#FuturoImperfecto

Futuro Imperfecto #73: Abejas que brillan en la oscuridad

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Una abeja. (DP)

Votar en Madrid ¿lo es todo?

Que unas elecciones autonómicas sean tema de interés para todo el país va en contra de la lógica. Pero así ha sido, por dos razones. Los partidos nacionales las ven como una prueba que les ayudará a tomar posiciones en otras autonomías, y a prever movimientos para mantener o conquistar el gobierno central. Y los medios han encontrado en este tema un modo de aumentar visitas y generar ingresos para el maltrecho sector periodístico, poniendo el foco en el ataque de aquellos partidos que defienden o con los que se identifican.

Esta campaña sí que ha mostrado una singularidad que aún no habíamos visto en España, y es no centrar la batalla por el voto ni en el análisis de la gestión de quien ha gobernado, ni en los proyectos que se presentan en los programas. No quiere decir que no se hable de ello, simplemente lo polémico ha conseguido más atención. Todo comenzó con los mensajes de «comunismo o libertad» y «fascismo o democracia». Por si no servía retroceder cien años, esta semana acapararon la atención las cartas con balas enviadas primero al ministro del Interior, a la directora de la Guardia Civil Carmen Gámez, a Pablo Iglesias, y luego a Isabel Díaz Ayuso y otra vez a la dirección de la Guardia Civil. Más una navaja ensangrentada para Reyes Maroto entre un episodio y otro.

No hubo una condena unánime de todos los partidos a las primeras amenazas, que sí se concretó una vez fue Ayuso la víctima, al menos por parte de sus oponentes. Un hecho que ha aumentado aún más el interés por el episodio, olvidándose definitivamente cualquier propuesta para el futuro gobierno de la región. Con espacio, incluso, para esta teoría de la conspiración según la cual las amenazas en sobres las crearon los mismos a quienes iban destinadas.

Pero ni las polémicas han conseguido cambiar, al menos según las encuestas, el panorama de voto. Los madrileños llevan veintiséis años apoyando la gestión del PP en la CAM por mayoría. La única diferencia de los últimos años fue repartir ese voto con Ciudadanos y Vox. Se prevé que esta vez Ciudadanos no obtenga ningún escaño y que el PP pueda gobernar en mayoría con Vox, cuya condición de ultraderecha no ven como algo negativo este grupo de votantes. Pero un puñado de votos, concretamente el de cincuenta mil personas, podría cambiarlo todo el próximo 4 de mayo. Es el escenario probable para ambos bloques, e igual puede inclinar la victoria a la derecha o a la izquierda. Dependerá de la participación, que cuando es alta suele favorecer al bloque de izquierda, aunque al ser día laborable y no haber precedentes es difícil anticipar si irá mucha o poca gente a votar.

Que vienen los turistas

Ya es oficial, miles de personas esperan viajar después del 9 de mayo, fin del estado de alarma. Según la agencia de viajes Destinia las reservas se han disparado un 325 %, con preferencia por los destinos de Canarias, Madrid y Alicante, y con nuevas ofertas por parte de compañías como Renfe. Hay intención y hay ganas, sin olvidar que las comunidades autónomas podrán limitar salir de provincias, ciudades o zonas dentro de las mismas, siempre que autorice las medidas un juez. De momento ninguna he especificado si lo hará, ni cómo. Lo que es seguro es que carecen de amparo legal para impedir entrar o salir de sus límites.

Estas ganas quieren aprovecharlas todas las economías turísticas de la Unión Europea, como la nuestra, para salvar el verano. Ahora centran sus esfuerzos en permitir la libre circulación, sin cuarentenas ni PCR, de vacunados extranjeros. Bruselas ya ha autorizado esto para ciudadanos estadounidenses vacunados, y el secretario de Turismo español, Fernando Valdés, ha asegurado que en junio el turismo internacional a nuestro país estará completamente reestablecido. A menos que las vacunas dejen de funcionar o haya grandes rebrotes, este sector volverá a ser rentable en 2022, prevén los economistas.

Y qué hay de la reconversión de nuestra economía a otros sectores para no ser tan dependientes del turismo. Pues que es complicadísima de conseguir en el largo plazo debido a un fenómeno denominado mal holandés. Este sector productivo ha desplazado en algunas zonas a todas las demás actividades (veáse Canarias), lo que hace que carezcan de activos, infraestructuras y oferta laboral de formación de empleados que atraiga empresas de otros sectores. Estamos atrapados en el turismo.

Así que soltad de una vez la pasta

El mensaje ha sido el mismo en los dos lados del Atlántico, Unión Europea y Estados Unidos. Las cuatro grandes economías europeas, Alemania, Francia, Italia y España presionan para que Bruselas entregue cuanto antes los fondos Next Generation. Reduciendo la supervisión de los planes para su aprobación. Ya hace un año que se aprobaron, y no ha llegado un euro, España tiene pendientes de recibir los primeros 10 000 millones en transferencias. Pero no solo nosotros, sino toda la zona euro, depende de esta inyección para reactivar la economía.

