Cine y TV Encuestas

¿Cuál fue la escena más memorable de Los Soprano?

La maldición que pesa sobre cualquier espectador de una serie como Los Soprano es que una vez finalizada ya no volverá a encontrar nada semejante. Los medios por su parte tienen que alimentar la maquinaria y generar expectativas de forma periódica, prometiendo una nueva maravilla que cautivará nuestra atención cada semana, mes o año. Pero no. Ese hueco ya no podrá ser llenado porque una obra maestra se caracteriza por una conjunción de talentos, medios y circunstancias que la hacen irrepetible, da igual cuántas precuelas, secuelas, remakes, reboots y spin-offs nos propinen después que no se logrará lo mismo e incluso cada amago irá a peor. Así que lo que nos queda es volverla a ver y mantenerla viva en el recuerdo, que es lo que corresponde a los clásicos. Si lo hiciéramos con esta serie tendríamos que dedicarle íntegramente algo más de tres días y medio muy bien aprovechados, pero también podemos destacar sus mejores momentos. Aquí van algunos, aunque por supuesto pueden añadir sus predilectos.

(La caja de voto se encuentra al final del artículo)

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Tony discutiendo con su madre

Como sabemos, la premisa de la que partía la historia era la complicada relación de un cabecilla de la mafia de Nueva Jersey con su madre, lo que junto a sus ocasionales mareos le llevaron a la consulta de una psiquiatra. La muerte de la actriz Nancy Marchand forzó a los guionistas a seguir otros derroteros, pero al menos les dio tiempo a componer un personaje tan rematadamente manipulador y venenoso que ya nunca olvidaremos, tal como veíamos en el segundo episodio de la primera temporada. También merece la pena mencionar esta charla con su nieto, en la que exponía su amarga visión del mundo.

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Silvio imitando a Corleone

El momento corresponde al primer episodio de la segunda temporada y aparte de tener bastante gracia es significativo por varios motivos. En primer lugar, porque vemos al actor y músico Steven Van Zandt encarnando a un mafioso que a su vez interpreta a otro de la ficción, un juego de referencias que se mantendrá hasta el último capítulo. En segundo, porque el escenario (el Bada Bing!) en que tiene lugar es sin duda el más característico de la serie, y finalmente porque nos muestra la genuina individualidad de cada protagonista —percibidos como tan auténticos como cualquiera de las personas que nos rodean— así como la complicidad existente entre ellos, cuyas traiciones y enfrentamientos más adelante darán lugar a los momentos de mayor carga dramática.

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Primer trabajo de Furio

La violencia en Los Soprano no era como la que podemos ver habitualmente en las películas de acción: carecía por completo de cualquier comicidad —en una serie que recurría con frecuencia al humor— o de un sentido de la justicia que reconfortase al espectador. Estaba además ejecutada por personajes con los que en otros momentos llegábamos a simpatizar bastante, así no nos permitía olvidar lo que realmente eran. Un caso paradigmático es el de Furio, que en el episodio quinto de dicha segunda temporada se comportaba como un auténtico Terminator en una de las mejores escenas de acción que se hayan visto en una serie.

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Muerte de Pussy

Desde el beso de la muerte de Michael Corleone a Fredo sabemos que en estos ambientes no se perdona la traición, sea cual sea el parentesco. Big Pussy Bonpensiero era también como un hermano para ellos, como dice Paulie, pero una vez desvelada su colaboración con la ley solo cabe llevarlo al mar, despedirse de él tras unos tragos y quitarlo de en medio sin vacilación, como ocurrió en el episodio trece de la segunda temporada.

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El sueño de Tony

Sin vacilación pero con remordimientos posteriores, que afloraban en las pesadillas que sufría Tony en el siguiente episodio. En ellas se le aparecía Pussy con forma de pescado junto a otros que, dice, estaban durmiendo, en una nueva alusión a El Padrino.

