La inverosímil aventura de un infeliz con una diosa sexual
Tuve una vez un compañero de trabajo, de carácter un poco huidizo, que acabó en una secta. No una secta como tal, sino que empezó a comportarse como si estuviera en una. Le comieron totalmente el coco, pero no fue un grupo organizado, ni siquiera una persona. Mejor dicho, fue una sola persona, una mujer, pero esa mujer no tuvo […]