Cine y TV

Nueve bandas sonoras que pueden cambiar su vida

Escena de La comunidad del anillo. Imagen: New Line Cinema / Wingnut Films.
Escena de La comunidad del anillo. Imagen: New Line Cinema / Wingnut Films.

La banda sonora ha sido siempre uno de los grandes (re)activos del cine. Todos saben que Hitchcock estuvo a punto de tirar la toalla con Psicosis hasta que su amado (y después repudiado) Bernard Herrmann se la devolvió con música; Tiburón de Spielberg (y en general toda la carrera de este) quedaría mutilada sin la presencia de John Williams del mismo modo que Darth Vader no luciría igual sin la fabulosa marcha imperial. También es imposible imaginarse La naranja mecánica sin los matices de Wendy Carlos o Blade Runner sin Vangelis o a El jinete pálido sin Lennie Niehaus o a Conan sin Basil Poledouris. Es más, ¿alguien se imagina La profecía sin el «Ave Satanis» de Jerry Goldsmith o Memorias de África sin John Barry? Más bien no.

Las partituras fílmicas forman parte de nuestra vida (lo sepamos o no) y por eso hoy vamos a recomendarles nueve maravillas llamadas a cambiar la forma de sus cavidades auditivas. Nos hemos centrado en los últimos veinticinco años (Krull es del 83, pero permítanmelo, como rareza legendaria) porque si no deberíamos hacer una lista de cien bandas sonoras y luego se quejarían (otra vez) de que los artículos de esta revista son demasiado largos.

(Por cierto, esta es una lista íntima y personal, los que lo deseen pueden elaborar otra y compartirla en la sección de comentarios —o donde les parezca—, pero no lapiden al articulista. Gracias).

Krull

Para los aficionados a las bandas sonoras James Horner es un tótem. En la cabeza las partituras para Proyecto brainstorm, Star trek II: La ira de Khan, Braveheart, Aliens, Los fisgones (con la inestimable colaboración de Branford Marsalis) o En busca de Bobby Fischer. Sin embargo para algunos (como el que firma) su mejor obra sigue siendo Krull, una película de culto, una preciosa joya de serie B que Horner compuso en clave de épica especial, en un trabajo de más de dos horas que va de la aventura al drama y de ahí a la ciencia-ficción, con toques de brillantez tan deliciosos como «La marcha de las yeguas de fuego». Una partitura tan ambiciosa que cuesta encontrar algo equivalente ya no solo en la obra del compositor sino en la historia del género (dejando de lado a John Williams y Jerry Goldsmith, por supuesto).

El club de la lucha

David Fincher siempre ha buscado lo mejor para sus bandas sonoras (es difícil encontrar una banda sonora tan inquietante como la que Howard Shore, del que hablaremos luego, hizo para Seven) pero se hace difícil pensar que hubiera apostado por Trent Reznor y Atticus Ross en tres filmes seguidos (La red social, Millennium y Perdida) sin la experiencia con los Dust Brothers en una película tan incómoda como El club de la lucha. El impresionante trabajo de EZ Mike y King Gizmo (ya a toda marcha desde los títulos de crédito de Kyle Cooper) convenció a Fincher de que podía prescindir de las partituras clásicas para jugar más al ambiental en constante coqueteo con la electrónica más elegante (y sí, los créditos acelerados de El club de la lucha y Milennium son gloriosos). El trabajo de Reznor y Ross es impecable pero la primera piedra fue la película más radical que ha producido un estudio de Hollywood en la era moderna.

