Arte y Letras Filosofía

Teología recreativa (2)

pecado original y expulsión del Paraíso teología recreativa
La expulsión del paraíso (detalle de la Capilla Sixtina), Miguel Ángel.

Viene de «Teología recreativa (1)»

La oración del diablo

Como vimos, el mero hecho de pedirle algo a Dios es una ofensa a su divinidad, ya que, al hacerlo, se parte del supuesto de que puede rectificar o amoldar sus decisiones a nuestros deseos, es decir, de que no es perfecto e infalible —y por ende inmutable— en sus designios. En este sentido, la mayoría de las plegarias son intrínsecamente irreverentes, y de manera muy especial la que muchos consideran la oración por excelencia: el padrenuestro.

Atribuido (sin duda erróneamente) al propio Jesucristo, el padrenuestro, en apenas medio centenar de palabras, contiene no menos de diez invocaciones heréticas, al negar o relativizar sucesivamente la omnipresencia, la santidad, la omnipotencia, la misericordia y la justicia divinas, por lo que solo Satanás pudo haber inspirado esa oración que, para deleite del Maligno, los creyentes repiten sin cesar:

Padre nuestro, que estás en el cielo,

Situar a Dios en el paraíso implica la negación de su omnipresencia, su expulsión de la Tierra y de todo el mundo físico. Y negar la ubicuidad de Dios equivale a negar su divinidad.

santificado sea tu nombre,

Pedir la santificación del nombre de Dios es lo mismo que negar su santidad, pues algo que ya es santo no necesita ni puede ser santificado, igual que no se puede matar a un muerto o resucitar a un vivo.

venga a nosotros tu reino,

Son los seres humanos quienes tienen que ir en busca del reino de Dios, ganar su acceso a él. Esta invocación pretende invertir los términos y, con satánico orgullo, conmina a Dios a venir, con toda su corte celestial, a nuestro encuentro.

hágase tu voluntad

Al pedir que se haga la voluntad de Dios, se sobrentiende que no siempre se hace o que podría no hacerse, lo que equivale a negar su omnipotencia.

en la tierra como en el cielo,

Además, y en contra de los planes divinos manifiestos, se sugiere la equiparación de los mundos terrenal y celestial al pedirle a Dios que ejerza su voluntad de la misma forma en ambos.

danos hoy nuestro pan de cada día,

Ignorando el mandato divino subsiguiente a la caída («Ganarás el pan con el sudor de tu frente»), se le reclama a Dios el sustento cotidiano. Se niega así, al negar sus consecuencias, el pecado original y se invocan los privilegios edénicos en contra de las disposiciones divinas.

perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a quienes nos ofenden,

Se equipara la infinita misericordia de Dios a la mezquina piedad humana, y se pide el perdón divino como un supuesto derecho que los pecadores adquirirían al perdonar a otros. De este modo, se cuestiona implícitamente el hecho de que es la infinita bondad de Dios la causa última de su perdón.

y no nos dejes caer en la tentación,

Esta penúltima invocación niega el libre albedrío, fundamento de la ética humana y de la justicia divina, pues si es Dios quien nos deja o no nos deja caer en la tentación, ¿dónde queda la responsabilidad personal?

mas líbranos del mal.

El adversativo «mas» sugiere que no caer en la tentación puede acarrear el mal como probable consecuencia. De ahí a asociar el bien con el pecado no hay más que un paso, lo que convierte en doble la herejía final implícita en el mero hecho de atribuirle a Dios la responsabilidad de librarnos del mal.

Si el padrenuestro protege a sus rezadores del acoso diabólico, es porque el Maligno no se molesta en tentar a quienes tan bien le sirven sin necesidad de asesoramiento.

El ombligo de Adán

Y no solo con las oraciones, sino también con las imágenes supuestamente piadosas se puede incurrir en veladas ofensas a la divinidad.

Así lo entendió la Comisión de Asuntos Militares de la Cámara de Representantes, que en 1944, en el Congreso de Estados Unidos, se opuso a la distribución entre los soldados de un opúsculo titulado Las razas de la humanidad alegando que contenía una ilustración en la que Adán y Eva aparecían con ombligo, lo que daba a entender que habían salido del vientre de una madre y no eran, por tanto, el primer hombre y la primera mujer, creados directamente por Dios.

Pero, por otra parte, si Adán y Eva no tenían ombligo eran, como seres humanos, incompletos. ¿Cómo podía faltarles a los modelos, a los patrones de la humanidad, un detalle tan característico, nuestro sello de origen, el nudo emblemático que nos señala como dueños de la geometría y nos distingue de los demás animales? Ante el dilema entre un ombligo superfluo y un modelo incompleto, ¿cuál fue la decisión divina?

