Cine y TV

iRoboCop: el cyborg made in Apple

robocop

Apple es una empresa que ha basado su estrategia en hacer mejores productos que ya existían: cogió un PC beige e hizo el Mac / iMac; le dio una vuelta al MP3 feo y parió el iPod; vio la oportunidad de hacer un smartphone mejor que una BlackBerry o un Nokia y… ya me siguen. Todos sus productos resultan funcionales a través de un gran diseño. La versión 2014 de RoboCop es como si la hubiera hecho Apple: muy bonita, muy funcional. Pero, a diferencia de Apple, no mejora al producto original.

Vaya por delante que no hay nada de malo en rehacer RoboCop; al fin y al cabo los efectos especiales stop motion del original de 1987 hace tiempo que cantan. El problema es rehacer una película, o incluso hacer una película nueva, y que sea aburrida.

El gran acierto de este RoboCop es darle la vuelta al planteamiento de la historia: si en 1987 era una máquina que se da cuenta de que es humano, aquí es un humano que aprende a ser una máquina. Ese es también el gran problema de este RoboCop, que el espectador nunca deja de ver a un tipo en un traje —un traje negro muy parecido a la armadura de Batman, además— mientras que en el original el soberbio trabajo de caracterización de Peter Weller hacía al cyborg totalmente creíble.

Tan sólido es el planteamiento de la historia, que este nuevo RoboCop no consigue nunca despegar. Lleva dos lastres demasiado pesados: uno es la comparación con el original de Paul Verhoeven, y el otro es la falta de tercer acto en el guión. Cuentan en esta entrevista Ed Neumeier y Michael Miner, autores del libreto original, que desde su guión original hasta la película final no hubo cambio alguno. Esto por sí mismo ya es excepcional en Hollywood, y además tuvieron la suerte de que para realizar su guión eligieran a un tipo visionario como Paul Verhoeven, que le supo dar ese aire de serie B con zumo de limón que hace único al RoboCop de 1987.

Es evidente que José Padilha no es Verhoeven, a pesar de que suyo es el mérito de hacer brillar a actores como Samuel L. Jackson o Michael Keaton, que suelen hacer este tipo de películas con la sonrisa boba de quien ve aumentar el número de ceros en su cuenta corriente sin mayor esfuerzo. Keaton está especialmente fino en el papel de CEO de Omnicorp, la multinacional que manufactura a RoboCop (que en esta versión es made in China cual iPhone), y compone un malo que no lo parece, que es al fin y al cabo el jefe que todos hemos tenido alguna vez.

Por otro lado, el guión pasa un rato tan largo presentando a Alex Murphy y su mutación en máquina, que a la hora de la verdad vemos muy poco de RoboCop en acción porque llevamos noventa minutos de película y hay que ir cerrando la tienda. Cuando vemos a RoboCop en «modo de combate», además, es todo tan aséptico como en un spot de Apple: casi siempre elige el táser antes que la pistola y, cuando se decide a disparar balas por fin, apenas hay sangre en pantalla. Todo esto es una elección consciente de Sony Pictures para enganchar al público adolescente. El problema es que a los chavales les debes poner una película limpia, pero les tienes que ofrecer sobre todo una película divertida. Y este RoboCop es, a fin de cuentas, una lata.

Es solo entonces, al final de la cinta, cuando uno se da cuenta de que este RoboCop no es un iPhone. Es un Sony Ericsson.

 

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18 Comentarios

  1. La pelicula es una puta mierda y da igual, esta hecha sin preocupacion ni coherencia, al final lo unico que hace es que sea mejor la original, cuyos efectos, cantan si estas mas pendiente de analizarlos desde a prespectiva de lo que la industria del cine es hoy en dia, porque por esa regla de tres, todas las peliculas cantan

  2. La original de Verhoeven le da mil vueltas, excepto, claro está, en el apartado de los efectos visuales, aquí más modernetes, CGI hasta el empalago. Empieza bien, con ese prólogo de la «pacificación» pero luego va cuesta abajo. Falta un buen villano como Clarence Bodicker, sucio por dentro y por fuera. Este Vallon parece un metrosexual, de tan limpito. La calificación PG-13 pesa como una losa, el infantilismo no casa con una propuesta de este tipo. Que no haya secuelas, por favor

