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Borja Crespo e Iñaki Sanz: «GRAF ha conseguido su propia personalidad y su propio recorrido»

Borja Crespo Iñaki Sanz GRAF para Jot Down

En un panorama del mundo del cómic con más de cuatro mil novedades al año, reediciones tamaño ladrillo de clásicos y modernos tebeos extranjeros y una industria del manga que se va colando entre los superventas de las listas del libro, han aflorado por toda la península pequeños-grandes bastiones ajenos a los grandes sellos editoriales. Autores y autoras buscando su espacio desde la autoedición, las pequeñas editoriales y con gustos por el cómic underground, alternativo o de vanguardia han encontrado refugio en festivales como Tenderete, Autobán, ¡Hostia un libro!, Zorroclocos e Lobos, Gutter Fest, Oh Comics! y Fanzimad. GRAF es uno de esos festivales que cumplía en este pasado mes de marzo su décima edición, alcanzando la cifra de seis mil quinietos visitantes, nada desdeñable para un evento local y circunscrito a una escena tan característica y ajena al cómic más mainstream. Dos de sus fundadores, Borja Crespo (Bilbao, 1971), artista multidisciplinar y gestor cultural detrás de salones del cómic como el de Getxo y colaborador en ComicBCN, e Iñaki Sanz (Barcelona, 1975), cofundador de Entrecomics, que fuera una de las páginas web de divulgación de cómics de referencia en España, nos recibieron en pleno evento para hablarnos del nacimiento de este espacio, su desarrollo y su particular idiosincrasia.

Creo que es inevitable empezar por la pregunta sobre el origen de todo esto, ¿cómo y cuándo empieza Graf?

Borja Crespo: ¡Cómo, cuándo y dónde!

Iñaki Sanz: Creo que empieza en dos momentos distintos. Borja tiene su historia y yo tengo la mía, van en paralelo hasta que nos encontramos.

B. C.: La chispa de todo fue el sentimiento colectivo del «otro salón», una sensación que se transmitió en las redes sociales. Creo que fue un tuit de Santiago García, que escribió de ello en su blog también. Hablaba de que era necesario que hubiera un evento que visibilizara un tipo de cómic y ciertas tendencias. Estaba en pleno auge la novela gráfica y había muchos autores que no se veían reflejados en el Salón del Cómic de Barcelona. No únicamente gente joven. Gente como Miguel Gallardo, Max y otros nombres esenciales que siempre han estado muy vinculados al Salón del Cómic, también se veían un poco desplazados. O autores como Miguel Ángel Martín, de esa generación, que tampoco se veían representados, al margen de la gente joven, de los fanzines y demás. En esa época, hace más de una década, el Salón estaba en un momento complicado. Yo mismo era bastante crítico en redes sociales con algunas cosas del Salón del Cómic. Casualidad, por razones personales, me vine a vivir a Barcelona. Así estuve más de cerca con la gente del cómic de la ciudad. Por mi parte, que viví una adolescencia muy vinculada a los eventos culturales, alrededor de 2008-2010, momento en el que había claramente una crisis, pensé que había que hacer algo para recuperar a cierto público generacional, gente joven que no estaba yendo a ciertas actividades. 

I. S.: Sí, había un clamor que enlazaba con la idea del «otro salón». Yo también visitaba el Salón del Cómic y veía que era un lugar dónde se veía poco cómic. Y además el cómic que a mí me gustaba no estaba, o estaba de forma muy marginal. En general había muchas quejas.

B. C.: Había exposiciones de aviones y de tanques. Zombis… 

Había una sensación como de deriva, ¿no? Que el evento de cómic más importante del país estaba haciéndose notar por toda una serie de cosas que no eran cómic.

B. C.: Intentaban ir a por más público.

I. S.: Tendían a un modelo americano tipo Comic Con. En ese tipo de ferias está todo el cómic americano, pero solo ocupa el tres por ciento del espacio, el resto lo copan películas, series, videojuegos, merchandising… la presencia del cómic queda muy diluida y no tiene ningún peso. Yo veía que aquí estaba pasando algo parecido. 

Yo estaba con el runrún de este tema en la cabeza desde 2010. Andaba metido en Entrecómics (la web de información) y hasta el 2012 no doy ningún paso en ese sentido. Recuerdo que el colectivo Ilu-Station celebraron un festival en Barcelona de 2009 a 2011 y también sus Golden Globos en 2011 y 2012. Ahí ya vi una tipo de festival o feria que me gustaba mucho.

B. C.: Recuerdo que salió también KBOOM!

I. S.: Sí, y GUTTER FEST. Los tres salimos casi simultáneamente en 2013.

B. C.: Es que fue todo muy espontáneo, todo a la vez. Ese momento fue cuando me propuse intentar montar algo. Estaba en Barcelona recién llegado, estuve viviendo cuatro años aproximadamente. Y claro, con la gente del cómic quería hacer algo aquí. Yo conocía a Iñaki muy por encima, de verle en Barcelona, también por el Salón de Getxo, y por su trabajo en Entrecomics con el Tío Berni (Alberto García), que es de mi pueblo, de Algorta. Conocía a Alberto García de verle por ahí, pero no sabía que le gustaban los tebeos. Hasta que un día vi que era el Tío Berni, pensé en comentarle algo sobre organizar algo, y él fue súper sincero: me dijo «yo no soy tu persona» (risas). «Tu persona, que además vive en Barcelona, es Iñaki Sanz».