Un sutil argumento circular, digno de Anselmo de Canterbury, sostenía que los ombligos de Adán y Eva no eran superfluos, pues su función consistía precisamente en suscitar la controversia y poner a prueba la fe de los creyentes frente a la soberbia racionalista. Un argumento ingenioso pero inconsistente, que pretende elevar a la categoría de demostración lo que incluso como explicación de algo ya comprobado sería muy discutible, y que, por otra parte, serviría igualmente para afirmar justo lo contrario: que Dios creó a Adán y Eva sin ombligo para poner a prueba la humildad de sus descendientes con un modelo incompleto. 

El debate onfálico se prolongó durante siglos y, de hecho, en muchas representaciones pictóricas anteriores al Renacimiento la pudorosa vegetación al uso no solo oculta el bajo vientre de Adán y Eva, sino también el alto: algunos artistas, abrumados por las discusiones teológicas, no se decidían entre ponerles o no ombligo y optaban por eludir el problema ocultando la zona anatómica conflictiva. La polémica la zanjó, al menos a nivel pictórico, Miguel Ángel, que dotó a su magnífico Adán de la Capilla Sixtina de un ombligo inequívoco y que sirvió de referente para las representaciones posteriores. Aunque no a gusto de todos, pues, como acabamos de ver, en fecha tan reciente como 1944 el anonfalismo aún no se había dado por vencido.

Para esclarecer la cuestión, hay que empezar por tener en cuenta que la Biblia fue redactada por unos hombres que, en sus plegarias, daban gracias a Dios por no haber nacido mujer. No es de extrañar, por tanto, que sesgaran la narración del Génesis en aras de la supuesta supremacía masculina. Pues, a poco que se piense en ello, es evidente que Dios tuvo que crear primero a la mujer, y donde la Biblia dice «creó al hombre a su imagen y semejanza», hay que entender «hombre» en el sentido amplio de ser humano, no en el restringido de macho de la especie.

La razón es obvia: si Dios pensaba sacar a su segunda criatura racional del interior de la primera, lo lógico es que esta fuese la que está capacitada para engendrar en su seno. Además, la simetría del sistema edén-caída-redención exige que el género humano se instalara en el paraíso terrenal mediante una partenogénesis, puesto que otra partenogénesis le reabrió las puertas del cielo.

Por lo tanto, Eva gestó y dio a luz a Adán, lo que justifica plenamente el ombligo de este. Por otra parte, no hay que olvidar que la maldición de parir con dolor es posterior al pecado original. Para que Eva alumbrara sin sufrimiento —y sin desgarramiento del himen— a su futuro cónyuge, la Divina Comadrona tuvo que extraer a Adán de su claustro a través de la cuarta dimensión, única forma de dejar intactos los tejidos maternos. El cordón umbilical quedó, pues, tendido entre el vientre de la madre y el del hijo-esposo, y con único corte hizo Dios los dos primeros ombligos.

(Continúa aquí)

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61 Comentarios

  1. «Ah, el horror! ¡El horror!»
    Joseph Conrad, El corazón de las tinieblas

  2. Hikikomori

    El «padre nuestro» está escrito en griego. Todo análisis lingüístico no-filológico es como poco “macarrónico”. Tal análisis ha de ser primero morfo-sintáctico. La sintaxis griega es similar a la del castellano, pero la forma es completamente otra (que ni siquiera emplea el mismo alfabeto).
    Por otro lado, el evangelio de san Mateo no propone el “padre nuestro” como una fórmula fija, sino como un ejemplo de orar que el creyente entabla con dios (Mt 6:9). No se debe tomar el ejemplo por la tesis, aunque los santorales incurran en dicho vicio.
    La intención del “padre nuestro” consiste en suprimir al sacerdote como intermediario en la comunicación entre el creyente y dios, lo que era revolucionario y lo sigue siendo gracias a san Pablo.

    • independientemente de sus orígenes, el padrenuestro, aquí y ahora, es lo que es y dice lo que dice. En cuanto a la «revolución» de Pablo, algunos pensamos que fue todo lo contrario.

      • Hikikomori

        Los textos literarios no son textos matemáticos. Hay una semántica y una interpretación. Tu interpretación es lo que se da aquí y ahora. Una vuelta a Gadamer te haría mucho bien.
        Por otro lado, esa fórmula era un simple ejemplo (Mt 6:9) que san Pablo convirtió en ritual. La intención de la misma es otra. El modo de orar es también otro, (Mt 6:6). A Jesús no le iban las iglesias. El creyente debe estar fuera de cualquiera de ellas.
        Sigue siendo revolucionario, porque san Pablo revirtió la doctrina de la comunicación directa del creyente con dios. Jesús eliminó todo lo relativo a la casta sacerdotal, de ahí la reacción de Caifás. Jesús les dejaba sin negocio. San Pablo volvió a interponer al sacerdote mediante los sacramentos (en este caso, los de la confesión y la orden sacerdotal).
        Al leer, apresúrate lentamente. Un error no corrige otro.

