El modelo territorial de España quedó apenas dibujado y nunca completado en la Constitución de 1978. Este hecho, explicable en su momento porque las prioridades eran otras, ha contribuido con el tiempo a renovadas tensiones territoriales graves, principalmente en Cataluña y en el País Vasco. El propio texto constitucional ofrece en su mismo seno una vía potencial de arreglo.
La clave de bóveda del modelo, el artículo segundo constitucional, nunca fue plenamente desarrollado ni en la propia Constitución ni por la vía legal. La Constitución establece en ese artículo una diferencia capital entre los territorios de España, llamando a algunos nacionalidades y a otros regiones. Nunca más en todo el texto constitucional se vuelve a hacer referencia alguna a esta diferencia.
Aquí se propone completar lo que apenas quedó esbozado en la Constitución a través de una ley de desarrollo del artículo segundo constitucional. El objetivo: dar continuidad constitucional y estabilidad territorial al país por otros cincuenta años. En otras palabras, insuflar vitalidad y vigencia a la Constitución del 78, que se convertirá en menos de un año y medio, en marzo de 2026, en la norma fundamental más longeva de la historia de España.
La España moderna ha resuelto o encauzado casi todos sus problemas históricos. Pero la elusiva cuestión territorial sigue tan viva y vigente como nunca.
La cuestión agraria, que hoy llamaríamos el problema de la extrema pobreza y desigualdad; la cuestión militar, es decir, la continúa intromisión del ejército en política a través de golpes, asonadas e insurrecciones; la cuestión religiosa, esto es, el monopolio educativo de la Iglesia católica y su abusivo poder en lo político y económico; el decimonónico debate entre liberales y conservadores sobre democracia y autoritarismo, que se ha saldado en términos históricos a favor de los primeros; todos estos problemas, fuente de inestabilidades y enfrentamientos civiles, han encontrado cauce de resolución en el último medio siglo.
La Constitución de 1978 emanada de la transición democrática tras la muerte del dictador Franco dejó, sin embargo, sin dar respuesta clara y cierta, de algún modo definitiva, al problema del encaje de las distintas naciones culturales que conviven dentro de una España unida. Un problema que ha acuciado a España, recurrentemente, desde la consumación de la unidad política del país a principios del siglo XVI hasta hoy día.
España, por su propia constitución histórica, es un país diverso y plural, formado por una multiplicidad de pueblos distintos que encontraron con el devenir del tiempo un destino común de convivencia. La idea de España como unidad histórica, geográfica y cultural surge en un principio en el periodo romano-visigodo, como un ámbito puramente identificado con la península ibérica, la fe católica, la lengua y cultura latinas y la corona como símbolo de unidad. Los hispanos de la Hispania romana ya pronunciaban España —así, abriendo la i en e y haciendo sonar ni ante vocal como ñ—hacia el año 300 d. C.
La brecha histórica de ese pasado que supone la invasión musulmana de árabes y beréberes a partir del siglo VIII alienta entre los grupos remanentes cristianos una recuperación de su España, una España que aún recordaban, y añoraban. Los reyes asturianos, navarros y aragoneses se consideraban a sí mismos Rex Hispaniarum, reyes de las Españas, no solo de sus propios reinos astur, navarro o aragonés.
La unidad de los diferentes pueblos cristianos por reconstruir esa España católica, latina y occidental, que en última instancia debía estar gobernada por un solo rey, una única corona para todos, empieza a cristalizar a comienzos del siglo XIII. Incipiente unidad de ideas, unidad de objetivos y unidad militar: «Amigos, todos nos somos espannoles», arengaba Alfonso VIII de Castilla a las tropas aragonesas, asturianas, gallegas y portuguesas la víspera de la decisiva batalla de Navas de Tolosa contra los moros. Es significativo que el gentilicio «español» empezara a generalizarse por esta época, un término de origen provenzal acuñado por extranjeros para referirse a todos los pueblos cristianos de la península que ya eran vistos desde fuera como parte de un mismo pueblo. Los cristianos van dejando de lado sus diferencias para combatir al otro y converger en la unidad. Un proceso sucesivo de incorporación de condados y reinos–lento, gradual, complejo, que llegará hasta la unión en la persona de Carlos V de las coronas de Castilla y Aragón.
Esa convergente pluralidad de identidades ha formado parte sustancial del proceso de formación nacional de España. Pueblos tan diversos y alejados como el catalán y el aragonés en el noreste, los vascos, astures y cántabros en el flanco norte; los gallegos y portugueses en la vertiente atlántica; los pueblos castellanos y novocastellanos, fruto de la repoblación de la península tras la expulsión de los musulmanes en el centro y sur.
Una pluralidad, por cierto, que no se trasladó ni a México ni al resto de la América española. Fue la Corona de Castilla, y solo Castilla, quien lideró la conquista y evangelización del Nuevo Mundo, con una intervención muy tardía y marginal de los otros pueblos de España. Este hecho, junto con el diezmado y la postración histórica de los pueblos indígenas americanos, explica la paradoja de que España sufra y haya sufrido tensiones nacionales centrífugas que Hispanoamérica desconoce.
Estas tensiones se han hecho especialmente tangibles en épocas de crisis. En 1640, con el imperio español agonizante en Europa, los catalanes y los portugueses, pueblos marinos de comerciantes alejados del recio espíritu castellano del interior, buscaron la independencia. Solo Portugal la obtuvo. En 1700, con el reino sin rey, los catalanes lo intentaron de nuevo. Fracasaron, y con el advenimiento de la dinastía de los Borbones, perdieron su parlamento y sus instituciones propias heredadas de la Edad Media. Los antiguos condados y reinos españoles, reducidos a regiones por el cetro centralizador, pero también modernizador y reformista, de los Borbones. El proceso de formación nacional se cierra y culmina a principios del siglo XIX con la invasión francesa de España y la Constitución de 1812, que consagra a la nación española —de aquel y este lado del Atlántico— como sujeto político de soberanía en sustitución de la Corona.
Pero el siglo XIX también insufló nueva vida a los impulsos separatistas. Los catalanes y los vascos desarrollaron sus propios movimientos nacionalistas. La crisis de 1898, cuando España perdió sus últimas posesiones coloniales, los alimentó de razones. Para principios del siglo XX, España aprobaba para Cataluña un bosquejo de autonomía. Con la llegada de la Segunda República en 1931, el proceso se intensificó. Cataluña obtuvo un nuevo Estatuto de Autonomía, más completo y profundo, en 1934. Los vascos tuvieron el suyo propio en 1936, con la sublevación de Franco y los militares ya en curso. Los gallegos votaron a su vez el suyo en plebiscito también ese año, aunque nunca llegó a aprobarse en las Cortes. La guerra civil y la postrera victoria de Franco, justificada según los sublevados para salvar la unidad de España, enterró el proceso autonomista.
Muerto Franco en 1975, por primera vez en la historia de España, la izquierda y la derecha llegaron a un consenso para pactar una constitución común en 1978. España restauró una democracia liberal y unas libertades que, con todas sus imperfecciones, ha dado al país los cincuenta años más estables y productivos de toda su historia moderna. En este periodo, la renta per cápita y el promedio de años formativos entre la población se duplicaron. El abandono escolar cayó a mínimos históricos. Se construyeron miles de kilómetros de carreteras y vías férreas de alta velocidad. Se devolvió la autonomía política a Cataluña y el País Vasco y se crearon otras quince comunidades autónomas.
Tras unos primeros años promisorios, la cuestión territorial volvió a resurgir con fuerza recientemente. Tras la crisis financiera de 2010 que puso a España al borde de la bancarrota, un renovado movimiento independentista catalán ganó la mayoría en el parlamento catalán. En octubre de 2017, el parlamento catalán declaró unilateralmente la independencia de Cataluña, con forma de república, tras haber aprobado una serie de leyes habilitadoras. En un gesto de conciencia histórica indisimulada, los independentistas emularon al presidente Companys, cuando proclamó en 1934 «el Estado catalán en la República Federal Española». La intentona de 2017 no terminó de manera muy distinta que la declaración de Companys, abortada en horas. La autonomía catalana fue suspendida y los líderes independentistas fueron detenidos.
