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Richard Bueno Hudson: «Hablar bien y hablar mal, en el mundo de la sociolongüística, es tabú. Eso no es así porque cada uno habla como habla»

Richard Bueno Hudson para Jot Down

Richard Bueno Hudson (Leicester, 1963) nació en Reino Unido, de padre riojano y madre inglesa y pasó una parte de su infancia en Botsuana, África. Cuando empezó a comprender que hablaba con fluidez dos idiomas y los intercambiaba con naturalidad, sin advertirlo, nació su interés por la lengua. Su pasión por los idiomas se consolidaría definitivamente en Oviedo, donde pasó su juventud y obtuvo su licenciatura en Filología. Su larga trayectoria en el Instituto Cervantes y su vocación por la lengua le llevó a ser director académico de la institución y promover y dirigir el SIELE, la certificación de la lengua española por ordenador. Después de su doctorado en la Universidad de Salamanca en 2019 pasó a dirigir la sede del Instituto Cervantes en Nueva York. 

Richard es un absoluto apasionado del lenguaje, del español, del inglés, del asturiano, y de algún otro. Se nota no solo en su conversación, sino en esos detalles biográficos donde nos cuenta que participar en el coro de la ópera y estudiar para tenor le ayudó a amar aún más la fonética. Nos reunimos con él en la sede neoyorquina del instituto, un conjunto de cinco edificios en torno a un patio ajardinado en forma de ele, el Amster Yard, que está incluido entre los puntos de interés histórico de la ciudad, y que recrea las construcciones originales de ladrillo del siglo XIX del barrio de Turtle Bay. Allí hablamos de su trayectoria, de los retos del Instituto Cervantes y de la lengua española en general ante la hostilidad del entorno estadounidense. También le preguntamos sobre el reto de las inteligencias artificiales, y sobre las estrategias para mantener la unidad del español con una diversidad lingüística cada vez mayor, y, también, de las variedades vernáculas que han surgido en ciudades como Nueva York o Los Ángeles.

Richard, el año pasado ingresaste en la Academia Norteamericana de la Lengua Española por tu «compromiso con el hispanismo a nivel internacional», así como por tus «conocimientos lingüísticos, méritos literarios y demás ejecutorias». ¿Qué supone para ti este reconocimiento?

Bueno, a nivel personal, supone un espaldarazo a todo el trabajo y toda la investigación que he realizado en este campo, con unos fines y objetivos muy marcados. Siempre he tenido una visión panhispánica de la promoción de la lengua y la cultura del español en Estados Unidos. Ha sido una satisfacción y un honor que, sin haberlo ni pensado, me llamaran para semejante distinción, porque lo considero como un hito y un mérito. 

Pasaste dos años de tu infancia en Botsuana ¿Cómo llegaste allí? ¿Fue el primer sitio donde tomaste conciencia de la variedad de idiomas que hay en el mundo? ¿Tuviste curiosidad por el bantú?

En aquella época, Botsuana era protectorado británico. Mi madre es inglesa, yo nací en Inglaterra, y mi primera lengua fue el inglés. A mi padre, que es español, riojano, de Santo Domingo de la Calzada, «donde cantó la gallina después de asada», para más información, después de trabajar por Suecia y por otros lugares muy insignes en aquella época, —estamos hablando de los finales de los 50—, lo aterrizaron en Newcastle upon Tyne, donde mi madre era enfermera en prácticas. Mi padre es médico, neurocirujano, y los dos mayores de la familia fuimos engendrados y concebidos en esa parte del mundo. A partir de ahí, con el programa de trabajos en el exterior, mi padre fue, a través del gobierno británico, a lo que entonces era una colonia, un protectorado. Con lo cual, aterrizamos en Bechuanalandia, que posteriormente se convirtió en Botsuana. Después de estar unos años ahí, cuando volví a España, el único idioma que hablaba era inglés y algo de setsuana, que era la lengua nacional de Botsuana y una de las treinta y una lenguas habladas en el país. El español fue después.

¿Qué edad tenías cuando estabas en Botsuana?

Muy pequeño, fui con un año y volví con cuatro. Pero bueno, a efectos prácticos, mis padres siempre recuerdan que aprendimos, mi hermano mayor y yo, el español en una semana o dos, sin acento.

Naciste en Reino Unido y has viajado por todo el mundo, pero te consideras asturiano. ¿Te interesa el bable (glotónimo del asturleonés)?

Mira, es una lengua con la que me he criado. De hecho, es una cosa de la que no te puedes quitar. O sea, todo el mundo me pregunta, curiosamente, si soy catalán, yo no sé si es por el acento, por lo de Richard lo ven parecido a Ricard o por mi pronunciación…. Yo creo que sinceramente, por mi trabajo, tengo la pronunciación muy cuidada porque he hecho mucha radio, televisión, he hecho mucho escenario. He hecho teatro durante muchos años y a lo mejor es por eso y por ser profesor de fonética, claro

Pero sí, con el bable crecimos desde niños, estoy totalmente familiarizado. Es más, te podré decir, por si acaso me lo vas a preguntar, que algunos usos del lenguaje inclusivo me producen a veces un tipo de resonancia con el bable, porque para mí las mujeres son les muyeres y las personas son les persones. Y les cases tienen les ventanes roxes. 

Richard Bueno Hudson para Jot Down

Tu bisabuelo, abuelo y padre han sido grandes médicos. ¿Qué te lleva a la filología? Porque rompes un poco con esa tradición.

En mi familia la gran mayoría vienen de la medicina, mi padre, mi abuelo, mi bisabuelo, pero tenemos otra rama familiar que también es del mundo de las letras. Entonces, ¿por qué? Pues fíjate, yo empecé a estudiar Filología Inglesa porque era lo que siempre me había gustado: la sociolingüística y las variaciones lingüísticas en inglés.

Trabajé mucho, ya entonces incluso las variedades, que es lo que realmente me gusta y a lo que me dedico en español ahora. Estudiando Filología adquirí una enorme pasión por el teatro, por la literatura por supuesto, y por la lengua y la fonética, que es lo que siempre ha podido conmigo. Me ha encantado de tal manera que siempre he sido esclavo de las suprasegmentales, los segmentos, el ritmo, la entonación, todas estas cuestiones. La música también, estuve varios años en el coro de la ópera, y luego estudié como tenor y aprendí a fusionar todos esos conceptos. El ritmo, las átonas, tónicas, no sé, para mí fue todo un aprendizaje y una exploración.

Empiezas en la Escuela Oficial de Idiomas de Oviedo, donde trabajaste durante doce años. ¿Qué importancia tiene la EOI en España? ¿Crees que se la está dotando de medios suficientes? ¿Cree que es una institución que funciona, que ayuda?

Importancia, mucha. Las Escuelas Oficiales de Idiomas fueron muy fuertes y muy útiles para toda la población en todas las capitales de provincia. Luego se extendieron a otras ciudades importantes de las comunidades autónomas. Han servido mucho para la difusión, el aprendizaje y la certificación de las lenguas extranjeras. Y luego, como en tantas otras cuestiones, surgieron otros medios para estudiar idiomas como pueden ser las Casas de las Lenguas y otro tipo de instituciones comunitarias.

