Deportes

Una corona en forma de anillo

LeBron James

LeBron Raymond James, nacido en Akron (Ohio) el treinta de diciembre de 1984, hijo de Gloria James, madre soltera con solo dieciséis años de edad. Los dos, junto a la abuela de LeBron, pudieron malvivir en la casa de esta hasta que murió y madre e hijo se vieron abocados a una vida en la que la inestabilidad reinó por encima de cualquier otra característica. LeBron a duras penas contaba ocho años, pero ya había contado diez cambios de domicilio. Las múltiples mudanzas, empujadas por la imposibilidad de Gloria de pagar un alojamiento, supusieron también cambios de centro educativo para el larguirucho LeBron. Año tras año, no era raro que se perdiera la mitad de días de escuela. Gloria lo intentaba con todas sus fuerzas, pero se vio superada.

Ahí apareció la familia Walker, una suerte de padrinos que se ofrecieron a acoger a LeBron mientras Gloria reajustaba su vida. Quisieron ofrecerle al chaval la oportunidad de desarrollarse en un entorno estable, lejos de los problemas de los bajos fondos que incluso una ciudad relativamente pequeña como Akron ofrece. Problemas como las drogas o la delincuencia. Le ofrecieron a Gloria poder ver a su hijo siempre que quisiera. No fue fácil para ninguno de los dos, pero era lo mejor. Y ambos lo sabían. Sobre todo la madre, que con el corazón roto aceptó esa derrota materna, sabiendo que sería a fin de cuentas una victoria para su hijo.

Sumido en una auténtica familia al uso, con una figura paterna además de la materna, dos hermanas y un hermano, Frankie, con el que compartía habitación, LeBron encontró en esa feliz rutina una paz agridulce, pero paz al fin y al cabo. El segundo de los cambios importantes en la infancia de LeBron vendría cuando Frank Walker lo introdujo en el baloncesto. Tenía entonces nueve años. Nadie podía imaginar lo que vendría. Pam, su mujer, recuerda que, cuando LeBron era ya una celebridad a nivel mundial, su hija pequeña, cuya percepción del fenómeno es lógicamente muy distinta, le preguntó, extrañada: “Eh, mamá, ¿LeBron es una superestrella?”. Pam se rió con ganas.

Que si es una superestrella.

A los quince años ganó su primer título estatal en el instituto, el humilde St. Vincent – St. Mary High School, el primero de tres. A los diecisiete y todavía en el instituto, fue portada de NBA illustrated. Lo avalaba ni más ni menos que Michael Jordan y las grandes corporaciones se lo rifaban: a los dieciocho años, James firmó un contrato publicitario con Nike por valor de noventa millones de dólares. Tres veces elegido Mr. Basketball en Ohio, ganador del All-American y campeón nacional en 2003.

Y así llegó a la NBA.

Elegido en primer lugar del draft por Cleveland Cavaliers, rookie del año 2004, ocho veces All Star, dos veces MVP del All Star, medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Pekín, tres veces MVP de la liga regular y ha batido tantos récords de precocidad que sería absurdo enumerarlos aquí.

Elegido MVP de las finales de 2012. Campeón NBA 2011-2012 con Miami Heat.

Pero antes de valorar sus logros recientes, volvamos dos años atrás, cuando LeBron se consagró definitivamente como el jugador más odiado de la NBA, al decidir abandonar Cleveland en busca de una franquicia que le ofreciera más garantías de cara a ganar un campeonato. El destino elegido, polémica y programa televisivo mediante, fue Miami, donde se uniría a otros dos nombres muy importantes en la liga: Dwyane Wade, jugador franquicia de los Heat, y Chris Bosh, recién llegado de otra franquicia a la deriva como es Toronto Raptors. De repente, esta unión de fuerzas convertiría a su vez a Miami Heat en el equipo más odiado de la liga.

Una de las facetas más admirables de James —y tiene unas cuantas— es la capacidad para cargar con el peso inhumano que supone ser el jugador más observado no ya de la NBA, si no del deporte mundial. Con el peso de tener una legión de detractores como no ha tenido jamás ningún jugador en la NBA. Con el peso de tener que cumplir unas expectativas abrumadoras desde los dieciséis años, y que ha ido cumpliendo una tras otra.

