Jot Down para BenQ CinematicColor Short Films Festival
En el estreno de El ataque de los clones, George Lucas se tiraba de los pelos. Acababa de saltarse una norma no escrita, pero sagrada en el cine. Su película se había rodado íntegramente con cámaras digitales, en lugar de con celuloide, como venía siendo habitual. Era el 2002, y acababa de sacudir los cimientos de la industria de Hollywood. Los directores no estaban convencidos de que la fotografía y el color pudieran controlarse como en el revelado, con el proceso que en cine se denomina etalonaje. De hecho comparaban el rodaje digital al hecho en vídeo, cuyo resultado era más pobre en comparación a la película física. Pero no eran sus opiniones a favor, en contra o en duda, las que hacían tirarse de los pelos a Lucas. Sino la firme oposición de las salas de cine a proyectar la quinta entrega de la saga Star Wars con proyectores digitales. Los convencionales, entonces, estaban pensados para la película revelada de 35 mm., no para un archivo informático. Así que decidieron pasarlo a película física. Lo que se vio en las salas solo coincidía en argumento, personajes y actores con lo concebido por el equipo de Lucas. Pero desde luego no tenía los colores, matices y luces de su película.
El maldito control sobre tu obra. A punto de cumplirse veinte años de aquel estreno, ya solo quedan un puñado de directores románticos que continúan con el celuloide. Defienden que el grano de la película aún no se ve en el rodaje digital. Quentin Tarantino lo ha llevado al extremo, rodando no solo Érase una vez en Hollywood con película física, sino negándose a que ninguna toma de Los Ángeles 1969 fuera generado por ordenador. También Christopher Nolan en Tenet y Wes Anderson en El Gran Hotel Budapest apostaron por lo clásico. Pero en general son una excepción. Además, y salvo en unas pocas salas dedicadas a cinéfilos, hoy los proyectores son los deseados por Lucas, y la distribución se realiza en formato Digital HD, no en película revelada.
Romanticismo aparte, el control de color e iluminación de lo rodado digitalmente es muy preciso, desde hace tiempo además. Y el etalonaje digital arroja el resultado que el director de fotografía decida. Tanto es así que incluso directores que dudaban, como Martin Scorsese, han acabado rindiéndose, en su caso con El lobo de Wall Street en 2013. Le cito por haber sido uno de los más firmes defensores del negativo. Aunque mucho más interesante que quienes se resistieron a él es la historia de los directores que al adoptarlo hicieron que el cine se digitalizara definitivamente. Sus películas, independientemente del juicio crítico sobre ellas, son ya parte de la historia del cine. Y una de sus mayores influencias ha sido el tratamiento digital del color.
Que el color restaure la fe…
En el cine digital. Fue uno de los principios por los que se guio James Cameron al crear Avatar. Aunque más conocida por haber sido hecha en 3D, su enorme logro fue convertir el color generado digitalmente en algo espectacular. Es también su sello como director, muy apreciable en Titanic, a través de una contraposición en dos tonos predominantes. En el barco, los rojos frente a los azules, y en Avatar el azul como protagonista absoluto. Unido a la profundidad de campo, que en la proyección en 2D resulta fundamental para no perderse los matices en las escenas nocturnas de los protagonistas extraterrestres, los Na´vi.
El siguiente hito lo consiguió Slumdog Millionaire, primer premio Óscar a la mejor fotografía concedido a una película rodada en digital, en 2009. Con una curiosidad sobre el director de fotografía que consiguió el galardón, Anthony Dod Mantle. Había firmado el manifiesto Dogme 95 junto a los directores Lars Von Trier y Thomas Vinterberg, que reinvindicaba, entre otras muchas cosas, el uso de película de 35 mm… en la que revelaban lo rodado con cámaras digitales.
También esta película tiene por elemento central dos colores, que fueron uno de los motivos del galardón. El amarillo y su gama cálida siempre presentes en la vida de Jamal, el protagonista, en su recorrido por las calles, en su infancia. Y las secuencias que transcurren en el plató de televisión, siempre en gama de azules. La costumbre de separar realidad y ficción en dos gamas es un recurso ampliamente empleado desde The Matrix, que concedió el tono verde a la realidad creada por las máquinas, y el azul a la nave de Morfeo. Y aunque la primera trilogía fue hecha con película física, también las hermanas Wachowski se han rendido al rodaje digital para la cuarta entrega, actualmente en desarrollo.
Aunque el empuje definitivo al rodaje en digital lo ha aportado Roger Deakins, el director de fotografía británico elegido por los hermanos Coen, Sam Mendes y Denis Villeneuve. Su primer óscar fue por Blade Runner 2049, continuación de la primera entrega y, como producción más cercana a nosotros en el tiempo, consagración definitiva de la fotografía en digital. Después de este título la elección por la película de celuloide puede considerarse, definitivamente, una preferencia personal del director pero no algo que influya de forma decisiva en la calidad de la luz y el color. El largometraje ha consagrado también el color digital como herramienta de narración y ambientación. Alternando el amarillo, el naranja, el verde, el blanco y una combinación de rosa y púrpura que aparecen casi en exclusiva en cada secuencia, anulando o atenuando todos los demás. Cada uno asociado al momento de la trama: el naranja que baña la ciudad de Las Vegas como indicativo de que el argumento va a dar un giro; el verde rodea siempre al blade runner K, replicante, y a la Wallace Corporation fabricante de los robots; el rosa y púrpura para los momentos de seducción y romance; y el blanco siempre como pista de que en esas secuencias va a desvelársenos el misterio que hay detrás del argumento.