        • No acabo de entender tus argumentos (ni tu postura). ¿Te parece revolucionario «volver a interponer al sacerdote»?
          Y, como bien señalas, hay una interpretación, sí, pero también una semántica, y las palabras dicen lo que dicen.

          • Hikikomori

            Trataré de explicarme mejor.
            Por un lado, Jesús fue un revolucionario. San Pablo, todo lo contrario. Articula el cristianismo en torno a una iglesia. Vuelve a interponer el sacerdocio entre el creyente y dios.
            Por otro lado, la fe es subjetiva. Al que tenga fe poco le importará que entre los atributos de dios no figure la existencia (Kierkegaard).
            – Malo: al que tiene fe le es indiferente el principio de no contradicción. Cuanto más contradictorio, mejor para él. [Como en los juegos de azar, una vez alguien está dispuesto a perder una cantidad, es más probable que siga apostando. La religión es una apuesta (Pascal)].
            – Peor: es posible aprovechar la fe para montar un chiringuito y señalar objetivos.
            En tercer lugar, semántica y hermenéutica son cosas relacionadas, pero no idénticas. Tu orientación simplifica excesivamente. Una aproximación fenomenológica puede aclarar la situación.
            La semántica es el “hecho real”. No podemos experimentar con los hechos relatados en la Biblia, ni con acontecimiento histórico alguno. De la historia como “res gestae” sólo podemos afirmar demostrativamente algo: que ya no es.
            La expresión en la lengua original constituye el “hecho fenoménico”. Cualquier traducción depende básicamente de la Septuaginta.
            La experiencia que tú tienes de ese texto es el “hecho puro”. Cuando aplicas la lógica, expresas tu vivencia, que reafirmará la opinión de aquellos que la compartan y, paradójicamente, la fe de los que no la compartan.

            • Frabetti

              «…lo que era revolucionario y lo sigue siendo gracias a san Pablo». Es la frase final de tu primer comentario, y luego pareces decir lo contrario. Será que a los matemáticos -y a los seres racionales en general- no nos es indiferente el principio de no contradicción.
              Hay mujeres privilegiadas, sí, y negros privilegiados, y migrantes privilegiados (como yo mismo), y eso no atenúa ni un ápice el problema del sexismo, el racismo o la xenofobia.
              «Cuando aplicas la lógica, expresas tu vivencia, que reafirmará la opinión de aquellos que la compartan y, paradójicamente, la fe de los que no la compartan», dices al final. Se puede no compartir mi opinión ni mi sentido del humor (te recuerdo que esto es teología recreativa), pero no se puede no compartir la lógica. Incluso la Iglesia nos define como animales racionales.

              • Hikikomori

                «…lo que era revolucionario y lo sigue siendo gracias a san Pablo».
                La prédica de Jesús era revolucionaria.
                San Pablo la invirtió y constituyó la ortodoxia dominante.
                Así pues, la prédica de Jesús (eliminar al sacerdote, al intermediario entre el creyente y dios) sigue siendo revolucionaria.
                Lamento la ambigüedad que pueda haber inspirado tal proposición.

                “Incluso la Iglesia nos define como animales racionales.”
                Sí, pero más lo primero que lo segundo.
                Tertuliano, padre de la iglesia decía: “Creo porque es absurdo”. Aplícale el principio de no-contradicción a su sentencia.
                En este fulano, más que en Heráclito, se inspira Hegel para componer su método dialéctico.

                • Tienes razón, en mi ironía hay algo de mala intención (o buena, según se mire). Creo que la doctrina católica -no así el cristianismo, que me parece una propuesta ética admirable- está llena de contradicciones y sinsentidos tendentes a reprimir a la población y someterla a la autoridad de una casta sacerdotal patriarcal y retrógrada, y de vez en cuando intento reflejarlo en lo que escribo.

                • El esquema dialéctico hegeliano, tesis-antítesis-síntesis, no viola en absoluto el principio de no contradicción (al contrario, lo refuerza). Y no hace falta que te diga lo poco en serio que me tomo a Tertuliano, que llegó a decir que la filosofía es la causa de todas las herejías.

                  • Hikikomori

                    Si lo viola y temo que por poco buenas razones. Iba a citar la «Ciencia de la Lógica», pero basta con ojear el primer parágrafo de la «Enciclopedia» de Hegel para entenderlo. No está tan lejos de Tertuliano como pudiera parecer. Lo mismo el principio de no contradicción es «quaod nos», pero no «quaod se».

