Humor Sociedad

Bluesky: la red social que hace que LinkedIn parezca un monólogo de Ricky Gervais

Waiting for Godot
Esperando a Godot (o una interacción en Bluesky)

Bluesky se convertido en su corta existencia en ese rincón de internet donde las almas más apacibles se congregan para compartir pensamientos cuidadosamente filtrados, como si estuvieran escribiendo frases cohelianas en un libro de recuerdos donde los invitados dejan mensajes para unos recién casados. En un universo conversacional donde Twitter es un after lleno de trolls en plena combustión y Facebook se ha convertido en la feria del reencuentro con tu tío conspiranoico y tu amor platónico de educación infantil, Bluesky emerge como un espacio pulcro donde la polémica muere antes de nacer y donde la gente se comporta como si estuviera en una entrevista de trabajo perpetua.

Bluesky prometió ser el nuevo Twitter, pero sin lo que lo hacía entretenido: el caos, el drama o los tweets que cancelan candidatas a los Oscars en menos de 24 horas. En lugar de eso, nos ha entregado un jardín zen digital donde nadie levanta la voz, nadie dice nada comprometedor y, por supuesto, nadie se divierte. Cuando uno se registra en Bluesky, la sensación es parecida a entrar en la biblioteca de un monasterio en el siglo XIII. Todo es silencioso, ordenado y dominado por una extraña calma que, lejos de tranquilizar, genera una angustia existencial. No hay hilos incendiarios, no hay peleas de fandoms, no hay siquiera un «Buenos días» con 300 respuestas sarcásticas. Sí, puedes escribir tus pensamientos, pero la pregunta es: ¿qué sentido tiene si nadie los va a convertir en carnaza para el entretenimiento de las masas?

Porque esa es la gran ironía de Bluesky, todo está tan estructurado para que la gente se sienta cómoda, que se ha convertido en un lugar donde la conversación muere por asfixia. El diseño descentralizado y la falta de algoritmos agresivos hacen que el contenido apenas circule. Es como intentar encender una fogata con hielo. Bluesky tiene usuarios, sí, unos 32 millones según las últimas cifras que lo convierten en el mayor pueblo fantasma digital. La mayoría de las cuentas parecen estar ahí por obligación, como si hubieran migrado solo para poder decir «yo también me fui de X» y luego se olvidaron de que existía. Publicas algo, esperas una reacción, y… nada. Silencio absoluto. Es como gritar en una cueva y que ni siquiera el eco te responda. En X, al menos, siempre hay alguien dispuesto a insultarte, darte like por accidente o retuitearte con un comentario sarcástico. En Bluesky, tus publicaciones caen en un vacío existencial digno de un documental sobre sobre la soledad de los peces abisales narrado por Werner Herzog.

Mira que es difícil imaginar que algo pueda ser más aburrido que LinkedIn, la red donde la gente finge estar apasionada por «liderazgo inspiracional» y «sinergias innovadoras». Pero Bluesky lo ha conseguido. En LinkedIn, al menos hay un tipo de cringe entretenido publicando que «Cuando trabajaba en un McDonald’s aprendí más sobre el éxito que en la universidad» o «Me despidieron y ahora soy multimillonario». En Bluesky ni siquiera hay eso. Aquí nadie se está vendiendo como el próximo Elon Musk (gracias a Dios), pero tampoco hay la menor pizca de espontaneidad o locura necesaria para que una red social sea interesante. Si LinkedIn es la oficina donde todos fingen ser proactivos, Bluesky es el ascensor donde te quedas atrapado con un desconocido que lleva una bolsa de basura a punto de rozarte, durante los 30 segundos más largos de tu día…

Al principio, Bluesky jugó la carta de la exclusividad como ya lo hizo la efímera Clubhouse. Solo podías entrar si recibías una invitación, lo que provocó que la red se llenara de la autoproclamada élite de Twitter: periodistas, activistas y gurús cuánticos que huían del desmadre de X. La idea era crear un «nuevo» Twitter, pero sin los molestos trolls, bots y cuentas con fotos de anime insultando a todo el mundo. El problema es que, al eliminar la fauna salvaje de Twitter, también se eliminaron las interacciones espontáneas. Sin conflicto, sin el mínimo roce ideológico, sin debates acalorados, lo que queda fue un espacio donde todos piensan más o menos lo mismo y nadie siente la necesidad de discutir nada. La red se ha convertido en una sala de espera sin nada que esperar.

