Arte y Letras Literatura

La insoportable pesadez de leer

cortazar

«A mí me gusta mucho leer, pero no tengo tiempo». Durante los fríos meses de invierno, y también durante los más templados que los anteceden y suceden, otras actividades más esenciales ocupan nuestros días. Actividades que comprenden, entre otras cosas, correr, correr y correr por los parques y aceras públicas, jugar al pádel de gorra en selectos clubs privados, acudir a clases de yoga e intentar esta vez no quedarse dormido, depilarse cualquier cosa (salvo esas cosas), estudiar filología, economía o ingeniería; ver películas suecas, checoslovacas, búlgaras (ver películas subtituladas); tocar con la guitarra eléctrica las partes para flauta de las canciones de Jethro Tull, ya sea bien o muy mal; irse a bucear al L’Estartit o a hacer surf a Mundaka; entrar en un campo de fútbol para ver fútbol; acudir a una cata de sake y prestar atención, puede que incluso tomar «notas de cata»; hacer coladas propias y ajenas, ver porno gratis en páginas web que reproducen ciertas prácticas sexuales que están más cerca del art decó que del sexo guarro, o en otras en las que el adjetivo guarro se queda muy corto —estas son las buenas, las más graciosas y otras tantas ocupaciones que consumen nuestro tiempo libre y nos definen como seres dotados de alma. Ese tipo de cosas sin las cuales no podemos vivir, que no llegan a gustarnos tanto como sentarnos con un libro entre las manos (y a veces leerlo), pero que son tan ineludibles que no nos dejan dar rienda suelta a nuestra verdadera afición. Y no he tocado el tema de la bicicleta. De verdad, no tengo tiempo.

Al llegar las vacaciones de verano por fin podemos relajarnos. Pero, ojo, elegimos lecturas de verano; ligeras, intrascendentes, divertidas. Que no nos hagan pensar. Me gusta mucho leer, pero no tengo tiempo para eso. Y lleno está el camino de las sombras de libros a medio leer, así que abnegados ascetas velan en alguna parte por todos nosotros consumiendo cada volumen que haya sido escrito por la mano del hombre o inspirado por la voluntad de Dios, y aquí mismo recogemos su mensaje y les recomendamos las lecturas que deben evitar a toda costa, salvo que quieran incorporarlas a los ritos de iniciación de alguna religión que se estén inventando. El culto al cuerpo, por ejemplo. Lean estas referencias y desarrollarán una reacción pavloviana a la letra impresa que les hará rebuznar y girar la cabeza 360º en sentido antihorario con solo intuir el ligero rumor de un pasar de páginas. Y todas las horas liberadas de la esclavitud que supone la afición a leer las podrán dedicar a esa manifestación del agotamiento del hombre que los adeptos llaman pilates. Peores cosas se han visto.

1. Trilogía americana, Philip Roth.

Philip Roth se hace viejo, y le apetece que todos nos enteremos. Si bien es verdad que las tres novelas que componen esta trilogía, que Galaxia Gutenberg nos presenta bien juntitas en un tomo de 1300 páginas, escarban en la superficie del sueño americano para descubrirnos miserias que todos adivinamos y que no son exclusivas de aquel país, por mucho que en Europa nos empeñemos todo está impregnado de un aire de decadencia y senectud que resultará insoportable para cualquiera que ya esté más cerca del fin de sus días que del comienzo de su vida, y viceversa. O sea, para todo el mundo. Igual que en una novela de Agatha Christie todo el mundo espera la aparición de un lechero o un tendero, en las novelas de Philip Roth nunca faltará una próstata del tamaño de un balón de fútbol (en las traducciones peor informadas, aseguran que del tamaño de un balón de rugby).

Lo mejor de Philip Roth es la anécdota que cuenta cómo en cierta ocasión el mismo Roth acudió a comer a un restaurante judío de Nueva York. Allí, mientras el dueño vigilaba apostado en la caja registradora junto a la salida, un camarero chino le atendió en perfecto yiddish. Al ir a pagar en la caja, Roth le hizo saber al dueño que estaba muy sorprendido de la capacidad de su empleado para manejarse con tanta soltura en la lengua asquenazí. «¡Shhh!», le contestó el dueño, «él cree que está aprendiendo inglés». Esto es lo mejor de Roth, y se lo acabo de contar. Además, no aparece en esta trilogía, sino en Operación Shylock. El resto, ahórrenselo. Si son demasiado jóvenes, por ser demasiado jóvenes. Si son demasiado viejos, porque el psicomatismo es tan real como una apendicitis, y a nadie le deseamos una sesión intensiva de EDR. O sí.

2. El fantasma de Harlot, Norman Mailer.

La crítica más recurrente que se le ha hecho a esta novela de Mailer es que después de 1300 páginas termina con la palabra CONTINUARÁ, así, en mayúsculas. No es esta una cosa tan grave. Ya saben, el viaje y no el destino, las novelas de trama abierta, y un largo etcétera. Lo peor de esta novela de Mailer es que resulta ridícula; es un galimatías que sobrepasa todas las demás novelas del autor. En determinada escena, un agente de la CIA, un hombretón activo, fuerte, atlético, locuaz, un personaje del que Ernest Hemingway se sentiría orgulloso, llega a casa después de una noche de juerga por el Berlín occidental de los años 60, se desnuda y le presenta el culo en pompa a su compañero de trabajo. Le presenta el ano como si requiriera el examen digital rectal del que les hemos aconsejado que huyan mientras puedan, al tiempo que le propone «venga, aprovéchate». ¿Patada o a la carga? Si alguien les dice que esta novela le dio mucha risa, no les mentirá, pero eso no querrá decir que deban leerla.