                    • Releer a Marx, como oportunamente sugieres, es releer a Hegel (en su mejor versión, eso sí). Contemplar los argumentos y sus opuestos e intentar ir más allá de la oposición no es lo mismo que incurrir en la contradicción de aceptar a la vez una cosa y su opuesta

      • Carlo, para no ser creyente te veo muy obsesionado por la religión. Tú quieres encontrar lógica en un sitio que no la hay. Así lo tienes muy fácil. Te podrías pasar el tiempo que quieras encontrando inconsistencias.

        • No es obsesión, Rafa, sino, tal vez, deformación profesional de divulgador científico especializado en matemática recreativa. Y, como digo en la entrega anterior, la matemática y la teología bordan la perfección y el infinito. Por otra parte, creo que la religión -sobre todo en sus versiones institucionales- sigue siendo uno de los grandes problemas dela humanidad.

  3. Hikikomori

    Voy por la segunda parte de tu artículo, que encuentro falto de penetración.
    Dices: «la Biblia fue redactada por unos hombres que, en sus plegarias, daban gracias a Dios por no haber nacido mujer». Esto, ¿de dónde lo sacas?
    Fue Boris Vian quien daba gracias a dios por no haber nacido mujer, negro ni animal.
    El machismo es humo. Es una “realidad” para las clases media y baja, no te lo discuto, pero no para la clase alta. Las patricias romanas y las atenienses de alta alcurnia trataban a hombres y mujeres de inferior condición a hostias, porque la violencia se ejerce ante todo como una cuestión de clase social. El poder va unido, primero y ante todo, a la CLASE, no al sexo.
    Ser mujer, inmigrante y pobre es lo peor que le puede suceder a un ser humano, no porque sea indigno ser mujer, haber emigrado, pertenecer al lumpen, sino porque tales condiciones describen a una víctima “perfecta”. Tampoco es nada bueno pertenecer a un grupo ético marginado por sistema, como los gitanos. Por ejemplo, una de cada cinco mujeres que están en las cárceles españolas son gitanas. La etnia gitana, a la vez que se la margina, es privada de las oportunidades económico-sociales del resto de la población, de manera que los gitanos tienen que volver a la economía sumergida, sobreviviendo del mundo de la droga, el latrocinio y la prostitución. Es cuestión de clase, no de sexo.
    Haber tenido la oportunidad de pasar un ratito con Esther Koplowitz o Ana Botín te habría hecho mucho bien para apercibirte que el machismo es consecuencia y muleta para que los intelectuales despistados embistan bien. La CLASE, en cambio, no. Sigue siendo intocable, hasta para la “intelligentsia” presuntamente de izquierdas.
    Una relectura de Marx suele venir bien a cualquier edad, dicho sea de paso.

    • Jorge Padrós

      No le des a la mujer tu fuerza, Proverbios para el Rey

    • Puede que ser mujer de clase alta sea mejor que ser hombre de clase media, pero a igualdad de clase SIEMPRE es más conveniente ser hombre. Lo que sí está claro que no conviene ser es mujer negra homosexual. Siempre mejor hombre blanco heterosexual. Dime de cuál hay más en el lista Forbes 500

      • Hikikomori

        “a igualdad de clase SIEMPRE es más conveniente ser hombre”.
        Esto es una falacia contemporánea. En la clase alta, que es la que importa y estructura a las demás, eso es completamente indiferente.
        Si crees que la desigualdad radical tiene que ver con la entrepierna, el color de la piel o toda una pléyade de diferentes valores socio-culturales, padeces alienación cultural.
        La desigualdad es SIEMPRE desigualdad de CLASE.
        Es patético ver a obreros votando al partido del patrón debido a sus valores, porque defienden la clase ajena. Hay que ser muy idiotas y tener bien lavado el cerebro para votar en contra de sí mismos.

        • Me resultan curiosas tus afirmaciones. Si lo que dices fuera cierto, siendo la clase alta una especie de ente en el que las mujeres y hombres se tratan de iguales, y que eso estructura a las inferiores… por qué en las inferiores seguiría existiendo desigualdad?

          Puedo estar de acuerdo en que la desigualdad es siempre desigualdad de clase. Pero es que a las mujeres habitualmente se las considera… de otra clase. No todo es dinero (afortunadamente).

