Entrevistas Música

Amparo Sánchez: «Para la Iglesia las mujeres son Magdalena, que era puta, o María, que era virgen»

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Amparo Sánchez (Jaén, 1969) lo sabía desde pequeñita: la música es lo que más le gusta hacer en la vida. Aunque llevaba muchos años cantando por locales de Granada, no ocupó la primera línea del panorama musical español hasta su proyecto Amparanoia. Compositora, cantante y productora de espíritu vital insiste a lo largo de la entrevista en la importancia de dos conceptos: la visibilidad de la mujer y el mensaje de la música. Precisamente dos de las cosas que trata con más delicadeza en sus canciones y su autobiografía La niña y el lobo, un libro que hace comprender que cuando Amparo cantaba aquello de «que te den por ahí», lo decía desde lo más profundo de su alma.

Ha pasado mucho tiempo desde que llegaste a Madrid, ¿qué ciudad te encontraste?

En los noventa Madrid estaba en plena efervescencia. Me refiero sobre todo a barrios como Malasaña y Lavapiés. Me llamó mucho la atención la multiculturalidad.

Viniendo de Granada esta mezcla tampoco te sorprendería tanto…

Para alguien que viene de una ciudad pequeña Madrid siempre es sorprendente. En Granada es verdad que confluyen la rumba, sonidos indies, rock, etc. En Madrid, sin embargo, es todo más grande. Además, supuso para mí el primer viaje sola. Estaba durmiendo en una buhardilla que daba al patio del estudio donde grabé el primer disco. Viví todo aquello como algo muy intenso.

Tenía un técnico que me hacía repetir muchísimo las tomas. Estaba seguro de que podía hacerlo mejor, y hasta que no lo conseguía no parábamos. Volví a Granada con un disco, muy contenta. Todo el mundo me felicitaba, ¡pensaban que ya era famosa!

Y la realidad era otra.

Sí. Casi al mes de sacar el disco me comunicaron del estudio que la productora cerraba, con lo cual me quedé con un máster y un disco en la mano en Granada sin saber qué hacer. Esto fue lo que me dio pie a querer ir a Madrid a vivir porque me había dado cuenta de que había una escena musical nocturna donde podía trabajar y abrirme camino. Así que agradezco mucho esa experiencia, después de todo.

¿Ha cambiado mucho aquella escena musical de Madrid de la que hay ahora allí o en Barcelona, por ejemplo?

La escena va cambiando y también cambias tú. Antes estaba muy al día de todo lo que me interesaba, de lo que estaba pasando en ese momento en la música. Leía magacines, iba a conciertos… Hace tiempo que me desconecté de las modas musicales. Sí que tengo la oportunidad de ver grupos cuando coincido tocando con ellos, también me muevo cuando alguien me aconseja alguno o tengo un interés personal. Me entero más por los amigos de lo mal que está la cosa, de lo duro que es tocar en directo en Barcelona, por ejemplo, hay muchísimos grupos y formaciones diferentes luchando por tener una fecha, pagan además poquísimo.

La música siempre ha sido así. Esos pequeños bares donde te ven treinta personas son la clave para darte cuenta de muchas cosas: si sirves, si te gusta y si te merece la pena seguir luchando para trabajar en esto. Porque no es un camino fácil, es una carrera de fondo. Es un estilo de vida.

Amparo Sánchez para Jot Down 1

Dices que actualmente se valora menos la música en directo en los bares; sin embargo, ahora mismo hay una cantidad importante de festivales.

Hace quince años se llamaba festival a cualquier fiesta de pueblo, y yo creo que hay que tener un respeto por los conceptos. A mí sí que me parece muy interesante la oferta de festivales que se están consolidando en nuestro país, es una oferta más diversa. La música del mundo, los más rock, indies, pop, electrónica… Nos hemos situado a nivel europeo en este sentido, con unos muy buenos festivales que representan la diversidad musical que tenemos aquí.

Ahora bien, la idea de ir a un festival como público me gustaba más cuando era más joven; ahora soy más selectiva: si me gusta un grupo voy a un concierto de ese grupo. Ya como cantante, me lo paso muy bien en los festivales. La gente, te conozca o no, tiene ganas de divertirse, de asistir a conciertos, están abiertos, sobre todo en festivales de músicas del mundo, el público ahí es muy receptivo, está muy abierto. Y nosotros con esa conexión latina la verdad es que rápidamente conectamos con el público.

Es verdad, ¿de dónde salen esos ritmos latinos de tu música? Antes de dedicarte a cantar escuchabas mucho rock, cuando empezaste con tus primeras bandas en Granada tenías como referente a Billie Holliday, eras más jazzera y te gustaba el blues.

De pequeña oía muchas cosas. Mi hermana escuchaba a María Dolores Pradera, otro de mis hermanos a Bambino, otro a Bob Marley, otro ponía Pink Floyd, mi madre Antonio Machín… Esa diversidad musical la tenía ya dentro de casa. También es verdad que la música mejicana, la cubana, los ritmos latinos, me han atraído de una manera especial, pero como empecé en circuitos de rock and roll y blues, al principio pensé que sería ese mi camino. Lo cierto es que me costaba mucho cantar en inglés, todavía ahora me cuesta. Y cuando me ponía a componer me daba cuenta de que hay cosas que quiero contar que, al no ser mi idioma, me limitaba. También que quiero contar las cosas sin victimismo, sin mal humor. Quiero contarlas con alegría, con rebeldía. Este estilo estaba más en sintonía con mi manera de ser.

¿Qué estilo musical no tocarías?

La vida es tan larga que nunca sabes qué va a ocurrir. Igual la música clásica, por la técnica que requiere, no tengo una voz tan prodigiosa.

No te imagino perreando

Yo tampoco, la verdad. Pero mira a grupos como Calle 13, que empezaron con reguetón muy sexual y sugerente; luego tomaron un camino por un lado más social y reivindicativo. Así que nunca se sabe si acabaré perreando, quizás en alguna colaboración. ¡Con la música nunca se sabe!

Sobre las colaboraciones: A 091 les admirabas antes de dedicarte a la música y cuando empiezas a dar tus primeros pasos como cantante son ellos quienes te tienden la mano. ¿Eres tú un 091 ahora para alguien?

Para algunas mujeres sí. Algunas que se están empezando a dedicar a esto me han dicho que les gusta lo que hago, que siempre he hecho lo que he querido. Y con muchas de ellas he colaborado: Mimi Maura, en Argentina, a quien también admiro muchísimo yo. Estoy produciendo un tema con Nila Raja, de Crystal Fighters, gente muy jovencita. En Méjico colaboré con el grupo Tinakal, la cantante me dijo que había un festival y fui para cantar el tema juntas. Me dijo: «Has hecho realidad el mayor sueño de mi vida».

¿Cómo surge la colaboración con Calexico?

Con Calexico hay un amor muy fuerte desde la primera vez que nos encontramos, en Rotterdam en el año 2002. Alguien de una compañía discográfica holandesa le dio a Joey mi disco Enchilao —que es, por cierto, el más raro que he hecho hasta hoy—. Le encantó mi voz, y me invitó a ser telonera en un show de ellos. Desde que nos vimos la primera vez fue como si nos conociésemos de siempre. Hemos hecho ya algunas cosas juntos, y vamos a hacer más, ahora en enero he estado en Tucson con ellos, mi último álbum lo he grabado también allí. Me encanta estar con ellos, tanto John, el batería, que es más artista, bohemio, y con quien fluyo, como Joey, que es la disciplina, aportan cada uno un sonido exquisito a las canciones y respetan mucho mis composiciones. Me gusta mucho traducirles las letras, es un cachondeo. Les explico el sentido de lo que dicen… Son siempre experiencias enriquecedoras, los quiero mucho, son muy generosos y ahí estoy siempre para devolverles lo que haga falta.