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La decisión de Melfi

Un argumento centrado en este mundo de crimen y corrupción era una ocasión inmejorable para exponer dilemas éticos de una manera que los guionistas supieron aprovechar. A veces casi se podían oír las diferentes voces dentro de la conciencia de cada personaje. Toda discusión filosófica sobre el libre albedrío que se precie debería incluir como ejemplo escenas de Los Soprano, como sin ir más lejos esta del cuarto episodio de la tercera temporada. La psiquiatra Melfi había sido violada y tenía ante sí la ocasión de vengarse al margen de la legalidad, pero si lo hacía quedaría atrapada para siempre en la órbita de su paciente. Somos libres para elegir, parecen decirnos, aunque no para eludir las consecuencias de lo que escojamos.

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Baile de Carmela y Furio

Si antes veíamos que Furio era un implacable soldado, también resultaba ser uno de los personajes más entrañables debido a esa encrucijada entre dos lealtades en la que vivía atormentado. Tony está a lo suyo en esta escena del episodio cuarto de la cuarta temporada, pero Meadow parece intuir vagamente que la química entre él y su madre es explosiva. La música de Spaccanapoli acompaña a la perfección.

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Intervención de Chris

El décimo episodio de la cuarta temporada contenía una de las escenas más hilarantes de la serie. La intervención para que Chris afrontara su adicción a las drogas, después de que aplastara a su perro al sentarse en sofá en pleno colocón, empezó con las mejores intenciones… pero la cabra siempre tira al monte.

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Phil Leotardo amenaza a Lorrain

En ese mundo de ajustes de cuentas y chantajes acaban llevándose el gato al agua quienes tengan menos escrúpulos y a Phil Leotardo basta verle la cara para intuir que es de los peores. Su método de intimidación en el tercer episodio de la quinta temporada desde luego era persuasivo.

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Muerte de Adriana

A la vista de ejemplos anteriores desde el momento en que Adriana se convierte en confidente para el FBI era de temer que estaba condenada, aunque siempre había un resquicio para la esperanza, que se terminó en esa encerrona que le hicieron en el duodécimo episodio de la quinta temporada.

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Vito es encontrado en un bar gay

En la temporada previa ya había sido descubierto durante sus prácticas sexuales por el novio de Meadow, pero logró mantener el secreto hasta que en el episodio quinto de la sexta temporada es sorprendido en una situación muy comprometedora, entonces tendrá que emprender la huida… de nuevo sin éxito. Aquí no se salvaba nadie.

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Tony quiere demostrar que sigue siendo el jefe

El personaje de Gandolfini no destilaba sofisticación ni brillaba por su preparación académica, pero en cierta ocasión le vemos jactarse de su CI de ciento treinta y seis puntos y desde luego tenía una intuición maquiavélica acerca de cómo manejar a las personas para consolidar su poder. En el quinto episodio de la sexta temporada, debido a sus achaques, había mostrado debilidad ante sus subordinados, qué mejor entonces que hacer una exhibición de fuerza como macho alfa para disuadir cualquier insurrección.

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Pelea entre Tony y Bobby

No siempre era tan calculador y su carácter irascible le jugaba a Tony Soprano frecuentes malas pasadas. Incluso con alguien por lo general tal manso como Bobby termina perdiendo los papeles en el decimotercer episodio de la sexta temporada.

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Intento de suicidio de A. J.

Incluso algo tan azaroso como el crecimiento del actor que interpretaba al hijo de Tony redundó en beneficio de la serie, así que vimos al niño gordito del comienzo adquirir mucho más protagonismo en la historia, convertido en un adolescente lleno de inseguridades y con tendencias depresivas. Culmina con un suicidio sin demasiada convicción, en el episodio diecinueve de la sexta temporada, que al menos le sirve para llamar la atención de su padre.

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Tony visita por última vez al tío Junior

Junior era uno de los personajes más irresistiblemente graciosos del reparto, además de uno de los más mezquinos y crueles. Ejerció sin piedad el poder del que dispuso a lo largo de su vida hasta que la demencia empezó a jugarle malas pasadas y ya en la penúltima escena de la serie lo veíamos listo para el desguace. Incluso su sobrino, tan dado a orientar su compasión exclusivamente hacia los animales, parece conmoverse en esos últimos momentos ante un anciano a quien ya no le quedan ni los recuerdos.

