
«Odio a los adolescentes. / Es fácil tenerles piedad», dice Pere Gimferrer en uno de sus poemas más célebres. Lo recuerdo mientras veo Búscate la vida. No sé muy bien por qué, pero pienso en esos versos. Y luego, me río. Río y río. Me descojono de todas las maneras posibles, y si no, me sale una sonrisa en la cara, o me salen dos, se me abre mucho la boca ante los miles de disparates y prodigios de la serie, o se me revuelven las tripas de asco. Pero asco del bueno, de ese que en el fondo hace que te frotes las manos.
Búscate la vida es un milagro. Una de las series más extrañas que he visto en mi vida. Y de las más divertidas. ¿De qué va? Cuenta las andanzas de Chris Peterson. Un señor calvo y gordo de treinta años, que vive con sus padres y que se dedica a repartir periódicos en bicicleta como si se hubiera quedado anclado en los doce años. ¿Otro friki más?, ¿o un protofriki, en este caso, de principios de los 90, cuando el término ni siquiera existía? Dicho así no tiene el menor interés. Ni tampoco gracia. Lo bueno es si llenas ese planteamiento de pasión por el absurdo, de un humor tan físico y exagerado como el del cine mudo o los dibujos animados antiguos, de brutalidad, de escatología, de esa crueldad y nihilismo feroz, aunque de andar por casa, que lleva al protagonista a morir en infinidad de episodios de mil maneras diferentes: le aplasta, por ejemplo y sin venir a cuento, una roca gigantesca, le disparan no sé cuántas veces, le apuñalan, se ahorca, le atropellan, explota, se desintegra o le arrancan la cabeza y se ponen a jugar al fútbol con ella en una de las escenas más salvajes y desternillantes de la historia de la televisión.
Chris Peterson es un idiota, un estúpido, un imbécil absoluto. Todo el mundo se lo dice en la serie, cualquier excusa es buena para ello. Pobre Chris, ¿empezaremos a sentir piedad por él? Tal vez. Habrá que verlo. No adelantemos acontecimientos. Lo importante ahora es señalar que detrás de ese patetismo de Chris hay otra monstruosidad mil veces peor: la del mundo que le rodea, un mundo siempre al borde del desastre, que oscila entre el apocalipsis y el ridículo, el mundo de los adultos, empezando por sus propios padres, dos jubilados que se pasan la vida en la cocina, sin hacer nada, siempre en bata. O Larry, su gran amigo, casado, padre de familia y con un trabajo, pero que detesta su vida y siempre hace todo lo posible por escapar de tanto sentido común y entregarse a la despreocupada estupidez de Chris. O Sharon, la mujer de Larry, esa oda a la misoginia: la hembra castradora y perversa, la archienemiga de Chris y con la cual él mantiene una relación ambigua, con un fondo de atracción oscura y primitiva, cargada de retorcidos componentes sexuales como se pone de manifiesto en ese capítulo en el que ella le convierte en su esclavo. Y Gus, por supuesto, siempre Gus, el expolicía zafio y corrupto, expulsado del cuerpo hace años por mearle borracho a su capitán. Chris se va a vivir con él en la segunda temporada y empieza entonces lo mejor.
«Si el mundo adulto es así, ¿quién quiere crecer?», debió preguntarse Chris a los doce años y decidió quedarse ahí. Lo malo es que esto no es Peter Pan y el tiempo siguió pasando. Su cuerpo envejeció y engordó, se le cayó el pelo. La adolescencia, o esa preadolescencia eterna, se convirtió entonces en un agujero, una trampa, una charca de agua estancada y apestosa. Bonito, ¿verdad? Supongo que es de ahí de donde le viene a Chris el nihilismo, su afán por morir, esa lucidez atroz, desesperada y sin el menor sentido. Visto así, habría que odiarle, como le odian todos y como Ginferrer odia a los adolescentes. Aunque solo sea por el temor a quedar atrapado en la charca como él. Pero a mí no me sale. Tampoco la piedad. Todo lo contrario: a mí lo que de verdad me gustaría sería meterme en un episodio, el del extraterrestre Vomitón, por ejemplo, una absoluta obra maestra, y pegarle a Chris una gran patada en su gordo culo. Vean la serie y quizá entiendan por qué. Pobre Chris, es lo que tiene, despierta siempre las mayores carcajadas y los peores instintos en los demás.
El episodio de Vomitón es redondo, pero Chris nunca me despertó malos instintos. Hay algo de Peterson en todos nosotros, en éso de creernos nuestras propias historias. Un Ignatius Reilly de los 90, y con música de R.E.M.
Serie de referencia, todavía tengo el VHS con todos lo capítulos grabados, aunque ya no tenga reproductor de VHS. Cuando escucho el tema de REM «Stand», automáticamente se vienen a mi mente los títulos de crédito. Qué maravilla,….. corre, corre como el viento Vomitón!!!.
justo ayer salió Vomitón en la radio: https://go.ivoox.com/rf/147075593
La vi en 2007 justo cuando yo tenía 30 años. Me enteré de ella porque en algún lugar leí un artículo sobre que esta serie de pasar sin pena ni gloria cuando la transmitireon pasó a ser de culto. Tambien mencionaban que uno de los escritores de la serie , pasó a ser parte de los escritores de Los Simpsons. En esos años estaba yo sin trabajo y justp empecé a trabajar en un diario por esta razón de alguna manera me sentí identificado con el pobre Chris. Por último mencionaré que soy de México y la encontré en algún sitio de streaming pirata de aquellos años. Estaba doblada al español de España. A la mayoría de mexicanos nos cuesta trabajo ver series dobladas al español ibérico, pero juro por Dios que con esta serie creo que le quedaban muy bien el doblaje y gracias a ella aprendí muchos modismos españoles. La amé.
Visita de otro Mundo Impacta en la Tierra….ocho nabos
Fue toda una adelantada a su tiempo.Por cierto es una vergüenza que para poder verla tengas que buscar y buscar por internet para encontrar,como mucho,algunos episodios y de mala calidad de imagen.Es increíble que esto pase en la era de las plataformas digitales.
el presidente de Europa!
Aunque suene a algo que decimos mucho: una serie que hoy no podría hacerse… Con el tiempo me he dado cuenta que el personaje principal me recordaba al niño de las vieñtas Calvin and Hobbes convertido en un adulto que sigue sin entender el mundo que le rodea.
Saludos
Siempre soñé con subirme a un tejado y lanzar huevos a una anciana de manera cruel y despiadada mientras me regocijaba durante un acto tan cruel y despreciable…corre como el viento Vomiton.
Vomiton siempre tendrá un sitio en mi corazón
Está en Youtube enterita.