Entonces, como siempre, existe una tendencia a la duplicación, y sobreprogramación y el público objeto o meta se diluye y va cambiando, ampliando edades y atendiendo otras necesidades, por lo que se empezaron a entender, en muchos lugares, como un refuerzo a la enseñanza reglada de idiomas, por lo menos es mi experiencia en Asturias, no sé las otras ciudades como están.

En esa época, hace veintrés años, es cuando yo dejé de trabajar ahí y realmente siempre lo he llevado en el corazón, por cierto, porque hemos hecho muchas cosas, nuestras publicaciones, nuestros periódicos con todos los estudiantes, nuestras obras de teatro, hacíamos un pequeño programilla cultural que no sé cómo, porque no teníamos ni medios económicos ni nada, pero teníamos tal buena voluntad el profesorado y el alumnado que salía todo adelante. Pero eso se me ha quedado ya en una nebulosa, no lo recuerdo muy bien, pero sí que es cierto que el público, cuando yo me iba, empezó a cambiar precisamente por esa diversificación entre público objetivo y meta. 

¿Cómo pasas de la Escuela Oficial de Idiomas al Instituto Cervantes? Porque no es normal, las personas de la EOI son EOI, y además muy defensores de la EOI.

Pues un domingo por la tarde, con una pila de exámenes de septiembre enorme y con plena desesperación tirándome de los pelos, vi el anuncio: «Oferta pública de una plaza de profesor de español en el Instituto Cervantes de Chicago».

¡Qué guay!

Sí, bueno, tras doce años de estar trabajando en España me entró el gusanillo, por cuestiones de investigación, y vi que el mundo del español tenía mucho que decir. Veía el proceso y la evolución del inglés en el mundo y veía que había mucho hecho y que ya iba solo. Como me parecía que los problemas eran especularmente simétricos, los retos de futuro y los problemas que arrastraban las dos lenguas, preferí dedicarme al español, e intentar empujarlo.

Pero honestamente, llamé por teléfono y, me hace mucha gracia, porque después, al cabo de los años, acabé siendo director académico del Instituto Cervantes en Madrid, durante muchos años. Y me hace mucha gracia porque quiero mucho la casa y conozco muy bien a todo el mundo. Y yo pensaba: ¿a quién habré llamado aquel domingo que le conté toda mi vida y milagros diciendo que no sabía si tenía el perfil adecuado, porque yo en realidad era de filología inglesa, y todos me decían, «sí, sí, usted preséntese». Y yo dije: voy a llamar al teléfono oficial del Instituto Cervantes para hacer la consulta, y me imagino que acabé hablando con la persona que trabajaba en centralita que muy amablemente me animó a que me presentara., de modo que me presenté. Saqué la plaza y aquí estoy. Y a partir de ahí, lo típico de la evolución, de esta montaña rusa de la que no te puedes bajar.

Para los lectores que no lo conozcan, ¿cuál es la misión del Instituto Cervantes en el mundo?

La difusión y la promoción de la lengua española y la cultura en español. Y sabéis que en las noventa sedes que hay en el mundo, en los cuarenta y siete países, esto cambia cada día, porque cada vez que se abre uno diferente, se actúa de una manera diferente. Es decir, se adaptan un poco las líneas de actuación y de trabajo a la zona geográfica en la que está ubicado. Por ejemplo, este país, en ese sentido es una mina de posibilidades por los sesenta y un o sesenta y dos millones de hispanos que hay, depende de las estadísticas que utilicemos. No necesariamente hispanohablantes, pero hispanos.

Richard Bueno Hudson para Jot Down

¿Cuándo viniste por primera vez a EE. UU.?

La primera vez que yo llegué a este país fue como profesor con un programa de profesores visitantes del Ministerio de Educación y fui a Los Ángeles, en California, hablo de los años 1990-1991. Me pillaron los disturbios por Rodney King, con toda la ciudad en llamas, y hubo de todo ahí. Donde yo daba clase era el South Central LA, que era un sitio muy complicado porque había mucho tema étnico, racial, racismo y tal, pero como era un programa bilingüe, ahí íbamos los bilingües.

Pues ahí fue la primera vez que me di cuenta de que hablando español y hablando inglés, no era ni lo uno ni lo otro, porque los hispanos siempre me decían: «Usted habla bien chistoso, Mr. Bueno». Y los afroamericanos, como les gusta decir aquí, me decían: «You speak funny, Mr. Bueno». Y de la mitad de las cosas que decía no me entendían ninguno de los dos grupos. Es curioso, es curioso… Y luego, claro, evidentemente las relaciones, todos los contextos y las menciones que hacía culturales, sociales, lingüísticas, le sonaba a todo el mundo a chino.

Te doctoraste en 2019 en la Universidad de Salamanca con una tesis sobre el impacto de la integración de la tecnología en la evaluación certificativa del español. Cómo experto en esa área ¿qué cambia con el advenimiento de la IA?

A ver, todavía nos queda tiempo, ni tú ni yo vamos a ver si la inteligencia artificial suplantará al ser humano. El que carga de información y de pilas a las máquinas es el hombre, pero realmente ahora mismo la inteligencia artificial y el poder de las máquinas está al servicio del ser humano. O sea que, en ese sentido, no veo ninguna diferencia.

Sí que es cierto que habrá que ir pensando, y de hecho ya se está haciendo, en un cambio de rol y de nuevas carreras, nuevas funciones y nuevas maneras de trabajar. Pero realmente, de momento, vamos de la mano. Vamos cargando de información a las máquinas, y por muy listas que parezcan las máquinas no pueden pensar. Y si fuéramos filósofos lo sabríamos. Las máquinas pueden hacer solo lo que tú les enseñas a hacer.

Hay una clave en el aprendizaje de estas máquinas que son los datos, se necesitan muchos y de mucha calidad. ¿Crees que podría ser una tarea del Instituto Cervantes en el futuro proporcionarlos, es decir, enseñar a las inteligencias artificiales a hablar bien el español?

Uf, has tocado tres minas antipersonales difíciles ahí. Primero, hablar bien y hablar mal, en el mundo de la sociolongüística, es tabú. Eso no es así porque cada uno habla como habla. Segundo, el Instituto Cervantes pone a disposición de todos los ciudadanos a través de sus páginas web todos los contenidos con los que trabajamos. Nosotros somos una institución pública que trabaja para el público.

Y en cuanto a lo de utilizar todos esos datos para la entrenar una IA… La función del Instituto Cervantes es más descriptiva de lo que sucede en la lengua, no es prescriptiva. Nosotros nos hacemos eco de cómo habla la gente y lo incardinamos en todas nuestras actividades.

Te eligen para dirigir esta sede en 2019, y al poco de llegar se declara una pandemia mundial. ¿Ha cambiado mucho el covid la labor del Instituto?

Vine aquí en 2019 y pronto me la encontré de pleno, me dio en toda la cara la pandemia. Los dos primeros años consistieron en el confinamiento. Ya sabes que Nueva York estuvo enormemente afectada. Además, coincidió que se alinearon muchos astros en esto, porque debido a que cada cinco años el personal desplazado rota, normalmente te encuentras con algunos veteranos, pero en este caso llegamos todos en bloque, así que éramos todos nuevos en el centro y en la ciudad, con una pandemia que lo cambió todo.

