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Manel Estiarte: «Messi es mejor que Maradona»

Siempre en la cumbre: desde su carrera como leyenda del waterpolo —es uno de los deportistas españoles más laureados de la historia— a la junta directiva del hoy todopoderoso F.C. Barcelona, al que representa como Director de Relaciones Externas. Ha vivido la actividad deportiva en todos sus estratos: desde el calor de la competición y la aventura olímpica hasta la vorágine mediática de los palcos y ruedas de prensa. Ha ganado títulos y glorias en las piscinas y sigue contribuyendo a ganar títulos y glorias en el club que es ahora su casa. Solicitadísimo interlocutor, Manel Estiarte tuvo la deferencia de hacernos sitio en una más que repleta agenda.

650 14A usted le llamaban “el Maradona del waterpolo”, “el Michael Jordan del agua”, “el delfín goleador”, “el mago de las piscinas”… Su palmarés incluye, entre otras cosas, haber sido elegido 7 veces el mejor jugador del mundo; haber participado en 6 Juegos Olímpicos, una medalla de oro; premio Príncipe de Asturias; un Mundial, dos Copas de Europa… si hubiera sido futbolista en vez de waterpolista, probablemente sería usted el deportista más popular del mundo.

Lo primero que se me pasa por la cabeza es “ojalá”. Pero sería injusto. No diré jamás “ojalá hubiera sido futbolista”, con todo mi respeto hacia el mundo del fútbol. No sería justo para con todos mis compañeros y por todo lo que hemos ganado y todo lo que hemos perdido. He sido feliz. Me lanzaron a la piscina cuando era pequeño y cuando salí de ella ya tenía mujer y dos hijas mayores; ha sido toda una vida dentro del agua y estoy muy contento y muy orgulloso de lo que he vivido. Creo que a cualquier niño pequeño al que le digan que le pasará todo esto con el waterpolo contestaría “fantástico, ¿dónde hay que firmar?”.

¿Es justo que el fútbol tenga tanta repercusión y otros deportes, como el waterpolo, tan poca?

El fútbol lo van a ver 90.000 personas al campo y 12 millones de españoles lo ven por la tele. Y si es la Champions, lo ven en todo el mundo. Cuando era waterpolista a veces lo comentábamos con los compañeros y decíamos: “no es justo”. Pero no es justo ni siquiera discutirlo. Cada uno tiene que contentarse y vivir lo que tiene con el máximo orgullo. Y ahora que estoy en el mundo del fútbol, veo la grandeza de este deporte. No se trata de juzgar si un deportista cobra más o menos o un deporte tiene más o menos seguidores. La pasión es lo que lleva al ser humano a seguir el fútbol de una forma inigualable y eso es consecuencia de todo: de los medios, del dinero, de la gente… Ellos tienen lo que se merecen. Cada uno tiene que apreciar y sentirse feliz con lo que tiene. Y si no, pues que no lo haga. ¿Te parece injusto? Pues no juegues al waterpolo; si lo haces es porque te hace sentir bien y te gusta.

destesti01Ahora hablaba de los niños… Cuando se pregunta a los pequeños qué quieren ser de mayores, la mayoría dicen que futbolista.

Sí, ya ni siquiera dicen “deportista”.  Aquí hay algo muy bonito y algo muy peligroso. Lo bonito es que tienen sueños; lo peligroso, que sólo quieren ser tops: Nadales, Jordans, Gasols, Iniestas, Xavis, Messis o Ronaldos. Y está bien, los sueños son buenos, pero se trata de saber vivir con estos sueños cuando no se cumplen. El problema es el entorno: los padres o las personas más próximas al niño que no tienen una cultura deportiva adecuada porque, deslumbrados por las grandes estrellas, quieren que el niño haga deporte para que sea un nuevo Rafa Nadal. Que el padre tenga el sueño de que su hijo se convierta en un gran deportista, vale; que presione, apriete, discuta con los entrenadores o con los padres de los demás niños… Éste es el peligro del deporte base actual: deslumbrados por la grandeza de llegar a ser rico o famoso, se pierde la cultura de dejar que el niño crezca con el deporte, tenga sueños, luche, se divierta… Todo esto se está perdiendo.

Hay chavales que practican deporte y tienen unas facultades formidables pero no pueden llegar a dedicarse a ello. En cambio, otros con menos talento, llegan a hacer carrera. ¿Cuál es el secreto? ¿Qué es lo que hace decantar la moneda hacia un lado o hacia el otro?

