Arte y Letras Cómics

Superman y la necesidad de la fe

Cuando crezcas vas a tener que tomar una decisión.

—¿Y por qué no puedo seguir fingiendo que tan solo soy tu hijo?

Man of Steel. Zack Snyder y David S. Goyer. 2013

Desconozco dónde estarán leyendo este artículo. Quizá en el escritorio de su habitación con un ordenador de sobremesa; puede que en el portátil de su puesto de trabajo (presten atención no les descubra el jefe o ese compañero chivato que les tiene enfilados); a lo mejor en una tablet de última generación mientras se recuestan cómodamente en la cama; quién sabe si en la pequeña pantalla de un smartphone, de pie, en el abarrotado vagón de la línea 6 del Metro que toman cada día para ir a la universidad. Fíjense en lo que tienen alrededor: la pared, la madera del escritorio, el marco de la ventana y el vidrio y más allá las hojas de una acacia aleteando al viento del primer verano, los zapatos de tacón que martirizan los pies de la recepcionista de su oficina, la lámpara de la mesilla de noche, el gotelé del techo o las sábanas verdes que siempre cambian cuando cambia la estación, las marcas de sudor en la axila de ese viajero que se les acerca tanto en el tren, la sonrisa de la chica de enfrente que balancea la cabeza al ritmo de la inaudible música que suena en sus cascos, el pavimento plástico del vagón, el agarradero metálico al que se están aferrando con su mano libre o el reflejo de su propia cara diluido en el cristal de la puerta del metro.

Eso que están viendo y oyendo y oliendo se llama realidad y están envueltos en ella. Ahora vamos a darle la espalda un momento: cierren los ojos e imaginen que pudieran adquirir un superpoder, una habilidad sobrenatural que les permitiera distinguirse de la realidad. Cualquiera, no se pongan límites.

¿Ya lo tienen? ¿Qué era? ¿Superfuerza con la que levantar una tonelada de hierro como si fuese un kilo de paja? ¿Supervelocidad y así ahorrase una pasta en gasolina? ¿Invisibilidad para colarse en el vestuario de las chicas? ¿Rayos X en los ojos? ¿Superelasticidad? ¿Telequinesis? ¿Piroquinesis? ¿Teletransporte?

No.

No se engañen.

Era volar.

1. Superman y la comprensión del poder

Londres devastado tras el holocausto de Kid Miracleman
Londres devastado tras el holocausto de Kid Miracleman.

He intentado imaginar cómo te sentirías… 16 años y el ser más poderoso del planeta… y sin tener que rendir cuentas ante nadie. Podrías hacerlo todo. No tendrías que volver a ser el débil Johnny Bates. […] Lo tendrías todo: dinero, prestigio, fama. Podrías romper tus lazos con la humanidad… no tener escrúpulos. Serías imparable… y totalmente corrupto. ¿Es eso, John? ¿Verdad? ¿Ha pasado eso?

Me lo dice tu voz, la forma de moverte… no eres humano, John. Lo noto.

Miracleman. Alan Moore y Garry Leach. 1982

Claro que era volar. Surcar los cielos sin barreras y sin restricciones. Elevarse por encima de los valles y ríos y colinas del mundo con la misma libertad que el photoshop recorre los valles y ríos y colinas de la cara de Silvio Berlusconi. En definitiva, poder dar un salto y escapar de la civilización. Escapar de la humanidad.

Ahora imaginen que no solo pudiesen volar, sino que dispusieran de todos esos superpoderes que han pensado, los que han leído antes y alguno más que no se les haya ocurrido. ¿Serían un dios? ¿Un titán? ¿Un héroe mitológico? ¿Un tirano que gobernase con puño de hierro los destinos del planeta bajo el formidable peso del miedo?

Quizá serían el personaje más importante de la literatura de los Estados Unidos de América. Ni Ignatius Relly, ni Holden Caulfield, ni Atticus Finch, ni Rip van Winkle, ni Tom Sawyer, ni la familia Compson.

Kal-El. Clark Joseph Kent.

Superman.

Es posible que me digan que Superman es un coñazo, que es un aburrido buenista, que no le aguantan por ser tan perfecto, que el que mola de verdad es Batman. Voy a intentar demostrarles por qué Superman no solo es el personaje más importante de la literatura estadounidense, sino que también es el mito más consistente de la cultura contemporánea y el superhéroe más complejo y de mayor profundidad dramática de la historia del cómic.

En su ensayo de 1965 Apocalípticos e Integrados, Umberto Eco discrimina dos tipos de actitud ante la denominada cultura de masas: la de los que se horrorizan ante su mera existencia, pues consideran que la cultura debería estar reservada a estudiosos y eruditos y ser, en definitiva, elevada (los apocalípticos); y la de los que aceptan y acogen con naturalidad y alegría estas nuevas manifestaciones que aparecen para el consumo y el disfrute de la totalidad de la población (los integrados).