          • Hikikomori

            Tu pregunta tiene una respuesta obvia. Que la clase alta estructure la sociedad no significa que lo haga con el objetivo de la igualdad ni en aras de la justicia social, sino más bien con la intención de preservar e, incluso, de aumentar la desigualdad y las diferencias sociales. Ellos tienen hijos y quieren mantener sus privilegios y status para sí mismos y su prole. Cuando los medios de propaganda que emplean no son lo suficientemente eficaces, alientan el golpismo y la guerra civil. A fin de cuentas, quienes morirán para preservar sus intereses de clase serán los otros y los hijos de los otros.

    • Frabetti

      «El machismo es humo». Acabas de regalarme un título, gracias Hikikomori (sin ironía, tus comentarios son desconcertantemente estimulantes). En cuanto a lo de que una relectura de Marx suele venir bien a cualquier edad, no podría estar más de acuerdo. Yo llevo 60 años releyéndolo sin parar, y siempre con provecho.

  4. Alejandro

    Estimado Carlo.Leo con mucho gusto muchos de sus artículos pero en cuanto a teología, el comentario del Padrenuestro lo veo un poco flojo. Hay muchos comentarios muy interesantes pero sobre el Padrenuestro te recomiendo la carta a Proba de San Agustín https://www.augustinus.it/spagnolo/lettere/lettera_131_testo.htm o el de Santa Teresa o los capítulos 27 al 42 del camino de perfección de Santa Teresa. Verá que todas esas objeciones que presentas están resueltas ya desde hace siglos. Sobre como interpretar las escrituras religiosas le recomiendo la bibliografía de Karen Armstrong (premio Príncipe de Asturias).
    Un cordial saludo.

    • Gracias, Alejandro. No soy un experto, pero tampoco un lego en materia de teología. Y no creo que las objeciones se resuelvan mediante la exégesis: las palabras dicen lo que dicen, y quienes rezan el padrenuestro no consultan a las/os doctoras/es de la Iglesia, ni tienen por qué hacerlo. Y mi comentario no es ni flojo ni todo lo contrario: es irónico, por si no se nota (fallo mío, de ser así).

      • Alejandro

        Gracias a usted por responder como hace a los comentarios de los lectores. Me permitirá que le diga que su ironía no deja de ser una interpretación, con algo de mala intención sobre el texto. Pongamos el caso de danos hoy nuestro pan de cada día. Uno de los principios básicos de la interpretación de la Escritura es que la Escritura se comprende con la Escritura (interpretación cruzada). Por eso por una parte el pan nuestro de cada día, hace referencia a «que no solo de pan vive el hombre sino de cualquier palabra que sale de la boca de Dios» (Mt 4, 3-4) Que sale en el mismo Evangelio de Mateo en el que figura el Padrenuestro. Se habla pues del pan de la palabra, que alimenta al cristiano, también puede hacer referencia al pan de la Eucaristía. Por otro lado pedir ayuda a Dios no significa desentenderse de lo que se está pidiendo, sino todo lo contrario. En fin, ya sé que es muy difícil que nos pongamos de acuerdo, pero la exégesis sí que es necesaria, como en muchas obras literarias, artísticas y filosóficas. De hecho la Tradición es una fuente importante para la recta comprensión de lo que se dice y se cree. Y no he citado a un Padre de la Iglesia y a una Doctora de la Iglesia por casualidad.

        • Tienes razón, en mi ironía hay algo de mala intención (o buena, según se mire). Creo que la doctrina católica -no así el cristianismo, que me parece una propuesta ética admirable- está llena de contradicciones y sinsentidos tendentes a reprimir a la población y someterla a la autoridad de una casta sacerdotal patriarcal y retrógrada, y de vez en cuando intento reflejarlo en lo que escribo.

  5. Nunca había pensado en lo lógico que resulta que crees primero a quien lleva al descendiente. Es decir, ambos son necesarios, claro está, pero… si tu intención es que algo se autorreplique supongo que crearías primero el equipamiento y luego harías una impresión de prueba.

    • Frabetti

      Lo cierto es que me inspiré en un viejo chiste «feminista» según el cual Dios creó al hombre antes que a la mujer porque primero hizo un borrador y luego lo pasó a limpio.

  6. Frabetti

    A HIKIKOMORI
    Releer a Marx, como oportunamente sugieres, es releer a Hegel (en su mejor versión). Contemplar los argumentos y sus opuestos e intentar ir más allá de la oposición no es lo mismo (sino más bien lo contrario) que incurrir en la contradicción de aceptar a la vez una cosa y su opuesta, como decir que Dios es infinitamente bueno pero inflige a los pecadores un castigo eterno: aquí no hay síntesis que valga, solo lavado de cerebro y obcecación extrema.