En Madrid te pesó el tópico: andaluza, flamenco. Años más tarde sacas un disco que se llama Alma de cantaora, ¿acabas dando la razón a los estereotipos?

[Risas] Bueno, el término cantaora me lleva tanto a mi infancia en Andalucía… ese orgullo que me hace pensar en las mujeres, la mayoría de etnia gitana, que se atrevían a subirse a un escenario y cantar. En aquella época una mujer que se subía al escenario era catalogada como una prostituta. Tanto las de la copla, con sus letras desgarradoras, como las flamencas, visibilizaron a la mujer en la música. En Latinoamérica somos cantoras, Julieta Parra, Mercedes Sosa, Chavela, son las grandes señoras de la música y antes de ellas las mujeres hacían música pero la cantaban los hombres. La canción «Veinte años» que canta Omara Portuondo es de María Teresa Vera, una revolucionaria que escribía canciones así de maravillosas que luego cantaban hombres. Siempre hemos estado ahí, pero invisibles.

Te gusta tanto la música desde siempre que incluso te compensaba limpiar los baños de un bar para poder escuchar discos.

Era muy joven, no tenía dinero para comprarlos. Tener ahí quinientos vinilos que podía escuchar era un lujo. The Clash, Mano negra, The Kinks… hacían que limpiar el baño del bar mereciera la pena. Es más, solo podía escuchar aquellos discos porque los vinilos no te daban la oportunidad de grabarlos. Pero sentir la aguja en el vinilo, escuchar todos esos sonidos, me encantaba.

Amparo Sánchez para Jot Down 2

Vuelves a hablar de un montón de música pero ni rastro del flamenco, siendo de la tierra del maestro Enrique Morente…

[Risas] Pues a Enrique lo conocí precisamente cuando yo ya no vivía en Granada, porque allí mi ambiente era más rockero. Sí que sabía que los Lagartija Nick iban de vez en cuando a verle. Siempre le he admirado mucho, era un revolucionario musical, de izquierdas, y los gitanos no lo querían por ser payo. No lo tuvo fácil, así que es un personaje al que siempre admiré como cantaor, por arriesgado y valiente. Nos encontramos en el Rock Palace (un local de ensayo de Madrid), una persona nos presentó y él me dijo «Ah, ¡pero si yo te conozco, tú has salido en los periódicos!».

Cuando estaba en Granada me gustaba el flamenco. Muy jovencita vi tocar a Camarón y mi padre me llevó a ver bastante flamenco en directo. Pero era algo que yo veía como de mi padre, de gente mayor… realmente lo empecé a apreciar cuando me fui de Granada, que escucho esa guitarra, el quejío y digo, «¡jolín, mi tierra!».

El «quejío» y el tema «Billie’s blues», de Billie Holiday, te han identificado, pero tú no cuentas las cosas, como dices, desde esa tristeza.

He compuesto temas más o menos así, tristones, pero no he llegado a grabarlos nunca. Cuando grabas álbumes te das cuenta de la gran responsabilidad que implican los mensajes que tú lanzas en las canciones. Así que cuando hay temas más tristes o que no van con lo que yo quiero expresar, rápidamente los descarto. Me tiran más los temas que pueden aportar algo al oyente, no solo mi propia historia sino algunos con un contexto más general.

En La niña y el lobo, tu autobiografía, hablas abiertamente de tu propia historia, una juventud marcada por los malos tratos. ¿Crees que ahora se te puede «victimizar», cosa que no te gusta nada?

No, no lo creo. Lo que ha cambiado es que después de leerlo me dicen que ahora entienden muchas de mis letras, ese dolor que transmito; me han dicho que ahora entienden esos mensajes que yo iba dando, que se veía que había sufrido y que había pasado por algo. La mayoría de mis amigos no conocían mi historia, sabían algo de ella, pero no muchos detalles. Hasta que no he escrito el libro no han salido a la luz, no se los había contado a nadie.

¿Fue duro revivir aquello después de tanto tiempo?

Me gusta más decir que no fue fácil. Pero fue muy terapéutico. Habían pasado más de veinticinco años y el ponerte a escribir sobre ello te sitúa a cierta distancia y te da la oportunidad de volver a hablar a esa niña y decirle, «lo superaste y mira dónde has llegado».

¿Pediste permiso a alguien antes de contarlo?

A mi hijo y a mi hermana mayor. Ellos leyeron también el manuscrito antes de publicarlo.

Aquellos diarios que escribías ya no los tienes, ¿no?

No, los quemé en San Juan, hace más de dieciséis años. Antes de quemarlos volví a releerlos. Usar la clave del diario que escribí me dio muchas pautas para el libro, recordar cómo me expresaba con esa edad, cuáles eran mis prioridades, por ejemplo.

Me sorprendí bastante de tener esos recuerdos latentes cuando creía que estaban olvidadísimos. Realmente no hacía falta acordarse de todo, solo de la estructura, un capítulo por año de los diez que fueron, y contar cómo una niña sufre una transformación brutal: primero con un embarazo, luego violencia, incomprensión y ver cómo esa niña va luchando para ir saliendo de ahí. Y cómo es posible salir, que era el objetivo de este libro, transmitir que es posible.

Mi historia vale para la gente que no tiene nada que ver con la violencia de género porque puede acercarla a esta realidad como para tantas y tantas mujeres que han sufrido violencia física, psicológica, abusos sexuales. Independientemente de que conozcan o no mi música, que se digan: «Si esta mujer pudo salir, yo también». Esto es lo que más me motivó a la hora de escribirlo.

El subtítulo es muy importante: quería dejar muy claro que La niña y el lobo no es un cuento.

Amparo Sánchez para Jot Down 3

Comentabas antes la gran responsabilidad de los mensajes en la música, ¿qué opinas de temas como La maté porque era mía, de Platero y tú?

¡Uf! [Piensa la respuesta unos segundos]. La música, las letras, son un tema difícil. Por ejemplo, en temas de amor este tipo de expresiones de que tú no vales nada sin la otra persona, o este tema en concreto que dices, u otras canciones que incluso hablan de violaciones, son temas que yo no entiendo. No entiendo por qué alguien escribe canciones así, pero por otro lado eso es la libertad de expresión, es una manera de provocar y el arte tiene también esta misión de provocación. Hay gente que utiliza el doble sentido para la provocación y habría que preguntarles a los autores qué quieren transmitir exactamente. Voy a repasar algunas de esas canciones, mira.

En cambio, si escuchas esta canción de manera irónica, ridiculiza al maltratador y a los medios de comunicación.

Yo en estos temas o digo de una manera muy clara lo que quiero decir o no lo digo. Creo que mis canciones llevan el mensaje que quiero lanzar, no juego con un doble rasero. Me interesa mucho transmitir mensajes a las mujeres, creo que necesitamos muchos mensajes a nosotras mismas, que somos hermanas, no enemigas. Nunca con ironía.

¿Crees que se sigue banalizando un problema tan serio como la desigualdad o la violencia de género?

Veo que hay mucha gente concienciada. Cuando viví mi historia a finales de los ochenta había una mirada más velada, se sabía que pasaba pero era como algo ajeno… La gente lo entendía como «ellos sabrán», «eso es algo de la pareja», había este tipo de discursos.