En último caso, y con más de mil millones de tebeos vendidos anualmente en los Estados Unidos, esta condición de consumo de la cultura de masas, esta industria cultural se muestra irrefrenable a la hora de cualificar la importancia del cómic como uno de los productos fundamentales de la misma y, por ende, de Superman como estandarte, símbolo e icono de la cultura occidental.

Eco incide en la importancia de Superman como actualización del mito clásico, sobre todo gracias a que su medio de transmisión primario es la imagen, emparentándose así con la simbología de la tradición grecolatina y medieval. Esto es, el hecho de que Superman no se configure a través de una descripción literaria, sino de una imagen ya formada, evita gran parte de las interpretaciones del lector, al menos en su formalización física, aunque posiblemente también en la emocional. Superman es como es: alto y musculoso, con traje azul, capa roja y una “S” en el pecho.

Es casi seguro que esta primaria imagen del Hombre de Acero concebida por Jerry Siegel y Joe Shuster tuviese mucho que ver con su propia fascinación por el culturismo y el forzudo de circo; pero lo cierto es que ha terminado sirviendo no solo para la solidificación de Superman como mito, sino también como elemento distintivo inequívoco del cómic de superhéroes, el cual representa más del 80% de la producción mundial de narrativa gráfica.

Sin embargo, Umberto Eco apenas se queda en la descripción y afirmación de Superman como mito, y no contempla la dimensión y la profundidad del personaje. Lógico por otro lado, puesto que en 1965, el mundo del cómic se encontraba en su denominada Edad de Plata, lejos aún de las exploraciones posmodernas que iba a experimentar a partir de la década de los 80, y que, de alguna manera, vendrían a acercar, e incluso en algunos casos a eliminar, la distancia que existía entre la alta cultura y la cultura de masas.

Miracleman, serie limitada de 1982, es una de las primeras aproximaciones del guionista Alan Moore al concepto del superhombre. En este cómic, el formidable escritor inglés plantea la existencia de un ser todopoderoso —Kid Miracleman que en un principio fue humano, pero al cual las décadas de comprensión y experimentación de su poder han transformado en un malévolo tirano completamente despojado de cualquier atisbo de moralidad, de responsabilidad y, en definitiva, de humanidad.

super-man

Desde luego, no podemos saber con seguridad que tenían en la cabeza Siegel y Shuster cuando crearon a Superman en 1938. Posiblemente tan solo pretendían una actualización de la novela pulp para el incipiente formato gráfico de los tebeos; pero lo cierto es que, en su origen, el Hombre de Acero era bastante más humano y menos poderoso que el que presenta la concepción actual del personaje: apenas levantaba un par de toneladas, no tenía ni aliento helado ni mirada flamígera y ni siquiera podía volar, tan solo dar prodigiosos saltos. Parecería que los creadores hubiesen temido que, si le conferían demasiado poder, Superman se desvincularía del ser humano. No en vano, el primer personaje al que, en 1933, llaman Super-Man no tenía nada que ver con el superhéroe que conocemos, si no que se trataba de un villano telépata y casi omnipotente. Y por cierto, calvo.

Entonces, si como indica la narrativa clásica e incluso la realidad, el exceso de poder podría transformar a un simple humano en un ser desprovisto de moral y, en el peor de los casos, en un terrible opresor, habría que profundizar en la condición que ata a Superman con el hombre, la que le impide la alienación. Habría que profundizar en ese personaje al que Eco describe como “un tipo aparentemente medroso, tímido, de inteligencia mediocre, un poco tonto, enamorado de su matriarcal y atractiva colega Lois Lane, que le desprecia y que, en cambio, está perdidamente enamorada de Superman”.

Habría que profundizar en Clark Kent.

2. Superman y la alienación

Jon Osterman dejando de ser Jon Osterman
Jon Osterman dejando de ser Jon Osterman.

He caminado a través del Sol. He visto suceder cosas tan rápidas que apenas parecían haber ocurrido, pero tú… tú eres un hombre. Y el hombre más listo del mundo no significa más para mí que la termita más lista.

Watchmen. Alan Moore y Dave Gibbons. 1987

Dice Eco que la existencia de Clark Kent tiene gran parte de la responsabilidad del éxito de Superman como fenómeno cultural, puesto que humaniza al mito y, de alguna manera, permite la empatía del lector del simple ser humano con el dios: “Kent personifica, de forma perfectamente típica, al lector medio, asaltado por los complejos y despreciado por sus propios semejantes; a lo largo de un obvio proceso de identificación, cualquier contable de cualquier ciudad americana alimenta secretamente la esperanza de que un día, de los despojos de su actual personalidad, florecerá un superhombre capaz de recuperar años de mediocridad”.

