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Ganando fuera de la pista: los negocios de los pilotos de la Fórmula 1

Emerson Fittipaldi en 1972. Foto: Lothar Spurzem (CC).
Emerson Fittipaldi en 1972. Foto: Lothar Spurzem (CC).

Muchas carreras, mucha velocidad, mucho riesgo… y mucho dinero. En el deporte más caro del mundo, un piloto de nivel medio podría vivir cómodamente el resto de su vida con los beneficios económicos obtenidos, ya sea a través de su nómina, premios por logros obtenidos o por contratos de patrocinio personal. Cuando firman su contrato con las escuderías se negocia una base salarial a la que a menudo se le añaden los llamados «bonus por puntos conseguidos». Cuando se gana una carrera nadie, ni piloto ni equipo, percibe compensación económica alguna. A final de año y dependiendo de cómo quede su formación en la tabla de constructores, esta recibe una porción de los derechos de televisión contratados por el organizador. Pagar unos cuantos millones de euros más a un piloto mejor puede traer más puntos, y a la postre salir rentable. La diferencia entre un primer y un segundo clasificado ronda los 20 millones de euros y esas plazas se ganan sobre en las pistas; mejorar un coche o un mejor ingeniero no es un gasto sino una inversión. La otra fuente de ingresos de un piloto son las marcas de relojes, coches, pizzerías, tetrabricks de leche, champús anticaspa, videoconsolas, aseguradoras, bancos o marcas de pan de molde que determinen que gracias a su imagen pueden vender más. En estos contratos es el agente del deportista el que lleva la voz cantante y el equipo no entra. En las escuderías mayores pagan más a sus pilotos no solo por ser los más rápidos, sino para que se alejen de tener que estar pendientes de los innumerables actos publicitarios a que esto puede llevar; tienen que estar más concentrados. 

Se calcula que Lewis Hamilton habrá amasado una fortuna cercana a los trescientos cincuenta millones euros cuando se retire, o los alrededor de seiscientos que reunió Michael Schumacher una vez pagados impuestos y comisiones, pero… ¿qué hacen después con ese dinero? La casuística es diversa, pero en general los pilotos de Formula 1 suelen ser excelentes gestores de sus activos. Los psicólogos dicen que los que se enfrentan cara a cara con la muerte desarrollan una inteligencia natural superior, y es por ello que muchos acaban teniendo incluso más éxito en los negocios que sobre el asfalto. 

Al retirarse, uno de los destinos más frecuentes son las cabinas de comentaristas de televisión: Martin Brundle, Adrián Campos, James Hunt, Eddie Jordan (director de equipo), Marc Gené, Pedro de la Rosa (estos dos últimos aún en activo), Niki Lauda, David Coulthard, Stirling Moss, Ralf Schumacher, Mika Salo y muchos otros han disfrutado de una vida relacionada con las carreras. Otros siempre podrán volver a sus anteriores tareas, como Romain Grosjean, que era empleado de banca, Marc Gené, que hacía auditorías para Price Waterhouse o Kamui Kobayashi, camarero en el restaurante de sushi de su padre. La familia de Heinz Harald-Frentzen tiene un negocio funerario, la de Paul di Resta uno de «entretenimiento para adultos». Helmut Marko posee un hotel en Graz y durante muchos años, Coulthard manejo y remozó el lujoso Columbus de Mónaco, que más tarde vendió cosechando jugosos dividendos. El que vio engordar de manera alucinante su alcancía con una acertadísima inversión fue Eddie Irvine. Cuando salió de Jaguar en 2002 y abandonó la competición invirtió una gran parte del dinero recolectado en una década de carreras en la industria papelera irlandesa. La suerte estuvo de cara cuando en apenas dos años el precio del producto se elevó de manera exponencial y Eddie «el bocazas» multiplicó su fortuna hasta el punto de ocupar un puesto entre los diez tíos más ricos de su país. A pesar de ello, dice abiertamente que el día más feliz de su vida fue «cuando Schumacher se estrelló en Silverstone en 1999». Eddie pasó a ser primer piloto, pero acabó segundo en aquel mundial. Hay quien piensa que casualmente, y sin el Kaiser en pista, «su coche dejó de correr».

