Ciencias Entrevistas

Diego Redolar Ripoll: «La testosterona influye en la toma de decisiones»

Diego Redolar Ripoll para Jot Down 1

Diego Redolar Ripoll es doctor en Psicología por la Universidad Autónoma de Barcelona. Lleva más  de 15 años desarrollando actividades docentes y de investigación en el departamento de Psicobiología y Metodología de las Ciencias en esta misma Universidad. Además, es profesor de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC, donde coordina asignaturas del área de Psicobiologia y donde codirige el Programa de Investigación de Neurociencia Cognitiva y Tecnologías de la Información. Hoy hablamos con él acerca de lo que sabemos sobre el cerebro, la conducta, sobre qué heredamos y qué podemos aprender. Veremos que el cerebro es cambiante, incluso a una edad adulta; y nos contará cómo es posible que una persona ciega vea con la espalda. Cosas veredes, «Cid, que farán hablar las piedras».

Tu pasión por la neurociencia la despertó Ignacio Morgado, profesor y director de tu doctorado en la UAB, al que has dedicado dos de tus libros. ¿Cuál ha sido tu experiencia trabajando con él? 

Fue incluso antes de hacer el doctorado; cuando estaba cursando la carrera hice prácticas en su laboratorio. Me gustó mucho el ámbito de estudio de las neurociencias. A partir de ahí decidí hacer el doctorado, el máster, etc. Luego ya sí he tenido la oportunidad de trabajar con él como compañero en el laboratorio. Es una de esas personas con las que es fácil trabajar. Además tiene una forma de ver la ciencia, bajo mi punto de vista, muy completa. La visión que tiene de la neurociencia y de su aplicación a otros ámbitos considero que es muy integradora, va más allá de la visión que tienen otros investigadores.

¿Tenéis ahora intereses en investigaciones comunes?

Nos hemos separado; él se ha centrado más en modelos animales y yo en modelos humanos, dentro del mismo contexto, estudiando procesos como la memoria utilizando técnicas de estimulación.

Ignacio Morgado decía en una entrevista en La Vanguardia que la tecnología nos atonta; sin embargo, hay muchos estudios sobre cómo el uso de la tecnología hace que cada generación sea más inteligente que la anterior, sobre todo gracias a los smartphones y los videojuegos.

Estoy totalmente de acuerdo. Con el uso no solo de dispositivos móviles, sino también de otros dispositivos que favorecen la interacción a nivel de manejo de información en el día a día, estamos observando cómo suceden cambios importantes, cambios que tardarían en producirse mucho más tiempo. Hay estudios del grupo de Álvaro Pascual-Leone, en Boston, Harvard, que han visto que la representación en el cerebro del dedo índice y del dedo pulgar en la corteza motora está aumentada. Y eso es por el uso de estos nuevos dispositivos.

¿Puede ser que evolucionar realmente no lleve tanto tiempo como se creía?

No, lo que creo es que estamos utilizando los mecanismos plásticos cerebrales; los estamos utilizando de otra manera, y eso es lo que permite este tipo de cambios. Pero no, no creo que estemos rompiendo las barreras evolutivas. En la evolución, que es un proceso lento, los cambios sustanciales llevan miles de años.

En la UOC eres profesor responsable de varias asignaturas de la rama de biología, ¿qué diferencias hay entre la formación de la UOC y de la UAB?

La diferencia fundamental es la presencialidad, en la Autónoma son clases presenciales, las tareas docentes se limitan fundamentalmente al entorno físico en el contexto del aula, que es donde tienes la oportunidad de establecer contacto con tus alumnos. La UOC dispone de otro entorno, virtual, donde la dinámica es diferente,, y donde los profesores contamos con otras herramientas de aprendizaje que apoyan nuestra labor docente. Tal como está hoy en día el nuevo espacio europeo de enseñanza, las dos propuestas educativas pueden potenciar  la formación continuada. Lo que ocurre es que en la UOC puedes tener un seguimiento más específico del alumno; en la Autónoma es mucho más complicado hacer una implementación de evaluación continua personalizada, por lo que a veces el alumno se encuentra más desamparado.

En el modelo de enseñanza de la UOC hay muchas asignaturas que no tienen examen final, sino que el alumno demuestra sus capacidades mediante una prueba de síntesis basada en trabajos realizados durante el semestre. En esta prueba de síntesis en muchas ocasiones se permiten los apuntes. ¿Por qué en las asignaturas relacionadas con la biología no se sigue este modelo?