Sin embargo, el escritor italiano no explora las consecuencias emocionales del propio personaje cuando toma la decisión de ser Clark Kent. Porque efectivamente, Superman, al contrario que la mayoría de superhéroes, no es un simple mortal que se disfraza para ser un superhombre. Superman es un superhombre que se disfraza para ser un hombre.

La segunda y mundialmente famosa aproximación de Alan Moore al fenómeno del superhombre es la serie limitada Watchmen. En esta narración, la figura clave es Jon Osterman, el Doctor Manhattan. Al igual que sucedía con Kid Miracleman, Osterman nace como un hombre común al que los superpoderes le sobrevienen; y es el paso de los años y la comprensión de su condición lo que le acaba despojando de moralidad. Sin embargo, el Doctor Manhattan parece haber sobrepasado la barrera de la malevolencia y termina contemplando a la humanidad como un ángel bíblico, sin moral pero también sin emoción de ningún tipo, me atrevería a decir que ni siquiera condescendencia. Es un ser completa y perfectamente alienado.

En uno de los momentos más relevantes de Watchmen, Osterman decide escapar de la humanidad literalmente; huye al planeta Marte para así poder estar en completa soledad.

Aquí podemos establecer una diferencia esencial con Superman. Superman no es un hombre común, nunca lo ha sido. Su verdadera naturaleza es la de superhombre y su poder no es consecuencia de ningún accidente ni de ninguna circunstancia más o menos sobrevenida; él experimenta sus capacidades a través de una convivencia paulatina con ellas, desde la niñez hasta la edad adulta.

Con todo, la circunstancia decisiva en la comprensión no alienada de Superman reside en su condición de adoptado. Kal-El es tan solo un bebé cuando llega a la Tierra desde Krypton y su cápsula aterriza en el pequeño pueblo, y valga la redundancia idiomática, de Smallville, Kansas. Allí, es acogido por Jonathan y Martha Kent, pareja ya algo madura que ve en ese niño caído del cielo un signo que va a remediar su imposibilidad para concebir hijos naturales. Los Kent crían, educan y forman a Clark en el marco de unos valores morales firmes y sencillos: el amor, el respeto, la tolerancia. Esta moralidad, aunque en principio parecería identificarse con la de la América rural, es en realidad perfectamente universal.

Si bien Clark descubre su verdadero origen alienígena al final de la adolescencia, decide no revelarse al mundo como extraterrestre ni como superhombre. Quizá porque su educación no le permite otra alternativa, Superman elige mantener los valores morales de los Kent. De alguna manera, elige no solo disfrazarse de Clark Kent, sino seguir siendo Clark Kent.

No obstante, esta decisión obliga a Superman a permanecer en un estado de constante autorepresión; vive con el freno de mano puesto. Por un lado, como el tímido periodista, oculta su verdadera naturaleza a los ojos del mundo por miedo al rechazo o a la incomprensión. Y por el otro, como Superman, la firme moral de sus padres adoptivos, con la que creció y la cual da forma a su carácter, limita la explotación completa de su poder.

De ahí que, al igual que el Doctor Manhattan, Superman solo puede relajarse, solo puede ser él mismo, solo puede ser Kal-El cuando está alejado de la humanidad. Cuando está en el Ártico, en la Fortaleza de la Soledad.

En el refugio de la soledad.

3. Superman y la necesidad de la fe

The Authority a punto de derrocar un gobierno. A base de hostias
The Authority a punto de derrocar un gobierno. A base de hostias.

Soy Jennifer Sparks hablando en nombre de The Authority. […] Estamos aquí para daros una segunda oportunidad. Para hacer un mundo en el que merezca la pena vivir.

Somos La Autoridad. Portaos bien.

The Authority. Warren Ellis y Bryan Hitch. 1999

Es muy sencillo: Clark Kent es adoptado y Superman también. Kent por una pareja sencilla de la América rural, Superman por la humanidad. Y la sangre es muy densa, pero la vida lo es más.

Los guionistas Warren Ellis y Mark Millar dieron vida en The Authority a grupo de superhéroes sin ningún asomo de conflicto moral respecto a su comportamiento para con los humanos. Velan por la paz y la seguridad del planeta Tierra, pero no confían en los pobladores del mismo. No confían en nosotros. Son magnánimos y casi omnipotentes, pero su relación con los hombres es jerárquica y unidireccional: se sostiene a través de la amenaza.