    • Hikikomori

      Aunque la obra de Marx se inspire en la de Hegel, hay una temprana crítica y distanciamiento de la misma en las “Tesis sobre Feuerbach” (1845). En el bosquejo a la introducción de la “Crítica de la Economía política” (1857-58) se detalla de otra manera su relación. Comenta, a su pesar, que la decadencia de un orden socio-económico no implica la completa obsolescencia de la literatura ni del arte producido en ese orden. Él está pensando en su relación con Hegel y, también, en producción cultural de la Atenas Clásica. Aunque el arte y la literatura se encuentren vinculados a determinadas formas de desarrollo socio-económico, pueden seguir constituyendo norma válida y ejemplo a imitar, lo que no significa que sean verdaderas.
      La dialéctica en Hegel es la mente de dios tratando de comprender su propio ser. Es un proceso contradictorio que se establece entre el que piensa y lo que piensa. Esto es en sí mismo basura. Ahora bien, la dialéctica de Marx aprovecha la imagen de lo real como un proceso contradictorio, pero como resultado de la lucha de clases, conflicto que constantemente viene teniendo a una clase vencedora, la clase alta, que, sin embargo, necesita esclavos y siervos (o sea, mano de obra barata debido a la amenaza constante de la indigencia manteniendo un ejército en la reserva de desempleados). Cuanto más se automatice el trabajo, mejor le irá a la clase alta. Un mundo completamente administrado es el infierno para la mayoría.

      • Estoy muy de acuerdo contigo en lo fundamental; pero, en mi opinión, al centrarte en lo básico/general de un modo un tanto reduccionista, ignoras o subvaloras todo lo demás: Hegel es basura, el machismo es humo… Creo que el bosque no te deja ver los árboles.

        • Hikikomori

          El que ve el bosque, ve los árboles. Lo contrario, no necesariamente.

        • Hikikomori

          La dialéctica hegeliana es basura. Hegel tenía perfecto derecho a presentar esa opción. Acerca de él yo no me he manifestado, ni puedo hacerlo. Vivió su circunstancia y eligió lo que quiso. No me atribuyas cosas que no he escrito.

          • Frabetti

            «La dialéctica en Hegel es la mente de dios tratando de comprender su propio ser. Es un proceso contradictorio que se establece entre el que piensa y lo que piensa. Esto es en sí mismo basura». Deberías leer con más atención, incluso lo que tú mismo escribes. Y, por supuesto, se puede ver el bosque como entidad global y no ver los árboles, o no distinguirlos en su individualidad (desde mucha distancia, por ejemplo, o siendo miope).

            • Hikikomori

              Hablo de la dialéctica de Hegel, no de Hegel. Yo no he escrito «Hegel es basura». Jamás escribiría algo así. Una teoría me puede parecer una mierda, pero jamás diría que el autor que la ha concebido sea una mierda. A mi entender son cosas bien distintas.
              Deberías leer con atención lo que escriben los demás.

              • Se llama metonimia: si la dialéctica de Hegel es basura, Hegel, como filósofo, es basura. Por supuesto, eso no significa que no pueda ser una excelente persona en otros aspectos, y nadie entendería su descalificación como filósofo con una descalificación global. Leer con atención significa no ver solo el sentido literal. Gracias por tus comentarios y tus esfuerzos aclaratorios.

                • Hikikomori

                  Tampoco he dicho que Hegel como filósofo sea basura. Él, a mi entender, planteó una opción del protestantismo que será de agrado a quienes sean religiosos o se interesen por la historia de las religiones. Lo que he caracterizado específicamente es su opción dialéctica, la cual entra por derecho propio en la alienación cultural (cosa que no acontece con Adorno, Lukács o el infravalorado Guy Debord).

            • ¿Por qué te molestas en contestarle a un hikikomori? Supongo que sabes lo que significa, y no es casual que haya elegido ese alias. Eres demasiado educado, alguien que dice que el machismo es humo no merece respuesta.

              • Por desgracia, Genoveva, está bastante difundida, tanto en la derecha como en un sector de la izquierda, la idea de que el machismo es (una cortina de) humo que desvía la atención de los «verdaderos» problemas. Y como yo sí creo en la dialéctica (la de Platón, la de Hegel y la de Marx) procuro dialogar con quienes se toman la molestia de comentar mis artículos. Parafraseando a Voltaire, podríamos decir: «Dialoga, que algo queda».

                • Hikikomori

                  Te vendría bien un acercamiento al feminismo gitano, en lugar de al feminismo «blanco». Se puede ser feminista y racista. Lo que no se puede es abogar por la igualdad social y ser a la vez feminista o racista. El que desconoce la trascendencia de la clase social es un paladín más del No Causa Pro Causa, aunque él o ella crea ser otra cosa.
                  Por cierto, empleo un alias distinto cada vez, al azar, porque lo que importa es el argumento, no el que argumenta.

