Entrevistas Política y Economía

Francisco Igea: «No se puede deslegitimar al adversario y mucho menos deshumanizarlo»

Francisco Igea

Francisco Igea Arisqueta (Valladolid, 1964) es el candidato de Ciudadanos a las elecciones de Castilla y León, y una rara avis dentro de la política española. Con aspecto de afable profesor y médico de profesión, siguiendo con la tradición familiar que viene de sus abuelos y sus padres y continúa con sus dos hijos, considera que la medicina y la política sirven para mejorar la suerte de la gente. Tras su inicio en la política de partidos con UPyD, se incorporó posteriormente a Ciudadanos , donde ha mantenido siempre un perfil propio y por el que ha no ha pasado nunca desapercibido. Se confiesa muy terco y apasionado por todo lo que hace.

En plena vorágine de campaña electoral, se sienta con nosotros a tomar un café para charlar de lo divino y de lo humano, sin perder la sonrisa.

¿Cómo empezó en política?

En 1983, cuando fui delegado de facultad.

O sea, ya había querencia, ¿no?

Fui delegado de la facultad tres años, y allí coincidí por primera vez con Garicano. Y allí por primera vez hablamos de la transparencia en la universidad, en las evaluaciones… fíjate si ha llovido, y aún no hemos conseguido casi nada.

¿Permite la política actualmente tener un perfil propio?

A mí sí, y creo que es difícil. Es verdad que es difícil mantenerse con un perfil propio en política por el sistema de funcionamiento de los partidos, lo he escrito y lo he dicho muchas veces, pero creo que la política no puede matar a las personas. Uno de los gravísimos errores de la política española es que no permite los perfiles propios. He de decir que a mí me gusta mi partido, pero cada vez que hemos tenido follón interno y la gente se va o viene, siempre digo que no puede ser que un partido liberal elimine estos perfiles. Es bueno que haya perfiles propios, perfiles independientes, que la gente pueda expresarse, incluso como hice yo, presentarme a unas primarias contra la que es ahora presidenta del partido y seguir aquí. Creo que eso es muy bueno, de hecho, es una de las cosas que probablemente más han movilizado al partido en estas últimas semanas, decir «mira, aquí había unas personas que discrepaban pero están de acuerdo en lo que proponen con Ciudadanos».

¿Le ha defraudado mucha gente en política?

Sí, y en la vida. La política amplifica las condiciones de las personas, y a las personas las conoces en las malas, en los días malos, pero luego a mí la condición humana no es que no me defraude, ¡es que es la condición humana! Hay que ser comprensivo con la gente. ¿Hay cosas que me han dolido más o menos? Sí, pero si tú no tienes una alta estima de ti mismo… aunque no eres perfecto (yo también he cometido errores y me he decepcionado a mí mismo muchas veces), pero hay que intentar convivir con ello. Este mundo de lealtades eternas y de traiciones a mí me pone muy nervioso. La gente que llama traidores a unos tipos en su partido me pone muy nervioso y yo procuro no hacerlo. 

¿Pueden dedicarse los intelectuales a la política?

No lo sé, yo no soy un intelectual [risas]. Siempre acaban mal en política, ¿por qué? Porque los hombres libres suelen tener muchos problemas en los partidos, y esa es una de las cosas que hay que intentar cambiar, siempre lo he dicho y lo he dicho en el partido. Yo he discrepado con gente de mi partido, con Girauta, por ejemplo, doscientas mil veces, pero me llevaba bien, me parecía un tipo que siempre me contaba algo interesante aunque fuera para discrepar, y esto es algo que falta en los partidos políticos. Ayer tuvimos un acto, de lo más peligroso que hemos hecho: juntamos a Javier Nart y a Paco Sosa Wagner; y me dije «¡me echan del partido, son gente peligrosa!», pero yo creo que es necesario que en la política haya reflexión, debate, análisis… que puedas ver cosas nuevas. El «sí, bwana» es lo que mata la política. El cesarismo era algo en lo que teníamos una seria discrepancia en la manera de organizar el partido, no solo por el hecho de la democracia interna, sino por la eficacia. Si tú no toleras la discrepancia, si no tienes un sistema para confrontar dentro del partido, tus decisiones van a ser equivocadas con mucha más frecuencia.