El curioso caso de Benjamin Button

Otra vez Fincher, en esta ocasión confiando en uno de los mejores compositores actuales, un tipo llamado Alexandre Desplat, que nos ha regalado maravillas como El árbol de la vida, De óxido y hueso, El discurso del rey o Syriana. Desplat, parisino de gusto exquisito y cuyas partituras rezuman delicadeza, hizo para Fincher un trabajo de colosos construyendo El curioso caso de Benjamin Button: un drama punteado por una de las reflexiones más poderosas que ha dado el séptimo arte en los últimos tiempos sobre el paso del tiempo y la inevitabilidad del azar. El francés, ayudado por un poderoso ejercito de cuerda, era el complemente perfecto para un trabajo sustentado en un clasicismo feroz pero sorprendentemente contemporáneo. La descomunal parte de «En el Palacio de Murmanks» es la mejor demostración del poder de Desplat a la hora de trabajar con elementos aparentemente convencionales para crear una partitura atmosférica que envuelve (y reconforta) al espectador como un abrigo en invierno.

Los fabulosos Baker Boys

Dave Grusin es el hombre que compuso la (espectacular) banda sonora de Los goonies. Además, es un fabuloso músico de jazz y un seguro de vida para cualquier director en busca de un sonido realmente singular para su trabajo. Lo atestiguan partituras tan magníficas como las de El graduado, La tapadera, Habana, Mulholland falls o Caprichos del destino, en las que demostró un dominio apabullantes de todos los resortes de una orquesta (con especial gusto por el piano, un instrumento que es como una segunda piel para este jazzman). En Los Fabulosos Baker Boys, un peliculón de Steven Kloves, Grusin utiliza la propia inercia de la película (sobre dos músicos) para crear una banda sonora que tiene tiempo para ser energética (como ese temazo llamado «Welcome to the road») o melancólica (esas tremendas apariciones de la voz de Michelle Pfeiffer) y que se clava en la película con un efecto tan duradero como el de la propia fotografía de Michael Ballhaus.

Camino a la perdición

Pocos compositores cinematográficos han tenido tanta influencia en el mundo de la banda sonora como Thomas Newman. Desde Golpe al sueño americano a Tomates verdes fritos, El juego de Hollywood, Cadena perpetua, El escándalo de Larry Flint, American beauty (seguramente su trabajo más experimental) o sus trabajos para series como A dos metros bajo tierra o Ángeles en América. Reconozco una querencia absolutamente personal por su partitura para Camino a la perdición, será por instantes como la llegada a Chicago o ese momento bajo la lluvia que representó la última aparición de ese monstruo llamado Paul Newman frente a las cámaras. La belleza del trabajo de Newman para Sam Mendes es de una excelencia tan rotunda que es francamente difícil no ver la película y sentir la emotividad que viste muchas de sus escenas. Puede que no sea su mejor banda sonora pero de lo que no cabe duda es que es de las más intensas y con una escucha basta para comprobarlo: una sola.

El señor de los anillos

A muchos/as lo de incluir esta partitura en la lista de imprescindibles les va a parecer una boutade, pero cuando se desveló que la partitura de la trilogía la iba a firmar el compositor canadiense Howard Shore muchos se echaron las manos a la cabeza. El tipo que había sonado desde el principio para el encargo era Danny Elfman (el cómplice del mejor Tim Burton) pero al final la cosa le cayó a Shore. No es que él fuera una mala elección, ni mucho menos, es simplemente que Shore era el colaborador habitual de David Cronenberg, con quien formaba una magnífica pareja de hecho (profesional): el primero ponía la inquietud visual y el segundo la inquietud de fondo y juntos manufacturaban pesadillas de primera clase. Lo del canadiense poniéndole notas a un pentagrama para toda la familia era un concepto peligroso y sin embargo su trabajo fue memorable, con un abanico de estilos que nada tenía que envidiar al de maestros del cine de aventuras como Williams, Zimmer o Kamen. La película puede gustarte más o menos pero la banda sonora es extraordinaria.

