Política y Economía

Ocaso magenta: cómo y por qué cayó UPyD en tan poco tiempo

Francisco Sosa Wagner, Rosa Díez y Fernando Savater. Fotografía: UPyD.
Francisco Sosa Wagner, Rosa Díez y Fernando Savater. Fotografía: UPyD.

UPyD fue el primer partido que desafió tres décadas de bipartidismo. Consiguió disputarle la tercera plaza a IU y abrir la puerta a nuevos espacios políticos, pero sus problemas internos y la irrupción de Ciudadanos en su mismo nicho ideológico acabaron por abrir en canal la organización y dar paso a su derrumbe.

«Como en cualquier ruptura traumática se necesita tiempo para curar. Todavía no ha pasado el tiempo suficiente, al menos para mí, para poder hablar de ello con la tranquilidad y objetividad que merece». Quien habla es Julio Lleonart, aquel diputado que sustituyó a Toni Cantó cuando este dejó la bancada de UPyD en el Congreso. La prensa en aquellos días hablaba del «diputado hipster», por sus vistosas gafas de pasta y su frondosa barba, las típicas trivialidades que llaman la atención de los medios. Pero su fugaz paso por el Congreso fue mucho más simbólico que eso.

Lleonart apenas estuvo seis meses en ese escaño. Fue el tiempo que separó la espantada de una de las caras más conocidas de su partido y el final de la legislatura. Pero en total lo suyo fueron nueve años metido en el proyecto magenta. Ha pasado ya un año desde aquel adiós, que acabó propiciando también su salida del partido, pero prefiere no hablar del proceso de disolución de UPyD, un trámite que recuerda como muy doloroso.

«Siempre ha habido dos UPyD, una la de la dirección, antipática, inflexible, impermeable a las opiniones y la discrepancia, y otra, la de los afiliados, simpatizantes y votantes, formada por gente razonable, abierta al debate y permeable. Tristemente ganó la peor parte». Quien habla es Fernando Tellado, que fuera concejal del partido en Villalba, una localidad al noroeste de Madrid. «Lo peor de UPyD, su dirección, terminó echando o animando a irse a lo mejor de UPyD». La de Cantó, que propició la entrada en escena de Lleonart, fue una de esas salidas y, además, el primer aviso del vendaval que se aproximaba. Acababan de tener lugar las elecciones andaluzas, en las que UPyD cosechó su primer resultado catastrófico: un 1,93% de los votos, que le dejaban fuera de la Cámara. Por su parte Ciudadanos, el partido que le disputaba su nicho, triunfaba con un 9,3% de los votos, que le dejaban como cuarta fuerza con nueve diputados. Un éxito sin precedentes, especialmente tratándose de un partido catalán en Andalucía.

Entonces arreciaron las críticas, y una de ellas fue la de Cantó, que pidió la dimisión de Rosa Díez para forzar un cambio de rumbo en el partido. En apenas dos años UPyD había pasado de ser un partido emergente que estaba en condiciones de asentarse como tercera fuerza política a prácticamente desaparecer. Poco después, en las generales de diciembre perdieron todos sus escaños y en las recientes autonómicas vascas se quedaron sin su último asiento autonómico. Ahora mismo apenas conservan ciento veintinueve de los casi sesenta y ocho mil concejales que hay en España y fuera les queda solo una representante, Maite Pagaza, porque los otros tres que consiguieron —tras varias renuncias y cambios— ya no están en el partido aunque conserven los escaños.


Inicios problemáticos, trayectoria ascendente

«La política exige flexibilidad, y a nosotros nos faltó», explica una de esas personas, la eurodiputada Beatriz Becerra. «Me desvinculé del partido a principios de abril de 2016. UPyD se había desintegrado y dejado de ser útil a los ciudadanos. Yo continúo con mi trabajo como eurodiputada independiente dentro de ALDE», dice al respecto.

El inicio de la breve historia de la formación magenta hay que buscarlo precisamente en el País Vasco. Fueron personas y entidades sociales diversas las que en un principio crearon el germen de UPyD, todas con un denominador común: el rechazo al nacionalismo periférico —al vasco en particular, al resto por extensión—. Uno de esos fundadores originarios del País Vasco es Carlos Gorriarán, quien fuera mano derecha de Rosa Díez, exdiputado en el Congreso y posiblemente uno de los mayores críticos con el papel de Ciudadanos. «Nuestro diagnóstico de la crisis política española y de sus causas, en el que entonces no creía casi nadie, se ha revelado muy acertado», sostiene. Pero, según afirma señalando a un problema externo y mayor, «no tenemos una democracia digna del nombre, sino una oligarquía con sistema electoral para distribuir los turnos de gobierno entre los partidos adheridos al sistema».

Alrededor de esos fundadores encabezados por Rosa Díez orbitaron políticos e intelectuales como Arcadi Espada, Albert Boadella o Fernando Savater, que moldearon una idea a la que algunos se apuntaron, aunque con discrepancias desde el inicio. «Todos los partidos tienen disensiones internas. En retrospectiva, tengo la impresión de que nos faltó mano izquierda a la hora de gestionarlas. Entre ceder a los intereses personales y negarse a cualquier diálogo hay caminos intermedios que nosotros no supimos explorar», dice Becerra rememorando aquellas primeras tensiones. «Viví de primera mano aquellas peleas de gallos», explica Tellado. «Recuerdo haber creado los primeros blogs y cuentas de Twitter para Mikel Buesa y Ramón Marcos. Estuve en alguna reunión acalorada entre ambos, echándose pestes el uno al otro a pesar de formar parte de la misma dirección, ante los atónitos asistentes. Lo vi como una guerra de egos», sentencia. «Yo no me metí en política, me metí en UPyD», explica marcando el tipo de implicación que tenía con el proyecto. «Pero me di de baja después de las últimas elecciones internas, que provocamos para pedir un cambio de dirección. UPyD no tenía arreglo: iba a seguir rigiéndose desde la antipatía y el desprecio al discrepante».

Pero no todo fueron enfrentamientos ni debates tumultuosos. Becerra coincide en señalar la visión acertada que dio lugar a UPyD y de la que Gorriarán hace gala. «UPyD fue decisivo en el diagnóstico y en las propuestas que hoy configuran el debate político de nuestro país. Lo mejor de UPyD permanece: contribuimos a propiciar un cambio político sin precedentes y a preparar a la sociedad española para ello. Hoy se habla de los temas clave en los términos que nosotros pusimos sobre la mesa. Era natural que esperáramos convertir ese estado de ánimo en votos, y desde luego ha sido muy decepcionante no lograr recoger los frutos, y que fueran otros los que lo hicieran», lamenta.

Rosa Díez. Fotografía: Lupe de la Vallina.
Rosa Díez. Fotografía: Lupe de la Vallina.

Esos «otros» son, sobre todo, Ciudadanos. Por aquel entonces el partido catalán ya existía, pero UPyD caducó más rápido. Cosechó sus primeros éxitos a nivel nacional cuando Rosa Díez se hizo un hueco en el Congreso en 2008 y, gracias a su habilidad como oradora, dio el salto a un grupo parlamentario propio en el que apoyarse. Fue su mejor momento, con 1,1 millones de votos. Un año después, en las europeas en las que Becerra cogió el billete hacia Bruselas, volvieron a romper el techo del millón de votos. Mientras tanto, lograban presencia en los Parlamentos autonómicos de País Vasco, Asturias, Madrid o la Comunidad Valenciana.