I. S.: A Alberto lo conozco desde 2005, nos juntamos en Entrecomics. Enseguida congeniamos y nos hicimos muy amigos… y aún lo somos. En 2012 acabamos de montar la editorial Entrecomics Comics, que nacía de la web de información Entrecomics.com. Teníamos varios cómics editados y dijimos «vamos al extranjero a moverlos. ¿Dónde podemos ir?». 

En ese momento Santiago García vivía en Baltimore. Nos dijo «veniros, porque es la SPX (Small Press Expo) 2012, que es a finales de año y podéis ver un poco cómo es esto». Y nos fuimos para allá. Cargamos la maleta llena de ilusiones (risas). Llena de cómics, en realidad. Cruzamos el Atlántico y para allá fuimos.

Borja Crespo Iñaki Sanz GRAF para Jot Down

Tenía pensado preguntaros precisamente si el GRAF está influido por el modelo de salón de la SPX.

I. S.: Sí, en mi caso directamente, claro. Yo voy allí, veo la feria, intento mover los libros mínimamente… pero lo que me gusta es la feria. Es una feria bastante similar al GRAF en concepto: de espacio abierto, con mesas, muy horizontal. Tienes Drawn and Quarterly, en una punta, Fantagraphics, en la otra, que están como enfrentados pero tampoco sobresalen mucho. Sobresalen por metros, pero un poco más solamente. Y después hay una miriada de gente con proyectos… Todo muy pintoresco. Con mucha variedad, material muy diverso, gente variopinta… y muy guay. Una energía brutal. En un hotel de convenciones, el peor escenario posible y me encantó.

B. C.: Muy americano.

I. S.: Sí, sí. Estaban todos los popes. Los Hermanos Hernández, Charles Burns, Chris Ware, que acababa de publicar Fabricando historias… Estaba toda escena independiente y underground del cómic USA. Todo muy horizontal, nadie estaba por encima de los demás. Todo el mundo se movía con naturalidad y había bastante transversalidad en la relación, había muchas conversaciones, encuentros fortuitos… Volví extasiado. Y en ese momento supongo que Alberto haría el «link» con Borja.

B. C.: Yo no conocía el SPX directamente, solo el nombre. En mi cabeza estaba el Off Angouleme, un festival alternativo que se hace en las mismas fechas del ya conocido evento galo, probablemente el mejordel mundo. De hecho, la idea primigenia que tuvimos era que fuera un «Off Barcelona». Esa fue la razón por la que coincidió en fechas con el Salón en nuestra primera y segunda edición. Ahí por una parte, lo entendieron como una agresión más que como una complementariedad. Aunque, por nuestra parte, hay que decir que decidimos no comunicarnos. Lo hicimos sin comentar nada, sin informar directamente, porque vimos que ya había un interés y que el proyecto iba a salir adelante y era algo muy pequeño. Hubo un punto en el que quizás hubiéramos tenido que avanzar nosotros y contárselo. O no. O quizás no nos interesaba y ya está. Era tan underground todo que no lo vimos necesario. Pero, más adelante, al sentir que era una agresión para ellos en un momento en el cual el modelo del Salón no nos convencía en general, y nadie de nosotros lo pisaba, optamos por movernos de fechas, por cambiar la idea de complementariedad… Porque ya no tenía mucho sentido. 

Creo que al final fue una buena idea. Porque, de alguna manera, GRAF ha conseguido su propia personalidad, su propio recorrido, su propia trayectoria, con su propia fecha en el calendario de eventos. Y como se está viendo, poco a poco Comic Barcelona, nombre actual del Salón, se ha ido impregnado del espíritu de GRAF. Se ha mejorado o se intenta mejorar. Para mí hay un momento importante, a nivel personal, cuando lanzan el cartel de Ana Galvañ. El momento en el que Ana Galváñ hace el cartel de ComicBCN, habiendo hecho también un cartel de una edición de GRAF, fue muy satisfactorio para mi porque fue como conseguir que Comic Barcelona cambiase y se contagiase con la nueva dirección, con lo cual también podría ir más allá.

O sea, que puede haber una suerte de GRAF dentro de ComicBCN.

B. C.: El año pasado, por ejemplo, estuvo Marta Cartu firmando en Fulgencio Pimentel. Hay una zona que se llama Alter Comic, donde está Autsaider, también estuvo el TMEO, hay stands bastante más asequibles para iniciativas independientes. Creo que los dos formatos han de convivir. No tienen que fagocitar el uno al otro. 

Por ejemplo, este fin de semana hemos coincidido con Valencia que, por lo que he leído, también va bien de público. Creo que es una señal. De hecho, hay varias escenas de cómic. Que puedan convivir, que sean complementarias, es esencial. Hacen que la escena sea todavía mayor, juntándose al final, ¿no? Hay que verlo desde ese punto de vista y no como una competitividad. No sé por qué, a veces, hay cierto espíritu, en algún círculo del cómic, de que haya que competir entre salones y yo creo que no. El cómic además, tal y como está, lo que necesita es la complementariedad. Que no coincidamos en fechas algunos eventos sería lo ideal. Pero si hay más, lo cual también es bueno, así estamos, es inevitable coincidir en fechas. Creo que lo ideal sería que cada ciudad, cada pueblo, tuviera su pequeño evento de cómic. ¿No? Cuanto más, mejor. Y si pueden ser, variados. Que tengan diferentes personalidades.

I. S.: Sí. Aquí también tenemos el GUTTER FEST, con un público que complementa al GRAF por la parte underground y fanzinera.

En Barcelona llegamos a tener un «salón» por estación.