[Se interrumpe para indicar que prestemos atención a un sonido típico de Nueva York, las sirenas de policía o bomberos]. Mira, estos ruidos suelen salir en las entrevistas y queda muy neoyorquino.

Lo que quería decir es que, en ese año y medio de confinamiento, un poco menos, nos dedicamos a trasvasar todo el programa académico y cultural, a hacerlo en línea. Ahí aprendimos todos a manejar la tecnología con grabaciones, material digital, videoconferencias… En un fin de semana, cerramos las puertas entre el 11 y el 14 de marzo, volcamos los setenta y cinco cursos que teníamos en ese momento a Zoom. No sé cómo lo hicimos, pero todos nos tiramos de cabeza a la piscina para conseguirlo, y salió muy bien.

Nos dedicamos también a diseñar actividades culturales de creación propia. Muy panhispánicas en su conceptualización y en su definición. Hicimos las Tribunas de actualidad iberoamericana con todos los consulados iberoamericanos de Nueva York. Hicimos Retratos de las calles de Nueva York: pasado, presente y futuro. Hicimos también The Way they See us: Images of Spain from Abroad, cómo nos ven a los españoles desde fuera. Lo que queríamos era integrar la realidad neoyorquina o estadounidense en los programas culturales que hacíamos. Cómo hablamos y cómo lo enseñamos, junto con la Consejería de Educación, y nuestra oferta culinaria en directo, Cocinando con Cervantes nada menos con Nacho Manzano, Premio Nacional de Gastronomía 2021. Vamos todo un reto. Evidentemente, se hacían desde el salón de nuestras casas. Yo entrevistaba a la gente, intentando que todo quedara bien, y es curioso, porque en las grabaciones se ven las dos pantallas de Zoom, se ve mis libros, se ve incluso el retrato de mi madre detrás, lo veo ahora y me parece un recuerdo emocionante. 

Richard Bueno Hudson para Jot Down

¿Y ahora que el covid ha acabado?

Pues ya no nos hemos desprendido de ello. Mantenemos todo ese conocimiento tecnológico acumulado, y lo incorporamos en streaming a todas las actividades que hacemos ahora.

Por ejemplo, uno de los proyectos que yo tenía ya en la cabeza antes de venir era el Congreso de lengua e identidad. Ese congreso pudimos hacerlo por primera vez el año pasado, incluyendo la diversidad lingüística, la igualdad social, etc. Y este año hemos hecho el segundo: Lengua e identidad: diversidad, contexto e inclusión. Tratamos temas de lengua de género, tratamos temas de lengua y capacidades diversas. Normalmente cada uno se lamenta por sus circunstancias particulares sin pensar en las situaciones personales de los demás. Es curioso contemplar cómo la gente que habla de temas de raza o de etnia y que se sienten desfavorecidos por el poder hegemónico, anglo, blanco, protestante, etc., no ven que hay gente más desfavorecida que ellos.

Por ejemplo, en el capítulo de «Lenguas y capacidades diversas», los profesores están todo el día preocupados por cómo pueden resolver las desigualdades en el aula, pero no piensan que a lo mejor tienen autistas o a lo mejor tienen gente desfavorecida económicamente que vive en el campo y no tiene tecnología. ¿Cómo lidiamos con eso? Estos son foros específicos para tratar estos temas que son muy importantes.

Tal vez aquí es donde más al extremo se lleva el lenguaje inclusivo.

Sí, y en esta sociedad lo que más se oye al respecto es sobre etnia, raza y dinero, pero hay muchos más temas, lengua y género, lengua y sociedad. Hemos hablado de inteligencia artificial con un experto que vino de la Universidad Nacional Autónoma de México. Y como he dicho, en todos estos programas intentamos buscar que haya una paridad entre latinos y españoles, entre mujeres y hombres. Esta vez el procedimiento de selección de miembros de las mesas fue distinto, lo hemos hecho tan inclusivo que, en vez de convocar nosotros a todos los componentes de las mesas redondas, hemos hecho un call for papers. Ha sido acogido con enorme interés, recibimos para cada mesa redonda a lo mejor treinta, cuarenta propuestas, las leímos y fuimos eligiendo en un comité académico quién lo podía hacer.

Lo hicimos el 21 y el 22 de abril, también en streaming. Elegimos esa fecha porque el mes tiene cuatro fechas muy importantes, se concentran en este país, en todo el mundo, pero aquí son, bueno, evidentemente, fundamentales.

El día internacional del libro.

Sí, pero está también el fallecimiento de Cervantes, de Shakespeare, del Inca Garcilaso, y también es el Día del Español para las Naciones Unidas.

Entonces lo hacéis dos días antes, ¿cómo precelebración?

Sí, bueno, esa es una cosa técnica, porque como sé que a lo mejor vamos a tener que intervenir en cuestiones de las Naciones Unidas, pues así el 23 de abril ya tenemos todo el fin de semana para hacer cuestiones del español.

Tú pusiste en marcha el SIELE, que permite obtener la certificación de dominio del español haciendo todo online. ¿La digitalización no resta importancia a las sedes físicas del instituto, aunque potencie su presencia internacional en la enseñanza del español?

¿De dónde tienes esta información? (ríe) Bueno, te diré que el programa lo bauticé yo, porque me acuerdo de que Víctor García de la Concha, entonces director del Instituto Cervantes, estaba impulsando mucho el proyecto y me dijo, «piensa en nombres y mañana…». Primero me dio una hoja, un ladrillo de hojas en blanco y me dijo: «sácame de aquí este proyecto». Estuve toda la noche con alambiques y tubos de ensayo. Madre mía. Fue horrible, porque pensé como en diez o quince, y tuve que ir a la prueba de algodón, que era él para decidir. Porque teníamos muy claro lo que queríamos que fuera. Panhispánico, y digital.

Han probado a pasar la EBAU con chatGPT y la IA obtenido un 8,4 de nota. ¿La inteligencia artificial no permitirá a cualquier hablante medio de español obtener el SIELE aunque no domine el idioma?

No, no nos afecta de ninguna manera.

Pero la gente puede utilizar ChatGPT para pasar la prueba.

Mira, eso fue interesante, porque durante la pandemia cuando en Nueva York hicimos el examen de nacionalidad remoto, el CCSE, se hizo con una plataforma y el candidato hacía el examen con una cámara y un seguimiento en remoto. Cuando lo hacían en centros de examen, que era la idea original, la supervisión era directa, pues aquí también podías ver al candidato en todo momento. Evidentemente, la gente puede hacer trampas, pero la prueba tiene una parte escrita y oral de producción, y ahí no cuela, ¿sabes?

La parte escrita de producción, precisamente es lo que hace el ChatGPT.

No te creas, porque no es escribir una redacción sobre este tema. Es expresión e interacción escrita, expresión e interacción oral.

O sea que lo tenéis controlado.

Está muy controlado.

Le pedimos al ChatGPT que realizara una pregunta para esta entrevista y esto fue lo que nos escribió: «¿Cuáles son los principales desafíos que enfrenta el Instituto Cervantes en Nueva York para promover el idioma y la cultura españoles en un entorno lingüístico y cultural tan diverso como el de los Estados Unidos?». ¿Qué te parece la pregunta?