Aquellos fueron sus mejores días. Su principal lamento entonces era no tener la presencia mediática y la atención que consideraban que merecían por sus votos, aunque en algunos medios se les daba tribuna preferente. «El trato de los medios ha sido de una hostilidad constante y sectaria. No les ha interesado nada de lo que hacíamos», afirma Gorriarán. «Nos crearon un desierto informativo. Creían que éramos nosotros los que no queríamos ir a televisiones o radios, ni dar entrevistas a los periódicos. La cosa era sencilla y eficaz: se referían solo a Rosa Díez y la acusaban de personalismo mientras a los demás de UPyD nos negaban la mínima atención informativa. Para que se me entienda, un trato exactamente inverso al dado a Podemos, donde cualquier aspirante a algo encontraba abiertas las puertas de todos los medios», concluye. Y eso, en su opinión, tiene un motivo de nuevo externo: «En España tampoco tenemos grandes grupos de prensa independientes. El resultado es un periodismo político partidista y sectario», sentencia.

El asunto de la relación con los medios y la opinión pública siempre ha sido particular. Pocos partidos han despertado en tan poco tiempo tantas antipatías. Nunca su sala de prensa estuvo tan llena como el día en el que Rosa Díez hizo la intervención en la que se esperaba que anunciara su adiós cuando empezaba la caída. «Es cierto que algunos medios fueron injustos con nosotros, pero no todos. Metimos a todos los medios en el mismo saco», reflexiona Becerra. «Esa queja constante fue un error, como lo es cualquier recriminación permanente sin buscar soluciones y analizar qué es lo que tú mismo debes cambiar para que lo demás cambie. Creo que pecamos de una mezcla de soberbia, falta de profesionalidad y cierto esnobismo. No mantuvimos un diálogo constructivo con medios y periodistas. No aprovechamos oportunidades que otros supieron ver, como las tertulias televisivas. No basta con hacer bien las cosas. Asumir que era obligación de los medios contarlo sin construir una relación de confianza y colaboración constituyó una seria miopía», explica.

«Esta fue una de mis peleas permanentes dentro del área de comunicación, en la que trabajé», dice Tellado al respecto. «UPyD ha abierto la mayoría de los debates importantes de este país en los últimos años, pero nunca se supo comunicarlo bien a los grandes medios», reconoce. «Tengo que decir, en contra del mantra tantas veces aludido por UPyD de que los medios no nos querían, que era falso», sostiene. «Si crees de verdad en la libertad de prensa no hay que demonizar a ningún medio, simplemente asumir que hay distintas líneas editoriales, que no siempre coincidirán con tus planteamientos, y que debes tratar a todos los medios con igual respeto y atenderles con amabilidad y profesionalidad», sentencia. Gorriarán, que era parte de esa dirección a la que se alude, discrepa. «Es falso. Hablando por mí, dudo de que hubiera nadie más accesible por cualquier medio de lo que yo he sido. Y de Rosa Díez puedo asegurar que dedicaba todo el tiempo disponible a hablar con todos, infatigable y siempre atenta. Otra cosa es que haya quien te acuse de falta de permeabilidad si no le das la razón o sigues sus directrices y designios. La política es como el fútbol: todo el mundo cree saber mucho más que el árbitro, el entrenador y los jugadores», zanja.

Pese a esas primeras disensiones internas, y con políticas de comunicación tan discutidas, el partido fue ganando apoyos con sus propuestas. Con su crecimiento en apoyos también vino su ampliación programática: el antinacionalismo ya no era su única bandera y se fijaron en la reforma del sistema judicial, las propuestas sociales, propuestas liberales en lo económico y algunas acciones mediáticas. Los juicios de Bankia, por ejemplo, fueron una gran plataforma de atención. «A partir de nuestras querellas por el caso Bankia en 2012 ya fueron directamente a por nosotros», explica Gorriarán. «Era de acoso y derribo, y lo consiguieron a base de una operación de manual: destrozar la imagen pública de Rosa y del partido y sacarnos de las encuestas de intención de voto, lo que ya te expulsa del tablero. No deja de ser un gran éxito que no tuvieran nada peor que sacar contra nosotros», ironiza.

La escalada de Ciudadanos

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Albert Rivera. Fotografía: Alberto Gamazo.

Pero la ola ascendente y la atención mediática por el caso Bankia no fue suficiente. Las antipatías externas y esas críticas de falta de permeabilidad del «núcleo duro» del partido empezaron a hacer mella. «Claro que hemos cometido errores, y hemos reaccionado con mucha ingenuidad y seguramente tarde, pero creo sinceramente que esto ha sido un combate de boxeo en que te arrastran a pelear con las manos atadas a la espalda», dice Gorriarán al respecto. Becerra, por su parte, mira también hacia dentro para buscar culpables: «Hubo una mezcla de factores externos e internos», sintetiza. «Cometimos errores que nos pasaron factura en términos electorales. Las europeas de 2014 fueron el punto de inflexión: obtuvimos un resultado razonablemente bueno, pero no supimos abordar la reflexión y el cambio estratégico imprescindible en aquel momento».

Entonces irrumpía con fuerza Podemos, mientras los de Albert Rivera asomaban la cabeza, todavía con resultados mucho menores que los de UPyD. Y la idea de aunar fuerzas entre naranjas y magentas fue tomando fuerza. «Ciudadanos organizó una operación muy inteligente para aprovechar el viento que soplaba de la opinión pública y desde los medios. Fingieron querer un acuerdo que ya no querían, para hacer pasar a UPyD por los antipáticos que se negaban a sumar. UPyD no supo reaccionar ni optimizar su objetiva situación de mayor solidez política, institucional y organizativa», reflexiona.

Aquí las versiones, de nuevo, difieren. Gorriarán marca distancias, mientras Tellado reconoce proximidades. «UPyD se caracterizaba por ser transversal, laica, creativa y a la vez realista, nada que ver con el populismo telecrático de Podemos o Ciudadanos», afirma el primero. «Pinchamos al declararnos aquello tan poético de “transversales” en vez de presentarnos antes la sociedad con el mensaje más claro y comprensible de “partido de centro”», describe el segundo. «Creo que fue otro error de comunicación importante», termina Tellado.

Ciudadanos, que aún se llamaba Ciutadans, tenía en Cataluña un bastión en el que UPyD no podía entrar, a pesar de que por su posición frente al nacionalismo debería haberle sido favorable. A fin de cuentas, la vía soberanista ya estaba en marcha y muchos votantes no nacionalistas buscaban un partido al que votar que no fuera el PP. Pero tampoco fue UPyD: Ciudadanos, que ocupaba ese espectro ideológico desde hacía tiempo, copaba los votos y enseñaba a los magentas cuál era su techo y cuáles eran sus flaquezas, empezando por la propia existencia de los de Rivera. «Creo que simplemente en Euskadi y el resto de España Rosa Díez era una figura relevante, que sonaba, mientras que en Cataluña se vive otra realidad, más centrada en las figuras propias», resume Tellado. «En Euskadi conseguimos un diputado porque hay una tradición minoritaria, pero sólida, de defensa de los principios democráticos y el constitucionalismo», considera Gorriarán. «En Cataluña no ha sido tan firme y, además, para la opinión pública el espacio de UPyD ya estaba ocupado por Ciudadanos, aunque muchos fundadores intelectuales de ese partido han pasado por todo tipo de ciclos de alejamiento crítico y regreso paternal. Boadella, por ejemplo, me pidió en 2009 que le garantizara que nunca nos uniríamos a Ciudadanos. Luego cambió de opinión, cosas que pasan», comenta.

Durante casi un año, e impulsados por su éxito en Cataluña, Ciudadanos puso en marcha su Movimiento Ciudadano por toda España. Preparó a conciencia el terreno para un salto nacional en un camino contrario al que siguió UPyD: unos fueron desde lo autonómico a lo nacional, mientras que otros habían encallado en Madrid. Por aquel entonces Ciudadanos había cometido algunos errores importantes, especialmente el de coaligarse con Libertas para las europeas, una formación muy volcada a la derecha contra su intento de no definirse «ni de derechas ni de izquierdas», un mantra que repetían en casi todas sus intervenciones. Pero, a pesar de sus resbalones, el contexto les sonrió. El enfrentamiento de Cataluña con el Gobierno central fue reduciendo los apoyos del PP catalán, y Ciudadanos acabó por hacerse fuerte. Sobre esa base, y con la palanca de aquella gigantesca campaña de marketing a escala nacional, iniciaron su campaña de captación provincia por provincia. Y funcionó.