¿Se ha convertido la carrera política en la carrera de alta dirección para los funcionarios?

Bueno, eso es bastante cierto. Nuestro sistema hace que, si no tienes un sitio donde volver, sobrevivir en política sea muy complicado, y en esto tienen más ventaja los funcionarios. Necesitamos políticos que puedan salir de la política. El problema de los políticos que no pueden salir de la política, que son la inmensa mayoría, es que los que no son funcionarios se convierten en funcionarios del partido, y es mucho peor que el que sean funcionarios porque esta es la gente que, con perdón, roba, mata, asesina para sobrevivir. Esta es una de las cosas que estamos viendo. Cuando tú tienes la posibilidad de irte a tu casa, eres más libre. A veces me dicen «por qué dices esas cosas, es que tú eres muy libre», no mire, oiga, es que yo puedo volver a otro trabajo.

¿Recuerda haberse tenido que tragar en alguna ocasión sus propias palabras?

Síííí, sí, sí [vehementemente]. Sí, de hecho yo cité a Churchill el primer día de mi investidura, con la famosa frase de «a menudo me he tenido que comer mis palabras y he comprobado que son una dieta equilibrada».

¿Está de acuerdo con lo de que la política es el arte de lo posible?

Sí. Sí y cada día más. Siempre digo que mi libro político de cabecera, después del de Luis Garicano [El dilema de España] es el de Víctor Lapuente, El retorno de los chamanes. La política incremental es algo que la gente se tendría que grabar a fuego. Venimos de discutir, por ejemplo, sobre la convalidación de la reforma laboral, que oiga mire, no es la mía, no, pero ¿hemos avanzado tres pasos hacia donde tenemos que dar siete? Pues si voy por el buen camino déjeme darlos».

Francisco Igea

Un político tiene tres carreras de fondo o vidas, la que corre dentro de su propio partido, la institucional y la mediática. Suele ser difícil tener éxito en las tres a la vez, ¿en cuál de estas tres carreras se ha sentido más cómodo?

Yo me he sentido más cómodo en la vida institucional, en la vida en la que puedes hacer cosas. La política en la oposición es muy frustrante, si no estás en el poder tienes menos impacto. La parte bonita de la política es cuando puedes hacer cosas, como en estos dos años y medio en el gobierno de Castilla y León. 

Ahora bien, ¿me gusta la vida mediática? ¡Claro, vamos, lo paso como un gorrino en un barrizal! Me lo paso bien, me gustan las entrevistas, y tiene esa parte de vanidad que el que dice que no la tiene es porque está mintiendo, pero tienes que entender que en política lo útil es conseguir cambiar las cosas. Disfrutar es tener el boletín oficial.

¿Cree que las listas abiertas, o desbloqueadas, darían un mayor valor a los representantes políticos?

Yo creo que es imprescindible cambiar el sistema. Estuvimos este año en Finlandia, estudiando el tema de la despoblación, y yo no conocía el sistema de representación que tienen, aplican el método D’Hont y listas desbloqueadas. El sistema en Finlandia es muy curioso, hasta la papeleta es cuadrada, y marcas uno de los veinte candidatos posibles, uno solo, de tal manera que el reparto de los diputados sale por método D’Hont, pero el orden lo marcan los ciudadanos. Esto hace que todos los candidatos que están en esa lista se maten cuando son elegidos para que en su distrito, en su pueblo, les vaya bien, y son del mismo partido. Yo creo que esta es una manera más racional de hacer el reparto, o hacemos eso o aquí lo de los partidos de la España vaciada va a ser una broma; podemos acabar con doscientos mil partidos locales, la gente tiene mucha desafección hacia la política tradicional.

¿Piensa que ya va siendo hora de abordar la reforma de la Constitución española?

