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Extracto del diario del ponente Ferrer Lerín 

Extracto del diario del ponente Ferrer Lerín

Un extracto que recoge alusiones, casi profecías, acerca de las consecuencias de la explosión demográfica. Consecuencias como la decadencia de las poblaciones de reptiles y anfibios (lúgubre antesala del exterminio del total de la fauna salvaje), consecuencias como la ocupación urbanística despiadada del territorio, como la apuesta por lo regional frente a lo nacional, como la sordidez de las relaciones humanas, como las paranoias rutinarias, como la funesta continuidad de las tareas agrícolas y ganaderas, como la quema irrefrenable de selvas y bosques. 

***

Barcelona, 25 de septiembre de 1959

Hoy he visitado dos solares de la carretera de Sarriá que tienen una buena población de lagartijas pero en los que ya se ha colocado un cartel anunciando la inmediata construcción de viviendas. Aunque soy un entusiasta de la edificación, sobre todo si las casas tienen mucha altura, sufro al pensar que esas poblaciones de lagartijas (Lacerta hispanica) van a ser aniquiladas. Intentaré entrar en esos solares y capturar un número importante para soltarlas en la periferia de la ciudad (¿carretera de las Aguas?), en lugares donde por ahora no se vaya a construir, aunque haya chalés, que siempre son espacios menos peligrosos para la supervivencia de estos pequeños reptiles.

Barcelona, 28 de septiembre de 1959

Las antiguas instalaciones de Piscinas y Deportes, hoy en día semiabandonadas, constituyen una buena reserva de lagartijas. Esta mañana he ido a dar una vuelta aprovechando que hacía sol, y las lagartijas se asomaban entre la rocalla. A lo lejos, al mismo tiempo, he visto a un individuo corpulento, joven, que he creído jardinero, y que efectuaba raros movimientos con las manos. Al acercarme, y él también se ha acercado, he descubierto que llevaba el pene fuera de los pantalones, un enorme pene en erección que agitaba con las manos pero que también tenía movimiento propio, arriba y abajo. He salido del recinto casi a la carrera. Dicen que van a construir en estos terrenos de Piscinas y Deportes, lo que es bueno de cara a que se construyan edificios bastante altos, pero se perderá la población de lagartijas.

Barcelona, 6 de octubre de 1959

En la visita, casi diaria, a los solares he recorrido hoy la Diagonal más allá de Calvo Sotelo visitando las obras en curso hasta la carretera de Sarriá y luego he dado una vuelta por la izquierda del Ensanche. En conjunto treinta y cuatro solares en los que se está iniciando la construcción de viviendas y oficinas. La pasión que siento por comprobar cómo se construye en Barcelona se ve, estos días, acrecentada, tras la noticia que el periodista Avelino Artís «Sempronio» ha publicado en Diario de Barcelona acerca de que es muy probable que en el gran solar de la calle Pelayo, esquina plaza de Cataluña, se construya un rascacielos que tendría una planta más que la Torre de Madrid. Ya no es solo cuadrar las manzanas, que no queden espacios vacíos, sino la posibilidad de que Barcelona supere a Madrid, lo cual me llena de satisfacción.

Barcelona, 7 de mayo de 1961

La nueva boîte de Castelldefels es ideal para conseguir recursos. Esta tarde he empleado la vieja táctica de no salir a bailar cuando lo hacen las parejas contiguas (donde nos apoltronamos es un sofá continuo), y usando a mi novia Antoñita como pantalla, y aprovechando la gran oscuridad, he desvalijado un par de bolsos. Conocía la contraseña por mi amigo Tony Ariet y, con ella y con el dinero conseguido en los bolsos, el camarero me ha dado la llave de una habitación con cama y sábanas, donde mi novia y yo nos hemos echado desnudos. Me he colocado sobre ella frotándome contra su barriga (tiene la piel fría y húmeda, como de sapo) hasta que he eyaculado. 

Barcelona, 29 diciembre de 1963

Hoy en la boîte Chez-Nous de la calle Muntaner, durante un baile lento con Carmen Ballesteros (la Mujer Caballo), le he pedido que se quitara la faja, ha entrado en los lavabos, y al regreso, siguiendo con el frotamiento genital, he podido eyacular con comodidad.

