Un hecho que suele repetirse en momentos de inflamación política se refiere a la persecución de los opositores al poder establecido. Pero algo más inexplicable es la persecución de poetas entre otros tipos de artistas. Jesús Ibáñez, uno de los fundadores de la sociología cualitativa, nos explica que ello se debe a que el arte pone a las personas en contacto con su pensamiento más creativo y libre. Algo inconveniente en momentos en los que se exige la uniformidad social del pensamiento.
Y esto precisamente es algo que comparte el lenguaje sugestivo que manejan los sueños, los relatos y los patrones de trance hipnótico.
Sueño
Está saliendo el sol mientras el tren que nos lleva a Barcelona inicia su camino desde Valencia. Son las seis de la madrugada del último día de junio y este amanecer me recuerda todos los amaneceres. Esta imagen simboliza la rutina de los ciclos de la vida y me recuerda que estoy conectado con algo mucho más grande y estable que yo. Tengo la experiencia de pertenecer a algo confiable que me sostiene.
La luz horizontal inunda la oscuridad como cuando se abre la puerta de un cuarto oscuro, las cosas se iluminan solo, por un lado, mientras su contrario queda en absoluta oscuridad. Es curioso el contraste, nunca me había parecido tan evidente. El tren circula lentamente por un paisaje muy yermo, no hay casi vegetación y la velocidad de la vida parece extremadamente pausada y silenciosa. Tampoco veo ninguna persona, lo cual es lógico, aún es demasiado pronto.
Me doy cuenta de que lo que me detiene levemente la respiración es que no acabo de comprender el color de la atmósfera. Es más oscuro y plomizo de lo normal. Me avisa de que no estoy en mi casa y eso me sobrecoge.
Y es esto, lo que dispara el recuerdo como una cascada de lucidez. Ahora la luz que percibo no es la del Sol, sino que está en mi interior. Estoy en una nave espacial que se mueve sobre la superficie lunar. Acabo de despertarme de un sueño profundo que aún habito. Llevamos a cabo los preliminares de un estudio científico sobre rocas locales.
No estoy solo. Alguien me llama por mi nombre, es una voz conocida que me saca, ahora sí, de mi sueño profundo. Algo le ayuda el olor a café que empieza a sonar en la cafetera de la cocina. La luz infernal se mantiene. Ha anochecido de repente mientras amanece, cae ceniza del cielo, por todas partes, a la velocidad lenta de los hilos de vapor de hielo cuando comienza a nevar. Se hace muy difícil respirar. Se está incendiando el último gran bosque de Valencia. Es desolador, literalmente.
(Tren Valencia-Barcelona, julio de 2012)
Podemos explorar, sin ánimo reduccionista, algunas características de estos lenguajes que los definen y convierten en altamente eficaces. Lo que buscan esencialmente es que el receptor se sienta conectado consigo mismo a partir su lectura o su escucha.
Estamos hablando de cómo la persona puede mejorar la relación con su propia mente inconsciente o con la de nuestro interlocutor, de forma que obtengamos de él las respuestas más creativas.
Se trata de reglas y patrones lingüísticos esenciales para inducir este estado introspectivo que necesitamos visitar varias veces al día.
A continuación, os propongo algunas sugerencias:
1. Utiliza tu propia voz
En primer lugar, en la expresión de este tipo de lenguajes el tono de voz debe ser el tuyo propio, evitando el susurro y los tonos de voz extraños. Es importante también, que la voz acompase a la respiración.
2. Es mejor utilizar el tiempo verbal presente
Es el óptimo para movilizar la imaginación. En este sentido, formula siempre cada sugerencia como si esta fuese ya un hecho cierto en el momento presente:
Es mejor decir: Estás tranquilo y relajado…
Más que: Ahora después cuando te relajes…
3. Habla con frases afirmativas.
Es mejor decir: Conduces tu coche con serenidad…
Más que: No estás nervioso cuando conduces…
Por ejemplo, en episodios de insomnio nos decimos cosas como: No estoy tenso ni tengo miedo de dormir. La mente lee lo contrario: Tensión y miedo a dormir.