A James se le han reprochado muchas cosas. Algunas de ellas tienen razón de ser. Muchas, sin embargo, son absurdas. Muchas otras son mentira. Quizá la muestra de inquina más alucinante viniera del propietario de Cleveland Cavaliers, Dan Gilbert, que redactó una furibunda carta dirigida a todos los aficionados de los Cavaliers, así como a todos los habitantes del noreste de Ohio, en cuanto su antaño jugador favorito anunció que hacía las maletas. En dicha carta, por cierto escrita en Comic Sans (¿qué clase de mente enajenada elige Comic Sans para una redacción furiosa?) y con ciertos fragmentos enfatizados mediante un recurso tan infantil e histriónico como el uso de mayúsculas, Gilbert aseguraba a todos sus lectores: «Os garantizo personalmente que los Cleveland Cavaliers ganarán un campeonato de la NBA antes de que el autodenominado ‘Rey’ gane uno. Podéis poner la mano en el fuego».

Bueno, algo debió fallar en el plan de Gilbert porque los Cavaliers, tras la marcha de James, pasaron de ser el equipo que más victorias logró en liga regular (con 61) a quedar últimos en su conferencia, con solo diecinueve victorias. Este año han mejorado, de la mano del rookie del año, Kyrie Irving, pero siguen lejos no ya de luchar por el anillo si no de lograr entrar en playoffs. Sin embargo, el plan del «autodenominado Rey'» sí dio sus frutos. El primer año para el nuevo Miami del big three se truncó al toparse en la final con unos intratables Dallas Mavericks, en los que nadie (o casi nadie) creía y que sin embargo se hicieron con el anillo dando así recompensa a un excelente trabajo defensivo, al orden táctico y la regularidad de una veterana plantilla. De paso, dio sentido y brillo a las carreras de algunos de los mejores jugadores de una generación que prolongó su reinado más allá de lo esperado: Nowitzki, Kidd, Chandler, Marion o Terry fueron algunos de los ilustres treintañeros que se coronaron campeones, venciendo a unos jóvenes Heat cuyo momento debería esperar todavía un año más.

Tras una liga regular en la que alternaron buenos y malos síntomas, los Heat llegaron a los playoffs de la mano de un LeBron nombrado mejor jugador de la liga por tercera vez. Unos playoffs extraños. Miami sufrió más de lo imaginable frente a Indiana Pacers y Boston Celtics. Los primeros quizá por las alas que les dieron saber que no tenían nada que perder ni demostrar, los segundos por su experiencia y pundonor, estuvieron cerca de dejar fuera a Miami. En el sexto partido ante Boston, LeBron James irrumpió en la pista con un semblante hosco. Si verlo sonreír estas últimas semanas ha sido difícil, ese día en concreto supimos que no veríamos nada parecido a una sonrisa ya desde el primer minuto. Dwyane Wade, después del partido, reconoció que nunca lo había visto tan encerrado en sí mismo. Llegaban los Heat con un 3-2 en contra ante los Celtics, que jugaban además en casa. A Boston le bastaba con esa victoria para pasar a la final. Un desliz, y LeBron tendría que ver por segundo año consecutivo cómo otro se enfundaba su anillo. Pero no iba a permitir que eso sucediera. Con una mirada más propia de un boxeador logró una de las actuaciones individuales más impresionantes de los últimos años. A la media parte llevaba treinta puntos. En la segunda mitad, bajó el ritmo con el partido ya encarrilado. Terminó con 45 puntos, 15 rebotes y 5 asistencias. Anotó 19 de los 26 tiros que intentó. Esa fue la victoria más importante de este año para Miami.

