¿Crees que lo sabes todo sobre el conquistador más famoso de la historia? Pon a prueba tus conocimientos sobre Alejandro Magno (o refréscalos) con estas diez preguntas.
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Este gran conquistador occidental es muy probable que fuera o un vándalo o un psicópata, forzado a la cultura helenista. Demóstenes decia que los macedonios eran unos bárbaros de poco fiar, comenzando con Filipo, el padre de un niño bien e hijo de una Olimpia bastante intrigante. El Medio Oriente con la Turquia actual, era un gran reino consolidado, multiétnico con ciudades como Persépolis, Babilonia, Nínive y otras, las primeras muestras urbanistícas y culturales de una voluntad civilizadora, siglos antes de los griegos, con Ciro el grande. Bastaron dos ciudades jónicas (en la Turquía actual) para iniciar una revuelta en nombre de la bendita libertad con batallas y destrucciones que conocemos, Maratona, Termópolis, Platea, el incendio de Atenas etc. etc., una lucha por la libertad que llevó a ese maravilloso mundo griego a lo que es hoy actualmente: un Partenón, icona de un tiempo idealizado, ruinas por todos lados y tantos restos multilados sobre la libertad, una libertad que los autorizaba a estar en guerra y en paz al mismo tiempo con los vecinos, continuamente, una libertad que ha contagiado al Ocaso, el Occiso, al nuestro Occidente, que desde aquellos tiempos se ganó el odio del Medio Oriente y el de más allá, Rusia incluída. Aniquilar, arrasar una cultura de esa manera no ayuda a la imagen de Alejandro. Sin embargo, gracias a Él, supe el significado de aquella famosa frase de los galos de Asterix que temían que el cielo se les cayese encima. Fueron los mercenarios galos que fueron a rendirle pleitesia, y visto que eran tan machos, Alejandro les preguntó si había algo a lo que temían. Solo al cielo inestable contestaron. Cuando se quedó a solas con su ayudante, éste le preguntó que opinión le habían dejado esos valientes: Fanfarrones e ignorantes, contestó ese fanático que no conocía límites. Gracias.
Demóstenes era un gran enemigo, pero por interés, cosa que disimula en sus filípicas. Sabía que era alguien en la antigua polis ateniense, pero nadie en el imperio macedónico. Padre e hijo le ningunearon. Pasaron por completo de él mientras se dedicaban a hacerse con el imperio persa. Antípatro, el caudillo que vino después, fue quien se ocupó de perseguirlo. Antípatro era un tirano municipal, de cortas miras, uno de esos que se limitan a controlar sus fronteras y lo que pasa en su cortijo. Quiero decir que tu caracterización está más cerca de la municipalidad de Antípatro que de la amplitud de miras de Filipo O Alejandro. No ha sido una de tus mejores intervenciones. Estoy acostumbrado a que hiles más fino.