Desde entonces el hecho social y político del independentismo catalán, apoyado en su pico por dos millones de catalanes, ha ido disminuyendo pero no ha desaparecido. El Gobierno de centro-izquierda del presidente Pedro Sánchez, que llegó al poder en junio de 2018, tiene una precaria mayoría en el parlamento español y depende de ellos para gobernar. En mayo, el gobierno y sus aliados aprobaron una amnistía para todos aquellos que participaron en la intentona independentista. El Gobierno negocia también un mecanismo especial de financiación para Cataluña.
En paralelo, las fuerzas nacionalistas o independentistas suman casi el 75 % del parlamento vasco en el País Vasco. En Galicia, el partido independentista gallego tiene un 31 % de apoyo, su pico histórico.
Los independentistas catalanes, vascos y gallegos no ocultan sus planes. Al otro lado, en el escritorio del Gobierno español, no hay una propuesta alternativa. En este toma y daca, se echa en falta una propuesta coherente e integral que reforme y complete de una vez por todas el modelo territorial español.
Algunos han propuesto intentar una reforma constitucional en el sentido federal. Aunque idealmente pudiera ser deseable, es una vía políticamente imposible en la España actual. Las mayorías reforzadas que se requieren en dos legislaturas consecutivas desalinean los incentivos de un acuerdo. Las fracasadas experiencias históricas de los dos periodos federales en España, además, dividen en exceso a los diferentes actores políticos. Y una reforma de este tipo representaría un gran riesgo para el futuro del país, probablemente irreversible, en el caso de que no funcionara.
La reforma del estatuto autonómico en territorios en conflicto, como Cataluña, es una vía agotada política y jurídicamente, y difícilmente convencería ya a los nacionalistas. Además tampoco resolvería conflictos latentes en otros territorios, como el País Vasco.
En cambio, la propuesta aquí planteada no hace sino desarrollar la Constitución española. Nadie tendrá argumentos reales para acusar al Gobierno de radicalismo o de atacar la Constitución.
Se requiere aprobar una ley, que ni siquiera es orgánica, es decir, se necesitan en el Congreso de los Diputados más síes que noes —una votación razonablemente al alcance del Gobierno de Sánchez.
Y se trataría de una propuesta inicial, «de saque», que puede sufrir modificaciones durante la negociación. Vincularía políticamente pero no jurídicamente hasta que no haya nada aprobado. El Gobierno ganaría credibilidad y tiempo, dos de sus necesidades más acuciantes.
El artículo segundo de la Constitución de 1978 tiene tres conceptos esenciales: primero, la indisoluble e indivisible unidad de la nación; segundo, el derecho a la autonomía de nacionalidades y regiones; tercero, la solidaridad entre todos.
La ley se encargaría de desarrollar estos tres puntos, sirviendo de ley marco en torno a la cual giraría todo el modelo territorial de España. La legislación existente debería ser modificada o derogada en consecuencia.
En cuanto al primer concepto, la propuesta puede desarrollar el papel de las Fuerzas Armadas y de las distintas fuerzas policiales del país en la defensa de la unidad nacional y las consecuencias políticas —nunca plenamente desarrolladas en el artículo 155 constitucional— de atacar la unidad nacional.
Este concepto podría atraer a la negociación singularmente al centro-derecha español sin necesariamente enajenar el apoyo de los nacionalistas si el equilibrio es atractivo.
En cuanto al segundo, se propone establecer tres únicas nacionalidades, Cataluña, el País Vasco y Galicia, y catorce regiones a efectos del artículo segundo constitucional. La división territorial y administrativa en municipios, provincias y diecisiete comunidades autónomas no cambiaría. El régimen insular y el régimen foral navarro tampoco se modificarían.
El término constitucional de nacionalidad es un eufemismo de nación cultural, nación sin soberanía ni Estado, como dejan bien claro los debates de la legislatura constituyente. Fue una fórmula de compromiso entre la izquierda y los nacionalistas y la derecha y el ejército, para quienes consagrar una sola nación, la nación española, era el precio del pacto.
Se propondría que las nacionalidades tengan competencias diferentes y un trato diferente a las regiones. La ley lo desarrollaría en detalle. No se trata de privilegios, como prohíbe el artículo 138, sino de hacer efectiva la diferencia de territorios que la propia Constitución establece. Diferentes, pero iguales. La diferencia se establece en quién hace qué —en las nacionalidades, el gobierno de la nacionalidad asume ciertas competencias que en el caso de las regiones son asumidas por el Gobierno— no en derechos, libertades y acceso a servicios. Por la vía del artículo 150, se podrán aprobar las transferencias necesarias vía leyes orgánicas.
A lo largo de la negociación, y fruto de la discusión, se podrían acordar las competencias concretas y el trato de las nacionalidades con el Gobierno de la nación.
Por ejemplo, las nacionalidades podrían encargarse de gestionar y recaudar todos los impuestos en sus territorios —generalizando a las tres el concierto económico vasco—; podrían controlar con sus propias autoridades aduanas y controles migratorios, la zona económica exclusiva, y los aeropuertos y puertos; abrir consulados culturales en el extranjero para promover sus lenguas y culturas; asumir legislación menor que no afecte derechos fundamentales y libertades públicas etc. Las regiones mantendrán las actuales competencias.
En cuanto al trato, a manera de ejemplo, las tres nacionalidades podrían conferenciar una vez al semestre con el Gobierno, mientras que las regiones y el Gobierno se podrían reunir por separado, sin excluir una reunión periódica de todos. Se podrían incluir algunos otros simbolismos que seduzcan a los nacionalistas.
Se argumentará que solo estos tres territorios deben ser considerados nacionalidades a efectos del artículo segundo constitucional.
Primero, son los únicos que plebiscitaron afirmativamente estatutos de autonomía en la primera mitad del siglo XX, como la propia Constitución recuerda en la disposición transitoria segunda. Segundo, son los tres territorios en donde primero se establecieron lenguas cooficiales en el actual periodo democrático. Y tercero, tienen una configuración sociológica diferente. Son los territorios, a excepción de Navarra que tiene su propio régimen foral, donde la identidad binacional tiene más arraigo y donde los partidos nacionalistas tienen mayor apoyo popular.
La inclusión de Galicia puede ser dudosa, teniendo en cuenta que la derecha española es hegemónica allí. Pero podría ser recomendable su inclusión para atraer al acuerdo al centro-derecha, pudiendo o no estar en el acuerdo final.
En cuanto al tercer concepto, la ley podría establecer el marco general de las capacidades efectivas del Gobierno para redistribuir la renta de los territorios más ricos a los más pobres, independientemente de su calificación como nacionalidad o región. La ley recogerá y refundirá los elementos esenciales de la actual financiación autonómica y desarrollará el uso del Fondo de Compensación entre territorios del artículo 158 constitucional.
En definitiva, se busca un acuerdo territorial de desarrollo constitucional que refleje la realidad histórica de España. El motto de la propuesta, si hubiera que resumirlo en pocas palabras, sería: «Diferentes pero iguales». O E Pluribus Unum, el adagio latino de inspiración federalista, «de muchos, uno».
El plan no está exento de riesgos. Una parte significativa de los españoles podría considerar la propuesta antiespañola. La derecha española podría no apoyar el acuerdo, y quedar potencialmente fuera del consenso.
Algunos líderes territoriales podrían oponerse fuertemente a que se desarrolle la diferencia entre nacionalidades y regiones. Y el Tribunal Constitucional podría declarar inconstitucional la ley, una vez aprobada.
Pero es la mejor alternativa viable. El mero hecho de que el Gobierno español pusiera sobre la mesa una propuesta territorial de fondo, que sería la más ambiciosa y valiente de todo el período democrático, cambiaría radicalmente la situación política del país.
