El Pandemonium Opinión

Comunicándose con Nemo

Andaba hace unos días hojeando el número de enero de la revista musical Rockdelux cuando me topé con una entrevista con unos tales Reina Republicana. Excelente nombre para un grupo. Provocador (entre lo de Urdangarín y esto la monarquía ya puede darse por derrocada). Brillantemente oxímoronico (porque ya saben ustedes que las repúblicas no tienen reina). Y eufónico (esas iniciales repetidas, como en Peter Parker, Bruce Banner o Cristian Campos).

A veces me pregunto de dónde sacamos tanto ingenio los españoles.

El tema es que en la entradilla de la entrevista aparece esta frase: “Nuestra misión no es cambiar la sociedad, pero votamos a partidos de izquierdas, como cualquier persona con dos dedos de frente en los tiempos que corren”.

Lo primero que pensé es que menos mal que a Reina Republicana, alias el grupo de rock español con dos dedos de frente, alias el grupo de rock español que vota en bloque, les ha dado por la música y no por ponerse a cambiar la sociedad. Eso es modestia: pudiendo cambiar la faz del planeta se dedican a cantar. Y digo menos mal porque cada vez que a los de su cuerda les ha dado el viento de cambiar la sociedad hemos acabado con millones de muertos en las cunetas. Que se lo pregunten a los descendientes de los kulaks ucranianos, pequeños propietarios campesinos a los que un famoso izquierdista apellidado Stalin quiso cambiar en 1929. Los kulaks, estigmatizados por el socialismo como enemigos del pueblo, acabaron recurriendo al canibalismo tras varias hambrunas provocadas por las ansias colectivistas de un estado omnímodo. Eso sí es un cambio: de comer pan y patatas a comerte las piernas de tus hijos. Murieron ocho millones de personas. 25.000 al día en los momentos culminantes del cambio. Es lo que tienen las tortillas de utopía redentorista de izquierdas: que no se pueden hacer sin romper antes algunos huevos. Pero claro, pensarán ustedes, ¿qué cojones tienen que ver las utopías socialistas de hace 100 años con las utopías socialistas de hoy en día? Apenas nada. Las utopías socialistas están para repetirlas hasta que salgan bien.

Lo segundo en lo que pensé es en lo difícil y crecientemente incómodo que me resulta desde hace algunos años hablar de política con mis conocidos de izquierdas. No creo que sea casualidad que ese período de incomodidad coincida, casi al minuto, con el zapaterismo y su filosofía política, ese agujero de gusano abierto por la izquierda en el tejido espacio-temporal de este país y que nos ha llevado a los españoles de vuelta a los años 70 de una patada cuántica en el culo. Y sé que soy generoso llamando filosofía política a ese magma de vergonzoso oportunismo, corrección política beata, atroces carencias intelectuales, incoherencia a tutiplén, disparates de tebeo, meapilismo radical, sectarismo maoísta, naderías oligofrénicas y ocurrencias de bombero. Pero de alguna manera hemos de entendernos.

Creo que he averiguado el porqué de esa incomodidad. Desde hace relativamente poco soy consciente de que cuando hablo con alguien de izquierdas, estupidizo mi discurso de forma instintiva para que la conversación no desemboque en un diálogo de besugos beodos. Para que mi interlocutor me entienda, en definitiva. Es un esfuerzo casi siempre agotador y raramente productivo, ese de restarle gravitas a tus razonamientos por deferencia hacia tu oponente. Salvando todas las distancias, es lo mismo que hacemos los adultos cuando intentamos comunicarnos con un niño de tres años. Vocalizamos lenta y nítidamente, utilizamos un vocabulario escaso y elemental, teatralizamos nuestro discurso para apoyarlo en la gestualidad y el tono de voz, recurrimos a construcciones gramaticales de sota-caballo-rey y, sobre todo, binarizamos las relaciones causales para no dejar zonas grises abiertas a la libre interpretación de nuestro interlocutor (sartén-sobre el fuego-quema / sartén-en el armario-no quema). Por supuesto, los niños no son en absoluto conscientes de que al hablar con ellos estamos reduciendo la amplitud, la altura, la profundidad y la densidad de nuestro razonamiento. Tampoco son conscientes de que no estamos en realidad dialogando con ellos, sino comunicándonos, que es algo muy diferente (el diálogo se produce entre iguales intelectuales, mientras que la comunicación es todoterreno). Para los niños, lisa y llanamente, ese es el nivel. El suyo y el de todos. Es todo lo que conocen, y no hay más. No hay estratos intelectuales superiores porque ni siquiera conciben que exista algo más allá de su realidad neta. Como el pez que no tiene ni la más remota idea de lo que es el agua porque se ha pasado la vida sumergido en ella. ¡Ándale a ese pez con la idea de que está rodeado de millones de moléculas formadas por dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno!

Así que esa es exactamente la sensación que tengo cuando hablo con mis conocidos de izquierdas: la de estar frente a un pez sumergido en una realidad que desconoce. Un pez que no sólo no sabe, sino que no sabe que no sabe. La historia del siglo 20 es la de las fuerzas del progreso nadando en un medio que ignoran y cagándose en él mientras el conservadurismo liberal se dedica misericordiosamente a cambiarles el agua de vez en cuando para evitar que acaben ahogándose en sus propias heces. El medio que la izquierda desconoce es el de la naturaleza humana. Y su afición a cagarse en el agua en la que nadan alude a esas modas retrógradas con las que periódicamente nos sorprende el progresismo. La última de ellas consiste en poner en duda la mismísima democracia representativa. O lo que es lo mismo, la legitimidad de los representantes políticos votados por millones de ciudadanos en beneficio de apenas un par de miles de manifestantes espontáneos sin oficio ni beneficio ni mérito intelectual alguno. Porque a veces da la sensación de que la izquierda sería capaz de agarrarse a literalmente cualquier cosa con tal de no reconocer su derrota histórica.

— ¿Qué me dices? ¡1000 adolescentes en las calles! ¡¡992 de ellos estudiantes de diseño gráfico, sociología y puericultura!! ¡¡¡Y organizados en comisiones de espiritualidad y de perspectiva de género!!! ¡Son nuestra puta salvación!

Que la izquierda haya puesto buena parte de sus esperanzas de futuro en los descamisados del 15M dice mucho del respeto que le merecen sus propias ideas. Y más que del respeto, de la confianza en esas ideas. De hecho, esa confianza ya quedó clara el 8 de mayo del año pasado, cuando Zapatero recibió en una sola noche las llamadas de Obama, Merkel, Sarkozy y Hu Jintao.

— Aquí la realidad. ¿Se puede poner Zapatero, por favor?

El volantazo que Zapatero dio al rumbo de su gobierno apenas unas horas después fue tan brusco que por poco le rompe el cuello a los suyos. Ahí quedó clara la naturaleza homeopática de la izquierda. Su total incapacidad para dar respuesta a los problemas reales. Porque no existe una respuesta de izquierdas a la crisis. De hecho, no existe una respuesta de izquierdas a absolutamente nada. ¿Leves malestares imaginarios? ¿Dolencias sociales indeterminadas? ¿Síndrome de fatiga crónica política? ¿Siente usted un ligero déficit democrático mientras disfruta desde el bar de la facultad de unos estudios universitarios pagados con los ahorros de todos los españoles? El agua homeopática de izquierdas le proporcionará un placentero efecto placebo… si pertenece usted a las capas más sugestionables y menos cultivadas de la sociedad. ¿Padece sin embargo enfermedades sociales y económicas reales? Recurra usted a la medicina occidental alopática del conservadurismo liberal. O muérase.

No mucho antes de esto, la izquierda había puesto en duda el progreso tecnológico y científico occidental. Y antes de eso, había intentado supeditar la libertad a la igualdad de llegada, es decir a la planificación estatalista de la vida de los ciudadanos. Lo próximo será la defensa de un sistema de castas. En este sentido, atentos a Mimitos Chacón La Salerosa: nos proporcionará luminosos días de gloria si se acaba merendando a Rubalcaba.

Así que cerca ya de los 40, he decidido que no tengo tiempo ni ganas de esforzarme más. Mi experiencia me dicta que dialogar con un izquierdista es un imposible lógico: a lo máximo que puedo aspirar es a comunicarme con él. Y a intentar que no se mate metiendo la lengua en el enchufe.

— ¡Necesito pagar más impuestos! ¡Un 50% no es suficiente! ¡El estado del bienestar me necesita!
— Calla, atontao.

Si la dejas a su aire, la izquierda te monta una Corea del Norte de la Señorita Pepis en menos de lo que canta un gallo. Así que debatir con un progresista conduce a la misma sensación de impotencia a la que te arrastra hacerlo (y vuelvo al ejemplo de antes) con un defensor de la homeopatía.

¿Han probado a discutir con un defensor de la homeopatía? Partamos de la base de que la homeopatía es una mentecatez para analfabetos funcionales. No es una opinión. Es un hecho. La homeopatía se basa en una serie de principios tan ridículamente absurdos que hasta me da pereza escribirlos. Pues bien, ni siquiera el argumento de que nuestras leyes físicas no funcionan así doblegará la voluntad del homeópata. Y no soy capaz de imaginar absolutamente nada, con la excepción obvia de las matemáticas, que funcione con la absoluta y radical inexorabilidad de las leyes físicas. Así que no es que no haya pruebas de la supuesta eficacia de la homeopatía: es que no son necesarias porque, lisa y llanamente, su arquitectura lógica no tiene cabida en nuestra realidad. Quizá en el País de las Maravillas. O en Gotham. O en Narnia. O en la Tierra Media. Pero no aquí, no en este universo. Claro que para un acólito de la secta de Hahnemann, las leyes físicas son sólo una anécdota: el homeópata se sitúa al margen de ellas, en ese mismo territorio mental de fantasía e inocencia ignorante en el que viven los niños el día de Reyes. Curiosamente, la ley de la gravedad la tienen asimilada a la perfección: ningún homeópata sale de su casa por la ventana. Con la interacción nuclear fuerte y la débil ya tienen más problemas. Debe ser porque ambas actúan a un nivel incluso más microscópico que sus neuronas.

¿Paternalista? Pueden apostar por ello. No creo que haya un solo neocon sobre el planeta tierra que no sienta en lo más hondo de su ser una cierta responsabilidad personal hacia el izquierdista de turno. Porque un izquierdista no es más que un adolescente de la política. Y como ocurre con la adolescencia, su enfermedad se cura con la edad. No siempre, pero sí a menudo. Es cuestión de paciencia. Además, el instinto de protección respecto a los más escasos de entendimiento de nuestra especie suele pasar por encima de nuestras diferencias ideológicas. Y esa es por cierto una de las razones de que el nivel de violencia entre los seres humanos esté en el punto más bajo de toda nuestra historia. De que vivamos en el mejor de los tiempos posibles, en definitiva. Porque jamás el ser humano ha sido tan próspero, según cualquier parámetro indicativo de la prosperidad que podamos imaginar, como en 2011. Para el que quiera saber más al respecto de este tema en concreto, The Better Angels of Our Nature: Why Violence Has Declined, de Steven Pinker, y El optimista racional, de Matt Ridley.

Estupidizar tu discurso tiene una ventaja y una desventaja. La ventaja radica en que permite la comunicación con todos aquellos que trabajan por el retroceso de la sociedad a niveles precivilizatorios. Un afiliado de Izquierda Unida, por ejemplo. O una feminista de género. Y mejor que seas capaz de comunicarte con el dueño de la cachiporra si te ves obligado a compartir la cueva con él. La desventaja es que el debate público, a fuerza de simplificación, acaba gravitando sobre un puñado de relatos muy sugestivos, por elementales y asequibles a cualquier inteligencia, pero rotundamente falsos.

Un ejemplo: la crisis financiera. ¿Cuál ha sido la explicación de la izquierda a la misma? Un tebeo. Según el progresismo, la culpa de la crisis es de la desregulación de los mercados, de la especulación desatada del sector financiero y de la codicia de los banqueros. A poco que se pongan añadirán a la lista a Galactus. En resumen: la culpa es de la avaricia del sector privado. Pero la semilla de esta crisis germina en realidad gracias a un tipo de abono muy específico, una medida típicamente socialista ideada e implementada por los distintos gobiernos estadounidenses de la década de los 90: la utilización de empresas patrocinadas por el gobierno, básicamente Fannie Mae y Freddie Mac, como herramientas de ingeniería social. De cambio, en definitiva.

Fannie y Freddie se dedican al negocio de las hipotecas inmobiliarias. Su objetivo principal en los años 90 no era conceder créditos directamente, sino comprarlos a los bancos y agruparlos en inversiones llamadas títulos con respaldo hipotecario. Durante esos años, la Administración respaldaba este tipo de empresas en caso de quiebra. ¿Por qué? Porque tanto Fannie como Freddie habían recibido la orden gubernamental de incrementar el número de propietarios de viviendas aumentando la compra de préstamos a ciudadanos con ingresos bajos. Las famosas hipotecas subprime y Alt-A. ¿Por qué? Porque un ciudadano propietario tiende a ser un ciudadano más responsable que uno que no lo es. Es la misma razón por la que ustedes, en el caso de que pudieran escoger, preferirían vivir en un barrio de propietarios que en uno de pisos patera o en uno carcomido por decenas de viviendas de protección oficial.

Por decirlo de otra manera: a Fannie Mae y a Freddie Mac se les obligó, por motivos políticos, a comprar productos dudosos y a actuar de una forma que contradecía por completo lo que habría sido lógico o sensato en una economía libre. El objetivo era modelar la sociedad de acuerdo a una utopía igualitaria de raíces socialistas. Nadie compra productos caducados voluntariamente o presta libremente dinero a quien no puede devolverlo. Pero de 2001 a 2006, las subprime crecieron desde el 7% hasta el 19% del total de hipotecas, y las Alt-A del 2% al 14%. Una aberración en términos financieros. Suficiente, de hecho, como para doblar las rodillas de un imperio económico como los EE UU. De esta manera, y gracias a la presión del sector público, tanto demócrata como republicano, millones de ciudadanos que ni siquiera podían permitirse pensar en comprarse una casa accedieron a créditos baratos a lo largo de los años 90. En la lógica socialista, un ciudadano jamás es responsable de su situación personal: si no posee una vivienda en propiedad es porque sufre algún tipo de discriminación. Y la discriminación se cura con dinero. Dinero público. Ese dinero que, según Carmen Calvo, “no es de nadie”. Súmenle a ello una política de tipos bajos y tendrán los ingredientes de una tormenta financiera perfecta. Arthur C. Brooks lo explica con más detalle en La batalla.