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Escena final, fundido en negro

Justo a continuación de la anterior tenía lugar aquella que cerraba la serie, que no podíamos dejar de mencionar. Los finales abiertos son un recurso frecuente en las narraciones y esta, caracterizada siempre por su respeto a la inteligencia del espectador, lo merecía más que cualquier otra. A estas alturas esos personajes y su devenir nos pertenecían también a los espectadores, así que a falta de consultarnos qué menos que dejarnos un margen de interpretación. David Chase tuvo además la elegancia de no ir por ahí dando explicaciones más allá de un «hicimos lo que pensamos que debíamos hacer». De manera que cada uno de nosotros podrá escoger su propia aventura, aunque la serie ya dejó indicios tanto en diálogos en episodios anteriores como en su constante deuda con la saga de El Padrino para que intuyamos lo que realmente ocurre aquí.

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29 Comentarios

  1. Me falta la que para mí es la escena más brillante de toda la serie: La discusión entre Carmela y Tony al final de la cuarta temporada.

    Simplemente porque es intensa, profunda y, por encima de todo, real. Se masca la frustración de haberla cagado, el arrepentimiento de decir cosas que no se sienten, los dilema internos, el miedo, el ansia de cambiar las cosas.

    Más que en cualquier otro momento de los Soprano, esa escena convierte a los personajes en alguien que podríamos conocer. Incluso en nosotros mismos.

    • Totalmente de acuerdo, creo que nunca he sentido tanta tensión como viendo esa discusión, hay más violencia del día a día en esa escena que en ningún otro momento de la serie.

  2. Para mi es imborrable la última escena que comparten Tony y Chris: el accidente de coche y la decisión (y acción) de Gandolfini.

    • Entre las decenas o cientos que me han pasado por la cabeza, la que tú comentas, la de Carmela con el padre Phil, y el bote de aceite explotando en la barbacoa, quizá sean las 3 primeras.
      Es imposible elegir siquiera cien.

    • Para mi la mejor escena, antes de leer el articulo tenia claro que el accidente y el final de Chris es lo primero que me ha venido a la mente al leer el título del mismo, me sorprende que no salga en la lista.

  3. De las muchísimas y grandiosas escenas que nis ofreció Los Soprano, y pese a lo difícil que es elegir (para empezar porque la introducción es una obra de arte) me quedo con la de Tony demostrando quien manda. Plasma toda la esencia del personaje, desesperado por mantenerse a flote en la cabeza de la familia, justo después de sus problemas médicos por el tiro… Es una jodida pasada las sensaciones que transmite, el ansia de poder y el deseo enfermizo de ocultar su cara humana y débil para infundir miedo y respeto en sus subordinados, para que mo golpeen cuando más débil está… La mirada que se echa a sí mismo justo al final de la escena, frente al espejo, reflejo de determinación y orgullo, pero, a la vez, lastimosa, porque está atrapado por sus inseguridades y necesidad de controlarlo todo. Sublime.

    Mención especial para la escena final de la serie, con ‘Don’t Stop Believing’ sonando de fondo, en unos minutos en los que se siente una tensión incómoda en todo momento, como queriendo que el espectador masque la tragedia, en una premonición de que algo horrible va a suceder en el dinner… Muy grande, pero por lo que refleja del personaje la otra escena, con toda la profundidad que transmite algo tan mundano y físico como una pelea, pero a la vez tan revelador del aura del protagonista… Es Tony Soprano en estado puro.

  4. Falta alguna escena (o el capítulo entero) de «Pine Barrens», con Christpher y Paulie perdiguiendo/escapando del ruso desaparecido en la nieve.

    • Magistral capítulo, ahí se ve lo egoístas y cabrones que eran los personajes de esta serie, capaces de dejar morir al otro por salvarse. Creo que lo dirigía Steve Buscemi, parecía un homenaje a «Fargo», con toda esa nieve.

  5. A mí me impresionó una de las discusiones entre Carmela y Toni, no recuerdo cuál, pero fue extremadamente real y desgarradora.

