down 4

Fotografía: Jorge Quiñoa

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25 Comentarios

  1. Pingback: Óscar Campillo, director de Marca: “Marca volverá a ser lo que era”

  2. Un poquito más de atención e interés por el ciclismo, Oscar. ¡Solo un poquito por favor!
    Ah, y no es necesario abrir SIEMPRE con portada a toda página de la tontería del día del Madrid.
    Por favor, des-tabloideiza Marca y convíertelo en un períodico poli-deportivo.

  3. adolfo voss

    Óscar querido todo bien con Real Madrid y Barcelona pero los dos mejores equipos del mundo son Boca Juniors y River Plate… saludos!

    • Ni en tus mejores sueños, Adolfo. Ni como entidades deportivas, ni como equipos. La pasión de los seguidores no es una medida a considerar. Tal vez en el pasado estuvieron a una altura que, a fecha de hoy, está superada por un buen número de equipos, y no solo europeos.

    • Stream Soccer

      Boca y River en la liga española serían equipos de media tabla, luchando a veces por alcanzar puestos europeos (no Champions, Europa League como muchísimo) y otras veces por evitar el descenso.

  4. Con el cambio de director el diario ‘Marca’ ya mostró un cambio a mejor. Si no tanto en los temas tratados, sí uno positivo en las formas, aunque el proceso de mejora lo considero todavía inacabado con alguien como Miguel Serrano dueño de una contraportada semanal.

    Ahora, leo a Óscar Campillo. Su discurso me gusta y me agrada, y combinado por las imágenes de la entrevista transmiten el perfil de, digámoslo coloquialmente, un buen tipo. Lo veo como un reverso muy notorio y bienvenido de la última etapa, de esa era ‘indacente’.

  5. Pingback: Óscar Campillo, director de “Marca”: “Tenemos que volver a ser periodistas” - Puroperiodismo

  6. Juan Marcos

    Como aficionado del Atleti, nunca volveré a comprar el Marca. Un planfeto madridista como reconoce veladamente. Dos equipos solo, qué equivocado está. Es cómplice de los delincuentes (como reconoce la Audiencia Nacional aunque el delito haya prescrito) que robaron el Atlético a los socios. Una vergüenza. Es un planfeto este periódico.

  7. Lo de que Marca volverá a ser como era no se lo cree ni el. Puede ser que haya mejorado algo respecto a la etapa de Inda (ir a peor es imposible), pero mientras siga escribiendo en ese diario gente como Miguel Serrano es imposible que sea un periódico creible y respetado. Por no hablar de sus portadas, que son un ejercicio de vergüenza ajena casi todos los días, con juegos de palabras vomitivos y chistes de parvulario.
    Muy de acuerdo con eso de que Marca es cómplice del duo prescrito, pero eso lo son Marca, As, La Sexta, Cuatro…y toda la prensa, que está comprada. Salvo Ruben Uría y algunos más.

  8. Ir a peor era imposible así que lo tiene relativamente fácil,veremos en que cambia pero de momento poco cambio veo yo.

  9. porfi, no mas toros

  10. http://www.marca.com/2012/01/10/futbol/equipos/real_madrid/1326195339.html

    Oferton a Di Maria…la semana siguiente de pedir aumento de sueldo….

    ¿Cómo resumirías los valores que pretendes plasmar en esta nueva etapa de Marca?

    Quiero que Marca —como queremos todos en redacción— sea un periódico que respete y encarne los valores sagrados de esta profesión, que merezca la credibilidad ante sus lectores. Que confíen en que van a ir al quiosco a gastarse un euro y que van a encontrar información de verdad. Nos podrán engañar, nos podremos equivocar, pero que nunca será deliberado y nunca caeremos en insinuaciones ni en operaciones que no tengan que ver con la realidad.

    Ya era laxa la respuesta sin necesidad de esperar al siguiente titular en la linea que la sorpresa ha sido escasa.

  11. Increible Jot Down, dos días leyendo un par de cosas y ya me habéis enganchado, os tengo en mis favoritos, tanto buscar entre morralla en la red, debía dar sus frutos… ENHORABUENA!!!

  12. Portada lamentable aprovechando la lesión de Villa para crear mal rollo y dudas diciendo que estaba en venta…

    Portada para hacer daño. Villa es una persona y esa portada le jodió muchísimo, además de ser totalmente falsa.

