Cine y TV

¡A metamorfosearse!

Imagen: MMPR Productions.
Imagen: MMPR Productions.

Desde 1975 hasta hoy se han producido en Japón cuarenta series de la franquicia Super Sentai, una cada año. Cada una consta aproximadamente de cincuenta episodios, así que entre todas suman ya cerca de dos mil.

Desde 1992, además, se aprovechan las secuencias de lucha y de efectos especiales que se graban en Japón para producir una versión en inglés de la franquicia, Power Rangers, cuyas secuencias a cara descubierta se graban en localizaciones de Estados Unidos con actores locales. Consta también de unos cincuenta capítulos por temporada y de una temporada al año, así que suma ya mil cien episodios adicionales.

Pues bien. Si señalamos al azar cualquier de estos tres mil cien episodios, en él ocurrirá lo siguiente:

1. El villano, de naturaleza paranormal, creará un monstruo y lo enviará a la Tierra.

2. El monstruo trabará batalla con los sentai / rangers, unos jóvenes humanos normalmente cinco, tres varones y dos mujeres, distinguidos cada uno con un color que son capaces de transformarse en superguerreros gracias a la tecnología.

3. Tras un breve interludio, los héroes chocarán una segunda vez con el monstruo, esta vez recurriendo a sus armas y/o vehículos. Pero cuando iba a ser derrotado, el monstruo será transformado por el villano en una versión gigante de sí mismo.

4. Los sentai / rangers convocarán entonces a sus vehículos transformables para combinarlos como un gigantesco robot antropomorfo, que pilotarán hasta abatir finalmente al enemigo.

Todo en aproximadamente veintidós minutos, lo que dura un capítulo, que se repetirá en el siguiente cambiando los detalles accesorios de la trama, aquello que acontece a cara descubierta —fundamentalmente al principio y entre la primera y la segunda batalla. Y así episodio tras episodio, temporada tras temporada, tres mil cien veces a lo largo de cuarenta años, desde 1975 hasta hoy. Sin interrupción.

Aunque doctores tiene la Iglesia, y el Super Sentai no digamos. Para algunos, el género se remonta más allá de 1975, hasta Cyborg 009, un manga y anime creado en 1963 por Shōtarō Ishinomori. Contaba la historia de nueve personas secuestradas y transformadas en androides que escapaban y consagraban sus poderes a la lucha contra el mal. Aunque no eran un sentai propiamente dicho que en japonés significa algo así como «orden de guerreros», fueron los primeros en incorporar esa aleación tan particular que caracteriza a los Power Rangers: 33% ninja, 33% robot, 33% boy band.

Sin embargo, la mayoría considera que el Super Sentai nació con Sentai Goranger, una serie de 1975, o bien Battle Fever J, de 1979, la primera en incorporar al final del episodio la batalla entre un kaiju los monstruos gigantes del folclore japonés, como Godzilla y un mecha los robots gigantes tripulados, como Mazinger Z. Una y otra fueron creadas también por Ishinomori, producidas por Toei Company y fructificaron en la franquicia que llega hasta hoy.

¿Cómo? Buena pregunta. Cada año, cuando concluye la temporada televisiva, los sentai / rangers pasan formalmente el testigo a nuevos miembros del escuadrón, cuando los hay, a quienes legan sus colores. De esta manera, se refresca totalmente o en parte el elenco de actores y los héroes evolucionan hacia nuevos títulos y adquieren nuevos trajes y mechas relacionados con nuevos temas, que tienen que ver con las modas comerciales de cada momento. Razones antropológicas y Propp aparte, ese es otro de los factores que explica el éxito inagotable del subgénero. Pista: aunque algunas series funcionaron en Occidente varios años antes fundamentalmente entre Chōdenshi Bioman de 1984 y Chōjū Sentai Liveman de 1988, la etapa conocida genéricamente como Bioman; y Kōsoku Sentai Turboranger, de 1990, la adaptación internacional y su inmediato boom a escala global tuvieron lugar en la temporada 1992-1993, cuando se estrenaron los Mighty Morphin Power Rangers, consagrados al tema de las bestias prehistóricas. ¿Se imagina con el estreno de qué revolucionaria película sobre dinosaurios coincidió? Exacto.

Pero la cosa siguió funcionando después de aquello, y eso es lo verdaderamente singular. Si muchas series infantiles eligen crecer con su audiencia, los Power Rangers son una de las pocas que ha conseguido lo contrario: ser siempre lo mismo y dejar que sea la audiencia quien se renueve. Y aunque su grado de éxito ha sido variable, siempre hay nuevos niños mirando. Quizá porque de serie infantil tienen solo el título, y lo demás de otra cosa. Diga mitología, diga folclore, diga popurrí de todo un poco. O diga que tienen más que ver con los mitos griegos y los hermanos Grimm que con Disney o Harry Potter. De los ojos viajan al mismo lugar del cerebro donde sedimentan las demás series, pero por el camino los Power Rangers se pierde en alguna bifurcación nerviosa y acaban dando chispazos allí donde se procesan las intuiciones.

Artículo extraído del libro Jot Down 100: Series juveniles disponible en nuestra store y en nuestra red de librerías.

Ilustración: Ximena Maier.
Ilustración: Ximena Maier.

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Un comentario

  1. ¿El libro cuándo se podrá descargar de la web?

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