The Authority, como su propio nombre indica, no reconoce a ninguna autoridad por encima de la suya y no dudarán en derrocar gobiernos, destruir ciudades y matar a quien sea necesario para que las cosas vayan bien. O al menos, para que las cosas vayan como ellos decidan que deben ir. Son dioses como los de la mitología griega o vikinga. O como el Dios temible de la Alta Edad Media.

Superman no. Superman no quiere tener una relación unidireccional con el hombre, no es el padre adoptivo de la humanidad ni quiere vigilarla, no quiere ser una amenaza, no quiere inspirar temor. Muy al contrario, Superman quiere ser humano porque para poder comprenderse a sí mismo, Superman necesita ser humano.

Superman, como cualquier mito y en realidad como cualquier hombre vive su paso desde la adolescencia a la madurez en un formidable conflicto. El descubrimiento de su naturaleza se le viene encima con el peso insostenible de un cosmos. No solo toma conciencia de que es adoptado, sino de que es alienígena; el último de su especie. Y esa revelación acontece en medio de los desérticos parajes del Ártico a través de una conversación con su padre con su verdadero padre, el cual le desvela además que su llegada a nuestro planeta no fue fruto del azar, sino de un trayecto certero y prefijado, con la perfecta consciencia de que su venida supondría un cambio irreversible para todos los seres humanos. Superman es un enviado a la Tierra.

Un enviado del cielo que afronta su misión para con la humanidad tras hablar con su padre en una travesía en solitario por el desierto. ¿Les suena?

Y si no les suena, esperen a ver Man of Steel, donde el director Zack Snyder y el guionista David S. Goyer no titubean en absoluto a la hora de introducir referencias a Jesús. Desde la secuencia inicial que coloca el nacimiento de Kal-El en un belenesco portal, hasta el plano en el que un Superman lloroso se arrodilla a los pies de Lois Lane, que le besa la cabeza y le reconforta; una indisimulada pietá. Pasando por la edad de Clark 33 años y la conversación que, previa a revelar al mundo su identidad, mantiene con un sacerdote y que es una verdadera declaración de intenciones al respecto: “No sé si puedo confiar en los humanos. Antes tendrás que dar un salto de fe. La confianza vendrá después”.

Sin embargo, algo no encaja.

Si tras la conversación con su padre biológico, Superman ha asumido su condición de dios, ha comprendido su misión y se ha reafirmado en el amor por su planeta adoptivo, ¿por qué se mantiene en tensión? ¿Por qué sigue necesitando ocultarse detrás de las gafas del apocado Clark Kent? ¿Por qué mantiene esa pose defensiva pecho fuera y puños en las caderas que es icónica del personaje? ¿Por qué no se relaja, al fin?

Bueno, en la práctica porque Superman no deja de ser un personaje de la industria del cómic y, pese a los más de 70 años que lleva publicándose ininterrumpidamente, las narraciones que protagoniza siempre han sido de índole más o menos convencional (planteamiento de una amenaza, exposición de la dificultad de la misma y resolución del conflicto, normalmente a puñetazos), en detrimento de una exploración emocional del personaje, que, cuando se ha llevado a cabo, a menudo ha sido de manera outsider o tangencial.

En 2005, 40 años después del ensayo de Umberto Eco, DC Comics publicó, fuera del canon del personaje, la serie limitada All Star Superman. Escrita por Grant Morrison y dibujada por Frank Quitely presenta una portada especialmente significativa. En ella, vemos a un Superman sentado en cuclillas, cómodo, relajado, que mira al lector con una expresión de serena tranquilidad. El guionista escocés dijo que esta imagen se le había aparecido en una revelación chamánica a la salida de una convención de cómics; que había visto a un hombre sentado en la calle disfrazado de Superman en esa misma postura y que consideraba que esa era precisamente la actitud que debía tener el Hombre de Acero: si nada puede hacerte daño, si no sientes frío ni calor, si eres prácticamente omnipotente, no tiene sentido ninguna disposición ante la vida que no sea la de la calma plácida.

Sin embargo, al abrir sus páginas, y prácticamente desde el primer capítulo, se nos hace una revelación decisiva: Superman sabe que tiene los días contados y que no hay nada que pueda hacer para evitarlo. Superman sabe que va a morir.

Claro, eso era lo que faltaba. La condición humana por excelencia. La muerte.

Porque, en efecto, Superman es un enviado del cielo. Es Dios y también es hombre. Superman es Jesús de Nazaret. Y al final necesita tener fe en la humanidad tanto como nosotros necesitamos tener fe en él.

Al final.