No, yo creo que es más urgente la de la Ley de Partidos. La reforma de la Constitución tiene un problema, que es abrir un melón, y una vez que lo abres a ver cómo acaba. La Constitución funciona racionalmente bien y, lo que verdaderamente pienso que en estos momentos sea urgente, realmente urgente, y lo hemos visto esta semana en el Congreso —y lo vamos a ver mucho más—, es reformar el funcionamiento de los partidos de tal manera que se pueda llegar a acuerdos que no sean de bloque a bloque, permitir que haya un cierto grado de permeabilidad al acordar, y eso tiene mucho que ver con el funcionamiento interno de los partidos, con el sistema de representación, con esto que hablábamos de cómo se eligen las listas. Es más urgente reformar la Ley de Partidos, sí.

De los últimos cuarenta y cinco años de la historia de España, ¿qué tres políticos destacaría?

Yo tengo muy buen recuerdo, como político, de Rubalcaba —que era químico, en realidad ninguno de los que estoy pensando era político—; de Leopoldo Calvo-Sotelo, y he de decir que uno de los libros más divertidos que he leído sobre la política en España es Memoria viva de la transición; Leopoldo tenía un sentido del humor fantástico y dio grandes discursos. Y luego no sé quién decir, hay mucha gente a la que tengo respeto pero cuya trayectoria posterior es mala… yo siempre he dicho que UPyD hizo uno de los diagnósticos esenciales de la política y luego se envenenó a sí mismo… Uno tiene que intentar que la política sea útil, no solo brillante. Se suele fallar en hacerla útil.

¿Y de la política internacional, alguna figura?

De nuestra época, yo soy superfan de Angela Merkel, me encantan los políticos aburridos y eficaces, que hablan con todo el mundo, parece alemana… [risas], sí, es que es verdad, una señora que ha sido capaz de pactar con el partido socialista, hacer una política eficaz y a la que despide el Parlamento puesto en pie. Es un gran momento de la política la despedida de Merkel, me parece la quintaesencia de lo que tiene que ser la política, que es, oiga, que al final lo que importa son los ciudadanos, los resultados, y no que tú seas un tipo súper, súper brillante.

Y sobre políticos de fuera de Europa, he de reconocer que soy devoto, pero devoto hasta las lágrimas, de John McCain. El discurso de concesión de John McCain [el de 2008, en el que felicitó a Obama por su victoria y a quien expresó respeto], que oigo repetidamente, es de lo más bonito que he escuchado yo en mi vida, era un hombre comprometido con su país y con sus ideas… es un hombre que deja expresamente dicho que no quiere que vaya Trump a su funeral.

Antes de la existencia de UPyD y de Ciudadanos, ¿a cuántos partidos diferentes había votado?

Puf, a todos prácticamente. Bueno, a todos no, pero que recuerde al CDS, al PSOE, al PDP… una cosa que la gente no sabe es que Óscar Alzaga es familia de mi madre, y tuve una hermana en el PDP… y nosotros en casi todas las operaciones fracasadas de centro hemos participado de alguna manera u otra.

¿Y su propia familia lleva bien su protagonismo político?

Está acostumbrada, ya te digo, mi propia mujer me conoció siendo delegado de la facultad subido en un banco rodeado de gente, así que sí, ya lo saben…

O sea, que existe la política aparte de los partidos…

Existe, gracias a Dios.

¿A quién cree que es más fácil convencer como nuevo votante de Ciudadanos, a un exvotante del PP o a un exvotante del PSOE?

¡Me intento conformar con captar a los antiguos!, no me lo ponga más difícil [risas].

¿Considera que entrar en política desde muy joven y no haber tenido otra actividad profesional es un hándicap?

Es un desastre. Es que lo he visto, y lo veo en mi vida política ahora en Castilla y León, donde los dos líderes principales, tanto del PSOE como del PP, no han tenido otra vida. Y se les nota.

Tal y como se ponen en práctica, ¿son útiles las primarias en nuestra vida política?

Tienen mucho que mejorar. Yo sería más partidario de unas primarias abiertas al estilo americano, donde la gente (simpatizantes, no solo militantes) se registrase para votar. ¿Por qué? Porque a los partidos luego les pasa, por ejemplo, que tienen cada vez menos militantes. Yo creo en las primarias, y gané probablemente las primarias más controvertidas de este país, junto con las de Pedro Sánchez. Nadie puede dudar de mi fe en las primarias, pero deberían de abrirse a los votantes registrados, simpatizantes, para que fueran más eficaces, más parecidas a las primarias americanas. En realidad, tú buscas el candidato que va a representar mejor la opinión de los votantes, y luego tienes que entender que es el candidato a la presidencia el que va a hacer ese trabajo y no es el presidente del partido, son dos cosas diferentes.