Un caso paradigmático es el de Thierry Boutsen. El piloto belga ganó tan solo tres carreras antes de retirarse en 1993 y pocos años más tarde creó Boutsen Aviation, una compañía de compra-venta de aviones. Si vuela, Thierry lo puede vender, así que cerca de trescientos helicópteros, bimotores de hélice o lustrosos jets privados han cambiado de manos gracias a sus gestiones desde entonces. Uno de sus mayores pelotazos lo pegó en verano de 2013 al colocar un Airbus A319CJ, un avión de línea aérea personalizado para un cliente privado. Su nombre no ha trascendido, ni la comisión percibida tampoco. 

A otro al que le ha ido bien en el aire es a Niki Lauda. Montó la exitosa compañía Laudair, cuyas atractivas azafatas, vestidas con un chaleco rojo y una gorrita del mismo color, clónica de la que usaba su jefe, de la que colgaba el pelo recogido en una cola de caballo, eran entrevistadas personalmente por el expiloto. Las conocía a todas, una a una. Vendió la compañía y con el tiempo montó otra, FlyNiki. Se dice que ha pilotado en muchas ocasiones sus aviones. 

Peor le fue con los aviones a Alessandro Nannini. En un accidente de helicóptero en 1990 perdió medio brazo, lo que le imposibilitaba volver a pilotar un F1. Sí lo hizo con turismos y lanchas motoras. Dejó el deporte y montó una exitosa empresa dedicada a la importación y producción de café y productos relacionados con los desayunos. Preside un equipo de fútbol en Siena. 

Juan Manuel Fangio, «el Chueco», se retiró siendo el piloto más exitoso de todos los tiempo al ganar un 40% de las carreras disputadas. Con la marca Mercedes consiguió dos de sus títulos y en agradecimiento el fabricante germano le concedió la representación de la firma en su ciudad, Balcarce. Más tarde fue presidente de la compañía en Argentina. Dirigió su empresa muchos años desde su casa en Nerja, Málaga, hasta que murió en 1995.

Muchos se sorprendieron a finales de los ochenta en Suzuka al ver el Minardi de Paolo Barilla con su propio nombre pintado a los lados. Muchos pensaron que sería una estratagema del equipo para disimular la escasez de fondos. Lo que pocos sabían es que su familia era (y es) la propietaria de una de las marcas de pasta más grandes de Italia, Barilla. Al acabar su carrera tomó las riendas de la compañía y ahora su expansión es planetaria. 

Nelson Piquet provenía de una familia acomodada antes de correr en la Fórmula, 1 no en vano su padre llegó a ser ministro de sanidad en Brasil. El de Sao Paulo fue campeón del mundo tres veces durante catorce temporadas y amasó una fortuna que bien podría haber dilapidado alegremente, pero invirtió de una manera muy hábil. Antes del advenimiento de los GPS, en Brasil existía un problema endémico: el robo de camiones en una cuantía fuera de lo normal. Miles de trailers desaparecían para siempre en uno de los países más grandes del mundo. Piquet se hizo con las patentes de un sistema de comunicación y seguimiento vía satélite llamado Autrotrac para tener controladas flotas completas. Se forró. 

Otro que se hinchó de ganar pasta fue el sudafricano Jody Scheckter. Durante la época del Apartheid su país tenía vetado el acceso al negocio internacional de las armas, así que sus racistas dirigentes tiraron por la vía de en medio y esta industria floreció allí con todo tipo de productos. Scheckter se hizo con la empresa propietaria de un sistema que identificaba al portador de armas cortas a través de la huella dactilar. Se la vendió a una compañía norteamericana a cambio de un dineral. Más tarde montó una granja exenta de productos químicos llamada Laverstoke Park Farm. A través de su web vende queso orgánico, cerveza orgánica y unas curiosas hamburguesas igualmente orgánicas de búfalo y «chorizo» (sí, en español)