Jaca, 29 de junio de 2009

Habitante del matorral mediterráneo y, en general, de zonas meridionales secas y calurosas, la curruca cabecinegra (Sylvia melanocephala) se ha establecido en puntos de la canal de Berdún (término de Jaca, Huesca) en los que nunca había sido citada; concretamente, en laderas de monte bajo de la margen derecha del río Aragón entre las desembocaduras del Estarrún y el Lubierre, en la finca Hortilluelo, pedanía de Ascara. En cuatro o cinco años, esta especie termófila ha colonizado un ecosistema considerado no apto para ella. Si nos atenemos a la media de temperatura de los últimos cincuenta años, nada haría sospechar que fuera posible la presencia del pájaro. ¿Qué está pasando? 

Jaca, 4 de octubre de 2020

El Boletín de la Asociación Herpetológica Española ha publicado el artículo en el que señalo la presencia de lagartija colirroja (Acanthodactylus erythrurus) en el norte de la provincia de Huesca. Esta cita supone que una especie termófila, que se distribuye por el norte de África y la mitad meridional de la península ibérica, ha progresado de modo espectacular en la última década, llegando al Prepirineo oscense, como fruto del aumento de temperaturas.

Jaca, 6 de diciembre de 2020

Esta pandemia no afecta a mi régimen de vida. Trabajo, escribo, en mi cuarto de estudio, como siempre he hecho y, para alimentar a las amenazadas aves necrófagas no necesito salir al campo, las alimento desde casa, en la terraza, a la que puedo acceder desde mi cuarto de estudio. Coloco carne en el amplio antepecho y ahí acuden a comer milanos reales (Milvus milvus) y algunos córvidos. La pandemia, que es en extremo beneficiosa para la naturaleza al evitar la presencia humana en los lugares más sensibles, va a tener una continuidad no conocida y, aunque termine, tendrá réplicas cada vez más severas. Habrá que ver cómo se adaptan buitres, alimoches y otros grandes carroñeros a la disminución de despojos de la cabaña ganadera y a un posible aumento de disponibilidad de cadáveres humanos. 

Madrid, 4 enero 2021

A los natalistas recalcitrantes les alegrará saber que, en nueve meses, llegará un nuevo baby boom, fruto de ese antiguo método para conjurar el aburrimiento. Y aquí surgen dos temas para explorar, el aburrimiento, como el mayor de los problemas de la raza humana, y el resabio neandertal del temor a que la tribu mengüe. Son situaciones simples, el hombre y la mujer, juntos, solo saben hacer una cosa, quedando todo lo demás, conversación, complicidad, adjudicado al gratificante trato con el mismo sexo (véase la desesperada expresión facial de los veraneantes, contando los días que les faltan para reintegrarse a sus quehaceres cotidianos de trabajo, fútbol y chismorreo). Y, por otra parte, otra observación, el baboso frenesí por los bebés, el histérico alarido que sitúa a las mujeres y a los niños primero, el disgusto ante el fallecimiento de seres queridos o simplemente seres humanos, ese llamativo cuadro de señales que podemos relacionar con una equivocada estrategia, la que ignora, o quiere ignorar, que a la humanidad le sobran piezas, que la necesidad imperiosa de aumentar el número correspondía a cuando éramos pocos y la clave del éxito se cifraba en la cantidad para así domeñar la naturaleza, entonces nuestra enemiga.

Jaca, 5 de marzo de 2022

Hoy he dedicado la mañana a recoger la propaganda de papel que los repartidores introducen en los resquicios de las puertas cerradas al no poder acceder a los buzones. El itinerario ha sido el de siempre, la amplia manzana en la que se ubica mi vivienda y, también, algunas pequeñas calles adyacentes. Procuro que no me vea nadie, realizando trayectos cortos con un material que, de otro modo, no iba a ser depositado en el contenedor adecuado. Alguna vez, hoy no, si encuentro la puerta abierta, me arriesgo, y me llevo toda la propaganda que sobresale de los buzones.

Jaca, 7 de marzo de 2022

He comprado unas botas ligeras de suela fina y puntera reforzada con las que empujo a la calzada las colillas y otras pequeñas basuras de las aceras. Los barrenderos solo recogen los residuos de la calzada, y, los de las aceras, o no los tocan, o los empujan hacia el talud que hace de zona verde hasta conseguir verdaderos cúmulos de desperdicios. Las colillas han disminuido en estos últimos años, en cambio, la caca de perro, con el estallido animalista, ha aumentado, pese a la obligación de su recogida, práctica del todo repugnante, y que me lleva a pensar en organizar salidas vespertinas para propinar palizas a quienes descubra metiendo la caca perruna en bolsitas de plástico que luego esconden entre la vegetación.