La última noche

El cine de Spike Lee siempre ha sido una montaña rusa, con picos de excelencia indiscutible y bajadas a los infiernos del séptimo arte. En la primera parte (de la segunda ya hablaremos en otra ocasión) destacan Fiebre salvaje, el documental When the leeves break (su impresionante fresco sobre el Katrina), El verano de Sam y —sobre todo— La última noche. La película, con un elenco impresionante (Philip Seymour Hoffman, Edward Norton, Barry Pepper o Bryan Cox) es —probablemente— el mejor filme sobre el Nueva York post-11S y el más emotivo (y más profundo) de la carrera del de Atlanta. Un filme trufado de reflexiones sobre la vida, la libertad y el inmenso agujero que provocó la caída de las Torres Gemelas en el alma de una ciudad que siempre ha ejercido de corazón inquebrantable de la civilización occidental. Ahora bien, reconociendo el inmenso talento del realizador y de su guionista (el creador de la serie Juego de tronos, David Benioff), nada sería lo mismo sin el impresionante muro musical de Terence Blanchard. El músico de Nueva Orleans, un pequeño genio del jazz, creó para la película un poderosísimo trabajo orquestal, un majestuoso envoltorio que recuerda en ocasiones al cemento de Manhattan y en otras al humo que surge de las alcantarillas pero que siempre se las apaña para sonar rotundamente sincero: un trabajo imperial para un filme memorable.

Contagio

Cliff Martinez ha sido un fijo de Steven Soderbergh desde sus inicios. El director que más veces ha anunciado su retiro del mundo del cine (para volver acto seguido) ha confiado en muchas ocasiones en el talento de Martinez desde que firmara la magnífica Sexo, mentiras y cintas de vídeo. Este ha correspondido a la confianza del realizador con obras tan esplendidas como Traffic o Solaris, que —como trajes hechos a medida— se adaptaban con sorprendente facilidad a los castillos visuales de Soderbergh, añadiendo a la mezcla un punto de atmósfera siempre agradecida.

Para los que conozcan la carrera de Martinez lo que el de Nueva York hizo para Contagio no fue ninguna sorpresa, pero los que desconocían la facilidad del músico para el empaque sonoro se quedaron haciendo palmas con las orejas. Y es que Contagio es una banda sonora contagiosa, que se pega al pabellón auditivo y mete el cerebro del espectador en modo paranoide, justo como se supone que deben sentirse en el patio de butacas al ver una enfermedad mortal esparcirse como las gotas en un día de lluvia. Por cierto, los que duden de la contundencia y brillantez de esta banda sonora que busquen temas como «They’re calling my flight» o «Move away from the table» y lo pongan de música de fondo cuando empiece el telediario: desde los tiempos de John Carpenter que uno no oía un sintetizador y le daban ganas de sufrir un ataque de ansiedad.

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65 Comentarios

  1. Cuando oigo la banda sonora de ‘Camino a la perdición’ , aunque recuerde escenas de dicha película, también recuerdo escenas de ‘Buscando a Nemo’ (también su banda sonora está compuesta por Newman), y cuando oigo la banda sonora de esta última, recuerdo escenas de ‘Camino…’ ¿Es posible que compusiera ambas parecidas a propósito, teniendo en cuenta que el tema en ambas películas es la relación entre padre e hijo? ¿O es sólo una paranoia mía?

    De Howard Shore, la banda sonora de ‘El Señor de los Anuillos’ es fantástica, pero siempre me sorprende más cuando recuerdo que en la escena de la fuga del dr. Lecter, en ‘El Silencio de los Corderos’, consigue fundirse, cambiando el ritmo, con ‘Las variaciones Goldberg’ interpretadas por Glenn Gould.