El Gobierno de Sánchez ganaría la iniciativa política, colocando a sus rivales —nacionalistas y derecha— a la defensiva, obligados a sentarse a la mesa o explicar su negativa, y ganaría credibilidad política su estrategia de perdón judicial. ¿Perdón para qué? Para completar el modelo territorial. Se trata de cerrar la vía judicial para poder abrir en serio la vía política.
Una amnistía como la que se aprobó en beneficio de los independentistas catalanes sin ir acompañada de un proyecto político territorial genera comprensiblemente suspicacias en una gran parte del electorado. Si se extingue la responsabilidad penal para ganar un bien colectivo mayor, esto es, la reconciliación y la estabilidad territorial, es necesario que el Gobierno proponga un proyecto de país, si quiere ser creíble.
España se encuentra en una nueva encrucijada histórica. ¿Logrará encauzar un problema que el país lleva arrastrando como una pesada carga desde hace siglos? No es momento de inmovilismo sino de audacia. No es momento de repetir viejas consignas sino de crear nuevas soluciones. La cuestión territorial de España es un problema tan viejo como el país mismo que requiere para resolverse de una ambición nueva.
Bibliografía
Sobre el nombre y el quién de los españoles, Américo Castro, 1959.
España inteligible, Julián Marias, 1985.
La realidad histórica de España, Américo Castro, 1966.
Estudios de toponimia y lexicografía románicas, Paul Aebischer.
Diferentes pero iguales no hace iguales a todos, hace diferentes a los de siempre en contra del resto. Y se vuelve a lo de siempre un catalán será mejor y con mejores servicios que un extremeño, por ejemplo. Además haría falta una grandeza de la clase política como los del 78 y son infinitamente peores.
Amigo, pues llevas años callando, porque los vascos y los navarro tienen un concierto que les hado las mejores notas en paro, PIB y riqueza (han gestionado bien, es cierto)
O sea que deja a los catalanes en paz
La injusticia del cupo vasco ha sido denunciada por gente de toda España, incluso por la propia unión europea, porque hacen competencia desleal a Francia, con su sistema fiscal privilegiado.
Sería de agradecer que los catalanes apoyaseis lo que es justo, que todas las regiones tengan las mismas obligaciones y contribuyan al bien común, en vez de intentar apuntaros al latrocinio.
Ibas bien hasta que has usado la sempiterna comparación ‘catalanes vs otras comunidades’ que delata a los que piensan como tú. ¿Por qué nunca un vasco, por ejemplo -con toda mi simpatía, admiración y respeto al pueblo euskaldún-? Están igual o mejor que los catalanes, también hablan ‘raro’ y son mucho más nacionalistas que los catalanes, pero claro, no son catalanes.
Se os ve el plumero a la legua.
No prospera y crea desigualdades. El marco actual debe ser reformado, evidentemente, tanto territorialmente como modificando la propia constitución. Por un lado, favoreciendo la creación de una Comunidad Autónoma uniprovincial de León, mientras que el resto de lo que hoy es Castilla y León pase a llamarse «Castilla-Vaccea». Con esto se arregla un problema. Lo de nacionalidades debe ser aplicado a todas excepto la Comunidad de Madrid, un sucedáneo de Castilla. Por tanto el texto constitucional debe definir: España está formada por 16 nacionalidades, una región y dos ciudades autónomas. Otro tema es el régimen foral navarro y el concierto vasco, los cuales deben ser fundidos en uno sólo con aplicación para ambas nacionalidades. En cuanto a Ceuta, Melilla y Canarias deben tener por su lógica posición también un «Concierto Unificado para regiones periféricas», que podría aplicarse a Puerto Rico en caso de una posible reunificación.
Discrepo en lo de 16 nacionalidades.
Santander y Logroño son dos provincias claramente castellanas que debieran reintegrarse en Castilla.
Álava y Vizcaya han sido históricamente castellanas, también deberían volver a Castilla. Y Guipúzcoa a Navarra.
Madrid claramente debe volver a Castilla.
Santander y Logroño son localidades y municipios, no provincias. Respete, y vuelva al siglo XXI.
Eso, que vuelvan los vascos al presente y dejen ya el siglo XIX.
Es que Cantabria es un nombre no voy a decir inventado, pero cuya vigencia histórica es muy remota. La provincia de Santander se formó uniendo varias comarcas, cómo las Asturias de Santillana, la Trasmiera o La Montaña. Esos son los nombres históricos de «Cantabria» . Usar un nombre prerromano que no tuvo continuidad histórica es como si se creasen autonomías llamadas Carpetania o Vettonia…. Una ensoñación histórica sin fundamento….
Ayer fue ayer y hoy es hoy, pese a que la historia pueda decir que Cantabria es castellana o La Rioja, hoy no va, porque la mayoría de sus habitantes no quieren pertenecer a Castilla. En el escudo de España aparecen los grandes reinos, pero se olvidan muchos otros que fueron absorbidos por éstos. De ahí que atendiendo a realidades actuales y no medievales, hay 16 nacionalidades y 1 región (Madrid), y digo Madrid porque es la única que probablemente votaría unirse a Castilla-La Mancha. Olvide usted todo lo demás, porque es meramente ya historia y política pancastellanista.
Que bonita la nacionalidad cántabra. Ya no digamos la castellano-manchega. O cualquiera de las otras. Por no mencionar la leonesa oprimida por el centralismo castellano. O profundizando en ella, la berciana, aún más oprimida por la oprimida.
Poco nos pasa…
Disculpe? El Bierzo oprimido por quién y en qué exactamente? Ilústrenos por favor. Llevo viviendo 42 años en los Ancares y no me había enterado. Se lo contaré a los vecinos en la próxima junta
Eso es lo que dicen algunos allí. Plañideras que proliferan en este país, por donde quiera que vayas…
Pero habrá que tener un poco de coherencia histórica, no?
Si los españoles de hoy decidieran que quieren ser germánicos en vez de latinos… Sería falso por mucho que quieran, la historia es la que es y no va a cambiar….
Lo mismo para dos provincias históricamente castellanas… Se pongan como se pongan y lo disfracen como lo disfracen siguen siendo Castilla….
Uno de los problemas del régimen actual, es que se ha dado legitimidad a una serie de ensoñaciones históricas… Cuando en el d.XXI deberíamos hablar de ciudadanos iguales ante la ley…
Las nacionalidades de España están representadas claramente en su escudo.
Corresponden con los reinos de León, Castilla, Aragón, Navarra y Granada.
Llamar nacionalidades históricas solamente a Cataluña y País Vasco es una falsedad y una injusticia histórica. Falsedad además con el fin de justificar privilegios para esas dos regiones a costa del resto.
Territorios con una historia propia y un papel clave en la historia de España como Asturias, León o Castilla se verían reducidos al nivel inferior de regiones.
Porque no nos engañemos, nadie quiere diferenciarse y separarse para estar peor. El objetivo de la diferenciación es tener privilegios y prebendas que les permitan competir con ventaja. Por ejemplo, si la inmigración les molesta, cerrar la puerta y que las regiones tengan que comerse el marrón que las nacionalidades no quieren asumir.
Si realmente queremos una España federal, que sea para todos. Y que respete la historia y los derechos de todos los reinos y nacionalidades de España.
Y también, sería bonito que esas regiones y nacionalidades que no hacen más que pedir y querer diferenciarse tendieran la mano para integrar fraternalmente todos los pueblos de España. Pero parece que no están por la labor…
Andalucía también. Las columnas de Hércules.. qué raro que aquí el artículo y comentarios ignoren a la nación histórica, como indica su estatuto de autonomía, que es ni más ni menos donde mas españoles habitan: Andalucía. SIEMPRE IGNORADA.
Si por nacionalidades, el autor de este artículo dice que son las que plebiscitaton sus Estatutos de Autonomía, se olvida de dos cuestiones.
El mismo día de la sublevación del 36 se iba a debatir el las Cortes la celebración del referéndum en las provincias andaluzas.
Y la única Autonomía que su Estatuto fue plebiscitado en la Constitución de 1978 fue el de Andalucía. De hecho consta en su Preámbulo y articulado Andalucía como Nacionalidad Histórica.