Jaca, 29 de abril de 2022 

He asesinado al hijo de la abeja albañila (Osmia sp.). Bueno, en puridad, no se ha tratado de un asesinato sino de un homicidio, yo no quería matar al hijo de la abeja albañila pero, al poner cabeza abajo la silla de mimbre para sacudir unas migas, el hijo ha salido disparado del interior del agujero donde se encontraba su nido. Maldita mujer de la limpieza que en cuanto se queda sola se instala en la terraza a comer bocadillos de chorizo; ella es la culpable y pagará por eso.

Jaca, 2 de agosto de 2022

Llevaba años ilusionado con la posibilidad de tentarle los pechos a la jienense Maricruz Cisterna. Circunstancias en gran parte bizarras no lo permitieron y ahora, como una ráfaga de viento del desierto, me llega la noticia de que ha decidido cortárselos en previsión de que el cangrejo indiscreto y letal haga de las suyas. Viajo pues a Estocolmo para intentar la tienta antes de que el bisturí acabe con la monumental obra de arte. Pero llego tarde. Maricruz descansa en la UCI perfectamente sedada y mastectomizada. Una nueva Angelina ganada a la causa.

Es hoy, dos de agosto, cuando, en compañía de amigos y familiares, quedo con ella para cenar en un nuevo restaurante de la estación de esquí oscense de Candanchú. Saluda a unos y a otros y a medida que se va acercando, que se aproxima el momento del reencuentro, escudriño, por el rabillo del ojo, su silueta. Por fin me toca el turno. Nos besamos, castamente, al tiempo que susurra en voz no excesivamente baja, al alcance de todos los presentes, que tiene algo para mí, y ante mi sorpresa y el pasmo generalizado, me dice que le tiente los pechos, que no le importa que lo haga en público, que ya no son los suyos. Con las piernas temblorosas y un nudo en la garganta consumo el encargo. A unos metros, aplaude, fervorosa, la camarera Mónica.

Granada, 4 de agosto de 2022

La vida de los anfibios que viven en charcas temporales es una carrera contra reloj. Así ocurre en la sierra de Loja, al oeste de la provincia de Granada, donde sapos de espuelas (Pelobates cultripes) y gallipatos (Pleurodeles waltl) se reproducen en charcas ganaderas de duración limitada. Algunos años hemos tenido que rescatar muchas larvas de estas especies que se hacinaban en minúsculos charcos a punto de desaparecer, y que sobrevivían devorándose entre sí. La sequía, correlato del cambio climático, amenaza a los anfibios, indicadores precisos de la salud ambiental.

Torredonjimeno, 16 de agosto de 2022

Últimamente no hago más que recibir fotografías de pequeños vertebrados muertos. Primero, Malena Cortijo me envía una terrorífica imagen de una lagartija, probablemente pisoteada, cubierta de hormigas devoradoras. Luego, llega la foto, hecha por Javier Ozón, de un estornino putrefacto metido en un recipiente de plástico. Y ahora, Joaquín Fabrellas me pregunta si sé a qué especie de pajarillo corresponde un minúsculo fiambre tirado junto al bordillo de una acera. De acuerdo, Fabrellas y Ozón me envían las fotos con ánimo de que identifique el espécimen y así aumentar su caudal de conocimientos orníticos, pero no deja de ser alarmante el proceso en el que estoy sumido, que no es otro que el de convertirme en asesor mortuorio, en identificador de cadáveres sin el auxilio de la siempre onerosa necropsia.

Jaca, 24 de abril de 2023

Estoy preparando un informe para una ONG. En dicho informe digo que ya no salimos al monte a cazar ciervos para proveer regularmente a la comunidad humana de proteínas animales. En cambio, seguimos pescando, de modo industrial o artesanal, y nadie se extraña. Y el agua, para beber, para la higiene, para la industria, para la agricultura, continuamos obteniéndola de la lluvia, de forma mayoritaria. 