3. El manantial, Ayn Rand.

Howard Roark es un arquitecto tan independiente, con un sentido de la ética profesional tan acentuado, que solamente diseña los edificios como a él le da la gana. ¿Que el cliente pide otra cosa? Ah, me río de verme tan bello en el espejo. Pero para ser un libro que ha sido interpretado como la Biblia del liberalismo, resulta un tanto contradictorio. A Roark, lo vemos claramente, le importan muy poco el mercado y la ley de la oferta y la demanda. «Mis cojones son claveles» es su lema, aunque Rand lo disfrace un poco con filosofía barata. Porque Roark es un Stalin en potencia, pero sin bigote y con menos gracia a la hora de putear al personal. Y para terminar ganándose las simpatías del lector, viola a una mujer delante de una chimenea y pretende hacernos creer que es un acto de libertad. No invente, señora.

4. El Capital, Karl Marx.

La única virtud de este libro es su poder de persuasión. Porque cualquiera que lo termine, después de haber invertido una cantidad de horas de tedio que se podrían contabilizar en tiempo geológico, no tendrá más remedio que convertirse al marxismo. Nadie querrá reconocer que ha perdido el tiempo de esa manera. Su peor defecto, por otra parte, es su mensaje confuso. A pesar de haberse aplicado sus teorías en medio mundo durante casi un siglo, al parecer nadie las ha entendido correctamente ¡Honecker no era marxista! A lo mejor es que hacían falta 3000 páginas más, quién sabe.

5. La montaña mágica, Thomas Mann.

Cuidado con los alemanes. Así, en general. No sacrifican muflones o gallos negros para después beberse su sangre, pero escriben tochos de miles de páginas, difícilmente apreciables en otras latitudes, con el único propósito de afirmar su superioridad y conquistar el mundo sumiéndolo en un estado de sedación irreversible. El único interés de este libro radica en saber si a principios de siglo el aburrimiento resultaba ser una patología más mortal que la tuberculosis. Es un libro adictivo, les dirán. Sí, no hay duda: durante el resto de sus vidas sufrirán pesadillas recurrentes en las que Settembrini y Naphta le buscan para que ejerza de juez en alguna discusión trascendental, como por ejemplo sobre la conveniencia de llevar sombrero para así poder saludar a las damas conforme a los buenos modales. Una persecución loca por su casa transfigurada en un sanatorio suizo mientras usted busca por los armarios ese remanente de garrafas de estreptomicina que nunca será capaz de encontrar, y que pondría fin a la pesadilla. Si hay algún libro capaz de subirle la fiebre a un cadáver, este es uno de ellos.

6. El Ser y el tiempo, Martin Heidegger.

Para demostrar que no hablamos en balde, aquí tienen un tercer alemán. Seguidito. Podríamos haber escogido cualquiera de sus libros, como por ejemplo el apasionante Los conceptos fundamentales de la metafísica: mundo, finitud, soledad, en el que se pueden leer (si llegan hasta el final de la frase) títulos de apartados como «El ser anulado por el horizonte uno y triple del tiempo como carácter temporal del ser dejado vacíos», pero El ser y el tiempo es su obra cumbre y la única que hemos leído de pe a pa. ¿Quieren saber lo que supone leer 500 páginas sin entender prácticamente ni una palabra? Los avispados, los ingenieros, los matemáticos, los acostumbrados a afrontar las dificultades de la demostración de algún teorema complejo —los que conocen la existencia de una cosa llamada espacios de Hilbert nos mirarán con desdén, como suelen hacer con cualquiera que haya estudiado una carrera de letras. Bien, pueden empezar el análisis cuando quieran y luego nos lo explican: «Se ha insinuado ya que el Dasein tiene como constitución óntica un ser preontológico…». Ánimo.

7. Ilíada, Homero.

15.000 versos. 15.000. ¿Cuántos gatitos es necesario cuidar para saber apreciar un libro de 15.000 versos? La Ilíada (y su secuela) es uno de los pilares de la civilización occidental, y seguramente supera con mucho a los libros fundacionales de cualquier otra cultura. Esos libros llenos de chinas en pelotas y dioses con mil penes. Pero eso no significa que deban leerlo. No. Podrán seguir con su vida normal sin tener conocimiento de cuántas negras naves aqueas se plantaron delante de Troya, la de las fuertes murallas. Que sí, que es el origen de toda la literatura occidental, pero sáltense XX siglos y empiecen directamente con Tolstói. El de las luengas barbas.

8. Rayuela, Julio Cortázar.

Es una pena, porque relatos como Casa tomada, El perseguidor y otros mucho de los cuentos de Cortázar son auténticas obras maestras de la literatura. En Rayuela le dio por jugar a elige tu propia aventura y resulta que bajo la innovación formal tenemos una protagonista deleznable (La Maga) que inexplicablemente despierta la admiración de mujeres que por lo demás aparentan estar bastante cuerdas. Si no nos hacen caso y lo leen, al menos opten por la versión corta. Si se dedican a saltar de capítulo en capítulo terminarán en alguna de esas disquisiciones de Morelli (el alter ego de Cortázar en el libro) que hacen que en comparación La montaña mágica sea una novela de acción. Pero mejor corran, huyan y compren sus cuentos completos. Esos sí que da igual por dónde empiecen a leerlos.

9. Mecánica teórica de los sistemas de sólidos rígidos, José Antonio Fernández Palacios.

Ajá, el fundamento de todo lo que nos sostiene en pie. ¿Debemos leerlo, por tanto, del mismo modo que debemos leer la Ilíada o la Metamorfosis de Ovidio? Allá ustedes, pero desde el epígrafe del prólogo titulado «Mecánica versus mecánicas» hasta los capítulos finales, donde la explicación de las ecuaciones hamiltonianas probablemente sería incomprensible para el mismísimo William Hamilton, cada una de las páginas de este libro es un atentado contra la pedagogía de la ciencia física. Y su inclusión en esta lista, como podrán adivinar si se percatan de su escasa disponibilidad en las librerías del mundo, una venganza personal. Fuego e ira.