I. S.: GUTTER FEST es en mayo, nosotros en marzo… con la gente del GUTTER tenemos relación directísima. De hecho, todo el material que tenemos de camisetas lo está haciendo Pablo Taladro, que está en el GUTTER. No tenemos ningún interés en coincidir en fechas. Pueden convivir con fechas diferentes. Además, el público es diferente, aunque alguna parte se solape, como puede haber alguna parte que se solape con el ComicBCN. Para mí el concepto que no tiene sentido es un salón que englobe todo el cómic porque las expresiones minoritarias y que tienen poca salida en los canales comerciales habituales quedan eclipsadas. ¿Un salón que englobe un arte entero? Lo veo muy difícil, dentro de una disciplina hay escenas y ámbitos muy distintas para públicos muy diferentes. Creo que es importante crear espacios para esos márgenes.

B. C.: Si. Ya lo has dicho. En el cine tenemos San Sebastián que es el festival más grande del estado que aglutina todas las tendencias. Pero luego hay festivales como Sitges, que son especializados. El cómic, ¿por qué no puede ser igual? Y bueno, este fin de semana que hemos coincidido el Salón de Valencia y GRAF, ha habido alguna autor y autora que han estado en ambos. César Sebastián que acaba de publicar con Autsaider y Laura Pérez han estado en los dos sitios. Son gente que compagina. Incluso en su momento, cuando queríamos que fuera como Off Angouleme, nuestra idea precisamente era que, si hay tres días de salón, uno vas a uno y otro vas a otro. Todo se basa en eso. Y creo que mucha gente lo agradeció. Especialmente, cuando venían de fuera. Se notó mucho las ganas en el primer año. El primer año vino todo el mundo, se superaron las expectativas y fue más una fiesta, un sentimiento común compartido que una feria. Luego ha derivado más hacia la idea de feria, de festival.

¿Eso es un sentimiento contemporáneo? Es decir, ¿viene de una quinta de autores, de autores jóvenes que están haciendo cosas ahora o también tiene cierta herencia? De gente que a lo mejor viene del underground o del cómic alternativo y que conecta con los autores de ahora y con el mundillo actual. ¿Hay un cruce intergeneracional?

I. S.: Cuando montamos el primer GRAF, sí que vinieron Max, Gallardo… pero había gente de generaciones más jóvenes detrás. En ese momento estaban autores como Gabi Corbera, Joan Cornellá, una generación diferente pero que conecta con las anteriores por lo independiente. Y que ahí toma un poquito de forma, ¿no? Y como punto de encuentro, también se puede establecer esa conexión. Se encuentran aquí, pueden hablar… Hoy en día sigue pasando, porque las nuevas generaciones van apareciendo.

B. C.: Esa conexión intergeneracional nosotros la hemos alimentado con las charlas. Hoy mismo, que está Genie Espinosa, Fernando de Felipe y Albert Monteys. Hay una serie de autores y autoras, que están aquí hoy que no van a otros salones, porque no les interesan otros salones. Igual que también había que aceptar, como aficionados, divulgadores, como queramos definirnos, que hay un público que no sabe lo que es un salón de cómic, ni tiene por qué saberlo, ni le tiene por qué interesar. Porque igual lee tres tebeos al año, que lo compra de manera natural, como también puede comprar un libro. Y, de repente, en este tipo de eventos, que son más pequeños y más acogedores, puede que se sientan menos extraños y se dan un paseo por aquí más a gusto. Aunque también, si vas a un salón grande, puedes encontrar tu sitio. Es un poco explorar. Y, claro, hay unas generaciones que no han crecido con el Salón. Nosotros sí venimos del Salón del Cómic de Barcelona pero la mayoría de la gente que está en GRAF no es una generación cultivada en el Salón del Cómic de Barcelona. Para mí es un sueño, casi, el poder colaborar con CómicBCN, porque yo, la primera vez que fui a un evento de cómic, fue aquí, en Drassanes, tendría catorce o quince años, y para mí fue alucinante. Pero estas generaciones han crecido con el GUTTER, con el propio GRAF y con otro tipo de eventos más pequeños. Y hay quien no pisa el Salón pero viene del GRAF. Quizá ahora hay quien lo empieza a pisar, como Marta Cartu a la que cito porque creo que es un nombre significativo y porque además Marta viene del manga, está en Constelación Gráfica, la exposición del CCCB , y ahí hay una conexión interesante y que se está alimentando. 

Borja Crespo Iñaki Sanz GRAF para Jot Down

Mencionas Constelación Gráfica, que es una exposición en la que participa gente que está en el GRAF hablando de un contexto compartido, de un entorno. En la exposición se nos habla de una serie de autoras que comparten ese contexto y se mueven por ese entorno.

I. S.: Sí, de hecho en la exposición de entre las nueve autoras que la protagonizan, cartelistas del GRAF hay varias, Ana Galvañ, Conxita Herrero, Nadia Hafid, Marta Cartu… María Medem, que aunque no ha hecho cartel fue voluntaria un año en el GRAF. O sea que para nosotros es un reflejo. 