Pero para la izquierda internacional, la culpa de la crisis sigue siendo de un puñado de pérfidos banqueros con mostacho, chistera, puro y copa balón de Soberano. No de la brutal presión a la que las administraciones públicas sometieron a las mencionadas empresas con el objetivo de violentar la lógica de la realidad. No de miles de ciudadanos de clase baja, los antiguos proletarios del derecho romano y del marxismo, que se lanzaron a comprar voluntaria y libremente, espoleados por el resentimiento social, enfermos de envidia de clase y sin que nadie les pusiera una pistola en la cabeza, propiedades que evidentemente no podían permitirse. La culpa es de la víctima. Del sector privado. De la clase media cuyas reservas financieras de toda una vida se destinaron masivamente a cubrir los impagos de la clase baja. Porque la izquierda no ve el agua. Se limita a nadar a merced de la corriente. ¿Para qué ir más allá? ¿Para qué plantearse la naturaleza de la realidad cuando podemos disponer de un relato confortable, lo suficientemente afable y tranquilizador como para encajar en prácticamente todos y cada uno de los problemas que nos plantea la convivencia en sociedad? One size fits all. Un topicazo lo explica todo. La culpa es del otro. Del rico. Del judío. Del americano. Del burgués. Del sistema. De la democracia. Jamás nuestra.

Habrán oído ustedes el argumento, expresado así o de manera parecida, de que “los bancos facilitaron el acceso a las hipotecas para poder exprimir a los ciudadanos”. Obviando el hecho de que, aún si eso fuera así, la decisión de dejarse o no exprimir seguiría recayendo en el ciudadano por la sencilla razón de que el banco no tiene forma humana de obligarte a firmar aquello que tú no deseas firmar, el argumento revela la visión que tiene la izquierda de sus congéneres: meros conejillos de indias a cuyo alcance no se puede dejar la bolsa de grano porque son capaces de ponerse a comer hasta reventar. De esa visión de los seres humanos como bobos amasijos de carne sin voluntad propia, necesitados del control y la guía de un gobierno omnipotente, nace la típica distorsión cognitiva izquierdista sobre algunas de las nociones más elementales de la naturaleza humana: responsabilidad personal, dignidad y coherencia intelectual.

De esa distorsión cognitiva nace también otro de los rasgos distintivos de la izquierda contemporánea: su molesta tendencia a poner el foco en la excepción y no en la regla. En la minoría en detrimento de la mayoría. Por eso miles de padres (de sexo masculino) y madres (de sexo femenino) han perdido su derecho a ser reconocidos como tales en el Registro y en el Libro de Familia en beneficio de términos como progenitor A y progenitor B: por la supuesta necesidad de no ofender a esa estadísticamente anecdótica minoría de parejas homosexuales que podrían sentirse absurdamente discriminadas por los términos padre y madre. En la lógica socialista, joder a millones es un pequeño precio a pagar por no incomodar la paz interior de unas pocas docenas de hipersensibles afectos a la causa. Por eso nuestro sistema legal es garantista hasta la náusea con los derechos del criminal y muchísimo menos con los de las potenciales víctimas, una herencia del antifranquismo sobrevenido que no tiene ningún sentido en una democracia occidental y que nos cuesta sangre periódicamente gracias a un poderoso efecto llamada que vomita en nuestros calles lo mejor de cada casa de algunos de nuestros países vecinos. Como si no tuviéramos suficiente con las decenas de miles de cafres patrios que corren sueltos por ahí. De ahí también un proyecto guerracivilista como el de la memoria histórica, que se aprovecha de la petición legítima de un puñado de familias españolas (la de enterrar dignamente a sus familiares) para reavivar las brasas de un conflicto que ningún gobierno democrático español se había atrevido a aventar anteriormente.

Y eso por no entrar en la mayor y más flagrante de sus disonancias: la que lleva a sus seguidores a considerarse a sí mismos como progresistas y pacíficos cuando sus postulados beben de las corrientes culturales más retrógradas que jamás haya regurgitado ser humano alguno (la escuela de Frankfurt, el comunismo, el indigenismo, el romanticismo nacionalista, el relativismo o la ideología de género) y cuando su recurso a la violencia no ha sido precisamente puntual, sino más bien habitual a lo largo de más de 30 años de democracia en nuestro país. Porque en la España democrática no ha habido un solo acto de violencia política jaleado por una parte significativa de la sociedad que no haya tenido como ejecutor a un izquierdista. ¿ETA? Marxismo-leninismo. ¿Los GRAPO? Maoísmo. ¿Terra Lliure? Nacionalismo de extrema izquierda. ¿Los GAL? Terrorismo de estado financiado por altos cargos socialistas del Ministerio del Interior. Y eso sin entrar en la violencia de baja intensidad. En el habitual matonismo sindicalista durante las huelgas generales. En la obstrucción de la ejecución de decisiones judiciales firmes como las que implican el desahucio de morosos. En esas ya cotidianas manifestaciones de la izquierda moderada que acaban indefectiblemente con un par de docenas de heridos y el mobiliario urbano carbonizado. O en el deporte nacional por excelencia: el boicoteo de conferencias del disidente de turno, cuando no el hostiamiento del mismo. ¿Cuál es el equivalente de derechas de todo lo mencionado? No serán capaces ustedes de dar con un solo ejemplo significativo o representativo. En este país pueden ustedes apostar algo a que cada vez que se topen con un palo, en un extremo del mismo estará el puño de un progresista y en el otro la crisma de un supuesto fascista. Y cerca de ellos, un segundo izquierdista pacífico que observa la escena con calma bovina y asiente con la cabeza mientras condena la violencia pero entiende sus causas.

Por eso cuando la izquierda llama a la movilización y a la acción, a mí se me ponen los cojones por corbata. Debe ser cosa de la energía explosiva que proporciona la fe ciega en una utopía redentorista, en oposición a la serenidad escéptica del conocimiento científico. ¿Más movilización? ¿Más acción? ¿A qué tipo de acción alude la izquierda que no haya ensayado anteriormente decenas de veces? Porque el progresismo en este país no le ha hecho ascos a ningún tipo de violencia y/o de violentamiento de la legalidad democrática. ¿Qué les queda por probar? ¿El linchamiento de los desviados por parte de la turbamulta? ¿La lapidación de los desafectos? ¿El circo romano? ¿El rayo de la muerte?

¿Pero de dónde cojones sale esa absurda superioridad moral de la izquierda? Deberían esconderse debajo de una baldosa, joder.

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112 Comentarios

  1. Cerrada ovación.

  2. Miguel Angel

    Gran articulo, pero me cuesta creer que el grupo haya dicho eso literalmente. Sigo a Reina republicana desde su inicio y jamas habian hecho una declaración tan tajante, de hecho, nunca habían hablado de politica. Una vez más, las revistas prevslecen el titular, en muchos casos, omitiendo la verdad

  3. La realidad es asquerosamente de derechas.

  4. Buffff, que pereza, otra vez Stalin y los gulags ¿es que no podemos superar la dicotomía izquierdas/derechas? siempre resucitando muertos… Para desgracia nuestra, seguimos aferrados a un modelo de sociedad totalmente insostenible, y ni unos ni otros ofrecen alternativas, solo mantener unas ideas decadentes que benefician a unos pocos mientras los demás nos sentimos gilipollas.

    El pensamiento «de izquierdas» o progresista dentro del mundo del arte o la cultura merece, por otra parte, un debate más profundo, al menos en el s. XX está íntimamente ligado a una concepción del tiempo y una necesidad vital de cambio y superación, no puede entenderse desde otra perspectiva.

    Creo, que en en ningún caso, sentirse «de izquierdas» signifique justificar el crimen, la dictadura o el abuso (igual que la mayoría que votan una opción como el PP no creo que justifiquen la dictadura de Franco, por ejemplo).

  5. Es usted muy parecido a Manu Chao: Tiene algunas ideas buenas pero se le hacen batiburrillo. Menuda diarrea tienen ustedes los redentoristas de uno y otro signo. Por cierto, en su papilla neocon solo echo en falta la reivindicación del creacionismo. Que no se le olvide para la próxima.
    Y otra cosa: aquí ya no está usted hablando con sus amigos izquierdistas así que tenga la cortesía de dejar de ‘restarle gravitas a su discurso’, puede ‘desestupidizarlo’ sin ningún problema.

  6. Edu: Dejando a un lado que lo de Stalin y el gulag SI esta vinculado a la izquierda moderna, como el artículo expone y razona, decirle que su comentario ofrece un ejemplo del pez de que habla Campos. Ningun ánimo de ofensa. Tómelo como cuando alguien le informa de que tiene un trozo de lechuga entre los dientes.

    R1: bzzzzzz… Argumentación Ad-hominem. No válida. Vuelva a intentarlo.

  7. Joder con los sesgos ideológicos.

    Ahora te voy a decir yo los míos:

    En un lado está la estupidez y en el otro la lucidez, yo intento, aunque no siempre puedo, tener el sesgo de la lucidez, que por supuesto va de la mano de un pensamiento crítico y desligado de lateralidades anacrónicas y absurdas. Es en esta dialéctica donde la izquierda se columpia claramente hacia uno de los lados, y no el bueno.

    Pero hay otra balanza de dos brazos, en la cual uno de ellos pesa la decencia y el otro la indecencia, y ahí intento quedarme en el lado de la decencia, la cual es pisoteada y defenestrada continuamente por una gran parte de los caballeros de derechas, tanto los que se declaran orgullosos de serlo como los que lo niegan mientras te olisquean los bolsillos.

    Imbéciles e hijos de puta los hay de todos los colores.

    No te voy a hacer un esquema porque como eres considerablemente superior intelectualmente a tantísimas personas, seguramente lo seas también a mi, asi que ya me despido, Ilustrísima.

  8. «Un topicazo lo explica todo. La culpa es del otro. Del rico. Del judío. Del americano. Del burgués. Del sistema. De la democracia. Jamás nuestra.»

    Ya veo, en realidad la crisis es culpa es de la clase baja. De medidas típicamente socialistas. De empresas patrocinadas por el gobierno. De la ingeniería social. De la izquierda. Jamás nuestra.

    No hay nada como abandonar el pensamiento maníqueo izquierdista y su ingenua pretensión de tener una solución única para todo y abrazar el liberalismo. Que es la verdadera y definitiva solución única para todo.

    Respecto a «algunas de las nociones más elementales de la naturaleza humana: responsabilidad personal»… parece que los estudios sobre el asunto van señalando lo contrario, que la responsabilidad personal es una ilusión, ayer mismo Arcadi Espada enlazó un artículo al respecto en su blog. Sin libre albedrío no tiene sentido hablar de responsabilidad.

    A ver si el liberalismo tampoco va a ser capaz de comprender la naturaleza humana…

    • Mr. Lorry

      Aún siguiendo ese razonamiento, ese mismo determinismo afectaría a los titulares de los poderes del Estado. En tal caso, ¿por qué primar un determinismo sobre otro?

  9. En otra discusión bloguera anterior, me comentaste Cristian, que tenías claro que tu discurso -en ese blog- era exagerado porque tienes un estilo «broncas», muy directo y voluntariamente «cafre». No lo critico; cada uno se expresa como quiere y está claro que en tu caso funciona con brillantez. Sin embargo, cuando el tema es, no autoproclamada superioridad moral de la izquierda, sino la naturaleza estúpida del discurso de izquierdas, ese estilo, al menos para mí, no es válido. La mayoría de mis amigos son de izquierdas; llevo casi treinta años peleándome con ellos, y te aseguro que puedo presentarte a cuatro o cinco que se merendarían los argumentos de tu artículo a gran velocidad -en particular que metas en el mismo saco tantas cosas diferentes- y no te quedaría más remedio que sumergirte en el agua a pelearte con el pez y concretar más, matizando y matizando, porque no creo que el discurso de izquierdas sea estúpido siempre, como defiendes. A veces, sin duda. Como el liberal. Equivocado, sí, a menudo. Estoy convencido de que, una vez en el agua, pelearías muy bien, pero precisamente por eso no me gusta tu artículo, porque a partir del primer asalto tendrías que empezar a recular y, con suerte, lo más que lograrías es ganar a los puntos.

  10. JotaEle, ¿por qué no te suena el zumbido «Ad hominem» cuando le llamas pez a Edu?
    Seamos sinceros, yo soy más de derechas que Pedro I ‘el cruel’ pero este artículo no llega ni a la categoría de redacción escolar. A ver si nuestro sectarismo nos impide exigir un poquito de nivel. Aunque seguramente el autor habrá rebajado el nivel de sus argumentaciones para que pueda disfrutarlas Jotaele, hombre de costumbres refinadas como la de señalar la lechuga en el diente ajeno.

    • Ni he llamado pez a Edu, ni creo que usted tenga claro lo que es una argumentación Ad-hominem.

      • Lo que tengo clarísimo es que es la primera vez que lo veo escrito con guión así que es probable que se refiera usted a algún asunto de su invención.

  11. ¿Esta columna está estupidizada entonces? Porque lo parece.

  12. Tse: Montano escribió hace poco una frase realmente aguda al respecto de lo que dices: “He cazado la falacia esencial de los liberales: acusan al Estado según su realidad; pero defienden al Mercado según su idealidad”. Ese es un argumento «de izquierdas» con el que estoy de acuerdo y que me costaría rebatir.

    El discurso de izquierdas no es estúpido siempre, por supuesto. Y es obvio que hay gente «de izquierdas» no sólo inteligente, sino extraordinariamente brillante. Pero desde mi punto de vista, hay dos factores que invalidan si no al 100% sí en buena parte la lógica izquierdista. Una es su rechazo de la naturaleza humana. Imagina a un ingeniero aeronáutico que recibiera el encargo de construir un avión y que partiera para ello de la idea de que la gravedad de la tierra es repulsiva en vez de atractiva. Ese avión no tendría «partes buenas» y «partes malas»: sería un avión completamente defectuoso, desde la punta del morro a la cola, porque se ha construido para funcionar en una realidad física equivocada.

    El segundo factor, más poderoso aún que el primero, es que mientras el liberalismo no aspira a un fin determinado, sino que se limita a establecer unas reglas de juego comunes, la izquierda pretende establecer las reglas de juego Y determinar el resultado final de las mismas. El liberalismo no dice cómo debería SER la sociedad, dice cuáles deberían ser las reglas de funcionamiento sin entrar en valoraciones morales de cuál debería ser el resultado deseable. Que sea lo que sea, mientras sea en libertad. Y se queda ahí. La izquierda dicta las reglas Y determina el ganador de la partida. La famosa utopía. Es decir, se hace trampas jugando al solitario. Es una actitud básicamente deshonesta, cuando no infantiloide. Además de un foco inevitable de conflictos, porque o se juega o no se juega; lo contrario es ventajismo.

    • El problema es que el liberalismo clásico tampoco entiende la naturaleza humana. Si aquellos maoistas que defendían que el ser humano es una tabla rasa andaban errados, tampoco es que anden muy finos los liberales que creen que el ser humano es perfectamente libre y racional, capaz de tomar decisiones económicas que busquen siempre la optimización del beneficio propio. No funcionamos así.