Porque es la asunción de la propia muerte la que le reconcilia definitivamente con su naturaleza adoptiva, tan importante como la verdadera. Y así, una vez depositada su fe en el hombre, puede al fin relajarse, descansar, sonreír y comprender que, incluso cuando él no esté, todo saldrá bien.

superman

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39 Comentarios

  1. Confieso que soy más de Batman.

    Sin embargo, el análisis del Boy Scout y el propio acercamiento entre estos dos opuestos tan similares me acabó llevando, por un camino algo más prosaico que el del artículo (el de la relación entre ambos personajes), hasta Superman.

    La crítica más manida y no por ello menos inclemente que se «suelta» acerca de Superman es la de «es tan poderoso que aburre». Y esto lo dice gente que no se habrá molestado en tocar novelas como el «All Star» mencionado arriba, «Identidad secreta» o «Es un pájaro», que demuestran que no es solo un personaje con capa y poderes.

    Es precisamente lo que no son sus poderes lo que le acaba definiendo. Más allá de la regularidad de la grapa, muchos han intentado, y conseguido en alguna ocasión, explorar el lado humano que se prohíbe al Último Hijo de Krpyton, lo que lo hace diferente y lo que le sume en la personalidad de Clark Kent.

    Por este motivo, su antagonismo con Batman, el todo que forman y que es separado por las palabras «Action» y «Detective» (seguidas por «Comics») hace de ambos personajes depositarios de un «este personaje va más allá» que se sale de las páginas que la gente ojea pero no lee.

    • Me ha encantado el artículo! Siempre me ha atraído el tema de los superhéroes y su condición respecto al resto de la humanidad, y en este tipo de textos suelo echar en falta al que es mi favorito y que a menudo queda relegado a un puesto de segundón: ¡Spiderman! Vale que no vuela ni lanza rayos destructores pero siempre me ha parecido muy atractivo como personaje!

  2. viejotrueno

    Esto que has contado aquí -y muy bien contado- viene a ser lo que se cuenta en Kingdom Come… aunque bueno, sin las referencias al Nazareno

  3. Pepe Ramírez

    Interesante.

  4. Excelente artículo, me agrada de sobremanera un análisis de este tipo adportas del estreno de Man od steel. Superman es un mito actualizado, el depositario de la humanidad y que aún así, presciende de ella; no existe modo alguno en que algo tan inmaterial como la humanidad pueda ser alcanzada… aún a supervelocidad.

  5. Para una revisión de calidad de los orígenes de Superman (concienzuda, realista, sin caricaturizar al personaje) y de todos esos años de conflicto entre la adolescencia y la madurez del héroe, recomiendo encarecidamente «Superman Tierra Uno», volúmenes I y II.

    • Te tomo la palabra. Este verano leí All Star y, la verdad, me pareció decepcionante.

      Creo que Superman es un personaje que genera mejores análisis de terceros, como el de Eco o este artículo, que historias profundas. En ese sentido, Batman es un personaje mucho más rico. En el caso del Hombre de Acero siempre le quedaran mejor las historias donde se cuece a golpes con algún alienigena con exceso de testosterona.

    • Me sumo a la recomendacion que hace Victor; si alguien quiere ver una buena «precuela» para ir en ambiente a ver «Man of Steel» las dos novelas graficas de Superman Earth One son obligadas. Una grandisima revision del mito y personaje; posiblemente para mi, de las mejores que he visto y leido junto con la serie de «Before Watchmen: Dr. Manhattan». Muy recomendada esta ultima tambien.

  6. Genial artículo, en serio. Creo que mucha gente que criticva a Superman, realmente o solo ha visto las películas o no ha entendido bien al personaje. Yo tampoco soy una entendida, pero creo que es un personaje mucho más complejo de lo que acostumbra a pensar la gente y poco valorado.

  7. Pues yo os recomiendo ‘superman rojo’. Un ‘what if’ muy interesante desde mi criterio. Gran artículo al q sólo añadiría un aviso a navegantes: las referencias a Jesús son en la película Man of Steel tan ciertas como evidentes y bien traidas por el articulista, pero la película es bastante decepcionante y apenas explora la dicotomia conceptual del personaje q tan bien trata este artículo. No vayais a verla.

    • No creo que la película sea decepcionante en absoluto. Es más, aunque lejos del Dark Knight de Nolan (no confundir con el de Frank Miller, q es novela gráfica) consigue que el no fan de Superman se plantee que el personaje pueda ser «algo más».

      Capta la esencia del Krypton de Byrne sin tener que clavarla viñeta a viñeta (cosa que Z. Snyder hizo a la perfección en «Watchmen»): un mundo a punto de la destrucción total debida a la decadencia en la que ha caído la propia autoconservación de la raza nativa.

      Y es en este punto donde Jor-El y Zod aparecen como otro Yin y Yang, fútiles vidas por separado, incapaces de nada el uno sin el otro. Una pareja que en armonía habrían hecho para Krypton otra era gloriosa.