B. C.: Sí, son artistas a las que les encanta el GRAF. Creo que es una generación que no se siente representada por ciertas polémicas de la escena del cómic amplia, porque no las han vivido y tienen otros problemas. Por ejemplo, su idea de la precariedad es otra. No es una precariedad del propio medio, sino que, como hemos visto en las charlas de CCCB, es una precariedad generacional. Una autora como Roberta Vázquez, por ejemplo, vino también al ComicBCN el año pasado. Vino por primera vez a hacer un concierto dibujado con Álvaro Ortiz y me dijo que una de las razones por las que vino a vivir a Barcelona fue por ComicBCN. Pero ese fue el primer año que los visitaba. Y, sin embargo, no se pierde ninguna feria de estas, porque es donde encuentra su público. Ha agotado los fanzines en un día este año en GRAF. Su curro es brutal. Por otro lado, hay muchísimo público que necesariamente no tiene porqué ir a un evento en torno al cómic, aunque le guste el cómic. No tiene porqué. Y a veces este tipo de formatos hace que quizás resulte más fácil acercarse.

I. S.: Ayer, justo ayer, vino una amiga a ver el festival con su marido pero sin su hijo ni su hija. Tienen dieciséis y dieciocho y no les llamaba el tema del cómic. Y al salir me dijeron que tendrían que haber venido, porque no se esperan esto y les hubiera gustado mucho. Mucha gente no lectora de cómic tiene una idea en la cabeza de lo que es el cómic y en el GRAF se encuentran otra cosa.

B. C.: Claro, no tiene nada que ver con una feria como la del MangaBCN, por ejemplo. A lo mejor hay públicos que confluyen. Te gusta la música y te vas al Primavera Sound y te vuelves loco. Pero puedes ir también a un festival musical en tu barrio o en un bareto de tu ciudad. Son diferentes tamaños, diferentes formatos y te puedes sentir más cómodo en uno u otro. Yo mismo he sido muy de festival de música y ahora ya no. Por edad, por circunstancias… prefiero formatos más pequeños. Los autores, según van creciendo artísticamente y creativamente, se sienten más cómodos en eventos más manejables, donde puedan estar con sus colegas, donde puedan conocer y hablar con gente y no estar en un sitio muy apabullante en el que están casi todo el día firmando y poco más.

Una especie de nexo en el que están tan en contacto con los compañeros de la profesión como con los lectores. La horizontalidad que comentabais antes. Que facilita otro tipo de intercambios menos exclusivamente comerciales.

I. S.: Esto entronca con la idea que siempre hemos tenido de «punto de encuentro», que hemos usado muchas veces porque creíamos que era para lo que tenía que ser GRAF. Crear un contexto en el que pasen cosas. De hecho, creo que conseguimos que pasen, muchas de ellas nos pasan desapercibidas y nos las explican años después. 

B. C.: Visitando la exposición del CCCB, me encuentro que el inicio es GRAF. Pues igual es verdad. Y luego, cuando oyes testimonios de María Medem, de Marta Cartu… Creo que es importante lo que comentamos de la horizontalidad. En este formato, en esta feria no hay una percepción clara de posibles clases entre artistas, que es algo que sí se ve en otras ferias. Vuelvo a remitirme a ComicBCN: están las grandes editoriales, están los fanzines, hay una división creativa y de estatus muy clara. Y aquí no la hay. Todo el mundo es igual. Es un valor importante que quizás ni yo mismo me he dado cuenta hasta estas últimas ediciones.

I. S.: Vuelvo al pasado para comentar que yo esto lo vi en la SPX. Paseé mucho por los stands para y vi muchísimas propuestas. Pensé que esto era muy interesante trasladarlo aquí, ese invitar a pasear, descubrir. En GRAF te puedes dar una vuelta, hay oferta muy variada, mucha de la cual se encuentra en muy pocos sitios. Por eso es importante ser transversal, horizontal y que la gente pueda visitar stands y descubrir, le añade mucha sal y pimienta al tema.

B. C.: En GRAF encuentras material que quizás ya nos veas en ningún otro sitio. Como mucho, lo puedes encontrar online o en algún otro evento similar, no en las librerías habituales o en tiendas especializadas.

A mí me recuerda un poco a cuando éramos niños e íbamos al quiosco y no sabías los tebeos que te ibas a encontrar en los estantes. Le añade un factor de descubrimiento o de sorpresa. Ahora ya de adulto, si vas a una librería y te conoces las novedades de antemano, pues no te vas a encontrar nada nuevo. Si vas a GRAF nunca sabes lo que te vas a acabar encontrando.

I. S.: Puedes preguntar, a lo mejor tienes algún amiga o amigo que te haga recomendaciones… Te das una vuelta… Confrontas a las personas de los stands, que a veces te miran y te tiran la caña. Entablas conversación… y sin la obligación de comprar nada. Puedes ver propuestas muy personales y descubrir. Eso a mí me gusta mucho, descubrir. 

Para propiciar que esto suceda hay que valorar bien las propuestas que nos llegan. Es difícil porque las más grandes necesitan más espacio por la cantidad de autores que puedan traer, por catálogo… siempre intentamos jugar un poco y mantener el equilibrio para que estas editoriales estén cómodas, pero que no fagociten. Porque al final es fácil para nosotros dar metros a una editorial más grande que traen autores, y que arrastran gente. Pero bueno, están contentos, están cómodos, se lo pasan bien.

B. C.: Un inciso. Creo que no hemos citado algo importante, una referencia de los inicios, que es Fatbottom. 

I. S.: Sí, la librería Fatbottom ya no solo es un referente directo, es la chispa que enciende la llama. ¡O quizás la llama en sí misma!

B. C.: Si esta librería funciona, con material de importación, y teniendo únicamente este tipo de cómic, estas tendencias, esto quiere decir que hay gente que le interesa todo esto. E igual hay más de la que creemos. 