Hay muchos más. Se han salvado de la quema figurada, por ejemplo, títulos tan significativos y populares como Las correcciones, de Jonathan Franzen, Ulises, de James Joyce y El señor de los anillos, de J.R.R Tolkien. Y toda la bibliografía de Coetzee. Las quejas, si las hubiere, pueden elevarse a las autoridades competentes, que en este caso no solo tienen poder omnímodo sobre lo que se publica en sus dominios, sino que además están dotadas de un sentido literario que, como habrán podido comprobar, es muy superior al de cualquier redactor. Y deben saber, además, que los listillos que osaron proponer estos últimos títulos como literatura infumable han sido sometidos a una cruel cura, y deben releer todos esos libros durante sus vacaciones de verano, todos y cada uno de ellos, de principio a fin, pretendiendo además que lo hacen voluntariamente aunque lo que realmente deseen es que los parta un rayo antes de que llegue el momento de darle la vuelta a la siguiente página.

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108 Comentarios

  1. Sé quien es Homero, Cortázar, Mailer o Philip Roth. Y es bastante probable que mis biznietos, si los hay, también los sepan. Incluso sé quién es Ayn Rand.
    No sé quién es el autor del artículo. Pero tras terminarlo tampoco me apetece particularmente averiguarlo.

  2. Agradezco la inclusión de ‘Rayuela’. Echo de menos alguna referencia al señor Pynchon. Un saludo.

  3. No entiendo que se pueda recomendar no leer Rayuela. Es una lectura maravillosa, como cualquier obra de Cortázar. Disfrutable todas y cada una de sus páginas.

    Tampoco coincido con la Iliada, es una lectura difícil por el simple hecho de que te puedes perder con su lenguaje y con los personajes si no posees cierta base de conocimiento en mitología griega.

    El manantial de Ayn Rand… no sé el libro, pero la película de King Vidor es fantástica, independientemente de si compartes o no su mensaje.

    • La Ilíada también es pesada porque al ser una obra pensada como colección de versos cantados utiliza constantemente un montón de frases hechas («cayó al suelo, y sus armas resonaron», «la de largopeplo/el de hermosas grebas», etc…) que hacen la narración reiterativa, pero por lo demás la narración es notablemente fluida para ser un texto tan antiguo – y tiene más sangre que Juego de Tronos. :D
      Lo único malo que le veo a la Ilíada es que es corta. Una épica epopeya guerrera de 10 años y el libro comienza en el séptimo año o así, con los aqueos ya en las puertas de Troya, y acaba un mes más tarde dejándolo todo igual. En lugar de «la ilíada» debería llamarse «el enfado de Aquiles».

      • Veo que tienes la lectura reciente :) Yo leí Ilíada y Odisea con 17 años porque por aquel entonces me fascinaba la mitología griega, y también la nórdica (bastante similares)

        El uso de esas frases hechas a las que te refieres es un rasgo común a muchas otras obras clásicas y algunas más contemporáneas de género épico. Pero a mí tampoco me entorpecen demasiado la lectura.

        Y sí que hay muuucha sangre! Recuerdo el modo tan poético de describir muertes sumamente macabras en el campo de batalla. XD

  4. Señor Olalquiaga:

    No vengo, como probablemente anticipe usted y seguro que acabará sucediendo, a ponerlo a caer de un burro.

    Eso sí, dentro de este bonito ejercicio de crítica y provocación a partes iguales, hay una cosa que no le perdono.

    En este país NO SE PUEDE hacer una crítica de «El Manantial» o de Ayn Rand con deje humorístico. Y digo que no se puede porque los muchachos del blog «Vicisitud y Sordidez» lo han hecho ya tantas veces con tal nivel de maestría, que en la comparación saldrá uno necesariamente trasquilado.

    Busque usted el artículo «Satán es mi señor (parte 3)» y acuda al final del mismo. ¡Verá cómo me da la razón!

  5. Parecerá #postureo, pero yo empecé el verano pasado la Iliada como lectura de verano. Sí, me duró más que el verano, pero ahí estaba yo, con los pies en la piscina y leyendo Homero, luego leyéndolo en el tren, de casa a clase y de clase a casa. Y me gustó. Pudo costar más o menos, pero mereció la pena.

    Y desde Homero a Tolstoi hay unos veintiseis siglos, no XX…

  6. Hay tres tipos de enemigos de la literatura de: los que dicen que no tienen tiempo para leer; los que dicen que los libros son caros y los que escriben artículos como éste.

  7. Jajaja ¡qué grande Olalquiaga! HYDOLOOOOOO jajajajajaa

  8. La Ilíada. Me duró todo un mes de julio. Torpedeó todas mi ocurrencias sobre la mitología griega, y aun así, tengo la Odisea apartada para leérmela. Será que soy masoca.

    Me apunto los demás que no he leído. Soy joven o un analfabeto, a lo mejor las dos cosas. Especialmente tengo ganas con La montaña mágica, ése que Pérez Reverte se relee cada año. Me ha sido recomendado numerosas ocasiones.

    • La Ilíada, en su conjunto, es un tostón; por supuesto que tiene partes épicas (en el sentido moderno de la palabra), pero, en su conjunto, es bastante infumable.

      La Odisea, en cambio, es muy amena y mucho más ligera.

  9. Si es irónico y sólo quiere provocar, creo que no lo he terminado de pillar… las críticas a Philip Roth me han dolido casi físicamente. Creo que se nota que yo no soy de las de Pilates sino de las que se reservan los veranos para estas lecturas ligeritas

  10. En mi mundo ideal escribir eso de la Iliada y de «su continuación», inhabilitaría para ejercer un cargo público

  11. Me apena mucho ver como Jot Down, que sigo desde sus inicios, da cada vez más espacios a articulistas plumillas más preocupados en lucirse que en hacer críticas un poco más constructivas. No me parece mal hacer críticas literarias, pero simplemente el tono no me ha gustado. Tan válido es que a alguien le gusten esos libros como que no le gusten.

    Yo solo he leído a Coetzee y tampoco está tan mal.