    • Alexandre Desplat compuso ademas y con muy buen gusto la banda sonora de las ultimas peliculas de Harry Potter…no es un «tal Alexandre Desplat»… ;-)

      • Pienso lo mismo. Es de las pocas bandas sonoras que puedo escuchar de un tirón. «Anvil of Crom», «Theology/Civilization», la bella flauta de «The orgy» interpretada por la hija de Poledouris…

  2. Echo en falta alguna de Hans Zimmer, pero como es una lista personal, pues nada…

    • A eso iba, gracias por reivindicar a Zimmer, oscarizado por «El Rey león»y ninguneado en su «obra maestra», la banda sonora de Inception (premiaron a Trent Reznor). esta BSO es el elemento que sobredimensiona y da sentido al eje temático de la película: La elaboración del luto. Si no habeis escuchado el tema «Waiting for the train», os aconsejo que no os lo perdais. Demoledor.
      Añado:
      – Todo lo que Ennio Morricone haya hecho para Sergio Leone o para Gillo Pontecorvo;
      – La de Apocalypse Now, de Carmine Coppola;
      – Una reciente y «diferente»: La excelente BSO de Sinister, por Christopher Young, experimental, «noise», terrorífica.
      De las no originales (es decir, recopilaciones de temas preexistentes) cualquiera que Robbie Robertson le haya hecho a Scorsese o la inencontrable de Zelig de Woody Allen.

  3. Un pedazo de repaso, la verdad. Yo incluiría el dúo Sergio Leone – Ennio Morricone, gracias al cual tenemos ese asombro artístico que es Una vez en América.

    Saludos!

    • Maestro Ciruela

      Es que el caso de Morricone y Leone es paradigmático; no existe ningún director que le deba tantísimo al autor de la música en sus films. Con ella, Sergio parece muchísimo menos pestiño de lo que realmente es…

      • Ah, es que hablamos de tipos diferentes. No me suena este Leone «pestiño» que dices tú. Yo te hablo de un Leone que es el fundador de un género, precursor de directores inigualables como Tarantino, creador de un estilo imperecedero y largamente imitado, de un director detallista y afectuoso, de uno que, a la vez, es duro e inmisericorde, de un director capaz de convertir a Lee Van Cleef en un muy buen actor y de convertir a Eastwood en uno de los mayores iconos de la historia del cine, de dotar a sus planos de una textura de recuerdo perenne y de una cualidad plástica que ha sido influyente hasta nuestros días. Te hablo de un director que hizo del zoom y de los primerísimos primeros planos un rasgo de estilo con los que nos acercó, con mimo, las contradictorias pasiones de sus personajes, reflejadas en sus ojos.

        Sí, imagino que Érase una vez en América no ha entrado porque ya tiene más de veinticinco años.

        • No, pues no debe de ser el mismo. El Leone que yo recuerdo es un pestiño salvo por Érase una vez América y Hasta que llegó su hora. Por lo demás, no creo que nadie pueda vanagloriarse de haber creado un estilo tan espantoso como el spaghetti western. Yo, de ser, Leone, lo negaría categóricamente. A Eastwood lo han convertido dos personas en icono del cine, Don Siegel y el propio Clint Eastwood; por mucho que algunos de sus westerns beban (algunos mucho, otros, los mejores, menos) del estilo inimitable de Leone. Decir que convirtió a Lee Van Cleef en buen actor debe de ser algún tipo de broma de mal gusto a la que no encuentro la gracia, porque qué bajo ha caído la actuación en ese caso. Los personajes de Leone, y de todo el spaghetti western en general, son los más desprovistos de cualquier pasión, probablemente, de toda la historia del cine.

          • Actitud pelín conservadora y altiva la tuya. El crítico Quim Casa también desprecia, me temo que sin grandes argumentos, el spaghetti. Qué le vamos a hacer!

