Cuando llegamos a la librería Ocho y Medio nos damos cuenta ―es inmediato― de que es de verdad una librería especializada en cine. Se entiende así de pronto el porqué de su prestigio internacional; es muy difícil imaginar otro sitio dedicado al cine tan completo, todo ese material en un mismo lugar, libros técnicos, novelas, guiones, ensayos, toda la gente que allí recala; incluso los vinos del rincón The shop arround the corner (so… she is not very pretty) son de cine, “Son vinos italianos o vinos que tienen que ver con el mundo del cine, vinos de Coppola, de Banderas, de Imanol Arias, Jose Luis Cuerda…”, con lo bonito que es ese tema.
Es la librería de María Silveyro y Jesús Robles.
“Aquí la gente, de todas formas, a lo que viene es a por libros de cine”, nos dice María después de acabar de enseñarnos toda la librería en El Gatopardo, la parte no de cine de Ocho y Medio, separada del resto y que da también a la calle. Es donde tienen la serie los diez favoritos de ―por ejemplo― Saramago, Emma Coen, Fernando Fernán Gómez, Haro Tecglen… ―o lo que queda de ella: se ha vendido ya una parte de ellos, o incluso regalado algún ejemplar a la persona que lo propuso en su lista; “ejemplares rarísimos en muchos casos, muy difíciles de encontrar”. “Pero que nosotros libreros libreros no nos hemos sentido nunca, tenemos una menor relación como tales con el resto. Nuestra mayor vinculación es con la gente del audiovisual”, puntualiza Jesús, no vayamos a llevarnos una idea equivocada; no estamos en una librería convencional.

“Nosotros queríamos una librería de cine, pero como podía serlo una de arquitectura o medicina. Un lugar muy especializado donde acaben acudiendo técnicos que se forman, donde la gente aprende, mejora. O incluso, qué sé yo, libros que inspiran un determinado vestuario, Botonaduras del siglo XVI; libros también teóricos ―aunque cada vez se editan menos― todo lo que hacía Paidós, o Cahiers du Cinéma en Francia, ensayos sobre la teoría del cine…” Un mundo, en definitiva, mucho más abierto o más rico de lo que puede ser un espacio solo con biografías de actores o directores, o libros escritos por ellos (que también pueden encontrarse en Ocho y Medio. Se nos ocurre, según vamos intentando esta semblanza, si habrá algo que, teniendo que ver con el cine, no pueda encontrarse o no te puedan encontrar en Ocho y Medio. Diríamos que no; les animanos a que hagan la prueba y vengan luego a contarlo).
El caso es que acabaron mudándose al número 23 de Martín de los Heros. Un sitio que, aún estando cerca, ya estaba fuera del tramo cinematográfico que conforman los cines de la zona. Y ya hará ahora unos once años es cuando se queda por fin libre el local de la actual Ocho y Medio, justo en frente de los cines Golem. “Era una imprenta, el suelo era de arena, estaba devastado… aquel trocito de allá era donde vendían los objetos de papelería que hacían en la imprenta. Llevaba como cincuenta años cerrado, imagínate lo que nos encontramos aquí”. Pensamos que en parte el encanto del local viene del haber respetado elementos originales del edificio, esos techos altísimos, las bóvedas y columnas.
“Luego esto ha ido, no sé si decirlo así, degenerando”. Nos cuenta Jesús que cuando empezaron eran auténticos “talibanes: aquí no entraba nada que no tuviera que ver con el mundo audiovisual.» Andando el tiempo es cuando (creemos que más por la influencia de María) se les ocurre el espacio El gatopardo, en un lugar aparte, diferenciado: Ocho y medio sigue siendo una librería de y para el cine. Al principio vuelven a pensar en biografías, volver a su idea original, y luego en libros que les gustaban a ellos. María es una gran lectora, “yo leo libros de cine por saber y conocer qué tenemos aquí; con lo que de verdad disfruto es con un buen libro. Me encanta leer”. Como les “estresaba mucho hacer la selección y la inseguridad es muy buena para determinadas cosas” (está Jesús convencido de ello), lo que hicieron fue pedir a una serie de intelectuales amigos que lo hicieran por ellos. La propuesta fue que pensasen ―lo apuntábamos al principio― en diez títulos, no los diez mejores o los diez imprescindibles: los diez que fueran para ellos, por la razón que fuere, por lo que significaron en su momento, sus favoritos, “la lista emocional”. Lo que ocurrió, claro, es que el noventa por ciento de los libros propuestos estaban agotados. Y cuando los conseguían, cuando completaban al fin los diez tras una ardua búsqueda en muchos casos, rápidamente se vendían. Es un museo vivo.

Ocho y medio es una referencia obligada —decíamos, tenemos que ir acabando— entre los profesionales del mundo del cine. «La librería siempre ha sido muy punto de encuentro, ha venido gente muy conocida a dar conferencias, y siempre hemos intentado ser muy discretos, no darle publicidad». Aparecen con frecuencia en los agradecimientos de libros especializados; se vuelcan en lo que hacen, y eso al final viene de vuelta, no solo en forma de prestigio: la gente del cine y la gente no del cine les quiere y les cuida. Y se nota, y está claro por qué: son divertidos, inteligentes, generosos.
Fue hasta doloroso salir por la puerta, la de anécdotas que aún podrían estar contándonos, la de cosas que no hemos podido contar hoy aquí. Más días con sus noches para ver películas quiero.












Sin duda esta librería es una maravilla para el cinéfilo y el cineasta, aunque me decepcionó muchísimo ir buscando algo sobre antropología y cine e irme con las manos vacías
La librería de Cine por excelencia, ni más ni menos.
Me gustaría saber si acá alguien puede ayudarme a conseguir material sobre los restauradores de cine.
8 y medio es una de nuestras librerías preferidas y de referencia en Madrid. ¡Nos gusta lo que hemos leído!
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buenos dias.
busco el libro las mil mejores pelicuas de la historia del cine. ¿lo teneis?? graciass
Me encanta esta librería pero vamos, la dueña que borde, qué desagradable…madre mia. Ibamos a hacer una presentación de libro pero primo no nos dijo que el local cuesta 80 euros a hora, segundo como se le estuviéramos molestando por preguntar unas cosillas sobre el catering. QUÉ BORDE, QUE DESAGRADABLE LA TÍA. Ha sido la encargardora que nos avisó de tema de hay que pagar. Y esto, si vendes también te cobran 30%. Sí, lo entiendo pero por lo menos un poco de dignidad. mírame a los ojos cuando hablas mujer. EN FIN.