«Ciudadanos es la vieja política: marketing y telecracia, opacidad y tolerancia de la corrupción, continuismo y falta de ideas transformadoras», define Gorriarán. «No tengo la menor duda de que Ciudadanos se prestó a ser utilizado contra UPyD a cambio de financiación para convertirse en unos meses en “partido nacional” y recibir el apoyo masivo y entusiasta de medios que, como El País y su grupo, nunca dieron a UPyD ni el 5% de atención que la dedicada a Albert», critica. Rosa Díez era una gran oradora, pero Albert Rivera era magnético. Los medios empezaron a hacerle más caso a él, que sí fue capaz de venderse como mascarón de proa de un partido político nuevo —aunque es más antiguo que UPyD— y con ideología centrista —aunque muchos de sus miembros tienen un pasado más conservador del que tenía la cúpula de UPyD—. Los magentas empezaban a estancarse y caer, y los naranjas cotizaban al alza. Ciutadans era ya Ciudadanos, y la partida se jugaba ya fuera de Cataluña.

El cisma y la caída

En las europeas de 2014 Ciudadanos volvió a enfrentarse a unos comicios nacionales, tras el pinchazo de las generales de 2008, y triunfaron. Sumaron medio millón de votos, la mitad que UPyD, pero consiguieron representación. El éxito de aquello no fue tanto por el resultado neto, sino por su tendencia al alza. Y algunos dentro de la formación magenta le vieron las orejas al lobo.

En agosto de 2014 el eurodiputado de UPyD Francisco Sosa Wagner publicó un artículo de opinión en El Mundo abogando por una alianza entre ambas fuerzas. «Es preciso unir esfuerzos y lograr un acuerdo entre los pequeños partidos constitucionales para acudir a las elecciones», afirmaba en el texto.  Aquello abrió la caja de Pandora. El debate llevaba meses en marcha, pero el artículo lo puso sobre la mesa. Las críticas de compañeros de formación arreciaron, criticando que aireara ese asunto en lugar de proponerlo en los órganos internos. Sin embargo, en la forma en la que trascendió la crítica le dieron la razón: tiempo después la prensa hablaría de un linchamiento interno en el que uno a uno todos los miembros de la cúpula del partido afearon la conducta al que fuera su líder en Bruselas. Y finalmente Wagner acabó renunciando y dejando el partido.

La narración interna, sin embargo, difiere de lo que se publicó en aquellos días. «El tiempo ha demostrado que tenía razón, aunque en su momento no me parecieron bien las formas. Hacía poco que había estado con Sosa Wagner en una reunión de cargos públicos y no solo no dijo nada al respecto sino todo lo contrario», asegura Tellado. «Los problemas con Sosa comienzan cuando averiguamos que había ocultado información sobre los ingresos de su oficina en Bruselas. Entonces se unió al coro de los partidarios de unirse a Ciudadanos cuando llevaba rechazando la idea desde que entró en política. Después se quejó de persecución y falta de democracia en UPyD, pero el hecho es que tengo muchos correos suyos quejándose de lo contrario, de los excesos de democracia interna en UPyD y de la necesidad de una dirección al viejo estilo, sin primarias ni esas novedades», recrimina Gorriarán.

«No comparto que se le convirtiera en un mártir, ni es cierto que fuera un linchamiento. Hubo mucha gente que le reprochó no tanto su propuesta, por sorprendente e inesperada que fuera en alguien que nunca había hecho tal planteamiento en el seno del partido, sino las formas. Y también hubo gente, y no dos ni tres, que lo defendió», rememora Becerra. «Pero es evidente que aquella reunión se diseñó de forma equivocada. Para él fue muy fácil trasladar un relato de auto de fe, puesto que, con el ambiente que había, la gente estaba dispuesta a creerlo», analiza.

Su salida, sin embargo, no acalló el debate, sino que lo impulsó. Muchas voces comenzaron a sonar apuntando hacia Díez y su guardia pretoriana de la dirección, descrita constantemente en los medios como inaccesible, inalterable y enrocada. Criticaban con dureza a Ciudadanos («movimiento tertuliano» lo llegó a llamar Gorriarán) mientras lamentaban que se les prestara más atención a sus rivales o a sus críticos que a sus propuestas y actividades en el Congreso. «Sería estúpido ignorar que la política atrae mucho, además de idealistas, a personas sin escrúpulos que solo desean una carrera de promoción personal. Esas tensiones siempre han sido utilizadas contra UPyD para presentar al partido como una jaula de grillos, con acusaciones de personalismo o autoritarismo. Hay personas que se marcharon de UPyD o fueron expulsadas y así conseguían una portada de periódico donde se lapidaba a la dirección», recoge Gorriarán. Finalmente, y como forma de intentar acallar todo aquello, se celebró una reunión entre los equipos de Rivera y Díez de cara a la prensa y se trabajó durante meses sin demasiada voluntad para intentar firmar una alianza entre ambas fuerzas. Como era previsible, no funcionó.

«Creo que cada día que pasa queda más en evidencia que el parecido entre Ciudadanos y UPyD era puramente cosmético», afirma Gorriarán, presente en aquella mesa. «Celebramos varias reuniones y en cada una quedaba más claro que hablábamos de cosas muy diferentes. Nosotros queríamos un cambio democrático que superara el bipartidismo y sus vicios, y ellos ser una bisagra del sistema», critica. Sus excompañeros de partido, sin embargo, no lo ven de forma tan categórica. «Se abrieron unas conversaciones en las que, en realidad, ninguno de los dos partidos quería llegar a un acuerdo», analiza Becerra. «Los problemas eran más bien de modelo de partido. Pero no había ningún asunto ideológico capital que impidiera la integración», sostiene.

«Si hubiese habido una voluntad real hoy habría un solo partido de centro, o centrado, con un gran portavoz, un partido sólido y limpio y unas bases fuertes y motivadas», imagina Tellado. «No era cuestión de ideología sino de organización interna pura y dura», lamenta, aunque con matices: «Yo no era partidario de una unión en frío», dice, aunque reconoce que había «una oportunidad fantástica de haber llegado a la sociedad, porque la realidad es que los españoles nos veían como partidos iguales, al menos en el discurso. Estructuralmente UPyD siempre ha sido un partido sólido, limpio y transparente, y Ciudadanos casi justo lo contrario, pero eso el ciudadano medio no lo ve, y ni siquiera le importa mucho», reconoce.

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Francisco Sosa Wagner. Fotografía: UPyD.

Como analizaba Gorriarán, se criticó mucho a UPyD por el fracaso de aquellos contactos. «Nos destrozaron políticamente con una pinza muy eficaz: los ataques externos y los internos a cargo de esas personas que entran en política para medrar como sea, y ese fue por cierto nuestro peor error: no actuar contra esa gente sin contemplaciones. La excusa era la de que había que llegar a un acuerdo con Ciudadanos, que era el partido que los medios impulsaban al alza mientras nos derribaban a nosotros. Pero muchos de los que defendian ese “acuerdo” ya estaban en realidad trabajando para Ciudadanos». «Visto en perspectiva, parece claro que estratégicamente deberíamos haber absorbido a Ciudadanos antes de las elecciones catalanas de 2012», dice Becerra. «Al final ni fusión fría ni caliente, sino un desastre para UPyD, y posiblemente al final también para el país, pues nos queda mucho y malo que ver de Ciudadanos», vaticina Tellado.