Siempre se ha querido degradar a esta Comunidad por parte de las élites nacionalistas centrífugas, ya que ejerce un contrapeso fundamental en la articulación territorial del Estado.
Ruego al autor que rectifique el contenido del artículo por inexacto en lo que he expuesto.
Un saludo
Es que la cuestión es buscar justificaciones para dar privilegios a Cataluña y el País Vasco.
Porque eso sí que es histórico, los privilegios que ambas han tenido, sobre todo el País Vasco…. A este último se le llamaban las provincias exentas, porque no contribuían a la hacienda común, ni tenían que aportar fondos para las guerras, ni tenían la obligación del servicio militar ni de reclutar tropas. Así cualquiera se desarrolla, sin pagar impuestos, sin perder tiempo en servicios militares que duraban años, sin perder hombres que morían en guerras…
No se de donde sacas esas conclusiones tan contundentes. Exclusión del servicio militar?..
Aquí todo pichi cumplió ( yo 18 meses y varios amigos míos en la Policía Territorial en el Sáhara). No pagar impuestos?.
…aquí (escribo desde Guipúzcoa) se paga tanto o más que en el resto de las comunidades de este santo y paciente país, y el gobierno de la nación, a través de su hacienda, se lleva la parte que le corresponde, que no es poca,de acuerdo con el concierto económico y cupo negociado por los fos gobiernos (Español y el Vasco), veo que generalmente hay mucha maledicencia con respecto a esto último, no se si por ignorancia o ganas de remover el estiércol, por decirlo de una manera fina
Aquí,el ciudadano de a pie cumple como el resto del país y lo demás son milongas que algunos, no se con que intenciones, nos quieren vender para confundir y liarla.
…a río revuelto, ganancia de pescadores..
Un saludo.
Se ve que no conoces tu historia, o bien que la ocultas.
Hasta el s.XIX las provincias vascongadas no aportaban hombres al ejército ni al servicio militar cuando se instauró.
https://www.nuevatribuna.es/articulo/historia/provincias-exentas-conciertos-cupos/20171124090352145644.html
Así cualquiera se desarrolla mejor y más rápido. Pagando menos impuestos y no perdiendo el tiempo en guerras.
Realmente, para el resto de España es mejor que os vayáis de una vez. Porque llevamos siglos parasitados por vosotros.
Y si no, integraros en el régimen común, con los mismos deberes y obligaciones que el resto de España.
No, si lo del concierto va a ser un invento. Pobrecitos: 5200 euros. Eso no es nada, solo 2300 euros más que el resto de paisanos.
Lo más maravilloso es ver cómo los (escasos) nacionalistas andaluces aman oler la bragueta de los otros nacionalistas periféricos.
Típico comentario de cuñao oledor de braguetas.
Típica réplica de cuñado andalú.
No se de donde sacas que un catalán tiene mejores servicios que un extremeño…..trenes que no funcionan, autopistas colapsadas, Sanidad desbordada, Educación colapsada ….Vivienda imposible , y una desigualdad tan notoria que lo raro es que no ardan las calles…..
Es que en Extremadura no hay trenes.
A ver la red de cercanías de Cáceres.
A ver el AVE Badajoz -Madrid
A ver la ruta de la Plata entre Andalucía y Asturias.
Los otros problemas que dices de Cataluña son consecuencia de su desarrollo económico. Tienen una solución muy fácil, llevemos empresas y fábricas de Cataluña a Extremadura, así bajará la congestión y los precios.
Es que…
Que se dejen entonces de mamonadas como las embajaditas y demás chorradas.
Si te doy la razón, eso que mencionas es lo más importante, pero que la culpa no es de los que estamos al otro lado del Ebro ni de la estructura cuasifederal que ahora tenemos.
Ud de oler sabe mucho
Y vd de ejercer de catador de leche condensada.
Penoso el comentario.
Efectivamente José Miguel. Pero es que hoy se da por echo que nacionalidades son casi todas las comunidades autónomas. Se necesita modificar la Constitución y señalar claramente y atendiendo a circunstancias actuales y no del medievo que hay 17 Nacionalidades (si incluimos la uniprovincial de León): Galicia, Asturias, León, Cantabria, Canarias, Aragón, Baleares, Andalucía, Murcia, Castilla-Vaccea, Castilla-La Mancha, País Vasco, Navarra, Cataluña, Com. Valenciana, Extremadura y La Rioja. 1 Región: Comunidad de Madrid, 2 Ciudades Autónomas: Ceuta y Melilla. E incluir una cláusula en caso de regreso de Puerto Rico, también como nacionalidad (sería la 18) y Gibraltar como ciudad autónoma (sería la 3).
No es Murcia sino Región de Murcia.
Bonita propuesta confederalizante.
Lo que sea, menos igualdad entre todos los ciudadanos españoles.
Yo también estoy por la reforma. A mi me sobran más de la mitad de las autonomías, las
Diputaciones, los ayuntamientos. Varios ministerios, el Senado. Y el país seguiría funcionando divinamente.
Pero esto es una confederación de aldeanos, de paletos. Y nos mola tirarnos piedras con los del pueblo de al lado desde el otro lado del río desde siempre.
¡Viva el cantón de Cartagena!
Fantástica apreciación, José Miguel. Ya está bien de obviar que Andalucía también presentó su Estatuto de Autonomía en el 36. Posiblemente una de las causas del alzamiento. Este artículo no aporta nada nuevo, la centralidad se encuentra cómoda entre los nacionalismos burgueses catalán y vasco, usando Galicia como eje de equilibrio y manteniendo su dominio sobre Andalucía y resto de regiones sureñas. Una y otra vez proponen lo mismo desde hace más de 1 siglo y una y otra vez se encontrarán con el pueblo andaluz. El único que ha votado su Estatuto, el primero que ha sacó a la calle millones de personas y el único que ha sufrido muertes en su lucha legal. El problema de una España federal es que el centro peninsular dejará de tener poder y eso no tienen forma de asumirlo comunidades tan hipertrofiadas como la madrileña. Ese, y no otro, es el problema.
Oliendo bragueta periférica, lo que dije.
La opción federal, perfectamente legítima y posible a estas alturas, se desvanece ante el supremacismo vasco y el catalán que no aceptan igualdad con el resto.
Como andaluz que a alguien le parezca bien que un vasco o un navarro (o sea alguien de nuestro propio pueblo) disponga de 5200 euros año por el Estado y nosotros y demás españoles tengamos 2900 no es ni muy de sentido común ni muy de izquierdas.
Por tanto, a ver aquí quién es el cuñado, so cuñado.
De hecho, la opción federal era una teoría muy cacareada por la izquierda española, hasta que por motivos de supervivencia política (contentar a los nacionalistas catalanes y vascos para así mantenerse en el poder) ellos mismos reniegan de ella, porque ya no les sirve políticamente.
El nacionalismo andaluz. El que faltaba en la fiesta. Lo dicho. Poco nos pasa.
Y Castilla no es una región histórica? Y León? Y Asturias? Y…. Vamos que no son regiones históricas por tener otra lengua… Que a historia tienen todas como las otras con lengua propia. Así que déjate de rollos.
«El plan no está exento de riesgos. Una parte significativa de los españoles podría considerar la propuesta antiespañola. La derecha española podría no apoyar el acuerdo, y quedar potencialmente fuera del consenso. »
Nada más que decir
Primero, la Corona de Castilla no es sólo Castilla propiamente dicha, los gallegos, canarios, vascos, extremeños, andaluces, leoneses…etc forman parte de ella.
Segundo, la CE 1978 se creó para contentar a los nacionalistas separatistas, que están con el juego del chantaje político para vivir del resto de los españoles. Y a la vista está que que está resultando ser una herramienta fantástica para ese cometido. Estos últimos años de Pedro Sánchez son la viva imagen de ese éxito.
Y no veo voluntad por parte del resto de los españoles para cambiar eso. Les están aleccionando bien por parte del Poder Político.
