Visiones del refugio azul
Rendirse al cimiento de los pasos nos puede llevar al absoluto desconocimiento de uno mismo, pero si sabemos escuchar y leer entre líneas quizá alcancemos alguna suerte de Edén. Es este recorrer la ciudad-sin-nombre el tránsito en el que la autora versa la rebeldía y la ruptura, los sueños y las inquietudes que son el propio camino en sí y sus múltiples salidas.
Anabel Úbeda trasciende las imágenes y los sonidos para salvarse en un mundo onírico de concepción propia, una habitación donde cada símbolo nos devuelve la infancia y la posibilidad de volver a ser héroes.
*****
Levanté la mirada.
Las luces estaban encendidas.
La puerta entreabierta.
[…]
Aquel refugio era de color azul.
[…]
Tras haber atravesado el bosque de la rutina,
encontré huellas en la tierra.