En poco tiempo se empezaron a ver los resultados de todo aquel proceso. Primero, cuando una manifestación convocada por el partido congregó a apenas un centenar de personas en Sol, dejando en evidencia la brutal pérdida de apoyos. Después, en la siguiente cita nacional —las municipales de 2015— cuando se derrumbaron: UPyD perdió ocho de cada diez votos, mientras que Ciudadanos triplicó los suyos. En apenas un año los naranjas eran siete veces los magentas. «Cuando en un solo año pierdes el 90% de tus votos la gente deja de votarte porque cree que has dejado de ser voto útil», lamenta Gorriarán. «Ciudadanos trazó una estrategia exitosa de ofensiva contra UPyD», analiza Becerra, «y la reacción de algunos fue visceral. No, no fue acertado», reconoce.

Toda aquella situación acabó llevando a Rosa Díez, corazón y alma del partido, a abandonar la dirección, no sin antes señalar a un delfín para sucederla. Se trataba de Andrés Herzog, arquitecto de aquel mediático caso Bankia, que acabó imponiéndose al sector crítico que lideraba Irene Lozano y en el que estaban Toni Cantó, Ignacio Prendes y otras caras importantes del partido, que acabaron marchándose, fundamentalmente hacia Ciudadanos. Entonces comenzó la agonía del partido. El propio Herzog se presentó en las puertas del plató de televisión donde se celebraba el debate electoral de las generales de 2015 con un puñado de seguidores para protestar por que no le invitaran en una imagen un tanto lastimosa para muchos simpatizantes. Tras la desaparición del partido del Congreso, Herzog firmó su baja del partido y se apuntó a las listas del paro.

Muchas voces de la formación, como Lleonart o Becerra, pedían entonces la desaparición de las siglas. Pero el agónico paseo continuó de la mano de Gorka Maneiro, el que fuera el último diputado autonómico de la formación, y que acabó por perder su escaño el pasado mes de septiembre tras los comicios vascos. Tras las generales de 2015 tuvieron que abandonar su sede por falta de fondos. En las generales de 2016 bajaron de los cincuenta mil votos. «Mi relación con el partido es emocional. Siempre será mi partido», dice Gorriarán, que abandonó la formación de la mano de Rosa Díez.

Becerra es clara en la autocrítica a la hora de buscar responsabilidades por lo que ocurrió. «Quizá nuestro principal error fue el maximalismo, convertir en cuestión de principios hasta el último detalle. Los medios debían darnos cobertura amplia y positiva y los ciudadanos votarnos en masa simplemente porque éramos el mejor partido. No tuvimos en cuenta factores de la política moderna que otros supieron entender mejor». En una línea similar se mueve Tellado: «La estrategia en UPyD estaba demonizada, todo se basaba en “los principios”, sin comprender que debes ser flexible y paciente», critica. Ambos coinciden, de nuevo, al analizar por qué la gente dejó de votar a UPyD de forma tan rápida y masiva. «Percibieron que había otro partido con un proyecto muy parecido y con más fuerza y empuje, con más apariencia de éxito y modernidad acorde a los códigos vigentes, con una imagen más juvenil, más dialogante», analiza Becerra. «Fue por obligarles a decidir, así de simple», sentencia Tellado. «De repente el votante tenía que decidir entre varios partidos que prácticamente venían a transmitir lo mismo, y había dos de ellos, Ciudadanos y Podemos, que se lo decían con mensajes sencillos, claros y empatía. Mientras, el otro partido estaba todo el día de broncas y disensiones, siendo desagradable, antipático y con problemas constantes. ¿A cuál elegirías? La decisión era simple», explica.

«El partido, en general, fue inflexible. Nos faltó realismo y cintura. Y terminamos parapetados en un estéril orgullo de siglas que ya solo llegaba a nuestro núcleo duro, insuficiente para poder influir», reconoce Becerra. «Hubo un mucho de soberbia», dice Tellado. «Nos convertimos en un partido antipático. No sé si era por el pasado académico de los fundadores, pero el discurso de UPyD hacia la ciudadanía siempre era desde arriba, desde la palestra, como ese profesor que incide en lo que los alumnos no saben en vez de concentrarse en llegar a ellos y hacerles más sabios», lamenta.

Al final, todos ellos han acabado por abandonar unas siglas que ya son historia —breve— de las instituciones. De un movimiento que rompió una tendencia hegemónica y consiguió hacerse un hueco, a pasar al olvido. Todo en apenas unos años. «En España somos fantásticos jugadores de salón, pero cuando hay que bajar al terreno de juego se nos olvida que debemos jugar en equipo, y asumir que hay un árbitro, a veces varios, que nos forzarán a cambiar nuestras estrategias de juego para conseguir ganar el partido», explica Tellado con una metáfora. «UPyD ha sido un estupendo jugador de salón pero malísimo en el campo de juego», sentencia.

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Gorka Maneiro. Fotografía: UPyD.

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68 Comentarios

  1. Pingback: Ocaso magenta: cómo y por qué cayó UPyD en tan poco tiempo

  2. Resumiendo: Si quieres estar en el sistema, tienes que tragar con sus reglas…tener cintura para hacer como que haces que lo cambias todo para que al final, nada cambie.
    Pues vaya…

    • Bravo!

    • Artículo muy decepcionante: no explica como el partido del IBEX (Ciudadanos) se cargó UPyD que era de centro derecha pero que se había creido lo de la lucha contra la corrupción.

      Cuando pisó algún callo, se le cerraron las puertas que antes había tenido abiertas… y ahora lloran que lloran por los rincones.

      Se pensaban que los poderosos -los que controlan la economia y los medios- los apoyaban gratis.

      Se puede ser más iluso !!*!!

  3. Pingback: Ocaso magenta: cómo y por qué cayó UPyD en tan poco tiempo – Jot Down Cultural Magazine | BRASIL S.A

  4. Perro Muchacho

    Con UPyD adquirí una costumbre. Cada vez que salía un artículo negativo para UPyD, noticias en general, tratar de dilucidar la verdad. He tenido que verme sesiones completas del parlamento o de comisiones parlamentarias. Puedo decir que ni una sola de las «noticias» se correspondía con la realidad. Ni una. Mientras que las positivas nunca salían u ocupaban artículos diminutos y muy superficiales.

    En algunos periodos fue grotesco y particularmente cuando empezó en los medios la elevación de Ciudadanos, coincidiendo con el auge de querellas de UPyD contra grandes casos de corrupción.

    Tal vez UPyD no supo usar las redes para contrarrestar a la prensa o para luchar contra las noticias falseadas o imprecisas, porque desde luego uno las leía en El País, El Mundo, T5 o La Sexta, pero no veía que UPyD pugnase por mostrar la realidad.

    O tal vez debieron olvidarse de llevar a nadie a juicio y ponerse de perfil ante los grandes corruptos para no meterse en camisas de once varas. No lo sé.

    Y seguramente en un momento dado, aparte de cintura interna o cuando se les impuso unificarse con Ciudadanos por presión externa, probablemente necesitaron filtros internos más eficientes. La fuga a Ciudadanos de miembros muy representativos fue vergonzante. Tenían dentro topos.

    En fin, quedó la cosa en nada, pero nunca antes me sentí tan satisfecho con lo que votaba a la vista de sus actuaciones en las instituciones. Y especialmente cuando me dediqué a comprobar qué noticias eran reales y cuales estaban falseadas. Si alguna vez perdí mi confianza en el sistema fue al ver que medios serios se permitían el lujo de falsear noticias de esa manera. Aunque entiendo que tenían vía libre porque… ¿cuántos íbamos a comprobar en los videos del congreso que las comisiones fuesen como decían las noticias o de otra manera? Ni el tato. Recuerdo con especial cariño aquella de «UPyD vota junto con el PP a favor de los privilegios de la iglesia» o «para que la iglesia siga sin pagar impuestos».