      Sin embargo, sin un punto de disensión no habría trama, y he aquí que aparece la excusa del códex oculta hasta bien entrada la batalla.

      No me parece una mala película en absoluto. Me parece entretenida con actores muy correctos. Quizá el q menos me gustó fue Russell Crowe… porque de Lois Lane no hablaré (gracias sean dadas al dire por no darle más papel que el batallístico). Henry Cavill hace un Kal-El (porque ni es Superman ni es Clark Kent) digno del anteriormente mencionado Tierra 1 de Strazcinsky, al menos en su intención por encontrar su lugar en la humanidad. Perdido por ser depositario de un poder que ha de CONtener, no MANtener.

      Y, por cierto, me he enamorado de Faroa. Quiero una generala a así en mi vida (pero q no me pegue esos puñetes, por favor… xD)

      • Mira evidentemente depende de tu nivel de exigencia y lo q esperas de un personaje, tema y aquellos q lo realizan. Para ver hostias a cascoporro y edificios q explotan cuando algo los atraviesa ya esta transformers. Kripton parece una version beta de Pandora. Lo del codex un recurso pobre de un capitulo de smallville la serie y lo del metal alienigena unas sobre explicacion innecesaria a lo micloridianos. Preferia la kriptonita mil veces. Lo siento de Nolan y Snyder espero infinitamente mas. Watchmen era innecesaria pero hizo un gran trabajo

        • – La primera hora de película antes del destrozo q mencionas… ¿la viste? Entiendo que el ritmo de esa parte no es el mismo que el de la batalla y pueda aburrirte…
          – ¿Has leído «Man of Steel» de John Byrne? Digo, para ver cómo se conceptualizó el Krypton de la película. Planeta y vestimenta. No es igual, pero ya sabemos como iba la cosa del color antes de las páginas satinadas y los ordenadores… :(
          – ¿Sabes que la kryptonita son pedazos del planeta que se esparcieron por el universo al estallar (ergo, el metal de las naves es plausible de estar compuesto por «kryptonita»)? La discusión de porqué todos esos pedazos parecieron caer en manos de Lex Luthor y Bruce Wayne es otra historia xDDDDD

          Que después se dice la palabra «kryptonita» y nos pasa como con Lucas y sus «mierdiclorianos»…
          XD

          Y no creo que necesitemos que nos lo expliquen todo todo todo… q suficientemente larga es ya la peli. ^_^

          Conclusión: no depende de mi exigencia- te aseguro que soy exigente en particular con este tipo de pelis- es cuestión de que te guste o no.

  8. Sin dudas, una de las mejores notas que me tocó leer sobre Superman.
    Me encantó.

  9. He echado de menos alguna referencia al cómic «The Boys» de Garth Ennis; en él los superhéroes suelen ser una panda de desalmados que desprecian a los humanos y cometen todo tipo de barbaridades a la vez que las empresas se lucran vendiéndoles una imagen de estrellas de rock y protectores de la humanidad. No es tanto que pierdan su humanidad debido a sus poderes como que a pesar de sus poderes siguen siendo muy humanos, como nuestro amigo super.

    Muy buen artículo por cierto.

  10. Pingback: 26/06/13 – Superman y la necesidad de la fe | La revista digital de las Bibliotecas de Vila-real

  11. ¿Y por qué no una tonelada de paja como si fuera un kilo de hierro? Tiene incluso más mérito…

  12. Cristhian Cadena

    Por fin he encontrado un punto de comparación con mi idea. Puede que sea muy generalizada pero siempre he creido que Superman como comic es una invencion de Dios/Jesus como biblia. Una historieta venida de la Fe.

  13. Muy bueno el artículo. Con respecto a la película de Snyder, os emplazo a leer mi «Teoría del Guerrero Perfecto»

    http://masficcionqueciencia.com/2013/06/18/man-of-steel-la-teoria-del-guerrero-perfecto/

  14. Y así, tanta referencia filo-cristiana resulta en un alegato ateísta de lo más convincente.

  15. Curiosamente, este Jesús con capa, fue creado … por dos judíos.

  16. Pingback: El hombre de acero que no termina de ser Superman « Sergio Madrigal Blog

  17. Órale, hay tela de dónde cortar que no es solo el discurso de Bill. Muy interesante, aunque la película no me gustó.