Lo que escribes hay que cogerlo con pinzas y esta lleno de inexactitudes. En 1700 los catalanes no luchaban por la independencia sino por un nuevo rey de España.
Eso es algo que se obvia continuamente. Pirwie no interesa. O por lo que sea.
Esto es muy naîf, y contiene asumciones erróneas de planteamiento que invalidan el análisis, como suponer que estar a favor de más centralismo, sólo es un pensamiento de derechas. O no considerar como un requisito esperar a una generación de políticos de altura.
No aprendemos.
Poner «nacionalidades históricas en la carta magna» y amplias competencias autonómicas, con los nacionalistas jurando que así se colmaban aspiraciones, solo fue darles herramientas para que pudiesen crecer y pedir más y más. Y generar desigualdades entre ciudadanos.
Lo que hay que hacer es ir en la dirección contraria. Ideoligica y administrativamente.
Idealmente eliminar el estado autonómico que sólo es un sobrecoste bestial y genera división y desigualdad.
Las élites catalanas nunca han querido irse de España, la Caixa y el Sabadell ya dejaron claro lo que opinaban …..además el nacionalismo catalán cae siempre en el mismo error, habla por todos , por otro lado el nacionalismo castellano/ español es heredado del franquismo con lo que tampoco resulta muy bien parado…..y España en su conjunto y en su Parlamento suma más de 300 escaños entre un partido fascista,uno de derechas y otro de centro derecha disfrazado de progresista ….a partir de ahí está bastante clara la consigna atado y bien atado …..
Visto el debate, sería una reforma imposible. Creo que en otro momento, sí sería un golpe de efecto entre centralismo y separatismo, como los episodios de Cataluña. Pero a día de hoy, no es un problema para los ciudadanos, ni siquiera para los de los territorios mencionados, y si lo fuera, ojala tener como ciudadano esos problemas.
Me parece un artículo y una reflexión muy interesantes sobre un tema que está ahí candente y de constante actualidad. No obstante, le tengo que poner algún que otro «pero».
En primer lugar, tiene inexactitudes históricas, pues en 1700 no hubo una guerra de independencia, sino de sucesión, con distintos bandos apoyando a uno y otro candidato a Rey, y en donde el bando perdedor sufrió el castigo por no apoyar al vencedor.
Por otro lado, no incluir a Andalucía como «nacionalidad histórica» me parece un error, aunque la aplastante victoria de la derecha «centralizante» haga parecerla como una simple región. Por esa misma regla de tres, tampoco habría que incluir a Galicia que, aunque tiene lengua propia, también allí la derecha nacionalista española es hegemónica.
Por último, aunque no soy contrario a descentralizar en cada territorio las competencias que haga falta, no tengo nada claro que no se produzcan desigualdades al transferir competencias a unas sí y a otras no, sobre todo algunas importantes, aunque éstas se hagan desde la total lealtad. Por ejemplo, si una de éstas nacionalidades históricas tuviese competencias en materia de inmigración, como menciona el artículo, podría llevar una política muy diferente a la del resto del territorio, infiriendo, con ellos, un posible grave perjuicio.
En definitiva, es un tema que necesita ser ampliamente debatido, con reflexiones sosegadas y libres de prejuicios y de nacionalismos hiperventilados, desde la única perspectiva del beneficio común y nada más, y con amplios consensos. Lamentablemente, no se da el clima político para ello.
Es triste ver como el debate sobre una propuesta política (con la que evidentemente se puede estar de acuerdo o no) deriva en una discusión de taberna. Nos quejamos del nivel de los políticos actuales, pero sólo son un reflejo de la sociedad actual. Quería ver las opiniones sobre el artículo, pero siento vergüenza.
No exageres, que aquí el único tabernario he sido yo.
Todos los demás se han portado bastante bien.
Será de taberna por las opiniones indocumentadas de los nacionalistas periféricos que han aparecido por aquí.
Los demás, es que ya estamos hartos del abuso, el latrocinio y el lloriqueo.
Si quieren ser independientes, que se larguen ya. Y si se quieren quedar en España, que sea en igualdad de derechos y deberes.
Privilegios medievales, NO
Dónde hay que firmar para irse?
En la chepa de Jordi Pujol.
Ja ja, mira, un ladrón catalán y padre de la patria.
Totalmente de acuerdo. Leyendo los comentarios sobre este artículo se da uno cuenta porqué no se resuelve, ni se resolverá nunca, la cuestión territorial.
Estoy hasta los conjones de todos nosotros.
Sólo hay 2 opciones viables para que España funcione con un mínimo de sentido común: Un verdadero federalismo estilo EEUU o un sistema unitario como el de Francia.
Ninguno de los dos saldrá adelante porque los que de verdad ostentan el poder en España, los (nacionalistas) vascos y los catalanes, jamás nos van a dejar ni acercarnos siquiera a estos dos modelos, se les acabaría el chollo de vivir del resto de españoles. Por ejemplo, en un sistema federal verdadero la deuda de la región de Cataluña (85000 millones de euros!!!) nunca podría pasar a los ciudadanos del resto de España, Y aquí se ha hecho sin ningún rubor porque una persona quería seguir siendo Presidente, así como traspasó la titularidad de las infraestructuras ferroviarias en Cataluña, que hemos pagado todos los españoles, a la Generalitat.
La verdad es que lo tenemos jodido los españoles, nos están desplumando mientras nos mean encima. Pero eso sí, nos recalcan que Madrid es el problema….
Es divertido leer los comentarios con la gente arrimando el ascua a su sardina. Por mi parte sólo voy a poner una declaración de 1873. «La nación de Jumilla desea la paz con todas las naciones extranjeras y, sobre todo, con la nación murciana, su vecina; pero si ésta se atreve a desconocer nuestra autonomía y a traspasar nuestras fronteras, Jumilla se defenderá como los héroes del 2 de mayo, y triunfará en la demanda, y no dejará en Murcia piedra sobre piedra.»
Yo pensaba que en las Navas de Tolosa no había ni un gallego, leonés ni asturiano. El rey Alfonso VIII de Galicia y León (Rex Gallecie et Leonis) se llevaba, digamos, de puta pena con su homónimo castellano, entre otras nimiedades porque le había mangado varios territorios (leoneses), y ante la petición de ayuda le vino a decir que lo follara un pez. Este rey en la historiografía española se le llama Alfonso IX haciendo un disparate anacrónico, porque el Alfonso IX en realidad es el X, pero bueno, esto de armar un cristo con las nuneraciones es bastante común. El gentilicio «español» es obviamente provenzal, o catalán, que tanto viene a ser («réquiem per un camperol espanyol»), y sí es curioso que haya sido adoptado en gallego-portugués, astur-leonés y castellano, como la palabra «alegría», que también es provenzal (catalana) y está en todos los romances ibéricos. Lo que nunca adoptó esta gente fue el punto de vista de los españoles del sur, los que vivían en estados musulmanes (con nutridas minorías cristianas, y en algún caso mayorías), que eran realmente los españoles, porque toda Europa llamaba España a la parte musulmana, la parte cristiana ni era España ni nadie la tenía por tal. Aún hoy le niegan la españolidad, le llaman Al-Andalus, que era una de las cuatro regiones de la España del califato de Córdoba, Al-Musata (el norte, la meseta sur), Al-Gharb (Lusitania, el oeste), Al-Xarq (el este) y Al-Andalus (el sur, la Bética, la palabra es seguramente un corrupción de «Atlas» por el fretum Herculis, el estrecho de Gibraltar). Y dicho sea de paso, muy probablemente la batalla de Guadalete (18 julio 711) no existió.
España es un nacionalismo de diarrea mental meningítica. En 1931, como en 1978, las regiones, CCAA o como se las quiera llamar las dejaron al albur de la contingencia. No se enumeraron las tradicionales porque eso significaba la concesión automática, la palabra «nacionalidad» iba dedicada a las que habían plebiscitado (condiciones draconianas en la C1931, para disuadir a intentarlo) sus Estatutos, no dio tiempo a más, Cataluña, País Vasco y Galicia. Se estaba preparando la región (era el nombre entonces) de Asturias y León, que es por cierto la última división semiautónoma (censo de Floridablanca 1785) de esta parte, es decir, las provincias de Javier de Burgos de Oviedo y León, sin Zamora ni Salamanca (León tenía muchas minas y mineros también, como Lugo y Palencia).