Me imagino que en muchos de los datos que ha obtenido la aplicación están cosas mías.

Nueva York es un terreno muy difícil para trabajar, desde España siempre dicen: «pero estás en el centro del mundo, ahí tienes de todo». Precisamente este tener de todo tiene dos facetas, una que tienes más oportunidades, lo que no te deja tiempo para nada, y dos, todo tipo de competencia. Además, tienes que ser muy generoso, porque llegas a un sitio donde tienes todas las representaciones de institutos culturales iberoamericanos y donde el español de España es, según las estadísticas, el ocho por ciento del español usado en todo el mundo.

Una de las cuestiones que hay que tener muy claras cuando se viene aquí, en cualquier ámbito, no hablo solamente de los temas lingüísticos y culturales, es que, en este país, especialmente en esta ciudad, tienes tu historia. El español de España trae la historia de España también, y a ese respecto este país está totalmente dividido en dos vertientes. Los que consideran esa historia como un reflejo de imperialismo, de atrocidad, es la leyenda negra, gracias a nuestros amigos ingleses, y los que la consideran la leyenda blanca, que entonces son muy afines al trabajo de los españoles.

Pero eso, por una parte, esa es la teoría. A la hora de la verdad, en el día a día, tienes que saber cómo promocionar toda tu lengua y tu cultura de una manera que ayude a la promoción de la lengua y la cultura en general. Y hacerlo en un país que no es, al contrario de lo que piensan muchas personas, monolítico en todos los ámbitos, en el periodístico, el cultural, el político… Cuando hablan de los sesenta millones de hispanos que hay aquí, es como si me dices, «he comprado una caja de pasteles». ¿Qué hay dentro?

Richard Bueno Hudson para Jot Down

Los hispanos de aquí no se identifican como un colectivo.

No, hoy en día no hay una sensación de identidad panétnica en este país. Ese es el problema y la ventaja, que todo el mundo tiene conceptualizado el arraigo de su nacionalidad de origen como su cultura de origen. El mexicano, el colombiano… por eso los hispanos no están todos en el mismo bombo. Eso es bueno, pero también lo hace muy difícil. Es muy difícil trabajar de esa manera porque realmente como Instituto Cervantes eres uno más. Eso no se oye del inglés, británico, americano, canadiense, australiano, ni del francés, que son maestros con la francofonía, con meter en el mismo bombo a medio mundo. Cuando tú miras un idioma y ves los indicadores que lo posicionan con respecto a otros idiomas en el mundo, uno de los que define el español es la unidad y la diversidad, una maravillosa diversidad, pero hay que luchar por esa unidad, es uno de los retos.

Un reto especialmente peliagudo aquí.

Sí, porque aquí no todo el mundo ve la unidad como algo positivo, la gente quiere definirse a su propia manera y en Estados Unidos han zanjado el tema llamándolos hispanics, por los censos de población que van vinculados a otras cuestiones económicas, políticas, de creación de colectivos que son perceptores de subvenciones o no, lo han hecho una manera muy rápida con la nomenclatura hispana.

Te refieres a la positive discrimination que practica la Oficina del Censo de Estados Unidos, distinguiendo a los ciudadanos por su raza, en este caso hispanics.

Eso es la unificación, pero ya desde los años 60, 70 y 80 , etc., han ido apareciendo y reapareciendo todos estos términos que les identificaban como portadores de baluartes y estandartes de un origen muy específico. Los boricuas, los chicanos, esa variedad que es un lujo y que es algo que tenemos que fomentar en todos los frentes. 

Es también un reto intentar que los demás, que un tercero, nos vea a esos diferentes colectivos como lo mismo. Que además también tiene otro reto y otro problema, que es el hecho de la facilidad con la que la opinión pública y los medios de comunicación también relacionan términos que son peligrosamente dispares, pero que ellos son muy hábiles para engarzar y mezclar y fusionar en uno.

Por ejemplo, que aquí se considere normalmente al inmigrante como mexicano, es un peligro. Y que se considere al mexicano o al inmigrante como ilegal, también. Y es totalmente falso, además, porque las estadísticas nos muestran que en el porcentaje generacional de hispanos que hay ahora en Estados Unidos es mucho mayor el de los nacidos aquí, que el de los que vienen de fuera. Originalmente, hace décadas, no era así, los Programa Bracero de los años 40, y todos estos programas en los que se atraía a mexicanos, sobre todo en California, en el suroeste de Estados Unidos, donde se traía a gente porque los americanos estaban en la guerra y necesitaban mano de obra barata y fácil, pues iban y venían, iban y venían, y os recuerdo, iban y venían, hasta yo lo estoy diciendo, a un terreno que era suyo originalmente.

Ellos siempre dicen: «nosotros no cruzamos la frontera, la frontera nos cruzó a nosotros», y eso tiene unas implicaciones desde el punto de vista cultural muy grandes, porque realmente la primera vez que se oye el término «español como lengua extranjera», se lo aplicaron a ellos. Y ellos realmente no estaban hablando una lengua extranjera, en puridad, estaban hablando la lengua que se hablaba ahí desde el principio, antes de ser anexionados, compartidos, o el término que quieran manejar desde el Tratado de Guadalupe Hidalgo.

Entonces, los retos son muchos, muy bonitos y muy interesantes. Y luego como reto, también voy a darnos una pequeña colleja, en el sentido de que la visión que suele tener España a veces fluctúa un poco dependiendo de quién esté dirigiendo el barco. Por ejemplo, yo lo he visto, llevo veintidós años en el Instituto Cervantes, y se ve con diferentes prismas el valor de las lenguas cooficiales, el valor panhispánico o no panhispánico, o del centro peninsular, según vayan las olas. Eso afecta también a la dirección o a las líneas de actuación específicas. Eso es ley de vida, y sucede también aquí, sucede en todos los países del mundo, hemos vivido una estructura, ¿cómo lo puedo llamar?, ¿cuál es el adjetivo? ¿Extraña con Trump?, no lo sé si decir extraña o decir…

Inusual.

Inusual, no sé, bueno, entretenida era desde luego.

Y para los medios una maravilla.

Vosotros teníais una bicoca con eso, me lo dicen todos los periodistas aquí y decían, más o menos, cuando acabó el momento Trump, ¿de qué voy a hablar yo ahora?

Porque claro, es que era muy inusual todo, estábamos además confinados en casa y condenados a la pantalla, y salía este señor diciendo unas barbaridades de semejante calibre, y con una manera de hablar que no oyes ahora, para bien o para mal. Lo que quiero decir es que no estoy criticando lo que hacemos desde España, simplemente estoy constatando que la percepción de lo de fuera afecta a las líneas de actuación de dentro, del Instituto.

Y para conectar con el tema de la inmigración, estos flujos migratorios como los más de cincuenta mil inmigrantes que recibió Nueva York en el último año, hay muchos más ahora, por ejemplo, de Venezuela, ¿estos movimientos migratorios afectan al Cervantes de alguna manera? ¿O es más bien la dirección, la perspectiva de España la que influye?