Bluesky insiste en que su mayor fortaleza es la descentralización. En términos técnicos, eso significa que los usuarios pueden elegir su propio algoritmo para ver contenido. Pero la realidad es que, sin un empuje algorítmico, el contenido se queda estancado en un limbo donde nadie ve nada y nadie interactúa con nadie. Twitter, con todos sus defectos, te lanza un reel del ínclito «Fedegico» en la cara y te preguntas porque aparece en tu timeline mientras no puedes evitar verlo hasta el final indignado hasta la náusea. Bluesky, en cambio, se parece más a un tablón de anuncios en un supermercado en el que pegas un posit, sabiendo que lo más probable es que nadie lo lea. No es que falte contenido, es que todo está diseñado para que nada se vuelva viral, y sin viralidad, una red social es una función de Esperando a Godot en neerlandés.

En cualquier otra plataforma, hay estrategias para atraer interacción: publicar algo controvertido, un meme absurdo, un dato curioso. En Bluesky, puedes intentarlo, pero la mayoría de las veces recibirás la nada misma. Sin un ecosistema de interacciones denso, sin racistas, sin pornografía aleatoria en tu timeline, la plataforma se vive como una sesión de Tummo, la práctica tibetana en la que los monjes generan calor corporal mediante la respiración y el control mental, permitiéndoles sobrevivir semidesnudos en temperaturas bajo cero en el Himalaya. Y claro, algunos dirán que esto es algo positivo, que por fin hay un espacio digital sin «toxicidad»… mientras leen posts en twitter como invitados.

Bluesky es un experimento fallido en la búsqueda de un espacio digital perfecto. Querían un Twitter sin ruido, sin broncas, sin polémica… y terminaron creando una especie de purgatorio digital donde las interacciones son tan emocionantes como ver secarse la pintura. Mientras tanto, Twitter sigue siendo un infierno caótico, pero al menos es un infierno donde pasan cosas. Facebook está plagado de señores compartiendo noticias falsas, pero al menos hay movimiento. Instagram es una farsa de felicidad impostada, pero al menos entretiene. Bluesky, en cambio, es el eco del silencio donde todos los que entraron rememorando «el primer twitter» no saben como escaquearse.

Así que sí, ha pasado lo que nadie jamás pensaba que podría ocurrir, que se creara una red social más aburrida que LinkedIn. Y es que al menos en LinkedIn puedes encontrar a un «coach motivacional» contando cómo «fracasar es el primer paso hacia el éxito». En Bluesky, ni siquiera hay espacio para esa clase de desesperación. Solo silencio, bostezos y el vago recuerdo de que alguna vez las redes sociales fueron divertidas.

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24 Comentarios

  1. Si el autor no sabe (ni se preocupa por saber) el número de usuario de Bluesky, a saber cómo serán el resto de los datos.

    https://bcounter.nat.vg/?s=08

  2. No me lo puedo creer. Gracias por todo

  3. Laura Dern

    spit-take mañanero, qué risas

  4. Intentaron crear un espacio sin ruido, broncas y polémicas… y lo consiguieron. Ahora estamos ardidos porque irnos de Twitter supondría empezar de cero y por eso preferimos quedarnos en una red social llevada por un nazi con el algoritmo podrido y de ahí toda esta pataleta en formato de artículo.

    • De acuerdo! ademas vaya tonteria de articulo, si para el autor el aumento de los mensajes racistas, xenófobos et al que fue lo que nos alejó a muchos de twitter, es justamente lo que lo hace entretenido, pues nada que añadir su señoria..