Ya en las finales, Oklahoma no ha sido rival suficiente. Quitando un primer partido en el que los Thunder fueron mejores, luego han venido cuatro victorias relativamente sencillas para Miami. El último partido ha llegado a ser doloroso de mirar. El principal responsable, el director de orquesta de su equipo y el epicentro de la defensa rival, ha sido LeBron James. El nivel demostrado lo sitúa forzosamente entre los mejores de la historia. Algunos datos para contextualizar su actuación: en estos playoffs ha promediado 30’2 puntos, 9’7 rebotes y 5’6 asistencias. Es el primer jugador de la historia en lograr trece partidos con más de 25 puntos, 5 rebotes y 5 asistencias en postseason. Nadie había conseguido nunca tampoco superar los 650 puntos, 200 rebotes y 100 asistencias. Incluso sus más firmes detractores empiezan a quedarse sin peros ante la imponente figura de un jugador total que pasa por encima del baloncesto mismo. Un alero con la fuerza de un pívot y la velocidad de un base, que coge rebotes y reparte asistencias. Es difícil saber quién lo dijo originalmente, pero no podría ser más cierto: si el doctor Frankenstein hubiera construido un jugador de baloncesto, ese sería LeBron James.

Y así, King James, el mejor jugador de baloncesto del planeta, se hizo con su corona en forma de anillo, dieciocho años después de que el señor Walker le pasara un balón, dieciocho años de aprendizaje continuo, de mucho esfuerzo y muchos sacrificios.

El deporte, y la vida si me apuran, es una sucesión de metas, y en cuanto se alcanza una, otras metas nuevas aparecen en el horizonte. Conseguido el anillo, Lebron y Miami tienen ante sí perspectivas de grandeza. James tiene veintisiete años, Bosh veintiocho y Wade treinta. Les queda mucho recorrido todavía, y la posibilidad de hacer de este anillo el inicio de una dinastía histórica va a ser el motivo por el que sigan trabajando tan duro como lo han estado haciendo. Para Pat Riley, propietario de los Heat, el anillo dará alas a unos jugadores que por fin jugarán desahogados: «Todo lo que les atenazaba se ha evaporado hoy. Vamos a crecer. Vamos a evolucionar. Ahora viene la diversión. Esto al fin permite a estos jugadores ser libres».

Personalmente considero que somos muy afortunados por poder disfrutar de la mejor generación de jugadores de baloncesto de la historia. Hay más de veinte tíos jugando ahora mismo que pasarán al Hall of Fame de la NBA (*). Estamos viendo los últimos años de estrellas de la categoría de Kobe Bryant, Dirk Nowitzki, Tim Duncan, Kevin Garnett o Steve Nash, al mismo tiempo que vemos los primeros pasos de jugadores destinados a hacer cosas grandes, como Kyrie Irving, James Harden o Blake Griffin. El enfrentamiento entre Oklahoma y Miami, entre Durant y James, a fecha de hoy los dos mejores, debería prolongarse durante años. Podría incluso ser el inicio de una hermosa rivalidad histórica, como la que enfrentó a Magic Johnson y Larry Bird, a Lakers y Celtics. Es sin duda una etapa apasionante en la historia de la NBA.

Disfrutemos de ella.

* A saber, los principales candidatos son: Rajon Rondo, Paul Pierce, Ray Allen, Kevin Garnett, Deron Williams, Amar’e Stoudemire, Carmelo Anthony, Chris Paul, Blake Griffin, Kobe Bryant, Pau Gasol, Steve Nash, Derrick Rose, Dirk Nowitzki, Jason Kidd, Tony Parker, Manu Ginóbili, Tim Duncan, Dwyane Wade, LeBron James, Dwight Howard, Vince Carter, Kevin Love, Russell Westbrook, Kevin Durant, LaMarcus Aldridge. A estos nombres podrían unirse los de jugadores como Tracy McGrady, Josh Smith, Baron Davis, Chris Bosh, Grant Hill y varios más, por no mentar a muchos jóvenes talentos, que no incluyo porque aún tienen mucho por demostrar. Y lo demostrarán.

El emotivo abrazo entre James y Durant que seguro que veremos repetido en el futuro. Aunque quizá los papeles de vencedor y derrotado cambien
El emotivo abrazo entre James y Durant, que seguro que veremos repetido en el futuro. Aunque quizá los papeles de vencedor y derrotado cambien.