      Hay unos libros muy interesantes y divulgativos al respecto de Dan Ariely, profesor del MIT, hace poco también emitieron en Documentos TV un documental al respecto que supongo que podrá seguir viéndose en la web de TVE. Explican muchas cosas y ahora no es cuestión de mencionarlas todas, pero básicamente vienen a decir que gozamos de la racionalidad de una manada de ñús cortoplacistas y que es por tanto inevitable la formación de burbujas financieras sistemáticas y la imposibilidad de que el mercado funcione sin contínuas interfencias externas del malvado Estado opresor.

      Pero bueno, un buen ejemplo de ello lo tenemos en esta crisis que aún andamos soportando. Ah, no, calla, que resulta que en realidad fue culpa del nido de comunistas que anidan en Washington. Que ahí había libre mercado, vale, pero no el «verdadero» libre mercado. Tal como suelen decir los comunistas cuando se les pregunta por alguno de los regímenes en los que su ideología se puso en práctica.

      • «Que ahí había libre mercado, vale, pero no el “verdadero” libre mercado».

        Sí, eso es lo que dice Montano: se juzga al Estado por su realidad y al Mercado por su idealidad. Es una crítica difícil de rebatir.

        El tema es que si aceptamos que ningún sistema político ha conseguido retratar al 100% al ser humano; si ninguno de ellos nos asegura un 100% de efectividad; si ninguno de ellos conseguirá jamás contentar al 100% de los ciudadanos, entonces deberíamos quedarnos con aquel que ha conseguido elevar el nivel de vida y de prosperidad de sus ciudadanos al máximo posible. Y jodernos con sus fallas porque la alternativa es, lisa y llanamente, peor.

        Si lo quiere de otro modo: el experimento está hecho. Hubo un momento de la historia en la que un mismo país se dividió en dos mitades exactamente iguales. En una mitad se implantó una economía de libre mercado. En la otra, un régimen socialista puro. Es Corea. No creo que haga falta comentar los resultados del experimento.

        El experimento, por cierto, se repitió, por si acaso los resultados coreanos no eran representativos. La Alemania de la Guerra Fría. El resultado fue exactamente el mismo.

        El socialismo, simplemente, no funciona. Sin más. Es un error histórico. Como el islamismo.

        • Cristian, deje de embestir a los molinos. Me temo que hace tiempo que, excepto casos residuales, la izquierda y la derecha han asumido que la democracia liberal es el único sistema que ha contribuido a construir países habitables. Pero, oiga, si este sistema es estupendo es porque es el único no finalístico. Es el único que se reconoce imperfecto y que, por ello, tiene la posibilidad de evolucionar. Sólo usted y Fukuyama parecen empeñados en convertirlo en una utopía.
          Estoy totalmente de acuerdo en que la izquierda se llena de balón con chiquilladas tipo 15M. Pero de ahí a su descripción de una izquierda reducida a una comunión de idiotas y genocidas hay un trecho muy largo.
          Por sus argumentaciones, usted parece más dispuesto a discutir con las hordas de Sol que con socialdemócratas sin perro ni flauta. A ello le abocan afirmaciones como esta:

          «Si la dejas a su aire, la izquierda te monta una Corea del Norte de la Señorita Pepis en menos de lo que canta un gallo. Así que debatir con un progresista conduce a la misma sensación de impotencia a la que te arrastra hacerlo (y vuelvo al ejemplo de antes) con un defensor de la homeopatía.»

          Desde luego con ese párrafo va a provocar «una encendida polémica» en la Asamblea Antidesalojos de Carabanchel. Si a eso aspira, allá usted. Yo elegiría mejor a los destinatarios de mis invectivas.

          ¿Qué sería de la izquierda sin Noruega? Entonces, ¿la referencia no era Corea del Norte? A eso me refiero cuando afirmo que todo esto es una gran empanada mental.

          Pero ya que hablamos de países ejemplares, le recuerdo que hasta ayer mismo el paradigma de paraíso liberal era Irlanda. Sí, Irlanda.

          La socialdemocracia tiene lo suyo pero, con enemigos como usted, no necesita amigos.

      • El liberalismo no defiende los mercados según su idealidad, ni tampoco al llamado homo economicus, ése de la perfecta racionalidad.
        Ése es un error de base que remire directamente a un hombre de paja.
        Al menos no es Hayek, puede que Pero Grullo.

    • Lo primero es lo primero: me gusta su artículo por la desfachatez con la que aborda la falacia de la llamada izquierda en su constante querer llevar a la humanidad al cielo aunque sea a patadas.
      El problema vendría después no tanto por las quejas del hooligan de turno que le acusará sino porque la enfermedad se ha extendido a todos los partidos políticos, al menos en la España actual. Lamentablemente, dolorosamente casi, su frase «El liberalismo no dice cómo debería SER la sociedad, dice cuáles deberían ser las reglas de funcionamiento sin entrar en valoraciones morales de cuál debería ser el resultado deseable. Que sea lo que sea, mientras sea en libertad» no está hoy a nuestro alcance. O yo soy una pesimista o la mayoría de nuestra sociedad añora o pide un padre o tiene miedo a esa libertad. Ojala me equivoque y, si que menos, enhorabuena por su artículo. Y venga, que sea lo que sea.

  13. Buf, Cristian. ¿La naturaleza humana? A mí también se me ponen de corbata cuando se menta a la naturaleza humana para justificar un modelo político. En ese cajón cabe de todo, no tengo nada claro que exista una versión estándar de la naturaleza humana que llegue al nivel de considerar pernicioso un modelo socialdemócrata y tampoco tengo claro además que debamos someternos a sus supuestos dictados en todo caso. A lo mejor la cultura, esa subproducto de la evolución que se comporta de forma tan groseramente lamarckiana nos deja alguna salida en casos concretos. Eso de los dos siglos que hacen falta para crear la tradición de la marina inglesa.

    En cuanto a lo segundo, el liberalismo no nace en el vacío. Nace en sociedades opulentas en las que se ha producido una acumulación de capital cojonuda. Ignorar los puntos de partida es una forma de tener un fin: mantener mi situación de partida. Creo que el asunto es bastante más complicado que eso. ¿Reglas iguales? Imaginemos que se plantea coger toda la riqueza de España y dividirla en partes iguales entre los 48.000.000 de habitantes. Estoy seguro de que muchos liberales dirían que eso va contra su libertad y que es expropiatorio. Digamos que creer en el derecho de propiedad y en la libertad de usar mis bienes es más sencillo si estás forrado que al contrario.

    Más aún. Hablando de la naturaleza humana, me parece que lo normal en una sociedad de recolectores cazadores de hace 100.000 años sería que los habitantes de California trincasen a Bill Gates, y se repartiesen sus bienes (supongo que a hostias). A Bill Gates le protege una construcción jurídica (y un aparato que la sostiene y que es resultado, a su vez, de esa contrucción) que es consecuencia de fuerzas que vienen de muy lejos y de sistemas que han evolucionado, en los que la protección a los poderosos se iba extendiendo a los de abajo, despacio, para que los de abajo tuvierean menos razones para protestar. No, no creo que ningún sistema político excluya construir un tipo de sociedad. Todos los pretendan, más o menos, aunque sea manteniendo ciertos privilegios. La pregunta, para mí, es cuál es más eficaz y cuál es más liberticida.

    Y lo dejo, que al paso que voy terminaré defendiendo el modelo bolivariano.

    • «La pregunta, para mí, es cuál es más eficaz y cuál es más liberticida». Al 100% de acuerdo con eso. Aunque probablemente mis conceptos de eficacia y libertad no coincidan con los de un 15M.

      Respecto a eso de los 48 millones de españoles, no sé a quién le leí que si toda la riqueza del mundo se repartiera equitativamente entre todos los habitantes del planeta, a la media hora varios millones lo habrían perdido todo y algunos miles habrían multiplicado por 100 su cantidad. La pregunta es, ¿es eso malo? ¿Deberíamos «corregirlo»? ¿Por qué?

      • Aunque el articulo tiene partes buenas y partes difíciles de llevar, básicamente porque critica la imposición de un sistema y, sin embargo, impone otro.
        Con respecto a lo que dice Tsevanrabtan, tiene razón,pero la respuesta está muy clara. El mundo siempre ha estado regido por unos mejores y otros peores. Lo bueno s q hoy en día,los que mas trabajan,mas visión o mas talento tienen,suelen tener muchas mas oportunidades. Me responderás que hay injusticias y te daré la razón,pero seguimos progresando…

  14. «Lo segundo en lo que pensé es en lo difícil y crecientemente incómodo que me resulta desde hace algunos años hablar de política con mis conocidos de izquierdas (…) Creo que he averiguado el porqué de esa incomodidad. Desde hace relativamente poco soy consciente de que cuando hablo con alguien de izquierdas, estupidizo mi discurso de forma instintiva para que la conversación no desemboque en un diálogo de besugos beodos. Para que mi interlocutor me entienda, en definitiva.»

    Intuyo que después de esto tus conocidos de izquierdas, los pocos que antes fueran capaces de sobrellevar tu superioridad intelectual y tu condescendencia sin tirarte un guante a la cara, van a hacerse los olvidadizos cuando te vean. Eso en el mejor de los casos. Suerte, joyita.

  15. Pingback: Comunicándose con Nemo

  16. Sr Campos, una delicia verle atribuir al militante de IU el deseo de pagar un 50% del IRPF, mientras el conservador Rajoy lo pone al 52%.

    Por otra parte, hay unos paises ahi arriba que suelen copar los primeros puestos en todos los indicadores de bienestar social que rebaten de manera empirica sus afirmaciones.

    Porque independientemente de la ideologia del partido de gobierno en esos paises, el estado de bienestar con sus altas cargas impositivas y sus abrumadoras prestaciones sociales no se discute. Y joder si funciona.

    Vamos, que la zona del mundo donde mejor se vive en este planeta (clima al margen) es alli donde te frien a impuestos y el tiránico Estado los redistribuye como cree oportuno.

    El infierno liberal conservador es la zona de mayor bienestar del mundo.

    • Menudo topicazo mentiroso. A veces me pregunto qué sería del argumentario de izquierdas si no existiera Noruega, un país con menos habitantes que Madrid y su corona metropolitana y que lleva años demoliendo poco a poco su estado del bienestar por considerarlo insostenible. Además, los medidores de desarrollo de la ONU no apoyan lo que dice usted:

      http://hdr.undp.org/es/datos/mapa/

      El mapa no deja lugar a dudas: economías capitalistas de libre mercado, desarrollo máximo con anecdóticas diferencias entre ellas. El resto del mundo, a la cola a una distancia brutal.

      Y estamos hablando de datos de la ONU, que no es precisamente un adalid de la libertad de mercado.

      De todas maneras, si usted quiere darle todo su dinero al estado, hágalo. ¿Quién se lo impide? Sea coherente. ¿Lo hace?

      ¿O se limita a pagar el mínimo legal?

      • susombao

        No me venga con la milonga de «la excepcion que confirma la regla».

        Si hay excepción no hay regla.

        Vamos a jugar un poquito,Sr Campos.

        Legatum Prosperity Index 2010, un indice que mide 89 variables para establecer la prosperidad de 110 paises.

        http://www.prosperity.com/downloads/2010LegatumProsperityIndexBrochure.pdf

        Ya le adelanto que

        El primero, again, Noruega.
        El segundo,oh cielos, Dinamarca
        El tercero, no puede ser!, Finlandia.

        Los tres paises mas prosperos del mundo, te frien todos a impuestos. Hay mas:

        El sexto, see it coming?, Suecia.
        Duodeno, digo duodécimo, Finlandia.

        Y en posiciones similares se los encontrara en casi todos los índices de este tipo.

        Puede esconder la cabeza donde le plazca, pero la realidad es que hay un grupo de paises cuyo gobierno te sangra a impuestos para despues repartirlos en lo que estima oportuno.

        Y parece que viviendo en pecado les va de lujo.

      • susombao

        Muy barata la demagogia de pedirme coherencia.

        Mi punto de vista argumental es que hay un grupo de sociedades en las que el Estado aplica fuertes políticas de redistribución de la riqueza mediante altas cargas fiscales. Una idea muy de izquierdas, por no decir la principal o la mas importante a efectos prácticos.Y esos paises funcionan.

        Por mil y un motivos, como que una ministra sueca dimitiera por comprar un Toblerone con la tarjeta de crédito del ministerio (se lo juro, oiga, verídico).

        Pero funciona. No solo funciona sino que esos paises estan a la cabeza de casi todos los indicadores globales de desarrollo y desempeño económico.

  17. – Tse: Montano escribió hace poco una frase realmente aguda al respecto de lo que dices: “He cazado la falacia esencial de los liberales: acusan al Estado según su realidad; pero defienden al Mercado según su idealidad”. Ese es un argumento “de izquierdas” con el que estoy de acuerdo y que me costaría rebatir.-

    ‘El mercado’ falla, como todo. Quizás más, quizás menos que el Estado. Yo creo que menos y estimo que la Historia me da la razón, pero en cualquier caso, el problema no es que falle más o menos. Yo no quiero un buen amo. Yo quiero ser libre para fallar o acertar con lo mío y asumiendo mi responsabilidad. La mía, no la de los demás.

    Claro que ha habido crisis provocadas por el liberalismo, pero ésta, no. Las crisis son inevitables, no se trata de buscar un Mundo Feliz o de encontrar la panacea. Ni ganas de hacerlo, que acaba como acaba.

    Saludos.

  18. – un país con menos habitantes que Madrid y su corona metropolitana y que lleva años demoliendo poco a poco su estado del bienestar por considerarlo insostenible –

    Y que nada en petróleo, lo que ha sido el sostén de esas políticas. Si en nuestras aguas encontrasen todo ese petróleo, encantado. Más del 20% del PIB noruego y el 45% de sus exportaciones ‘crece en los árboles silvestres’.

    Un placer coincidir con usted.

    • Ana Nuño

      ¡Pero que dices, insensato! ¿Cómo que estarías encantado, de ‘encontrarse petróleo en nuestras aguas’? Ya, ya sé que la economía española está hecha unos zorros, ¿pero es que preferirías vivir en Venezuela? ¿O en Arabia Saudita o Irán? ¡¿O en Nigeria!?

      Ahora en serio: de los países con mayor IDH en el mapa del PNUD linkeado por Campos, si no me equivoco sólo tres tienen petróleo: EE.UU., Reino Unido y Noruega. Y no creo que a nadie se le ocurra definirlos como ‘países petroleros’ para explicar el estado de su economía.

  19. En el momento en el que se ponen reglas, se está poniendo un fin (ej.: la libertad de mercado), por lo que no tiene sentido autoengañarse diciéndonos que se puede legislar sin un fin en mente. Esta para mi es una de las falacias esenciales del liberalismo.

    Solo hay que ver el ahínco con que mucho liberales defienden la libertad de mercado para darse cuenta de que lo conciben como un fin y no como un medio. De hecho muchas veces tengo la sensación de estar ante una nueva utopía, que esperemos no llegue a triunfar porque sino desembocará en otras injusticias, quizá no tan penosas como las que han creado las ideologías totalitarias, pero injusticias al fin y al cabo.