I. S.: Y como punto de encuentro además, porque en Fatbottom es muy fácil encontrarte con autoras o autores. Si vas un viernes por supuesto, pero si vas entre días, entre horas, también te encuentras gente. Nico (el librero) también funciona como enlace entre personas y es un prescriptor de primera. Yo le digo «oye, llevo cuarenta euros, ¿cómo lo hacemos esto?» (risas). 

Nico también buscaba mover el tema de las exposiciones, hacer evento los viernes, mover a la gente.

I. S.: Sí, claro, claro. Y lo que sucede es que a través de Fatbottom, vas conociendo un montón de gente y un montón de material. Trae cositas de Estados Unidos, de Francia, Portugal, Brasil, Letonia…

Volviendo a vosotros, ¿quién hace el GRAF? ¿Quienes lo organizáis?

B. C.: Ahora, la gente. Todo el mundo que viene (risas).

I. S.: Sí, las personas (risas). Es una asociación que básicamente somos ocho personas. Estamos Borja y yo, que arrancamos desde el principio y en el camino se han incorporado Mireia Pérez, el segundo o tercer año. Estuvo Manu Vidal (Ilu·Station, Bang Ediciones) también, en el primer o segundo año. Ana Galvañ también participó en su momento. Hay mucho voluntariado. Se incorporó también Sílvia Aymí en su momento y ahora dirige el festival junto a Borja y yo. 

B. C.: Sí, el núcleo duro ahora somos Iñaki, Sílvia y yo, se podría decir. 

I. S.: Nos complementan Gerardo Vilches, Mireia Pérez, Regli, Juanlu Luis Castro y Pedro Toro. Pedro se incorpora en el equipo de Madrid al principio y más tarde se sumó a Barcelona. Y Nadia Hafid que coordina el Minigraf desde hace sus inicios.

B. C.: Llamé a Pedro cuando decidimos hacer un GRAF en Madrid. Porque yo sabía que nos iba a ayudar mucho. Sí, Pedro en el terreno lo soluciona todo. Y después, como tiene bastante recorrido cultural, también es una pieza importante. Más o menos es este grupo de gente que ha ido entrando y saliendo, pero ahora somos ocho. Aunque ha habido años que hemos ido tres. 

Los primeros años sobre todo. Y sobre todo la paliza logística e institucional, ahora se la pegan Iñaki y Sílvia. Yo, como me muevo de aquí para allá, me paso por Barcelona, solemos reunirnos entre nosotros. Pero las reuniones con instituciones y proveedores, que es la parte más farragosa y a la vez la más importante, las hacen ellos. Las reuniones con Fabra i Coats. Este año, por ejemplo, hemos hecho cosas nuevas, como contactar con un hotel, con autores de fuera… Todo eso se lo hacen solo Iñaki y Sílvia porque son los que están aquí. Y, es curioso, porque llevamos varios años que al año siguiente vuelves y haces más cosas. 

Aunque no estamos todos en Barcelona, cada uno va haciendo. Y hemos encontrado una manera de trabajar que cada uno va haciendo lo suyo, vamos comunicándonos y se va haciendo todo. Todas y todos somos piezas fundamentales. El programa ya hace años que lo hago con Gerardo y la colaboración de Pedro. Nos encargamos del salón de actos. Mireia se encarga de los talleres. Nadia Hafid lleva la parte de MiniGRAF y se coordina con Sílvia. Juanlu y Regli están con comunicación, diseño y producción gráfica. Este año ha habido algún miembro del staff que ha descubierto alguna actividad cuando ya ha estado aquí, que no sabía que se hacía (risas). 

I. S.: Sí, nos pasa. Ahora está todo muy bien compartimentado para poder trabajar de forma más eficiente, pero es verdad que ahora tenemos que mejorar la comunicación, porque pasan muchas cosas muy deprisa. Todos estamos haciendo esto en paralelo a nuestro trabajo con el que nos ganamos la vida. Hay quien pide vacaciones para poder acabar en el esprint final. Es un clásico.

B. C.: Sí, como pasa en Sitges, hay gente que se coge vacaciones para ser voluntaria. O pillarte un día libre en el curro. Y bueno, estamos en un punto en el que afortunadamente podremos correr con los gastos, con la gente que venimos de fuera. Pero realmente en el GRAF nunca hemos tenido un sueldo ni nada parecido.

Borja Crespo Iñaki Sanz GRAF para Jot Down

¿Tenéis algún tipo de ayuda institucional con los espacios, con infraestructura, con algo?

I. S.: Aquí en la Fabra i Coats sí que tenemos una ayuda en los espacios. La ayuda consiste en que no pagamos alquiler, porque consideran que es un evento de interés para la fábrica.

B. C.: Es importante, a cambio tú le das el contenido. Es una relación simbiótica.

I. S.: Nos hemos reunido con el ICUB para el tema de las subvenciones. De momento no recibimos subvenciones porque no nos hemos presentado. Estamos viendo un poco a ver si puede interesar: las condiciones, si hay necesidad… Porque también es todo un tema administrativo que es bastante pesado. Tienes que ponerte… 

B. C.: La cantidad es muy pequeña. Al principio nos iba bien, más o menos, con el dinero de la taquilla. 

I. S.: Taquilla y ya está. Que funcionaba como un filtro.

B. C.: Son precios muy populares, pero siempre hay alguno que se cree que lo vas a hacer todo gratis, pero bueno, ese es otro tema. 

¿Qué pasó con el GRAF en Madrid? Creo que os preguntan mucho por si volverá.