    Cuando en la realidad fue al revés, solo que UPyD decía, con razón, que el paso previo tenía que ser modificar el concordato, porque al ser un acuerdo internacional, era de rango superior. A la par, con el IBI, que había que ser específico o sería inútil, porque seguirían sin pagar por catedrales en las que cobran entrada, por seguir exentas de IBI por ser monumentos, pero tendrían que pagar por residencias de jubilados. También que no podía hacerse la reforma que pedía IU si solo hablaban de «iglesia católica», manteniéndose las exenciones a otras confesiones, porque sería inconstitucional. En fin, que IU, sabiendo que el PP se opondría con su mayoría absoluta, en vez de hacer una propuesta legalmente factible hizo una electoralmente rentable. UPyD no tuvo la cintura de mentir uniéndose a IU en el voto, pidió lo que legalmente era viable, a lo que IU se negó, votó en contra de lo inviable… Y se acabó con esos titulares donde se equiparaba a UPyD con el PP y se le colocaba a favor de que la iglesia mantuviera privilegios… Cuando, curiosamente, su propuesta era la que más haría pagar a la iglesia. ¿Torpeza? Puede. Pero admito que cumplía con sus principios y que al comprobarlo me reafirmó en mi satisfacción. Por contra a los que creyeron las noticias sin comprobar si eran ciertas… Pues seguramente le costó votos.

    Así es la vida.

    • Javier Merinero

      Yo fui afiliado durante bastantes años (desde 2007) y siempre tuve esa misma sensación: UPyD actuaban con la autenticidad y sinceridad de un samaritano pero todos alrededor eran perros de presa mentirosos y tramposos que se llevaban el gato al agua finalmente. UPyD no entraba en el juego sucio pero eso le costaba perder y perder.
      UPyD era auténtico.
      Este país no está aún preparado para un partido honrado y bienintencionado como UPyD. Tal vez dentro de 10 o 20 años.

      • Arturo Pérez

        Seguimos en la brecha. En Enero tenemos un Congreso donde se van a perfilar algunas cosas que espero supongan una realineación de la formación en el espacio de centro/izquierda. El concepto «transversal» era necesario en unos principios en los que convivíamos personas de izquierdas con personas provenientes del PP. Pero ahora que todos ellos se han ido a Ciudadanos somos libres de ponernos la «segunda etiqueta» que acompaña a lo que realmente somos, progresistas. Y esa segunda etiqueta es CENTRO/IZQUIERDA acompañada de remarcar que somos una IZQUIERDA SENSATA, totalmente diferente de esa IU que va dando palos de ciego y manipulando las cosas de la forma que lo hace.

        *****************************************************************************

        Por eso te pido que si nos volvemos a presentar nos prestes tu voto al menos durante cuatro años. Luego, si hemos cumplido, repite. Y si no ha sido así, dáselo a otros que pienses que puedan ser mejores que nosotros.

    • Fue al único partido que vote sin taparme las narices. Yo creo que peco de intelectual y puro y la gente necesita creer. Me jugaría todo a que si las misas fueran en latín empezaría ir mas gente a ellas. ¿Me explico?

      • Arturo Pérez

        Seguimos en la brecha. En Enero tenemos un Congreso donde se van a perfilar algunas cosas que espero supongan una realineación de la formación en el espacio de centro/izquierda. El concepto «transversal» era necesario en unos principios en los que convivíamos personas de izquierdas con personas provenientes del PP. Pero ahora que todos ellos se han ido a Ciudadanos somos libres de ponernos la «segunda etiqueta» que acompaña a lo que realmente somos, progresistas. Y esa segunda etiqueta es CENTRO/IZQUIERDA acompañada de remarcar que somos una IZQUIERDA SENSATA, totalmente diferente de esa IU que va dando palos de ciego y manipulando las cosas de la forma que lo hace.

        *****************************************************************************

        Por eso te pido que si nos volvemos a presentar nos prestes tu voto al menos durante cuatro años. Luego, si hemos cumplido, repite. Y si no ha sido así, dáselo a otros que pienses que puedan ser mejores que nosotros.

    • Rufus T.Firefly

      Creo que tu mismo comentario es buena muestra de lo que ha pasado con Upyd: has tenido que escribir un montón de lineas para explicar un solo ejemplo. La argumentación racional es incompatible con la pancarta, el eslogan, el grosero brochazo, el tweet… En mi caso, el día que me di cuenta de lo que estaba pasando con Upyd fue cuando, en el programa de radio que escuchaba todos los días en el coche al llevar a mis hijas al colegio, el prestigioso periodista Fernando Ónega dijo sin ningún rubor que Ciudadanos era el único partido que defendía terminar con el privilegio fiscal vasco y navarro. Había unos cuantos periodistas más, y nadie le contradijo. Esto fue el año pasado, meses antes de las elecciones. Y lo más triste es que creo que no lo decía de mala fe. Pensé en los votantes vascos y navarros de Upyd y en su diputado, que defendían eso y otras cosas, como la proporcionalidad del sistema electoral, contra su propio interés, por pura racionalidad, por simple defensa de la igualdad real y no fingida de todos los ciudadanos ante la ley. Quiero creer que no hubo consignas en los medios, o si las hubo no fueron decisivas, pero es evidente que se manejaron los sondeos interesadamente, que hubo una mínima representación de Upyd en los medios y en muchos casos un auténtico ninguneo, quizás porque la corriente era otra, la moda, la marea, lo joven, lo nuevo, por buscar audiencia, quizá por simple gregarismo. Ver los debates que se montaban en televisión sobre grandes casos de corrupción como Bankia o las black, con un montón de tertulianos que hoy son diputados pontificando sobre lo divino y lo humano mientras no había invitado ningún representante de quien había denunciado el caso, lo había llevado a los tribunales con el dinero de sus militantes, lo conocía de verdad y luchaba en la práctica por esclarecerlo era descorazonador. Por supuesto, el tiempo acaba dando o quitando razones: en las últimas elecciones vascas hemos visto a los candidatos de Ciudadanos desmentir que ellos o su partido estuvieran contra el cupo.

    • Ole, ole y ole!
      Aquí un coordinador local de UPYD con los brazos abiertos a tanta coherencia!
      ? ? ?

  5. Me ha hecho gracia la frase «No sé si era por el pasado académico de los fundadores, pero el discurso de UPyD hacia la ciudadanía siempre era desde arriba, desde la palestra, como ese profesor que incide en lo que los alumnos no saben en vez de concentrarse en llegar a ellos y hacerles más sabios». Después de pasar muchos años en la universidad, dudo que cualquier movimiento surgido del mundo académico pueda pretender ser regenerador, ya que no hay nada más conservador y retrógrado que la mayoría de profesores universitarios así como otros muchos que pretenden serlo simplemente calentando la silla del Departamento esperando que salga «su» plaza. Me reí de UPyD y me río de Podemos cuando hablan de «regeneración» del sistema o de traer «democracia y aire limpio», cuando sus líderes provienen (o provenían, en el caso de UPyD) de un lugar tan antidemocrático, aunque ellos afirmen lo contrario, y rancio. Lo más triste es que la alternativa «regeneradora» que no proviene de la universidad tiene el apoyo (y origen?) del IBEX o de los grandes medios de comunicación (propiedades estos también de empresas del IBEX).

  6. Rápido se adjetiva de «lastimosa» la imagen de Herzog frente al plató de Antena 3 cuando fue un acto de dignidad contra un sistema que daba grosera -e ilegalmente- la espalda a un partido parlamentario… e igual de rápido se utiliza la expresión «salida del partido» para hablar de grotescos casos de transfuguismo. Así de implacable es la perversión del lenguaje. Pero ésta es sólo mi opinión.

  7. UPyD fue una oportunidad histórica, un destello en la oscuridad, un tren que pasó y al que los españoles (convenientemente teledirigidos por los medios en manos de los poderosos) no se quisieron subir.

    El invento de C’s, ese partido del postureo y el continuismo, fue una eficaz arma para destruir su proyecto reformista.