        • Maestro Ciruela

          Siento disentir radicalmente sobre lo que dice usted de este director. Y es que, voy a decirlo ya, siempre -desde que dejé de ser un niño- he considerado a Sergio Leone como un cáncer para el género que hizo mucho daño al influir en lo que después vendría.
          Cuando yo era apenas un adolescente, me encantó «La muerte tenía un precio». Esa factura, muy superior a la del sobado spaghetti western que entonces se rodaba en Almería, la banda sonora del genial Morricone, al que Leone debe muchísimo más que Hitchcock a Bernard Herrmann, por supuesto. El descubrimiento de Eastwood, que iba a ser la estrella más importante del celuloide, junto con Sean Connery que ya lo era…
          Naturalmente, también me encantó, cuatro o cinco años después, más o menos, «Hasta que llegó su hora» . La percibí más sofisticada, salía Henry Fonda, se notaba que había más dinero en la producción, ¡Claudia Cardinale! En fín, ¡el acabóse!

          Pero…resultó que me hice adulto. Y no pude evitar, al volver a revisionar el cine de Leone, distanciarme de él. Sí, porque todo se me hacía gratuito y artificioso, sobre todo si lo comparaba con los westerns de un Anthony Mann -»Winchester 73″, «Horizontes lejanos», «Hombre del Oeste», etc, ect…- o de un Peckinpah – «Duelo en la alta sierra», «Mayor Dundee», «Grupo salvaje» – rodada por cierto, un año después de «Hasta que llegó su hora», y creo que no hay comparación posible entre los dos films…

          En alguna parte leí hace mucho tiempo, creo recordar que por Oreste De Fornari, en la revista «Dirigido por», que el western de Sergio Leone tenía resonancias operísticas. Yo, junto con sus detractores, creo que las tiene de zarzuela de segunda división, y me sienta mal decirlo, porque antes elogié el trabajo de Ennio Morricone, pero es que con una excelente banda sonora, se tocan muchas fibras emocionales, pero NO es suficiente para lograr un buen film, y mucho menos una obra maestra. A Morricone, me lo pongo yo en casa cuando quiero, para disfrutarlo. Total, que descubrí que lo mejor de «La muerte tenía un precio», no eran las bravuconadas de Eastwood y Van Cleef, mediocres actores, ni las miradas cargadas de malos presagios. Tampoco los planos mantenidos hasta la exasperación, sino el extraordinario trabajo de Gian Maria Volontè. Cuando tienes 15 años, es muy difícil separar el grano de la paja… ¡aunque piensen con esa sonrisa maliciosa que ambas cosas van irremediablemente unidas en la adolescencia, crótalos!
          Pero volviendo a «Hasta que llegó su hora» y centrándonos en los intérpretes, he de apuntar que para mí, quien se llevaba el gato al agua, era Jason Robards, en una gran composición de Cheyenne. Con los ojos, lo decía todo. Fonda estaba como siempre, magnífico. Y eso, que pudiera haber llegado a rozar el ridículo, aunque no hubiera sido culpa suya. En cuanto a Bronson, ¿qué se puede decir…? Actor de recursos muy limitados, aquí conseguía quedar hasta bien, debido a su rostro mineral y al hieratismo de su personaje, Harmonica. Aunque para mí, nunca estuvo mejor que en «Hard Times» de Walter Hill (El luchador, en España), muy buen film que aún está por descubrir por parte de algunos. Claudia Cardinale, estupenda en todos los sentidos imaginables, y Ferzetti excelente en ese ingrato personaje, que al final, conseguía que nos apiadásemos de él. Y para terminar con este apartado, lamentar que esos dos impecables característicos del western, Jack Elam y Woody Strode, fueran utilizados para esa fantochada que suponía la primera e inacabable secuencia (con todos los tics de Leone, mosca incluida). Al tercer forajido, Al Mulock, no lo conocía en esa época; parece ser que saltó, suicidándose, desde el hotel donde se hospedaba durante el rodaje del film. No me extraña lo más mínimo si le dió por pensar en qué lo había utilizado Sergio. Hablemos claro, Leone era como un niño grande en una habitación llena de juguetes caros; su cine era y es para infantes, adolescentes y adultos a los que les falta un hervor… aunque también estoy seguro de que tiene mucho éxito en países orientales, asiáticos sobre todo. De esos que disfrutan con secuencias en las que reparten leches mientras gritan como Bruce Lee. Estoy de acuerdo en que la fotografía, el atrezzo y la producción en general, junto con la música, eran excelentes, pero a Leone le faltaban aún unos años para llegar, esta vez sí, a conseguir una muy buena película ( o algo que se le acercaba bastante) en la realización de «Érase una vez en América». A esta película, no sé ponerle peros… ¡Por fín, Leone hizo un buen, buenísimo film! En mi opinión, le llevó toda una vida conseguirlo.