Aún hoy, cuando se pone en conocimiento que existe un caso de maltrato no es tan raro escuchar «es algo entre ellos».

Argumentos así sigue habiendo, pero hay más sensibilización, tanto por parte de gente profesional como por gente que no es profesional en este tema, incluso que le pilla todo esto de lejos. ¿Que necesitamos más concienciación? Por supuesto, mucha más. Y sobre todo en la gente joven.

La educación es fundamental y algo está fallando en la coeducación. Te das cuenta cómo por ejemplo en el colegio son los niños varones los que ocupan toda la cancha de baloncesto o el centro del patio mientras las niñas están por las esquinitas en grupitos de dos o tres y realmente no están jugando juntos e interactuando. De hecho, hay muchos padres que educamos a los hijos en valores de igualdad y cuando llegan al colegio, no digo con los profesores sino con otros niños, te encuentras con reacciones como que tu hijo no quiere jugar a determinadas cosas o llevar el rosa porque es de niña. Así que creo que seguimos condicionados por el género desde que nacemos y hay mucho que hacer tanto en el entorno familiar como en el escolar.

Si la educación es tan importante para que calen esos mensajes de igualdad, ¿te parece a ti, que te has educado en un colegio de monjas, que la religión puede asumir esa competencia educadora?

Es muy peligroso. Concretamente la religión católica, que es la que yo conozco, más misógina no puede ser. Para la Iglesia las mujeres son Magdalena, que era puta, o María, que era virgen. Y ya está. La mujer no tiene un papel en la Iglesia más que el de servir y cuidar enfermos. Y esa invisibilidad que tiene la mujer en la religión la vemos en el resto de ámbitos políticos y sociales.

Por mucho que hablemos de paridad siguen siendo los hombres los secretarios generales de los partidos. Por mucho que hablemos de igualdad, en la prensa no veremos los abogados y las abogadas, los jueces y las juezas, los médicos y las médicas, seguimos usando términos únicamente en masculino, por lo tanto, excluimos a la mitad de la población. Necesitamos esa visibilidad que se nos ha negado durante siglos. Desde luego hemos conseguido mucho más que nuestras abuelas, que no tenían derecho al voto, ni a pedir un préstamo, ni muchas cosas más. No obstante, aún hay mucho por hacer.

Si un niño crece viendo que las mujeres tienen tanto poder como el hombre; que las mujeres también participan en ligas de fútbol, basket, y que estas ligas tienen el mismo tiempo en la tele que las de los hombres; si ellos crecen viendo que las mujeres hacen estas cosas y no solo salir a bailar con unos pompones, quizá esos niños crezcan con la idea de igualdad. Igual que ellos pueden ser cocineros de gran éxito, a pesar de que históricamente la que cocinaba era la mujer. Las mujeres no estamos en la historia, ni en los libros de texto, porque también nos la han contado los hombres.

Partidos políticos y empresas ofrecen datos del número de hombres o mujeres que hay su plantilla casi como imagen de marca, ¿deberíamos normalizar eso? ¿La búsqueda de paridad por dar una imagen de modernidad puede llevarnos a otro tipo de discriminación, aunque sea positiva?

Estoy de acuerdo contigo. Y no culpo solo a los hombres, también las mujeres tenemos mucha culpa en esto. He escuchado muchas veces a mujeres decir que no quieren ser directoras de no se qué porque quieren tener tiempo para su familia. O que no quieren ocupar un cargo de responsabilidad «porque mi hijo…».

Somos también culpables porque, primero, no nos atrevemos a pedir; y, segundo, no nos vemos capaces de gestionar bien nuestro tiempo como lo hacen ellos. Tenemos que hacer como hacen la mayoría de los hombres: «Ahora estoy en este momento de mi vida, tengo que ocuparme de estas cosas y tengo que ocuparme también de mi familia». Nosotras mismas no nos vemos en esos puestos de responsabilidad. Somos nosotras quienes tenemos que educarnos también. Hay hombres, por supuesto, que son feministas, que les encanta trabajar con mujeres, gozan con la presencia femenina y si tienen que contratar a alguien les gusta que haya mujeres en el equipo. Pero en los puestos de responsabilidad, los puestos que afectan a la comunidad o a los pueblos, lamentablemente seguimos atrás. Así que como bien dices, la paridad está muy bien en la empresa, pero debería normalizarse.

Amparo Sánchez para Jot Down 4

Al poco tiempo de empezar en la música, tocabas mucho en Marruecos. ¿Cómo es la vida de una mujer trabajadora rodeada de hombres allí?

Me sentí afortunada porque como venía de fuera y era artista, los hombres me trataban con respeto, podía fumar y hablar de política con ellos. Sus mujeres, eso sí, estaban en la cocina y no me dejaban ayudarlas. Para la cultura musulmana los huéspedes son regalos que vienen de Alá y hay que cuidarlos.

Ellas estaban cubiertas, se cubrían al reírse, no tenían voz ni visibilidad. Me chocó mucho viniendo de Andalucía donde el papel de la mujer es tan importante.

Hablando de Marruecos, ¿has estado más o menos implicada en el tema del Sahara?

Tuve la suerte de ser invitada a un encuentro del Festival de Cine del Sahara. Tenía amigos y amigas que llevaban yendo varios años, y tenía ganas de esa experiencia. Te das cuenta de que el pueblo saharaui queda para siempre en tu corazón. Estuve en la hamada, que es como el infierno, no hay nada. Tú vuelves, pero ves cómo ellos se quedan allí sin solución en el horizonte, es doloroso. La primera vez te sientes tan impresionada con todo que solo observas y observas, y me gustaría volver a compartir y obtener más información.

El día a día era muy impactante dentro de la jaima, aquello también es duro meteorológicamente. Tú estas allí días, pero esta gente lleva allí casi cuarenta años.

En el mundo árabe las movilizaciones de las mujeres han sido fundamentales para avanzar en la conquista de sus derechos, ¿las mujeres de Occidente estamos tan involucradas en nuestra lucha?

No nos podemos comparar con las mujeres musulmanas, tampoco con las de Latinoamérica. Soy muy fan de cómo las mujeres agricultoras de África, por ejemplo, han dicho no al hambre, no a la guerra, perdonemos a los violadores pero vamos a tirar para adelante. Tiramos con nuestros huertos, nuestras cooperativas, con lo poco que tenemos. Para mí son un ejemplo increíble de fortaleza, de lucha y del espíritu que tiene la mujer. Es bueno mirar a otros países para poder crecer y tener idea, pero no es comparable. Nosotros mismos, por ejemplo, no somos comparables con Francia, respecto a la igualdad, u otras tantas cosas.

¿Hay censura dentro de la música con este u otros temas?

Dentro y fuera de la música hay temas que son incómodos, la violencia de género es uno de ellos. Mujeres que están en organizaciones feministas siempre me dicen que si lo que está pasando en este tema, que muere una mujer a la semana víctima de la violencia de género, pasase con hombres, esto ya estaría dentro de la agenda política como prioridad. Cuando lo oyes así te dices: «¿Será verdad?». Y sí, creo que sí. El machismo mata a más personas que en su día el terrorismo de ETA, que los accidentes laborales y, si me apuras, más que los accidentes de tráfico. Y no lo tienen como un tema prioritario.