Del mismo modo que cuando una persona quiere dejar de fumar y lee un programa titulado «Programa para no fumar». Suele centrar su atención en la palabra fumar.
En este aspecto, no me refiero a ser «positivo y optimista» todo el tiempo, lo cual es difícil de llevar y algo absurdo, ya que lo negativo debe ocupar un lugar en nuestra imaginación. Me refiero a expresar lo que deseo, más que lo que deseo evitar.
4. Sé detallista, específico y concreto
En este sentido, no intentes abordar todos los problemas que te preocupan a la vez. Es mejor dividir el trabajo que esperas realizar y plantéate sugerencias concretas para el momento presente.
5. Formula frases sencillas
Usa términos claros y sencillos. Evita las palabras grandilocuentes y sofisticadas. Nada de terminología científica o técnica.
Las palabras sencillas tienen mucha más fuerza porque son más capaces de generar imágenes mentales.
Te propongo que nos detengamos aquí momentáneamente para presentarte el siguiente patrón hipnótico:
Primera respiración
Cierra los ojos
Ve atrás en tu vida, muy atrás
Hasta entrar en el vientre de tu mamá
Y vuelve a salir… respirando por primera vez
Esta respiración es tu primer acto de independencia, respiramos por nosotros mismos
Y ahora, inspira y expira y nota ese acto de independencia
Y nota como tu madre te mira: si respiras bien, si tienes todos los dedos, si la miras…
Dile: Mamá, mi mamá…
Y respira, inspira, expira…
Cada vez que inspiras tomas la vida tal y como es
Cada vez que expiras te entregas a la vida tal y como tú eres
Tomando la vida (inspirando) y entregándote a la vida (expirando).
(Milton Erickson)
Seguimos con algunas sugerencias más:
6. Sé estimulante y emotivo
Utiliza sugerencias que entrañen sentimiento y energía. Recuerda que el inconsciente es emocional. Trátalo con palabras como: La satisfacción de dormir, lo delicioso del contacto con las sábanas…
7. Describe la acción, no la capacidad
Es mejor decir: Ahora me acostaré
Más que: Soy capaz de dormir.
8. Sé realista
Atente a tus posibilidades reales y evita el perfeccionismo en las metas finales. «Voy a descansar un poco» puede ser una frase más eficiente que decirse: «Voy a superar todos mis problemas con el sueño», lo que acarrea demasiada responsabilidad.
9. Céntrate en lo que está bajo el control de la persona
Dirige las sugerencias a lo que puedas hacer, más que a factores que no están bajo tu control.
Es mejor: Ahora puedo relajarme un rato.
Más que: Cuando mi contexto mejore, podré dormir.
10. Busca símbolos
Es conveniente encontrar símbolos idóneos para las sugerencias que se deseen plantear. Pueden ser palabras o frases cortas que representen plenamente el sentimiento y el contenido originales.
Imágenes como balsa de aceite, mar en calma, mecerse en la cuna, baño caliente… son más eficientes que otras instrucciones más conceptuales referidas a la relajación, como en este caso.
11. Sé creativo
Olvídate de todas las indicaciones descritas antes y déjate inspirar por la ocasión.
Por ejemplo, te sugiero el siguiente relato creado a partir de la propia experiencia humana de la percepción del tiempo
Relato: El tiempo
El transcurso del tiempo me ha permitido transitar de hacer cosas a que las cosas penetren en mí. Ya no conecto con la Naturaleza, sino que dejo que ella entre en mí. Antes me planteaba objetivos, visualizaba el proyecto, calculaba mis recursos, estimaba el tiempo de logro. Ahora estoy inmerso en la acción y permito que las cosas ocurran.
Antes me fijaba en el final de las actividades. Ahora ese final me sorprende en el propio transcurso de la acción.
Antes me orientaba hacia el futuro, ahora dilato su aparición.
El disfrute ha ocupado el lugar del esfuerzo. Y eso me conecta con la realidad de un modo más profundo.
(L’Eliana de Valencia, a 8 de diciembre de 2021)