              • Hikikomori

                Un argumento «ad hominem».
                Extraña situación reivindicar la discriminación en función del sexo por parte de alguien que discrimina en función de un mero alias.
                El inconsciente tiene esas cosas.

  7. Jorge Padrós

    Al Jesús revolucionario (institucionalmente) lo venció el vencido y crucificado. Cuenta Landricina, una suerte de Gila argentino, que un hombre de negocios visita el Vaticano y al salir exclama con admiración: «…y pensar que todo esto comenzó con una carpintería»

  8. Jorge Padrós

    La idea de un Dios falible permite pensar en que, con un ligero cambio en la evolución, nuestra especie tendría cola. Como la del tigre de E. Banchs, que torna inocultable al acecho (o al odio), en «Tornasolando el flanco…». Ello facilitaría en los encuentros la decisión del abrazo o el raje.

    • Enrique Banchs, maestro del soneto, injustamente ignorado por estos lares. Gracias, Jorge, por traerlo a estas páginas.

    • Hikikomori

      Un fetiche es algo que ejerce algún poder sobre nosotros, un poder que si bien consideramos natural, en realidad es un poder que proviene de nosotros mismos, de nuestra mente. De esto habló largo y tendido Ludwig Feuerbach.
      El que piensa en dios más allá (peor aún si lo adora), piensa (o adora) en realidad a su propia capacidad neural, que proyecta a un cielo imaginario y que cobran la apariencia de algo distinto de él. Dios es sólo el resultado de la actividad humana de pensar, de su imaginación, es un delirio inconsciente, aunque los creyentes no se den cuenta de ello. La prohibición bíblica «no tendrás ídolos» debería ser aplicada radicalmente, porque es precisamente lo que que hace cualquiera al pensar en un dios.
      El ser humano es un fetichista consumado. Crea el fetiche, incluso al prohibirlos.
      Unos creen en «god» y otros en «godzilla». En cualquier caso, son simulacros de nuestro pensamiento. Decía Baudrillard que el simulacro no oculta la verdad, sino que es la verdad que oculta que no hay verdad. Así el simulacro se convierte en lo verdadero.

  9. Hikikomori

    El problema de fondo es político. En una monarquía o una tiranía (o democracia iliberal) hay un dictador que impone un orden según el cual ocupa una posición única entre dios y los ciudadanos. El orden es trascendente y va desde arriba hacia abajo. Está más allá de las posibilidades de los ciudadanos, aunque regula todas sus existencias. Sin embargo, en una democracia real cada ciudadano hay que tratar de llegar a un consenso para establecer un orden. El orden no se impone, sino que es una posibilidad que se pretende y se va construyendo. En la democracia el elemento fundamental consiste en la representación y, por supuesto, hay una furiosa competencia por convertirse en representante de un sector de la población. Pero el poder no va de arriba hacia abajo, sino que fluye de manera horizontal. Se origina como las líneas de campo. La idea de dios es aquí una obsolescencia. El elemento fundamental será el gradiente y quién lo represente. Ahora bien, habrá representantes ilegítimos (que están ahí no por lo que representan, sino para hacer caja) y representantes más o menos legítimos (pues aun estando ahí por lo que representan, lo harán mejor o peor en función de su capacidad y experiencia). En lo que afecta a estos últimos, su mayor o menor legitimidad como representantes obedecerá a lo que en términos de Platón se denomina “idea”. Esto re-introduce de algún modo el orden trascendente (y, cómo no, a la “idea” de dios), pues la legitimidad del representante obedece a su cercanía respecto de la “idea”. Ahora bien, lo interesante aparece al analizar a los representantes ilegítimos, pues no hay manera verdadera de analizar un falso representante. ¿Qué verdad pretendemos encontrar en lo falso cuando apelando a su “justa” definición es su propia antítesis? Hasta el lenguaje aquí decae, pues el falso representante pone en tela de juicio la “idea” misma de legítima representación y, por lo tanto, colapsa todo el orden trascendente platónico que enfrenta la esencia y apariencia (que no deja de ser aquello a lo que apela en último término cualquier análisis).
    Cuando alguien dibuja algo, la copia que realiza será mejor en función de la semejanza a lo representado. Al analizar la idea de dios (no importa de qué religión hablemos), aunque sea recreativamente entramos en el territorio platónico. No se puede poner en tela de juicio la idea de dios en función de la consistencia de las religiones, porque en el mejor de los casos posibles hablamos de mejores o peores copias. Cuando alguien dibuja un objeto la representación que realice de él será mejor o peor según su semejanza… siempre que aceptemos el platonismo. ¿Y por qué habríamos de hacerlo? Cuando lo que se dibuja no existe no hay copia ni representación (Darstellung), sino ilusión (Täuschung). Y, por eso, caro Frabetti, a veces me cabreas, porque veo que sigues “in media res” del platonismo tomando la ilusión por mala representación.