Una de las premisas de las que se parte en la Universidad, en el contexto europeo y en las asignaturas de Psicobiología, es que es muy importante la evaluación continua, en el sentido de que el proceso de aprendizaje comienza en el momento en que el alumno entra al aula y no acaba hasta el final. Durante todo ese tiempo hay una serie de pruebas. Entiendo que hay que potenciar esto por varias razones; en primer lugar, porque así estás más encima del alumno; en segundo lugar, porque así el alumno va adquiriendo los conocimientos de manera paulatina. Al final hay pruebas que son integrativas, donde se pide al alumno que todo lo que ha ido haciendo a lo largo del proceso formativo lo pueda exponer en un contexto determinado. Y hay asignaturas, las que se consideran más básicas, que incluyen conocimientos que se tienen que adquirir para abordar otras asignaturas. Así, en las que decimos que son más básicas, soy partidario de exámenes finales que nos van a asegurar que se han adquirido estos conocimientos necesarios y no solo eso, sino que el alumno es capaz de integrarlos.

En la UOC los docentes que se encargan de hacer el seguimiento a los alumnos y con los que estos se relacionan se denominan consultores. ¿Ya no se necesitan profesores para formar a los alumnos o es una cuestión de categorías laborales para ahorrar dinero?

Es una cuestión administrativa de cómo está fundamentado el  cuerpo docente en la Universidad; no solo de la UOC, también en la Autónoma, por ejemplo, se sigue el mismo esquema. Yo estoy a tiempo completo aquí en la UOC, como profesor titular de las asignaturas del área de Psicobiología, y soy además colaborador en la Autónoma. Igual pasa con profesores que lo son a tiempo completo en la Autónoma, y funcionan como colaboradores docentes en la UOC. El término correcto no es consultor, sino colaborador docente. Más que nada es una cuestión, ya digo, administrativa, porque las tareas docentes se hacen en equipo siempre, entre todos los profesores. Obviamente yo soy el responsable, pero las decisiones se toman entre todos. De manera que la implicación es la misma.

¿Puede un alumno con un buen expediente en la UOC hacer una carrera de investigación en, por ejemplo, estimulación intracraneal? ¿Tienes algún graduado de la UOC haciendo la tesis doctoral contigo?

Esto es un problema muy importante que tenemos, en el sentido de que todos los alumnos que se forman en el grado de Psicología pueden hacer un doctorado en Neurociencias después. Por su formación esto sería posible, cualquier alumno sería competente para poder realizarlo. El asunto está en que no tenemos ningún máster ni ningún doctorado en Neurociencia dentro de la universidad. Esto a nuestro grupo de investigación nos supone un problema, porque no podemos dar continuidad a los alumnos que hacen el grado. Lo que estamos es dando vías alternativas, compatibilizando el máster de Neurociencia en otra universidad y con el trabajo experimental en la UOC.

Exactamente, para ser neurocientífico, ¿cuál es currículo de base? ¿Médico, psicólogo, biólogo…?

Podemos decir, por suerte, que la neurociencia es multidisciplinar en el sentido de que puede albergar a diferentes profesionales, profesionales que se hayan formado en la biología, en la psicología, en veterinaria o en medicina. Luego se necesitan una serie de complementos de formación. Por ejemplo, yo estoy en el doctorado de Neurociencia de la Autónoma, y una de las cosas que tienen que cursar los alumnos son una serie de complementos en el doctorado, en el máster de Neurociencias, dependiendo del grado del que provengan. Así, un biólogo, que tendrá más controlada la parte de bioquímica, lo que habrá de compensar es la parte de ciencias más cognitivas. Y al contrario, una persona que venga de psicología, necesitará un refuerzo en química.

Como psicólogo  y neurocientífico, ¿qué opinión te merecen las terapias como el psicoanálisis, el modelo sistémico o la terapia breve? ¿Puede realmente «reprogramarse» el cerebro para resolver patologías sin utilizar medicamentos?