Deakins sigue además sumando Óscar a las producciones en que interviene. 1917 ha constituido otro hito, con galardón a la mejor película y también a la mejor fotografía. Otra creación que, para ser apreciada en toda su dimensión y matices, requiere acudir a un cine, o ser proyectada en un equipo adecuado.
Lo que el cine ha hecho vibrante, que el monitor no lo destruya
Ya no vamos a las salas de exhibición. Los propios cines dudan de si sobrevivirán a la pandemia, o si va a ser su fin definitivo. De momento son más los espectadores que ven los estrenos en su salón, a través de los canales de suscripción. Lo que nos ha devuelto al problema de Lucas, pero para cualquier producción, digital o en celuloide, cine o serie. ¿Vemos con nuestro televisor lo que han creado los directores? Por defecto, ni de lejos. La mayoría de fabricantes de televisores llegan a las casas con un procesado de imágenes activado cuyo objetivo es suavizar las secuencias, especialmente si tienen mucho movimiento, o transcurren a gran velocidad. Cualquier opción donde ponga «motion» transformará lo que el director decidió que viéramos en algo parecido a lo que rodaríamos artesanalmente con nuestro teléfono. Eso en el mejor de los casos, cuando luz y colores se aproximan a lo originalmente rodado y producido.
Aunque sí existe la tecnología que lleva la calidad de la sala de cine a nuestra casa, reunida en los proyectores Home Cinema. No todos permiten disfrutar del visionado de la proyección con sus colores precisos, aquellos con los que la película se concibió. Con la única excepción de CinematicColor de BenQ, una marca cuyos estándares de gama de color y calibración de gama exceden los estándares de Rec. 709. O lo que es lo mismo, aseguran sacar el máximo partido a la alta definición del formato digital, garantizando que la temperatura de color de la luz proyectada reproduzca con precisión el color elegido por los directores. Con cero desbordamiento, y una profundidad de campo y efectos 3D superiores. Y una rueda de color que reproduce los verdaderos tonos de las películas de Hollywood. Avatar, Slumdog Millonaire, Blade Runner 2049, y también las rodadas en celuloide que han sido luego convertidas a archivo digital. A todos los efectos, las especificaciones técnicas de Cinematic Color aportan la experiencia más fidedigna, equivalente a ver la película en una sala de cine. En definitiva, lo que le hubiera gustado a George Lucas en 2002. Veinte años después, ya no tenemos que seguir esperando.
Y si te dieran a elegir, tú qué color de director de cine serías
BenQ fabrica su tecnología para mejorar cada aspecto de la experiencia diaria. Por eso ha puesto especial empeño en dar más calidad a lo que ya constituye un modo habitual de consumir cine y series, en casa. Además de eso, quiere apoyar la labor de los futuros grandes directores, con su festival de cortos «BenQ CinematicColor Short Films Festival». Cualquiera puede presentar su cortometraje desde el 15 de septiembre al 15 de octubre, y toda pieza presentada debe tener como eje principal el color o el uso del color, estética y/o narrativamente. Puedes inspirarte en James Cameron, Danny Boyle, o hacer que aparezca una naranja cada vez que vaya a ocurrir una muerte, como hizo Coppola en El padrino. La elección es solo tuya. Tres premios, y un proyector BenQ con Cinematic Color esperan a los mejores.
Otro ignorante más que dice que el celuloide es nostalgia y que sólo un puñado de directores lo defienden. Es lo que pasa cuando un simple periodista se pone a escribir de lo que le asignen: se cree el cuento de que es un especialista de la materia. Hablado de Star Wars, la nueva trilogía fue rodada en 35mm, asi como varias cintas de DC, la saga Misión Imposible, ya ni hablar de Spielberg o Scorsese. Gran cantidad de cineastas emergentes eligen el fílmico por su calidad superior de imagen (el digital jamás podrá alcanzar la definición del fílmico, por cierto se nota que el autor no comprende el concepto de grano), incluso célebres videoclips (This is America). El celuloide está más vivo que nunca, y no es debido a nostalgias. Infórmese un poco más, señor.
Abunde en su odio consultando además este término: sesgo de confirmación.
Ah, argumentos ad hominem, !qué original! Y encima resulta que los hechos ahora son odiosos…
Da tu opinión sin insultar. Y su eso va en contra de tus preferencias, vete a ForoCoches.
El CELULOIDE se abandonó mucho antes de lo que se piensa. Era casi el mismo de las pelotillas de tenis de mesa PING PONG. Quemen una y verán el porqué se abandonó el celuloide y fue reemplazado por oro plástico, hubo varios. El articulista serra al decir tantas veces… CELULOIDE. Hubo poliéster, mylar, y mucho más.
Y en lo que respecta al contenido mío, simplemente en mi carrera, he filmado como cada vez he podido. Y tratando de entender toda la técnica de nuevo, cada vez. Usé 16mm reversible negro y blanco o color, 35 mm negativo. 16 mm negativo blanco y negro y color. Siempre lo que había disponible. Incluso Super 8, Regular 8, Fuji single. -A menudo ha habido elogios a mi fotografía, pero eso ahora no interesa. Mi último (de verdad último) filme COLUMNAS QUEBRADAS, incluye todo de los 60s hasta el digital puro moderno. Que lo he usado con mucho placer.