    • Federico Martinez

      ¿Coetzee tampoco está tan mal? Pero, ¿qué pasa hoy en JotDown? ¿Hay que pedir perdón por haber leído «La montaña mágica»? Más literatura y menos «The Wire», por favor.

  12. Muy buena, Fernando. Gran mockup de lo que sería un artículo vacuo y nada provocador en su intención provocadora por parte de alguien que no tiene nada que decir. ¿Porque era eso, no?

    Bueno, me voy que llego tarde al pádel, no antes de calzar mi mesa coja con esos despreciables e insignificantes libros llamados El Capital y la Ilíada. YOLO!

  13. ¿Qué se puede esperar de una persona que no sabe escribir ‘Ilíada’? (allí falta una «l») Pero gracias por el artículo: me ha animado a leer ‘La montaña mágica’.

  14. Pues estoy de acuerdo. Aunque para ser sincera (quitando «El manantial» y la «IIíada») no creo que hubiese escogido ninguno de esos títulos como lectura de verano… Leer tiene que ser más un placer que una tortura. Vale que tenemos que «torturarnos» de vez en cuando leyendo cosas que a lo mejor no escogeríamos motu proprio, pero en general, soy partidaria de que cada cual busque lo que le apetece leer. Con tal de hacerlo…

    • LOL ¿Y qué tiene Coetzee o la Montaña mágica de tortura? ¿Quién ha dicho que haya que torturarse de vez en cuando leyendo cosas que no le gustan? Vuélvase con sus Matildes Asensis y sus Dan Browns

  15. El libro de El manantial, aparte de propagandístico, es un ladrillo considerable. La película, en cambio, es otra cosa. Ver como Gary Cooper y Patricia Neal, entonces muy, muy liados, se devoran en pantalla, esos símbolos fálicos por doquier (martillos neumáticos, atizadores, ¡rascacielos!), ese crítico de arquitectura que parece tener tanto poder como el presidente…una locura, vamos.

  16. Señor Fernando Olalquiaga, lo interesante del género narrativo es que aporta ideas, despierta la curiosidad en los lectores y en consecuencia nos hace pensar; con este texto, atenta usted contra el placer de la lectura, además de no aportar absolutamente nada. ¿Cree usted que a alguien puede interesarle lo que a usted no le gusta leer? lo suyo es una postura adolescente: adolesce de inteligencia. Qué triste que un medio como este otorgue difusión y espacio a tamaña ignorancia.

  17. Puede ser entretenido, y este artículo me lo ha parecido, pero no deja de ser bastante estúpido dar a un artículo de opinión forma de ley universal para criticar esa misma actitud de otras opiniones con forma de leyes universales. Podría resumirse en: «mi ley universal es más grande que la tuya», por mucha ironía con la que se pinten las paredes.

    La disputa, a nivel social, se resuelve viendo quién es quién, por el apellido. Así de triste. Resulta entonces que esto no es más que un ejercicio de libertad de expresión en el espacio insondable, el de los gritos que no se oyen. Tan bonito como defender la creación de más kilómetros de carril bici con un sobre en el buzón de sugerencias del ayuntamiento para darle al pedal en los meses de verano. Igualmente loable.

    Salud.

  18. Creo que todos los lectores aquí se han olvidado del buen humor. !Que horror criticar libros de la cultura canónica! A ver si aflojamos con el esnobismo y la intolerancia, que por suerte aún no vivimos en el mundo de Fahrenheit y cada uno puede leer lo que le plazca

    • A ver, para que se pueda captar el buen humor, primero ha de existir. Y yo no he visto ahí nada de humor, ni bueno ni malo. Solo a alguien que se quiere hacer el graciosillo, en lo que – incluso en eso – fracasa lamentablemente. ¡Y claro que se pueden criticar libros de la cultura canónica! ¡Y también a quien hace esa crítica de manera tan lamentable!

    • Bueno, creo que aquí nadie esta organizando una expedición con horcas y antorchas hacia el domicilio del que escribe. A mí me parece perfecto que haya espacios donde cualquiera pueda soltar sus críticas, reflexiones, y pedos mentales supuestamente irónicos y supuestamente graciosos. También me parece bien que alguien apele a la tolerancia acusando a los que critican el artículo de snobs e intolerantes. La disonancia cognitiva, después de todo, es inevitable.

      A algunos, lo que nos parece, es que efectivamente esto es un pedo mental sin ni siquiera la cualidad redentora de tener gracia, ni la de siquiera tener interés por la bastarda y despreciable intención de ser «provocador» (lo que lo deja vacío de intención y contenido, y por lo tanto merecedor de la categoría «pedo mental»). Así, sin más. Pero en fin, tendremos que seguir sufriendo de nuestra intolerancia, esnobismo, y falta de «buen humor» : )

  19. Me ha gustado, el artículo incita a leer. Yo hubiera incluido la trilogía de Fundación (la megalomanía del autor la convierte en una cosa predecible y sin mimbres).

  20. Pues yo he leído siete veces «La montaña mágica» y todavía no la he terminado. Tampoco espero que entiendas lo que quiero decir.

  21. Me ha gustado el artículo hasta que he comenzado a discernir que está escrito en serio. Pues mira, no.

  22. Mucho (supuesto) letraherido leo por aquí… Pero nadie, ni siquiera el autor del artículo se ha acordado del Ulises de Joyce, uno de los libros más plúmbeos de de la historia, aparte de uno de los más sobrevalorados…

  23. Sólo he leído un par de los libros que Olalquiaga recomienda no leer, y creo que voy a leer el resto.

  24. El Manantial es ciertamente un libro bastante largo, y muchos lectores (entre los que yo mismo me incluyo) se cansan a veces debido a la pesadez de ciertas escenas a lo largo y ancho de sus mas de 700 páginas. Por no hablar de las escenas románticas de difícil comprensión y algo extrañas si tomamos como modelo las «típicas» historias de amor.

