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José Antonio Pérez: El extraño origen de Humor Amarillo

Humor amarillo

Juan Herrera es un señor con bigote a quien debo, entre otras cosas, el descubrimiento del término “esparajismo” (sinónimo de aspaviento en Albacete, Cantabria, León y Palencia). Entre sus méritos está el haberse dedicado durante varias décadas a la creatividad televisiva conservando el pelo y un nivel de cordura que, sin ser excesivo, le permite relacionarse con personas normales tales como contables y camareros.

A lo largo de su heterodoxa carrera, Juan ha diseñado programas de televisión y de radio, exposiciones, museos, documentales, espectáculos flamencos, melodías, quites toreros y hasta un pisapapeles volador que funciona con pilas y en cuya futilidad reside su encanto. Como la vida misma.

En los años 80 el bigote de Juan todavía era negro. Por entonces dirigía y locutaba, con su amigo Miguel Ángel Coll, un programa llamado Jack el Despertador en Radio 3. De lunes a viernes, los oyentes de la radio pública se encontraban con desconciertos tales como homilías invertidas o soleás horarias que marcaban con desgarro las siete en punto (no es para menos).

El éxito de aquel despertador provocó que una mañana de 1990 a Juan le telefonearan de una nueva cadena de televisión llamada Telecinco. Coll y él fueron a Torre Picasso, por entonces sede de la empresa, donde les esperaba un asturiano de nombre Pepe y de apellido Azpiroz. Éste les acompañó hasta un cuarto donde había varias docenas de cintas VHS metidas en cajas de cartón.

—Es un programa japonés —dijo quizá Azpiroz—. Lo hemos comprado al peso y no sabemos qué hacer con él. Se lo hemos dado a Cruz y Raya y a Elvira Lindo, a ver si se les ocurría algo. Han emitido fragmentos en Tutti Frutti, como sketches, pero no acaba de funcionar.

En Telecinco solo tenían un título, que se le había ocurrido al gran gurú televisivo y jefe de todos Valerio Lazarov: Humor amarillo.

—¿Y qué quieres que hagamos con esto? —preguntó Juan Herrera mirando las cintas.

Azpiroz se encogió de hombros.

—Vosotros sois los creativos.

Dos días después, Herrera recibía las cajas en su casa. Antes de introducir la primera cinta en el vídeo, Juan tuvo la prudencia de abrir una lata de aceitunas y colocarlas en un platito. Luego, ya bien provisto, pulsó el play. Por la televisión de tubo empezaron a desfilar japoneses gritones que saltaban, corrían y caían desde estructuras móviles a lagos marrones y suelos de goma espuma. Por extraño que pueda parecer, Juan no sabía japonés por entonces.

«Tampoco sabía quién era Takeshi Kitano«, recuerda Herrera. «Y nadie nos explicó nunca qué era aquello, si era un concurso, un show o una fábrica japonesa de tullidos».

No obstante, Herrera intuyó que algo se podía hacer. Así que, utilizando un par de vídeos como moviola casera, empezó a remontar aquellos programas. El método era agotador, incluso con aceitunas, así que pronto inventó uno nuevo. Juan visionaba los programas en perfecto japonés mientras apuntaba códigos de tiempo y dibujaba un sencillo storyboard a modo de guión. El montaje final se realizaba en Telecinco, donde Coll y él locutaban improvisando en base a unas notas del propio Juan.

Las condiciones eran asombrosas”, me dice Herrera. “Nos encontramos con estudios inundados y alguna vez incluso tuvimos que locutar en un pasillo”.

El programa se estrenó en 1990. Para entonces Herrera seguía sin saber quién era Takeshi Kitano. Tampoco sabía que aquel programa que tan posmoderna y despreocupadamente deconstruía se llamaba, en realidad, El castillo de Takeshi. A pesar de ello, Coll y él acabaron montando y locutando tres temporadas. El programa hizo una audiencia media del 25%. Hay quien dice que, teniendo en cuenta su precio y el resultado (hasta seis reposiciones de un programa locutado en un pasillo), Humor Amarillo es, con mucho, el mayor y más rentable éxito en la historia de la televisión española.

Hoy, dos décadas después y con Humor amarillo instalado en la memoria colectiva de una generación, el bigote de Juan Herrera clarea tras las bambalinas de otro exitoso programa. Lejos de los focos. La última idea que me ha contado consiste en un traje de luces hecho de mortadela. Incluso tiene un par de bocetos. Le he recomendado que ponga un poco de chorizo en las mangas. A él, claro, eso le ha parecido vulgar.