A algo similar se dedica ahora Pedro Diniz. El carioca es hijo del propietario de la mayor cadena de supermercados de Brasil. En su época de piloto se trasladó a Mónaco, iba a fiestas cada día, se hizo amigo de príncipes, se benefició a decenas de modelos y vivió la vida loca. En una ocasión, Naomi Campbell entró en el box de Pedro de la Rosa preguntando por «un tal Pedro, que era muy guapo». El catalán le dijo que sí, que él era Pedro, «¿pero Pedro el brasileño?». La respuesta fue «ahhh… noooo… es en el box de al lado». Esta es la medida de su éxito con las féminas. Se hartó de esa vida, se casó con una actriz a la que conoció en sus clases de yoga, tuvo críos, compró una granja al norte de Sao Paulo y ahora pilota tractores. 

También maneja una granja el argentino Carlos Reutemann, uno de los pilotos de más talento de la historia pero que nunca obtuvo un título. Tras abandonar el deporte fue gobernador de la provincia de Santa Fe desde 1991 y hasta 1999, y a punto estuvo de presentares a las elecciones nacionales aprovechando su popularidad.

No pequeño fue el cabreo que se pillaron los organizadores de la Daytona 500 cuando vieron a Emerson Fittipaldi beber zumo de naranja en el podio, cuando la tradición es beber leche. El público le abucheó, pero en las imágenes que se vieron en su país lo que observaron fue al bueno de Emmo promocionando el producto procedente de sus terrenos repletos de árboles cargados de cítricos. La marca de zumos era suya. 

Otro líquido, pero cargado de taurina, es el que comercializa Bertrand Gachot. El hombre más conocido por aquella trifulca con un taxista por Londres, y por ello expulsado del equipo Jordan para dejar sitio a un tal Michael Schumacher, se instaló en Marbella y vende un remedo de bebida energética llamada Hype. Durante un tiempo patrocinó a Williams, y aunque apenas se ve en Europa, tiene mucho éxito en países árabes. 

Nigel Mansell es un tipo enormemente trabajador. El británico más exitoso de todos los tiempos ha tenido campos de golf, hoteles, complejos deportivos, concesionarios de Ferrari, ha sido jefe de policía de la isla de Man, ha participado en incontables actos benéficos… una vida intensa. Cuando se trasladó a vivir a la isla de Jersey abrió el único compra-venta de coches usados del mundo donde hay expuestos coches de Fórmula 1 que han sido campeones del mundo. Con los monoplazas que tiene en la planta de arriba se podría organizar una carrera. Hay F1, F3, Indycar, GP Masters… y lo mejor de todo: te los enseña él mismo. 

Pero si de todos ha habido uno que le ha sacado partido a su figura ha sido sin duda Michael Schumacher. El alemán se puso en manos de Willi Webber, apodado en los circuitos «Mister veinte por ciento», que creó para su mayor gloria crematística la compañía Pole Position Merchandising. A través de ella comercializaban peluches, camisetas, bebidas, caramelos, mapas de carreteras, pegatinas, llaveros, patines, linternas, mochilas, zapatos, pósters, revistas, material de oficina, escolar y así hasta cuatrocientos productos. La guinda de la tarta eran las gorras, de la que se vendieron millones. A todos ellos se pueden añadir cientos de chirimbolos a los que se añadía el nombre del heptacampeón aunque no tuvieran absolutamente nada que ver con las carreras. La marca AEG, por ejemplo, incrementó notablemente la venta de sus aspiradoras por el mero hecho de llevar una pegatina con el nombre del piloto. 

Ocurre que hasta los negocios redondos no siempre funcionan. En 1998 y durante un exceso de optimismo, Willi Weber encargó cien mil gorras rojas de campeón del mundo antes de acabar la temporada con la idea de que estuvieran listas para cuando su chico levantase la copa de vencedor. El problema fue que el título acabó recayendo sobre su rival, Mika Hakkinen. Las gorras no vieron la luz y no se sabe que ocurrió con ellas, nadie las ha visto nunca, pero se sabe que existieron. Los pilotos no siempre ganan, ocurre en los circuitos, y fuera de ellos. Como la vida misma. 