    Además, para que el liberalismo triunfe en las partes más idealistas de su discurso, se requiere que el nivel ético y educativo de TODA la población sea extremadamente alto, un supuesto que alcanza tintes no ya utópicos, sino de simple y llana estupidez por su total imposibilidad.

    Y además, sino establecemos algún tipo de bien común o finalidad (y por favor, no me acusen por decir esto de estalinista o alguna gilipollez del estilo, porque nada más lejos de la realidad) es inevitable que la «calidad» de nuestra sociedad vaya degenerando lenta pero inexorablemente.

    Ver a la izquierda como la culpable de todos los males me parece tan sectario como el indigerible pupurrí ideológico por el cual se guían los progres hoy en día. A mi particularmente me caen (muy) bien aquellos izquierdistas de los 60-70 que defendían la libertad, la igualdad, la justicia y el sentido común, y que por defender esos ideales han acabado siendo de centro o de derechas, porque ha sido la sociedad la que se ha movido, no ellos.

    Aún así, Cristian, gracias por tus palabras de aliento en la primera parte de tu razonamiento; yo también estoy a la polla de explicarles a mis amigos izquierdistas conceptos de lo más básico a cambio de que me llamen facha o españolista.

    • Me atrevo a puntualizar que para un liberal el fin no es la libertad de mercado, sino la libertad a secas. Y por tanto, el fin de cualquier legislacion no es otro que proteger la libertad. Es precisamente porque el liberal acepta que el nivel ético y cultural de la sociedad no es uniforme por lo que sería necesaria dicha protección.

      • Para mi el problema es que si se acepta que la única función del estado es proteger la libertad, se está partiendo de un supuesto falso, y es que la sociedad es una suma de individuos cuyos fines son independientes e incompatibles, y que no aspiran a ningún bien común. Hay rasgos culturales y vínculos biológicos que nos unen, y negarlos entra en el terreno de esos argumentos contranatura que tanto gustan entre la izquierda.

        Además, toda decisión que el Estado tome va a aspirar a un fin (voluntaria o involuntariamente), con lo cual la idea liberal de que el Estado no debe aspirar a ningún fin es igualmente falsa.

        Con esto no quiero defender lo contrario ni mucho menos. Soy vasco y estoy muy cansado (por no decir algo más fuerte) de esa visión del mundo según la cual el pueblo o la sociedad es una unidad de pensamiento y acción que aspira a un fin común de pureza cultural y furor patriótico.

        Simpatizo más con los liberales que con los socialistas, pero esa fea costumbre que tenemos casi todos de defender posturas puras no nos lleva a nada bueno.

        • Los fines individuales son independientes, sí, pero lo de que son incompatibles, con todo respeto, se lo saca usted de la manga. Sostener eso supone que vivimos en sociedad a la fuerza porque el estado nos obliga «por nuestro bien».

          Los vinculos biologicos, culturales y sociales nadie niega que existan, lo que no esta nada claro es que el estado deba meter sus narices en ellos, como tampoco debe meterla la compañía del gas, por ejemplo. No es asunto de ninguno de los dos.

  20. Básicamente me identifico con lo expuesto en el artículo. Particularmente en lo que se refiere al agotador ejercicio de discutir con socialdemócratas, triste destino al que me he visto abocado infinidad de veces por razones de parentesco y amistad.

    Coincido plenamente en que en general la gente de izquierdas suele mantener un permanente, enconado a veces, conflicto con la realidad. Es alcanzado ese punto cuando las discusiones devienen en diálogo de besugos: tú señalas una realidad fruto de la natural inclinación de los humanos, a veces pura biología, y ellos te la devuelven convertida en una conspiración del capital. No supongo que todos los de izquierdas sean idiotas, ni mucho menos, pero sí es cierto que he detectado en ellos aspiraciones infantiles, peligrosas generalmente, que se convierten a menudo en una barrera infranqueable para la lógica. Por ejemplo, la última cruzada emprendida como consecuencia de la crisis contra la codicia.

    “¡Es la codicia!”, te dicen como si acabaran de descubrir el Mediterráneo. ¡Pues claro!. La codicia es el motor de la economía, como la lujuria es el motor de la perpetuación de la especie. ¿Qué hacemos entonces?, ¿la prohibimos?. Pues no parece. Habrá que regularla, digo yo. Pero ya está regulada, luego habrá que hacerlo mejor. Pero hablas con uno de ellos y te propone no regularla legalmente, sino erradicarla o, en el mejor de los casos, limitarla. Hay que limitar el beneficio es un mantra muy repetido últimamente. Bonito plan ese de limitar el beneficio. La cuestión es cómo conseguirlo sin que se resienta el esfuerzo, o la inversión, de quienes lo generan. Porque hace falta ser mendrugo para pensar que no lo hará. Y Se lo explicas. Verás es que si limitas el beneficio, la gente dejará de producir una vez haya alcanzado el máximo que le permites. Y él, claro, que no que no. Total, que la cosa termina en que el interlocutor progresista acaba confesándote que el aspira a la colectivización de los medios de producción. Y claro, en ese punto o lo mandas a la mierda o te callas y le dices que sí, que por supuesto.

  21. – Y no creo que a nadie se le ocurra definirlos como ‘países petroleros’ para explicar el estado de su economía.-

    Basta con comparar los números de la economía noruega antes y después del petróleo. Y estamos hablando del 20% de su PIB frente al 2.5% en EEUU…

    El caso de Venezuela me parece adecuado para ver como el petróleo puede ser una maldición o una bendición. Noruega lo ha utilizado sensatamente, Venezuela, no, nunca. Arabía o Irán son casos menos extrapolables por otra razones.

    Noruega no es lo que se nos viene a la mente al hablar de países petroleros o esos aquelarres que se forman el OPEP, pero yo diría que sin ese petróleo Noruega no sería Noruega.

    Si vemos este gráfico comparando el PIB per cápita de los noruegos con los yankees desde los primeros sesenta, parece que coincide con su explotación de petróleo el despegue

    http://www.demographia.com/db-ppp-usno.htm

    Yo diría que sí, que molaría encontrarlo en nuestras aguas ;)

  22. Me gustas mas en el debate posterior que en el artículo, lamentablemente intuyo que de guardar las formas en el segundo no existiría el primero.

    Jodida naturaleza humana.

  23. Verdaderamente lamentable sus comentarios descalificadores de la izquierda en general.
    Puesto a ello mejor hacerlo de la derecha, que ha defendido tradicionalmente valores mucho más lamentables, empezando por la explotación del hombre por el hombre o la esclavitud y la religión, por poner ejemplos simplistas. Supongo que no merece la pena comparar Stalin con Hitler, ni seguir con chorradas por el estilo. Aberraciones de la naturaleza las ha habido en todas partes y en las mejores familias. No quiero citar ninguna en especial…
    Mi escaso inteleto no me da para reflexiones más sesudas, tampoco dispongo de tanto tiempo que desperdiciar.
    Un buen amigo, lo seguirá siendo, me recomendó este artículo. Todos nos equivocamos, incluso yo mismo. En este caso por la pérdida de tiempo, con la de cosas que se pueden hacer de utilidad…

  24. susombao

    Perdóneme la insistencia Sr Campos.

    Otro mito liberal a derribar:

    Altas cargas fiscales desmotivan a los empresarios emprendedores.

    The Global Entrepreneurship Index Rank, presentado en la Imperial London Business School en 2010.

    Primero, Dinamarca.
    Cuarto, Suecia.
    Octavo Noruega.
    Noveno islandia.
    Decimotercero Finlandia.

    http://www2.druid.dk/conferences/viewpaper.php?id=502261&cf=43

    Este indice guarda altas correlaciones con los indices de desempeño económico mas utilizados (Tabla 6)

    Cuatro paises nórdicos en el top 10. Finlandia en el 13.

    • Es tema para otro artículo, pero la prosperidad nórdica es un mito embellecido como otro cualquiera. Usted puede atribuirlo a la redistribución, y un liberal le dirá que los países nórdicos funcionan porque tienen mercados abiertos, bajos niveles de regulación, sistemas legales que defienden el derecho de propiedad sin complejos, una cultura que castiga severamente la corrupción y una filosofía vital más cercana al «el trabajo es una bendición» del calvinismo que al «el trabajo es un castigo divino» del catolicismo.

      Por otra parte, eso de que pagan más impuestos… según Rasmussen, las empresas pagan un 10% menos de impuestos en los países nórdicos que en los EE UU. Por ejemplo.

      Ahora, si nos fijamos en indicadores más sensacionalistas, como el número de guarderías, entonces los nórdicos arrasan, sí. Lo que pasa es que mi parámetro de la libertad no es tener una guardería pagada por el estado a 10 metros de casa y a la que he de llevar mi hijo obligatoriamente, sino poder abrir mi tienda a la hora que me salga de los cojones para poder pagarme la guardería que quiera yo solito.

      También tienen tasas de suicidio sólo superadas por Rusia. Eso de los rankings… hay que ver qué parámetros miden y, sobre todo, quién los hace.

  25. Y, por cierto, una cosa es que un gobierno sea nominalmente socialista y otra que el sistema político sea globalmente socialista. Estoy seguro de que yo le hago una lista de diez características no-anecdoticas del sistema político sueco o noruego, le pregunto (sin decirle que pertenecen a un país nórdico) que a qué tipo de sistema político pertenecen y usted me dice «ultraliberal». Si en España se castigara la corrupción fuertemente, los ciudadanos tuviéramos un alto sentido de la honradez «pública» y no tuviéramos que mantener cinco administraciones superpuestas (municipal, autonómica, estatal, comunitaria y diputaciones), quizá seríamos mucho más ricos. ¿Y entonces diríamos que lo somos por socialistas o por liberales? ¿O por el clima?

    Y una cosa más: pedirle a alguien que defiende el socialismo que sea coherente y pague más impuestos que los mínimos establecidos legalmente no es demagogia. Es la prueba del nueve. Igual que no es demagogia pedirle a un cura que defiende la castidad en público y a grito pelao que no se vaya de putas. Si la redistribución es buena, lo es para todos y en todo momento, no sólo para los demás. Y nada impide donar el 70 o el 80% del salario al estado. Pero usted dirá: «es que el socialismo sólo funciona si TODO el mundo actúa al unísono». Exacto. Ese es el punto.

    En otro orden de cosas, gracias por sus comentarios. Es un debate interesante.

    • Las gracias a usted, desde que lo descubri en las listas dominicales del blog de Espada le debo muchos buenos momentos y muy buenas lecturas.

      Alabo el modelo nórdico y lo pongo como ejemplo de puesta en práctica de un axioma fundamental de la izquierda (la redistribucion de la riqueza mediante una alta carga impositiva) que produce urticaria severa en los liberal-conservadores y que alli funciona estupendamente. No sera el motivo único.Claro que no. Pero es algo que segun la teoria liberal NO DEBERIA FUNCIONAR DE NINGUNA MANERA, deberian ser sociedades pobres, sin ningun espíritu emprendedor,etc,etc. Y van a la cabeza en todos los indices objetivos (no guarderias per capita) de desarrollo economico.

      • Si se pone en perspectiva la evolución de los paises nórdicos lo que vemos es que se enriquecen mediante capitalismo «salvaje» durante la primera mitad del siglo XX hasta estar entre los paises con mayor una renta per cápita del mundo, para montar el estado del bienestar con impuestos altos a partir de los 50 y descendiendo considerablemente en el ránking como consecuencia, para acabar reduciendolo -que no desmantelandolo, cierto- en los últimos años hasta niveles más sostenibles y recuperando así puestos perdidos. La conclusión es que el «estado del bienestar» es efectivamente un lastre que sólo se pueden «permitir» los que han creado previamente una gran cantidad de riqueza.

        Por otro lado, es falso que los liberales estemos en contra de la redistribucion de la riqueza. Muy al contrario. De lo que estamos en contra es de que sea el estado quien se encargue de ella, la financie con impuestos y la implante mediante politicas coactivas.

        Si hay tanto ciudadano apoyando a partidos socialdemócratas por lo buena que es la redistribución de la riqueza, seria lógico esperar que en ausencia de financiación estatal, donaran gustosos el 50% de sus ingresos (que serian de aproximadamente el doble) a educación, sanidad y cultura para los más desfavorecidos ¿no? ¿O es que en realidad lo que quieren es que SU sanidad se la pague el vecino?

    • Respecto a la necesidad de pagar mas impuestos que los que me exige la ley para demostrar coherencia y la comparación con el cura,un par de apuntes:

      1. Si el cura se fuera de putas o no actuase con castidad estaria cometiendo un fraude. por tanto lo que en base a su ejemplo me esta pidiendo es que no defraude al fisco. Concedido.

      2. Pedirme que pague mas de lo que el Estado me exige por ley para mostrar coherencia, sería como pedirle al cura que se autocastrase para mostrar su total adhesión al precepto de la castidad.

      Como comprenderá, ni el cura ni yo vamos a seguir la linea de acción sugerida por su razonamiento.

      • Se ha escabullido de la trampa con habilidad, lo reconozco.

        Un saludo.

      • Johnny Pirata

        Oiga que Vd. pide más impuestos …. pues pague más impuestos Vd. El cura no pide la castración, sólo la castidad y la castidad se le debe exigir. Si Vd. pide más impuestos y más control del Estado, más impuestos deberá pagar Vd.

        Digo yo, vamos.

  26. Stalin… no creo que los totalitarismos sean patrimonio de la izquierda precisamente. Ni la utopía, ahí están los fascismos que también querían «determinar el resultado final» (esa palabra, final, es precisamente aterradora por lo que ha significado).

    Por otra parte, creo que lo único que ha caracterizado a la derecha siempre es el conservadurismo. Lo del liberalismo económico es una estrategia reciente que viene de los ochenta, la España franquista era casi socialista, los Estados Unidos preReagan (Nixon mismo) eran bastante proteccionistas, etc. Creo que si algo distingue a la derecha de la izquierda es que los primeros quieren «mantener lo que hay» y la izquierda no, quiere cambiarlo, básicamente porque lo que tiene no le parece digno de conservarse, o porque directamente no tiene nada que conservar. Las cosas como son, prácticamente todos los ricos votan a la derecha. Habría que ser muy cínico para negarlo.

  27. Han bastado unos cuantos comentarios para demostrar que hasta el que mira con aire de superioridad desde fuera del agua puede verse alcanzado por los mordiscos dialécticos (no materialistas dialécticos) que lanzan esos tontos pececillos.

    La libertad es un bonito ideal, especialmente para los que llevan las de ganar (sea por sus cualidades personales, sea por el entorno en el que han nacido). Para los débiles, este ideal tiene bastante menos atractivo que el de justicia o igualdad, así que todo es cuestión de que la concentración de poder y riqueza en la sociedad no pase de ciertos límites (cosa que es difícil de evitar si la libertad es total, ya que los más poderosos tienen los medios para acumular cada vez más poder). Últimamente la percepción generalizada es que se está realizando una transferencia de riqueza desde la sociedad en general hacia un número muy reducido de personas (y no siempre debido a políticas liberales, es cierto). Si esto se agudiza, ya veremos cuánta gente se manifiesta en favor de la «libertad» y cuántas en favor de otros conceptos igualmente idealistas.