A ver, la inmigración, como sabes, como dicen los expertos, tiene los factores de empuje y los factores de atracción. En los países donde de repente hay inseguridad ciudadana, donde hay cuestiones políticas que les hagan migrar, cuando hay catástrofes atmosféricas o climatológicas, esos son los motivos por los que se alejan, los factores de empuje, digamos. Y de atracción, son las buenas condiciones del país de acogida. Todo eso es cíclico, es decir, igual que España era desde el siglo XV un país de emigrantes, y ahora se ha convertido más en un receptor de inmigrantes, de América Latina, de Europa. Con la situación de Europa, por ejemplo, en mi época de estudiante todo el mundo emigraba a Bélgica, a Francia, a Inglaterra. Cambia según las necesidades.

Ahora aquí hay dos cosas diferentes. Una, la inmigración a la que estamos acostumbrados, con un alto porcentaje de México, que se está convirtiendo más en personas que vienen de Centroamérica. Y dos, la inmigración del asilo político, muy abundante en las décadas de los 60 a los 80, y si vamos a lo de Cuba ya ni te quiero ni contar. Originalmente, estos colectivos nacionales que emigraban a Estados Unidos, mirad lo interesante de esto, aquí no dicen emigrar, dicen inmigrar, immigration. El problema de la inmigración, como dicen ellos, es porque se ven solo como receptores y no son conscientes de que ellos no lo fueron siempre.

Originalmente el país del que venían los inmigrantes hispanos era muy fácilmente reconocible. Si miras en los datos estadísticos de dónde vinieron las diferentes nacionalidades o comunidades nacionales latinoamericanas y centroamericanas, está muy claro. Mexicanos en el suroeste, cubanos en el sureste, y en el noreste los puertorriqueños y dominicanos. Luego, eso empezó a evolucionar, iba por décadas también. Empezaron a llegar de Centroamérica en los años 70, 80, 90, por las dictaduras y por la inestabilidad política que había en esos países. Ahora, a estas alturas, el mapa entero de este país está ya poblado y salpicado de todas estas nacionalidades hispanas, en todas partes, lo cual ha cambiado el mapa de asentamiento original por nacionalidades.

Eso, desde el punto de vista lingüístico es muy interesante para nosotros los lingüistas, porque se están creando unas variedades nuevas de español en las grandes ciudades, las vernáculas que se llaman de Los Ángeles, de Nueva York, etc. Pero es importante porque realmente, ¿de dónde procedía esta gente que originalmente venía? Normalmente de los pueblos, gente con pocos recursos. Todo esto afecta a la conceptualización y el imaginarium que tienen, digamos, los anglos americanos sobre los inmigrantes, gente pobre, gente sin cultura, gente que viene aquí, y ahora qué hacemos con ellos, etc.

Esta gente, poco a poco, empezó a crear comunidades y tenía la lengua del hogar y la lengua, digamos, un poco más prestigiada de sus sociedades, de sus colectivos, que por cuestiones de estatus jerárquico tampoco podían traspasar mucho esos colectivos. Pero esa gente que iba a los campos acabó concentrándose en grandes ciudades. Y entonces, sobre lo que antes era español de México, español de El Salvador, español de Cuba, se fue creando una especie de nueva variante donde ya no es tan fácil limitar su identidad nacional a través de la lengua. Pero eso sí, todo el mundo habla de los hispanos como metidos en un mismo bote.

Culturalmente pasa lo mismo. Es más, todos los datos de los censos hay que mirarlos con gafas así de gordas, como las lentes del Hubble. Porque las preguntas que hacen en los censos de población son etéreas completamente. ¿Qué idiomas se hablan en tu casa? A mí me tocó participar en el censo de población de 2020, eso fue muy interesante. Te preguntan unas cosas… yo no encajaba en ninguna. Bueno, especialmente yo, con el caleidoscopio de lo que tengo en mi pasado.

Richard Bueno Hudson para Jot Down

¿Las preguntas del censo se hacen a todos los que viven aquí?

Sí, cada diez años, lo hacen a todo el mundo. Yo, como te dije, acababa de venir a vivir aquí. Preguntaban: «¿Se habla otro idioma en tu hogar que no sea el inglés?». Sí. «¿Y qué tal hablas inglés»? Pero claro, una gran parte de la población, sobre todo centroamericana, bueno, también sudamericana, pero sobre todo centroamericana, hablan muchas otras cosas. Hablan náhuatl, hablan aymara, quechua, mixteco, quiché…, hablan muchas lenguas en casa. Entonces claro, esos no computan como hablantes de español ante el censo. Es como si me preguntan a mí, hacen chiribitas: ¿Qué idioma se habla en tu casa? ¿Se habla el inglés? No. Se habla, pues yo qué sé, el náhuatl. Entonces daban por hecho que esa persona no hablaba español. No son hispanics. Entendéis, ¿no?

Sí, por mencionar otra lengua, dejan de ser hispanics.

Claro, y eso es la inmigración. La inmigración se ve, se ven las tendencias de hacia dónde va y ahora se ve que muchos de los mexicanos, por ejemplo, están volviendo a su país. Primero por la crisis, pero también por las restricciones que hay, y lo difícil en que se está convirtiendo esto aquí, ya no es lo que era antes, y por la mejor calidad de vida que hay ahora en México. Aquí no vamos a entrar en detalles de los seguros médicos y de las pensiones y las jubilaciones porque como españoles os lleváis las manos a la cabeza. Somos totalmente privilegiados. Y recuerda esta frase: el privilegio es invisible para aquellos que lo tienen.

Y por otra parte, estaba lo que te decía del asilo político, que ha sido un arma arrojadiza que han utilizado gobernadores de los estados republicanos en este país, un poco como diciendo: ya que en los estados como Nueva York sois muy acogedores, pues os mandamos literalmente autobuses y autobuses de gente. Ha sido muy difícil lidiar con esa situación.

Nosotros lo que podemos hacer, nosotros como institución, lo que hacemos, es la difusión de la lengua y de la cultura en español y de las culturas hispánicas, con lo cual tenemos que ampliar nuestra programación haciéndola inclusiva para este tipo de personas. Pero date cuenta de que normalmente esta inmigración incluye los que están más desfavorecidos, los programas que hacemos para español. Hemos hecho ahora mismo las Jornadas de español como lengua de herencia. Y claro, han tenido mucho interés porque hay mucha gente que la habla como herencia, pero incluso dentro de los expertos había disensión. Algunos decían que eso no se puede llamar lengua de herencia, en fin, esto es lo interesante del debate. Pero creemos que esa es nuestra aportación, el hecho de que nos dediquemos a hablar de estos temas. Tenemos previsto para este año hacer programas de alfabetización a través de nuestra biblioteca, pero es una cosa muy difícil de gestionar porque eso tiene que ser a través de la Administración de la ciudad de Nueva York, a través de las gobernanzas locales y eligen ellos qué personas vienen. Pero sí, sí, estamos en ello. Ese tipo de programas de introducción a la lengua y a la cultura, para que no se asusten. Y trabajamos con muchos colegios públicos tratando de dotarlos de contenidos como podemos, que es realmente lo que hay que hacer.

En cuanto a eso del colegio público, tienes la experiencia de haber sido profesor «bilingüe» en Los Ángeles. Entonces, conoces bien que hay distintas políticas en distintos estados en cuanto a inmersión con apoyo.