Francisco Igea

¿Estar en el centro es lo mismo que estar en medio?

Ay, ¡esto lo digo siempre!: «no es lo mismo estar en el centro que en el puto medio», es que es verdad. No, no es lo mismo ni parecido; ¿por qué? Pues porque estar en el centro, u ocupar el espacio político que nosotros ocupamos de liberalismo y de partido progresista, no es estar equidistante. A veces los demás se mueven, ¿y tú te tienes que mover de un lado al otro? No, ¡no! Si los demás se mueven, déjalos que se muevan, pero no te menees tú. Sé que es difícil y a nosotros nos han definido por la equidistancia en vez de por nuestras políticas, y te tienen que definir tus políticas. ¿Cuál es tu política laboral? Hoy estamos recibiendo algunas bofetadas [por el apoyo a la convalidación de la reforma laboral del Gobierno], ¿por qué? No hay necesidad, ¿no éramos los tipos del contrato único, no somos los tipos que queríamos que esto avanzase? Pues entonces tienes que saber dónde estás, pero nos ha pasado mucho que a veces nos definíamos como los tipos que pueden pactar con unos y con otros, y es una definición que a mí no me gusta. Nosotros somos los tipos que tenemos una política capaz de ser acordada, eso es lo que hay que explicar, pero es difícil. El centro es un sitio difícil y estar en el medio lo que es, es difícil de cuidar, porque recibir las bofetadas de los dos lados es complejo.

Bueno, y a ver si es posible, en treinta segundos…

Eso es imposible [risas]. 

… ¿qué es ser liberal hoy en España?

[Risas] En treinta segundos no contesto casi nada, pero lo voy a intentar.

Ser liberal yo siempre lo defino con una frase: eres el que cree que la gente tiene que llegar tan lejos como sus méritos, su esfuerzo y su capacidad le marquen, y pones las condiciones para que eso se haga así. Y las condiciones exigen sacar de la ecuación el nacimiento, por tanto exigen una educación pública de los cero a tres años, y un sistema de protección social que evite que la fatalidad marque tu destino. 

Esto lo más resumido que puedo hacer.

Pasando a la actualidad de Castilla y León, ¿cuál sería, en su opinión, el mayor reto de la política autonómica?

El mayor reto para nosotros es sacar a la comunidad del conservadurismo. Castilla y León es una comunidad muy conservadora, lo ha demostrado en las elecciones año tras año. Es una comunidad tan conservadora que incluso el Partido Socialista es conservador, Tudanca podría llamarse Fraga y no pasaría nada. No quieren cambiar nada, ni la transparencia, nada. Es difícil en una comunidad con mucha gente mayor, muy conservadora, transmitir la ilusión del liberalismo, del progreso, de cambiar, de que tú puedes liderar la comunidad. Y eso es en lo que estábamos cuando pasó esto [el adelanto electoral que convoca el presidente Mañueco]. Ese es nuestro reto, que nuestra comunidad se crea capaz de ir en la avanzadilla, de dejar de ser conservadora e ir a la vanguardia del país, ser una comunidad de acogida, en la que el desarrollo sea clave, en fin.

Enlazado con esto, ¿es posible hacer política territorial sin caer en localismos, en nacionalismos…?

Es posible. Es posible pero hay que tener las ideas claras, tienes que saber qué es lo que quieres. ¿Sabe cuál es la pregunta que más temo siempre, como candidato autonómico? Cuando vas a la entrevista de la radio local y te preguntan por el programa para tu provincia, porque yo no tengo la bolsa de caramelos, la de «te voy a hacer aquí un hospital, te pongo una carretera…». Yo he sobrevivido sin hacer esas cosas, no sé si lo haré largo tiempo, queramos que sí, pero es difícil, muy difícil. Y, sin embargo, si tienes claro que tu política es eficaz a nivel nacional, a nivel europeo, en lo autonómico y local también lo es. La transparencia es buena en el ayuntamiento, en la comunidad. Luchar contra el clientelismo es bueno, simplificar las normas es bueno a este nivel y a otros, y luego está la infraestructura, que siempre se usa para la bolsa de caramelos, con lo cual siempre es complicado hacer política territorial.