  28. Demagogia 2.0: Ser de derechas es vivir amargado porque siempre habrá vagos aprovechados. Ser de izquierda es estarlo porque siempre habrá ladrones avariciosos.

  29. Parece que llego tarde pero a unos y a otros no les vendría mal leer o releer el artículo Poesía e historia: sobre Che Guevara de José Luis Pardo. Lo encontrarán en su libro Nunca fue tan hermosa la basura.

  30. Afirma el articulista que idiotiza voluntariamente su discurso para lograr comunicarse con la gente de izquierdas. Me atrevo a deducir que acentúa ese loable esfuerzo en la misma medida en que detecta al alza el grado de izquierdismo de sus interlocutores. Después de leerle, la pregunta salta sola, claro: ¿qué tipo de mágica intuición llevó al Sr. Campos a considerar que todos los lectores de este artículo serían de extrema izquierda? Mi más sincera enhorabuena por tan extraordinaria y sorprendente clarividencia.

    • Alex Onôv

      Hah! That was funny.

    • Cierra el pico, hippie.

      Es broma, es broma, no se me enfade. Un clinteastwoodismo. Gracias por el comentario, en serio. Y no se pierda mi próximo artículo: «La izquierda para dummies: el marxismo explicado con peras y manzanas».

    • El primo de Rajoy, que es físico. Qué divertido hablar del primo.

      Una manera retorcida de decir que el artículo sólo dice tonterías.

      Pero como el artículo no dice tonterías, el comentario nos lleva a la constatación de un vicio argumental muy de izquierdas, hablar como ni Dios se atrevería a hacer de las muy privadas intenciones del interlocutor o introducir premisas falsas en el debate o, mucho mejor, las dos cosas en un solo párrafo. Por cierto, vicio muy en la línea de otro, explicado en el artículo, la poca necesidad que tiene la izquierda de entender la realidad.

      Eso sí, aparentemente con mucho estilo.

  31. Vaya, y en qué avispero ha ido Vd. a meter el palo, Sr. Campos. Confrontar a la izquierda con la obvia realidad.
    Se oye el rssss… de las múltiples rasgaduras de vestiduras ante la supuesta estupidización de su mensaje, que no es tal, sino únicamente simplicidad (lo opuesto por el vértice a simplonería)
    Y, también, por supuesto, toda clase de argumentaciones «ad hominem» (apaleamiento del interlocutor en lugar de responder a sus argumentos), para tranquilidad de JotaEle.
    Nadie entra al trapo de intentar rebatir las afirmaciones concretas del Sr. Campos.
    Hasta el habitualmente solidísimo Tsevanrabtan habla de sus amigos de izquierda que se merendarían…pero se ve que
    ninguno de ellos lee Jot Down y nadie se merienda nada.

    • Vaya, por fin hemos encontrado al que guardaba la balanza para pesar argumentos. Tsevanrabtan debe de estar preocupadísimo por la fusión y posterior vaporización de sus «habitualmente solidísimas» reflexiones.
      ¿Sabe lo que ocurre, amigo Oscar? Que no es fácil argumentar contra esto: «Así que cerca ya de los 40, he decidido que no tengo tiempo ni ganas de esforzarme más. Mi experiencia me dicta que dialogar con un izquierdista es un imposible lógico: a lo máximo que puedo aspirar es a comunicarme con él. Y a intentar que no se mate metiendo la lengua en el enchufe.»

      Yo prefiero remitir este párrafo al Comité Antidesalojos de Carabanchel, un entorno de discusión ideal para el desparpajo del señor Castro. Así los que no gustamos de meter la lengua en los enchufes podemos dedicar nuestro tiempo a otras cuestiones, como revisar en la wikipedia los latinajos que queremos colar en nuestro comentarios.

      Pero no crea, don Oscar, que somos tan insensibles. Entendemos que la crisis (provocada por los marxistas de Washington) es dura, y si todo un Jiménez Losantos necesitó forjar un personaje para que su hijo pudiera estudiar en Harvard; podemos disculpar que alguien como el señor Castro trate de sacar la cabeza con artículos como éste.

      • Vaya. Donde pongo Castro, lean ustedes Campos. ¿En qué estaría yo pensando? Debe de ser que me ciega la pasión…

        • Blackkader

          jeje, que estupendo fraude laupsiano, digoooo lapsus etc
          Cristian Castro le acerca a más (si cabe) a Peter Parker.
          Nada como el olor a neoconservador quemado por la mañana.
          Por una vez el hilo de comentarios supera al artículo.
          Yo también quiero ser libre y responsable de mis actos… En una sociedad tan libre y responsable de sus actos como para ser capaz de organizar un Estado respetuoso con la libertad y responsabilidad de los individuos y competente para organizar aquellas tareas que parece dificil que funcionen con iniciativa privada -AKA monopolio disfrazado-(organizar policía, un sistema judicial, hidrológico, fiscal, sanitario… Aquí es donde creo que podemos ponernos a matizar detalles)

  32. No sé dónde poner la reseña, creo que este hilo es el que más se le acerca.

    Me identifico con este párrafo, cambiando izquierdas por nacionalismo excluyente catalán. Vamos, que es un problema general de la sociedad española sin importar la ideología: su bajo nivel intelectual.

    Creo que he averiguado el porqué de esa incomodidad. Desde hace relativamente poco soy consciente de que cuando hablo con alguien de izquierdas, estupidizo mi discurso de forma instintiva para que la conversación no desemboque en un diálogo de besugos beodos. Para que mi interlocutor me entienda, en definitiva. Es un esfuerzo casi siempre agotador y raramente productivo, ese de restarle gravitas a tus razonamientos por deferencia hacia tu oponente. Salvando todas las distancias, es lo mismo que hacemos los adultos cuando intentamos comunicarnos con un niño de tres años…

  33. Con la ilusión que me hacía sacar la balanza de pesar argumentos de mi modesto armario de instrumental dialéctico y me he quedado con las ganas. Hasta ahora hay poco que pesar, más allá de los numerosos sarpullidos en egos más afectados por el animus jocandi de Campos que por sus ideas. He sacado la lupa, que también guardo, y nada, ni rastro de casi nada que pueda remotamente calificarse de contraargumento. Porque no son párrafos como «Así que cerca ya de los 40…» los que hay que rebatir, que son claramente conectores satíricos, sino las afirmaciones de Campos sobre las distorsiones y disonancias cognitivas típicas del pensamiento de izquierdas, que las tiene, exactamente igual que el pensamiento de derechas. Y, por favor, Sagaidak, no me haga el chiste fácil de decir que «pensamiento de derechas» es un oxímoron.

    Entiendo que es difícil refutar a Campos, por eso entre los comentarios abundan las salidas por la tangente, las peticiones de principio gaseosas y el senderismo
    intensivo por los cerros de Úbeda.
    En cuanto a Tsevanrabtan, que siempre es un buen termómetro (ya puestos a manejar instrumental de baja tecnología) de por dónde anda la discusion, no es que haya visto fundidas y vaporizadas sus reflexiones, que esta vez ha obviado. Lo que ocurre es que Tsevan, que es, sin duda, un polemista formidable, es, también sin duda, un galápago veterano con una concha de siete centímetros de espesor, que sabe muy bien en qué jardines es inútil entrar, dichas ambas cosas con ánimo de elogio.
    Respecto a la divertida e inofensiva confusión Campos / Castro, no necesito reiterarle todo lo que Vd. ya sabe sobre actos fallidos.
    En cualquier caso, mi gratitud por el humor y la cordialidad de su respuesta, amigo Sagaidak.

  34. Sagaidak

    Ni en la más navajera de las discusiones se me ocurriría decir una soplagaitez como que ‘pensamiento de derechas’ es un oxímoron.

    Lo que se hace más evidente con cada línea que ustedes escriben es su afición por adivinar las intenciones de su interlocutor. Que si ‘montar un Corea del Norte’, que si ‘oxímoron’, que si ‘no meterse en jardines’… En fin, ni mi psicoanalista ha llegado a tal conocimiento de mi aviesa naturaleza (advierto, es un ‘conector sarcástico’, no se me enrede en esta frase). En fin, debe de ser que todos los totalitarios somos iguales.

    No, oiga. A mí el pensamiento de derechas me parece muy respetable pero el artículo del señor Campos es al pensamiento lo que el Burger King a la gastronomía. Sí, es fácil de deglutir y nos proporciona un buen rato con los colegas (aquí estamos usted y yo, a punto de presentarnos a la familia) pero le recomiendo una dieta más rica.

    En definitiva, amigo Óscar, no todo lo que en origen coincide con nuestros planteamientos merece nuestro elogio. En este caso podemos hablar de lo que los viejos críticos de teatro denominaban «un buen intento fallido», género en el que parece especializada esta nueva generación de arrogantes protoliberales.

    De hecho, hay otra cuestión fabulosa en el caso Campos: los elogios de sus exégetas son infinitamente mejores que sus artículos. Su caso es un buen ejemplo. Da que pensar.

  35. Alejandro

    ¿Y para hacer lo mismo que Reina Republicana (dicotomía izquierda-derecha, y a los que no son de mi tribu les faltan ‘dos dedos de frente’) le hacían falta más de 3000 palabras?

  36. Hombre, don Alejandro, entiendo que el relativismo, la lógica difusa y la equidistancia estén bien vistos en según qué ámbitos intelectuales, pero es que hay cosas en esta vida que tienen la mala costumbre de aferrarse a la lógica binaria. Una de ellas es la violencia: o te han puesto una bomba lapa en el coche o no te la han puesto. O te la ha puesto un tipo que se define como «socialista» o te la ha puesto un tipo que se define como «liberal». Y en este país, la que encabeza todos los rankings a la hora de asesinar, aporrear, quemar, apalizar, reventar, amedrentar y chantajear es la izquierda, no el conservadurismo o el liberalismo. Eso es un hecho. Usted puede «opinar» sobre ese hecho, pero no negarlo. Ya sabe usted que España es el único país del mundo en el que no se discuten las opiniones, sino los hechos.
    Y no toda la izquierda aporrea, obviamente. Ni siquiera la mayoría de la izquierda. En eso el progresismo ha repartido muy bien los papeles: una minoría de cafres aporrea y el resto de cobardes jalean. Es aquello de «condeno la violencia pero entiendo sus causas». Le sonará el mantra, seguro.
    Y no me venga con eso de que «hay muchas violencias». Estoy seguro de que entiende la diferencia entre un coche bomba o un cafre con un palo y un contrato basura. Suponiendo que un contrato pueda ser «basura» y, aún más, que pueda ser considerado en absoluto como «violencia».

  37. Amigo Cristian, usted mismo, en una Lista Lista escribió esta crítica, a mi juicio acertada, a la adhesión vitalicia del español a las filas del maniqueísmo. Como si de un Anson se tratara, por su interés reproduzco integramente:

    (10 españoladas)
    2. El maniqueísmo

    El español es una forma de vida esencialmente binaria. O está en modo 1 (a favor) o en modo 0 (en contra). Cualquier intento de matizar o el simple hecho de proponer un análisis de la realidad ligeramente más elaborado que el “totalmente a favor” o “totalmente en contra” hará que se nos considere sospechosos de sedición, cuando no directamente “fascistas”. El maniqueísmo español se concreta, sin ir más lejos, en la adoración que los aficionados al fútbol sienten por los más despiadados trituradores de tobillos siempre que estos a) sean de su pueblo, o b) jueguen en el equipo de su pueblo. Ándenle ustedes con matices a este comentarista del Marca: “solo puedo decir una cosa, ser aficionado del real madrid es ser bajo, ser un segundon, ser sucio, solo asi se puede defender a sergio ramos, me alegro mucho de ser del barça, es que somos superiores en todo, en absolutamente todo”. Si este buen hombre está en lo cierto, pánico da pensar en la ortografía de los seguidores del Real Madrid.

    • Don Sagaidak, ha sacado usted la artillería pesada de las contradicciones, ¿eh?

      Le voy a explicar un secreto ahora que este texto hace días que está colgado y no se pasa mucha gente por aquí. Lo que yo he hecho en este artículo es partir de una argumentación claramente maniquea y con vocación polemista (que no quiere decir falsa, ojo) y luego matizar en los comentarios. ¿Por qué? Porque estoy hasta los cojones de que el punto de partida para este tipo de debates sea siempre el de la superioridad moral de la izquierda.

      En España el debate político parte, grosso modo, de la idea de que la izquierda es bondadosa, pacífica, positiva y moderna. Y cualquier intento de matizar o corregir ese mito más falso que un duro sevillano ha de ajustarse al marco que la izquierda ha dibujado para todo aquel que no pertenece a la tribu: si usted es de derechas es un cafre machista, casposo, anticuado, egoísta, mentiroso, corrupto, violento y peludo. Las colonias progresistas son frescas y con juveniles matices marinos, las de la derecha son amaderadas, densas y con regusto a ceniza. Es como jugar siempre en campo contrario. Y no ya en campo contrario, sino a un juego en el que las reglas las marca el oponente y en el que estas cambian en función de cómo le sopla el viento al progre de turno.

      Pues en los debates que se desatan a partir de MIS artículos se parte de lo contrario. Primero derribo el mito de la superioridad de la izquierda, a cabezazos si hace falta y en la medida de mis posibilidades, y luego, aplanado el terreno para los dos contendientes, tenemos el debate en paz. Lo que ocurre es que la imagen que la izquierda tiene de sí misma es tan fabulosa, vuela tan alto, que hay que pincharles el globo a lo burro: poniéndoles frente a sus asesinatos, sus violencias, sus fracasos históricos, su absoluto desprecio por la libertad, su fanatismo de iluminado sectario, su tontería de adolescente folladelfines y su insoportable ñoñería. Y una vez devueltos al planeta tierra, debato con quien haga falta, siempre y cuando no siga agarrado al cordel del globo y con expresión bovina, claro. Obcecados los hay en todos lados.

      Lo que no estoy dispuesto a hacer es a encajarme voluntariamente en el marco que la izquierda ha fabricado para mí. Porque yo estoy dispuesto a jugar, pero con las reglas claras antes de empezar y partiendo de la misma casilla de salida que mi contendiente. Y si las almas cándidas de la izquierda no quieren jugar con esas reglas porque están acostumbrados a empezar la partida con tres o cuatro piezas de ventaja, se le pega una patada al tablero y a tomar viento, que a fin de cuentas a mí no me pagan por culturizar cantos rodaos del 15M.

      Es una cuestión de orgullo torero.

      Y gracias por sus comentarios, por supuesto. Mi próximo artículo en Jot Down será más pedestre, lo prometo.

  38. No, hombre. No liquide todavía al personaje, que se va a cargar la función y con ello el negocio.

    No sea usted tan grosero de explicar lo obvio. Hasta el más simiesco de los campistas de Sol entiende que lo suyo es epatar al personal en busca de una respuesta. Ahora bien, amigo Campos, si en lugar de toser dos veces, para llamar la atención de su interlocutor usted opta por el zurriagazo en los genitales debería saber en qué términos se producirá la discusión.