    • Frabetti

      Creo, caro Hikikomori, que olvidas que esto es «teología recreativa», es decir, irónica, o cuando menos humorística. En ningún momento, desde que descubrí que Papá Noel no existía, he tomado la ilusión por mala representación. E ironizar sobre las incoherencias de la religión no tiene que ver con la idea de Dios, sino con la forma en que algunos manipulan -y rentabilizan- esa idea.

      • Hikikomori

        Vano es continuar. No me debo expresar lo suficientemente bien para ser entendido.

        • Ni Dios (nunca mejor dicho) se expresa lo suficientemente bien como para ser entendido por completo. Lo importante, creo, es que el diálogo ayude a avanzar y a flexibilizar la mente. Gracias por tus jugosos comentarios.

  10. Sin ánimo de desarmar tu construcción lógica-gramática-semántica me permito indicarte que posiblemente has traducido erróneamente una de las frases desde el italiano al castellano. Donde el italiano reza: «e non ci indurre in tentazione, ma liberaci dal male» (que tú traduces : «y no nos dejes caer en tentación, mas líbranos del mal») el castellano dice: «no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal». Como ves, no se trata de la conjunción adversativa «mas» sino de la copulativa «y». Curiosamente este lapsus (porque supongo que lo es y si no, ya me corregirás) te ocurre con una de las invocaciones más «dialécticas» de la oración, vale decir, con aquella en la que se evoca la expulsión del paraíso como la caída en (la tentación de) el conocimiento del bien y el mal. Algo que, como bien anotas al partir tu disquisición, puede convertir (o no) la más extendida plegaria del cristianismo en una herejía y reflejar, de paso, la (inconmensurable) distancia entre la bondad y la maldad. Mas que todo esto es una cuestión de lógica y de inversiones semánticas se deja colegir ipso facto. Saludos, Frabetti

    • No he traducido del italiano: ese «mas» se ha colado desde la anterior versión hispana del padrenuestro (con leísmo incluido), que es la que aprendí al llegar a España. Como dice Wikipedia:
      En 1988 en España, y 1992 en Hispanoamérica, se hizo oficial la actual versión del padrenuestro. Esto supuso la culminación al proceso de unificación de esta oración, iniciado en 1986 con el fin de usar una versión única de la misma en todos los territorios hispanoparlantes. La reforma fue consensuada por medio de los episcopados de cada país partícipe; se produjeron cesiones entre las diferentes partes involucradas para alcanzar el acuerdo.
      La versión antigua en España era:
      Padre nuestro que estás en los Cielos,
      santificado sea tu nombre,
      venga a nosotros tu Reino,
      hágase tu voluntad así en la Tierra como en el Cielo.
      El pan nuestro de cada día dánosle hoy
      y perdónanos nuestras deudas,
      así como nosotros perdonamos a nuestros deudores,
      y no nos dejes caer en la tentación,
      mas líbranos del mal.
      Amén.
      Supongo que eres demasiado joven para haberla conocido. Gracias, Bruno, por tu oportuna puntualización.

  11. Jorge Padrós

    Bruno, Carlo: siendo plegaria corresponde el modo subjuntivo, el cual en italiano es liberaci como apunta Bruno y en español han puesto líbranos, palabra que puede aparentar ser en imperativo. Ambos modos se dicen (no sé si siempre) igual y la diferencia está en que la acción del subjuntivo recae en el sujeto hablante y en el imperativo, en el otro.

    • Frabetti

      Sos demasiado sutil, Jorge, incluso para Dios. El sentido de la invocación es el mismo en ambas lenguas. La única diferencia notable, como señala Bruno, es que en la versión italiana se conserva el adversativo MA (que se corresponde con el «SED libera nos a malo» de la versión latina) y en la española lo han cambiado por el copulativo Y, menos herético.

  12. Jaja, te agradezco la suposición, Frabetti!

    • Frabetti

      Incluso la versión «antigua» que ofrece Wikipedia es moderna para mí: en mi juventud se decía «venga a nos el tu reino», que es como debía de rezarlo don Quijote.

  13. Jose A. Ramada

    1:27 Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. GENESIS
    Creó los dos sexos a la vez para que ese ser primordial y bisexual diera origen al segundo, que si parece claro que fue mujer, lo que implicaria que Adán perdió su parte femenina tras el pecado original. Todo esto Dios lo sabía y por eso se anticipó.

  14. Pingback: 'Los Picapiedra': todo lo que sé de la prehistoria nunca me lo contaron en el colegio - Jot Down Cultural Magazine

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