    Para empezar a hacer periodismo creo que puede empezar por algo sencillito:
    No entrecomilles titulares o frases si no son textuales.
    Creo que esto se debe de dar en primero de carrera.

    Y para finalizar la pregunta eterna: ¿Qué cojones es el «entorno del jugador»?
    Cada vez que se publica una tontería inventada viene de ahí…

  13. El Sr. Campillos afronta algunas preguntas con respuestas razonadas, cierta reflexión y autocrítica del panorama actual del periodismo deportivo nacional.

    Soslaya hacer alusión o mención a su antecesor, eso daría para otra entrevista entera.

    La empresa de recuperar la credibilidad es complicada y mantenerla aún más.

  14. Albertitus

    Por favor: JotDown en papel y kioskos, ya. Sé que los expertos os dicen tal y cual. Yo pagaría el doble de su PVP. El modelo que es imposible de llevar a cabo es leer tanto por la pantalla del ordenador… Es una súplica; creo que además no estoy solo. Se convertiría en la revista más importante del país a años luz del resto, habidas y por haber. Debéis arriesgaros… ¡Gracias!

  15. Pingback: Conociendo a Campillo | La Libreta de Van Gaal

  16. El señor Campillo nos ofrece en esta entrevista un auténtico ejercicio de cinismo e hipocresía en una interpretación digna de ser nominada a los próximos premios Goya y quien sabe si los globos de oro . Equivocados están aquellos que piensen que a Inda lo cambiaron de su puesto por la línea editorial de Marca . A Inda lo movieron por su excesivo protagonismo y porque todo el mundo relacionaba a Marca con Inda . En su lugar han puesto a otro para hacer lo mismo pero con perfil bajo y que no haga tanto el ridículo a nivel personal como aquel . No olvidemos que el objetivo de los diarios es manipular creando corrientes de opinión interesadas y para poder manipular al lector hay que disponer de una cierta apariencia de credibilidad que con Inda no tenían . Ahora con el nuevo mandado de Pedro Jota y García Ferreras buscan tener ese halo y lo hacen con portadas como la de Messi con el balón de oro . Son portadas con las que buscan que el lector piense «mira,ya no son tan fanáticos como antes » y de esta manera de encuentra más receptivo a sus mentiras . En resumen , marca sigue siendo lo mismo y así seguirá siéndolo , no olviden quien manda realmente en marca , Oscar Campillo solo es un mandado.

  17. Madre mia Oscar te has cubierto de gloria con tus palabras sobre el legado de Zapatero. Mi cabeza no llega a comprender como la gente sigue, eso si con la boca pequena porque el desastre a todos los niveles que ha provocado este sujeto tardara decadas en repararse, disculpando al peor presidente que ha tenido y tendra Espana en decadas. Otro como el (ay Chacon) y de Espana no quedan ni los huesos.

  18. SIRPERCIBAL

    La portada de Marca enfrentando a Mou y Sergio Ramos es una clara prueba de que todo lo que se habla en esta entrevista es palabrería vana. Me he borrado de Marca para siempre, en cualquier tipo de soporte. Como muy bien se lee en esta entrevista, es mucho mejor leer el deporte en la prensa generalista. La prensa deportiva en este país es amarilla oscura, como dicen los comentaristas de fútbol. Gran revista Jot Down. Enhorabuena.

  19. Muy buena la entrevista, yo amo todo lo que es MARCA, en todos sus formatos.
    No entiendo que haya personas, lo respeto, que amen a un club como el Athletic de Bilbao que te excluye por no haber nacido en el pais vasco, navarra, p:V .francés o la rioja como Llorente.
    en este caso un leonés (el entrevistado, Campillo,) que ningún leonés puede juagar en ese club. En fin…

    • Alvalitros

      Si supieras algo de la filosofía del Athletic y no hablases por hablar te darías cuenta de que lo que dices es mentira. En el Athletic puede jugar un congoleño. Lo único que se pide a los jugadores nacidos fuera de Euskal herria (no confundir con el País Vasco, ya que también abarca Navarra y país vasco-francés) es que hayan jugado en las categorías inferiores del club. Así se logra que los jugadores tengan un respeto por el club, que no crean que son más importantes que la entidad, que haya una mayor conexión con los aficionados y conozcan y respeten la historia y los ídolos que han hecho del Athletic lo que es hoy.
      A mí lo que me da vergüenza es que clubes (perdón, sociedades anónimas deportivas) que juegan la Liga española puedan jugar sin alinear ni un solo jugador español

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