No soy un experto en terapias, desconozco muchas de las que se utilizan hoy en día en psicología. Sí conozco algunos estudios que se han hecho desde la neurociencia. Por ejemplo, el año pasado estuve en el tribunal de una tesis de una chica que hizo su investigación en el Hospital del Mar, una chica holandesa, con niños con trastornos de atención e hiperactivos. Lo que vio esta chica, y está publicado en revistas de un alto impacto en neurociencia, fue que un entrenamiento cognitivo a los niños con TDAH provocaba los mismos cambios a nivel cerebral y funcional que la medicación con metilfenidato. Creo que son unos datos muy importantes a la hora de justificar, por ejemplo, todo tipo de terapias de neurorehabilitación, terapias cognitivas, etc. Al fin y al cabo, son diferentes vías para acceder a lo que nos interesa, que es el entrenamiento cerebral. Incluso a nivel estructural se ha visto que ciertos tipos de terapia modifican la estructura del cerebro. Con las técnicas que nosotros utilizamos, la estimulación magnética transcraneal, observamos que en el caso de la depresión se generan cambios plásticos que son parecidos a los cambios que se producen a largo plazo cuando se usan los antidepresivos. Es una forma de incidir diferente.

Diego Redolar Ripoll para Jot Down 2

¿La conducta es heredable?

Definir lo que es conducta es complejo. Yo entiendo la conducta en sentido amplio, no únicamente la parte observable. Partiendo de esta concepción amplia, es muy difícil decir si se hereda o no se hereda. No está tan claro. Muchos de los rasgos de la conducta que estamos estudiando son multifactoriales, es decir, hay múltiples factores que se relacionan con estos rasgos. Hay genes que explican ciertos aspectos de la conducta, como la inteligencia, pero son genes en plural, y además de ser varios, interactúan entre ellos; y también está el ambiente. Es complicado. Cuando se estudian cosas tan complejas como la inteligencia o la conducta nunca podemos partir de modelos unifactoriales.

¿Y la identidad sexual?

Aquí no sería como en el caso de la inteligencia, que es mucho más complejo. La identidad sexual, como otras funciones más relacionadas con la homeostasis y con el equilibrio de los órganos internos, viene muy determinada a nivel neuronal y a nivel endocrino. Lo que ocurre es que en el caso de los animales, cuando se estudia la conducta sexual en ratas, en ovejas, es más sencillo. En el caso del ser humano es algo más complicado; estamos en un medio social, influidos por aspectos del aprendizaje, etc. Volvemos aquí a partir de múltiples factores; de una parte estarían los parámetros biológicos, y de otra toda la parte social o de aprendizaje. Hay algunos estudios —por ejemplo los de Hamer y sus colaboradores, que son los que más han tocado este tema de las bases neuronales de la conducta sexual o la identidad sexual— que han visto que sí que hay algún gen que puede estar relacionado con la homosexualidad. Y además se ha visto cómo en el periodo prenatal el cerebro se puede desarrollar y diferenciar de una manera u otra. Hay partes del cerebro —como el hipotálamo— que a la hora de desarrollarse siguen un camino diferente dependiendo de si se trata de un hombre o una mujer. Y es cierto que sobre ese desarrollo hay muchos factores que pueden influir, factores ambientales como el estrés, por ejemplo. Hoy en día nos falta aún mucha información como para decir que esto es así o de esta otra manera. Lo que podemos decir es que son procesos muy complejos y que hay muchos factores subyacentes.

Conocemos que hay un dimorfismo cerebral entre hombres y mujeres, ¿estas diferencias físicas en las estructuras cerebrales acaban con las teorías relacionadas con la Tábula Rasa?

El diformismo fundamental entre un hombre y una mujer se da en muy poquitas estructuras. Donde el dimorfismo es más marcado es en ciertos núcleos de la región del hipotálamo, que es una región además implicada en la conducta sexual. Pero luego están todos los aspectos cognitivos, y aquí hay muchos estudios que han intentado ver diferencias entre hombres y mujeres, sobre la orientación en el espacio, sobre si los hombres son peores a la hora de establecer un determinado contenido narrativo… Son datos que han venido dados por conocimientos más o menos científicos. Pero hay demasiadas diferencias individuales. En términos generales puedes decir que las capacidades espaciales en los hombres están más desarrolladas, y que esto se podría explicar por ciertos aspectos evolutivos como el de que los hombres fueran cazadores y las mujeres estuvieran más vinculadas a la casa, a las tareas domésticas. Hoy en día, sin embargo, las diferencias individuales intragénero son abismales, con lo cual no puedes establecer que esto sea así.