Eso es muy complicado porque realmente no se programan cursos específicos para este tipo de público. Básicamente, el mensaje es que, en Estados Unidos, en general, sí hay programas bilingües, programas de inmersión, etc., pero realmente son pocos, y tienen una política clara de asimilación hacia el inglés. El mensaje para el que llega al país es «métete aquí el veinticinco por ciento de horas, el setenta y cinco por ciento y luego te apañas». El mensaje por tanto viene siendo: «tu español es un problema».

Pero ellos sienten ese temor, ese pánico también a no estar reconocidos, porque, claro, ellos ven o intuyen que su español es diferente al del resto. Por eso te he dicho al principio que hay que tener mucho cuidado con el tema. Sienten que es diferente porque tienen un español de hogar, el que se habla en los hogares y sienten unas deficiencias en ciertas destrezas como la escritura y la lectura, por ejemplo, y aunque tienen a nivel nativo una lengua oral, digamos, cuando tienen que pasar por el tamiz de los exámenes públicos tienen la carencia de la base ortográfica, gramatical, etc. Entonces, bueno, ese tipo de cosas es lo que hemos hecho en esta iniciativa de Jornadas de Español como Lengua de Herencia, por ejemplo.

Tras ser jefe de estudios en varios Institutos Cervantes, y director académico en la sede central de Instituto en Madrid, te nombran director del Instituto Cervantes de Nueva York. Estamos en el mayor centro mundial del capitalismo ¿Es el español un buen negocio?

¿Me estás preguntando sobre la lengua o la cultura?

El Instituto, globalmente, ya se financia en un 43,5 % con actividades académicas, y el resto es aportación estatal. ¿La idea es que todas las sedes aumenten su actividad académica para autofinanciarse cada vez más? En ese sentido.

Vamos a ver. La red de centros Cervantes es una red solidaria. Es así como siempre la llamamos nosotros. Porque realmente, si nuestra misión es la promoción y la difusión de la lengua y la cultura en español, es evidente que en algunos países será más difícil, digamos, que a lo mejor no… ¿qué término has utilizado? ¿Compensa?

Sí, que hay que financiar un 50 % de la actividad.

Es que muchos de los centros de la red, por la situación y las posibilidades que tienen, ayudan a funcionar a otros centros de la red. ¿Sabes que aproximadamente el 50 % de la financiación para nuestra actividad la aporta el Estado? Y el otro 50 % la obtenemos de nuestros cursos y actividades…

Pero quiero decir que a lo mejor Nueva York genera mucho y se compensa con Bulgaria, que no genera nada.

Bueno, no es que no genere nada, también depende mucho de la situación específica ¿Sabes que, por ejemplo, este es uno de los pocos edificios propios que tiene el Instituto Cervantes? Esto es así desde el año 1999. Aquí, por ejemplo, no pagas alquiler, menos mal. Pero te diré lo que son los arreglos y los mantenimientos. Que aquí para que venga un fontanero te cobran 900 dólares por ver si te hace falta una zapata del grifo. Lo que te quiero decir es que cada situación es diferente. Hay centros que tienen, por la situación del país, unos gastos, digamos, de supervivencia altísimos, y a lo mejor en esos países los números no llegan a casar a pesar de que cumplan sus objetivos. Por eso es una red solidaria en la cual entre todos nos abastecemos, para que podamos ir cumpliendo la misión fundacional.

Es una red solidaria que además está en crecimiento, ¿no?

Sí, sí. Ahora mismo el centro de Los Ángeles ha empezado oficialmente a funcionar. Bueno, la reina, su majestad la reina doña Letizia, lo inauguró el 12 de diciembre, aunque llevaban en el centro desde el 1 de septiembre haciendo todo el montaje interno.

Richard Bueno Hudson para Jot Down

Si por ejemplo hablamos de Botsuana, allí no hay instituto Cervantes, en África hay muy pocos. Sin embargo, en Estados Unidos cada vez son más las sedes, entiendo que porque aquí los Institutos Cervantes tienen un incremento y un menor gasto general que puede ayudar a crecer a la institución.

No, realmente las decisiones para las sedes se hacen por diferentes motivos. Lo primero, el Instituto Cervantes per se, lo que es la institución, es muy joven, es del 1991. Si tú miras, por ejemplo, el British Council o la Alliance Française, son de finales de 1800, del 1940… Hablamos de una cosa completamente distinta. Entre los hermanos de instituciones culturales, nosotros somos los jovencitos de la casa. En esa situación ¿cuál fue la prioridad? Establecerse en sitios donde no se habla el español. Por eso, cuando nos preguntan, pues no hay uno en Argentina, porque hay otras prioridades.

La prioridad es el cumplimiento de la misión institucional, que es la difusión de la lengua y la cultura del español. En Brasil era evidente, hay mucho interés a nivel político y cultural y lingüístico porque realmente es un país muy grande y está rodeado de países hispanohablantes. Nuestro apoyo era fundamental ahí. Estados Unidos, por su parte, tiene una peculiaridad lingüística y cultural que nos hace necesario estar presentes porque son, y entendedme este término con precaución, desde el punto de vista lingüístico un territorio hostil. Es el único país donde hay tantos hablantes de español en un territorio que está rodeado de la hegemonía del inglés. Fíjate en las academias de la lengua. La Academia de la Lengua Peruana, la Academia de la Lengua Mexicana, la Española… Todas viven en un contexto hispano. Aquí no. Aquí no. Entonces, el peligro en esos países no es que se olvide o que se desvíe, digamos, del tronco común de la lengua, o que se asimile al inglés. Pero aquí sí. Por eso digo hostil. Digo hostil desde un punto lingüístico.

Bueno, lingüístico y con la llegada de Trump también fue hostil en otro aspecto.

Sí, pero realmente date cuenta de que ya John Adams, y desde el 1800 y pico, estaban intentando hacer el inglés la lengua oficial en Estados Unidos, y no lo es. Solo hay dos estados donde es cooficial el español, que es Nuevo México y Puerto Rico. Pero también esa falta de orden, en el sentido de oficialidad, de oficialización de la lengua inglesa, les pone hasta cierto punto en una situación de debilidad. Pueden llegar a considerar como una invasión o un peligro o una amenaza, digamos, el hecho de que el español sea tan representativo en este país. Entonces, la forma fácil, lo que tú decías de Trump, pues es quitar el español de la página web de la Casa Blanca, el New York Times dejó de publicar en español… Pero aquí se habla español en los bumper stickers [se refiere a las pegatinas que pegan en los parachoques los estadounidenses con mensajes políticos, personales, de fe, etc.], en todas partes.

¿Ahora ha cambiado algo?

Sí, claro Jennifer López en la ceremonia de investidura de Joe Biden ya estuvo hablando en español. Y volviendo a poner el español en las páginas web que se había caído por «causas técnicas».

Es verdad, fue increíble.

Sí, y luego a Jeb Bush lo breó públicamente Trump por hablar español en la campaña, y en todos los titulares se le leía , «we speak English in this country». En Google lo tenéis por todas partes.

¿También la guerra en Ucrania ha afectado al Instituto Cervantes?