Si uno tuviera esos parámetros tan claros sería todo muy fácil. Uno de los factores más importantes es el entorno familiar. Uno no puede escoger a sus padres; si tienes la suerte de tener un entorno que te proteja, que te ayude, que te anime, que te dé coraje… O, en cambio, que te pidan demasiado esfuerzo hasta el punto de tener miedo del deporte porque te presiona demasiado… ¿Puedes alimentarte y hacer deporte? ¿Tienes que ir a trabajar para traer dinero a casa porque el gobierno no te ayuda? Son muchas cosas. Si quitamos todos estos factores y hablamos del deportista en sí, está claro que el que tiene talento y además la capacidad mental de esforzarse, dedicarse, hacer sacrificios y ser disciplinado tiene más posibilidades que el que se lo tome a la ligera. Pero no hay unos parámetros; nadie te asegurará que llegarás a lo más alto aunque tengas un buen entorno familiar y seas disciplinado. Puede que lo tengas todo y no lo consigas: aquí está la belleza del deporte.

Estamos viviendo una época de muchos éxitos en el deporte español. ¿Se puede decir que España se ha subido al carro de las grandes potencias deportivas o se trata de una milagrosa conjunción astral?

Estábamos muy atrasados. No era normal que España tuviera una media de una o dos medallas olímpicas cada cuatro años. Barcelona’92 ayudó mucho y, a partir de ahí, el deportista español se lo empezó a creer. Arantxa Sánchez Vicario nos lo enseñó con el “vamos” en las pistas de tenis, nosotros ganamos la primera medalla de oro olímpica de grupo en el 96… Y entonces vimos que se podía. Entre la década de los 90 y hasta el comienzo del s. XXI conseguimos ser competitivos; estábamos creando e íbamos obteniendo triunfos. Ahora ya llevamos unos años en que somos competitivos y, además, tenemos ganadores natos.

¿Cree que se puede establecer un paralelismo entre el nivel deportivo de un país y su nivel cultural? ¿Son dos cosas que van de la mano o, como dicen algunos, el deporte es el panem et circenses que nos distrae de lo realmente importante?

Creo que van bastante de la mano, aunque hay excepciones. Hay países que tienen muchas carencias culturales e incluso humanas y, en cambio, cuentan con deportistas excepcionales. Pero por lo general el deporte es vida, la vida es deporte y todo va unido. Estamos rodeados de palabras que se usan a diario como “ambición”, “ganar”, “perder”, “esfuerzo”, “grupo”, “comunicación”, “sacrificio”, “liderazgo”… Y todo esto también está en la vida real: en la cultura, en las familias, en el amor o en la política.

Al margen de los deportes de equipo, ¿cree que Rafa Nadal puede considerarse como el mejor deportista español de todos los tiempos?

Rafa Nadal es el mejor deportista español en la actualidad y, en mi opinión, el mejor deportista español de todos los tiempos. Pero hay muchos: ¿y Miguel Indurain? ¿y Arantxa? ¿y lo que está haciendo Gasol? Lo positivo es que haya tantos ejemplos y, sobretodo, que todos ellos tengan una gran calidad humana. Al lado de los cuales puedes poner a Xavi e Iniesta y a otros campeones del mundo o a Lorenzo, Pedrosa, Elías… Todos con unos valores humanos de los que puedes tomar ejemplo, de los que puedes aprender muchas cosas.

¿Cuál crees que es el deporte de competición más duro?

El que hace cada uno. Pero es curioso, muchos me dicen que el waterpolo. Tiene su lógica porque es el único que se practica en un medio diferente. Y ellos se imaginan dentro de agua, con un rival que te agarra y que casi te ahoga, y piensan: “¡qué duro!”. Pero no es verdad. Subir una montaña y pedalear aunque que no puedas más; las niñas que hacen gimnasia rítmica o artística, que se pasan 8 o 9 horas entrenando cada día y todavía están formándose. ¿No es duro eso? O los que hacen maratones… ¿Ves? No acabaría nunca. Todo el deporte bien hecho conlleva mucho sacrificio. ¿Cuál es el deporte más duro? Todos.

El ajedrez, el golf o el motor… ¿también son deportes?

En el caso del ajedrez o el golf se pierde el factor sudor. No es tan físico, pero en cambio tienen mucha más dificultad intelectual. Y en cuanto al motor, no es un deporte olímpico, pero es acojonante cómo se entregan física y mentalmente corriendo un gran peligro.