  6. ‘Pine Barrens’ es el mejor episodio/escena de toda la serie. Sin el menor atisbo de duda.

  7. Para mí,sin duda alguna, cuando Tony Soprano va por el pasillo del hospital con una pizza,a ver a Anthony Jr, ingresado en la unidad psiquiátrica después del intento de suicidio, con la nana siciliana de fondo…Ufff,se me parte el alma.

  8. No se si será la mejor pero de la que siempre me acuerdo cuando se habla de los Soprano es la escena de «la partida ejecutiva» de Silvio, un homenaje a la de Joe Pesci en «Uno de los nuestros». Esperpento puro.
    https://youtu.be/qY54cPaSJf8

  9. Pingback: ¿Cuál fue la escena más memorable de Los Soprano?

  10. Marc-andré Linddell

    Mi escena favorita es la del sueño de Tony, el artículo rescata algunas muy buenas, pero otras muy buenas también que se escaparon, como por ejemplo:

    Sacre bleu de Tony para enfurecer a Janice
    https://youtu.be/Vb7SWFgSf7o

    Tio Junior cantando
    https://youtu.be/b2C6MhNMMv8

  11. La pelea entre Tony y Ralph.

  12. En mi opinión, una de las mejores escenas que no aparecen en esta lista es en el capítulo final de la tercera temporada. En ella Junior canta tras el funeral de Jackie Aprile una canción (Core ‘ngrato) mientras todos le escuchan embelesados. Las reacciones de cada personaje son sublimes y por un momento, la nostalgia de pertenecer a una cultura a la que en realidad no pertenecen, une a todos por un instante.

    • Coincido totalmente y Junior lo borda cantando.

    • De acuerdo… Pero ahí la guinda por contraste la coloca Meadow, borracha, contrariada y abiertamente cabreada con la parafernalia y la herencia para la galería, arrojándole bolitas de no se qué a Junior mientras no puede contener la risa rabiosa tras el asesinato de Jackie

  13. La pelea de Tony y Ralph Cifaretto. El capitulo entero de la nieve, ese Fargo en Los Soprano.

  14. Al final del artículo el autor comenta que la serie le debe mucho a los «padrinos» de Coppola. También cogía mucho de «Uno de los nuestros»(homenaje a Scorsese incluído: Christopher gritándole a Scorsese «Marty, me encantan tus películas, «Kundun también!») y «Una terapia peligrosa»,al menos al principio.

  15. Arkaitz Mendia

    Cuando un chungo de la familia de Nueva York molesta a Medow y Tony vuelve al de un rato y le da una cantidad de hostias que casi lo mata.

  16. Abelardo_76

    Serie sobrevalorada al maximo,ni fu ni fa quando la vi.Repito SOBREVALORADISIMA y no digo que sea mala yo esperaba algo diferente no este culebron de paletos inmigrantes de barrio.

  17. La decisión de Melfi se me quedará grabada para siempre. Ella con el collarín, hinchada, desencajada, con el cuerpo lleno de dolor, a punto de decir todo, pero capaz de decir NO. Inolvidable.

  18. secundino

    poner el yate en la puerta del médico , es impagable y en la última escena del capítulo , cuando parece qué todo se calma , volver a poner a dean martin a toda pastilla es memorable

  19. El accidente de coche de Chris y Tony. Son unos 6 minutos que no me canso de revisar. Los dos vienen de negociar con Phil Leotardo un acuerdo que no se concreta. Van en coche y es una charla confesional donde ambos confiesan como valoran la vida. En Chris hay sus dos caras: sus comentarios desafortunados (habla sobre ceder ante Phil) y su lucidez en ver hacia donde va la familia de New Jersey. Y hay el Chris distraido con los mandos del audio del coche, hay el Comfortably Numb de los Pink Floyd en un silencio sobrecogedor entre los dos, hay la MIRADA de Tony como diciendo que «cojones hago contigo, hay», hay OTRA mirada de Tony como diciendo «no sirves para lo que yo quería», Y hay el accidente. Y hay la agonía de Chris, una agonía delirante. Y hay la media cara de Tony, esa cara del mismisimo diablo.

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