Sí, en cierta medida, sobre todo en el centro de Moscú. En cuanto al centro Cervantes en Nueva York, no, lo único que aquí curiosamente está delante la embajada ucraniana, y siempre hay dos camiones de policía con colas de gente. Además, el Cervantes también pertenece a EUNIC (European Union National Institutes for Culture Con EUNIC se ha hecho mucho apoyo a Ucrania desde aquí. Y bueno, aquí, el gobierno que nos ha tocado vivir, desde la guerra de Rusia y Ucrania, es el de Biden, que colabora mucho. En el mundo de la cultura se ha visto también, el Metropolitan Opera, todos los teatros, todos lo han apoyado, y nosotros estamos con ellos.

Hemos consultado el catálogo de vuestra biblioteca, la Jorge Luis Borges, y hay cómics. ¿Qué importancia tiene el séptimo arte en la divulgación del español?

Mucho. De hecho, hay un evento sobre cómics, lo habrás visto en nuestra página web. Además, vamos a hacer una actividad sobre cómics que está organizada desde la dirección de bibliotecas de la sede de Madrid.

¿A quién habéis invitado?

Son varias actividades. Hay varios centros de todo el mundo que van a promover los cómics, nosotros vamos a tener una exposición abajo en las vitrinas. Y la gente tiene que elegir un cómic y tiene que explicar por qué. 

¿Es el Instituto Cervantes una institución clásica?

Es lo contrario, nos están diciendo que tenemos una visión muy aperturista. No sé si te has fijado, pero cuando has llegado estaban todas las banderas alfabéticamente de los países hispanohablantes, hasta la de Guinea, eso es una cosa que ha notado la gente. En el Congreso de «Lengua e Identidad» siempre va incluida una exposición con actuaciones escénicas, musicales y culturales. Y actuaciones de actores. Este año va a ser una sorpresa, va a ser muy bueno porque el público no sabe todavía qué va a ver, pero va a ver gente infliltrada entre el público actuando. Lo hemos llamado «Interficciones». Y la exposición siempre tiene que ver con lengua, identidad, evolución, Va a haber hasta robots de producción de poemas.

¿A quién te gustaría invitar a visitar el IC de Nueva York y por qué?

A mucha gente. A todo el mundo que nos ayude a promocionar la lengua y la cultura en español. No puedo decirte a nadie en concreto.

Y los videojuegos, o las redes sociales. ¿También sirven para aprender español? ¿Hay que tener cosas así en las bibliotecas de centros de enseñanza del idioma?

Sí, de hecho, los promocionamos en todos los sitios de la red cuando hacemos nuestros congresos, nuestras jornadas, y damos a conocer lo que hay en el mundo. Nosotros sacamos nuestras aplicaciones, pero no somos productores de videojuegos, hay especialistas para ello. Pero sí que en el Congreso sobre Lengua e Identidad se habló de todo esto, de la inteligencia artificial, de la tecnología y lo que conllevaDe hecho, allí presentamos el año pasado el decálogo ético para la cultura digital panhispánica, una iniciativa del Instituto Cervantes en Madrid. El programa de este año está ahora mismo en elaboración.

Vamos un poco con la estructura que hay en Nueva York. Movimientos de escritores estadounidenses como los nuyorican portorriqueños o los chicanos han conseguido que se publiquen aquí libros en español. ¿Eso significa que puede tener o tiene importancia como lengua de producción literaria en Estados Unidos o solo es un fenómeno minoritario? ¿Tenéis contactos con editoriales independientes hispanas en NY?

Hay muchos actos con editoriales. Sobre todo, de literatura y de poesía hay un gran número, y esto es una mina porque hay numerosos poetas y escritores por todo el país y todos procedentes de diferentes sitios de Venezuela, de Cuba, de Perú… En general, se percibe un gran auge de producción literaria en español en Estados Unidos, debido en gran parte a las editoriales independientes. En Nueva York hay varios sellos que publican en español, como ArtePoética Press, Nueva York Poetry Press o Sudaquia Editores, entre otros, que han encontrado plataformas también en importantes librerías.

Aquí, de hecho, hacemos muchas actividades de poesía en español. Y muchos de los que vienen son autores y son también editores. Tenemos tanto a gran escala como a pequeña escala, algunos de ellos proceden del mundo universitario.

Además, en nuestra programación, incluimos en todo momento eventos con autores hispanos sobre libros, antologías y, cómo no, festivales poéticos como el «Festival Multilingüe de Poesía» «The Americas Poetry Festival of New York», el «Kerouac Festival» etc. En definitiva, estamos muy contentos de contribuir a dar espacios a escritores en todos los niveles de madurez en su carrera y que publican en español. 

O sea, que sí que hay producción editorial en español aquí, ¿no?

Mucha, sí, sí. La producción literaria en español en Estados Unidos tiene una gran fuerza y el Instituto Cervantes de Nueva York sirve de plataforma a escritores de origen hispano que viven y publican en Estados Unidos. Por ello recibimos a decenas de autores y de editoriales independientes no solo de NY sino de Estados Unidos en general.

Hemos recorrido algunas de las librerías de NY y es difícil ver libros en español que no estén en los sótanos. Esto antes no era así, ¿a qué se debe? ¿No hay sitio en NY para una gran librería hispana?

Hay algunas, está Barco de Papel, McNally Jackson Books, Word Up por citar algunas de Nueva York, pero hay otros polos literarios en español como Chicago o Miami. Pero es que yo creo que el concepto de librería ha cambiado también mucho, ¿eh? Por la digitalización.

¿Qué se puede hacer para difundir el libro en español en NY?

Pues difundirlo, por ejemplo, como el 23 de abril el día del libro, y el trabajo que hacemos ahora… Nosotros, lo estamos ahora empezando a hacer, a grabarnos a nosotros mismos clips para promocionar la biblioteca, para intentar atraer a colectivos diversos a las bibliotecas, etc. Eso es lo que estamos haciendo. Por lo demás, ya ves, habíamos culpado antes injustamente a Trump, pero ahora está Biden, y tú mismo acabas de ver que no hay muchas librerías en español… Pues a lo mejor la gente lee menos también, o lee más en línea. La gente tiene unos tiempos de memorización y de dedicación a la lengua y a la cultura mucho menores ahora.

La revista Orsai ha sacado un número con la portada de Messi, que ha vendido treinta mil ejemplares. Jot Down vende cinco mil ejemplares trimestralmente. ¿Quizás hay que hacer productos en español que atraigan a los lectores?

De hecho, antes me preguntabas el tipo de actividades que tratamos de ofrecer aquí y por las que trabajamos, que es para dotar de contenidos que interesen al público de aquí. Tenemos dos públicos muy diferentes, los fans que son los hispanohablantes, que vienen aquí, indefectiblemente, llueva o nieve, y luego el público al que más tenemos que ir es el público anglo, que tiene un volumen de oferta cultural, enorme. Bueno, pues para el público digamos hispano, siempre nos esmeramos en que toda la oferta que hacemos sea oferta de contenido que les interese y en la que se vean identificados.

Por eso sí que se ofrecen tanto cómics como aproximaciones a la lectura, cuestiones que ellos puedan entender, porque de nada sirve, y hay instituciones que se encargan de ello, como las grandes universidades, que ofrezcan este tipo de programas eruditos en los que solo dan cabida a un tipo de público. Nosotros tenemos que bandearnos entre los dos lados, pero no podemos descuidar ninguno, ni por supuesto ese tipo de población, la gran mayoría, que no voy a decir que no lee, pero no lee lo que nosotros aprendíamos a leer en el colegio. Directamente lee otro tipo de cosas y a otra velocidad.