¿Y entre personas de diferentes razas? ¿Hay alguna relación entre estos dimorfismos y los resultados en test de cociente intelectual?

Entre razas, que yo sepa, no hay ningún estudio en este sentido. Hay algún trabajo sobre las razas y las emociones… Ahora, desde el año 2006, que ya se tiene el genoma del neandertal, sí que hay ya más juego para ver si entre el Homo sapiens y el neanderthalis, que convivieron una época, hay diferencias. Aquí sí que, creo, pueden aparecer trabajos muy importantes que vengan a identificar estas diferencias entre especies de homínidos, e incluso a explicar cómo somos los humanos.

Hiciste tu posdoctorado en la estimulación eléctrica intracraneal. ¿Qué es exactamente y qué nos depara en el futuro esta técnica invasiva? ¿Se pueden estimular zonas internas del cerebro mediante algún proceso no invasivo?

No. Esta es una de las cosas en las que está trabajando un equipo en Israel. Es muy interesante porque con las técnicas de estimulación que se utilizan hoy en día en humanos únicamente podemos incidir en la corteza. En lo que está por debajo no puedes, solo indirectamente. Dicho de otra manera: si sabes que una zona de la corteza se comunica con una zona subcortical, estimulando una consigues actuar indirectamente sobre la otra. Pero si lo que te interesa es estimular esa zona que está por debajo de manera directa, con las técnicas que hoy tenemos no se puede. Este grupo en Israel está trabajando en unas bobinas especiales de estimulación que —por lo que dicen, todavía no se han comercializado— permitirán que se pueda incidir en áreas bajo la corteza cerebral.

Hay algunos proyectos en los que ya se han conseguido desarrollar interfaces hombre-máquina para mover músculos en casos de tetraplejia. ¿Dónde se darán los mayores avances para recuperar la movilidad, en la tecnología biónica o en la recuperación neuronal?

Creo que puede ser una sinergia de ambas cosas, en el sentido de que muchas de las intervenciones que hoy en día se están haciendo intentan aglutinarlo todo. Se ha visto que en la médula espinal las neuronas como sistema nervioso central no regeneran, que hay factores neurotróficos que no se liberan como tiene que ser y que esto además es así por nuestro desarrollo, porque podría ser incluso contraproducente que fuera al contrario. Las nuevas terapias lo que intentan es promover esa regeneración neuronal a su vez utilizando dispositivos, por ejemplo, microelectrodos, o andamiajes que se han probado en la médula espinal de ratas para intentar esa regeneración. Pienso que si algún día tenemos un avance importante en el tema de la tetraplejia vendrá por estas sinergias.

Para el estudio de las estructuras y los procesos en el cerebro se utilizan rmf y pet. ¿Cuál es la base teórica que subyace en esta tecnología?

Hay muchas técnicas de neuroimagen que en el estudio de lo que son las bases neuronales de los aspectos cognitivos marcan un antes y un después. Sabíamos que una persona podía memorizar una lista de palabras, pero no sabíamos qué ocurría en el cerebro. Es tras utilizar estas técnicas cuando sabemos por ejemplo que cuando las neuronas consumen glucosa y oxígeno es para llevar a cabo una determinada función. Estamos con estas técnicas midiendo cosas fisiológicas, como el consumo de glucosa o de oxígeno, todo lo que es la respuesta que se denomina hemodinámica. En inglés sería la respuesta Bold. Es un correlato, las neuronas que consumen esa glucosa u oxígeno son las neuronas que se están activando cuando están siendo reclutadas para desempeñar la función de que se trate (memorizar un listado de palabras, por ejemplo). Lo que ocurre es que no es a tiempo real, se hace la tarea y luego registras ese consumo de glucosa. Esto hasta hace cuatro años o así no se tenía nada claro. Es algo muy reciente.

Luego hay otras técnicas que son en tiempo más real, son más caras y de cara a la investigación es más difícil utilizarlas, como la magnetoencefalografía, que sí que tiene una resolución temporal muy buena.

Hay un estudio muy interesante y divertido que pone en duda la fiabilidad de estos medios. El estudio se llama “Respuestas sociocognitivas de un salmón muerto”. ¿Lo conoces? ¿Qué opinas de las técnicas de corrección estadística?

