Arte y Letras Cómics

Una imagen y mil palabras (Sobre la beca AlhóndigaKomik)

AlhóndigaKomik

Imaginen una beca que diera la posibilidad a un músico de dar forma a su proyecto en los históricos estudios de Abbey Road durante una estancia en Inglaterra pudiendo circular por Liverpool, Manchester y/o Glasgow. Imaginen estudiar ópera en Italia, en ruta itinerante entre Roma, Florencia, Venecia y Milán. Imaginen desarrollar esa loca idea para una novela, ese experimento estilístico extraño o esa historia llena de humo y espejos en Dublín. O en Edimburgo. Más lejos aún, en Buenos Aires. Algo más cercano, pero no menos idílico, imaginen aprender paradigmas y secretos culinarios al calor de los fogones de elBulli codo con codo con Ferran Adrià.

En definitiva, imaginen ese lugar idílico —quizá incluso icónico— y referencial de una disciplina artística y que alguien diseña y pone en marcha una beca para facilitar a un elegido y su proyecto —en concurso con muchos otros— el desarrollo del mismo en ese lugar.

Imaginen que esas becas se otorgan cada año, con unos costes razonables y una implicación ejemplar de los autores, dando como resultado unas obras de considerable calidad que no hacen más que aumentar nuestro patrimonio cultural.

Ahora imaginen que todo eso se acaba, así, de un plumazo.

Evidentemente, no les cuento esto por hacer un ejercicio gratuito de sadomasoquismo eidético, sino porque existe un caso real del que les quiero hablar. Hace apenas dos semanas, Entrecomics nos daba la triste noticia de la eliminación de la beca AlhóndigaKomik del centro cultural AlhóndigaBilbao, totalmente pionera en España. Su dotación permitía al autor seleccionado desarrollar el proyecto presentado durante una estancia en la Cité Internationale de la Bande Dessinée et de l’Image de Angulema (CIBDI), la meca europea —si no mundial— del tebeo, la capital de los festivales de la historieta europeos. Dentro del sector del noveno arte, era quizá el mejor de los premios posibles para un autor en los inicios de su carrera. Las virtudes de la beca no eran pocas y no solo para el novel:

Angulema
Angulema, la ciudad de la historieta. O la ciudad-historieta. Sus muros acogen homenajes a autores y personajes

— La dotación económica al año no era excesivamente costosa y la institución francesa encargada de recibir al autor se hacía cargo de la estancia.
— De todas las becas otorgadas por Alhóndiga desde su creación, han surgido grandes obras. ¿El caso más destacado? El reciente premio nacional de cómic Dublinés de Alfonso Zapico que contaba maravillosamente la vida del escritor James Joyce.
— La beca ponía a un autor español en un centro importantísimo a nivel internacional empeñado en la divulgación y el estudio de la historieta. Permitía fomentar los contactos con autores y profesionales extranjeros que, a su vez, referenciaban a los nuestros en sus respectivos países.
— Todas las obras desarrolladas allí han sido luego publicadas en nuestro país.

Y de pronto, esta excelente oportunidad queda suprimida. No solo la beca, sino todas las actividades relacionadas con el mundo de la historieta.

Por el momento, las explicaciones para la desaparición de este valioso activo cultural han sido parcas. Pese a argumentarse un ”mayor rigor en el gasto” cuesta creer que las razones sean económicas dado el ajustado coste de la asignación. Por otra parte, tampoco parece que pueda argüirse un fracaso de los proyectos becados. Ni una falta de proyectos presentados a concurso. Ni una mala relación con la institución francesa, que tampoco quiere la supresión de la beca. ¿Quizá la búsqueda de un cambio de “estilo” en la programación de eventos y actividades por parte de la dirección? El programa se sigue declarando multidisciplinar y, aunque no lo fuera y acotara el número de artes promocionadas, ¿renunciarían a una beca de prestigio incomparable con ninguna otra de su misma categoría artística y equiparable a las más altas de cualquier otra? Ahora imaginen perderse Dublinés por semejante «decisión», por llamarlo de alguna forma.

Como era de esperar, el sector, comprendido por numerosos autores y profesionales, se ha hecho oír de nuevo a través de una voz conjunta, en este caso con la creación de un blog desde el que coordinar las manifestaciones en defensa de la beca y que adjunta una carta dirigida a la nueva directora, solicitándole el replanteamiento de su decisión.

La lista de firmantes es extensa —es de esperar que se adhieran muchos más en los próximos días— y en ella figuran:

— Todos los premios nacionales de cómic de España y Cataluña, sin excepción, hasta la fecha.
— Artistas internacionales que forman parte ya de la historia del cómic como Art Spiegelman, Chris Ware, Lewis Trondheim, Vittorio Giardino o David Lloyd.
— Los becados por la AlhóndigaKomik, prueba del valor de la misma.
— Una ingente cantidad de autores españoles y extranjeros.
— Otros tantos entre teóricos, divulgadores, críticos, historiadores, profesores, periodistas, editores, libreros y artistas de otras disciplinas.

Como mínimo, es para pensárselo. Quiero decir que ante este panorama podría surgir ahora, desde la Alhóndiga, la idea —deseable, por otra parte— de que la decisión hubiera sido tomada precipitadamente. Que ante un desconocimiento de la materia por parte de la dirección —que, por cierto, al menos podría haber consultado con el impulsor y coordinador de la beca, el autor Antonio Altarriba— se hubiera decidido a su eliminación sin advertir el valor de la joya de la que se estaba en posesión. Y que, lógicamente, se procediera a su restablecimiento.

Sería comprensible. Seguramente el mundo del cómic en particular y de la cultura en general chirriaría todavía un poco —mira que llegan a ser quisquillosos esta gente del arte— ante la cuestión, pero muy probablemente acabarían por celebrar la sabia rectificación. Y de paso le evitarían a Zapico —residente en Angulema— la vergüenza de tener que explicarle a los franceses y a los autores de otros países por qué el año próximo no llegará nadie de España a compartir ideas, visiones y proyectos.

Por el momento, y a la espera de la estación de la caída del guindo, la imagen que nos queda —tras estas mil palabras— es la siguiente :

AlhóndigaKomik b

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Un comentario

  1. Pingback: Beca para la maison des auteurs en Angoulême – Todo sobre Cómic

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