Y lo has comentado tú antes ¿qué pasa con los medios? ¿Hay medios en español? Porque, de hecho, The Guardian y The New York Times han tenido sección en español, y ahora ha desaparecido esa edición.

Bueno, primeramente, del papel no te voy a decir nada porque todos los periodistas con los que hablo están cada vez más desesperados porque no se venden los periódicos en papel como se vendían antes. Y segundo, los contenidos. Concretamente este es un país bilingüe. El concepto que tenemos de bilingüismo en Europa y el que tienen aquí es totalmente distinto. Aquí todo el mundo consume todo en español e inglés, pero lo puede consumir perfectamente en inglés, mientras que, por ejemplo, en España, excepto ciertas generaciones con un tipo de enfoque académico, no pueden consumir The New York Times y todos estos periódicos en inglés. Aquí no, esto les viene ya de serie. Entonces, eso es a lo que yo me refería con hostilidad. No me refiero a beligerancia. Es hostil en el sentido de que están rodeados por un entorno más fácil para dejarse llevar y para asimilarse al inglés. Eso es lo que quiero decir.

¿Qué tiene el Instituto Cervantes de embajada y qué tiene de escaparate?

Bueno, yo creo que no somos ni lo uno ni lo otro. Nosotros tenemos una función muy clara. La embajada está en Washington y los escaparates en muchos otros sitios. Pero aquí somos trabajadores muy serios que tenemos una función que es cumplir nuestra misión. Y a eso nos dedicamos. No nos dedicamos a ningún tipo de fachada, sino a ayudar a ese tipo de gente que decimos que está un poco viéndose influido por la cultura anglo para que puedan disfrutar y enorgullecerse de sus propios orígenes.

Alberto Torres Blandina, escritor y profesor de literatura español, ha comparado, no sin polémica, las transgresiones lingüísticas de Rosalía con las de Góngora y Valle-Inclán. ¿Estas formas modernas del español se van incorporando a la enseñanza de la lengua en el instituto?

A ver, la lengua pertenece al pueblo, a los hablantes. Si los hablantes al unísono deciden decantarse por un término o por una manera de hablar, pues evidentemente las academias de la lengua lo instauran, lo incluyen, y nosotros lo difundimos en el sentido de que tiene que ser parte de la vida real que está fuera de estas paredes. Ahora, que nosotros las impulsemos o defendamos es algo que hacemos solamente en cuanto es el espejo de la sociedad.

¿A qué se dedica un lingüista español en Nueva York en su tiempo libre?

Al teatro, y también a hacerse de vez en cuando alguna escapada a la vida social. El teatro, la ópera, todo lo que ofrece este país y esta ciudad.

¿Tiene un lugar favorito aquí en la ciudad de Nueva York?

¿Hasta qué nivel podemos llegar? A ver, soy muy deportista, me gusta mucho hacer deporte, me gusta mucho correr por Central Park o por el río, y luego como melómano, me gusta mucho la música, con lo cual me gusta acudir a todos los eventos culturales de musica, y también de teatro, y luego por la noche, aunque ya esté dentro de la franja madurita, a lo mejor me gusta salir con amigos a la noche neoyorquina. No se la recomiendo a nadie que venga con la billetera muy vacía, porque es muy caro. Con lo cual tengo que administrarme muy bien.

Y para acabar, una pregunta polémica: ¿con quién vas en la polémica del «solo», con los escritores o con los lingüistas?

Entiendo perfectamente qué es lo que ha hecho la academia, pero yo soy un poco testarudo y a mí me ha costado mucho quitarla, con lo cual yo la he seguido manteniendo. Pero bueno, eso lo dice Richard Bueno, no lo dice el director del Instituto Cervantes de Nueva York

Pero el propósito de cancelarlo, ¿cuál era? ¿Cuál es la intención que hay detrás? ¿Facilitar las normas de ortografía para un público que cada vez le cuesta más adaptarse a eso? ¿Ver que realmente no hay una utilidad en diferenciar esas dos palabras? Yo sinceramente me lo pregunto.

La verdad es que no he asistido a ninguna de las reuniones en las que se decidió, pero desde luego yo personalmente distingo mejor con la tilde que sin la tilde.

Y en tu caso, como aficionado a la fonética, todavía me choca más.

Por eso digo que a mí me ha costado quitarla después de haberlo aprendido. Pero yo me imagino que una persona que entre ahora a estudiar las normas ortográficas y lo aprende tal y como lo estaban instaurando ahora, pues a lo mejor no tiene ningún problema y lo ve muy lógico, pero claro, como se dice normalmente: no puedes enseñar trucos nuevos a un perro viejo.

¿Se ha hablado este tema en el Congreso de la lengua que se celebró recientemente en Cádiz?

En el IX Congreso Internacional de la Lengua celebrado en Cádiz, se habló de muchos temas y por supuesto hubo espació para ello. Aún no he podido ver las conclusiones y los resúmenes de las ponencias. Yo concretamente coordiné la mesa «Lengua, nación e interculturalidad política» que resultó de gran interés, y al haber muchas intervenciones paralelas no pude asistir a todo. 

¿Cuál es tu valoración de esta edición del Congreso?

Creo que el Congreso resulto muy exitoso. Me gustaría dar desde aquí la enhorabuena a toda la organización. He sido el secretario general de anteriores ediciones del CILE y me consta que el trabajo de programación, coordinación y gestión es ingente, para coordinar ponentes, logística, programas, estancias, supervisión, coordinación interinstitucional, etc., y que, tras la desafortunada caída de Arequipa como sede del Congreso en último momento, que desde España se pudiera retomar y sacar adelante en cuestión de meses es digno de encomio. ¡Bravo!

Fue muy emocionante poder haber sido parte del IX CILE en Cádiz.

Richard Bueno Hudson para Jot Down

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5 Comentarios

  1. Fulgencia Pueyo

    Interesantísima entrevista con este señor que, no sé si se lo habrán dicho alguna vez, parece un hermano de Leslie, el cantante solista de los antiguos Sirex.

  2. Muy interesante e inspiradora la entrevista, con muchas invitaciones a la reflexión….Qué lujo para el Instituto Cervantes y para España tener en el Equipo personas tan brillantes como Richard Bueno.

  3. Micromegas

    Este señor es sobrino del filósofo Gustavo Bueno

  4. Hace un mes, en la librería Barnes & Noble de la Quinta Avenida, la única estantería de ‘Libros en español’ tenía 5 o 6 baldas, unos 150 libros, con SÓLO biblias y con títulos tan sugerentes como Santa Biblia, La Biblia Católica, Biblia Letra Grande Tamaño Manual, Biblia Blanca Ultrafina…

  5. JOSE ANTÓN

    Coincidí con este Sr. el año 1991 o 1992 en Oviedo haciendo la prestación social sustitutoria en el cuartel de los bomberos de la ciudad y puedo decir con absoluta rotundidad que, en mis 59 años de existencia, jamás he conocido a un tipo tan sobrado, arrogante, clasista y presumido como éste. Al margen de otras cosas, que no vienen a cuento. Un perfecto imbécil.

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