      • Piledriver

        Si Bluesky fuera tan entretenido, este artículo estaría siendo carne de escarnio por allá. Pero por lo visto, ni siquiera ustedes han optado por ir a Bluesky a debatirlo. En otros países de habla hispana tuvimos hordas de personas diciendo que se iban para siempre, y ante la respuesta de «esto no es aeropuerto para que anden avisando su salida», aún estamos esperando que se vayan.

        Otros fuimos solo a ganar el @ que teníamos en twitter. Y ya.

        El caso es que parece que el supuesto nazi que regenta Twitter todavía tiene la ventaja, porque por mucho que declaren a los cuatro vientos que Bluesky es el cielo -nunca mejor dicho- en la web, parece ser un lugar donde vas al postureo por un rato y ya. Hasta Truth Social es más honesto en su objetivo.

  5. Las reacciones en Bluesky con casi 100 comentarios indignados (por ahora) son la monda:
    https://bsky.app/profile/jotdown.es/post/3lijeh5m3h22w

    • Aparte de que nadie está diciendo nada del otro mundo, tiene el mismo mérito que entrar en un foro de Apple a decir que los iPhone son malísimos, es un poco lamentable si lo piensas

      • Pero hasta en eso es bajo en cuanto a engagement.
        Miré recién y no habían más de 300 respuestas.

        Habrá quien dirá que es porque «los usuarios de Bluesky velan por su salud mental».
        Aunque bueno, si en algo concuerdo es que no es una alternativa más fracasada que Mastodon. Esa si que crasheó rápido y mal.

  6. Skill issue

    • Traducido (vale ya de usar palabras en inglés cuando no lo habláis): no saber utilizar la herramienta.

      En entornos técnicos de siempre se le ha dicho: «el problema está en la interfaz entre el asiento y la pantalla». Hasta sobre LinkedIn el artículo está equivocado, muestra de que lo abre de guindas a brevas.

      Añado: entrar y querer que de repente todo sea como la idea maravillosa de nuestra cabeza, esto no funciona así.

  7. Siento el término, pero menuda pazguatada indigna de Jotdown.

    Una columnilla totalmente subjetiva, sin la gracia que pretende adjudicar al contenido de X, y repetitiva en cada párrafo (cómo, ¿que LinkedIn es aburrida? No me diga, me deja usted helado).

    Lo más desolador del panfletillo es cómo no tiene mayor problema en pasar de puntillas por la obviedad de que X es un altavoz ultra dirigido por un nazi poco menos que confeso, que manipula sin escrúpulos ni miramientos a millones de personas para fomentar odio reaccionario. Pero oye, seguro que en ciertos grupos de snuff films pedófilos de 8chan se escriben chistes desternillantes y hay un ambiente chispeante, así que habrá que frecuentarlos, ¿eh Hipólito? Que no pare la fiesta, el tedio acecha.

    Personalmente, yo me inscribí a Twitter, y participaba en él, para aprender cosas interesantes y mantenerme informado directamente con fuentes primarias, participando cuando podía aportar más señal que ruido, o por qué no, una sonrisa. Lo que es seguro es que no estaba allí para leer sandeces regurgitadas o seguir el cotilleo lanzando memes como una foca de circo; mucho menos para que me entontezcan más de lo que obligan mis taras de serie. Será que soy un rancio, un empollón, mal bromista y peor persona… o será que el sr. Ledesma sólo busca más redes sociales para perder el tiempo, no sea que aprenda algo por el camino. Imagino que, por consistencia, en la vida real preferirá partirse la cara en tugurios mafiosillos de las Diez Mil Viviendas (ese flamenquito, esa vibrante tensión vital, eso sí) antes que afrontar una muerte por mil bostezos tomando algo en un bar agradable o, vade retro, en el tapeo de una conferencia. Al final, eso sería como pasar el finde en Linkedin, ¿se puede usted imaginar?