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17 Comentarios

  1. Manuel Cardoso

    Genial

  2. Artículo muy pero que muy interesante

  3. maria rosa r--santanan de torres

    Pues muy interesante como tod8 lo tuyo

  4. ANgel Herrador

    Me parece un artículo sensacional. Cosas muy curiosas y muy bien documentadas. Muy bueno. Enhorabuena.

  5. Y Alonso no tiene más negocios que el circuito de karts de Asturias y la exposición esa que hace¿ Dicen que en Oviedo tiene comprados varios pisos. Seguro que tiene algo en el extranjero de cuando vivía en Suiza

    • Fulgencio Barrado

      En Oviedo no se abre un nuevo negocio sin que se oiga que Alonso está metido en él. Todo bulos, nada confirmado. Ni lo de los pisos, -que seguro que será verdad, por ser parte de la idiosincrasia de los pobladores hispanos-.

  6. Un artículo muy interesante, esto es un negocio y los pilotos son una imagen les guste o no…curioso lo que nos cuentas…

  7. Me ha encantado. ¿Para cuando el próximo? Queremos mas como este

  8. Raquel Caine

    Artículo muy interesante, pero nos quedamos con las ganas de saber que fue de las cien mil gorras rojas!! ;))

  9. A mí me apasiona la figura de Hunt: «Su familia todavía recuerda que Hunt de pequeño era un niño tremendamente competitivo, odiaba perder a cualquier juego y cuando esto ocurría podía enfadarse durante horas o incluso días. No le gustaba la disciplina escolar ni tampoco los deportes colectivos por lo que acabó desarrollando una gran afición por los deportes individuales y especialmente por los relacionados con el motor.»
    Os dejo un artículo que narra su relación de amor-odio con Lauda, para quien le interese:

    http://www.elpisapapeles.com/deportes/hunt-lauda-enemigos-intimos-formula1-rush.php

    Saludos

  10. Buen comentario o artículo; sólo un pequeño apunte,quizás se te ha olvidado las contribuciones a ONGS creación de escuelas,casas,etc,etc… Eso también es la otra cara de otra querida F

  11. Ansioso espero un artículo / crónica sobre la que muchos no dudan en calificar como ‘la carrera más perfecta de la historia’: Nürburgring, 1957

  12. Juan C. Herrera

    Muy documentado, muy bueno, mas, mas

  13. el virutas nos ofrece lo que nadie cuenta de la formula uno. muy bueno tio

  14. muneratti

    Hola tengo un testimonio que traes: Si quieres hacer un préstamo entre individuo con agradecimiento de interés de 3% en contacto con la Sra. RODIONOVA ELENA y VÉRONIQUE fortuna dos hermosas damas que realmente me han concedido un préstamo 70 mil de euros (70.000€), al principio pensé que no un solo momento, puesto que el mal bienintencionado del préstamo en internet tenía me totalmente vacía, pero mi curiosidad me empujó a probar una segunda vez. Finalmente conseguí este préstamo que mi versión de este atolladero en el que vivía. Tengo varios compañeros que también han recibido préstamos a su nivel sin problemas en vez de hacerlo tienen por personas mal intencionadas que salen a trabajar para estafar a los inocentes, publico este post porque me hizo bien con este préstamo y desanimado, no porque yo estaba teniendo pero conoció a estas señoras honestas y generosas que tomas contacto con él:
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    Gracias a gusto y envíe su solicitud para obtener su préstamo dentro de 48 horas como máximo. GRACIAS POR COMPARTIR ESTA INFORMACIÓN PARA AYUDAR A NUESTRO HERMANO, NUESTROS AMIGOS Y OTROS

  15.  Espero con interés el próximo artículo. Renan

  16. Por añadir una puntualización, Piquet es carioca y Diniz paulista, no al revés.

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