El asesinato es lo que se sabe, pero es la punta del iceberg de todo lo que hay debajo. Se saben muchos datos de cómo la mató, de cómo era la víctima, pero de él como mucho sale algún vecino diciendo que era una buenísima persona. ¿Qué idea tenemos de lo que es un maltratador? No se cuenta. No tenemos una lista de personas que son maltratadoras. Se sigue victimizando a la víctima, pero de su agresor no se sabe nada. Es un tema tan incómodo que no se sabe cómo tratar.

Hace poco nos llegaba la noticia de la retirada del proyecto de la ley del aborto propuesta por el ya exministro Alberto Ruiz-Gallardón, ¿es un logro del feminismo o de la sociedad?

Estoy convencida de que ha sido la presión de organizaciones feministas la que ha hecho que tengan que echar atrás esa ley. Era un retroceso. No somos niñas pequeñas, somos ciudadanas adultas, parte de la ciudadanía, y sabemos cuántas muertes han traído los abortos clandestinos. Aparte, que era una cuestión de dinero, si tenías dinero te ibas a Londres y abortabas; si no, arriesgabas tu vida.

No es justo que una mujer no pueda decidir libremente si está en condiciones económicas, sociales, culturales o psicológicas de traer una nueva vida. Es algo que solo la mujer puede decidir.

También los hombres apoyaban la retirada de esta ley.

Hay muchos hombres con mentalidad feminista. Ser feminista no es único de la mujer, por eso decir que es un éxito del feminismo no excluye a ningún hombre.

Hablamos de «éxito» ahora, pero esta reforma era un compromiso electoral del PP, que gobierna con mayoría absoluta.

Podría haber salido adelante, como bien dices gobiernan con mayoría absoluta. Si eso hubiese pasado hubiese sido un desastre para muchas mujeres que se hubieran visto abocadas a jugarse la vida. Ha sido un éxito porque había alguien que quería una ley nueva cuando tenemos una aceptable y que está a la altura del resto de Europa. Esta ley no tenía por qué modificarse, por eso digo que ha sido un éxito. No solo hablamos ya de esa posible vida, sino de la de las mujeres que hubiesen podido quedar por el camino.

Amparo Sánchez para Jot Down 5

Te quedaste embarazada con catorce años de un chico que no tenía claro ni siquiera si seguir contigo y no apoyaba tu embarazo; estabas todavía en el colegio de monjas —lo que te costó la expulsión del mismo—, y sin trabajo. No tenías mucho a tu favor y decidiste dar a luz.

Cuando decidí tener relaciones por primera vez mi miedo era quedarme embarazada, así que usaba o creía usar (luego ya se vio que no) todos los métodos que fueran necesarios para evitarlo. Así que lo vi siempre como algo que me pasó porque me tenía que pasar, no como un descuido, ni un accidente, ni algo que me tengo que quitar del medio. Pensé que me pasaba por algo, y como fui mayor para acostarme con un hombre, consideré que tenía que ser mayor para encararlo.

También había visto en otras compañeras que si querían interrumpir el embarazo tenían que ir con su madre a Londres. No era una cuestión de ir a la seguridad social, en ese caso igual me lo hubiese planteado. Lo de irme a otro país y hacer las cosas en la clandestinidad, ¡con mi madre además! Era algo que no me imaginaba ni en sueños.

¿Con la concienciación social de la que hablábamos antes crees que es más fácil que la mujer que sufre violencia de género sea capaz de ver que lo que le está pasando no es su culpa?

Cuando estás dentro de esto no lo ves. Lo primero que tienes que aceptar es que te está pasando algo. Es muy difícil decirte a ti misma estoy siendo maltratada. Y una vez que te lo dices, si te atreves a contarlo a los demás, ha pasado un tiempo y muchas cosas hasta que lo cuentas.

Hasta que no empiezas a amarte y a repetirte que no es eso lo que quieres, ni lo que mereces, que el que te hagan llorar no es amor… Hasta que no te convences a ti misma de todo esto es complicado. La ayuda de terapeutas puede servir de mucho, pero como en cualquier otro aspecto, hasta que tú no encuentres esa fuerza interior, es difícil.

Cuando hablamos de violencia doméstica inevitablemente pensamos en víctimas mujeres. ¿Los hombres que sufren esta violencia son aún más invisibles?

Los hombres se lo callan también. Sienten mucha vergüenza. La violencia existe a nuestro alrededor más de lo que pensamos. Dentro del ámbito familiar hay muchos tipos de violencia que no siempre pueden percibirse alrededor, se dan cuando cierras la puerta de tu casa.

La violencia es terrible en todos los aspectos, pero según las estadísticas la violencia de género, que es la violencia que se ejerce sobre la mujer, es la que causa muertes. La ley contra la violencia de género dice, «la violencia de género es la expresión más brutal de la desigualdad entre hombres y mujeres». ¿Que existen violencias? Muchísimas, hay muchos tipos. Pero si hablamos de género hablamos de desigualdad.

Hasta que viene la primera bofetada ha habido un desgaste psicológico previo. Esa violencia psicológica no provoca muertes pero la pueden estar sufriendo hombres.

Por supuesto, toda violencia es condenable. Lo que pasa es que en el tema del género existe el factor de que el hombre siente que está por encima de la mujer, cree que te tiene que educar, no te ve como a una igual, esta es la clave de la violencia de género.

En cualquier otro tipo de violencia hay muchas claves: desamor, venganza, educación, hay muchas mujeres que han visto cómo la madre machacaba al padre. Son roles que tienen que ver con las circunstancias personales de cada uno, pero la de género es un problema también de desigualdad, y la solución es la igualdad y la visibilidad.

¿Crees que esa igualdad es alcanzable?

Sí, ojalá. Ojalá las niñas que son ahora bebés nunca tengan un problema de violencia de género, ni abusos sexuales. Merecemos esto, y yo lo que me quede de vida lucharé por conseguirlo.

Hemos hablado de tu libro pero, ¿cómo es ser una escritora novel? 

No pensé nunca ser escritora, aunque siempre me gusto escribir, cuadernos de viaje, relatos, poemas, canciones…

¿Dista mucho el proceso hasta encontrar editorial con el mismo ejemplo pero en discográfica?

Cuando este libro empezó a parecer un libro lo envié a amigas, gente muy cercana, que me animaron a publicarlo. Hace un par de años tuve un contacto con una editorial muy grande, sentí que no era el momento y decidí esperar para crear mi equipo, una amiga periodista se unió a la aventura y luego apareció la editorial Lupercalia. No lo he enviado a muchas editoriales, confiaba en que la gente adecuada aparecería para sacarlo a la luz .

Ricardo Moreno Mira (editorial Lupercalia) es de los pocos editores que apuesta por autores actuales que escriben en castellano. Además publica bastantes libros de poesía. ¿Por qué esa editorial y no otra?

Contacté con ellos por casualidad, a través de un profesor que estaba haciendo un libro de cuentos en el que participé. Me contó que los ingresos iban a una asociación de mujeres contra la violencia de género, así que me atreví a hablarle de mi libro y sentí una corazonada, le pedí el contacto de la editorial, Lupercalia, había mirado la web y parecía una apuesta diferente, arriesgada y valiente. Tanto Ricardo como Almudena me han dado todo su apoyo y respeto desde que leyeron los tres primeros capítulos y me ofrecieron sacarlo con ellos. Estoy muy agradecida de que hayan apostado por mí y por mi historia.

Amparo Sánchez para Jot Down

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64 Comentarios

  1. Pregunta: En el mundo árabe las movilizaciones de las mujeres han sido fundamentales para avanzar en la conquista de sus derechos, ¿las mujeres de Occidente estamos tan involucradas en nuestra lucha?