  3. Pingback: Bitacoras.com

  4. Bueno, no me parece afortunada la comparativa con Apple y el comentario de que solo hace mejores los productos que ya existen… Por esa regla de tres, nadie inventó la telefonía móvil; simplemente alguien le quitó el cable al teléfono… Hasta que llegó Apple, interactuar con un dispositivo (un ordenador entonces) solo era posible mediante negras pantallas llenas de datos alfanuméricos manejados por ingenieros. Apple inventó un sistema operativo amigable y utilizable por cualquiera, que Microsoft malcopió (Windows) y que hemos padecido durante décadas (prefiero no recordar Windows Vista…). Si alguien ha innovado/inventado ha sido Apple. Si el comienzo del artículo es así, no sé si creerme el resto.

    • PorComentar

      Venga, ahora vuelva a adorar a su iphone

      • Bueno, no lo adoro, pero sí, es bastante mejor que cualquier otro.

        • DR. ALFARO

          Y he aquí como son capaces de tangar 500 euros cada 6 meses, por tipos como Manuel. Bien, Manuel, demos gracias a Don Steve por otro bonito día de sol.

      • malavibora

        De hecho Apple es, a no ser que se me pase algo por alto, una de las pocas sino la única marca comercial que tiene adoradores. Devotos seguidores. Y lo único que ha hecho es, efectivamente, mejorar y hacer más bonitas las creaciones que otros pensaron antes.

    • Hasta la entrada de wikipedia sobre el MacOS reconoce que no es más que un refrito del Xerox Alto y otros proyectos de GUI de escritorio como el Sketchpad.
      Nadie le quita el mérito a Apple en la creación de todo tipo de aparatos que son bonitos, eficientes y fáciles de usar, pero lo de innovar es otra cosa. Ni Apple inventó el ordenador personal, ni el sistema operativo gráfico de escritorio, ni los MP3, ni los teléfonos móviles.

      • Decir que el Mac OS es un refrito del sistema gráfico de Xerox es no tener ni idea de lo que eran una cosa y otra.

        El trasto de Xerox era carísimo, poco funcional, pedestre. Jef Raskin, que empezó dirigiendo el proyecto del Mac, ya hizo su tesis doctoral, en los 60, sobre interfaces gráficas para ordenadores.

        Apple pudo convertir, en tiempo récord, todas esas ideas, en parte materializadas por Xerox, en algo funcional, pequeño, de coste asumible y con mil refinamientos (desde la tipografía a la superposición de ventanas).

  5. poquetacosa

    Me quedo con el Juez Dredd. Me he malacostumbrado a que las películas de acción salpiquen.

  6. Maestro Ciruela

    Curiosamente, hace unas semanas comentaba con alguien -sin saber que nos esperaba un remake del film- que «Robocop» aguantaba el paso de los años muchísimo mejor que «Desafío total».

    • Para mí las dos aguantan muy bien, son muy superiores a sus respectivos remakes, que mucho CGI, pero ironía, inteligencia y mala uva poquito.

  7. Periodista ETT

    EN Line había un sorteo de entradas para la película y la pregunta para optar a ellas era la de qué haría Robocop con un Smartphone…La respuesta se le ocurrió a mi hija: hacer buenas pelis…

  8. Love Trooper

    Al igual que ocurrió con el remake de Desafío Total, con este remake de Robocop ni me molesto. Las dos pelis de Verhoeven son imbatibles a día de hoy por mucho que se empeñen en vendernos la misma historia con un empaque de última generación CGI y más inofensivas que la propuesta original. Ahí está el gran valor de Verhoeven, que supo hacer de historias que no le interesaban un pimiento auténticos clásicos modernos y pelis de culto. Prefiero un enésimo pase de las originales antes que pagar por un juguete como estas nuevas versiones.

    • A mí Padilha me parecía una buena elección como director, pero no le han dejado hacer a gusto y se nota, la película es un truño. «Robocop», «Desafío total» y «Starship troopers: las brigadas del espacio» son tres maravillas de Paul Verhoeven, caramelos envenenados dentro del cine comercial norteamericano. Estilo, ironía, mala uva, violencia y un socarrón sentido del humor son la marca de fábrica de este inteligente e interesante cineasta.

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