    Pero es un gran error limitar la critica exclusivamente a dichas facetas, ya que éstas se ven compensadas por la potencia del preciado mensaje que dicho libro transmite.

    …En mi opinión, la critica realizada a Howard Roark es nefasta, ya que da la impresión de que el critico no «enfocó» la mente en comprender la idea principal: El objetivo primario de un hombre que se hace a si mismo («self-made man») no es ganar dinero como un fin en sí a costa de realizar cualquier cosa – idea transmitida por el brillante estudiante pero amansado y servil Peter Keating – , si no como un medio para su propia felicidad, y H.R. rechaza hacer dinero a costa de rebajar su amor por diseñar edificios al nivel de los incompetentes clientes millonarios que se dejan llevar por el «que dirán». De hecho, cuando H.R. no consigue trabajo, se dirige a una cantera de mármol para conseguir dinero, rechazando las fortunas ofrecidas por el padre de Domique Francon a cambio de su talento… demostrando que el objetivo de Roark para ser feliz no es el dinero en sí, si no diseñar edificios de forma libre y sin atender a modas o caprichos de los clientes que vienen y van.

    -«Yo no construyo para poder tener clientes; quiero clientes para poder construir»
    (no se me ocurría una cita de HR mas acertada para lo que intento explicar)

    …Los personajes de Ayn Rand son siempre exageraciones, visiones puras de los ideales que ella pretende transmitir en sus libros; el bueno es completamente bueno, el malo es completamente malo; y el indeciso es completamente indeciso; esto se debe a su negativa de mostrar un mundo donde el bien y el mal se tocan, donde las ideas son todas aceptables y despreciables al mismo tiempo… ella pretende mostrar las ideas de forma clara y concisas, en forma de personajes.
    Por supuesto en la realidad no se suelen dar esta clase de personas, pero el trabajo de Ayn Rand precisamente consiste en mostrar las ideas de forma romántica, no atendiendo a los patrones realistas de principios del siglo XX.

    Éste libro no trata de política, ni tan siquiera de economía; trata de la relación del individuo con la sociedad, de sus principios, y del coste que conlleva mantenerlos firmes y limpios, alegando en un segundo plano, eso si, la necesidad de un ambiente de libertad para que cada hombre se pueda realizar a sí mismo. De allí que dicho libro sea percibido por muchos como un mensaje de apoyo a todas las «ovejas negras» que luchan a contracorriente en sistemas donde la fuerza de la mayoría prima sobre la mente libre del individuo.

    …Respecto a la escena en la que se acuesta con Dominique Fr., no es en absoluto una violación, aunque si pienso que es una escena poco explicada y muy confusa. Yo tuve que leerme los anteriores capítulos para entender bien la relación amorosa que surge entre ella y HR.

    Podría extenderme horas, pero en definitiva, tachar al libro de mensaje barato y de contener una escena de «violación» es como criticar Don Quijote por ser la historia de un loco que grita a molinos. Es una visión muy simplona y que capta pobremente el mensaje de las mencionadas obras, que a pesar de contener una historia mas compleja que lo que el autor está acostumbrado a digerir, vale la pena pensar y meditar mas seriamente sobre ellas. Por supuesto, nadie está obligado a hacerlo, pero al menos, que no se las den de críticos especialistas sobre todo lo que cae en sus manos.

    Saludos!

    • Gracias por explicar a los lectores de qué se trata El manantial. Es una lástima este artículo que excluye con sus críticas a la diversidad lectora, decepcionante.

  25. Decir que Rayuela, la Iliada, la montaña mágica o Philip Roth son aburridos es una opinión… claro que una opinión propia de débiles mentales, opino.

  26. Alejo Urzass

    Yo, con el tiempo, estoy practicando un tipo de ejercicio consistente en que cuando leo un artículo como este, tomo nota del nombre del autor y ya no vuelvo a leerle, al menos en Jot Down (aunque de momento equivale al total de ocasiones). Lo he puesto en práctica con Abreu y con Cristian Campos. Ahora sumo a Olalquiaga. Gano la mar de tiempo, que dedico a leer y a follar.

  27. Grande Olalquiaga. Por añadir, soy de la opinión de que Crimen y castigo es un crimen y un castigo en sí mismo.

  28. Deduzco que el título hace referencia la «la insoportable levedad del ser»…o tal vez sea mera coincidencia.

  29. Hay que ver cuanta gente elitísta y sin sentido del humor. Gran y divertido artículo. Estos culturetas no entienden nada. Enhorabuena.

  30. Armand d'hubert

    ¿No estamos mayorcitos para los artículos tipo caca-culo-pedo-pis?

    Y no se ha leído el capital, porque cualquiera con dos dedos de frente o sin la ceguera ideológica sabe que no se ha aplicado ni la mitad de lo que dice en ningún país. Otra cosa es que se esté de acuerdo con ello.

  31. mira que no me gusta criticar, eh? pero aquí somos todos listísimos.
    joder!

  32. Uno piensa que una web que se distingue por la variedad de sus contenidos y la homogeneidad en el tono de sus articulos, tanto academicos y formativos como ligeros y socarrones, tendria lectores a su medida. Pero por lo que vemos en los comentarios de los artículos con la menor intencion critica y humoristica parece ser que no. Un poco de sentido del humor, señores. Y no digo que con sentido del humor tenga que uno reirse de todo, no siempre se puede hacer gracia, pero si que entendamos la intencion de los textos, que desde luego no parece ser sentar catedra ni mucho menos provocar, como estan diciendo algunos comentarios. Basta que aparezca un poco de critica leigera y personal para que aparezcan los tipicos gafapastas letraheridos y se lo tomen como ofensa personal. Señores, no estan insultado a sus hijos, a sus creencias o a su sistema de valores: estan criticando obras. Y ninguno de nosotros somos las cosas que nos gustan. Yo adoro varias de las obras aqui criticadas y no me siento insultado ni provocado lo mas minimo.
    Si algo malo tiene el articulo es que no hace tanta sangre como podria, aunque a algunos les ha pinchado aun asi.
    Saludos a todos y perdon por la critica y la ausencia de tildes.

