Supongamos que vivimos tiempos de incertidumbre. Tiempos en los que mucha gente se siente ansiosa y sola. Por supuesto, es un puro imaginar, como si el consumo de ansiolíticos estuviese disparado, un experimento mental en el que muchas personas se agobiaran ante la amenaza de inminentes catástrofes, personales y colectivas. […]