B. C.: Dejamos la edición de Madrid porque era demasiado. El primer año funcionó tan bien Barcelona que nos llenó de energía. Era una época en la que, como había una profunda crisis cultural, además de al económica, cambiaron muchas cosas. Creo que teníamos algo de tiempo libre también. No sé tú Iñaki, cómo ibas ahí…

I. S.: En 2017 fue la última edición de Madrid, y yo no pude estar por razones personales. Cada año era más difícil para mí hacer doblete Barcelona-Madrid. Salías de uno y ya tenías que ponerte con el otro.

Y os siguen pidiendo todavía que volváis a hacerla en Madrid. 

B. C.: Sí, pero a mí me hace gracia. «Por qué no te juntas tú con más gente y lo haces», les suelo contestar. Esto es un proyecto que puede venir alguien y decir «oye, me quiero montar algo parecido». No tiene por qué llamarse GRAF. Pues mira hay un FANZIMAD que se va a hacer este fin de semana, que puede ser una pequeña semillita. Siempre está bien ese tipo de cosas. En nuestro caso hubo un momento en el que en Madrid vamos al Museo de ABC y este se queda pequeño. Muy rápido. Muy, muy rápido. Y al intentar buscar un espacio más grande, ahí nos encontramos con problemas por la privatización de los espacios culturales, de los espacios públicos. Madrid es muy complicado para poder montar algo de estas características. Hablando claro, no nos dejaban un sitio decente por un precio asequible. Y nos pusimos cabezones. Al final lo hicimos, pero no pudimos cobrar entrada. Y tuvimos gastos. Muchos gastos, algunos inesperados. Y una cosa es que no cobremos nada, que lo hagamos porque nos gusta. Y otra cosa es que perdamos dinero. Es muy diferente. Perder dinero ya no. O sea, pagar la fiesta a otros y cuando se van, tener que barrer, eso ya no lo veo. Y bueno, pues eso sería un buen resumen de la historia. Esto lo hemos contado en redes, también hemos publicado algún texto para que la gente se percate también del espíritu inicial con el que nació el evento. Nos piden el GRAF Madrid, ser autosuficiente, autogestionado… es mucho más complicado. Por experiencia, el atarte a ayudas institucionales puede significar que esas ataduras, si un día se rompen, en el sentido de que ya no tienes ayuda económica, no respecto a libertad creativa, puedes suponer que desapareces. Hay muchos eventos ahora que están creciendo exponencialmente en torno al cómic que yo agradezco y me gusta, pero cruzo los dedos. Por experiencia sé que las instituciones… pueden salirse del camino. Depender única y exclusivamente de las instituciones, o en gran medida, es un riesgo. Es algo que no hace CómicBCN, por ejemplo, y eso es un valor que no se aprecia y que yo lo he apreciado cuando estoy colaborando con ellos. Allí, la ayuda institucional es muy pequeña, por no decir ridícula. La independencia es un valor porque, por cuestiones de cambio en el color político o lo que sea, puede suceder que te quedes sin ciertas ayudas y te haga desaparecer o cambiar. Mi experiencia en el Salón de Getxo, por ejemplo, ha sido esa. Las ayudas han ido mermando y aquí el valor es que se mantenga, que el evento sobreviva a los azotes crisis tras crisis. El evento tiene que adaptarse a las circunstancias económicas y aguantar… pero no es fácil. Y es algo que tampoco se valora. Bueno, la gente no tiene por qué valorarlo porque no se dan cuenta ni tienen por qué saberlo. 

I. S.: En las reuniones que hemos tenido para ayudas ya te dejan claro que puedes tener ayuda económica pero eso no significa que se vaya a sostener en el tiempo. La política sería ayudarte cuando emerges pero después ya quieren que camines solo.

B. C.: Además, estamos en un momento cultural complicado. A ver qué pasa pero, en unos meses, quizás nos encontremos con una sorpresa desagradable en este sentido. A ver en qué manos cae la cartera de cultura, por ejemplo.

I. S.: Bueno, y elecciones municipales también.

B. C.: Creo que en Cataluña al igual que en Euskadi hay un pequeño oasis. Y sí es cierto, yo lo que noto, al moverme en varios escenarios, es que el interés que hay por la cultura en Barcelona es diferente al que pueda haber en Madrid. En Madrid sí que se hacen cosas, pero yo diría que el criterio es diferente y a veces no atiende al contenido sino a lo que se dice «la lavadora de dinero». El dinero tiene que entrar por aquí y salir por allí. «Sí, yo te dejo quinientos euros pero tú esos quinientos se lo vas a dar a esta persona que a su vez se lo va a dar al otro». Y el dinero vuelve. Y a veces es complicado. 