    ¿A qué movilizaciones se refiere, de qué derechos habla?

  2. Pingback: Amparo Sánchez: «Para la Iglesia las mujeres son Magdalena, que era puta, o María, que era virgen»

  3. María Magdalena no era prostituta, en la Biblia nunca dice eso.

  4. Es gracioso que diga que conozca la iglesia católica y lance esos ataques tan gratuitos y de puro desconocimiento. En cierto sentido esta señora viene a ser un ejemplo más de los pretenciosos españoles: si quieres destacar lanza una soflama anticatólica, tendrás el titular asegurado. No entiendo que critique que los niños jueguen a baloncesto y las niñas se junten en corrillos entre ellas. Es algo puramente normal a esa edad e intentar ver indicios de machismo en eso es ridículo.

    • michelle

      Normal a esa edad???? normal es la norma Mateo, que en tu tierra es maltratar e incluso matar a las mujeres. Pero como es lo «normal» tranquilo, no pasa nada. Normal es que la mujer se deslome trabajando en todas partes y encima deba sacar el hogar adelante; pero como es lo «normal» tranquilo, el machismo es otra cosa…… simplemente PATETICO

      • Pepalotes

        No olvides, Michelle, que la iglesia católica está sostenida, al igual que la mayoría de religiones organizadas, por mujeres. Así que para limitar su poder -algo deseable, al menos para mí- las mujeres tienen tanta o más responsabilidad que los hombres. Quienes, por cierto, padecen más habitualmente los rigores del trabajo duro que las mujeres.

        • Limitar el poder de las mujeres??? que la iglesia católica se sostiene por mujeres?? pepa, trata de releerte chico……. lo del trabajo duro solo es sintoma de que tu mundo has visto bastante poco. debes creer que no existen otros continentes. Muy triste.

          • Pepalotes

            Trata de releer tú mi mensaje, Michelle, que vas como un toro hacia un paño rojo y se te nubla la capacidad lectora; es obvio que se refiere a limitar el poder de la Iglesia Católica. Las mujeres forman una mayor proporción de fieles que los hombres, y por eso plantear ese tipo de cuestiones religiosas como si fueran un “hombres vs mujeres” es todo un ejemplo de pereza intelectual y una gañanada.

            La mayoría de trabajos que implican “deslomarse”, como tú dices, los llevan a cabo hombres, aquí y en otros continentes. No estaría mal que buscaras datos sobre el trabajo infantil por géneros, a ver si abandonas por un momento tu visión maniquea del mundo.

            • michelle

              Datos???? hace falta tener mucha cara, o muchas «pelotas» para querer hablarme de la situación de las niñas en Africa; America y Asia…… creo que lo que te hace falta es viajar un poquito y dejar de leer «datos».
              A lo mejor abándonabas de una vez tu maravillosa imparcialidad palotes.

              • Pepalotes

                Ilústrame tú, pues. Mientras que, en tus palabras, «la mujer se desloma trabajando en cualquier parte», ¿qué hacen los hombres? ¿Jugar a la Play? ¿Beber mojitos? Asume que sólo le das importancia a la mitad de la humanidad, y que la otra te la resbala amplísimamente.

      • Él comenta que es normal que los chavales quieran jugar a baloncesto y ellas principalmente reunirse en corrillos para hablar (yo así lo vi en mi colegio en su momento, no es ningún drama) y tú respondes hablando de «matar mujeres». Vaya manera de argumentar, el feminismo está bajo mínimos intelectualmente.

        • No c, el argumenta en base a la NORMALIDAD, ergo como es normal la violencia de genero igualmente le parecerá correcto. Justificar algo amparándose en la normalidad es patético!!!!

  5. «La maté porque era mía» es una crítica social, no una canción que hace apología de la violencia. Un poco triste tener que aclararlo…

  6. Bigote Prusiano

    La entrevistada expone todos y cada uno de los clichés del feminismo institucional, no sé ni por dónde empezar:

    1) El asunto de las letras. Vamos a ver, las letras de las canciones son ficción, una creación de intenciones artísticas con desigual calidad según el talento. Los tangos, las coplas, y de forma más agresiva la tradición de las Murder Ballads por ejemplo, tratan de relaciones conflictivas. En el último caso directamente de asesinatos y algún que otro psicópata o asesino en serie. Exactamente de la misma manera que las películas, series, tebeos o novelas. Parece ser que el caso de las canciones es especial y hay que delimitar la música a adaptaciones de Paulo Coelho.

    2) El asunto educativo. Los varones no ocupan el centro del campo debido a los efectos de la educación. Eso te lo puede explicar cualquier profesor no adoctrinado. Y por supuesto numerosos estudios sólidos. Los niños son más exploradores, activos y tendentes a tener un número de amigos mayor y superficial. La niñas son más tranquilas y proclives a mantener amistades escasas e íntimas. Esos estudios realizados con niños incluso muestran cómo las niñas suelen preferir jugar de dos en dos, rechazando con vehemencia a una tercera. Esto influye por cierto, entre otros muchos factores, en el futuro mercado laboral. Los hombres suelen ser mucho más hábiles en multiplicar los llamados contactos, debido a la mayor tendencia a la amistad abundante pero superficial.

    c) El repetitivo mantra de las empresas. En España, con un altísimo índice de paro, más de la tercera parte de los que tienen la suerte de trabajar no llegan a los 700 euros. Ese porcentaje aumenta si ponemos el tope en mil euros. Así que cuando hablamos de paridad en las empresas…¿de qué paridad y qué empresas hablamos? De un pequeño número de empresas solventes y grandes. El feminismo tiene la virtud de tergiversar hasta el punto de hacer general un problema minoritario, y, para colmo, de convertir un privilegio en una carencia, dándole la vuelta al calcetín de la realidad (el feminismo no opera en la realidad). Las mujeres de esas empresas privilegiadas tienen buenos sueldos, y el hecho de que no exista paridad no está relacionado con el machismo opresor o el patriarcado bla bla blá, sino con las preferencias propias. De hecho está demostrado que la mal llamada brecha salarial se produce en esas empresas fuertes. Es decir, no hay diferencias de sueldos en el mismo trabajo, sino que la balanza se desnivela ahí… gracias al privilegio de poder pedir bajas y excedencias. Lógicamente, vía tergiversación, ese privilegio es visto como algo perverso por parte del feminismo institucional, que desprecia profundamente la dedicación a los hijos.

    Hala que siga otro : ))))

    • Pepalotes

      “Dentro y fuera de la música hay temas que son incómodos, la violencia de género es uno de ellos”. Sólo hay que ver cómo la canción “Malo” de Bebe nunca sonó en la radio y fue sistemáticamente censurada.

      En general, todo ese párrafo en el que explica que la violencia doméstica “no es una prioridad” y que “mata a más gente que los accidentes laborales y los de tráfico” es para enmarcarlo en una antología del despropósito. ¿Tanto le cuesta hacer una simple búsqueda en Google para darse cuenta de las barbaridades que dice.

      Pero vamos, la palabra “mujer” se repite 47 veces en el texto. Está claro que cuando la música da para poquito (y eso que tiene buenas influencias, pero no se le notan) se sustituye por el activismo de garrafón.

    • michelle

      Que si bigote, que si, que la iglesia católica os ha educado a todos de miedo!!!!!! menos mal que sabéis reconocer los cliches……

  7. «No es justo que una mujer no pueda decidir libremente si está en condiciones económicas, sociales, culturales o psicológicas de traer una nueva vida. Es algo que solo la mujer puede decidir.»