¿Cree que se va a dar Mañueco mus, con unas nuevas elecciones, si no es capaz de gobernar en solitario?

Mañueco ha echado un órdago y lo va a perder.

¿Qué diferencia hay entre lo que ofrece Ciudadanos en esta campaña y lo que ofreció hace dos años y medio?

Las circunstancias. Como decía Ortega, yo sigo siendo yo pero las circunstancias han cambiado notablemente, son ahora muy diferentes.

¿Cómo vendes en León a un señor de Valladolid?

La inmensa mayoría de los señores de León lo ven bien. Siempre nos pasa que tomamos la parte por el todo, y hay unos señores en León que se han apuntado a esto de «la culpa es del otro». La esencia del nacionalismo es «yo no busco soluciones, busco culpables», y eso siempre es muy molón porque entonces la política es muy fácil, una vez que mates a los culpables los problemas se van a resolver, ¿no? Pero en León hay mucha gente con sentido común, de hecho UPL no saca mayoría nunca.

Francisco Igea

Ahora una pregunta más densa a la que damos en vez de treinta, cuarenta y cinco segundos: ¿qué es lo que cambiaría de Ciudadanos?

Yo cambiaría lo que propuse cambiar, cómo funcionamos internamente. 

¿Qué es lo que estamos intentando cambiar ahora? En primer lugar, yo intenté cambiar las normas y lo que tenía que haber intentado cambiar, probablemente, era otra cosa. La política también tiene una parte sentimental que hay que cambiar. Hay que cambiar el mundo de traidores y adhesiones acérrimas, hay que conseguir que seamos capaces de reconciliarnos con nosotros mismos, porque somos un partido que creemos mucho en la reconciliación, en una tercera España posible, pero nos cuesta reconciliarnos con nosotros mismos. Y, a ser posible, intentaría que las normas fueran hacia donde nosotros queríamos que fueran, pero tampoco me estaría todo el día mirando a ver cómo tengo las uñas.

El otro día leí el artículo de Juan Claudio de Ramón que me encantó, sobre que siempre nos tira la sisa, mire, no somos perfectos. Somos liberales pero no perfectos, y hay gente que no lo entiende. Queremos que gobiernen las élites, para, como yo digo, llamarles luego ¡elitistas!… Somos un espacio político complicado. Entonces, lo primero que tenemos que aprender es a reconciliarnos con nosotros mismos.

¿Cómo visualiza los partidos del futuro, idealmente?

Mucho más abiertos. Yo creo cada vez más en partidos que funcionan durante la campaña pero no funcionan tan jerárquicamente, tan institucionalizados. Los partidos en general cada vez tienen menos militantes, pero son máquinas electorales y unas máquinas de generar ideas y propuestas, y tienen que funcionar de un modo mucho más dinámico del que funcionan, muy, muy jerarquizado. Por eso decía que la Ley de Partidos es importante cambiarla, porque es importante que lo que pasa en campaña, cuando mucha gente se suma porque cree en el espacio, en sus ideas, no se pierda mientras los partidos menguan en militantes. Tiene que hacerse posible de otra manera, que haya más flexibilidad para aportar e intentar también no ser tan dirigistas, no ser tan cesaristas, que es lo que nosotros propusimos en su día, no yo.

¿Considera que UPyD y Ciudadanos cometieron errores similares o no tuvieron nada que ver?

Muy similares, los que hemos estado en la casa lo sabemos… sí. Es el todo o nada, es el estás conmigo o contra mí, es el cesarismo. Los partidos liberales tienen que ser liberales, no pueden ser cesaristas; se equivocaron, además, con esa dureza con el discrepante. Yo las cosas que he visto en Twitter, en un sitio y en otro cuando uno se iba, o no se iba, y mataban a uno e insultaban a otro y tal… Tengo una frase que se hizo famosa, y es que «en este partido ya solo quedamos los traidores». Un poquito menos de Inquisición nos vendría bien.