  18. Javier Roca

    Los Religiosos, Supersticiosos, Locus de Control Externo, no se dan cuenta de su sin razon, El Quantum Richard Feynman, contaba la historia que tenia un amigo que era Artista (Locus de control Externo) su amigo le decía mira esa Flor, tu como científico no puedes apreciar la belleza de esa flor decía, Feynman le respondió, claro que puedo apreciar la belleza de una flor, un paisaje ,etc no tengo tu refinada visión estética como artista, pero puedo ver aparte de la belleza de la flor que esta compuesta por miles de partículas, y que esas partículas evolucionaron para que la flor tuviera un color en el centro para atraer a las abejas y que ellas la polinicen, esto quiere decir que las abejas pueden distinguir colores y esto es interesante, esta charla de Feynman muestra la sin razón de los puntos de este articulo, el 85% de la población en la humanidad cree que existe un ser supremo, tipo super man vagando en el universo y cuando se aburre crea mundos (porque si no lo sabían aun se crean mundos) , aveces estrellas, y los hace explotar de ves en cuando y ocasionalmente escribe libros, no se dedico a hacer fisica quantica, software, astrofisica o algo mas sofisticado solo se dedico a la rama de la literatura, y en arameo, existe una ciencia entera que se dedica a estudiar nuestros orígenes se llama Cosmologia y cuando un religioso habla de la creacion es como si le estuviera diciendo a Stephen Hawking mira steve vi tus Axioms y Funciones matematicas y si se miran bonitas pero no, estas equivocado esto sucedio haci, porque mi libro lo dice, que osadía, ningun cientifico serio les puede afirmar si existe o no un ser supremo todo poderoso creando mundos o no, lo que muestra la evidencia cientifica desde la evolucion hasta la astrofisica es que no, no existe y si existe aun no lo sabemos la Cosmologia se encargara de eso y si se da el escenario que es un ser supremo que asi sea, pero en base a investigación, analisis, el metodo cientifico, la verdad y no inventos y el atrevimiento de personas en especial los religiosos, supersticiosos, locus externo, que son los que se atreven a afirmar o hablar de algo de lo que no tienen idea porque usan el lado derecho del cerebro donde esta la imaginacion, el arte, donde se crean los duendes, unicornios, la ciencia ficcion, los alienigenas y superman, la Neurociencia y trabajos como el de Steven Phinker muestran datos de esto, http://www.youtube.com/watch?v=17jymDn0W6U porfavor observen este video muestra el Universo conocido 14.3 billones de años desde el bigbang lo mas lejos un quasar, la luz que estamos viendo del sol en este instante tardo cientos de años en llegar a la tierra por la velocidad en que viaja la luz, las estrellas y planetas que observamos en telescopios, son el reflejo de algo pasado y no el tiempo real, por como viaja la luz, eso es Arte, piense en tanta bastedad de planetas, en esa inmensidad y el ser supremo se hizo hombre para visitar al quinto primate, es desproporcional no se dan cuenta? El locus externo se siente especial, por eso crea historias como que la tierra era el centro del universo, o que el sol orbita alrededor de la tierra, no e visto la película de Superman y no se si los productores pusieron mensajes del personaje del libro judio Jesus en la pelicula o es una como el lo llama alienacion del escritor del post, hasta la persona mas Religiosa, Supersticiosa del mundo mira a los dos lados de la calle antes de cruzarla, existe razon en el solo que aun no lo sabe, el baile de la lluvia de los nativos americanos funcionaba porque dejaban de bailar hasta que lloviera, un cientifico puede ser emptico y transladarse a como pensaria esta persona pero el locus externo no puede y se inventa escenarios, paranoias, etc, hace tiempo existia un acelerador de particulas como el CERN en america y los paranoicos lo eliminaron, necesitamos mas gente de ciencia, en Guatemala pais donde vivo actualmente se alaba a corredores de maraton como uno que acaba de ganar una carrera en Berlin, o jugadores de futball pero no se dan cuenta que es desproporcional que puedo contar con la mano a los jugadores de futball, rockstars y maratonistas que abosrobera el mercado dividido los miles de miles a los que se les inculca esta falsa promesa, el desarrollo centifico y tecnologico absorver millones de empleos para el 2015 en Guatemala se necesita mucho personal en tecnologia, y los desvian a la supersiticion a las revistas como año cero, a los cristales, la energia , y la sin razon, y la humanidad necesita mas cientificos todos nacemos cientificos despues la adoctrinacion se encarga de quitarle eso, como Hacker Informatico tengo la habilidad de utilizar la Ingenieria Social, una habilidad que explota el ego, la seguridad de hablar de algo que so se sabe, pensar con el Gut, que comparten los locus externo, el articulo habla de alguien aislándose en solitude y es probable que se deba porque es dificil tener una charla inteligente sin sofisteria con un locus externo, eso es lo que pasa, hace tiempo un cientifico exponiendo su investigación en la que habia trabajado por 20 años, y se acerco un joven y le apunto su error, el científico se acerco al joven le estrecho la mano y le agradeció por mostrarle su error, esto significaba que todo su trabajo de 20 años estaba errado, pero lo que importo es que la ciencia triunfara, eso no pasa con los supersticiosos, religiosos, saludos

  19. NO. Y ahora más tranquilo: no.

    No comparto su opinión en absoluto.