¿Cree que es importante para un deportista de élite que pase un tiempo de su carrera en el extranjero como fue su caso? ¿Lo recomienda?

No, yo no recomiendo nada; viví lo que me pareció oportuno, lo disfruté y me fue bien. Algunos lo hacen y lo aprovechan para conocer culturas, idiomas y campeonatos diferentes. Otros están mejor si se quedan aquí, en su entorno, porque piensan que en ningún otro sitio estarán mejor. No siempre sale bien lo que hice yo.

Intente ser lo más objetivo posible y díganos qué opinión le merece el periodismo deportivo actual.

No puedo porque estoy dentro. Hay gente que lo hace con una dedicación y una pasión admirables y hay gente que no lo hace con esta pasión ni con objetividad. Hay periodistas que, además de talento, se esfuerzan. Y al contrario: hay periodistas con talento que se dejan. Lo que sí puedo decir es que creo que el periodismo deportivo se está desviando un poco de lo que es el Periodismo.

El Barça denunció a la COPE por falsas acusaciones de dopaje. ¿Se han pasado ya todos los límites?

Este es un tema de club del que yo no tengo que hablar. El periodista tenía una información que debía contrastar. Diciendo algo así lanzas barro y al que se lo has lanzado se ensucia. Hay que pensarlo bien; documentarse, ir hasta al fondo. Es este periodismo de ahora en el que todo el mundo afirma sin certezas. A veces me gustaría preguntar a los periodistas que emiten este tipo de comentarios si arriesgarían la vida en ello. Estoy convencido de que el 90% no se la jugaría.

¿Cómo satisface un deportista de élite sus ansias de competir cuando se retira?

Hace 10 años que no me meto en una piscina. Tirarme al agua, ponerme un gorrito, unas gafas y nadar unas piscinas, no lo he vuelto a hacer. Estaba tan cansado física y mentalmente que dejarlo fue una liberación. Tengo una excusa, y es que empecé cuando tenía 6 y llegué hasta los 39. Toda la vida dentro del agua. Cuando lo dejé en ningún momento pensé “¡ay, qué pena!”. Al contrario: “¡qué bien!”. Qué ganas tenía de levantarme al día siguiente y poder ir a buscar las niñas al cole porque ya no tenía entreno; decidir qué hacía con el resto de mi tiempo. Mi madre me decía “me preocupas, ya verás que con el tiempo lo echarás de menos…”. Ella lo ha acertado todo en mi vida… menos esto.

¿Practica algún deporte para mantenerse en forma?

No. A veces aquí, en la Ciudad Deportiva, cuando termina el entreno, me pongo durante media hora a hacer algunas tonterías en el gimnasio. Pero aquello de “vamos a sufrir, vamos a esforzarnos, vamos a sudar, vamos a cansarnos”… Esto, que lo he hecho durante media vida, me duele solo de pensarlo.

Pep Guardiola 2009 UEFA Champions League Final
Estiarte celebra con Pep Guardiola la tercera copa de europa del Barcelona

¿Qué es lo que más le gusta de su trabajo actual? ¿Y lo que menos?

Lo que menos me gusta, a pesar de que lo valoro y tiene toda mi consideración, es según qué tipo de relaciones fuera de lo que es el deporte directo, como el contacto con los medios de comunicación. Es un mundo muy complicado: todo el mundo exige, todo el mundo quiere, todo el mundo cree o piensa algo… No diría que lo que menos me gusta, sino que es lo más complicado. Me gusta más el día a día aquí dentro: el sudor, el deporte, el vestuario, el entreno, el estar con Pep… La gestión de todo esto, de lo que es el deporte en general; convivir con ellos es un privilegio. Más cuando las cosas salen bien como en estos últimos tres años.

Para los que no concemos demasiado bien cómo es un club tan grande como el Barça por dentro, ¿su estructura se parece más a la de una gran empresa o a la de un partido político?

No conozco lo que es un partido político, sí lo que es una empresa. El Barça lo es todo, lo tiene todo: deporte puro, empresa, gestión (dentro del deporte y dentro de la empresa). Es un animal, una bestia que hay que controlar; a veces la tienes que frenar, otras la tienes que soltar un poco. Hay muchos trabajadores, mucho dinero de por medio, muchos intereses, muchas ilusiones… mucha responsabilidad.

Dice que no conoce la política, pero ¿le han tentado alguna vez con entrar en ella?