Entiendo que eso, la gente que es aficionada al cómic no tiene por qué saberlo. Y a veces genera polémica. Y el hecho de que GRAF no dependa directamente de unas ayudas institucionales claras por un lado ha permitido que se mantenga en espíritu pero por otro lado ha significado una dura travesía. Ya hemos visto cómo han caído algunos formatos, como Heroes Con, por ejemplo, algunas iniciativas privadas… Poner entradas cada vez más caras a mí me parece un error porque estás cerrándote a mucha gente que no puede permitirse pagar casi veinte euros para entrar a un evento. Un evento en el que entras muchas veces a comprar. Es muy importante la parte cultural, yo siempre lo digo. En Getxo hace dos años ya no se cobra entrada. Antes era una carpa donde tú entrabas… había una programación cultural, unas exposiciones y los stands. Llega un momento en que esa carpa, por razones económicas, tiene que quitarse y pasamos a ser como una feria del libro. En la Feria del Libro en Madrid no pagas por entrar, está al aire libre. Si no ofreces un programa cultural no puedes cobrar entrada cuando estás siendo sufragado por unas instituciones. Alguno dice «la pone gratis para que vaya más gente». No. Entras gratis, o por un precio módico, porque no se puede cobrar para que entres a comprar. No tiene sentido. Y la programación cultural si es gratuita… mucho mejor. Bueno, aquí en el GRAF la tenemos gratuita, está fuera de la zona de expositores. Tú puedes ir directamente a la programación cultural y no tienes por qué entrar a la feria. De todas formas, la programación cultural cada vez es más complicada. En GRAF nos está funcionando muy bien, pero ha habido momentos en los que te encuentras con charlas con muy poca gente.

Borja Crespo Iñaki Sanz GRAF para Jot Down

Con diez años de recorrido que lleváis ya, ¿qué se ha movido o qué ha salido del GRAF? ¿Qué cosas habéis detectado vosotros, que teniendo la gente reunida aquí, ha generado interacciones? 

I. S.: Han salido contactos entre editoriales y autoras. Autoras y autores que se han conocido aquí y han hecho fanzines o algún tipo de colaboración posterior. También la escena del cómic independiente ha evolucionado mucho, no por nosotros, sino porque estaba en efervescencia. 

B. C.: Como escaparate ha servido también para que gente joven haya crecido. A María Medem siempre la citamos, pero ella también nos cita. Ha sacado una obra muy importante que creo que puede ser significativa mediáticamente, como lo fue en su momento el auge de la novela gráfica, aunque nos pille un momento de crisis económica que puede afectar. Pero creo que pueden coincidir a lo largo de este año una serie de autores y autoras y puede haber un boom importante a este nivel, que genere una fidelidad de un determinado público. También, entro en el CCCB en la exposición de la que ya hemos citado y veo que en al inicio se habla del GRAF. Eso es importante, pero es algo que nos han tenido que contar.

I. S.: Sí. Tienes que ver el inicio de una exposición, tienes que leer una entrevista que le hacen a una autora que te cita, tienes que ver el cartel de Ana Galvañ en otro salón más grande… Esas cosas nos dejan la idea de que el ruido que hacemos está retumbando y las vibraciones están llegando lejos. Y acaban llegando autores de fuera. 

Este año tenemos a Michael Deforge. He leído su obra desde hace años y ayer estaba en la fiesta del GRAF subido a un escenario cantando. Vas viendo que referentes que estaban lejos ahora están en tu campo de juego, están en tu órbita, formamos parte de todo ese ecosistema. Y eres una parte además reconocida y te tienen situado. 

También tienes la perspectiva de gente que no viene mucho al GRAF, que no es público de festivales de cómics. Y cuando visitan el GRAF te dicen «qué cosa más guay que tenéis montada, está muy bien» y yo les contesto «ya, ya, si llevo tratando de explicártelo cinco años» (risas)

B. C.: Lo hemos comentado mucho. A muchos que hablan de ciertos problemas que le ven por ejemplo al ComicBCN les diría «date una vuelta por el GRAF». Hay otros mundos que están en éste. Personalmente he estado en muchos salones diferentes. Estuve en el MangaBCN y he alucinado, hay un ambiente muy positivo. Y el GRAF es un pequeño MangaBCN en el fondo. La gente es feliz aquí. Y es algo que se ha perdido en muchos salones. En nuestro caso no hay apenas haters o no sé si los hay. Mucha gente se queda fuera en la solicitud de stands. Este año hemos tenido más de doscientas solicitudes. Al final entran los que entran pero tampoco hay gente protestando. Se me ocurren otros eventos en los que la situación es distinta y aquí con la horizontalidad es otra cosa. Yo eso lo agradezco mucho. 

¿Hay algún momento en el que no haya sido así? ¿En el que os hubierais planteado dejarlo?

B. C.: Todos hemos tenido momentos, yo he tenido momentos de «igual yo ya me tengo que ir de aquí». Tuvimos algunas pequeñas anécdotas que nos daban a entender que el GRAF ya no era del todo nuestro. Un robo de un ordenador a uno de los ponentes, por ejemplo. Que es cuando te das cuenta de que aquí viene gente que no son colegas. Pero por otro lado quiere decir que esto está creciendo. También se dio que uno de los miembros de un colectivo de los stands se le ocurrió hacer un grafiti horrible en las paredes de la Fabra i Coats, que es un espacio de interés cultural protegido. Y piensas «yo estoy montando este evento de forma altruista y esforzadamente para que vengas con tus amigos a vender tu fanzine y te pones a hacer un grafiti». Tío. También algún grupo que se ha emborrachado en el stand, que me parece muy bien porque yo también lo he hecho, pero luego no lo dejes todo lleno de mierda. Es cierto que todo eso ha desaparecido ya, pero hubo un momento hace unos años, que iba unido a una menor asistencia a las charlas… Hemos llegado a tener doscientos y trescientos oyentes en las charlas, con ponentes de todo tipo. Hemos procurado traer gente vinculada a la cultura, no solo del cómic. Y en fin, todo evento tiene altibajos. Creer que un evento va a crecer sin parar y que no va a tener críticas es engañarte totalmente a ti mismo.

Borja Crespo Iñaki Sanz GRAF para Jot Down

Yendo hacia la conclusión de esta entrevista, mi pregunta va por ahí. ¿Hacia dónde vais? ¿Os quedaríais como estéis? ¿Queréis crecer?