    Yo lo que no termino de ver claro del discurso feminista es que «solo» la mujer ha de decidir si tiene un hijo o no, ahora bien, una vez el niño nace resulta que es de los dos por igual, de la madre y del padre. Y este deberá cuidarlo, responsabilizarse legalmente de él, pasar pensión alimenticia, cambiarle los pañales y coger bajas por paternidad en igual número que las mujeres, si no es machista.

    Así que el niño es solo de ellas cuando conviene y de ambos cuando conviene. Luego se preguntan por qué cada vez menos hombres quieren casarse y tener hijos.

    • michelle

      Ja, ja, ja….. pero tú que discurso feminista has leído??? iba a comentar que no has conocido a una feminista en tu vida, pero creo que lo que no has conocido es a una mujer.

      • Ataque ad hominem aludiendo a mi vida sexual, argumentación cero. Flaco favor estás haciendo al feminismo al defenderlo de esta manera.

        • ja, ja…. quien te habla de sexo C??? es que no sabes distinguir más alla de tus «bolitas». Te he dicho precisamente que no conoces lo que sienten las mujeres en todos los aspectos, no sexualmente. Y desde luego no tienes ni idea de lo que ha significado la lucha feminista. Asi os luce el pelo.
          Salud C

          • Michelle cada intervención tuya te retrata más. Yo cada día veo más criticas al feminismo debido precisamente a gente que al defenderlo recurre a actitudes como esta. Si realmente quisieras apoyar a esa causa, mejor sería que no la defendieras así.

            Pero nada, tú sigue poniendo risitas y sigue insultando, que parece que argumentar con respeto no está a tu alcance.

            • michelle

              Estás muy lejos de que una mujer necesite insultarte. Y las criticas que veas tú hacia el feminismo son lo que preocupan a las mujeres del mundo ja, ja, ja….. seguro C. Mucho menos que alguien como tú las apoye o no.

          • ¿Qué problema hay en que los niños (algunos) juegen al baloncesto y las niñas (algunas) se queden fuera del campo de juego (el problema sería que se quedaran dentro y entorpecieran el juego de los compañeros) jugando y hablando entre ellas? Michelle, fuerzas en sentido de las palabras hasta límites impresionantes y el resultado es demoledor. Tu tono y tus «argumentos» son de carácter religioso, basados en el dogma y las creencias y no en la razón y la ciencia.

  8. Jesús, qué pereza de entrevistada, qué densidad de clichés. Ni una subsecretaria.

    Como dice Bigote Prusiano, no sabe uno por dónde empezar. Pero, por contribuir al trabajo de todos, apunto dos que todavía no se han comentado:

    “He escuchado muchas veces a mujeres decir que no quieren ser directoras de no sé qué porque quieren tener tiempo para su familia.”

    Yo se lo he escuchado a seres humanos de ambos sexos, y, en general, me parece una sabia decisión. Debo estar tarado.

    “Por mucho que hablemos de igualdad, en la prensa no veremos los abogados y las abogadas, los jueces y las juezas, los médicos y las médicas, seguimos usando términos únicamente en masculino, por lo tanto, excluimos a la mitad de la población.”

    Claro que sí. La animo con fervor a componer sus letras evitando esa práctica lingüística excluyente. Construyamos un mundo más justo.

  9. Antonio Pérez

    De toda la entrevista con Amparo Sánchez, de Amparanoia, lo más destacable es esa frase???
    Y cuando entrevisten a un obispo sacarán una frase sobre la música pop?
    Vaya tela…

  10. Jóse Antonio

    La verdad es que lamento profundamente lo que ha tenido que vivir esta mujer, así como cualquier otra que haya tenido el ‘infortunio’ de pasar por toda esta barbarie, pero en las palabras de Amparo (nunca había oído hablar de ella) se observa claramente un trasfondo de resentimiento, siempre vinculado con »cierta» ideología política, y que no tiene relación alguna con los malos tratos que por desgracia ha padecido. No me cabe la menor duda de que si hubiera buscado ayuda en la Iglesia C., de una u otra manera, la hubiera encontrado, y no, no me considero un devoto católico, ni mucho menos, estoy muy alejado de todo ello (digamos que solo soy un pecador más, y no de la pradera precisamente).

    Y después del objetivo mensaje anticatólico (que tanto vende, como indicaba otro contertulio anteriormente) nos encontramos con el omnipresente mensaje feminista. De verdad, todo este asunto del feminismo, o el machismo, da igual, no hace más que medrar la «fatalidad sentimental», dividirnos más a hombres y mujeres, cuando en la vida, que son «cuatro días», deberíamos unirnos más, entendernos mejor en todos los aspectos. Consiste en eso, en llevarnos mejor, no en alimentar nuestro ego para que existan disputas……………….. En fin, me ha causado tristeza leer este artículo. Siento si he podido ofender.

  11. En la Biblia aparecen otras muchas mujeres de caracteres dispares y fuertes personalidades. Estimada cantante de estación de ferrocarril, descubre a la inefable Débora (que sí tenía el don del canto):

    » Débora es Ia Juana de Arco de la asombrosa historia de Israel. Israel cayó repetidas veces en la idolatría. En estos períodos había perdido todo sentimiento de conciencia nacional y habría renunciado a su prestigio y honor. Pero tenía también una resistencia y una elasticidad que le permitía recobrarse como ninguna otra nación. Se recobraba totalmente de lo que parecía una desintegración espiritual y política. Esta capacidad de renacer de sus cenizas era un don de Dios. Que Dios tenía destinado que Israel tenía que restaurarse, se hace evidente de modo perfecto cuando consideramos la historia de Débora y los días en que vivió.
    Casi todos los llanos de Palestina habían ya sucumbido a la fuerza de los cananeos. Jabín, el rey de éstos, residía en Hazor y dominaba a Israel por medio de sus fuerzas armadas. Tenía un potente ejercito, especialmente temido por sus novecientos carros herrados. En contra de ellos los esfuerzos de la infantería eran inútiles. En consecuencia la gente de Israel que poblaba la tierra baja tenía que pagar tributo a Jabín. Vivían en condiciones de servidumbre. Sólo la gente de las regiones montañosas habían conservado su libertad, simplemente porque los carros de guerra de Jabín no se adaptaban al terreno montañoso. Los que vivían en las regiones de montañas como Efraín, poseían todavía una cierta organización, y habían resistido heroicamente.
    La esposa de Lapidot, que vivía debajo de una palmera, entre Rama y Betel, en tierra de Efraín, los había inspirado a esta resistencia. Su nombre era Débora, y la llamaban «la madre de Israel». Era astuta, denodada y tenía el don de la profecía y del canto. Les recordaba a sus compatriotas en las montañas la historia de la liberación de Egipto, el paso por el Sinaí, y les profetizaba días mejores en el futuro. Como juez, administraba justicia y les daba consejos. Su reputación era sólida y les inspiraba confianza. Con la ayuda de Barac organizó un ejercito pequeño permanente entre el pueblo. Entrenó e inspiró al jefe de este ejercito, Barac, y le dio instrucciones en la forma en que debía presentar batalla a Sisara, el general del ejercito de Jabín. Su capacidad militar era evidente, y lo prueba que Barac requiriera de Débora que ella le acompañara a la batalla.
    Se alistaron diez mil hombres de Neftalí y Zabulón, y los estacionó en el monte de Tabor. Débora dirigió destacamentos que se apoderaran de los pasos en las montañas. Conocía a Jabín y su altivez, y sabía que entraría en el valle del Kisón, terreno sumamente peligroso entonces para los carros herrados, por ser la estación de las lluvias.
    Todo sucedió como ella había previsto. Barac estaba esperando en la ladera del Tabor. Los otros bloqueaban los pasos hacia la región del norte. Barac descendió del monte con sus hombres. Sisara se hallaba en el valle de Kisón. Dios envió una tormenta de truenos y relámpagos que desbarató completamente las filas de Jabín. Las huestes de Barac se lanzaron contra el ejercito en desorden de Jabín y los carros acabaron arrastrados o atascados en el turbulento Kisón. La derrota de Sisara fue completa. Él mismo pereció en su huida en manos de una mujer, mientras descansaba agotado en una tienda. Barac contribuyó a la victoria, pero las alabanzas no recayeron sobre él sino sobre Débora, que era poderosa porque la movía el Espíritu del Señor. De El recibía su inspiración y el fuego de su corazón. Su heroísmo se contagió a todos aquel día. La nombraron «madre de Israel». De ella Dios irradia inspiración y despierta a los que duermen, para que la luz de Cristo los ilumine. «