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36 Comentarios

  1. En JotDown tenías que estar. En el mejor sentido posible lo digo :-)

  2. fragrante

    Corto para los estándares «jotdownianos» pero, qué coño, se te da la bienvenida JA. Banzai!

  3. El chino cudeiro for the win… la verdad que algunas locuciones eran para partirse.

  4. Ya conocía la historia… no es que la halla contado alguien. Es que resultaba evidente viendo el programa.

    Para los espectadores quedaba muy claro que eran uno vídeos que habían comprado por cuarto duros y que comentaban de manera irreverente e improvisada.

    El programa era transparente… lo que ves es lo hay.

  5. De hecho he visto el programa no hace mucho, lo reponían en cuatro con nueva narración y creo que siguen por alguna cadena de TDT

  6. A mi me encantaba (y me encanta). En el 90 apenas tenía unos 3 ó 4 años y la verdad es que no entendía mucho (y tampoco sabía quien era Takeshi Kitano).

    Tras conseguir varios vídeos (antes de las reposiciones de Cuatro) pude volver a verlo y ver que aquello era más absurdo de lo que recordaba, pero igual de divertido.

    Sigue sorprendiéndome como un director de la talla (sobre todo en oriente) de Takeshi hace un programa tan estúpido como este (Aquí el símil sería tener a Amenábar haciendo el Grand Prix. No pongo Almodóvar, ya en si es un chiste xD)

  7. Yo recuerdo con fervor ver Humor Amarillo los domingos a la hora de comer, y me embarga la felicidad.

    Al crecer, recuerdo discutir con amigos. Estos reprochaban a telecinco el aburdo trato que dieron al concurso original. Pero es que con el tiempo he visto que algunos gags de humor absurdo de Juan Herrera superan con creces el programa original.

    Y he de decir que la reposición en Cuatro, con la «remasterización» no me convence para nada. No lo hacen mal, pero los nuevos dobladores (eran de «pecado original»?) tiraban demasiado de «chiquitistaní».

    Imposible competir con el humor sagaz y absurdo de la original, ojalá Telecinco quiera compensar algún día su kharma y ripee for great justice las tres temporadas originales :D~~

  8. Este artículo merece aplausos sólo por contener la palabra más evocadora del castellano: esparajismo. Casi se me salta una lágrima

  9. Tal y como es fácil sospechar por los lugares que el autor cita (León, Cantabria y Palencia, lo de Albacete es más curioso), esparajismo no es palabra castellana, sino préstamo de la lengua astur-leonesa:
    Esparaxismu.

    http://canales.elcomercio.es/extras/diccionariu/E6.htm

    Um saúdo galego-castelhano.

    • En mi pueblo (de Teruel) también se usa, pero el adjetivo, aplicado a persona que hace muecas y es muy exagerada: parajismero

  10. Me acuerdo con nostalgia de «Jack el Despertador» y todos aquellos Estupendos programas de Radio 3 que marcaron mi juventud ( especialmente «tris, tras, tres», «caravana de hormigas» , ….

  11. Jotdown, has perdido un lector.

    Nah, es coña. Herrera y Coll parieron parieron de aquellas cintas un programa mítico e hicieron historia de la televisión. Veinte años después del castillo de Takeshi y quince años después de Humor Amarillo, tiarrones con los huevos negros armaron bulla hasta que, con muy buen criterio, Cuatro reeditó Humor Amarillo con el mismo formato y la narración de Fernando Costilla y Paco Bravo. Esas imágenes grabadas originalmente en 1986 se siguen emitiendo a día de hoy en DOS canales nacionales.

  12. Has perdido a un japonés tullido!

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  15. Yo soy de esas a las que despertaba Jack, nó sé porque me acordé de los cantos de un gallo??

    • Me gustaba Jack el despertador e hice mía una frase de miope que usaban en el programa: «veo menos que un gato de escayola». Grande humor amarillo con Herrera y Coll. Grande José Antonio «Malpensando» Pérez.

  16. Pepiño Furrelo

    El primero en mostrar esa basura japona fue don Chicho Ibáñez Serrador (inventor, entre otras cosas, del autogiro) y siempre me pareció una reputísima mierda, elevada a su máxima potencia con las vocecillas ridículas e insufribles de esos dos locutores cantamañanas.