Sí, me han tentado partidos políticos y alcaldías, pero no me interesa. No conozco lo bastante ese mundo. Uno ha que hacer lo que sabe hacer.

¿En estos años ha tenido que tomar alguna decisión especialmente difícil o de la cual se haya tenido que arrepentir?

Lo importante es tomar decisiones. Algunas habrán sido más acertadas y otras menos, pero al final lo más importante para todo ser humano, al margen de si tienes más o menos responsabilidad, es tomar decisiones; yo las he tomado aquí y cuando era jugador. Me he equivocado muchas veces, he aprendido mucho, continuaré equivocándome, pero seguiré tomándolas.

Actualmente la política de comunicación del Barça se ciñe estrictamente al aspecto deportivo. ¿Es algo que debemos agradecer a Manel Estiarte?

Respecto al primer equipo del Barça sí que tengo mucho que ver, pero si hablamos de la entidad, el presidente tiene su propio gabinete y sus responsables. Yo me ciño básicamente al primer equipo.

Hace un par de semanas tuvimos el honor de entrevistar al que, hoy por hoy, consideramos uno de los mejores comunicadores deportivos de nuestro país: Michael Robinson. Le preguntamos si consideraba que el FC Barcelona es el mejor equipo del mundo; su respuesta fue, literalmente, que es el mejor equipo que ha visto jugar en su vida. Teniendo en cuenta que es inglés, ex futbolista que debutó con 16 años y que, por lo tanto, puede decirse que su vida ha girado alrededor de este deporte, ¿le abruma semejante afirmación o no le sorprende?

Gusta mucho escuchar algo así. Este equipo, más allá de que sea o no el mejor de la historia, lo cual es opinable, está aún por terminar; el tiempo dirá lo que ha sido. A un equipo hay que darle su lugar en la historia cuando ha acabado todo su proceso; Messi tiene 23 años, Piqué otros tantos, Iniesta 27… veremos qué sitio tenemos en la historia. Lo que ya es cierto hoy en día es que es diferente. Eso es lo que dice Robinson y yo lo suscribo. Este equipo juega un fútbol distinto porque los atacantes son defensas, los defensas atacantes, tienen la posesión, siempre están arriba, no hacen cálculos sobre el resultado… Es diferente y es un diferente bonito: de atacar, de meter goles, de respeto, de unidad… esa diferencia para algunos supone ser el mejor equipo de la historia y para otros sólo un gran equipo. Para mí es el mejor fútbol y el mejor equipo que he visto jamás; conociendo personalmente a los jugadores, humanamente, creo que costará mucho volver a ver algo igual.

Esos valores humanos y lo de no caer en provocaciones se ha transmitido muy bien a los jugadores a juzgar por lo que se escucha en sus ruedas de prensa.

Lo poco que nos han sacado ha sido por pequeñas trampas, como escoger pedacitos de una frase muy larga y mezclar las palabras. Y no es que nosotros forcemos demasiado a los jugadores; les ayudamos y les aconsejamos, pero ellos son así. Naturalmente, Piqué es más chillón e Iniesta más silencioso, pero los dos se caracterizan por tener ese mismo perfil bajo.

¿Ese perfil bajo es algo que se tiene en cuenta en el momento de fichar a jugadores, como en el caso de Mascherano?

Es algo que estamos aprendiendo; os gusta informarnos y hacer un seguimiento del jugador a nivel humano, sí.

Con la mano en el corazón pero lejos del escudo, si puede ser… ¿Usted es de los que creen que Messi es comparable a Maradona o nos estamos volviendo todos un poco locos?

Yo soy de los que cree que Messi es mejor que Maradona. No comparable, sino mejor. Maradona hacía de Maradona de vez en cuando, mientras que Messi hace de Maradona cada tres días. Esa es la diferencia. Messi juega a un nivel que te lo hace todo; te lo crea y te lo soluciona cada partido. A lo sumo encontraríamos 10 en los últimos tres años donde uno pueda preguntarse dónde estaba Leo. Pero por lo general, Leo siempre está; siempre se esfuerza, siempre hace algo distinto. Messi ha convertido la excepcionalidad en normalidad. Cuando marca dos goles en un partido ya casi no es noticia. A los 23, Maradona no había ganado ninguna liga ni la Copa de Europa; el Mundial lo ganó a los 28. Y puede que Leo no llegue a ganar nunca el Mundial (¡ojalá que sí!), pero yo viví lo que fue Maradona; nadie puede sentir más admiración que yo hacia él porque nuestras vidas fueron en paralelo casi en todo. Pero lo de Leo, hacer lo que hace con 23 años con esa constancia, con esa humildad, con ese trabajo… ha superado a Maradona.