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20 Comentarios

  1. Gran artículo. Me sigue gustando más Durant, eso sí.

    Indudable las capacidades atléticas y baloncestísticas de James aunque, en mi humilde opinión, Durant tiene más de eso que no tiene que ver con músculo y fanarronada y que se llama talento…

    Veremos quién ha ganado más de aquí a 10 años. Interesante duelo!

    http://saliendodesdeelbanquillo.blogspot.com.es

  2. Lebron es el mejor jugador del mundo, todos los argumentos en su contra él solo se ha encargado de rebatirlos. Ahora bien, más allá del cómo y porqué de su marcha a Miami creo que el odio que hay hacia Lebron James es por lo que él representa. Ya le ocurría en Cleveland. Lebron es el típico jugador actual, una bestia parda que domina todas las facetas del juego, con un físico que le permite imponerse a todo y a todos.

    Los románticos, los que admiramos la estética y el talento y «despreciamos» la fiereza física miramos con peores ojos a Lebron. De ahí que aún reconociendo que es el número 1, porque no nos engañemos, lo es, tiende a salir mal parado cuando hablamos de preferencias personales.

    • Perfectamente explicado. Nada que añadir.

    • David Navarro

      Quizá ahí radique parte de la impopularidad de LeBron, aunque también quizá a menudo olvidemos que Jordan, Magic o Chamberlain no eran precisamente lisiados.

      En todo caso, coincido completamente contigo. Muchas gracias por el comentario.

      David.

  3. Belisario

    Artículo inflado de sí mismo, donde la idolatría hacía el protagonista del mismo llega a ser tan grande que entra en el terreno de decir idioteces.
    ¿La étapa más apasionante de la historia de la NBA? Cuando los dioses (si el hijastro de Delonte West es, según tú, el rey, Bird y Magic son directamente dioses) llegaron a la NBA esta estaba en sus horas más bajas, mal juego, nulo interés del espectador, contratos de TV en mínimos… Y a los dos años sus finales era el acontecimiento deportivo más atrayente del mundo. Eso es repertcusión, eso es dominar un deporte (con 15-18 tiros por partido, no con 30 o 37), eso es abrir una etapa apasionante.
    Y en cuanto al jugador es indiscutible que es el mejor o de lo mejor del baloncesto mundial, tal vez dependa demasiado de su físico, pero eso es algo que veremos con el tiempo.

  4. Pedro Torrijos

    Veo que los haters no encuentran paz ni el primer día del Verano. (Lo siento, pero es que odiadores suena raro, pese a mi natural desafecto a los extranjerismos).

  5. la mejor generacion de jugadores o de estrellas???

    lo siento pero no.

    barkley , olayuwon, ewing, bird jordan magic, stocton, malone, thomas, rodma, dumars, onil, duncan, pipen , grant, garnet, payton, kemp, wilkins, mutombo, baker, dog robison, starsk, starhaouse, carter, y el primo… todos esos son de finales de los 90 amigo, ni de coña la mejor generacion de jugadores,

    • maiquel yordan

      hoyga en que equipo jugaba onil no me acuerdo lo tengo en la punta d ela lengua gracias amigo lo busco en intertec y no encuentro nada

      los mejores de la nba son duran rondo james y escalabrini

    • Bueno, yo tampoco estoy 100% de acuerdo contigo….

      Onil espero que te refieras a Zakil onil porque el yermain era regular.
      De la lista te falta rovinson el de los espus, el comandante le llamaban, mar prise, dresler, mulin, chambers, kevin yonson y tim jardawei por lo menos.
      Y por otro lado creo que te sobra (y digo creo porque no estoy seguro de hablar de la misma persona):
      dog robinson
      payton
      baker
      starsk
      starhaouse
      y el primo

      Por lo demas si, los 90 fueron buenos y no volveran.
      Saludos Walios !!

  6. David Navarro

    Buenas, Walior,

    Me remito a lo que dijo hace poco Larry Bird acerca de James y Durant: «Estos tíos son tan buenos que me alegro de no jugar hoy día».

    Por otra parte, ésa lista de nombres es magnífica, desde luego, pero no todos coexistieron como jugadores. Y lo más preocupante: ¿John Starks y Jerry Stackhouse? ¿En serio?

    Gracias de todos modos por tu comentario. Un saludo.