Hay varios grupos en el mundo que están trabajando en un paradigma, resting state en inglés, activación en reposo. Lo que se está viendo es que en el cerebro, cuando una persona está en situación de reposo (imaginemos en una resonancia) hay ciertas regiones que se están activando. Esta activación no es una activación arbitraria, sino que sigue una serie de pautas. Se habla por ejemplo de una red de neuronas que se activan por omisión, la red de activación por defecto, sería. Así, se está viendo que hay determinadas redes que se activan, que esa activación está correlacionada con aspectos funcionales. ¿Cómo podemos discernir si una región es crítica para una determinada función u otra? Pues comparando los resultados que tenemos. Es lo que está ahora mismo dando muchos resultados, mucha información sobre cómo funciona el default mode network, que es diferente en las personas que sufren esquizofrenia o que padecen Alzheimer que en una persona que no tiene ninguna patología. Se está avanzando mucho en este campo. Hay un grupo en Nueva York dirigido por Castellanos que está llevando a cabo estudios muy muy interesantes. Son estudios novísimos, de los tres o cuatro últimos años. Se está incluso haciendo una base de datos con todos los registros de esta actividad en reposo de todos los grupos que trabajan con neuroimagen en el mundo. Parece ser que este proyecto, Conectoma, dará mucha información que nos ayudará a interpretar mejor la activación cerebral.

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Se conoce como la paradoja de Pepsi a los diferentes estudios que han demostrado en test ciegos la mayoría de la gente prefiere Pepsi, pero cuando solo se deja un vaso sin identificar se prefiere Coca-Cola. ¿A qué se debe este efecto?

Cuando hemos de tomar una decisión y tenemos que  optar por una cosa u otra el proceso es muy complejo, intervienen una multitud de factores perceptuales, emocionales, cognitivos… Así, es difícil determinar cuál es el factor que te lleva a tomar finalmente una determinada decisión. Hay un libro, de Morgado, sobre inteligencia social, que habla del equilibrio entre la razón y las emociones en relación a la toma de decisiones, y un nuevo libro que es sobre cómo percibimos el mundo que integra esto ya con los aspectos perceptivos; además de la razón y la emoción está también la percepción. Serían los tres bloques los que intervendrían en la toma de decisiones. Podríamos incluso hablar de un cuarto, el refuerzo. Podemos observar cómo influye, por ejemplo, la testosterona en la toma de decisiones. Es un campo de estudio verdaderamente interesante.

Otro de los experimentos más conocidos que evidencian la dinámica de la percepción es la anécdota del Violinista en el metro. ¿Qué ponen de manifiesto historias como esta? ¿Qué otras cosas nos estamos perdiendo?

Es lo que da sentido al hecho de no centrarnos en  los fenómenos como algo aislado. Si hablamos de música puedes intentar explicarla a nivel perceptivo, qué ocurre cuando escuchamos una pieza musical. Lo que ocurre es que se activan estas determinadas regiones cerebrales si es una pieza que nos induce emociones o se activan estas otras. Es no obstante un proceso más complejo, como ocurre con otras funciones. El contexto puede explicar  muchísimas cosas, incluso la apreciación que hacemos. Hay muchos estudios sobre la atención donde se ha visto que la valoración que hacemos, la que hace el sujeto experimental, es muy diferente dependiendo del contexto. De ahí la importancia siempre del enfoque multidisciplinar.

Las grandes corporaciones siguen muy atentas los estudios de neuromarketing. ¿Sabes si están involucradas en los mismos? ¿Hay un límite ético entre lo que se puede averiguar de la operativa cerebral y la utilización de ese conocimiento para manipular a los ciudadanos?

He oído que empresas privadas fomentan el I+D obviamente no con intereses como en la Universidad, por el conocimiento per se, sino para que las investigaciones redunden en sus intereses económicos. Y no únicamente en lo que concierne al neuromarketing, sino también en un contexto político. No sé si fue en el año 2002 o 2005, hubo un trabajo de Wilson y colaboradores en el que lo que intentaron fue discernir el circuito neural que explicaba la confianza o desconfianza que nos generan los rostros. Por qué cuando no conocemos de nada a una persona nos genera más o menos confianza cuando la vemos. Se ha comprobado que hay ciertas regiones en la amígdala que están evaluando los diferentes parámetros del rostro, la simetría, la disposición, que hacen que un determinado rostro genere más o menos confianza. Esto me consta que en política es una de las líneas de investigación que se está llevando.