Es cierto que, tímidamente, se intentan conseguir alimentos, como la llamada carne cultivada, a partir de insectos, algas y desechos vegetales, lo que podría reducir los dañinos efectos de los rebaños de vacas, ovejas, cabras, que ahí están, aumentando incluso gracias a la tenaz deforestación, y que, también, la acuicultura, aunque de forma incipiente consigue reducir los estragos de la pesca, pero ambos procedimientos son aún poco aceptados. 

Un viejo sueño, recogido en viejos relatos, la pierna de cordero creciente que, tras su corte y consumo diurno, medra durante la noche hasta conseguir el volumen original, parece que está a punto de obtenerse bajo parámetros económicamente aceptables, aunque no nos cuentan los científicos israelíes cuál es la composición de esta nueva gelatina comestible que grandes naves instaladas en los inoperantes y abundantes polígonos industriales podrían, en España, albergar la maquinaria para su producción y mantenimiento, y así sustituir a la ganadería y la pesca, simplemente embadurnando esa masa con los oportunos aromatizantes.

Viene todo esto a cuento ante la catastrófica situación que se nos avecina, la de los embalses vacíos y la obsesiva persistencia en la extensión de los regadíos; el agua de boca y el agua para usos agrícolas e industriales hay que conseguirla desalando el agua marina y reutilizando las aguas residuales. Hay tecnología para ello y, de paso, y pese a la absurda decisión alemana de cierre de las nucleares, hay que apostar por ese medio de producción de energía y desmantelar la parafernalia de los parques de placas solares y aerogeneradores de palas; dejemos de destruir el paisaje y reconozcamos, los que en algún momento apostamos por las energías limpias, que estas pueden ser letales para la naturaleza, y que ya vale de esa postura infantiloide de abominar de la energía de fisión nuclear (y ya vendrá la fusión) por relacionarla con el enemigo americano.

Jaca, 15 de mayo de 2023

Apuntes de un nuevo informe para la agradecida ONG con la que colaboro:

¿Y si España no fuera el lugar adecuado para el cultivo intensivo de árboles resinosos? A veces uno se pregunta si las extensas y uniformes masas de pinos que cubren nuestros montes se corresponden con nuestro verdadero paisaje.

¿Eran esas especies las que dieron lugar al dicho de que una ardilla podía recorrer España de norte a sur, de este a oeste, sin pisar el suelo? ¿Las encinas, los robles, el matorral mediterráneo de gran porte, todos manchando el monte bajo, no serían el auténtico trampolín para los saltos, casi vuelos, del simpático roedor?

¿Cuando se habla de repoblación forestal no debiera hablarse, en puridad, de cultivo forestal? La obtención de celulosa para la industria papelera y la sujeción del terreno para evitar el aterramiento de los embalses son las razones tradicionales con las que se ha pretendido justificar ese dislate (el terreno lo sujetan mejor otros ecosistemas, como, por ejemplo, los prados). Pero es quizá otra la razón principal, el verdadero trasfondo de las grandes ingenierías forestales de aquellos años; me refiero a la conversión en arbolado, de rápido crecimiento, de los pastos secularmente destinados a la ganadería extensiva, conversión que provocaría el éxodo de los moradores de los núcleos rurales hacia los núcleos industriales o, lo que es lo mismo, la conversión de una masa humana poco productiva en mano de obra barata.

Está claro que los incendios forestales son motivo de rechazo generalizado por la población de las grandes urbes que ve cómo se destruyen sus lugares de esparcimiento, pero esos incendios no provocan la misma reacción entre la población campesina, a la que incomoda la omnipotente presencia arbórea que, al ser eliminada, supone, por ejemplo, la consecución de tierras libres para ganaderos y agricultores. El monte lo quema el hombre, algunas veces por negligencia que podría ser desprecio y, muchas veces, de forma intencionada. Y los rayos, tantas veces invocados, sí, están ahí, pero en pequeña proporción en el cómputo de los orígenes de estas catástrofes, una proporción casi tan pequeña como la de los embarazos que, en no lejanos tiempos, se atribuían al contacto con bañeras y váteres poco aseados, testigos y soportes de prácticas nefandas.

Jaca, 16 de junio de 2023

He soñado que no despertaba, que una turba de manifestantes, en taparrabos y camiseta de tirantes, exigía, a gritos, mayor presencia de las lenguas cooficiales. El sueño, el sueño eterno, la muerte, era preferible al día a día. 

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