  33. El Olalquiaga este intenta imitar a Sostres, pero aún le faltan muchas tablas para lograrlo.

    Siga jugando. Quizá en alguna tapa encuentre premio.

  34. Pingback: 01/08/13 – La insoportable pesadez de leer | La revista digital de las Bibliotecas de Vila-real

  35. Yo entiendo que este artículo se haya escrito en clave de humor y tan solo me limité a decir que no comparto la opinión. Sin embargo también puede persuadir a quienes no hayan leído muchos de los títulos que cita a no hacerlo, y eso me parece un grave error. Recomendar no leer, por ejemplo, Rayuela acusándolo de ladrillo infumable es una infamia. No se trata ni de snobismo ni de falta de sentido del humor.

  36. Huy lo que ha dicho

  37. «La nada anonada», la frasecita es de Martin Heidegger, supongo yo que refiriéndose a que lo verdaderamente chungo para el ser humano es no leer nada. Eso sí, las lecturas densas o pesadas mejor para el invierno por aquello de que son más llevaderas, aunque bien es cierto que mucha gente es precisamente en verano cuando dispone del tiempo suficiente para acometer grandes retos literarios. A gusto del consumidor, entonces, que cada uno elija a su libre albedrío.-

  38. Ojo con Heidegger, que el Ser y el Tiempo es divertido solo en la farragosa traducción de Fondo de Cultura Económica. Me quedé sorprendido cuando leí la nueva traducción de Trotta…¡se entiende lo que lees! ¿Pero esto qué es?

  39. Cuando en los comentarios de un artículo hay insultos, algo bueno debe de tener.

    Es una verdad tan grande como que el emperador estaba desnudo: muchos clásicos, especialmente clásicos modernos, son aburridos, por lo menos para un lector normal (hay gente pa tó). Y aún así los leemos, porque hay que ser «culto». Hay que llegar al final, decir que nos encantaron (hasta convencernos a nosotros mismos) y seguir recomendándolos, perpetuando así el círculo. Así se crean alérgicos a la lectura y seudocultos hipócritas.

    Ahora ya podemos decirlo, gracias a Fernando. La Montaña Mágica me aburrió (no así El Elegido, del mismo autor), y Rayuela me aburrió (no así Historias de cronopios…).

    Lo que es una pena es ver a tanta gente leída y culta demostrar dogmatismo y falta de sentido del humor. Yo pensaba que eso se curaba leyendo.

    • C.Albers

      ¿Sabías acaso que Naphta y Settembrini se utilizan en la novela como símbolos de las tendencias políticas de la República de Weimar?

      Porque si lo leemos pensando que son dos abuelos que se recuperan de su enfermedad en un sanatorio pues evidentemente que es aburrido.

      Evidentemente eso es algo que el autor del artículo desconoce.

      ¿Acaso no hubiera sido más recomendable hablar sobre los 3 tochacos del escritor sueco que amaba a las mujeres?

      • ¡Claro! ¡Las tendencias políticas de la república de Weimar! ¡Ahora todo se vuelve superemocionante!

      • Hola C:

        Sí, lo sabía, y me aburre igualmente.

        Los 3 tochacos del sueco ese no los he incluido porque no los he he leído. Ni creo que lo haga nunca

    • Y porque a ti te aburrió, los libros son aburridos; porque, claro, tu percepciónes la que cuenta y estás en posesión de la verdad absoluta. Y los que los defendemos somos unos pseudoculturetas que solo los leen para poder decir que los han leído ¿verdad?

      Muy bien chico…

      • Yo es que no puedo imaginarme a nadie diciendo «es un libro muy divertido e interesante, aunque a mí me aburrió mortalmente».

  40. Pero no es por ser culto (o pedante) que se han de leer estos libros, es porque son buenos.

    Algunos exploran cuestiones personales que la mayoría de autores ni siquiera conocen (La Montaña Mágica, Rayuela).
    Desde luego que no son lecturas ligeras (no podría leer Rayuela si no es con las innumerables notas a pie de página de la edición de Cátedra, porque no tengo ni la décima parte del bagaje cultural de Cortázar).
    Y algunos son sumamente lentos. ¿Pero quién pretende reflexionar sobre la vida mientras le mantienen en tensión?

    No hay que confundir la lectura de entretenimiento con la lectura de reflexión y conocimiento.

    La forma y estilo de este artículo son buenos, tiene ironías y sarcasmos bastante conseguidos. Pero el contenido, lo que vende este artículo…

    Qué cagada.

    • No niego que algunos de esos libros pueden ser buenos (desde luego, El Manantial no lo es en ningún sentido). Simplemente afirmo que son aburridos.

      ¿Vale la pena soportar el aburrimiento por las maravillosas reflexiones que se supone que contienen? Puede que sí o puede que no, es algo muy personal. Yo no me siento más sabio por haber leído Rayuela, lo siento. Será que mi edición no tenía notas al pie.

      Quizá la conclusión más razonable es que los libros de este tipo no son los primeros que tiene uno que leer. Después de unas cuantas décadas de leer libros más ligeros (no necesariamente de entretenimiento), cuando tiene un bagaje cultural que hace las notas al pie innecesarias. Y que recomendarlos a alguien que se está iniciando en la lectura, ocultándole el hecho cierto de que son aburridos, es hacerle un flaquísimo favor.

      • Persona Guay

        Pero es que eso de que son aburridos es una opinión personal. Yo he oído a muchísima gente decir que la obra de Virginia Woolf es anodina y aburrida, y en mi opinión en diez páginas de «Mrs Dalloway» hay más belleza y profundidad de pensamiento que en todo lo que se ha publicado este año junto.

  41. José Martínez

    Este bravísimo artículo tiene un valor inigualable ya que ha conseguido reunir en un único hilo a todos los lectores de la Ilíada con acceso a internet, ya que el resto de las personas que se han leído ese libro viven encerrados bajo sus barbas y no tienen ni móvil ni tarjeta de crédito ni saben qué es Google.

