Presentación de la revista Humanismo Digital en el MIL.

La presentación de la nueva cabecera Humanismo Digital supuso una oportunidad para conocer cómo se gestó esta revista a través de la colaboración entre su impulsor y coordinador, Pedro Ortega Ventureira, y la dirección de Jot Down. El lugar de encuentro, el Madrid Innovation Lab, MIL, estuvo muy en consonancia con los contenidos de la revista, ya que desde este lugar se fomenta el desarrollo de la inteligencia artificial, las tecnologías deeptech y el emprendimiento.

Pedro Ortega es historiador del arte, escritor y gestor cultural español especializado en estética y humanidades digitales. La unión entre tecnología y ciencias humanas es de hecho el motor de impulso de su trabajo, y lo que ha acabado dando forma a una publicación centrada en las nuevas posibilidades de creación y difusión del conocimiento, la oportunidad de devolver a las humanidades su importancia social, y el estudio del desarrollo del ser humano en relación con su historia y su cultura. Como contó en la presentación, la génesis de su idea llegó, de hecho, a través de un boletín, Expertos en patrimonio digital, donde no solo ha establecido contacto con una serie de profesionales e interesados en esta área del conocimiento, sino reunido un nicho de lectores especialmente apasionados por ella. Humanismo Digital nace a partir de estas bases como una revista en papel, semestral, que se publicará dos veces al año.

No por casualidad, como nos explicó el propio Pedro, la revista abre con una imagen de la catedral de Notre Dame, no una imagen cualquiera, sino la del videojuego Assassin’s Creed Unity. En lo que sin duda es un buen ejemplo de humanismo digital, nos explicó la importancia que había tenido esa recreación en 3D para la reconstrucción de la catedral, y el que el juego la hubiera ubicado en el período de la Revolución Francesa. De hecho este es el primer artículo de la revista, donde se revelan algunos secretos sobre la célebre aguja que añadió el arquitecto y restaurador Violet Le Duc, sugiriendo una analogía entre lo que supuso la influencia de la obra de Víctor Hugo para rehabilitar el estilo gótico, muy castigado por los protestantes en toda Europa, y la actual del videojuego en el siglo XXI para movilizar recursos a fin de restaurarla después del incendio.

Conocimos además el resto de contenidos, que abordan muchos de los temas claves no ya en el humanismo digital, sino en el propio desarrollo de la vida social hoy, en relación a la tecnología. Como los desafíos que supone la inteligencia artificial para la propiedad intelectual, y el equilibrio entre alimentar los modelos de aprendizaje de la máquina y proteger la obra de los creadores. O su peso y su papel en la educación, donde podría convertirse en profesor y maestro, aunque esté por dilucidar si como una aportación positiva o empobrecedora. También el hallazgo de un circo romano en una antigua ciudad del imperio, Iruña-Veleia, a seis kilómetros de Vitoria, que fue posible gracias a la mirada humana -y daltónica- sobre las fotografías de satélite. Por supuesto, el cada vez más potente transhumanismo, como corriente de pensamiento y concepción del ser humano que, sin ser mayoritaria, abrazan ya un número relevante de pensadores e intelectuales. Las industrias culturales, el 3D en arquitectura, las constelaciones shakesperianas… hasta Matrix antes de Matrix. Y más contenidos que Pedro fue repasando en su presentación.

Agradeció además el apoyo de una serie de instituciones y empresas que no solo forman parte del humanismo digital, sino que han apostado decididamente por esta publicación. La Universidad Francisco de Vitoria; Arkikus, máquinas del tiempo de bolsillo, dedicada a las reconstrucciones virtuales del patrimonio histórico; Alvearium, proyecto de metaverso que replica espacios del mundo real; y Argonuts, que colabora estrechamente con organizaciones culturales para conectarlas con entusiastas del arte y la cultura mediante la tecnología.

Durante la presentación Pedro estuvo acompañado por Martín Sacristán, socio y colaborador de Jot Down, quien aprovechó para contar a los asistentes algunas curiosidades sobre la génesis de la revista, su historia y desarrollo desde 2011, las 49 trimestrales que se han sucedido desde la primera aparición en 2012 de la número 1 en papel, y las nuevas cabeceras que fueron sumándose, Jot Down Kids, Mercurio, Jot Down Places, Arteuparte, y ahora también Humanismo Digital. Con una mención significativa para el artículo El sueño húmedo de la mujer del pescador, el arte shunga, como ejemplo del profundo impacto social, y en las revistas, suplementos y secciones culturales, que supuso la aparición y el desarrollo de Jot Down.