El milagro de Ney
«Déjalo ya, tu hijo Ibrahim va a morir». Probablemente no cabe más desesperanza en ocho palabras, pero Kadiatu no quiso escuchar a aquel vecino. Siguió rezando porque una madre nunca pierde el aliento si se trata de la vida de un hijo. Jamás. Aunque la ciencia diga que no, aunque los médicos tuerzan el gesto al evaluar sus posibilidades de […]