          • ¡¡Muy bien elegido el nick de Maestro Ciruela!!

            Por lo demás, esa manera de constestar y de dar lecciones me parece, no solo insultante (por el hecho de tratar de imponer una supuesta superioridad basándose solamente en la propia opinión personal y en una verborrea con tufillo fascista), sino claramente manipuladora.

            Por supuesto, esto es también una opinión meramente personal ;)

            • Te refieres a mí, Juan? Tufillo fascista? Te puedes explicar?

            • Maestro Ciruela

              Estimado Juan, yo ya dije todo lo que tenía que decir en mi exhaustiva nota anterior y estoy agotado. Usted también ha dicho la suya y me parece de perlas. Gracias por su opinión sobre mi nick. No todo el mundo lo escoge con tanta propiedad…

          • Hola, Maestro Ciruela. No estoy de acuerdo en casi nada de lo que dices, pero se ve que conoces bien el cine de Leone. Solo faltaría que tuviera que gustarte! Al menos coincidimos en que Érase una vez en América es un peliculón.

            Saludos.

            • Maestro Ciruela

              Amigo Mario A., el comentario de Juan iba dirigido a mí. Lo del fascismo supongo que se refiere a mis despectivas opiniones sobre el público asiático y las tontadas de Leone. ¡Ojo, que Sergio me gusta mucho en lo tocante al envoltorio de su trabajo! De hecho, en «Hasta que llegó su hora», hay imágenes que están grabadas a fuego en el imaginario de cualquier cinéfilo. Y supongo que casi todo el mundo estará de acuerdo en que entre «Por un puñado de dólares» y «Érase una vez en América» la diferencia es mucho más que abismal. ¿Seguro que la última la dirigió él…? ¡Ja, ja, ja!
              Saludos para usted también.

              • Fíjaos si era malo Leone, que ha influido en casi todo el thriller que se ha hecho en EEUU en los 40 años después de él. Yo diría que era perverso.

  4. «Erase una vez en América» tiene más de 25 años. En ese plazo entrarían «Bailando con Lobos», de John Barry, unas cuantas de Hans Zimmer, «Alicia en el País de las Maravillas», de Danny Elfman y muchas más. Es imposible elegir sólo 10 de entre todas.

  5. Hola. Yo echo en falta dos bandas sonoras que a lo mejor están por encima de sus películas pero que me parecen muy buenas. Son la de Willow ( de James Horner) y la de El último mohicano (Trevor Jones).

  6. Muy buena lista.
    A mí de Dave Grusin me encanta la BSO de En el estanque dorado, aunque sé que no entra en los últimos veinticinco años.
    Otros que incluiría en la lista serían Michael Nyman (El cocinero, el ladrón…, El piano o, mi favorita, El contrato del dibujante) y Alberto Iglesias. De este último, la de El topo me pareció espectacular.

  7. Todos sabemos que la banda sonora cobra mayor importancia en el cine estadounidense que en otras cinematografías, pero la omisión de Zbigniew Preisner escuece.

  8. ¡Se olvida de la banda sonora de Conan el Bárbaro! Y es de un año antes, creo

  9. Citar la de Hans Zimmer para El último samurai, y la de Howard Shore para Nobody´s fool.
    Y como fuera de categoría la citada de Poulidoris para Conan el Bárbaro, y la de Williams para La lista de Schlinder.

