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Hipótesis de la defensa Pirc

Hipótesis de la defensa Pirc
Partida de ajedrez, de Sofonisba Anguissola (1555)

La defensa Pirc es la preferida de mi repertorio de aperturas. Intento jugarla siempre que me dejan las blancas, es decir, si comienzan agresivamente avanzando su peón de dama. Si lo hacen con el de rey, opto por la siciliana y doy guerra, pero si por cualquier razón mi oponente no empieza atacando de frente, se lo agradezco mucho y adelanto mi caballo de rey hacia el centro antes de quebrar mi línea inicial de peones, confiando en que su siguiente movimiento me permita continuar con esta apertura semicerrada. 

No sé lo suficiente de ajedrez —no he estudiado lo bastante— como para poder demostrar una hipótesis que inventé de niño: que hay una manera de, al menos, hacer tablas siguiendo esta apertura. La verificación de esta hipótesis me haría muy feliz, puesto que, siendo el ajedrez un modelo de la vida humana, demostraría que es posible vencer sin atacar, solo defendiéndose con inteligencia. Porque la defensa Pirc no deja de ser para mí el epítome del «vive y deja vivir», esa filosofía que me resulta tan grata pero que he tenido tan pocas ocasiones de practicar, porque es que hay gente muy tonta que no sabe estarse quieta. Es pacífica, y por eso la adoro.

No hay que confundir que la defensa sea serena con que no sea eficaz, o con que sea suicida. Es una defensa ensimismada, de revolverse sobre sí misma en su campo, pero que ante el primer ataque obliga a desplegar toda una batería de movimientos que, bien hechos, llevan a unas tablas o —si el otro se equivoca lo suficiente— a la victoria. Tras el primer ataque no provocado de las blancas se abren líneas muy atrevidas, violentas y dinámicas, pero es una defensa que permite no lanzar la primera piedra en un juego que es pura guerra, lo cual creo que es más que suficiente como para tenerle cierta simpatía. 

La defensa Pirc (ECO B07-B09 en la sistemática de la Enciclopedia de aperturas de ajedrez, la ECO) ha sido muy estudiada, naturalmente. Se la consideraba pasiva, por aquello de ceder el centro, anatema de los principios tradicionales de las aperturas. Pero la escuela hipermoderna, con su idea de no ir a lo loco a por el centro, sino dejárselo a las blancas para luego tomarlo, la ha revitalizado. Se parece a la india de rey, y de hecho durante mucho tiempo, de niño, pensé que era la que estaba jugando (de hecho, se puede trasponer), pero es aún menos agresiva. 

El análisis de las bases de datos de aperturas indica que se ha venido usando de manera consistente en la historia moderna del ajedrez. Su uso en torneos recientes es habitual. Carlsen ganó Niemann con ella, y Anand a Beliavsky. No es, sin embargo, el arma preferida hoy en día para defenderse del ansia de las blancas por dominar el centro y desde allí el tablero. Pero esto no deja de ser una moda, que viene y va. Hay aperturas que se han demostrado poco eficaces, y que por tanto apenas se usan, pero no es el caso de la Pirc. No ha caído en desgracia, como la Grob, avanzar dos casillas el peón de caballo de rey, con la que solo puedes ganar si a tu oponente le da una apoplejía al verte perder tontamente un movimiento y se olvida de aprovechar el hueco que has creado. 

En varias líneas hay fianchetto, el del alfil de rey (por eso se llama así a la apertura) que domina la diagonal principal del tablero. Esto me remite al álgebra de matrices, esa gloria de las matemáticas del siglo XX y una parte sustancial de la mecánica cuántica y del modelo de física de partículas. Que el ajedrez pueda estar relacionado con el concepto de diagonalizar una matriz, con los autovalores y con los grupos ortogononal y ortogonal especial es un hallazgo.

Pero las ciencias empíricas son lo que son porque permiten validar las hipótesis. He intentado contrastar la mía por el método de la fuerza bruta, jugando contra la máquina. He llegado a vencer a un nivel ELO 2000 con esta estrategia, pero siendo un aficionado y siendo mis intereses tan variados, no he podido llegar más lejos. Quizá otros más entregados se puedan aprovechar de la idea. A mí, nada me hubiera gustado más que poderle dedicar un par de años completos de estudio al ajedrez, pero nunca he encontrado el momento. Siempre me han tomado otras ocupaciones. Pero me he divertido mucho poder practicar esta defensa al mando del equipo débil, el que no lleva la iniciativa y que solo puede limitarse a reaccionar a las acciones de las blancas. 

