Llegar a Nueva York
Las primeras semanas en Nueva York las pasé drogado por el simple hecho de estar en ella. Salía por la mañana con una urgencia eufórica por doblar la siguiente esquina, sin saber si caminaba hacia el sur o hacia el este, aturdido por las visiones más banales, como un señor paseando a su perro o el asfaltado de las aceras. […]