  10. La banda sonora de «Sinister» me parece algo de lo mejor de ese genero en años.
    Quizá un tanto efectista, pero muy buena al fin y al cabo, «Un día para sobrevivir».
    La de «300» muy buena también, a veces excesiva.

    Como la lista publicada es del autor, no quiero imaginar la que se arma si no hubiese aclarado eso de «personal».

    • Hombre, casi lo paso por alto, la banda sonora del documental «Senna», es preciso, precioso, y conmovedor, sobretodo al final.

    • Bueno, es que me van llegando los pensamientos de a poco.
      «La lista de Schindler», musica muy sencilla pero justa en el contexto.

      En referencia a Hitchcock, en el film «Los pájaros», él mismo insistió que no debía tener una banda sonora como tal, a mi modo de ver, un error.

  11. Alan Silvestri por el tema de » Forrest Gump «

  12. Love Trooper

    Todos los compositores y trabajos anteriormente citados son excelentes, y aun sin haber escuchado muchos de ellos, otros quedaron hace ya tiempo grabados para siempre en mis oídos. Si seguimos rebuscando en aquellas partituras, compositores o scores de leyenda, echo en falta a un hombre polifacétio y singular como pocos: John Carpenter. Este señor se encarca en la mayoría de las ocasiones de orquestar y componer unos temas que inmediatamente quedan clavados en los oídos del espectador. Podríamos citar algunos de sus trabajos, pero personalmente destacaría la bso de Halloween (eso sí es poner los pelos de punta!).

  13. El Dracula de Kilar, ¿alguien?¿nadie? Bueno, yo lo dejo ahí.

    • Excelente ! La iba a mencionar, pero no me quise extender. Además Kilar ha fallecido hace un par de años, no podrá deleitarnos de nuevo, snif !
      Aprovecho el huequito para reinvindicar también a los Popol Vuh (especialmente, su BSO de Nosferatu de Herzog) y, cambiando radicalmente de tercio, «Cantando bajo la lluvia», la mejor recopilación de «hits» de la MGM en una misma peli ( Singin in the rain, Good Morning, Make’em laugh y pare uno de contar: Imprescindible.

      • R. Maitland

        Del gran Popol Vuh, el plano inicial de «Aguirre» es inolvidable. Esos soldados españoles podrían estar en la América de hace 500 años o en Ganímedes dentro de 30 siglos y esa misma música se podría emplear sin mayor problema.

    • R. Maitland

      Absolutamente. Entre mi top ten de BSO. Y esa adaptación de Coppola entre mis pelis favoritas. Alejada de la novela de Stoker, sí, pero en mi opinión dolorosamente naif, bella y terrible.

  14. Me quedo con la de «el asesinato de Jesse James…», de Nick Cave y Warren Ellis. Echadle una oreja, en serio, es fantástica.

  15. El soundtrack de Pearl Harbor es de lo mejor, sin duda es de mis favoritos, igual que la de Requiem For A Dream

  16. Georges Delerue es fabuloso. Su música para «Le mepris» de Godard o para las películas de Truffaut son excelentes.

  17. The Huertanian

    Lo siento, cualquier lista de bandas sonoras que no incluya la de «Conan el Bárbaro» (Basil Poledouris) es automaticamente inválida.

    Y punto en boca, Crom.

  18. Ya que curiosamente nadie la ha invocado aún, lo hago yo:
    Vangelis para «Blade Runner», a mi juicio otra obra maestra.

  19. Otro par que yo también incluiría (claro que pensándolo ya tienen más de 25 años, hay que joderse) son la Ennio Morricone para La Misión, y la de Maurice Jarre para Unico Testigo.