    Un error histórico que pagaremos caro.

  8. Javier Merinero

    UPyD se convirtió en la gran oportunidad de España para los españoles y la gran amenaza para la clase política corrupta predadora. Tanto fue así, que movilizaron todos las artimañas para eliminarlo y lo han acabado logrando.

  9. Yo estuve en UPYD. Salí espantada, pero no por lo aquí expuesto. Quizá fuera así en otros sitios, no sé, pero lo que yo viví no se parece en nada. Era un proyecto esperanzado de hacer las cosas de manera diferente y con honradez. En teoría tenía que atraer a gente con ganas de regenerar la política y el país. Como decían la teoría y sus estatutos, esto tenía que hacerse desde la democracia, el laicismo, la pluralidad y la profesionalidad, pero en seguida se llenó de una horda de ultraderechistas salidos de vaya usted a saber dónde, extrañamente uniformes en ideas, propuestas y estrategias, que empezaron a intentar forzar un giro al posfranquismo catolicón con tufo a ultracapitalismo psicopático. Las personas decentes huimos en masa, como es natural.

    • No te lo crees ni tú.

      • Nuría eres una mentirosa, todavía soy afiliado, y seguiré hasta que desaparezca y mucho me alegra que te hayas ido tú y todos aquellos Canedos, Tonis cantantes e Irenes , me alegra que los españles no no hayan votado , nos han dado la razón programática es ineludible un pacto por la educación en España.
        En definitiva ! Manda Carallo!

        • Arturo Pérez

          En efecto hubo gente de derechas resabiados del PP que entraron para medrar en la formación. Pero ya no están, se han ido a Ciudadanos.

          Como he dicho antes, en Enero tenemos un Congreso donde se van a perfilar algunas cosas que espero supongan una realineación de la formación en el espacio de centro/izquierda.

          El concepto «transversal», repito, era necesario en unos principios en los que convivíamos personas de izquierdas con personas provenientes del PP. Pero ahora que todos ellos se han ido a Ciudadanos somos libres de ponernos la «segunda etiqueta» que acompaña a lo que realmente somos, progresistas. Y esa segunda etiqueta es CENTRO/IZQUIERDA acompañada de remarcar que somos una IZQUIERDA SENSATA, totalmente diferente de esa IU que va dando palos de ciego y manipulando las cosas de la forma que lo hace.

      • fernando gonzález

        Cuando C´s era una lancha varada Prendes aterrizó en upyd, hasta que la embarrancó , con Sosa wagner de timonel. Los dos están en C´s . En Upyd convivían muchos traidores, arribistas y aprovechados . Los que lo vimos y advertimos, nos tuvimos que ir. De lo que se trataba era de aislar los dirigentes de sus bases y ser ellos los únicos interlocutores. No lo quisieron ver.

    • Nuria, yo sigo, y nunca vi semejante cosa. Seguro que era UPYD?

  10. José Luis

    Se habla poco del boicot informativo desde algunos medios que podrían haber sido ideológicamente afines, como El País, que dio a UPyD el mismo tratamiento que da al boxeo: no hablar de ellos salvo si sucedía algo criticable. Ellos sabrán las razones.

  11. La principal prueba de la confabulación mediática contra UPyD (aparte de los grandes pecados cometidos por el propio partido) es este mismo artículo, en el que habla de UPyD sólo en pasado, como si hubiera terminado para siempre. Justo ahora cuando se está preparando el tercer congreso del partido. Esto no es casual, los periodistas conocen la realidad, pero se deben a su sueldo y a quien lo entrega. Este proceder forma parte de la misma obstinada voluntad (o encargo?) que sigue colaborando en la destrucción de un grupo molesto por cuanto vino a no plegarse a determinados roles necesarios para la continuidad de los gatopardistas.

  12. Almendro

    UPyD nunca tuvo representación en el parlamento autonómico de la Comunidad Valenciana.

    • Faithnomore

      Qué raro! Por qué sería? Un partido cuya bandera principal era la lucha de la corrupción… a buen entendedor…
      Al margen de eso, en general nadie puede ganar elecciones en España con gente académica, culta o millonaria dando la cara. Y tampco con personas que hayan tenido éxito personal o empresarial. Es una regla básica. España inventó el adjetivo «envidiable» por algo.
      Os imagináis un candidato español que se jacte de tener una fortuna de 10 mil millones, como alegaba Trump en sus mítines? Por eso solo dominamos chiringuitos de playa y nos defendemos bien en sector hotelero y constructor, poco más. Mil euristas para siempre, y ojalá nos quedemos en mil euros!!

      • Siempre la misma cantinela de la corrupción en Valencia. A ver si os enteráis, palurdos, que los niveles de corrupción en Valencia están en la media nacional, por debajo de otras regiones con mayores tasas de corrupción pero que no cargan con el sambenito. En la p*ta vida se ha vivido aquí un latrocinio como el de los Pujol en Cataluña, por ejemplo. Pero sale el gracioso de turno con lo mismo.

  13. santiago vivanco

    Todo lo que toca Savater … lo destruye.

    • Rufus T.Firefly

      Reflejas bien nuestro tiempo diciendo eso: una gracieta lapidaria hecha desde el prejuicio, tópica, sencilla y falsa.

  14. Mire… en resumidas cuentas, le voy a explicar el motivo del ascenso y caída de UPYD.

    Su principal problema fue el intento de unir personas de derecha con personas de izquierdas. Los objetivos comunes que debían haberlos mantenido unidos no fueron suficientes. Y empezaron las fricciones.

    La gente de derechas que estuvieron en UPYD eran personas resentidas con el PP, donde no tenían opción de ascender. Las de izquierdas eran personas disconformes con la deriva separatista que afectaba a todos los partidos de izquierdas. Hacía falta un partido de izquierdas decente y sensato.

    De ahí el intento de definirse como TRANSVERSALES, para evitar el problema de la etiqueta «izquierda» o «derecha»

    Hoy las gentes de derechas que hubieron en UPYD ya tienen su nuevo partido, Ciudadanos, donde se han metido como locos no sólo los de derechas que estaban en UPYD (y algún despistadillo que no sabe dónde se ha metido), sino también los arribistas que en el PP han visto que no tienen oportunidades de pillar sillón.

    Y los de izquierdas, en parte se han ido asqueados a sus casas. Y una buena parte de ellos seguimos aquí, en este partido, luchando por un ideal, buscando su transformación definitiva en un partido de CENTRO/IZQUIERDA que tenga responsabilidad política para hacer lo que se debe hacer, y no lo que mandan los medios o el sistema neoliberal que tantísimo daño hace a las personas de a pie.

    Lo del autoritarismo de Rosa Díez, por supuesto que era verdad. Como en TODOS LOS PARTIDOS. Pero había que derribar al enano que podría convertirse en gigante.

    La situación política actual demuestra que se equivocó la prensa al aceptar los dineros sucios que cobró por machacar a UPYD y que se equivocó el pueblo al votar como si de una quiniela se tratase. Vale, muchos han acertado que iba a ganar el PP… y ahora… ¿Qué? ¿Se piensan que va a ir Rajoy a darles un jamón y un abrazo a su casa…? Que se queden esperando.

    Hay que votar por programas y por ideas (en este orden). Y no en función del bando en el que luchó el bisabuelo de uno en la guerra civil.

    • Los partidos Social-liberales( socialiberalismo ), ya existen en Europa y EEUU desde hace muchos años, el Partido Demócrata de Obama tiene ese movimiento en sus filas.