Un dato. Los fondos Next Generation distribuirán 1.08 billones de euros a los gobiernos; la Covid Relief Bill de Estados Unidos 1.9 billones de dólares, directamente ingresados en las cuentas corrientes de los ciudadanos. Al menos de aquellos que ganen menos de 75 000$, y que ya han empezado a recibir los primeros pagos parciales. En una economía mundial, el primero en inyectar estímulos se recuperará antes de la crisis.

Y Estados Unidos ha vuelto a despertarse, con esa eficiencia cuando quieren funcionar bien que les ha llevado a tener ya a la mitad de su población adulta vacunada. Su presidente Joe Biden ha querido además marcar la diferencia en la salida de la crisis en su primer discurso al Congreso. Quiere que el Covid Relief Bill sea el inicio de un apoyo masivo y público a la clase media, con medidas tan inéditas en su país como pagar la baja maternal (nunca ha estado cubierta allí para sus trabajadoras), una idea que republicanos y partidarios de Trump consideran radical y comunista.

Es solo un detalle de un plan que contiene medidas excéntricas para su tradición histórica, como los planes de empleo estatales. Incluso un cambio de rumbo para los demócratas, que ahora sí ven en la tecnología y las Big Tech un medio para salir de la crisis. Pero el plan Biden lleva sobre todo un aviso explícito a las grandes empresas y fortunas: tendrán que pagar más impuestos para financiar todo esto. Porque al país no lo hicieron ni harán ellos, sino the People, la clase media. Y hay que apoyar a la gente para una recuperación económica de éxito.

El discurso de Biden constituye la mayor apelación a los principios fundadores del país desde la era Reagan (década de 1980). Y no está solo, el 75 % de los estadounidenses ya no apoya mayoritariamente el Make America Great Again (que incluía traer de vuelta su industria deslocalizada).

Europa corre el peligro, una vez más, de quedarse rezagada respecto a su principal socio y competidor si tarda demasiado con sus estímulos. España tiene que espabilar también, nuestro Plan de Recuperación llegará a Bruselas el viernes y será revisado en dos meses. La presión de los cuatro países UE ha sido precisamente para recibir los primeros desembolsos antes de cumplir ese plazo, una demanda que algunos miembros no les ha parecido seria.

La India y el coronavirus mutante

Quizá hemos vuelto a caer en el extremismo informativo con «una variante devastadora de covid en la India». Circulaba en España desde octubre, y está presente en al menos en otros dieciséis países. Pero la situación de catástrofe humanitaria india no es tanto por la variante como por sus condiciones como país: no hay asistencia prehospitalaria, oxígeno ni medicinas como dexametasona para tratarlo. Es decir, sufren pobreza generalizada y no hay mutación más letal que esa.

«El periodismo está más orientado a masturbarse que a informarse»

Lo dijo David Beriáin, asesinado en Burkina Fasso por terroristas yihadistas junto al cámara Roberto Fraile. Resume una de las muchas lecciones profesionales que ha dejado, la de que el lector busca medios con su misma opinión política que le reafirmen en sus convicciones. Beriáin también las tenía, pero no las volcaba en su trabajo, y anteponía a todas la de que merece la pena jugarse la vida para informar. Había incluso manifestado la admiración por su familia, que aceptaba la posibilidad de que llegara esa llamada, donde les dijeran que no iba a volver. Como la producida esta semana, cuando investigaba la caza furtiva.

En opinión del mundo profesional, Beriáin deja aportaciones muy relevantes para este oficio, como resume en su recuerdo su amigo y socio, y evidencian las producciones que nos ha dejado.

«If this is radioactivity, I love it»

«Si esto es la radioactividad, me encanta». Lo dijo el embajador estadounidense, que apareció en bañador junto a Manuel Fraga Iribarne, en lo que es una icónica imagen del accidente nuclear de Palomares y de la España turística del desarrollismo franquista. El lugar es un Broken Arrow, lugar de accidente radiactivo militar, y hace años que se sabe que los militares estadounidenses que participaron en su limpieza arrastran o arrastraron graves problemas de salud. Cáncer y tumores cerebrales a largo plazo, infertilidad a corto, principalmente. Este reportaje del New York Times (año 2016) cuenta los detalles que se omitieron en ambos países.

En España esta información estuvo clasificada hasta 1986, a finales de los noventa se encontró radioactividad veinte veces superior a la permitida para zonas habitables en algunas áreas de Palomares, y en 2004 el gobierno cercó las zonas próximas al cráter donde cayeron las bombas. Ahora una serie documental, cuyo productor fue David Beriáin, indaga en los testimonios de quienes lo vivieron, lo recuerdan, o han crecido en ese entorno nuclear, con sus testimonios directos.

Es curioso, porque al mismo tiempo se ha descubierto, por casualidad, que la miel estadounidense contiene cantidades de radiación cien veces por encima del nivel normal. Eso no la hace peligrosa para la salud, pero revela que los elementos radiactivos del suelo, procedentes de pruebas nucleares de los años cincuenta y sesenta, no solo siguen presentes, sino que llegan a animales y humanos. Nadie tenía ni idea.

Y es que así es nuestro mundo. Mientras centramos nuestra atención en los estragos del coronavirus, las abejas brillan en la oscuridad. Es un decir.


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