Hay que reconocer que el ataque de los profesionales con blancas contra esta defensa suele ser satisfactorio, y que es jugando contra aficionados cuando adquiere su mayor valor, puesto que es habitual que estos pierdan pronto la paciencia y se lancen a la menor oportunidad contra el muro de orfebrería, contra esa maquinaria precisa que arman las negras. Si las negras no se atolondran —porque además de ser la apertura pacífica es también la de la paciencia— tienen muchas posibilidades de aprovecharse de los errores del otro campo y ganar.  

De confirmarse mi hipótesis se elevaría al panteón de la inteligencia excelsa a los que inventaron este maravilloso juego. Que la llave para no perder al ajedrez fuera dedicarte a tus cosas, que ese meterte en tus asuntos te protegiera contra cualquier ataque, dejando el centro a los que buscan protagonismo, y que pudieras vencer al tiempo con una estrategia de evitar la confrontación y buscar la paz; eso sería una bella culminación de siglos de análisis técnicos y de horas y horas de cálculos informáticos. Quizá a eso se refiriera la famosa jugada del alfil, ese movimiento que «no conoce la muerte» con la que el caballero en tiempo de descuento de El séptimo sello de Bergman pensaba que podría vencer a su destino. De demostrarse algún día mi hipótesis Borges sonreiría, satisfecho. 

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9 Comentarios

  1. Eva Pastor

    Espléndido. Una bonita pirueta intelectual, y toda una ética para empezar bien la semana. Gracias.

  2. Yo diría que el autor confunde el nombre de su defensa preferida. Hasta donde sé, la Pirc es 1.e4, d6.
    Tampoco entiendo mucho eso de empezar agresivamente con el peón de dama. En general, lleva a posiciones de corte más estratégico y menos táctico que con peón de rey.

    • Francisco J. Tapiador

      Hola, David. Gracias por tu comentario.

      No, no es una confusión. La Pirc en todas las variantes de la ECO (del B07 al B09) es 1. e4 d6, sí, pero se sigue, invariablemente, en todas las líneas, con 2. d4, es decir, adelantar el peón de reina al principio, como digo en el artículo. De hecho hay jugadores que la trasponen, y empiezan con 1.d4, y ante 1. … d6, juegan 2.e4. Lo que comentaba es que si me empiezan por 1.e4, juego una Siciliana, y si es 1.d4 d6, 2. e6, una Pirc (si me dejan, moviendo en la tercera jugada el caballo). Sólo puedes jugar la Pirc con alguna eficacia si adelantan el peón de dama, ya sea en la primera jugada o en la segunda. Avanzar mi peón de rey es una jugada posterior. En todo caso, como digo, en esto soy un mero aficionado.

      Hay jugadores que sí, que empiezan agresivamente con peón de dama. Es que hay gente que enseguida quiere tomar el centro, aprovechando que por azar empiezan antes la partida, para intentar dominar el cotarro. Les puede el ansia y, aunque lleven la ventaja de la iniciativa, a veces cometen errores fatales en el desarrollo.

      • Gracias por las explicaciones, aunque estén cogidas con alfileres. La parte ajedrecistíca del artículo no es muy sólida.

        • Es por eso que todos hemos apreciado tu vasto conocimiento y que nos hayas instruido en tan solo 5 líneas: solo se me ocurre calificarte de genio!!

  3. Coincido con Eva. No sé de ajedrez pero ojalá más defensa sin ofensa y sin protagonismo.

  4. E.Roberto

    Es un juego apasionante, lo he practicado, y al perder siempre he comenzado a tenerle ojeriza, entonces, como revancha ingenua y en pos de la dignidad del proletariado, juego contra mi mismo, pero sin la peonada. Es imposible llegar a algo concreto en tal modo, serán siempre necesarios los que van al muere primero. Una guerra entre aristocráticos casi siempre termina en empate. Espero que entienda mi ironía. Es un juego fantástico, que no ha cambiado o modernizado su estructura lúdica durante milenios, y espero que continue así. Como decía el Tano del Eternaunta, lo viejo sirve todavía. Excelente artículo, que no solo reflexiona sobre las estrategias, sino que toca temas que nos conciernen. Lo mejor para usted.

  5. «El ajedrez es un océano en el que un mosquito puede beber y un elefante ahogarse».

    (Proverbio hindú).

  6. Buena reflexión, para partidas Blitz y bullet es mi defensa favorita, quizás porque al no ser una defensa muy usada, obliga al rival a pensar un poco en la apertura, y esos pueden ser segundos decisivos al final, al menos a mí nivel de aficionado, claro, los maestros te la juegan al toque sin problema.

    Te recomiendo una serie de videos de «franjedrez», en YouTube, que la analiza a la perfección sin llegar a profundizar demasiado, ideales para coger las ideas generales sin tener que memorizar mucho.

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