Pedagogismo y barbarie
Es sabido que quienes nos dedicamos hace mucho tiempo a la docencia ya no somos demasiado permeables al asombro. Tarde o temprano —y a veces más temprano que tarde— terminamos alcanzando un límite más allá del cual es muy difícil que un alumno inaugure un desacierto lo suficientemente novedoso como para causarnos algún tipo de perplejidad. Sin embargo, cada tanto […]