    • Ambituerto

      Comentario rancio, rancio. Quítese el batín y las pantuflas y salga a la calle a que le dé un poco el aire, señor mío.

  8. Oye, pues el artículo parece haber despertado a alguno en la red de la mariposa. Bien jugado.

  9. Ya nos lo explicó el agente Smith en 1999: «la primera Matrix fue diseñada para ser perfecfa y que todo el mundo fuese feliz. Y fracasó. Los humanos definen su mundo con la tristeza y el sufrimiento.»

    O algo así.

  10. Léase: nos toca volver a buscar usuarios, que pereza.

  11. jesuszapatero

    Ya salió el narcisista pedante en busca de sus 15′ de gloria… La moneda habitual en él.
    Qué divertido es ser el malote del grupo, verdad? pero piensa que lo pueden leer los que te quieren y los obligarás a tenerte que perdonar por las tonterías dichas.

  12. Me voy a Bluesky a seguir viendo cómo se seca la pintura, mi salud mental me lo agradecerá pero gracias de todas formas

  13. Durante el franquismo nos decían las viejas que le dejáramos la calle a los grises, a los sociales y a los guerrilleros de Cristo Rey… que nada se nos perdía en las calles llenitas de matones… qué sabias eran las viejas!!!

  14. Pingback: Bluesky: la red social que hace que LinkedIn parezca un monólogo de Ricky Gervais - Multiplode6.com

  15. Branko Milanovic decía hace una semana en su cuenta de X/Twitter que «I am now very optimistic about BlueSky. After my yesterday’s Substack, I got a few volley of insults on BlueSky. They are alive!». Y tiene toda la razón. En Bluesky todo el mundo parece estar dormido, es aburridísimo, no pasa nada, aquello es un balneario. Así que sí, estoy muy de acuerdo con el artículo, que me parece además muy divertido. Las iracundas respuestas, aquí y en Bluesky, son aún más divertidas porque no hacen más que dar la razón al autor.

    En cuanto a los muchos nazis de X/Twitter (que ciertamente los hay), la solución es muy sencilla: bloqueo inmediato. Nada de perder el tiempo y la paciencia conversando con ellos. Nunca se avendrán a evidencias ni a argumentos racionales. Yo tengo bloqueados a más de 200 nazis, bastantes de ellos sionistas, en mi cuenta de X/Twitter y reconozco que me gusta un montón hacerlo. Bloquear nazis es extremadamente divertido y alegra el día. Y lo mejor es que nunca se acaban: siempre hay más nazis para bloquear.

    Y X/Twitter es aún muy útil y allí puede aprenderse mucho. La cosa no va sólo de nazis o de memes de gatitos. Yo sigo básicamente a historiadores, politólogos y economistas, casi todos angloparlantes, y todo va muy bien, sin problemas. Castellanoparlantes sólo sigo a 2 cuentas, ambos españoles, guerraenlauni y jpurias. Y allí con ellos sí veo a un montón de nazis (alguno ha llegado a seguir al pobre guerraenlauni hasta Bluesky, pero no le he visto mucho; se habrá muerto de aburrimiento, supongo). Los memes de gatitos los he visto sobre todo en Bluesky, por cierto. En la opción Discover me salen continuamente, a pesar de que sigo a las mismas personas en Bluesky que en X/Twitter.

  16. ¿Cómo perder el tiempo mejor, con X/Twitter o con Bluesky? Polémica estúpida si las hay. Las redes sociales son el mayor timo que ha inventado el ser humano desde hace siglos. La mayor explotación moderna de la estupidez humana. Y una pérdida de tiempo colosal de la que los usuarios regulares se darán cuenta demasiado tarde. Con la cantidad de obras maestras de la literatura que hay que leer, de música (clásica sobre todo) que hay que escuchar, de obras de arte y grandes películas que hay que ver, ¿cómo se pueden perder varias horas a la semana discutiendo estérilmente con gente anónima de temas efímeros?

  17. Pingback: X, Bluesky e o enigma do aburrimento – Innoteca

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