    Superman siempre ha sido un títere del gobierno americano. Desde el minuto 0 hasta su muerte.Tratar de justificar eso mediante su personalidad de hijo adoptado no deja de ser una sencilla justificación. Mira a tu lado, al frente o mira a la foto de tus padres. Seguro que puedes hacer lo mismo que con Superman. Y eso no los hace la figura más importante de la literatura americana.

    No es el mito americano. No lo ha sido y nunca lo será.

    Y ahora aclaro, me gusta el personaje.

  20. Amé que dejases claro que el alter ego de Kal-El es Clark Kent. Es decir, el único y verdadero superheroe es Superman.

    Y bueno, al parecer hay uno que otro lector que debería tener su blog. Vamos, que esto es para comentar, no para mandarse una entrada de dos páginas.

  21. Interesante artículo, pero Frank Miller se pule este planteamiento al final de «El regreso del caballero oscuro».

  22. Rafael Condado

    Este artículo llamo mucho mi atención ya que los personajes principales ficticios de comics o mangas tienen una personalidad compleja, siempre hay un antecedente de un evento traumatizante que ocurrió en su infancia, este hecho impactante trae consecuencias en su vida adulta, y repercute con su actuar moral o ético. Las referencia históricas con las que se crea la personalidad de estos personajes debe traer elementos que seamos (nosotros los lectores o espectadores) capaces de reconocer, de identificarnos o admirar esos indicadores sociales que quisiéramos incorporar a nuestra personalidad. Superman me hace pensar en la idea de Friedrich Wilhelm Nietzsche y del súper hombre, una persona que tiene la capacidad de crear su propio sistema de valores.

  23. Raymundo Daniel P. N.

    Estamos en una era donde tenemos que cuestionarnos, para poder llegar a la escencia de las cosas, considero tambien que superman es un icono mundial que representa mas que la fe, el ideal, el redentor, el hombre, se ha convertido en un arquetipo similar al hercules, hijo de hombre, hijo de dios, que representa nuestro cuerpo,y lo mas sublime mas el alma.

  24. Pingback: Filosofía de ciencia ficción para padres desamparados

  25. Superman es un personaje que ha tenido infinidad de historias y enfoques a lo largo de los años. No las he leído todas (ni lo pretendo) Pero sin duda las aportaciones de Grant Morrison o Alan Moore son imprescindibles para entender en lo que se ha convertido hoy en día.

    La película del hombre de acero me pareció muy decepcionante, ya que todo este tema del eco mesiánico viene recocinado de las dos películas clásicas de Richard Donner-Mario Puzo (Incluyo la versión de la 2 de Donner) pero sin la profundidad ni alma del original.

    Por mi parte, quisiera añadir una recomendación. Ahora prima la moda de superheroes estilo Authority, personajes molones sin moral o piedad. Hasta en esta ultima pelicula Superman hace lo impensable, matar. Es lo molón y es lo que hay. Da igual que se trate de adulterar lo que representa Superman. Por eso y muchas otras cosas, la última película me pareció una soberana basura.

    Joe Kelly escribió en su última historia de Superman, lo que considero una carta de amor a Superman. Un personaje que como se ha dicho por aquí, no mola tanto como Batman porque es un boy scout y ve la linea que separa al bien del mal más gruesa que el atormentado murciélago. Pues eso, en esta historia de Superman, Kal-El se enfrenta a un grupo de nuevos superheroes que llevan más la filosofía postmoderna de Authority, donde todo es relativo y no hay verdades absolutas sino el bien a quemarropa.

    No cuento más porque creo que esa historia, define lo que significa Superman.

  26. CESAR RAMIREZ PAEZ

    Me gustó mucho la película,,, tiene escenas bastante emotivas….. pero definitivamente pienso que la super-escena de la película es el sacrificio del padre adoptivo de Supermán….. veo ahí una actitud estoica férrea…. El sacrificio de una vida por un ideal….. el ideal de proteger y salvaguardar la identidad del hijo por amor….. morir no importa,, importa tu actitud frente al mundo y la existencia….. importa el sacrificio por proteger lo que se considera correcto,, (los ideales de Platón, Beethoven, Einstein: Belleza-Bondad-Verdad)…….. (a mi recuerdo viene, además de Jesús, Sócrates,, quien es capaz de sacrificar su vida por la busqueda de la verdad)….. definitivamente, esa se convierte en una de las mejores escenas del cine (para mi, por supuesto), y me da la impresión que en esta película, el verdadero Supermán es el papá de Supermán….. Mi héroe es ese viejo estoico……..

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