    Enhorabuena… Ahora, ¿no habría que hacer con ellos como en La purga de Filloy con los críticos de arte?

  42. Rayuela hay que fumarlo pero no es una perdida de tiempo. La illiada es excelente, no jodamos. Muy bueno el articulo.

  43. A ver si va a ser que el aburrimiento es subjetivo (incluso puede que este artículo no pretenda ser otra cosa que subjetivo). No es solo que te pueda o no merecer la pena el supuesto aburrimiento de leer determinadas obras, es que no sé cómo «Rayuela» puede ser un libro aburrido, cada vez que lo leo me lo paso como una enana; aunque lo acepto, que me lo han devuelto demasiadas veces sin pasar más de dos páginas.

    José Martínez: xDD.

  44. El abominable hombre sin nick

    Artículo de Sostres o cualquier columnista con intenciones de provocación típico:

    «Usted es pobre y se lo merece y disfruto pegándome la vida padre mientras veo como usted sufre; usted es de izquierdas, y por tanto vago y parásito y no debería existir; habla castellano y se hace caca encima y huele mal; es mujer y una guarra que debiera tener bien claro cuál es su sitio y es que vaya minifaldas, qué vergüenza, qué poca clase, qué gentuza son ustedes en general»

    Este artículo:

    «Rayuela es un coñazo»

    Resulta desolador que por aquí arriba haya quien compare ambas cosas. Cualquier cosa con la que no estemos de acuerdo es una provocación. Empezamos a vivir en una sociedad de niños grandes hipersensibles.

  45. Muchas gracias por el artículo.
    Me ahorraste una pasta.
    Podrías hacer una segunda parte y te agradecería que también nos dieras información de discos, que también pueden suponer una gran pérdida de tiempo.

    • Luis Alonso-Lasheras

      Curiosamente no soy yo pero suscribo el comentario de «luigi». Haz la lista de esos truños musicales que tanto te gustan!! :P

      El artículo es excelente, cada uno puede opinar lo que quiera de esos libros, que para vaca sagrada ya tenemos a Messi, y además está escrito con gracia y con ironía.

  46. De todos, el único que he leído es el de Mecánica Teórica , y yo también lo recomiendo , enhorabuena señor Olalquiaga

  47. Me gustan algunos de estos libros. Y me gusta este artículo.

  48. Aventurero

    ¿Soy el único que cree que este artículo es una sátira y que, criticándolos, lo que pretende el autor en realidad es darnos motivos para leer esos libros?

    • Yo también lo creo y, aún no siendo una sátira, me ha sacado más de una sonrisa, que no está mal.

  49. Pingback: La insoportable pesadez de leer

  50. Manolo Sevilla

    Es innegable que este artículo tiene tirón. Segunda parte ¡ya!

  51. Curioso el artículo. Y para todos los desgarrados e irremediablemente heridos en su corazón intelectual, me parece que su espíritu es el mismo que éste:
    «Yo siempre le aconsejé a mis estudiantes: si un libro les aburre, déjenlo. Si hay libros tediosos para ustedes, no los lean. La lectura debe ser una de las formas de la felicidad. Si Shekaspeare les interesa, muy bien. Si Shekaspeare les resulta tedioso, déjenlo. Llegará un día en el que Shekaspeare sea digno de ustedes y ustedes sean dignos de Shekaspeare. Yo aconsejo ante todo la lectura hedónica, la lectura del placer.” J. L. Borges

  52. Miss Samsa

    Hay que leer más y criticar menos. Considero que algunos de esos libros que hay en la lista son necesarios, al menos para tener algo de cultura general.

  53. Pablo Zavi

    Qué excelente artículo, no me he podido divertir tanto. Como dijeron en uno de los primeros comentarios, yo también considero al autor un puto genio.

  54. Sebastián Mateus

    Nada más infumable que Shakespeare.

  55. He leido el articulo en Readability y he venido corriendo a la web a ver la ristra de comentarios que habria generado. Ha sido terminar el ultimo punto e imaginarme a la hueste de necios cultos rasgandose las vestiduras y golpeandose el pecho porque su libro de cabecera para ejercer de snob de barrio y chato de vino Savin, ha sido vilipendiado por el autor.
    Esta claro que la gente en este pais ha perdido el humor y la capacidad de reir un poco. Que triste y que falta de cultura… Si, no tener sentido del humor es tambien falta de cultura. Una de Omero y otra de Risa…

  56. A mi La montaña mágica me parece una delicia. Y este artículo, también. Un poco de sentido del humor señores!!!

  57. CONFUNDIDO

    Se abusa en exceso del articulista que pretende lucirse con un tono irónico-festivo del tipo…»estoydevueltadetodoysemasquenadiedetodo». Ah, y por favor, los artículos o entrevistas, un poco (o mucho) mas breves. Ya se sabe; » lo breve si breve ( o similar)…blabla.
    A pesar de lo mencionado me gusta su revista notablemente. Para lo que hay, o yo conozco, en España, de lo mejor.

  58. Pingback: Clásicos que deberías leer aunque te digan que deberías leerlos: el Decamerón

  59. Incipiente Inglés

    Falta el «Ulises» de Joyce. Con respecto a «Das Kapital», hay que leerlo en alemán. En castellano o cualquier otro idioma pierde mucho, aparte de que es un libro de filosofía para muy iniciados. No está escrito para la clase obrera, sino para los futuros (en su día) dirigentes ilustrados de la misma.

  60. Opiano Licario

    Lei la Iliada con 10 años y la degusté con mucha pasión.
    Así que me he puesto muy contento con la opinión del articulista y de varios comentarios.
    Demuestra que, efectivamente, no todos somos iguales.
    Lo siento.