¿Y la reflexión ética sobre todo esto? 

En seres humanos las posibles intervenciones que se hagan no son invasivas, en el sentido de que se trata de tener conocimiento para luego saber cómo tienes que elaborar un producto determinado. Tal y como se está orientando la investigación es para conocer qué herramientas a nivel cerebral se utilizan en el procesamiento de la información para que se pueda presentar la información de una determinada manera con el fin de inducir una toma de decisión. ¿Esto es ético? ¿No es ético? Desde un punto de vista social no es un tema candente como el de utilizar células madre para buscar terapias alternativas para las demencias de determinado tipo. Ya la implicación ética no se ve de una forma tan directa, no hay una intervención, no es invasivo. Se trata de conocer cómo funciona el cerebro.

¿Conoces casos de transferencia tecnológica o spin-off empresariales en la investigación neurocientífica?

Sí, hay bastantes casos. No en España, donde también tenemos un problema, que es el que las subvenciones que se dan son mínimas… En otros países como Estados Unidos sí que hay una trasferencia muy importante. De hecho, pienso que es uno de los pilares, no solo en el ámbito de la salud, también en el ámbito tecnológico, que intenta potenciar el Gobierno.

En El Cerebro cambiante nos hablas de la neuroplasticidad cerebral y lo ilustras con el sistema que Dr. Paul Bach-y-Rita desarrolló que permite a personas ciegas ver con la espalda, luego con la lengua. ¿Es esto realmente posible? ¿Cómo funciona?

Sí, esto es realmente posible y, de hecho, hay dispositivos que se han aplicado a personas ciegas para que puedan ver. Funciona para algunos tipos concretos de ceguera. Se trata únicamente de cambiar la parte receptora de la información. Cuando vemos, registramos la información visual por la retina, la retienen una serie de receptores especializados y esa información cambia de energía lumínica a la energía que utilizan las neuronas, por decirlo de una manera sencilla, que es el potencial de acción. Es un proceso que se llama transducción, transducir la energía estimular (la luz) a la comunicación neuronal, el tipo de patrón que utilizan las neuronas para comunicarse, que es el potencial de acción. Esta trasducción se hace a partir de la retina y luego a través del nervio óptico se lleva la información a la corteza visual. Ahí es interpretada y entonces mediante procesos bastante complejos conseguimos la percepción del entorno que nos rodea. Lo que ocurre es que cuando la retina falla y no podemos captar esa información sí que le podemos enviar la información a la corteza que está implicada en la visión de otra manera distinta a la habitual, a través de dispositivos que sean capaces de captar esa información de la realidad. Los experimentos de Paul Bach-y-Rita consistían en que a través de estimulación somatosensorial en la espalda unos sensores iban registrando la información a partir de unas cámaras muy grandes. Esa información visual la codificaban en impulsos mecánicos que el sujeto recibía a lo largo de la espalda. Estructuralmente era muy aparatosos, no se podían aplicar a la vida diaria, sí experimentalmente. Ahora lo que se está llevando a cabo son alternativas que sí que se pueden llevar a la vida real. Son dispositivos lógicamente muy caros, se necesita una cámara que sea capaz de registrar la información del entorno y que sea además capaz de codificar esa información en potenciales de acción, que sea capaz de traducir esa información, por ejemplo, a través de la lengua. En la lengua tenemos tres nervios que llevan la información al cerebro. A través de la estimulación de esos nervios se puede hacer llegar al cerebro visual esa información del entorno. Se ha conseguido, con la tecnología que ya tenemos, que personas ciegas a las que se les coloca un electrodo en la lengua y unas gafas especiales puedan ver. No es una visión como la que tenemos los videntes, pero sí es suficiente como para poder establecer una interacción con el medio. A medida que avancen estos dispositivos entiendo que será una visión aún mejor.

En otro de tus libros, Cerebro y adicción, apoyas la teoría de que las drogadicciones son una forma patológica de aprendizaje; ¿qué subyace tras esta teoría? ¿La comprensión de los procesos involucrados nos permitirá encontrar formas nuevas de enfrentarse a los procesos de desintoxicación para drogodependientes?