      El partido Ciudadanos tiene gente de izquierdas y de derechas.
      -. Javier Nart, viene del PSOE
      -. Fernando Mut, viene del PP
      -. Luis Salvador, viene del PSOE
      -. Julio Henche, viene del PP
      -. Celedonio Sepúlveda, viene del PSC
      -. Fernando Calatrava, viene del PP
      -. Eustaquio Fernández, viene del PSC
      -. Alfonso Reina Briasco, viene del CDS
      -. Jordi Rosiñol, viene de IU
      -. Alfonso Reina Sánchez, viene del CDS
      -. Juan Marín, viene del PSOE
      -. Begoña Villacís, de derechas

      .. etc …

    • Pijus Magnificus

      Curioso comentario.
      ¿ Los partidos de izquierdas tienen una deriva separatista ( yo prefiero nacionalista, o independentista ) ? Eso quisieramos, todos están por la imperial y sacrosanta unidad de ssssPAÑA, sólo Podemos se atreve, y con la boca pequeña, a proponer el referendum catalán.
      ¿ Ser independentista no es ser decente y sensato ?
      ¿ Y tú te consideras de izquierdas ? como decía Joan Fuster: con izquierdistas como éstos, «dios nos coja confesaos…»
      Y si eres de izquierdas, ¿ qué haces en Cuñadamos ? ¿ te parece que sus propuestas económicas van en contra del neoliberalismo – que, como acertadamente apuntas, causan mucho daño al pueblo llano – ?
      ¿ qué crees que pasaria si se implantase el contrato único, una de sus propuestas ? muy sencillo, se igualarían las condiciones de todos los trabajadores… a la baja.

      • Arturo Pérez

        Mira, Pijus… por lo pronto, no tienes la valentía de escribir aquí con tu nombre real, lo cual me hace ver que somos bastante diferentes. Yo sí que me llamo Arturo Pérez.

        Paso a responder a tus preguntas:

        – Los partidos de izquierda SÍ que tienen una deriva separatista para conseguir votos. El PSC es el caso más grave de todos ellos.

        – Ser separatista NO es decente NI ES sensato.

        – Yo me considero de centro/izquierda. No sé qué diantre podría decir Joan Fuster porque de entrada los autores consagrados por el nacionalismo separatista valenciano nunca los leo, me producen urticaria intelectual.

        – No sé qué es eso de «Cuñádamos» a que te refieres.

        – Eso de que el Contrato Único igualaría las condiciones de todos los trabajadores a la baja, es una falacia que te sacas de la manga. Es mentira. Lo que sí que se conseguiría sería eliminar contrataciones temporales. Por supuesto que no es perfecto, pero evidentemente yo no coincido al 100% con las tesis de ningún partido, y el mío, UPYD, no va a ser una excepción. Debe ser mejorado en lo que respecta a indemnizaciones por despido improcedente y se debe hacer hacer una apuesta firme por la estabilidad laboral. Debe volver el concepto «trabajo para toda la vida en la misma empresa». Decir que ya no existe es rendirse y hacerle el juego al empresariado menos decente (SÍ que hay un empresariado decente que se las ve canutas por las trampas de su competencia desleal)

        • Pijus Magnificus

          La mayoría de los que aquí comentamos utilizamos un apodo, como ocurre en todos los foros de internet, eso no tiene nada que ver con la valentía.
          Pido disculpas porque había entendido que perteneces a Ciudadanos, ahora veo que es a UPyD, bueno, tampoco pasa nada.
          De entrada, te digo que el simple hecho de utilizar la palabra «separatista» ya nos indica por dónde van los tiros: era un término muy utilizado por, tal vez no lo recuerdes, el franquismo. Ya ni el PP se atreve a pronunciarla, más que en contadísimas ocasiones. El lenguaje, como es sabido, no es neutro.
          No, los partidos de izquierdas no tienen una deriva nacionalista, para eso están los nacionalistas. Y si la tienen, la ocultan cuidadosamente, a sabiendas de que ell nacionalismo periférico – porque del nacionalisimo españolista y centralista no se dice nada – cae muy mal al ciudadano medio castellano, andaluz, o manchego. Y si son fachas más.
          El nacionalismo, parece mentira tener que explicar algo tan obvio, es una ideología tan respetable como cualquier otra. Si los catalanes, o los vascos, o quien sea, no quieren ser españoles, están en su derecho y ni tú ni yo tenemos potestad para impedírselo. Estudia un poco de Historia y comprobarás que las fronteras son variables, cambian de vez en cuando.
          Lo de Cuñadanos venía por cuñado, o experto de barra de bar, es lo mismo.

      • fernando gonzález

        No olvida a Ignacio Prendes Prendes. actual vicepresidente de las Cortes. Aterrizó en UPYD de C´s , hizo cuanto pudo por que no progresase. Aisló a los dirigentes de sus bases. Todo porque C´s era una barca varada, cuando embarrancó a Upyd y C´s cogió rumbo se volvió para c´s . Si hay un Judas tiene ese nombre.

  15. UPYD aun tiene europarlamentarios.
    Maite Pagazaurtundúa: «Jamás he pensado desvincularme del proyecto de UPyD»
    http://www.lavozdeasturias.es/noticia/asturias/2016/11/10/pensado-desvincularme-proyecto-upyd-prendes-canto/00031478806036321106748.htm

  16. -. En el año 2009 también decían que el partido Ciutadans( Cs ), era un partido zombie, y pedían la dimisión de Albert Rivera. Ahora están en el Congreso con 32 escaños

    -. El partido Compromís siempre fue minoritario, y ahora gobierna el Ayuntamiento de Valencia.

    FRASE del DIA: ‘Da de bofetadas a todos los vates , profetas , adivinos , agoreros y pronosticadores'( Giordano Bruno )

  17. Los candidatos políticos se valoran según sus horas de presencia en TELEVISIÓN
    http://elpais.com/elpais/2015/01/27/opinion/1422380229_423513.html

  18. Julio Aparicio

    Figuras tan prepotentes e incompetentes como Gorriaran han arrastrado a UPyD a la nada. Había una base romántica, con una ideología sana, dispuesta a darlo todo por nada. Preguntemos a Gorriaran qué entinde por democracia. Yo sigo afiliado para intentar dar mi apoyo moral a Horca.

    • Si los nuevos partidos PODEMOS, CIUDADANOS, COMPROMÍS, no piden exigen y presionan para que se despoliticen las Cajas de Ahorros, las televisiones regionales, etc .. , y lo que hacen Podemos, Ciudadanos, Compromís es meter a los suyos.
      Es que sin lugar a dudas Podemos, Ciudadanos, Compromís son igual o más corruptos que el PP + PSOE + IU + CCOO + UGT + NACIONALISTAS

  19. mataclanes

    Veo que todos los votantes que le quedan a UPyD han comentado en esta página.

  20. Cuando el «tontoutil» deja de ser util… ¿qué queda?

  21. Hay una errata, UPyD nunca tuvo representación en las cortes valencianas. A lo que más llegó fue a tener un concejal en el ayuntamiento de Alicante (ahora de ciudadanos).

  22. santiago vivanco

    Rufus:

    Quizás te parezca una gracieta lapidaria pero desde luego no es falsa. A los hechos me remito y si repasas su trayectoria caerás en la cuenta de ello: Izquierda abertzale, unión con Santiago Carrillo, partido radical, unión PSOE-PP en el Kursaal, UDYP y, por último, su presencia en un mitin de Cuidadanos en las últimas elecciones al Parlamento Vasco. Conclusión: Pérdida del escaño de UPYD en Álava, que no recuperó Cuidadanos, que era heredero natural.