    Creo que era Truman el que decía aquello de «si no soportas el calor, sal de la cocina».

    Por seguir con las españoladas de su lista. De un tiempo a esta parte, las discusiones en España parecen una partida de voleibol en la que dos jugadores situados fuera de la pista se devuelven a cañonazos el balón. El resto mira como la pelota pasa por encima de sus cabezas sin poder tocarla. Y así, de fuera a fuera, ad aeternum (con permiso de los ilustres latinistas presentes).

    Puede que esta sea la única manera de debatir de política por estos pagos. O puede que no, vaya usted a saber.

    Como jamás he jaleado la violencia de Terra Lliure, ETA o los GRAPO; no me siento aludido por sus acusaciones, a pesar de que usted se empeñe sistemáticamente en invertir la carga de la prueba.

    ¿He disfrutado con sus deliberadas excentricidades? Pues claro que sí. Ya me ve, por aquí, saltando a ver si cazo algún balonazo. Por más que sé que con quien usted se encuentra realmente cómodo jugando es con un buen ‘engulleconsignas’ de Sol, de esos capaces de corroborar toda su tesis con un automatismo como ‘hay muchos tipos de violencia’, ‘peor es la explotación del hombre por el hombre’ o ‘ hay que comprender el contexto socioeconómico en el que germina ese brote de violencia [perfectamente comprensible]’.

    Y no, no me haga ahora pasar por aguafiestas. Yo no vengo aquí a reformar a nadie. Siga usted con el punch habitual. Pero haga algo con esa mandíbula de cristal.

    Ah, descuido imperdonable. Gracias a usted, faltaría más.

  39. Que la izquierda acuse a la subprime USA de la crisis financiera es entendible pero falso – seria como si alguien pegara un portazo y se cayera un cuadro, la culpa no es del portazo sino porque el cuadro estaba mal colgado y era cuestion de tiempo que se cayera. De quien es la culpa de que medio Europa esté al borde la quiebra, de las hipotecas de EEUU o de las politicas insostenibles?

  40. 1) “Y digo menos mal porque cada vez que a los de su cuerda les ha dado el viento de cambiar la sociedad hemos acabado con millones de muertos en las cunetas.” Que se lo digan a Pinochet si no… tiene el Sr. Campos toda la razón.

    2) Sugerir que la superioridad moral y la visión estratégica de los ‘derechistas’ posibilita la calma social, la paz y que vivamos en el mejor de los mundos posibles; no sólo me ha parecido muy cómico, sino que me ha recordado a la filosofía del Dr. Pangloss. Eso sí, en caso de que lo haya leído, no estoy seguro de que el Sr. Campos haya entendido Cándido muy bien.

    3) Me parece necesario dejar constancia del gravísimo error (probablemente inconsciente) en el que cae el Sr. Campos al respecto de sus comentarios sobre Freddie Mac y Fannie Mae. Pido disculpas a los que no entiendan inglés, pero como no tengo la facilidad de palabra ni la capacidad pedagógica de Paul Krugman, copio directamente de su blog.
    «It’s worth noting that when you hear people asserting that Fannie and Freddie bought lots of “subprime and other high-risk” mortgages — which often gets truncated to assertions that they bought lots of subprime — you are being conned. There’s not much actual subprime in there, and the “other high-risk” turns out to be not all that high risk, and nothing at all like subprime.

    But why did Fannie and Freddie have to be bailed out? Basically because they had virtually no capital, so that even though their losses as a percentage of assets were smaller than private institutions, the losses were still enough to put them underwater.

    None of this is meant to defend what F&F did or how they behaved. But there’s no contradiction between the assertion that F&F were bad institutions run by bad people, and the assertion that they played no important role in creating the financial crisis. The widespread belief that they did play such a role is the result of an effective right-wing disinformation campaign, not serious analysis.»

  41. 1. Hombre, lejos de mí la intención de comparar dictadores, pero puestos a calibrar su maldad de acuerdo a parámetros objetivos, es decir según el número de muertos, deberá usted reconocer que Pinochet, con 3500, es una hermanita de la caridad al lado de otros cafres como Pol Pot, con tres millones de muertos, los 65 millones de Mao y seguidores, los 20 millones de Stalin y los 2 millones de Corea del Norte. O, ya más en su nivel, los 30.000 que se le calculan a Castro. Apenas 10 veces más. ¡Y en uno de los destinos turísticos por excelencia de la progresía española!

    2. No, ya sabe usted que los de derechas no leemos libros, los utilizamos para calzar la mesa de camilla en la que tenemos el crucifijo de alabastro.

    3. Dejando de lado el hecho de que no ha habido grandes diferencias entre izquierda y derecha a la hora de atribuir la detonación de la crisis a F&F (no su responsabilidad principal, pero sí la chispa que desencadenó el resto), no hay nada en ese párrafo de Krugman que contradiga lo que dice Arthur C. Brooks en La batalla, por ejemplo. Salvo en el hecho de que las ALT-A sí que son hipotecas de alto riesgo. Salvo por el hecho de que ninguna institución financiera, ya sea pública o privada, tiene el capital financiero necesario para cubrir una pérdida masiva y repentina (ya sabe que los bancos funcionan correctamente por la única razón de que sus clientes no deciden retirar sus fondos masivamente el mismo día y a la misma hora). Y salvo por el hecho de que F&F no estaba controlada por «mala» gente, sino por obedientes financieros que cumplían ordenes del gobierno. Vamos, que lo que es tendencioso es ese párrafo de Krugman.

    Pero ya le digo: el objetivo de este artículo no es defender la idea que la derecha es guapa y la izquierda fea. Ya lo he dicho antes: el objetivo es pinchar el globo de la superioridad moral de la izquierda para poder debatir a partir de unas reglas comunes y justas. La responsabilidad de la crisis es compleja y descansa tanto en la codicia de unas pocas elites como en la irresponsabilidad de muchos ciudadanos anónimos. Decir que la culpa es de «gente mala», es decir banqueros y financieros, ofende a la inteligencia. Los malos nunca tienen fuerza suficiente para hacer tanto daño. Pero millones de tontos del bote gastando más dinero del que tienen, sí.

    Si en el fondo estaríamos de acuerdo, don Cardel. Y muchas gracias por su comentario. Un saludo.

  42. Hola Cristian, una curiosidad, eres el mismo que trabajó una vez en la redacción digital de Grupo Zeta en Barcelona ( teníamos las oficinas en las torres Nissan)?

    Por la foto, diría que sí ;-) Yo también estaba allí…

    Bueno, a lo que íbamos, me ha gustado mucho la expresión «serenidad escéptica del conocimiento científico», serviría para dar pie a otro posible artículo, esta vez para pinchar el globo de la superioridad «técnica» que se atribuye el liberalismo, al presentar la teoría económica clásica como el mejor instrumento para gestionar la economía. Y hay que tener en cuenta que, en el fondo, tanto socialismo como capitalismo se basan en las mismas ideas sobre la economía y la naturaleza, tan solo difieren a la hora de determinar si se debe gestionar de manera centralizada o mediante la iniciativa privada (yo pienso que es mejor la iniciativa privada, especialmente en la era de Internet, pero el problema no es el modelo de gestión, sino las premisas de las que se parte).

    Aquí sí que hay un buen artículo, sobre cómo es posible que sigamos gestionando la economía con ideas del SXIX, precientíficas, que obvian totalmente los descubrimientos físicos (en especial la termodinámica). En mi opinión, la razón de que sigamos empeñados en modelos mecánicos reversibles como las funciones de producción Douglas-Cobb, y que estos sean aceptados a izquierda y derecha son fundamentalmente dos.

    Primero, porque durante 150 años han funcionado, aparentemente, es decir, que su uso ha coincidido con el proceso de expansión tecnológica y material mayor de la historia humana. La cuestión es que ese periodo (desde la Revolución Industrial hasta hasta más o menos ahora) coincide también con la explotación de los recursos energéticos fósiles BARATOS (y digo baratos no en términos simplemente dinerarios, sino sobre todo en términos energéticos, es decir, han tenido hasta ahora un gran retorno de la inversión).

    Y segundo, hemos creído en esos dogmas que no resisten un ataque desde la termodinámica porque somos humanos, lean la lista en la que Steven Pinker resume cómo somos y vean si encuentran algunas razones para el descalabro actual:

    – La primacía de los lazos familiares en todas las sociedades humanas y el consiguiente recurso al nepotismo y a la herencia.

    – El alcance limitado de la compartición comunal en los grupos humanos, frente al más extendido espíritu de la reprocidad, y el fenómeno resultante de “holgazanería social” y el colapso de las contribuciones a los bienes públicos cuando la reprocidad no puede ser implementada.

    – La universalidad de la dominación y la violencia en todas las sociedades humanas (incluidos los supuestamente pacíficos cazadores recolectores) y la existencia de mecanismos genéticos y neurológicos que la sustentan.

    – La universalidad del etnocentrismo y otras formas de hostilidad entre grupos en todas las sociedades, y la facilidad con que esas hostilidades pueden ser despertadas entre las personas de nuestra propia sociedad.

    – El caracter parcialmente hereditario de la inteligencia, la diligencia y las tendencias antisociales, implicando que algún grado de desigualdad surgirá incluso en sistemas económicos perfectamente justos, y que por lo tanto nos enfrentamos a un elemento de compensación entre igualdad y libertad.

    – La prevalencia de mecanismos de defensa, propensión al interés propio, y una reducción de las disonancias cognitivas, por las cuales las personas se engañan a sí mismas sobre su autonomía, sabiduría e integridad.

    – Los prejuicios del sentido moral humano, incluyendo las preferencias por los parientes y amigos, la susceptibilidad a una mentalidad de tabúes, y una tendencia a confundir moralidad con conformidad, rango, limpieza y belleza.

  43. Coño, Daniel, el mismo que viste y calza, ¿qué es de tu vida? Vaya equipo marciano, falta Oriol Rossell y sus bucólicas y angelicales melodías folk. ¡Y Geno! Que dios le conserve a los de Grupo Zeta el oído, porque lo que es la vista a la hora de escoger a sus colaboradores ;) No puedo imaginarme a cuatro tipos más inadecuados para el cometido que se suponía que debíamos realizar que los que estábamos allí reunidos. Aunque les agradezco la confianza, evidentemente.

    Ya veo que los dos seguimos en las mismas, ¿eh?

    La lista de Pinker que reproduces… Mi opinión es que esos innatismos de la conducta humana no son fácilmente corregibles. Suponiendo que deban corregirse, cosa que dudo. La herencia, por ejemplo, no es un constructo jurídico inventado por el Grupo Bilderberg y que aparece de la nada con el objetivo de perpetuar el control de la riqueza humana por parte de una casta de privilegiados: el concepto de la herencia está anclado con ganchos de titanio en lo más hondo de la naturaleza humana y surge espontáneamente en el mismo momento en el que aparece el primer ser humano capaz de acumular un grano de arroz más del que puede consumir a lo largo de su vida. Es decir, el «instinto» de la herencia aparece de forma natural en cuanto las circunstancias lo permiten, y es consecuencia obvia del instinto de protección que cualquier animal siente hacia sus crías. Cualquier sistema socio-político que pretenda modelar esos rasgos de la naturaleza humana está destinado a tener el mismo éxito que las religiones cuando abogan por la castidad y la pureza genital. No vamos a meter de nuevo la pasta de dientes en el tubo. Jamás. Pero no porque sea imposible, sino porque la pasta nunca ha estado dentro del tubo. Así que la pregunta no es tanto qué sistema es más efectivo o más justo a la hora de corregir esos innatismos, sino a) si deberíamos corregirlos, b) por qué, y c) cuál es el sistema político que, con fallos y daños colaterales incluidos, da mejores resultados. Es una postura pragmática carente de cualquier tipo de empatía, por decirlo de alguna manera. Y ahí yo creo que el capitalismo y su sector privado llevan las de ganar.

    En cuanto a la evolución tecnológica y científica, es cierto que eso introduce un nuevo elemento en la ecuación. Pero lo hace a un nivel puramente intelectual. Puedes tener en cuenta la termodinámica a la hora de analizar la eficacia de un determinado sistema político, pero lo que no vas a conseguir es corregir millones de años de evolución. La civilización humana tiene 4000 años de edad. Los primeros homínidos aparecen hace dos millones de años. Está claro dónde recae el peso del modelado de la naturaleza humana. Yo aún sigo insultando al ordenador cuando se cuelga. A veces aporreo la mesa. ¿Por qué? Porque soy un mono. Irascible, irracional: el ordenador no va a funcionar porque yo lo insulte. Mi crítica a la izquierda (generalizo) es que su arquitectura lógica está diseñada para un ser humano inexistente: uno que acarrea diez millones de años de evolución y de civilización a la espalda, no 4000 años.

    Un ejemplo absurdo. Es evidente que el ser humano tiende a la acumulación de reservas en la medida de lo posible por si acaso vienen mal dadas en algún momento. Por eso comemos dulces, que no son más que un hiperestímulo que incide directamente en la necesidad de glucosa que tiene nuestro cerebro. Es un comportamiento claramente animal. Está claro que ese innatismo es el que hace que la gente compre a crédito cosas que racionalmente no va a poder pagar en el futuro. ¿Por qué? Por la misma razón por la que una ardilla acumula grano: porque no piensa que vaya a tener que devolverlo jamás. Pero de los seres humanos sí se espera que devolvamos los créditos, y ahí empieza el problema: nuestra naturaleza de mono choca con la complejidad de los sistemas económicos y financieros. Nos engañamos respecto a ellos, el instinto le puede a la racionalidad. Es eso que dice Pinker mucho más elegantemente que yo: los seres humanos nos engañamos acerca de nuestra autonomía, sabiduría e integridad. Así que, en cierta manera, las crisis son inevitables. La duda es si debemos corregir sus efectos o dejar caer a la ardilla avariciosa.

    Supongo que la respuesta (desde el punto de vista de la sociedad, no del hipotecado individual) es que da igual: la crisis se repetirá cíclicamente. Por eso la batalla no es por el sistema ideal o por el más justo o igualitario, sino por el más efectivo.

    Y ahí creo que la historia ha dejado claro el vencedor hace tiempo.

  44. Primero que todo, quiero pedir disculpas por el tono de mi comentario anterior. Lo escribí nada más terminar el artículo, y he de confesar que caí en la provocación. Sin embargo, después de leer sus respuestas en los comentarios, estoy de acuerdo con la premisa básica de su argumento.

    La derecha y la izquierda son dos caras de la misma moneda, ninguna representa una posición intrínsecamente buena (ni intrínsecamente mala). No se puede calibrar un sistema socioeconómico por su comportamiento ‘en el vacío’. En el mundo real hay millones de variables interactuando, por lo que es imposible emitir juicios de valor basándose en lo que establece una teoría –la cual, por cierto, se deriva natural y necesariamente de supuestos que tratan de simplificar el mundo real. Es decir, que ni la idealización del mercado ni la del estado son aconsejables como vara de medir, ni deben ser contempladas como el objetivo final de ningún proceso.