Lo que muchos culés temen es que todo esto tenga un final, que se acabe.

Y se acabará. Pero no dentro de un día o de un año. A lo mejor dentro de 10 o de 5. Él decidirá, es su vida. ¿Por qué tenemos que angustiarnos? Disfrutemos de lo que nos está dando, es un regalo. ¡Si no debería estar aquí! Es verdad que nosotros le ayudamos mucho cuando era pequeño y que él está muy agradecido, pero es su vida. Y ojalá que se quede aquí, pero si no lo hace, máximo respeto. Y cuando se acabe, nuestros hijos verán a otro. Pero nosotros lo habremos disfrutado. Pep y yo lo comentamos muy a menudo: “qué suerte”. Y con el tiempo, cuando seamos viejitos, Pep y yo diremos: “nosotros estábamos allí cuando Leo”. Y todos vosotros, en el fondo, también lo recordaréis.

Imagine que pudiera nacer en cualquier otra época… ¿En qué figura del deporte le gustaría reencarnarse?

(Lo piensa) Iba a decir Michael Jordan y luego iba a decantarme por un tenista porque pensaba en un deporte más individual… Pero la verdad es que no lo sé.

Una difícil: ¿comida catalana o italiana?

Catalana. Y me encanta la comida italiana, ¿eh? Pero aquí en Cataluña jamás he ido a un restaurante italiano. Cuando estoy en Italia, como italiano. Pero cuando estoy aquí, me gusta comer lo de aquí y no echo de menos la comida italiana. Y si me dices que escoja entre una de las dos, prefiero el pan con tomate.

¿Hay algún plato en especial sin el que no pueda pasar?

Los huevos fritos. Con guisantes, con garbanzos o con un poco de caviar por encima. Sean como sean, me encantan.

¿Qué libro está leyendo actualmente?

Il filo che brucia, de Jeffrey Deaver. Forma parte de la saga protagonizada por el detective Lincoln Rhyme, el de la película El coleccionista de huesos.

¿Algún libro que haya sido incapaz de terminar?

Leo poco, hay muchos que los he empezado y no los he terminado.

¿Y alguno al que le haya desgastado las hojas de tanto releerlo?

Viven. Todavía tengo grabado el recuerdo de una noche, cuando era pequeño
(tenía unos 11 o 12 años), y volvía de entrenar. Mi padre nos permitía cenar en la sala, delante de la tele. Yo era muy hablador. Esa noche llegué a casa y empecé a contarle cosas a mi padre y él me dijo: “¡calla, calla!”; tengo grabado ese recuerdo de la noticia del Telediario donde decían que se habían encontrado dos supervivientes de la tragedia de los Andes. Me impactó y con el paso del tiempo me informé y leí el libro. La película es muy mala. Crecí con las figuras de Fernando ParradoRoberto Canessa y todos los supervivientes; llevaba esa historia muy adentro. Y ese libro lo he vuelto a releer de vez en cuando. Una vez me preguntaron a qué personaje me gustaría conocer, respondí que a Fernando Parrado y hace dos años pude conocerle; ahora tenemos muy buena relación y nos llamamos a menudo.

¿Es consumidor de libros de autoayuda?

No.

Si tuviera que poner una banda sonora su vida, ¿cuál elegiría?

Yo era un fan de la música, ahora lo son mis hijas. Entre los 18 y los 30 compraba todos los cd’s y todos los dvd’s del mundo. Y me gustaba mucho el rock sinfónico (Genesis, Yes…) pero tenía gustos bastante variados y por eso ahora me costaría elegir. Hay muchas canciones que me llevan a diferentes etapas de mi vida: algunas a mi adolescencia, otras al deporte, a la tristeza porque me recuerdan a mi
hermana…

Para terminar… ¿sastre inglés o italiano?

Italiano, por la costumbre. Lo de vestir bien me pilló durante mi época en Italia, donde se fijan mucho en eso. A los 22 vestía con un tejano y una camiseta, pero una vez allí, su cultura me absorbió y me fui fijando más. Eso me llevó a frecuentar determinadas tiendas o relacionarme con gente del mundo de la moda. Y siempre me he vestido allí, pero no porque sea mejor ni peor, también puedes encontrar lo mismo en Barcelona.

 

Fotografía: Tono Carbajo

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