  61. Pues a mi me parece una exageración el,pollo que se ha montado por el artículo. Quizás como yo ni soy culta ni lista no sé discernir lo que está establecido como bueno de lo que no lo es. A mi también me ha pasado meterme con grandes obras literarias y que se me hagan infumables. Será que soy lerda. Oficialmente lerda, quiero decir. El puede opinar lo que quiera y cada cual es libre de leer lo que le de la gana. A ver si yendo de liberales vamos a hacer lo que ahora está tan de moda: imponer criterios y creencias. He intentado leer » La montaña mágica» y «rayuela» y no he podido con ninguna. Pero claro, ya digo… Yo oficialmente sería declarada lerda. Porque así va la cosa ¿no? Lo oficialmente culto te tiene que gustar por bemoles, si no eres lerdo perdido. La intolerancia tiene muchos trajes.

  62. Luis Castro Berrojo

    Pudiendo ver porno gratis por la web, ¿para qué leer? No hay color. Mejor divertirse con la última peli de Tarantino que intentar meterle el diente al Capital. Ya puestos, ¿por qué leer nada? Bastante tenemos con descifrar las ayudas del iPod o leer la etiqueta de la última ginebra que ha salido al mercado. Y para no leer nada lo mejor es no escribir nada. El autor debería guardar el boli, siendo consecuente con su argumentación y no distraer a los habituales de esta revista, que también pueden permitirse perder el tiempo haciendo cosas tan …… (me faltan palabras, últimamente leo poco) como este artículo.

  63. Reconozco que yo tampoco tengo «tiempo para leer» algo tan flojo como esta ocurrencia.

  64. La Montaña Magica es una maravilla que he de reconocer que me supero por momentos (las reflexiones sobre celulas etc principalmente). La Iliada me parecio amenisima, no tanto como la Odisea pero para nada pesada.

    Del resto no he leido ninguno salvo Rayuela, que ea una estafa, y El Manantial, que es a la «Filosofia» lo que «el codigo da vinci» a la historia.

  65. Duluoz de la Cruz

    No creo que haya que entrar en discusiones literarias basadas en opiniones. El autor del artículo da su opinión simplemente como la han dado los que responden, son distintas, ni mejores ni peores unas de otras. Es algo sin fin y sin sentido.

  66. Pingback: La insoportable pesadez de leer | Revista Jot Down | Cultureando en Barinas

  67. Abrí Rayuela y leí:
    «Vaya al capítulo 43»

    Lo cerré y hasta ahora.

  68. Pues en lo personal no he leído Rayuela y creo que no me interesaría mucho leerlo porque he recibido muchas opiniones acerca del libro y hay quienes dicen que el libro es muy complicado, pero hay también quienes dicen que es un muy buen libro; he leído varias frases y textos geniales acerca del libro pero creo que no pensaría mucho en el tema de leer un libro que tal vez sea muy complicado, pero antes de criticarlo y decir cosas absurdas, deberían hacer el intento de leerlo y después de leer varias páginas, ahí si dedicar el tiempo para hacer una crítica descarada hacia el libro. No sé es sólo mi opinión. Espero nadie se ofenda y que no la vayan a coger contra mi, porque cómo dije antes: es sólo mi opinión.

  69. Pingback: La insoportable pesadez de leer

  70. ni hablar de la fenomenología del espíritu, imposible superar el prologo, ni siquiera con infinita paciencia.

  71. Un artículo perfecto, señor Fernando, que solo puede provocar resquemor a los cortos de luces o los débiles de corazón.

    De Ayn Rand, por cierto, puede leerse una memorable semblanza en el memorable «Cleptopía» de Matt Taibbi. Parece ser que fue una cretina de proporciones colosales, además de mentora intelectual de Alan Greenspan. Y con esto está todo dicho.

    No he leído todos los comentarios así que a lo mejor repito alguno, pero como pesadísimos ladrillos me permito añadir las siguientes mentecateces, concebidas todas como monumentos al INSOPORTABLE EGO de sus autores:

    1.- La arboleda perdida, Rafael Alberti.
    2.- Los ejércitos de la noche, Norman Mailer.
    3.- Autobiografía de Alice B. Toklas, Gertrude Stein.
    4.- Memorias de Adriano, Marguerite Yourcenar.
    5.- La vida sexual de Catherine M., Catherine Millet.
    6.- Retorno a Brideshead, Evelyn Waugh.

    Y si me apura, casi casi añadiría
    «En este lado del paraíso», que será muy bueno, pero me produjo una persistente urticaria.

  72. Como contrapunto a la lista anterior, me voy a permitir anotar cinco casos contrarios, es decir, cinco novelas gozosamente livianas pero de indiscutible calado literario:

    1. Adolphe, Benjamin Constant
    2. La muerte de Ivan Ilich, Tolstoi
    3. Mi vida, Chejov
    4. El hombre que pudo reinar, Rudyard Kipling
    5. La llamada de la selva, Jack London

    Todas constituyen suculentos festines literarios, en las antípodas de los insoportables ladrillos que inspiraron su artículo al señor Fernando Olalquiaga.

  73. PERSEO GUTEMBERG

    Falta una importantísima obra de la que hablara el gran Borges: «Elementos técnicos y costumbres sociales, culinarias y mánticas, en las dinastías burocráticas constructoras de la gran muralla china». ediciones GOLDEN DRAGON. 1887. (3.678) p{aginas. 6 generaciones 12 guerras tribales y 30 terremotos. se aconseja leerla en mandarín fumanchu para poder comprenderla a plenitud. Con ella tienen para toda una vida y en la biblioteca de babel ocupa toda una sala.

  74. El post es magnifico como siempre, yo lo que digo es que todo lo que se ha escrito después del siglo XIX no sirve para nada, salvo Borges, claro.

  75. Pingback: Uno de Trantors. Informatica en Reina Mercedes

  76. Muy bueno!, recuerda a la medicina de Tongoy. Creo que es esta crítica es una caricatura, es decir, una deformación de la realidad… pero con base real al fin y al cabo.

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