¿Y ver alguna virtud también en los rivales políticos, cree que es un ejercicio que puede ser sano y que se practica poco?

Sí, sin duda. Es que ahora mismo es casi lo más urgente. Cuando estaba en el Congreso de los Diputados, yo tenía buena relación con gente superextraña aparentemente. De hecho, algún exdiputado de ERC me ha deseado suerte, y eso, para un tipo que es candidato de Ciudadanos puede sonar un poco raro, eh, pero hay que ver a las personas en la medida de lo posible. Humanizar la política es muy importante, porque lo peor que le puede ocurrir a este país, y le está ocurriendo, es que deshumanizas al enemigo. Lo deslegitimas primero, luego lo deshumanizas, y después… lo que viene después ya sabemos lo que es. No se puede deslegitimar al adversario y mucho menos deshumanizarlo.

¿Le habría gustado vivir como protagonista la época de la transición?

Pues sí, sí me hubiera gustado, porque ¿sabes cuál es la diferencia con lo que le pasa a este país ahora? Pues que entonces España tenía un proyecto común. La transición es un proyecto común, y a este país le falta ahora un proyecto común. Entonces teníamos el proyecto de entrar en Europa, por ejemplo, y en eso coincidía todo el mundo. Pero este país está ahora desorientado porque no tiene un proyecto común y en consecuencia tiene muchísima división, porque falta ese proyecto común de a dónde queremos ir como país. 

Y luego también hay momentos fantásticos para vivir… Uno de los libros que más me ha divertido leer es sobre Torcuato Fernández Miranda, Lo que el rey me ha pedido. Ese es un momento fantástico.

¿Dónde se ve en diez años?

Felizmente jubilado, pero espero haberme portado tan suficientemente mal como para ser eurodiputado [risas].

¿La tortilla con cebolla o sin cebolla?

De Betanzos.

¿Le llama más la atención una ópera o una pinacoteca?

Una ópera. La pinacoteca me gusta, el otro día estuve en El Prado, soy superfan de El Prado, pero he de decir que para mí la ópera… Que he ido poco ¿eh?, que esto puede sonar un poco repelente niño Vicente. A la ópera en Valladolid hemos ido dos veces, luego he ido a una de fuera, pero las veces que he ido me parece el espectáculo total, pero total. Ver Rigoletto para mí es espectacular. Recuerdo que llevé a mi hija, que entonces tenía doce años, y lo pasó como una enana. Es la música, es todo.

Francisco Igea

¿De qué película le hubiese gustado ser protagonista?

Tengo muchas, muchas. Pero mi película favorita, sin lugar a dudas, es Gran Torino. También Centauros del desierto, soy superamante de John Ford, me parece un director brutal.

¿Clint Eastwood? Muy liberal no parece…

Bueno, ¡depende, depende! Gran Torino es una película brutal, la antítesis de todo lo que hace Clint Eastwood, es la historia de la redención. Me encanta, la he visto seis veces en el cine.

Sobre series… ¿Juego de tronos o Breaking Bad?

Pues he de decir que no soy muy fan de ninguna de las dos, que las dos las he empezado a ver y las dos las he dejado… ¡ahora puedo ser fusilado al amanecer por decir esto! [Risas]. De Juego de tronos tengo bastante con lo vivido en política, no necesito más.

Personajes de la política contemporánea en España… Veamos a qué personajes literarios o cinematográficos le inspiran…

Bueno, eso es peligrosísimo…

Eso es peligrosísimo, efectivamente, va con toda esa intención: ¿Pedro Sánchez? 

Cuál sería el personaje más vanidoso que he visto yo en el cine… [Duda]. No lo sé… ni literario… ¡es que no veo un personaje a su altura!… no encuentro un personaje a la altura de su vanidad.

Bueno, pues pasemos a Mañueco, por ejemplo… 

[Risas] Mañueco sería… sí, un personaje de serie de Los Soprano. Es un hombre frío, calculador…

¿Ayuso? 