España ha hecho colapsar, abruptamente, todas sus constituciones. La del 78, de no ser porque España forma parte del estercolero europeo (el protectorado USA de la idiOTAN), lo hizo en realidad varias veces ya, en 1981, en 1996, en 2004, en 2008, en 2012, en 2017 y en 2020. Quiero decir, en condiciones de no estar sujeta a un control colonial esta constitución ya habría petado, porque el Estado es el que es, a estas alturas ya nadie puede llamarse a engaño. España no tiene moneda, el banco que la emite no está sujeto a la soberanía de su legislativo, ni tiene ejército, que está bajo la autoridad de un militar estadounidense que se sienta sus reales en Bruselas. No sé de qué estamos hablando.
Los estados federales van camino de convertirse en la normalidad, es decir, la inmensa mayoría de los estados del mundo. Nadie se preocupe, aquí antes todos muertos, literalmente. Por cierto, la guerra civil en mi humilde opinión, fue totalmente orquestada desde fuera, lo que sí facilitó mucho las cosas es el bonito Estado y muchos de sus servidores.
Dice que España es nacionalismo de diarrea mental meningítica. No sé si con esos insultos se llega a algún lado. Mire, yo soy un señor normalito, mi mujer es de Murcia, mi hija vive en Madrid, mi hijo en Sevilla. No me considero ni mejor ni peor que nadie, me da igual que la gente sea rubia o tostada, no soy religioso, pero que cada uno se apañe como pueda, unas veces he votado una cosa, otras veces otra, otras nada. Las autonomías, bien, pero si les quitan competencias, pues vale; y se las incrementan, pues también vale, lo que mejor tire y la gente quiera, en definitiva. Dicho todo esto, para decir que no tomo nada en plan carca ni facha ni nada de eso: oiga, si me pregunta un chino o un inglés que de dónde soy les diré que soy español, de España, vamos y eso no es nada extraordinario ni especial ni sacrosanto. No sé si me merezco y los que son como yo, gente normalita, que nos identificamos diciendo que somos españoles, digo, no sé si merezco que me digan que mi país es una diarrea meningítica. Luego que si se insulta y que si tal y que si cual.
Jaja tiene gracia que se insinúe en el texto y en algún comentario que Galicia es menos nacionalidad porque la derecha es hegemónica en dicho territorio, como que en Cataluña y PV no llevasen toda la vida gobernando el PNV y CiU y sus continuos sucedáneos. Como si fuese la izquierda la única que da validación y legitimidad a los nacionalismos.
Tenemos que entender que los independentismos, tanto de izquierdas como de derechas, son un solo movimiento y son complementarios. Una parte constantemente señala diferencias de aspectos culturales y sociales con el resto del territorio, mientras que la otra incide en su más y mejor desarrollo en economía e infraestructura comparada también con el resto.
La única diferencia que hay entre ellos (para con el resto de territorios y ciudadanos, se entiende) es que el independentismo de izquierdas hace daño la vista y el de derechas hace daño al estómago y cartera. Eso de diferenciar quien agita el árbol y quien recoge las nueces…
No creo que pueda haber igualdad si la base de la nueva organización territorial se va a basar en las diferencias entre territorios, es un contrasentido. Ya lo de crear un país del estilo a Los Juegos del Hambre… si alguien ha visto o leído la saga pues ya sabe como acaba la historia no?
En fin… carta a los reyes magos, historiografía, pero de la buena, de la conciliadora y buenos deseos. Como se nota que va llegando la navidad y se nos ablanda la patatica.
Un saludo
Para hablar de invasión o conquista debe haber habido guerra destrucción, muertes,despoblación,etc. Pero Enel 711 y SS no lo hay en ninguna ciudad peninsular.
Por lo que fuere los visigodos se hicieron musulmanes. Los rellezuelos del norte invadían la España visigoda musulmana para expoliar y robar tierras
Y la llamada reconquista más parece una gerra civil y un genocidio final.
A quienes expulsabamos era a visigodos españoles pero musulmanes
Deje de leer las idioteces de González Ferrin y haga el favor de leer cosas de autores serios en arqueología. Los niveles de destrucción de El Bovalar (Lérida), que incluyen monedas de Agila II, son bastante elocuentes, o el pastor (apenas un crío) decapitado junto a varias cabezas de su ganado en El Saucedo (Talavera) dejan claro lo que pasó entre el 711 y el 726 (no, la conquista islámica no se acabó en el 718, las ciudades de la Narbonenese, que eran tan visigodas – o más si me apura- como la propia Toledo resistieron hasta el 725). Y por si solos, los sellos de conquista, que certifican el reparto de botín de guerra -incluyendo mujeres y niñas, que poéticamente denominan «perlas sin abrir» – dejan muy a las claras que esto se pareció pero mucho a lo que pasó en Siria con los Yazidies en 2015. Si tiene interés en el tema, le recomiendo leer el trabajo de Ibrahim y Senac de 2023, pero claro, a lo mejor es incómodo…
En mi modesta opinión, los debates centrados en los aspectos históricos y culturales, obvian temas territoriales, económicos y tecnológicos que son la sustancia del asunto. Por establecer una analogía dramática, sería como estar discutiendo el sentido de pertenencia de la población a escala municipal en los asentamientos afectados por la DANA. No cabe duda de que ese debate beneficiará a alguien, pero dudosamente será al ciudadano medio. Abrir cualquier espiral de descentralización en lectura independentista es perfecto para… bueno… para algunos. Y da la impresión de que todo debate de descentralización que se abre acaba en línea independentista. Las fronteras no tienen solo una naturaleza cultural o lingüística; contribuyen a establecer un marco de estabilidad y posibilidad organizativa. Aparte, muchas veces son la única manera de abordar los problemas territoriales en su verdadero orden de magnitud. También pueden aportar servidumbres y limitaciones. Ejemplo de ello es Portugal, que es un país con interdependencias muy complejas con España y miles de problemas debidos a la configuración de su territorio. Sin embargo, no parece aconsejable o posible ir a la unión ibérica. Pretender que todo va ir bien destripando el motor y vendiendo las piezas es, cuando menos, paradójico.
Es que el problema de España es su ESTADO, basado en una ideología (nacionalismo) que muy bien describió Vázquez Montalbán como zafia, ágrafa y golpista. Es un estado heredado de todas las miserias del antiguo régimen (no todos los estados son así, incluso algunos que hunden tanto sus raíces en la misma mierda, como Suìza), parido al alimón entre liberales (energúmenos de centroderecha) y los Borbones y su manual de hacer lo que saben hacer. La mal llamada Guerra de Independencia fue una guerra civil, como la del 36, un exterminio literal de afrancesados y progres organizado como tal gracias a la ineptitud de los franceses. Todos esos héroes de pacotilla incluyendo los que dejaron ciudades destruidas, adrede, porque eran focos de rojería, son de la misma cuerda que Mola, Camilo, Sanjurjo, Goded, Queipo y Franquito. Estas cosas no brotan porque sí. Pérez Royo llama a España (la del XIX es claro) una guerra civil intermitente. Cada vez que se intenta cambiar algo, arde Troya.
El fenómeno identitario nunca se ha cogido por los cuernos, y si hay nacionalismos periféricos es obviamente porque hay nacionalismo español, puras leyes de Newton. Afonso Henriques, el primer rey de Portugal en 1146 (técnicamente gallego) vio clarísimo de qué iba la jugada y se apeó en marcha, y eso que el cáncer en marcha sólo era Castilla en aquel momento. Las cosas han cambiado una barbaridad en casi 900 años, pero la estupidez sigue siendo exactamente la misma, con las mismas clases dirigentes ágrafas, zafias y golpistas.
Otro que piensa que España=Franco.