I. S.: Una parte buena de la Fabra es que es un espacio que nos funciona muy bien y además nos limita en el espacio. Es un tamaño en el que nos podemos manejar. Pero por ejemplo en esta edición ya tenemos problemas en cuanto a aforo. Eso es un síntoma de crecimiento que se puede tomar como positivo pero a nosotros nos exige reflexionar.

B. C.: De hecho, las primeras críticas que leído yo por Twitter al GRAF ha sido por el aforo. Es un tema que yo ya he aceptado. Nadie está dispuesto a entender lo que es controlar el aforo. Controlar el aforo es un tema de leyes, de protección civil, que tú tienes que cumplir. Si de repente dejamos entrar aquí a cien personas más y ocurre que se cae un foco, la responsabilidad es nuestra, por mucho que tú tengas un seguro. Aparte, que te pueden sancionar aunque no ocurra nada. Esto es algo que la gente, en su entusiasmo, no lo entiende. Hemos tenido muchísimos problemas en el Salón de Getxo mismo. Teníamos un sistema de entrada y salida con cámaras con un sistema que iban a la Ertzaina. Y por mucho que tú lo expliques a la gente, no lo entiende. Hay que esperar a que salga alguien para entrar. ¿Cual es la otra opción? Lo que se hace en CómicBCN: que si entras y sales no puedes volver a entrar. Y nosotros aquí eso no lo queremos. Porque creemos que es interesante que la gente pueda salir. Pero hay que controlarlo y cuando hay mucho movimiento de personal hay que tomar medidas. Este tipo de problemas no los teníamos al principio. A nosotros nos gusta montar el programa, hablar con la gente… este otro tipo de gestiones son las que te minan un poco la moral. Este crecimiento de asistencia es lo que decíamos antes: es cuando te das cuenta de que el evento te ha superado, ya no es nuestro. Aquí hay gente que no conozco y ellos no me conocen a mí. 

Y en ese sentido de que «ya no es vuestro», ¿creéis que hay un relevo generacional que pueda recoger el testigo?

B. C.: ¡No! (risas) No, no hay. Si lo hay, no lo sabemos encontrar. Está escondido o algo.

Pero siempre acaba apareciendo alguien más tarde o más temprano.

B. C.: Bueno, hay un dato importante de este año que nos ha hecho más viejos. Este año está de voluntario el hijo de Albert Monteys. Y está con gran entusiasmo metido en este ambiente. Nunca se sabe.

Recuerdo en alguna charla hace unos años que salió la preocupación por el relevo generacional en los autores. La quinta del Nimio, por ejemplo, tenía ya una edad. Y no parecía salir nadie. Y mira, sale una Marta Cartu, un Ivan McGill, una Mabel Alonso, una Carmen B Mikelarena… Siempre acaba saliendo alguien.

B. C.: Bueno, aquí hay gente muy joven. Fanzines muy jóvenes. Relevo creativo hay. Es imparable. Hay gente que cree que solo existe el cómic que él lee. Digo «él» y lo subrayó. Aquí, entre el público, hay mucha gente joven y hay mucho público femenino. Mucha autora. Y esto hay que verlo. Hay gente que no sabe que esto existe. Igual que con el MangaBCN. Ves al manga, es otro mundo. Olvídate de tus historias porque hay otros mundos. Y ahí no saben quién eres. Vas en el anonimato. Y ahí hay unas realidades que son paralelas y que pueden convivir perfectamente. Otra cosa es meterte a organizar un evento, no lo veo lo mismo. En su momento acepté que no me iba a ganar la vida dibujando cómics. No era bueno. Y me dio por hacer otras cosas: por coger una cámara, por escribir… y acabé organizando eventos, entre otras liadas. Una persona me llamó para organizar el Salón del Cómic de Getxo. Y por otro lado, a iniciativa personal, montamos un festival de cine de terror en la universidad. Entonces quiero creer que hay alguien que esté así. Y que quizás nos llevemos pronto alguna sorpresa. Ahora, que podamos decir «tomad nuestro cetro»… en este momento, no.

Comentadme, para terminar, algo de los carteles del GRAF. ¿Como elegís quien los hace?

I. S.: Ha ido cambiando un poco. Al principio poníamos dos o tres nombres en la mesa y rápidamente lo teníamos claro. Y ahora es una cosa que lleva más tiempo. Planteamos una ristra de nombres importante, unos diez o doce y entre los que estamos en la asociación, empezamos a dar ideas, empezamos a votar y se acaba reduciendo a dos o tres opciones y acaba saliendo el cartelista. Sí que hay un criterio fundamental que es que sea alguien que no sea especialmente conocido. O directamente poco conocido. Autores emergentes. Tuvimos a José Quintanar, a Los Bravú…. gente vinculados al arte, que puedan romper un poco. Cristina Daura. Álvaro Ortiz, quizás fue el más mainstream.

B. C.: En resumen, miramos gente que creemos que va a petarlo. El cartel del evento es muy importante porque es su personalidad. Y también ves su evolución, así como las tendencias del cómic en el ámbito más alternativo. Iñaki, los primeros años los elegías tú. Empezamos con Gabriel Corbera. Cuando lo vi pensé «hostia, vamos duros». Pero por otro lado, dije «tiene que ser así». Vamos a dejar claro desde el principio que esto es otra cosa.

Borja Crespo Iñaki Sanz GRAF para Jot Down

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