    Entre tus respuestas, me llamó la atención el siguiente fragmento: “Así que la pregunta no es tanto qué sistema es más efectivo o más justo a la hora de corregir esos innatismos, sino a) si deberíamos corregirlos, b) por qué, y c) cuál es el sistema político que, con fallos y daños colaterales incluidos, da mejores resultados. Es una postura pragmática carente de cualquier tipo de empatía, por decirlo de alguna manera. Y ahí yo creo que el capitalismo y su sector privado llevan las de ganar.”

    Aquí, al final del hilo, planteas un debate realmente interesante. Empero, no creo que la respuesta sea tan simple como que la consolidación del capitalismo y su sector privado lleven siempre las de ganar. Principalmente, porque el grado de distanciamiento entre el capitalismo práctico y el capitalismo utópico importa, y mucho. Creo que el apartado c) de la pregunta podría reformularse: ¿cuál es el sistema político que dará, una vez implantado, y con fallos y daños colaterales incluidos, mejores resultados?

    Creo que estamos de acuerdo en que ningún sistema es mejor que otro en el vacío, y lo que puede ser óptimo en Alemania quizás sea una condena para Bolivia. No estoy seguro de que el mejor sistema para México sea un capitalismo travesti en donde la riqueza se concentra en un grupo insignificante de personas (y donde digo México, podría nombrar muchos otros). Habrá sociedades en las que, por historia, coyuntura, nivel educativo… un socialismo imperfecto reportará mayores beneficios a la población en su conjunto que un capitalismo imperfecto. Ambos sistemas, imperfectos respecto al ideal y condicionados por la población a la que se someten.

    Entiendo que tras 2 millones de años de humanidad estamos predispuestos genéticamente a que nuestro comportamiento oscile dentro de ciertos límites. Sin embargo, estos 4,000 años de cultura y vivir en sociedad, permiten que distintos sistemas políticos sean más efectivos que otros en corregir esos innatismos de los que habla Pinker en distintas sociedades.

    Muchas gracias por tu respuesta, y espero con ansías “La izquierda para dummies: el marxismo explicado con peras y manzanas”.
    Un saludo.

    • Ese es un debate interesante: en qué condiciones y en qué circunstancias sociales y de desarrollo económico la socialdemocracia es más eficaz que el liberalismo, y viceversa. Claro que supongo que si se plantea el debate en esos términos, las hostias empezarían a la hora de definir el concepto de «eficacia». O el de «progreso». Imagine tener esa discusión con uno de esos que dicen «ojalá caiga un meteorito sobre la tierra y acabe con los seres humanos porque somos un cáncer para el planeta» (en la sección de comentarios del diario Público abundan). Es un debate mastodóntico.

      Y ninguna disculpa, por supuesto. La provocación es bidireccional: bueno estaría yo si no aceptara que se me contestara con la misma ironía con la que escribo yo.

      Lo de La izquierda para dummies era una broma, eso sí. El próximo artículo es totalmente recreacional. Hasta yo me canso a veces de mi personaje y necesito descansar de mí mismo.

      Un saludo, don Cardel.

  45. Tio Gilito

    «Decir que la culpa es de “gente mala”, es decir banqueros y financieros, ofende a la inteligencia. Los malos nunca tienen fuerza suficiente para hacer tanto daño. Pero millones de tontos del bote gastando más dinero del que tienen, sí.»

    ¡Qué razón tienes, Cristi! Estos pobres, siempre jodiéndolo todo. Se les ha metido en la cabeza que tienen que tener casa, o que tienen que tener coche, y como no tienen dónde caerse muertos ¡a pedir prestado al banco! Luego los muy inútiles se quedan sin trabajo, son incapaces de encontrar otro (¡menudos vagos!) y ya estamos ahí: a no pagar el dinero que a los banqueros tanto sudor nos ha costado ganar. Encima que les prestas con toda tu buena intención… así te pagan. Una vergüenza. Completamente de acuerdo contigo: o se ponen leyes para meter en la cárcel a tanto muerto de hambre por insolvente, o se prohibe comprar a plazos. El que quiera coche o casa, o lo paga a toca-teja, como tú y como yo, o que se joda. Pero si es que algunos hasta quieren tener hijos y todo (¡y que el estado les pague la educación a los mocosos!). Lo que tú dices: putos comunistas.

    Prohibición de prestamos a los asalariados YA. Que si no, luego, se nos ablanda el corazón, les damos crédito, y pasa lo que pasa.

    • Muy agudo Tío Gilito. Pero prohibir la codicia conllevaría disturbios; pocos escapan a su llamada.

  46. Juan Jose

    Me presento, uno de esos estúpidos afiliados a Izquierda Unida. Me alegra que el autor sea capaz de rebajar su nivel de verborrea para que todos nosotros podamos entenderlo :)

    Liberalismo: doctrina social que establece la libertad de acción en algunos términos pero guarda recursos para vigilarla (que el dinero que llevo amasado no me lo pueda quitar nadie en su libre disposición de robarmelo). Entiendo que un liberalismo total sería una fase que llevaría al anarquismo, desaparición total del estado y del poder. Simplemente decisiones individuales. Bueno, nimiedades para entrar en faena.

    Diferencias: La economía de mercado en mi país funciona y el socialismo en el suyo no ¿Qué país, con economía de mercado, es autosuficiente? Partiendo de la idea de que los recursos que hay son limitados y podríamos repartirlos entre todos, para que uno aumente su capital, hay otro que debe perderlo. Por tanto, ya tenemos la primera desigualdad social. Si el ser humano tiene una naturaleza animal, para que queremos esa capacidad de «pensar». Según su visión para aumentar nuestra riqueza. Eso es humano? O quizás simplemente animal, si somos capaces de cambiarlo, porque provocar con mis decisiones, por supuesto tomadas libremente, que haya otro semejante que lo pase a mi.

    Fascismo: ¿Estamos lejos del fascismo? Si entendemos que el fascismo discrimina a aquel que no sea igual que yo por motivos de raza, credo o actitudes, el liberalismo juega en la misma liga pero discriminando a aquel que no tiene el dinero para optar a todos esos beneficios. Los cuales se opta con más dinero. Quizás funcionaseis en una sociedad con una meritocracia real, pero jugar con la ventaja de papi no es lo más equitativo para los contendientes

    Ecologismo: un punto que hemos pasado por alto y que la «sana» derecha tiende a despreciar a pasos agigantados. Llevamos más de un siglo dónde el libre mercado gobierna en la mayor parte del mundo y los recursos han descendido de una manera alarmante. Algunos gobiernos están comenzando a tomar medidas de control, esas medidas que las grandes empresas capitalistas se empeñan en saltarse para poder seguir produciendo/vendiendo/enriqueciéndose. ¿Qué será del libre mercado cuando no haya materia prima con la que comerciar?

    Alimentos: se ha puesto de moda la confección de bolsas de valores para cualquier mercancía. Aquí sólo lanzo una pregunta ¿No lo ven deleznable?

    Violencia: Dice, siendo cierto, que la mayor parte de la violencia de hoy día, por lo menos en España, viene dada por grupos afines a la izquierda. Es una (no)solución tomada ante los que tienen en poder. Recuerdan quién mataba bichitos en el siglo XVIII. La revolución francesa era de corte claramente liberal. Sólo que antes mandaba el título nobiliario y ustedes prefieren el dinero. Ahora manda el dinero, ¿Qué motivos ideológicos tiene un rico para ejecutar la violencia?

    Psdt: En comentarios se ha hablado de impuestos y estado del bienestar. Eso lo dejaremos para más adelante, que al final me salió un tocho enorme

  47. Rocco noffredi

    Siento llegar tarde a este debate, que estaba agotado antes de empezar. Pero es lo que tiene empezar un artículo con un insulto generalizado.

    Yo vengo de vuelta y con dolor de cabeza de tanto haber leído y debatido (el mismo dolor me ha dado la dcha que la izda) durante 20 años y la moda de hablar de política ‘profunda’ (que es positivo, pero es 15M total, aunque lo primero que se suelte al pretender hablar en serio es una parida anti-15M) que hay ahora. Y hala, voy a soltar una parida, que es una conclusión a la que he llegado muchas veces por diferentes caminos:

    España es anarquista. Estoy total y absolutamente convencido que si se aplicasen a conciencia las prerrogativas más pre-guerra civil de la CNT-AIT más pura, España sería un paraíso, en muchos sentidos.

    • Un consejo de amigo: yo de usted no me presentaría ante una audiencia con formación científica diciendo que ha leído en un ignoto y desconocido blog español de filosofía una nota sobre un estudio realizado por un par de sospechosos psicólogos de la prestigiosa universidad de Brock (St. Catharines, Ontario) que dice que los de derechas son genéticamente tontos.

      En serio, hágame caso. Todo eso de la filosofía española, la psicología canadiense… sólo le falta añadir al brebaje la astrología zulú. Piense que muchos científicos padecen del corazón y podría usted matarlos del ataque de risa.

      • El consejo se lo acepto pero no como amigo, puesto que:

        – No lo somos.

        – Usted a sus amigos los trata de besugos cuando no le convienen sus ideas.

        Desprestigiar el estudio y la universidad de Brock no niega sus resultados, usted que tiene tanta formación científica debería saberlo, aunque tampoco debería sorprenderme, teniendo que en cuenta que para usted Arthur C. Brooks esta en posesión de la verdad y el resto son unos palurdos. Por supuesto esto último no es indicativo de sectarismo y/o ceguera ideológica, es puro objetivismo (el mismo que destila el discurso de más de 70 paginas de John Galt)

        Le agradezco que no me haya puesto una lista de libros a leer (como la de más abajo), ya voy yo leyendo a mi conveniencia.

        Por último, quede tranquilo no voy a presentarme ante ningún tipo de audiencia, puede estar tranquilo por los científicos.

        Bien ya he contribuido bastante a llenar esta caja vacía, hasta la próxima.

        Saludos.

  48. Que lástima haber leido el artículo ahora, lo aplaudo en todo, yo también estoy cansado de intentar dialogar con alguien de izquierdas, es imposible, automáticamente soy un facha. Para muestra un botón, lo que me dijo una empleada después de las elecciones del pasado Noviembre : » Pues vaya, ahora como se arregle la economía y las próximas elecciones vuelva a ganar el PP, vaya rollo…» Real como la vida misma, no miento, es verdad. Otra perla: Ante las dificultades de la empresa le sugerí que me facturara, para lo cual, se tendría que dar de alta en autónomos, pero suponía un alivio para la empresa y el trabajo sería el mismo y sus beneficios también, vaya, que contaría con los mismos ingresos, respuesta: » Es que no me conviene, el régimen de autónomos no tiene los mismos beneficios que el régimen general, además pagar todos los meses… y si el trabajo se acaba?…» Así vamos los más pequeños empresarios, entre el descrédito de todo el mundo y el abandono de la administración que sólo se dedica a recaudarnos. Lo mejor, ser funcionario o político.

  49. Resulta un tanto ofensiva la frase en la que se refiere a los universitarios becados que «disfrutan desde el bar de la facultad de sus estudios universitarios pagados con los ahorros de los españoles…»
    Parece que los izquierdistas no son los únicos que se mueven en aguas que desconocen…

  50. Bernal Langer

    ¿Entonces el artículo no es una fina parodia de los ejercicios estilísticos de Sostres?

  51. Lo he leído pensando que era una broma. Me daría igual si cambiaras los insultos y descalificaciones de «bando». Hasta ahora había leído siempre con agrado JotDown. No sé muy bien cómo «esto» ha pasado los filtros mínimos de una revista seria.

    • La respuesta quizás la tengas en Sanchez Ferlosio:
      Libro: El alma y la vergüenza
      Ensayo 2: Las cajas vacías.

      Se trata de rellenar el espacio disponible, aunque lo publicado (en este caso) carezca de interés.

      Saludos.

    • Más allá de que las descalificaciones le hayan resultado a usted ofensivas -lo cual es muy legítimo-, ¿podría discutir con el autor -que anda por aquí mareando la perdiz con unos y con otros- los argumentos planteados en «esto»? Algunas personas lo han intentado, en ciertas ocasiones conseguido, y como se puede observar a raíz de ello se ha brindado a los lectores un genial debate en los comentarios que suceden a «esto». Claro que si usted está acostumbrado a eslóganes edulcorados, quizá deba seguir centrándose en «eso». Y conste que aquí prejuzgo en base a tres líneas, así que puede usted mandarme al carajo con (también) plena legitimidad.

      • Pues no, no quiero dialogar con alguien así, lo siento. Sólo quería mostrar mi desagrado de una forma educada.
        Saludos.

        • Pues es una lástima, porque si estuviera dispuesto a dialogar le podría recomendar una interesante lista de libros de esos que no están ahí para confirmar sus prejuicios, sino para sugerirle nuevas perspectivas intelectuales.

          1. La tabla rasa, Cómo funciona la mente y The better angels of our nature, de Steven Pinker.
          2. La gran mascarada y La obsesión antiamericana, de Jean-François Revel.
          4. El optimismo racional, de Matt Ridley.
          5. Lágrimas socialdemócratas, de Santiago González.
          6. Diarios y Diarios 2004, de Arcadi Espada.
          7. La rabia y el orgullo, y La fuerza de la razón, de Oriana Fallaci.
          8. Dios no es bueno y Hitch 22, de Christopher Hitchens.
          9. Camino de servidumbre, de Friedrich Hayek.
          10. La paradoja sexual, de Susan Pinker.