  12. Vaya, así que los hombres sabemos mejor que la entrevistada lo que siente y debe sentir una mujer maltratada, además de culparla como es debido por no saber superar adecuadamente la situación. Igual si nos ponemos a escarbar más llegaremos a averiguar que fue ella la que tuvo la culpa del maltrato sufrido.
    Pienso que podemos intentar explicarnos, que podemos intentar convencer a Amparo de que no todos los hombres somos tan malas personas, de que nuestra intención en el día a día no es eternizar el machismo imperante, pero no podemos obligarla a sentir lo que creemos que debe sentir. Los hombres sabemos que pegar está mal, pero no sabemos cómo se siente una mujer maltratada como para darle lecciones. No nos podemos poner en su lugar, nos resulta imposible, así que desde mi punto de vista la opción que nos queda es escucharla, empatizar con ella e intentar entenderla. Intentar convencerla de mis dogmas antes de entenderla a ella es como si me presento en Ferguson y les explico a las personas negras que allí residen que están exagerando, que su presidente es negro y que por lo tanto ellos no están discriminados. Sabré yo!

    • Muchísimas gracias por este comentario!!!!
      Esto es un comentario feminista, no lo que creen los machistas/gurus que han escrito arriba.

    • Pues a mi me resulta fácil ponerme en su lugar. Sólo tengo que imaginar que yo hubiera sufrido malos tratos. Si uno argumenta contra determinados clichés que expresa esta mujer, lo hace porque está en desacuerdo con ellos, no porque esta mujer sea mujer.

      • michelle

        Ah, que te resulta fácil ponerte en la piel de las mujeres maltratadas??? pues presentate en un laboratorio que te lo agradecen!!!!
        Lo que faltaba por leer aquí…… menuda pleyade.

  13. No, si ya sabemos TODOS que lo malo que les pase a las mujeres es porque no se explican bien, no se lo montan bien i se enredan en tonterías. Vamos, que es por su culpa.

    Vergüencita de comentarios… vargamedió…

    Y dicho esto, le podríais haber preguntado más por la música, se me ha hecho corto.

  14. Los niños y las niñas no reciben la misma educación, es un hecho que se demuestra a diario, en un montón de detalles cotidianos. Por ejemplo, las mujeres, en general, respetan más los límites de velocidad que los hombres, y una posible explicación es que a ellas se les educa para ser responsables, mientras que a los niños se les premia la osadía. No son bien conocidos (o simplemente no reciben mucha atención) los mecanismos de esta enculturación, pero sus efectos son observables y medibles. Es decir, los niños y las niñas no son educados en igualdad.

    Espero poder leer ese libro pronto. El poder de Machín fue un disco que marcó un antes y un después para mi musicalmente, de hecho es el disco que a mi me hubiera gustado componer, si me dedicase a eso, o al menos uno de los que me hubiera gustado. Y recuerdo los directos de esa época como de los que mejor me lo he pasado.

    Gracias por tu valentía y por todo lo que has decidido compartir con nosotros, mucha fuerza, suerte y ánimo!

  15. Bigote Prusiano

    waj1Fum, una cosa es empatizar con el sufrimiento ajeno. Otra convertir a dicho sufrimiento en fortalecedor de determinadas opiniones, desde mi punto de vista insostenibles. El hecho de sufrir no equivale a llevar la razón en otros aspectos. En estos casos y en otros muy distintos.

    Elías. Los niños son más osados de serie, no hace falta la educación. Es así en la realidad. Es de serie. La testosterona manda. Sus efectos son comprobables, medibles y sobradamente conocidos.

    • michelle

      Claro, claro….. si ya sabemos que violentáis por la testosterona y las victimas son las culpables…… otro experto en colocarse en la piel femenina. Lo inexplicable es como sois tan defectuosos geneticamente.

    • Bigote prusiano : de lo que estoy seguro es que haber pasado esas experiencias no desautoriza a la persona, y en cambio hemos salido varios a insinuar que esta chica está traumada y exagera sus vivencias.
      Por otro lado, lo que ha pasado ella sí que lo sabe mejor que nosotros, y dudarlo, banalizarlo o directamente contradecirla resulta ridículo.
      En cuánto a su análisis, no sé si realmente puede estar más engañada de lo que estamos los hombres, viendo los cómodos análisis que hacemos. Si somos capaces de afirmar que en la Iglesia Católica manda la mujer, o que los trabajos duros los hacemos siempre los hombres…
      Y para terminar, tenemos diferencias físicas que no podemos obviar, pero no las podemos utilizar como coartada para los hombres y condena para las mujeres. A nosotros, la testosterona nos justifica los actos. A las mujeres, las hormonas las alocan y las hacen insoportables, además de hacerles imaginar paranoyas mentales como que los hombres tenemos más poder y abusamos de él. Ni en lo que somos diferentes nos analizamos en igualdad. Y por cierto, la testosterona nos puede condicionar, pero no nos domina hasta el punto de justificar actitudes machistas. Que en parte somos animales, pero en parte somos racionales y en algo lo deberíamos evidenciar.
      Pedro: afirmas que ‘Pues a mi me resulta fácil ponerme en su lugar. Sólo tengo que imaginar que yo hubiera sufrido malos tratos’. Te pondré un mero ejemplo sobre violaciones que le leí a una chica en Twitter. Resulta que a los monaguillos nadie les cuestiona que hayan sido violados por sus curas. Cuando las violadas son chicas, médicos expertos corren a analizar su sexo para poner en duda si han sido violadas realmente. Hasta en eso la testosterona juega un papel importante, debe ser…

      • Pepalotes

        Contesto en lo que me atañe:

        -No he dicho que las mujeres manden en la Iglesia Católica, sino que ésta es respaldada por un número mucho mayor de mujeres que de hombres. Por eso digo que hay que ser muy miope para abordar el tema como si fuera un «hombres vs mujeres».

        -La mayoría de trabajos duros y arriesgados los llevan a cabo hombres, y te bastaría una sencilla búsqueda sobre mortalidad laboral para darte cuenta. El trabajo infantil es en muchos países una cosa casi exclusivamente masculina. De la misma forma que la prostitución se ceba mucho más con las mujeres en casi cualquier parte del mundo, como probablemente sabrás. ¿Por qué esto último se puede afirmar sin problemas, pero no lo anterior?