Pienso que sí. Desde hace años hay muchos teóricos que hablan de un aprendizaje que se llama aprendizaje vinculado al refuerzo, es un aprendizaje que tenemos muy asimilado por especie. Ocurre que muchas sustancias de abuso utilizan a nivel cerebral las mismas estructuras que están involucradas en ese tipo de aprendizaje. Esto explica muchos aspectos cardinales de la adicción, como es la persistencia en el uso de una sustancia y el uso compulsivo. Son los dos factores críticos: compulsión y persistencia. Conocer todo este tipo de mecanismos nos ayudará en el futuro a tener terapias más adecuadas para poder tratar la adicciones a largo plazo, no solo a corto plazo, evitar las recaídas.

Diego Redolar para Jot Down

Hace poco los medios de comunicación se hacían eco de que Europa financiaría especialmente las áreas de investigación relacionadas con el grafeno y con el cerebro: ¿qué se espera por parte de la Unión Europea? ¿Los neurocientíficos no vais a sufrir directamente recortes?

Sufriremos recortes, seamos neurocientíficos o no. Ahora bien, las personas que tenemos la suerte de estar trabajando en áreas que se consideran ahora prioritarias veremos recortes, pero no tanto como en otras disciplinas. Desde un punto de vista social la suerte de las neurociencias es que generan mucho interés, y al generar este interés, al estar vinculados a aspectos que hoy en día preocupan mucho a la sociedad (pienso en el Alzheimer, por ejemplo), hace que haya más posibilidades de inversión. Aunque el contexto de crisis es innegable que afectará a todo el mundo.

El Alzheimer es una de las enfermedades neurodegenerativas que más preocupan a la sociedad occidental, tanto por sus efectos en las familias como por lo enormes costes económicos que se prevén. Juan Botas nos decía en una entrevista que desde la genética, el rastreo genético inverso puede ayudar a combatirlo. ¿Cuál es el enfoque neurocientífico para luchar contra esta enfermedad?

Se está estudiando desde muchos puntos de vista. Ocurre que lo primero es conocer muy bien a nivel celular qué es lo que está ocurriendo. Aquí la genética tiene mucho que decir. Los inicios de la investigación y el tratamiento hasta ahora se han centrado en la sintomatología, sobre todo farmacológicamente. En neurociencia lo que se ha hecho es, por ejemplo, determinar que en los estadios iniciales de la enfermedad hay un déficit de una sustancia que se llama acetilcolina. Lo que se hace entonces es intentar aumentar los niveles de esa sustancia. A la larga fallarán otras sustancias de otras regiones de cerebro. De manera que esto no es un tratamiento o la cura del Alzheimer. Estás paliando la sintomatología, nada más. Por eso digo que lo primero es saber qué está ocurriendo. Uno de los estudios más importantes es sobre lo que se llama la reserva cognitiva. En Barcelona, en el Clínico, hay un grupo que lidera David Bartrés que está viendo que en personas que genéticamente tienen predisposición a tener Alzheimer, en función de lo que ellos llaman reserva cognitiva, la incidencia de la enfermedad puede ser mucho menor e, incluso, que no se pueda distinguir a una persona que no tenga Alzheimer de otra que lo tenga, pero con una reserva cognitiva muy alta.

En mayo se celebra el día europeo del cerebro, ¿qué es esto exactamente?

Bueno, este año y el año pasado han sido muy importantes para las neurociencias. Ha habido una proyección y un interés social que no ha ocurrido en otras ramas.

Eres muy prolífico escribiendo, en pocos años has escrito manuales universitarios, tres libros de divulgación muy amenos y dentro de poco se publica en Panamericana Neurociencia Cognitiva. ¿Has pensado ya escribir alguna novela al estilo Robin Cook?

De momento no… Tengo parada una novela que empecé ya hace tiempo, no doy más de mí. Es cierto que sí que me gustaría. De hecho tengo este proyecto y si en algún momento tengo cierta tranquilidad quisiera retomarla.

¿Qué tipo de ficción te gustaba en tu adolescencia, qué te gusta ahora?

A mí siempre me ha gustado la novela histórica. Escritores como Noah Gordon me fascinan.

Para acabar, te propongo un juego. Te haré una pregunta sobre gustos en la que tienes que elegir una sola alternativa de dos sin reflexionar. La dificultad irá en aumento y tu puntuación será la de la pregunta inmediatamente anterior que hayas podido contestar sin pensar: 

¿Twitter o Facebook? 

Facebook.

¿Intuición o razón?

Razón.

¿Percepción o memoria?

Memoria.