Sobre Ayuso una vez hice una cosa que casi me matan, y fue compararla con Los Pecos… Me costó muchos disgustos, no sé si hacerlo [risas]. Es un fenómeno, es un fenómeno que para mí es inexplicable, pero que hay que reconocerlo como un fenómeno social. Un personaje tan popular como Ayuso es un fenómeno mediático… Ya te digo que lo veo más con Los Pecos que con un personaje literario, no sé.

¿Pablo Casado? 

El hombre más gris que he visto en mi vida, el hombre sin atributos… No podría protagonizar ninguna novela, si acaso El hombre invisible..

¿Y Abascal? 

Abascal, el Cid Campeador. 

¿Rivera? 

El hombre que pudo reinar.

¿Iglesias? 

Lo pondría al nivel de Bienvenido Mr. Chance, una persona que sorprendentemente llegó a ser vicepresidente, nadie sabe por qué… Cumplió el Principio de Peter, llegó a su nivel máximo de incompetencia.

¿Yolanda Díaz? 

Puf, me lo estáis poniendo dificilísimo… Iba a decir, no sé Sexo en Nueva York, algo de amor y lujo.

El último, ¿Feijoo? 

El hombre tranquilo.

¿Se premia la valentía en política?

[Piensa unos segundos] Sí, aunque parezca sorprendente esto que digo. Sí, se premia, se premia, pero no es suficiente, ¿eh? No es suficiente ser valiente, pero la gente sí reconoce, y a nosotros también nos lo reconocen cuando hay que tener decisión, es importante. En política, un tipo timorato… es muy peligroso.

¿Y la credibilidad?

Espero que sí, ya le contaré el domingo [día electoral en Castilla y León].

Francisco Igea

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13 Comentarios

  1. Sr. Igea, en las anteriores elecciones Vd. dijo que jamás permitiría que alguien imputado como Suarez-Quiñones repitiera como Consejero.
    cuando pactó con el PP y Suarez-Quiñones repitió como Consejero, y ahí sigue, Vd. dijo literalmente: «Me tengo que comer mis palabras.»
    ¿Cómo vamos a creernos ahora nada de lo que diga si mañana se puede comer sus palabras y hacer cualquier cosa?
    Cualquier cosa que le interese a Vd., claro.

    • Wladimir Rojo Carrillo

      A este politico, sin conocerlo de nada porque no vivo ahi, solo hace falta leer cuatro comentarios suyos para saber que es de la casta que en sus opiniones el dice odiar. Pues si te tienes que comer tus palabras cada dos por tres, eres un corrupto como los otros, aunque vayas de liberal modelo. Ya con ser fanboy de Merkel y reconocer que es una aburrida, pues como que este es politico de cuna, aunque no sea asi. Quizas no tuvo oportunidades.

  2. «Humanizar la política es muy importante, porque lo peor que le puede ocurrir a este país, y le está ocurriendo, es que deshumanizas al enemigo. Lo deslegitimas primero, luego lo deshumanizas, y después… lo que viene después ya sabemos lo que es. No se puede deslegitimar al adversario y mucho menos deshumanizarlo.»

    Pues a ver si se lo cuenta a Arrimadas, Carrizosa y demas cuando hablan del independentismo. Cada vez que abren la boca en Catalunya es para insultar.

    • Y esa preocupación, ¿la expresa usted desde el humanismo y el espíritu democrático o desde el supremacismo xenófobo de los indepes? Es por ubicarnos, que el ultraderechismo independentista catalán se cuela en muchas partes como si fuera el summum de la democracia y el progresismo y precisamente es todo lo contrario, excluyente y reaccionario.

      • Exactamente eso es la deshumanización del adversario. Lo hace usted muy bien, se nota que es un profesional!

    • Ah, y si escribe en español, es Cataluña. ¿O cuando comenta usted de Rusia escribe Росси́я? ¿A qué no? Vea, usted mismo lo entiende.

      • Se puede emplear México o Méjico, aunque por respeto con una diferencia cultural, se recomienda la primera. Se trata de una muestra de consideración hacia quien es o se siente diferente.

  3. «No se puede deslegitimar al adversario y mucho menos deshumanizarlo». Pues que se aplique el cuento, porque se le olvidó en cuanto le hablaron de sus adversarios.