        P.D: Creo que nadie ha puesto en duda las vivencias de Amparo, sino sólo sus opiniones.

      • Su argumentación me parece precisa, justa, equilibrada, inteligente y clara. Me ha encantado leerla: ¡gracias!

  16. En cualquier caso la mujer es objeto de admiración, al menos para mi (siempre escribo en primera persona), por su inteligencia fundamentalmente. Estoy plenamente convencido, a estas alturas de mi vida, de que la mujer es más inteligente que el hombre, y con diferencia (más que el que escribe seguro), aunque aquí tampoco se debaten las cualidades morfológicamente intrínsecas sino la conveniencia de establecer ‘-ismos’ en nuestra sociedad, si potenciarlos o librarnos de ellos, y personalmente creo que si nos libráramos de ellos habría más Amor, no creéis?. Eso, creo, es lo que más necesitamos, todos.

    Me ha gustado bastante la intervención de Waj1Fum. Asímismo, cabe resaltar la «profesionalidad gramatical» de la autora del artículo.

    • ¿la mujer es objeto?
      Anatema.
      Al puto infierno.

      • «Objeto de…..», no un objeto (objeto-sujeto).

      • Jajajaja, Michelle, es objeto de admiración, no quería decir un objeto, o cosa, porque las personas no somos objetos. Tranquilízate mujer, que vas «a tope», jajajaja. Si se te pusiera más de uno a tiro te lo llevarías por delante, eh!. No pasa nada, jajajaja…

      • Perdón, eres Vellana y no Michelle (no se si eres la misma, con el nombre cambiado, en cualquier caso las chicas que opináis aquí sóis de armas tomar, eh!!!, Jajajajajaja).

  17. Tanto para la entrevistada como para el resto, creo que esta entrevista a Susan Pinker (y sus libros, por supuesto) es muy interesante

  18. El titular es sensacionalista pero incompleto. Efectivamente: «Para la Iglesia las mujeres son Magdalena, que era puta, o María, que era virgen». Pero se le olvida decir que para la Iglesia tanto la Magdalena como María son… santas. Y también ha habido muchas santas que ni lo uno ni lo otro.

  19. La iglesia católica rechaza que María Magdalena fuera una prostituta. Si ha trabajado en un colegio de monjas y tanto habla de dicha fe, debería saberlo.

  20. En ningún sitio de la Biblia pone que Magdalena era puta. ¡Pura ignoracia!

    • ignorancia*

    • A mí me enseñaron, cuando era pequeña, que ella era una pecadora arrepetida (ejem!). No pretendo convertirme en experta en este tema, así que echo mano de lo más cómodo (¡cómo no: Wikipedia!): «En 1969, el papa Pablo VI retiró del calendario litúrgico el apelativo de «penitente» adjudicado tradicionalmente a María Magdalena; asimismo, desde esa fecha dejaron de emplearse en la liturgia de la festividad de María Magdalena la lectura del evangelio de Lucas acerca de la mujer pecadora. Desde entonces, la Iglesia Católica ha dejado de considerar a María Magdalena una prostituta arrepentida. Sin embargo, esta visión continúa siendo la predominante para muchos católicos.»

      • … aunque 1969 no es una fecha tan remota, parece ser que el estudio de la religión ha perdido bastante audiencia y sospecho que mucho, muchísimo encanto desde entonces.

  21. Perikorro

    Madre mía, lo que es este país. Se sigue diciendo algo de la Iglesia Católica y te saltan como alimañas.

    Vamos a ver, esta mujer estudió en un colegio de monjas hace ya sus buenos años. Pues bien, la opinión que tenga del catolicismo gustará más o menos pero como ha tenido que sufrirlo pues puede decir lo que le salga de las narices. Y al que le pique que se rasque.

    Y en el tema de la igualdad, cada uno tenemos nuestra opinión. Pero que sigue habiendo una desigualdad sonrojante es un hecho. El que no quiera verlo o pretenda camuflarlo, pues muy bien por él, pero a mí no me engaña. Y lo de la testosterona y todo eso, pues muy bien pero que yo sepa los maltratadores (y una gran cantidad de hombres en general) suelen ser muy audaces con las mujeres pero ante otros hombres, esa testosterona se les diluye cual azucarillo porque son unos putos cobardes.

    Y con respecto a lo que decía uno por ahí arriba de si el aborto es algo que solo incumbe a las mujeres y la maternidad incumbe a ambos pues es tan fácil como entender que es así. El aborto es una decisión de la mujer y el hombre lo más que puede hacer es apoyarla y darle su opinión si así es requerida. Y la maternidad incumbe a ambos y si no os gusta que sea así, no mantengáis relaciones sexuales con mujeres y asunto terminado.

    Nosotros tenemos una ventaja natural sobre ellas y es que podemos mear de pie. Qué injusta la naturaleza ¿no?

    Un hombre no es un hombre si piensa que la mujer es inferior. Un hombre es un hombre cuando sabe querer a su mujer y dar la cara por su familia. Lo demás, machismo atávico aferrado en nuestro hipotálamo.

    He dicho.

    • ¡Un resumen genial! ¡Gracias!

    • «Y con respecto a lo que decía uno por ahí arriba de si el aborto es algo que solo incumbe a las mujeres y la maternidad incumbe a ambos pues es tan fácil como entender que es así.»

      Eso no es un argumento ni nada. Es absuro decir que el aborto es sólo decisión de la mujer, cuando el hombre contribuyó en partes iguales a formar a ese niño. A lo sumo lo que hacees es defender con cinismo algo que es patentemente falso: tanto el aborto como la paternidad son decisiones de ambos, no de una parte sola.

      Pues si una mujer tiene derecho a desentenderse de su hijo matándolo en la panza, un hombre tiene el mismo derecho a desentenderse de su hijo mientras este también está en la panza, ¿O no? Lo demás es hipocresía.

  22. Pingback: Anónimo

  23. cuando no hay que hablar de música, al rollo, vaya entrevista aburrida , ah, y Morente iba rodeado de gitanos, casado con gitana, pero queda muy papichuli decir que los gitanos no sé qué, otra cosa es que su forma de cantar guste mas o menos, que a Morente le pasa como a Mozart, hay que decir sí o sí que es un genio

  24. «El machismo mata a más personas que en su día el terrorismo de ETA, que los accidentes laborales y, si me apuras, más que los accidentes de tráfico.»

    Muertos por accidentes laborales en 2013: 540

    Muertos por accidentes de trafico en 2013: 1680

    Muertas por violencia de genero en 2013: 48

    Igual es que soy un machirulo falocentrista, pero desconfio de las ideologias que se justifican mediante mentiras.

  25. Azota Cabrones

    adolfo José Petit Caro. Este es el cura cabrón, insaciable con el dinero y que no quiere más que medrar en cargos.
    Que Dios lo acoja en el infierno.

  26. Pingback: Santi Balmes y Gonçal Planas: «Somos como los irlandeses o escoceses, caemos bien cuando demostramos sumisión cultural» - Jot Down Cultural Magazine

  27. http://ccaa.elpais.com/ccaa/2016/09/06/catalunya/1473150689_140258.html

    y así, ejemplos a cientos, si no a miles.

    Por favor, antes de opinar tan en «blanco y negro» (puta o virgen) piensen que hay mucha gente, muchas mujeres que entregan lo mejor de su existencia, su propia vida por los que sufren. Esta es una vida de HECHOS en medio de tanta palabra hueca.

  28. Pingback: ¿Por qué debes amar a Amparanoia? – Zuriquesa desatada

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