«… si hay nacionalismos periféricos es obviamente porque hay nacionalismo español, puras leyes de Newton.»
Y se queda tan ancho.
¡¡¡Pérez Royo!!!
Si mañana Sánchez propone la pena de muerte, pasado mañana Pérez está escribiendo su artículo justificando la barbaridad.
Afonso Henriques vio la jugada, ¿verdad?
Menudo totum revolotum.
Anda ya…
No, es al revés: España=Franco. ¿Dónde aprendió Franco todo, incluyendo la forma de hacer las cosas? ¿En las monjitas de Ferrol, cree usted? Yo diría que en el ejército español, ¿no le parece? ¿Y el cardenal Silicio, de dónde salió? ¿Era un marciano que vino con los tarados de los Habsburgos? ¿Sabía usted que el de Alba se hizo una estatua en Amberes donde se le representaba pisoteando los cadáveres de los neerlandeses, tan pasada de rosca que hasta Felipe II la mandó destruír cuando se enteró (con sus tiempos, claro? No es para tomárselo a mal, es una forma de meter la cuchara, aunque no como otra cualquiera.
La jugada la vio más gente, pero al único que le salió bien fue a Henriques. Cosas de los tiempos del huevo y la serpiente. A partir de él son legión los que intentaron seguir sus pasos, pero ya era tarde. Estoy seguro de que la inmensa mayoría de ellos ni ha oído hablar. Y en la Corona de Castilla mismo, en territorios de lengua castellana, ni hace falta recurrir a territorios desafectos.
El pandemónium más bien lo aporta usted, trayendo a Castejón al medio. Tardé en darme cuenta de por qué tienen atragantado totalmente a ese tío, a mí siempre me pareció una enhanced version de Adolfo Suárez, un poco más torpe a la hora de ejercer de cantamañanas (obviamente porque Suárez se tuvo que criar en un entorno mucho menos amigable que lo que hay hoy). Resulta que viene con un manual de triquiñuelas idiotánico, en vez de ser el cantamañanas castizo y español hasta las cachas que debe ser, como decía Franco que es como decir la escuela española, no hay que meterse en polìtica, como hacía Rajoy, o Calvo-Sotelo, o Aznar, o Felipe (Zapatitos es que es tonto). La verdad es que está siendo una partida muy amena, ¿usted quién cree que ganará, el manual de prestidigitación Europe Seal of Approval, yo la vieja España inmortal de toda la puta vida? A ver si al final el cáustico que va a disolver la castañuela va a ser la Uropa Rojojudaicomasónica, que como todo el mundo sabe, o debería, es un eufemismo por capitalista?
Tolón, tolón, tolón…
qué argumentos tan excelsos, qué profundidad de debate. ¿A qué me recuerda? ¿Al gag de Polonia «los tiempos han cambiado» -la parte de Azaña sobre todo? ¿O al cuadro de Goya, riña a garrotazos? ¿Ve usted como no es de ahora? Tolón, tolón, las glorias de Yspanistán, el desastre de Anual, la cuchara de Juan March, el general Beltrán, los cien mil hijos de San Luís (donde muchos franceses que habían estado en España 20 años antes volvieron para masacrar conjuntamente como viejos ex-enemigos a los rojos de siempre), pronunciamientos varios bien regados en sangre, ah, los 400 golpistas del callejero de Madrid (récord mundial), algunos por lo visto progres…
Tolón, tolón, a la cuneta o te largas como los moros, judíos, protestantes, moriscos, menestrales, ilustrados, afrancesados, malos españoles varios, rojos… A esos ni calles. Cunetas. O Autos de Fe.
Tolón, tolón.
Das en tu respuesta muchas cosas por supuestas, figura. Yo solo he dicho que estás tolón, tolón, lo cual es una obviedad.
Fdo.- Uno de los malos.
No, las dice usted explícitamente. A mí no me eche la culpa, que eso también es muy espalol y mucho español («los elementos», debe ser el cachondeo de la obra barroca homónima). Y el sostenella y el venga y sigue y dale… como ustedes quieran, siempre acaban estrellados, mientras a mí no me pille…
Otro que piensa que España=Franco.
RESPUESTA:
No, es al revés: España=Franco.
De verdad, cómo estamos…
Fíjese que si no lo entiende, ya ni pregunta, a la yugular para acabar estampados en el Spanish Point (yo lo descubrì por una canción de Planxty). Siempre insultando, siempre metiendo la pata, siempre quedando en ridículo, siempre complejo de inferioridad e ínfulas imperiales, qué más da, viva Hispanistán…
Exactamente, es al revés, España=Franco. ¿Conoce usted la propiedad conmutativa? Por eso es al revés. Usted hace (asumiendo para negar) causa y efecto, y no hay causa ni efecto, es lo mismo. Identidad. A Franco y demás tropa se les puede calificar de muchas cosas, pero de engañar en lo que eran, no. Bien claro lo dijeron y bien claro lo tuvo todo el mundo. Intentaban evitar OTRA España, que nunca había existido, y ya ve que lo consiguieron con tanta holgura como bestiales fueron sus métodos (como siempre). España debería tener 70-80 millones de habitantes, haciendo analogías con su vecindario, ya lo ve.
Venga, siguiente tanda de insultos. No sabe la cantidad de trabajo que ahorra autorretratåndose.
Vacuo.
Venga, otra tanda.
Ya sabe qué pasa con los vacuos en la naturaleza.
El problema con ustedes, como muchos en este supermercado llamado Occidente, es que se creen sus propios paradigmas mentales, en vez de usarlos tocándolos con un palo que es lo que toca. Toda la tradición hispanistana es militante total (en esto coincidimos mucho con el vecindario septentrional), luego claro, pasan cosas como el 36 y es que no se veía venir, bien, los de abajo no lo podían ver, efectivamente, para eso se los mantiene en la inopia, pero que Arias Navarro fuese secretario de Azaña ya me dirá usted. Libia era una cosa sólida (como la URSS), como Yugoslavia, como Siria, lo de Ucrania si tal eso sí se veía venir, pero esos otros que he citado, como que no (revise hemerotecas de)apenas días antes). Este país, que acumula catástrofes más que sobradas, se entiende sociopolíticas, que las DANAs las manda Dios, aún tiene relativamente pocas por su total perifericidad respecto al baberío del que aspira formar parte, que otros más en el medio seguro que ni se imagina, y no hablo de Francia ni Alemania, pero en cualquier momento entramos en una lista como la que le he dado sin previo aviso y de la noche a la mañana, porque simplemente no tenemos ningún grupi de personas con dos dedos de frente en ningún organismo que pudiera hacer algo al respecto llegado el caso, tan feliz está el pertenecer, por fin, al estercolero occidental y sin siquiera haber tenido que renunciar a toda la basura mental arrastrada desde hace siglos (al contrario, brilla como nunca). Un sistema con un partido de delincuentes que hace toda clase de aberraciones de negligencia criminal incompetente y otro de mandilones de la tienda que vienen a ver qué se puede arreglar cuando el señorito casi hunde la casa, aparte de ingredientes menores que sólo quieren seguir respirando.
¿Verdad que si se lo mira despacio, es para estar un poquito asustado? Qué va.
Ya me está empezando a dar risa. Lo siguiente creo que será pena.
Eso es, pena. Dentro de no mucho, Rusia hará el petate en Tartus, que ya no necesitará la base para nada, porque Siria va a estar hecha una mierda, y se viene a un par de bases que ya tienen atadas con Argelia, país al que vienen acosando desde hace mucho tiempo. Pero Argelia no es Siria. Ni es España, ya ve qué mal se tomaron lo del Polisario. Con dos bonitas bases rusas, una a 100 km de Cartagena, teniendo a tiro Morón y Torrejón (y la otra las de la OTAN en Sicilia y ek sur de Italia), por primera vez en su puta historia el ejército español va a tener algo de que ocuparse, aparte el obvio despliegue de más material y personal idiotànico para enfrentar la situación. ¿Se acuerda usted de la canción cuervo ingrnuo? Seguro que no se le escapan los cambios que va a traer esto.