  4. Los mamporreros y el delirio de la derecha liberal y progresista. Cornudos consentidos.
    Las ascidias son tunicados que devoran su cerebro cuando pasan a la fase adulta.

  5. Con clint no te metas

    Como Clint Eastwood es un señor mayor abiertamente republicano tiene la etiqueta de «facha». Pero la realidad es que su arte es bastante mas liberal que las del resto de sus compañeros. Sus peliculas contienen historias de superacion, de redencion, de asuncion de los errores, de racismo, protagonizadas por hombres, mujeres, blancos, negros, asiaticos, indios, personajes anonimos, heroes reales, ha tratado la guerra desde ambos bandos… Sus peliculas siempre han tenido un mensaje bastante mas profundo, conciliador, responsable y real que la guardia progresista que controla Hollywood que mas alla de un discurso beligerante no hace nada.

    Parece que el entrevistador no ha visto ninguna de sus peliculas.

    • Eduardo No Riega

      Totalmente de acuerdo, Eastwood podrá ser lo que sea de puertas adentro, pero su cine no podría ser calificado de ideológico.

  6. MacNaughton

    Un señor de un partido politico que ha pactado con los Franquistas y racistas de Vox en toda España nos viene con que no hay que deshumanizar al «adversario», que es precistamente lo que hace Vox a los imigrantes, refugiados y otros grupos vulnerables de la sociedad… es decir, los socios del señor Igea, el afable profesor y médico por lo demás…

    Y como hemos visto el otro día, Vox va cada vez a más, su discurso de odio ahora se da desde las instituciones del Estado, y no pasa nada. Lo que era impensable, y se decía que nunca podia suceder, ahora se ha normalizado del todo.

    El que vota o PP o Ciudadanos está complice y co-responsable de legitimar ese discurso de odio a los grupos más vulnerables de la sociedad…

    Uno esperaría tambien un poquito de por favor de tanto «constitucionalista» férrero del PP, gente olvidaza o bien con dobleces, que ahora están en coalición con un partido que no cree en la Constitución de 78 sino directamente en los tanques, ni tampoco en el proyecto europeo, sino en el concepto más bien de Spanien Uber Alles…

    ¿Se puede saber que están haciendo estos votantes de Ciudadanos – que venía a «renovar la politica española» – y los peperos de corte demócrata cirstiano pactando con un partido tan fuera del marco europeo como es Vox, convertiendo ese 13%, 14% o 15% del voto en llave del gobierno? Es para echarles a patadas de las instituciones europeas…

    La sociedad española tiene bastantes menos problemas de racismo que Francia o Alemania, y sin embargo, a este paso, todo apunta a que vamos a tener de aqui a unos años un gobierno con la extrema derecha en la Moncloa, cosa que los politicos de Francia y Alemania han hecho hincapié en no dejar suceder, anteponiendo los valores de la democracia europea a los intereses partidistas…

    Lo que se ha hecho en Francia y Alemania se puede hacer aqui. Que nadie venga luego con excusas y justificaciones por la decisión tan estúpida y poco ética de pactar con la extrema derecha y su discurso de odio… es del todo inaceptable….

    • MacNaughton

      Si Santiago Abascal y Vox son la idea de «renovacion» que tienen pensado el señor Igea y la señora Arrimadas, gracias, pero antes nos quedamos con la casa antigua….

      … la casa de todos que somos residentes en España vengamos de donde vengamos, una casa con sus desperfectos, claro, todas los tienen, una casa con un lamentable y del todo escandoloso housekeeping sin ir más lejos, una casa incluso con serios problemas de cimientos, pero al fin y al cabo, una casa donde cabíamos todos, pues ni Rajoy ni Aznar nunca profieron un discurso racista en todos años de goobierno,ni aquellos dos señores, ni ninguno de sus ministros…

      La idea de que se renueva la politica española dejando a Abascal y sus racistas entrar en las instituciones del Estado es delirante…. Un poco de coherencia, un poco de seriedad, un poco de europeismo por favor señor Igea… es usted una persona de más de 50 años, compórtese con una minima de responsibilidad….

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