  17. chino cudeiro manquepierda!

    intenté ver «La Chinoise» de godard y quedé totalmente decepcionado…

  18. Yo he visto ese programa en la televisión alemana y dan ganas de cortarse las venas.
    Un caso parecido es el doblaje de Gomaespuma en la película Ali G, no creo que respetasen ni un puñado de palabras del guión que les dieron y es infinítamente más divertida que la versión original.

    • Justo, siempre que pienso en doblajes divertidos me acuerdo de esos dos ejemplos, Ali G y Humor Amarillo.

      Recuerdo que en España se intentó hacer algo mucho más serio con ‘La noche de los castillos’, que fue un descalabro absoluto. Quizá si se hubieran puesto de locutores alguno de estos genios el show les habría durado más de una temporada.

      ¡GRAN ARTÍCULO!

  19. Don Manuel

    Recuerdo perfectamente a Juan y a Coll en la época dorada de R3, era un gozada despertarse e iniciar el curro con estos dos tíos .
    A Herrera no le he perdido de vista, sale «de cuando en vez» en El Hormiguero, del que es guionista.

  20. Llevo media vida pensando que el otro era Moncho Alpuente. GRACIAS. Por cierto, magnífica entrada. Como siempre.

  21. despistado

    Lo curioso del tema es que en una cadena de televisión francesa están emitiendo ahora «el castillo de Takeshi» siguiendo casi el mismo esquema. La única diferencia es que, ademas, los dos locutores salen en pantalla de vez en cuando, disfrazados de «japoneses», como los concursantes de humor amarillo en la prueba de «terremoto en kioto»

  22. Pingback: CONEXIÓN DJ | El origen de humor amarillo

  23. Increíble… ni un sólo vídeo. Venga uno, y no os acostumbréis:
    http://video.google.com/videoplay?docid=-2421412417067454375

    :P

  24. Aleluya, uno de los más grandes de televisión de este país en Jotdown, que bien le hacía falta a esta publicación (se nos quiere poco, ya se sabe). Y encima dando por saco, hablando del humor amarillo, uno de los géneros más apaleados, sí señor.

    Enhorabuena a todos por la excelente noticia.

    Jose, te va a costar escribir en MODO LARGO ON. Je!

  25. Pingback: Jot Down Cultural Magazine | Puentes colgantes (I): una introducción

  26. Humor amarillo. Todo un tiempo, y las reemisiones de Cuatro tampoco fueron mal, pero no tenían tanta gracia como las iniciales.

    Siempre he pensando que no sé porqué no pillan más programas japoneses y se vuelve a esta fórmula tan simple de ir narrando, quizá tendríamos más éxitos en carcajadas.

    Total, me voy a ver un par de capítulos a ver si los encuentro :)

  27. Nunca les agradecere lo bastante la gran cantidad de lagrimas (de tanto reir) que me saltaban con el chino Cudeiro, el locutor de bigotes y esos tozolones inverosimiles, porrazos en todos los nakasones….las zamburguesas, los rollitos de primavera…..al turrooooooooooon……:-)

  28. Pingback: Especial Humor Amarillo, el programa que marcó a toda una generación | Tallon4

  29. Maestro Ciruela

    Recuerdo perfectamente a «Jack El Despertador», una maravilla de programa – entre los muchos que entonces emitía Radio3- que conseguía hacerme levantar muy temprano para no perderme ni un segundo de la compañía de esos dos locos geniales a los que entonces no conocía de nada. No solo el guión, las ocurrencias y los chascarrillos eran de primera, sino que, además, ellos, sus voces, me parecían tocados por la gracia divina. Me entristecía saber que ese programa, como todo, no sería eterno. Luego llegó ese delirio de «Humor Amarillo», que jamás hubiera aguantado más de un programa a no ser por el genio y la locución de esos dos cracks. Se derrochaba talento a raudales en esos comentarios que unidos a las chorradas «amarillas», me hacían reír con ganas.
    ¡Gracias, Juan Herrera y Miguel Ángel Coll! Siempre les echaré de menos…

  30. Pingback: Jot Down: “El extraño origen de Humor Amarillo” | Colaboración | Mi Mesa Cojea

  31. Pingback: Perder e Ignorar | Espacio de manuel

  32. Pingback: El Castillo de Takeshi o Humor Amarillo español

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