  23. Sin haber tenido ni a más mínima simpatía por este partido, es evidente que su fugaz desaparición de la escena política se debió a una operación orquestada de una forma bastante descarada. En esta vida no hay nada mejor que tener buenos padrinos, y Ciudadanos los tuvo. El fugaz ascenso del partido naranja se debió al empujoncito de ciertos grupos empresariales que ya no ganaban nada apostando por un PP en sus horas más bajas, y que al mismo tiempo tampoco quisieron arriesgar sus fichas a favor de un verso suelto como UPyD, liberal y sistémico para unas cosas pero escasamente predecible para otras. Además la pegada de Podemos exigia la creación de una antítesis en el espacio de la nueva política, y UPyD tampoco daba el pego.
    No obstante, tampoco hay que olvidar el hecho de que Ciudadanos tan sólo se aprovechó de los restos del naufragio, porque lo cierto es que el proyecto UPyD llevaba mucho tiempo sin rumbo. Y no por las discrepancias que puede haber en cualquier organización política, sino porque sus diversos espíritus impedían definir un mensaje más o menos homogeneo. Y otra cosa: España es un país muy particular, con una derecha y una izquierda muy bien definidas (pese a la moda de renegar de las ideologías) que, como es lógico, modifican su discurso de forma generacional. UPyD apelaba a un modelo de liberalismo progresista (y centralista) europeo que aquí no triunfa. El espacio de la derecha centralista está copado por el PP y ahora por su versión 2.0, Ciudadanos. El del reformismo progresista pertenece al PSOE y ahora, en mayor medida, a Podemos. En definitiva, podemos decir que UPyD constituyó la transición de todo lo que vendría después.

    • Ciudadanos ocupa ahora el espacio del liberalismo progresista.

      El problema de UPyD es ese tufillo ultrareaccionario del que nunca se consiguieron desprender.

  24. UPyD fue un partido construido a partir del fundamento de ir contra una parte de la sociedad. No intentaban crear sino destruir. Se basaba en ir en contra de todo aquello que sonase a federalismo o nacionalismo periférico, sin intentar entender por qué existen tales razonamientos, sin querer proponer nada, solo acallar. Es natural que se viera como un partido antipático, era pura energía negativa. Algunos lo llaman karma…

    • De acuerdo contigo.
      A mi siempre me parecieron un partido de derechas, nacido para desactivar, o intentarlo, el nacionalismo vasco ( al igual que C’S nació para lo propio con el catalán ), por eso a mí nunca me parecieron simpáticos.

  25. Pingback: Interessante Links und Nachrichten 14.11.2016ff - Aleks Weltweit

  26. Creo que el artículo incide sobre algo esencial, como es la desconexión entre la dirección y parte de los afiliados, ya que desde mi punto de vista, la presunta democracia interna, apuntalada en un paripé de elecciones primarias en que solo se elegía al cabeza de lista, que después se ninguneaba si no era de la corriente de la dirección, era un engaño a las bases del partido.
    Hay otro elemento básico y para mi fundamental. Desde mi punto de vista la dirección había postulado como principio del partido la defensa de un proyecto renovador en que más o menos coincidíamos todos, y que era la bandera de la militancia. Pero la realidad me inclina a pensar que era solo una excusa para defender la cuota de poder y el escaño de unos pocos, siendo el proyecto, proyecto en el que no digo que no creyesen, pero que no era el objetivo principal, solo el pretexto con el que se engañaba a las bases para perseguir el fin principal. Un ejemplo de ello lo tenernos en la propia Becerra, permaneciendo en el sillón después de darse de baja del partido, como ella indica, o como muchos otros se desvincularon del partido después del desastre de las elecciones, ya que no había nada que rascar.
    En todo este proceso también es necesario tocar el tema de las negociaciones con Cs. No sé si Cs que ría llegar a un acuerdo o no, pero estoy bastante seguro de que UPyD no, precisamente porque suponía una pérdida de cuota de poder, refrendado por las propias palabras de B Becerra donde afirma que no había ningún asunto ideológico capital que impidiera la integración. Y triste la reacción posterior de muchos de ellos acusando a Cs de ser el partido del Ibex , por lo menos en twitter y apoyado por la misma Rosa. Eso sí, sin ningún tipo de prueba, haciendo uso de la política del ventilador, como la forma de hacer de los viejos partidos que tanto se denigraban.

  27. fernando gonzález

    Nunca UPYD fue tan necesaria.Los que nos marchamos después de advertir lo que estaba pasando. El cinturón sanitario,el bloqueo,el aislamiento al que sometían a Rosa y otros dirigentes cuando venían a Asturias al que los sometían para que no contactasen con las bases y ser solo ellos los interlocutores,etc. Eso el no verlo,sobre todo una política avezada como Rosa. eso fue su perdición. Ahí está el muñidor el vicepresidente segundo de las Cortes. el Judas. Había estado en C´s y como no tenía futuro se vino a upyd, ese y otros submarinos fueron los que sabotearon desde el primer día.
    Algunos advertimos lo que pasaba. Cuando los dirigentes se aíslan de las bases y no pulsan de primera mano sus sensibilidades,sus sensaciones, esa Organización está muerta, o es un cadáver viviente. Eso está pasando ahora a otros, pero esos no son mi preocupación.

  28. UPyD desapareció por reclamar un centro que no existe, con un marketing penoso, con corrosión interna, por que nadie les apoyó, nadie oía sus gritos desesperados y para colmo de males nadie valoró lo que está gente peleó en los tribunales y lo caro que les salió. Señores de Ciudadanos, el PP ya existe y ese centro sigue sin existir, si siguen bajando les pasará lo mismo…por que a los que manejan la gallina no les gusta desperdiciarla sin nada a cambio. Buena suerte.

  29. fat_fredy

    Solo a UPyD voté sin tapar mis narices. Antes de q ellos salieran para mí ir a a votar era meter una papeleta a agrupaciones por la Legalización del Cannabis o similares, el sistema literalmente me elía mal. En esto apareció UPyD y aun defendiendo posturas opuestas a mis ideas en muchos aspectos venían desde la más absoluta decencia y limpieza a transformar este país en algo justo, sin fueros ni privilegios territoriales, sin politizaciones de la Justicia, sin políticos en Consejos de Administración, laicismo,…
    Pero por lo visto esto sigue siendo España, no molesta la corrupción. Es un elemento más para tirarlo a la cara del oponente, si el corrupto es de tu partido hay q protegerlo. Donde te has comprado el piso te da unos derechos milenarios aunque tú ni seas de allí, derechos milenarios q te hacen superior en cualquier aspecto y merecedor de hidalguía y buen trato fiscal. Somos solidarios de boquilla. Los impuestos q los pague otro etc … y así todo
    Lo han conseguido. En las últimas ya me he rendido y tras décadas sin votar al establishment he acabado por votar al mal menor.

  30. Nunca me he sentido tan satisfecho, tan íntegro, y tan convencido con mi voto como cuando votaba a UPyD. Por desgracia, ese mismo sentido democrático es el que ahora me aconseja no hacerlo, pues el partido al que yo votaba ya no existe.
    Ahora está C’s, que es como la metadona. Mañana, ya veremos. Ojalá siga habiendo algo. Ojalá no sea rápidamente deglutido por los depredadores, o podrido por ese hongo al que no hace falta que nombre…

  31. Pingback: EL OCASO DE UPyD, UN CASO CURIOSO E ILUSTRATIVO | El Cadenazo

  32. Yo he sostenido que éramos de centro izquierda pero constitucionalistas. Y en las políticas sociales tan de izquierda como Podemos. Sin complejos.

  33. Pingback: CIUDADANOS SE AFERRA A UNA ORGANIZACIÓN CRIMINAL PARA SOBREVIVIR COMO PARTIDO - CARRER LA MARCA

  34. Francesc Josep

    Perro muchacho, gran programa Muchachada Nui. La Iglesia católica no debe pagar el IBI por los siguientes motivos: Nadie debería pagar el IBI. Es un robo del estado a los ciudadanos. La Ley dice que laS sociedadES sin ánimo de lucro no deben pagar impuestos y el IBI lo es. Por eso no pagan las iglesias protestantes ni las mezquitas ni las sinagogas ni los sindicatos ni los partidos políticos etc… Que pagara la Iglesia sería ilegal, un doble robo, una inmoralidad, una vileza…

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