Nada, hombre, ría, pene, mese, lo que le parezca bien. Si lo de meterse en la mierda es contingente y accidental, no tiene nada que ver con el paradigma de la españolidad. 1900, después de salir a patadas de las últimas colonias nos embarcan en un protectorado de vía estrecha donde se montó el tinglado de psicópatas que fueron los verdugos de todo un país generación y media después (aparte los mataderos africanos). 1975, después de un régimen españolísimo hasta las cachas (otra cosa es debatible, pero desde luego negar que es español no se sostiene), otros nacionalistas españoles (presumían de eso, en esos exactos términos) nos meten en la idiOTAN supongo que pensaban que porque éramos muy retaguardia y mucha retaguardia. Pues ya estamos en primera línea. De hecho ya llevamos un buen tiempo.
Hale, tolón, tolón. Que ustedes se creen que lo que pasa a escasas 1-2 horas de vuelo es porque ellos se lo merecen y nosotros no. Ya debería saber usted que el primer lugar donde se dan las batallas es dentro de los cráneos, y la diarrea mental ya tiene anegado al personal desde hace mucho tiempo.
Solo he leído la primera parte de este artículo, la histórica, y me he encontrado con un montón de burradas. Me ha puesto dolor de cabeza, me voy a la cama.
Lo que está medianamente claro es que la historia que nos han contado no se corresponde con la realidad.
Diputados franceses en solidaridad con España por la tragedia de Valencia:
https://www.youtube.com/watch?v=N-CAN2Ffcrs
Actualmente el más ilustrado Hispanista es Henry Kamen, que en 2016 asevero que la historia que se relata de España es una sucesión de falsedades, y nadie se lo ha revocado. Este es su enlace: https://www.elconfidencial.com/cultura/2020-02-24/henry-kamen-la-invencion-de-espana-entrevista_2467443/ El supuesto primer rey Visigodo de Galicia siglo VIII es Rodrigo, y esto es lo que relata la Academia de Historia: https://dbe.rah.es/biografias/4582/rodrigo .. Como escribió Antonio Machado sobre Castilla y caminos de Duero: “Ayer dominadora por fuerza de la espada, sumida en sus andrajos, desprecian cuanto ignoran”. Así que háztelo mirar, por si tú también lo sufres. Una cosa es Saber leer y otra es la comprensión lectora, claramente débil en los niños de 5 años que saben leer, pero muy poco lo que alcanzan a comprender, como tu demuestras con ufano, engreído e impertinente menosprecio, hacia quien, incluyendo archivos históricos te plantean otros argumentos, que trastocan tus cortas fuentes históricas, basadas en textos germánicos, unos entre tantos invasores de los que asaltaron y colonizaron esta península, como Fenicios, Griegos, Cartagineses, Romanos, germánicos Godos, Árabes, Visigodos etc. por causa que hasta el siglo XVI, a IBERIA la consideraban el final de la Tierra y el Mar Mediterráneo su epicentro, por donde más fácil y rápido llegar y conquistar. Aun así aquí se conserva la lengua pre indoeuropea más antigua de Europa, conocida como Vasca. Enlace sobre ello en TVE: https://vm.tiktok.com/ZGd8PdjXN/
La creación de 17 autonomías fue una ocurrencia taimada, para mermar la fuerza de las verdaderas poblaciones que ya en 1833 iniciaron las guerras contra la división arbitraria territorial, de los que hicieron reina ISABEL II a la la niña de 3 años hija del moribundo monarca Fernando VII y así bloquear que su hermano Carlos de Borbon fuera el verdadero heredero.
Nada más acabarlas, la oligarquía santanderina inicio la construcción del palacio La Magdalena como ofrenda regalo al nieto de Isabel Alfonso XIII por haber creado la nueva capital y provincia (Sant Ander SANTANDER) antes perteneciente a las poblaciones aforadas vascas. Ese palacio Juan de Borbon lo revendió a la ciudad de Santander .
La Cantabria Romana era mucho más extensa que la creada hace 46 años (1978), la cual coincide con la provincia de Santander (Villa de Sant Ander) según el que fue abad hermano de Alfonso X (El Sabio) creada en 1833, y poco antes en época de Carlos III también renombrada como montaña de Burgos. Desde el Siglo XIII Alfonso X ordeno investigar la historia y prehistoria de Hispania y dichos texto en latin se han transcrito al castellano en el siglo de ORO. Abajo es el ultimo académico que lo investigo y confirmando que Cantábria con capital en Logroño era Territorio Vasco. También en las actualizaciones geográficas en 1561 de las tablas cartográficas de Ptolomeo trascritas del griego al Italiano…………. CANTABRIA Y LOGROÑO BOLETÍN DE LA REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA 587
Hay que agradecer á D. Ventura López la noticia y fotografía que nos ha enviado de tan interesante monumento, y recomendar á su atención y diligencia la búsqueda de otros que probablemente se esconden en la necrópolis mozarábiga de la que éste procede.
Madrid, 14 de Mayo de 1915. FIDEL FITA. XI
CANTABRIA Y LOGROÑO
Estudio filológico-histórico de Lope Barrón, individuo del Cuerpo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos. — Zambrana Hermanos, impresores.
Málaga, año de 1914..
(253 páginas en 8.°)
La Subsecretaría del Ministerio de Instrucción pública pide informe á esta Real Academia, respecto del libro publicado con el antecedente título, y el que suscribe entiende que podría contestarse en los siguientes términos:
Ilmo. Sr.: No es el libro del Sr. D. Lope Barrón un trabajo completo de investigación honda y concluyente? pero suscita tantas cuestiones diversas, da origen, con la acumulación de textos é interpretaciones, á tan amplia discusión respecto de puntos históricos debatidos durante largos años, y cuyo esclarecimiento ofrece verdadera importancia, que no puede desconocerse el interés que despierta la lectura de sus páginas.
El objeto principal que el autor se propone es el de demostrar que Logroño fué la famosa Juliobriga. Para ello copia diversas frases de autores conocidos, aceptando todas las que á su propósito conducen, siquiera provengan algunas de escritores que merecen escaso crédito; trata de los límites de Cantabriga y de los distintos lugares que han llevado este nombre; censura fuertemente al ilustre P, Flórez por su etimología de Cantabria y por suponer que Logroño no fué Juliobriga; examina diferentes etimologías de pueblos vascos, apuntando opiniones que no han de ser fácilmente admitidas, y después de consultar los textos de Floro, Casio y Appiano, supone demostrado, de irrebatible modo, que Juliobriga fué no solamente ciudad, sino también capital y, á un tiempo, nombre de una extensa comarca. Añade que el Portus Victorise Juliobrigense corresponde á Santander (i); estudia la Cantabria de la Vasconia y termina ocupándose de Lucrumomnium ó Logroño.
Discúlpeme que le corrija, pero el topónimo de Santander es totalmente romance y proviene de Sanctus Emetherius (Emeterio), > Sant Andero > Santander. En el censo de 1785 de Floridablanca la práctica totalidad de la actual provincua de Cantabria (creada totalmente ex novo por Javier de Burgos en 1833, como tantas otras, la mayoría aplastante para ser preciso) pertenecía a la intendencia de Burgos, no teniendo más que algunas zonas exentas de impuestos (a diferencia de León que incorporaba la actual Asturias). Hasta donde he podido comprobar, nunca hubo ninguna intendencia ni provincia de Santander al menos entre 1592 y 1833, a pesar de que algunos mapas extienden Asturias (que ya es inexacto de por sí, al ser parte de León) por toda la costa hasta Vizcaya (citando el nombre referenciado en los susodichos), con nombres como Asturias de Santillana o incluso Asturias de Liébana. Todavía a principios del siglo XX muchos mapas hacían referencia a la región de León como León, Zamora, Salamanca, Valladolid y Palencia (Palencia fue efectivamente la frontera entre León y Castilla).
https://www.euratlas.net/history/hisatlas/europe/178700SP.jpg
La parte morada era de la intendencia de Toro, abajo emparedada entre Zamora y Burgos.