  52. Bernal Langer

    Bueno, también Sostres pasa los filtros de un periódico ‘serio’…

  53. A mí me pasa lo mismo… que tengo que descender el nivel al de niños de primaria cuando hablo con mis amigos de estos temas. Con mis amigos de derechas, claro está. En este caso, tampoco variaría en exceso la cosa.
    Leyendo el artículo, con sonrisa creciente (tiene detalles ingeniosos), me queda la duda, en cualquier caso, de hasta dónde baja el nivel el autor cuando habla con sus amigos, si ahora es cuando ha dejado de andarse por las ramas. Si este artículo demuestra el nivel real, y es tan subterráneo…
    ¿Stalin socialista? ¿Corea del Norte, Camboya, China? ¿El PSOE? ¿En serio? ¿Sabemos de lo que hablamos?
    En el caso que nos preocupa, además, vivimos una crisis generada precisamente por la política neoliberal (o neocon, como se prefiera). Que se quiera a posteriori culpar al Gobierno estadounidense (el de Bush Jr, ese reconocido político de izquierdas), inventando y cocinando motivos ad hoc, genial. No por ello es cierto. Contra los argumentos, por así llamarlos, de autores que justifican a los verdaderos culpables de la crisis, es decir, los especuladores financieros y los políticos que los apoyan, hay otros tantos de economistas, alguno hasta con Premio Nobel. Claro que posiblemente el autor de este artículo sepa más que ellos. Es decir, crea que sepa. A arrogancia ya se ha visto que pocos le llegan a la altura.
    En cuanto a la parte nacional de la crisis, como cualquiera con dos dedos de frente sabe, la culpa es también de las políticas neoliberales. Las iniciadas por el Gobierno de Aznar que generaron la burbuja inmobiliaria, y las continuadas por el de Zapatero antes y después de que esta reventara. Todo ello, agravado por el ataque de financieras contra países de Europa con los que juegan al «a ver si conseguimos que se derrumbe», como Grecia.
    La raíz del asunto, no obstante, está en lo que dice el Sr. Campos: la gente es como es, y es inevitable. Precisamente por ello, dejar que algunos de ellos, solo por tener dinero, puedan en ejercicio de su libertad jugar con la vida del resto es lo que no tiene sentido. La realidad es la que es, no la nuestra ciega ilusión nos imagine.
    Por desmontar un poco más la demagogia del artículo, es curioso que se compare una teoría (la neoliberal) con supuestas puestas en práctica de la otra (la de «izquierdas», por lo visto una sola para el autor). O que se atribuya (en los comentarios) a la parte «neoliberal» de políticas como la de Noruega el éxito de estas… Si es muy fácil, hasta un estudiante se daría cuenta: justo en los países donde se aplican soluciones de izquierdas reales, la economía capitalista funciona un poco mejor. Otro ejemplo en Islandia: donde se ha ido a por los verdaderos culpables, la crisis se supera. Curiosamente, donde han apostado por neoliberalismo, la economía sigue en barrena: Portugal, Grecia… en breve nosotros mismos.
    En una cosa, no obstante, estamos de acuerdo: nadie obligaba a gente con pocos medios a hipotecarse por encima de sus posibilidades. Eso sí, si no lo hubiesen hecho, esos pasados años de supuesta bonanza no habrían existido. Una lástima: habrían dejado de manifiesto la ineficacia de la política neocon antes de ella sola nos reventara en la cara. De la que nos podríamos haber librado…

  54. Resumen: un tipo viene a reivindicar superioridad moral en un texto en el que no caben más falacias. El camino idóneo para reafirmar lo contrario, desde luego.

    Eso si, se te dan bien los relatos. Yo daría más importancia a los resultados de la ciencia. Sin precisar de falacias ad hominem para tratar de desprestigiar los resultados que no se acoplan bien en nuestras ideas preestablecidas.

  55. Combatiendo lugares comunes conservadores: «Noruega lidera casi todos los índices de desarrollo…pero es por el petroleo. Así cualquiera». Claro eruditos, como le pasa a Dinamarca, Suecia…

  56. 100 comentarios. El primer artículo de Jot Down en llegar a esa cota.

    Gracias a todos los izquierdistas de salón, progres anclados en los años 70, comunistas de la señorita Pepis, psicoanalistas argentinos y defensores de la igualdad-en-la-miseria que se han sentido lo suficientemente ofendidos por este (irónico) artículo como para dejar un comentario en él. Y gracias a todos los sensatos, elegantes y cultos caballeros de derecha que han hecho lo mismo. Ahora que la izquierda, esa fase anal de la democracia liberal, ha sido derrotada definitivamente por la historia, sólo nos queda disfrutar de la victoria y ver cómo el socialismo se derrumba por derredor, empezando por Grecia, brindándonos una nueva era de prosperidad, racionalidad y libertad a todos los seres humanos de bien.

    Un poco de sentido del humor tampoco iría mal, ¿eh? A ver si vamos a tener que empezar a dar definiciones de «sátira».

    Les recomiendo que le echen un vistazo a esa maravilla que ha escrito don Tsevan Rabtan sobre el caso Garzón. Si un artículo de Jot Down merece llegar a los 200 comentarios es precisamente ese.

    • Oliver Twist

      Una de las cosas que me sorprendió del Tea party es que adoptaba elementos clásicos de la movilización de izquierdas para lanzar proclamas ultraconservadoras. Ahora compruebo que la neoderecha hispana adopta también ese descaro y buenrollismo propio de la izquierda patria. La pena es que no sólo adopta los ropajes de esa izquierda a la que tanto critica, sino también esa liviandad intelectual ajena a los matices y de trazo grueso que tanto reprocha. Antes la derecha era aburrida, pero hacía las cosas en serio. Esto es como la cara B del perroflautismo intelectual. Una lucha «estupidizante» de titanes, vamos. Comparar la actual izquierda posmoderna con la de los años 30 es una tontería. Creer que la izquierda es una y sola cosa más allá del tiempo y el espacio da algo de vergüenza ajena. Además se utilizan mecanismos tramposos como criticar elementos concretos y esconder la mano sin ofrecer alternativas reales, sino sólo abstractas. ¿Qué país encarna sus ideales liberales, si puede saberse? Y sobre la ingeniería social a cuentas de Fannie Mae y a Freddie Mac, fue Margaret Thatcher la que inició programas de compra de pisos en propiedad en UK, algo copiado después por Reagan, por la idea de que si la clase trabajadora era propietaria sería también conservadora. Si compara los niveles de pisos de alquiler en países tradicionalmente imbuidos por políticas socialdemócratas podrá ver que lo mayoritario son los alquileres, como lo era en Reino Unido hasta entonces.

      «¿Han probado a discutir con un defensor de la homeopatía? Partamos de la base de que la homeopatía es una mentecatez para analfabetos funcionales. No es una opinión. Es un hecho. La homeopatía se basa en una serie de principios tan ridículamente absurdos que hasta me da pereza escribirlos. Pues bien, ni siquiera el argumento de que nuestras leyes físicas no funcionan así doblegará la voluntad del homeópata».

      Pruebe a cambiar homeopatía por «la mano invisible» y la «capacidad autorreguladora perfecta del libre mercado».

      Al parecer tampoco ha oído hablar de los Guerrilleros de Cristo Rey, el Batallón Vasco Español, Acción Nacional Española etc… tampoco escuchó del asesinato de los abogados laboralistas de la calle Atocha. Es lo normal cuando uno solo lee a los forofos que reafirman los propios prejuicios.

      Por último, le recomiendo que lea algo sobre el papel de EEUU en el genocidio de los Jemeres Rojos y en mantener al régimen liberticida en el exilio después de que fuera derrocado por Vietnam (sí, los malos comunistas de las películas).

  57. Enhorabuena por el debate, maldito.

    Y si no lo digo, reviento: si ‘la falacia esencial de los liberales’ es que ‘acusan al Estado según su realidad pero defienden al Mercado según su idealidad’, la falacia esencial de los socialdemócratas es que acusan al Mercado según su realidad pero defienden al Estado según lo que no ha salido bien jamás, ni cinco minutos siquiera, en ninguna parte salvo en los papeles.

    Otra vez: todos con las mismas reglas, o no vale.

  58. Ahora que la izquierda ha sido derrotada y han triunfado vuestras ideas. Lleváis un par de décadas manteniendo eso, cierto. Me alegra que al final tú mismo hagas responsable a tus ideas la situación tan lamentable a la que hemos llegado, donde nos habéis dejado gracias a vuestra alegre «victoria».

    La próxima vez intenta generar tantos comentarios o más con contenido de calidad, no recurriendo a la polémica fácil y la provocación. Entonces se te brindará un mérito mucho mayor.

  59. Al margen de socialdemocracia, liberalismo, izquierdas, derechas, patatín y patatán, es lamentable que el autor del artículo, (un cafre que pretende serlo, según nos informa un comentarista), tenga que emplear semejante tono. También es lamentable que, en una revista que publica muy buenos textos, este sea uno de los artículos con más comentarios; esta claro -y esta es la tercera cosa lamentable de la noche- que nos interesa la jarana, y no la argumentación seria y reposada.

    Yo creo que al tal Campos habría que ignorarlo; solo se puede debatir con personas adultas o con quienes rechazan emplear un «estilo cafre»…

    Por cierto, algunos visitamos con frecuencia ese «ignoto» blog de filosofia; y su autor, esté o no equivocado, es mucho más educado que quien firma este artículo. Insisto: al margen de izquierdas y derechas.

  60. «¿Cuál es el equivalente de derechas de todo lo mencionado? No serán capaces ustedes de dar con un solo ejemplo significativo o representativo»

    El autor sabrá lo que quiere decir con representativo y significativo, pero voy a airear mis incapacidades.

    Cita a Stalin pero luego pide ejemplos del tiempo de democracia española. Es decir que el reto no puede ser citarle ejemplos de asesinos de derechas contemporáneos de Stalin (quedan eliminados unos cuantos y entre los más jaleados en mi comarca Franco y sus seguidores, menudo jaleo, y han quedado impunes, no como los del otro bando, todos de izquierdas, seguro, que pagaron con el exilio, la cárcel o la muerte sus propios crímenes) Todo esto fuera, Stalin y la escuela de Frankfurt vale- ¡Adorno, asesino!- pero los otros no valen.

    Entonces, el ATE, el BVE,… los grupos organizados por los mismos mafiosos franceses que crearían los GAL- consulten los sumarios- y que quedaron… impunes. También quedaron impunes los reales organizadores de estos grupos porque Garzón tras pillar con las manos en la masa a los jerifaltes de Interior en aquel tiempo e intentar despejar la X se olvidó de la Y, la Z y de las demás letras del alfabeto. Basta buscar y leer un poquito sobre esto, se encuentran sin grandes esfuerzos. Muy izquierdistas no eran ni son. Y los GAL fueron jaleados por medios derechistas y siguen siéndolo en privado por gente de derechas. Se lo juro, soy amigo de algunos de ellos.

    ¿El 23 F fue mejor o peor que los boicots de gente que a uno no le gusta? No he participado en boicot de nadie, faltaría más, pero vaya, un poco de mesura.

    ¿Le parece tener a Cristian que extender la teoría- me la comentó un tipo simpático y normal mientras veíamos un partido de tenis hace cuatro meses- de que el 11-M fue Rubalcaba, quién si no, con mandos de la policía socialistas, en comandita con ETA y los islamistas es fetén? ¿Extender por todo el país que los dirigentes socialistas elegidos por la mayoría para gobernar son los mayores asesinos de España le parece normal? ¿Será representativo? ¿Será significativo?

    El PP votó por casi unanimidad, según creo eso es jalear, la quiebra de la legalidad internacional para invadir Irak al margen de la ONU. La invasión-liberación ha causado unas 110.000 muertes. Ah, bueno, que no eran españoles, que les den.

    ¿Hay obstrucciones del desalojo de morosos. No sabía. Desde el punto de vista de la obstrucción de la justicia, comprar jueces me parece peor. Y eso no ha estado al alcance del bolsillo de su izquierdista promedio.

    Al autor le queda ETA, marxista-leninista, como dice él. Se les ve en las banderas que usan y en sus ataques a casas del pueblo. Unos marxistas-leninistas de la leche.

    Que la izquierda en todas sus variedades y la derecha en las suyas, más todas las variedades de híbridos, han producido criminales e idiotas es cosa tan sabida que no tiene discusión. Asombra leer algo tan maniqueo, tan cerrado, tan pobre.

  61. Estoy cansado de escuchar «izquierda» y «derecha», es que siempre estamos con el mismo ideal de separación.

    Pero en fin, aparte de esto, no estoy para nada de acuerdo con el autor. Pienso que para proclamar abiertamente sus ideales conservadores debería buscar los logros de éstos y no los fallos de los liberales (es que más bien me recuerda a la hipocresía de los políticos de criticar como dice el autor, como niños, al prójimo en vez de ser capaces de reconocer los propios errores)

    Por otra parte, creo que hay demasiado dato cojido de wikipedia, no se si me explico. Creo que los datos el autor debería anotarlos en una libreta en la calle (ahi donde se manifiestan sus enemigos los perroflautas del 15M).
    Por ejemplo, considerar la homeopatía como una cosa absurda me parece demasiado excesivo si no se conocen los beneficios reales que posee. Creo que internet hace mucho daño a los periodistas que les gusta escribir sentados en el salón de su casa con un buen saco de palomitas al lado.

    Además, no voy a defender al PSOE ni a Zapatero, pero tomaron las decisiones que tuvieron que tomar (cierto que tarde) pero estoy convencido de que cualquier ideología de derechas que el autor trata de proteger y evangelizar, hubiese hecho lo mismo. De todas maneras, esto ya son suposiciones y es como el artículo, ésto nunca conduce a ningún lado.

    No obstante, me gusta la manera de escribir que maneja el autor y su manera de persuadir. Es una pena que los argumentos no me resulten convincentes y que, con todo el respeto, en gran parte del artículo mi impresión es que subestima a su lector considerándose un intelectual superior (recalco que esa es la impresión que como lector percibo al leer su artículo)

  62. Gracias por una buena lectura de izquierda a derecha. Mucho más nivel en los comentarios que en el propio artículo. Enhorabuena tanto a unos como a otros.

    Siento de veras no haber llegado a tiempo para entrar al trapo.

    Señor Campos, una lástima que pudiendo ser brillante a secas haya tenido que recurrir al insulto fácil (estupidizando, por cierto) a la audiencia, pero ¿qué sería de nosotros sin la polémica?

    Una cita oportuna de Gasset:

    «Ser de la izquierda es, como ser de la derecha, una de las infinitas maneras que el hombre puede elegir para ser un imbécil: ambas, en efecto, son formas de la Hemiplejía moral».

    Fuente: La rebelión de las masas, «Prólogo para franceses» (1937).

    Y para acabar un texto recomendable de un «idiota» de izquierdas:

    http://www.ucm.es/info/bas/es/einstein/html/porque.htm

  63. ¡Genial! Criticar el infantilismo de la izquierda bajo el argumento «y tú mas». En fin, plantear que el conjunto de las ideologías de izquierdas es errónea apelando a sus desviaciones más oscuras no tiene sentido alguno. Llevar al extremo las cosas hacen que se desvirtuen y carezcan de valor, se puede hacer exactamente lo mismo con los desmanes de las tendecias denomidas de derechas. No me parece que el autor exponga ningún punto de vista remarcable, hace exactamente lo mismo que les reporcha a sus amigos izquierdistas. No sé si era su intención, pues declara que para hablar con gente de izquierdas es necesario reducir su argumentación hasta niveles preescolares. La sensación es que, lo haya hecho o no aposta, no deja de ser un adolescente intelectual, que recien ha descubierto un par de ideas que parecen lógicas e incontestables y no deja de repetirlas con cierta gracia, eso no se lo voy a negar. Lo que está bastante claro es que todavía no ha abandonado los mundos fantásticos o mitológicos de los que habla. El profundo maniqueismo de aquellos que sólo se escuchan a si mismos.

  64. Oye Campos, ¿qué es lo que diferencia a un abnegado, eficiente y calvinista miembro de la ‘clase media’ de un derrochador, parásito y envidioso de clase baja? Es que me he quedado con la duda.

  65. enrique zubiaga

    Más vale tarde que nunca: me quito la txapela

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