  20. En una selección de los últimos 25 o 250 años no puede faltar la de «The Straight Story» de Badalamenti.

  21. Buena recopilación, pero incompleta, falta Morricone, John Williams y Hans Zimmer.

  22. Meter a Dave Grusin y no meter «the firm».Delito mayor.

  23. R. Maitland

    Mi aportación es Vasil Poledouris y su Conan el Bárbaro. ¡Dan ganas de empuñar la espada y ensartar esbirros de Thulsa Doom!

  24. Como todo no van a ser palos al autor del post, hay van un par de reconocimientos… Desconocía el autor de la BSO de «Contagion», que en su día vi pero me dejó frío (el film digo, no la música). Ahora sé quién está también detrás de las extrañas e hipnóticas melodías sintéticas de «The Nick».
    «La última noche» es espléndida. No recordaba su música, pero escuchándola ahora parece muy buena también. Y además me he acordado de Rosario Dawson, que eso nunca es malo.

  25. Topicazo

    La vulgar banda sonora del Señor de los Anillos, entre las 9? Es broma?

  26. He entrado aquí desde feedly para agradecer al autor la inclusión de Krull, sin duda una de las mejores bandas sonoras de la historia del cine.

    Desgraciadamente, luego me he encontrado a algún ilustre ignorante despreciando a obras maestras de la historia del cine reconocidas abrumadoramente por infinidad de críticos de varias generaciones.

    • Maestro Ciruela

      Entre los críticos hay el mismo porcentaje de tarugos que entre el público en general, Potolo Z.

  27. Recomiendo la banda sonora de la serie hermana Band of Brothers, The Pacific. Su tema principal Honor, compuesto a pachas por Hans Zimmer es muy bueno.

  28. aunque este post sea ya papel de envolver pescado, dejo aquí el score de París Texas (Wenders) a cargo de Ry Cooder y Jim Dickinson, para mí trascendental porque con esta película descubrí a un músico que desde entonces ha formado parte de mis melo manías… para los interesados en la obra cinemusical de Ry Cooder, acaba de salir una super caja con siete soundtracks titulada… titulada… ah, Soundtracks!

    háganse con ella!

  29. La mejor banda sonora de la historia y sin haber sido superada hasta el momento, es BEN HUR (1959) del maestro de maestros, Miklos Rozsa.

  30. Ruego encarecidamente que le echéis un vistazo a la BSO de El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford, de Nick Kave y Warren Ellis. Todavía se me saltan las lagrimas con Song for Bob

  31. Para mí, las mejores son:el señor de los anillos,cuando encienden las almenaras en la tercera peli(musica,paisaje y movimiento)q más se puede pedir o decir?.También Superman y Gladiator,impresionantes.Te cambian la vida

  32. «Blade Runner», «Interstellar», «El Topo», «Conan el bárbaro»(la de 1981), «Amelie»….

  33. Una magnífica lista. Además de algunas bandas sonoras ya mencionadas en los comentarios, que desde luego son espectaculares, me gustaría aportar una que creo que no ha mencionado nadie. Se trata de «Beast of the southern wild». Una película muy recomendable y aún más su banda sonora.

  34. Y que no se haga mención en ninguna parte al señor Santaolalla… aunque corta y pega que es un primor (cosa que de todos modos es común en el género) las bandas sonoras de «Babel», «Diarios de motocicleta», «Amores perros» (Ay, Iñárritu, qué pasó con «Birdman») y «Brokeback Mountain» ¡merecen mención!.

    Y en mi top 9 entrarían, aunque son fetiche particular, Ludovico Einaudi con su banda sonora para «Intocable» (de nuevo abusivo corta y pega de sus discos de estudio, pero qué más da), Zimmer con «Orígen», Cliff Martínez pero con «Narc», no con «Contagio».

    ¿Alguien, nadie?

  35. Y que pasa con George Delerue? Es tan grande que algunas de sus obras, como ‘La noche americana’ se han empleado como bandas sonoras de otras peliculas. Vaya! No era norteamericano!

  36. merino515

    Nadie nombrando Gattaca? en serio??

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