¿Science o Nature?

Nature.

¿Robin Cook o Michael Crichton?

Michael.

¿Pet o RMf?

RMf.

¿Neocortex o hipotálamo?

Neocortex.

¿Ramón y Cajal o Severo Ochoa?

Ramón y Cajal.

¿Psicología o biología?

Biología.

¿UOC o UAB?

UOC.

Eres el primero que llega a 10, enhorabuena.

Diego Redolar Ripoll para Jot Down 3

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11 Comentarios

  1. Cerebroso

    Para compensar tanto reduccionismo biológico: http://www.infocop.es/view_article.asp?id=3502

  2. Bueno, cae en lugares comunes, como decir que la evolución tarda miles de años (no es así, con condiciones abruptas, como las pandemias o la introducción de un nuevo depredador se imponen rasgos nuevos muy, muy rápido).

    Además, cuando le hacen una pregunta delicada, como la utilidad de las técnicas de corrección estadística, responde con un «patatas traigo» muy político, hablando de lo interesantes que son los temas estudiados. Cuando lo que le piden es que se moje diciendo si son científicamente consistentes o no.

    Echo en falta una pregunta sobre una queja común sobre la neurociencia: su relativa esterilidad. Otras ciencias le son muy «útiles», basta replicar un experimento económico, psicológico, etc. mientras escaneas el cerebro para tener un paper. Pero ninguno de los resultados y explicaciones neurológicas tiene aplicación o utilidad en economía, psicología, sociología, etc. Vale, ahora sabemos que cuando un piloto de caza se entrena se le activa la zona tal y la hormona pascual sube tanto. ¿Dice eso algo sobre cómo se puede entrenar mejor, o peor, o me permite predecir algo o explicar algo? No.

    • Muy poco informados veo a algunos hablando de esta ciencia. Tu crítica es bastante absurda y se basa en lo poco informado que estás en esta materia. Para empezar, la neurociencia tiene un uso médico: rehabilitación cognitiva tras daño cerebral y muy importante, la investigación y el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer, que por cierto es una de las enfermedades más comunes en la sociedades occidentales donde la esperanza de vida ha aumentado de forma tan considerable. También se encuentra su uso en el terreno de la educación, ya que permite entender mejor los mecanismos de aprendizaje y memoria, por eso veo bastante absurdo que digas que no tiene aplicación en áreas como la psicología. En economía no hace falta mencionar que el entendimiento del cerebro y de la conducta humana en general ha aportado conocimiento acerca de que factores influyen en la toma de decisiones del consumidor.
      Imagino que a ti esto se te queda muy grande, por lo que veo eres el típico que no amplía su conocimiento más allá de las ciencias sociales. Decir que la neurociencia es estéril es similar a decir que el estudio de la astronomía o de las matemáticas también lo es. En definitiva, eres un ignorante Javier.

  3. Parece un político más que un científico.

  4. A mi personalmente me ha parecido una entrevista muy buena, tanto por las preguntas como por las respuestas del entrevistado. Creo que en algunas respuesta el entrevistado se moja bastante y argumenta correctamente desde un punto de vista científico. En ciencia se tiene que ser cauteloso con las afirmaciones que se hace dado que la primera premisa es dudar de aquello que está establecido para someterlo a contrastaciones empíricas que lo corroboren o lo refuten a la luz de nuevas tecnologías, metodologías, etc. Eso no significa no mojarse sino utilizar correctamente las diferentes etapas del método científico. Creo que el doctor Redolar en su entrevista lo hace a las mil maravillas. De forma añadida, la visión que imprime en muchas de sus respuestas es abierta y no raya el reduccionismo biológico sino que tiene en cuenta otros factores sociales, ambientales, etc. He leído varios trabajos del entrevistado y nunca me han defraudado. Todo lo contrario, se trata de los mejores libros de divulgación científica que he leído. Es un maestro de la divulgación…..

  5. Pingback: Periodismo y testosterona | Mari Kazetari

  6. Pingback: La charla de la semana (S13) | elDronte

  7. Considero las respuestas correctas, pero todo a un nivel muy generalizado y en referencias continuas al trabajo de terceros.

  8. Pingback: Jot Down Cultural Magazine | Ana Maiques: “Para un emprendedor, vivir una quiebra es una gran enseñanza”

  9. Pingback: Libros sobre la neurología y el cerebro - UNEbook

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