  7. Granjefeindio

    El artículo no está nada mal si no fuera por esa pléyade de jugadores que el autor cita como «la mejor generación de la historia». En esa lista hay nombres que hacen enrojecer al lector como Deron Williams, Stoudemire, Aldridge, Josh Smith, etc. Por favor, seamos serios. De esos jugadores de gama media-alta (por decirlo de alguna manera) siempre ha estado inundada la NBA.

    Dicho sea esto, James es el mejor jugador de la NBA, o el más completo al menos. Durant nos gusta más a todos porque es más joven y más fino técnicamente, pero James es un dominador nato. Veremos qué aportación realiza cuando tenga 31-32 años, pero le quedan 5 o 6 temporadas en las que puede ganar varios anillos más.

  8. Una pena que no ganara el anillo Oklahoma con ese grupo de jugadores maravillosos (Durant, Westbrooks,Hardem). Le ha penaizado el pobre papel de Sefolosha y los poco minutos que ha dado el entrenador a Ibaka. Tiene un platillón y puede resarcirse el año que viene.
    También una pena que Boston no consiguiera eliminar a Miami con unos recursos mucho más limitados pero increible en oficio y carisma.
    Y los lamentables Lakers con su política de adoración al ego de Bryant y su marginación a Pau Gasol. Espero que por su bien se vaya de Los Ángeles a un equipo que le de más protagonismo y lo valore más. Me encantaría verlo en Boston, Chicago o New York

    • Hace tiempo se lo dije a una amiga, si Jordan hubiese jugado con algún jugador español y le dijera simplemente que defendiera mejor, seria tan odiado como Kobe. (No comparo a Jordan con Kobe)
      No entiendo esa mania de desprestigiar a un jugador como Bryant por cosas inocentes (Y ciertas) que dice…

      En cuanto al artículo, me ha parecido bastante interesante, quizá es lo que dicen por ahi arriba, que esta visto de forma muy subjetiva, pero realmente tiene razón.
      LeBron siempre me ha parecido un gran jugador y nunca entendí ese odio que le tienen, no me parece tan chulo como dicen y en la pista es simplemente imposible decir algo malo de el.

      Y lo dice alguien que al último equipo que quería ver como campeón era a Miami.

  9. Como nadie lo ha dicho aun, voy a ser yo el primero en comparar el odio que tiene la gente a Lebron con el que tiene la gente a Cristiano Ronaldo.

    Todo lo que se diga de Lebron, ya se ha dicho antes sobre Cristiano y viceversa. Son jugadores que por su fisico y su falsa arrogancia, caen mal a la gente frustada que no se aceptan a si mismos como son y les hace meterse con los demas por tener un fisico privilegiado, obviando las condiciones tecnicas que tienen. Que jugador actual o historico puede jugar de 1, 2, 3, 4 o 5 sin bajar su nivel?? Jordan? Magic? O’Neal? Bird? Russell? ninguno de ellos podria jugar fuera de su ambito de juego ni por fisico ni por conocimientos de baloncesto y en cambio Lebron si, tanto fisica como tacticamente.

    No estoy diciendo que Lebron sea mejor que Jordan, solo digo que criticar a Lebron solo puede venir de una frustracion interna de la propia persona porque sino es que no entienden de baloncesto. Te podra caer mal o bien, pero criticar su baloncesto es como al propio baloncesto.

    Por otro lado, si alguien tiene interes y no lo ha visto aun, por favor ver el documental sobre Lebron llamado «More than a game» e igual os cambia a los anti-Lebron un poco la vision que teneis de él.

    • Magic era un base de 2,06. podia jugar de todo lo que quisiera y ser un top 5 en ello. En el 6º partido de las finales del 80 (su año de rookie) con Kareem lesionado el entrenador lo sacó de salida de Center, durante el partido jugó de base y también de 4. Resultado? 42puntos, 15rebotes, 7asistencias, 3 robos, el anillo y el MVP de las finales…Casi ná. Para mi el mejor de la historia.

  10. Lebron es muy hortera. Yo soy más del chico de Inglewood, Paul Pierce, articulo con mayúsculas: http://rustlingmagazine.wordpress.com/2012/11/20/the-truth-de-inglewood-al-anillo/

  11. Pingback: Jot Down Cultural Magazine | 2012 en doce canastas

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