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Un flâneur en Bruselas

Un flâneur en Bruselas

Bruselas, la ciudad que se convirtió en una sinfonía de hierro y cristal

Reconozco que tengo debilidad por la arquitectura art nouveau y art déco. De hecho, muchos de mis viajes por Europa me han llevado en pos de estos estilos artísticos: Nancy, Darmstadt, Viena, Helsinki, Praga, Barcelona… e incluso he rastreado las huellas del modernismo en Madrid, que, pese a no ser una ciudad que destacara en art nouveau, tiene rincones que merecen la pena ser puestos en valor, si es que han sobrevivido al paso del tiempo.

Cierto es que ya conocía Bruselas. Un viejo amigo vivió en esta ciudad algunos años atrás y peregriné varias veces allí para verle y disfrutar de sus museos y sus edificios. En estas visitas pude ver algún que otro edificio art nouveau y art déco, como el Museo del Cómic o el BOZAR, pero no ha sido hasta mi reciente visita cuando de verdad he podido apreciar en profundidad la belleza de los edificios de estos estilos en la capital de Europa.

Paseando de la mano de Pierre Massart, guía de Visit Brussels y el mejor cicerone, vamos a recorrer algunos barrios de Bruselas para descubrir los tesoros nouveau y déco que todavía conserva esta ciudad.

Para facilitar la visita a aquellos que quieran descubrir estas joyas arquitectónicas, he diseñado el mapa que aquí presento. No es una cartografía completa, pero sí que reúne los edificios más representativos de estos estilos arquitectónicos que he podido contemplar en mi reciente visita. Para un plan de tres días, es el complemento perfecto. Si lo sigues, descubrirás una cuidada selección de lugares que testimonian el esplendor de estos lenguajes visuales. Casas privadas, embajadas, museos, cafés y hasta una basílica monumental componen este itinerario por la ciudad que guarda la mayor muestra de arquitectura nouveau y déco de toda Europa.

El nacimiento del art nouveau: Bruselas como laboratorio

A finales del siglo XIX, cuando la Europa industrial buscaba la eficiencia, algunos arquitectos decidieron hacer del arte un manifiesto de lo cotidiano. En Bruselas, Victor Horta, Paul Hankar y Gustave Strauven, entre otros, introdujeron en sus diseños líneas sinuosas y estructuras metálicas a la vista, generando un diálogo entre la naturaleza y la técnica. El art nouveau, lejos de ser un estilo caracterizado por lo ornamental, fue una utopía urbana que se materializó en la última década del siglo XIX.

Y es que Bruselas no solo acogió este estilo, sino que lo vio nacer. El Hôtel Tassel, edificado por Horta en 1893, que veremos en detalle, está considerado el primer edificio art nouveau del mundo. Era la primera vez que arquitectura, diseño interior, mobiliario y detalles ornamentales se fusionaban en la máxima aspiración de la época: la obra de arte total.

El relevo: el art déco en los años de entreguerras

El estilo art nouveau transcurrió desde finales del siglo XIX hasta la segunda década del XX. La Primera Guerra Mundial dio al traste con el glamour del exceso decorativo y limpió las formas curvilíneas que evocaban lo vegetal. El art déco, que floreció en el período de entreguerras, entre los años veinte y treinta, abandonó esas curvas orgánicas para abrazar la geometría, el volumen, la simetría y la verticalidad. Inspirado en las máquinas, en Egipto, en el jazz y en la velocidad, entre otros elementos, este estilo se consolidó como cosmopolita y moderno, y no por ello menos refinado. De hecho, parece la evolución natural del art nouveau.

En Bruselas, el art déco no se presenta solo en los aspectos decorativos, sino que es un estilo monumental. Basta visitar la basílica de Koekelberg, una de las mayores iglesias art déco del mundo, para comprender que este lenguaje arquitectónico podía ser espiritual y bello a la vez.

Hechas las presentaciones, comencemos esta ruta por los enclaves nouveau y déco de Bruselas.

1. Musée Horta

Rue Américaine 23–25, 1060 Saint-Gilles, Bruselas. Tipología: Museo.

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Foto: Jean-Paul Remy.

 

En la Rue Américaine de Saint-Gilles se encuentra la casa que fue a la vez templo y laboratorio del gran maestro Victor Horta. El actual Musée Horta no es solo un museo: es una muestra viva del art nouveau en su forma más pura y absoluta. Construido entre 1898 y 1901, este edificio concentra todos los principios del estilo que este arquitecto ayudó a definir. Desde la ondulación de la escalera principal, que parece una espiral vegetal nacida del suelo, hasta los vitrales que filtran la luz como si fuese el interior de una catedral, todo fue pensado como una unidad armónica entre arte y vida. Horta, el padre de la línea curva en la arquitectura decorativa, diseñó no solo el edificio, sino también cada pomo, mosaico y reja con un amor profundo por el detalle. Hoy en día, pasear por sus salones es asistir a un espectáculo donde se funden el hierro forjado y los materiales preciosos, haciendo que el lugar se convierta en obra de arte. Esta casa-museo es visitable hoy en día, así que merece la pena acercarse allí para ver el museo, que nos permite disfrutar tanto del exterior como del interior de uno de los primeros vestigios de la historia del art nouveau.

2. Musée Van Buuren

Avenue Léo Errera 41, 1180 Uccle, Bruselas. Tipología: Museo.

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Foto: Jean-Paul Remy.

Acudimos en esta ocasión a otra casa-museo, pero esta vez art déco. El Musée Van Buuren, situado en el barrio de Uccle, en Bruselas, es un edificio excepcional que encarna la elegancia del estilo art déco. Construido en 1928 por Léon Emmanuel Govaerts y Alexis Van Vaerenbergh, la vivienda fue concebida como un todo estético por sus propietarios, David y Alice Van Buuren. Este matrimonio judío, apasionado del arte y el diseño, tuvo que abandonar Bruselas en la Segunda Guerra Mundial, pero afortunadamente pudo volver a su hogar tras el conflicto. La fachada, inspirada en la Escuela de Ámsterdam, da paso a un interior ricamente decorado, donde cada estancia revela el cuidado por la armonía, el detalle y la belleza. Entre sus tesoros se encuentran muebles originales, obras maestras de la pintura flamenca y moderna, y un piano en el salón que, según se cuenta, fue en su día propiedad de Erik Satie. En el exterior, los jardines ofrecen una experiencia singular: desde composiciones geométricas hasta un poético laberinto vegetal que parece invitar al visitante a perderse y encontrarse en la contemplación. De nuevo, se trata de un espacio musealizado que nos permite contemplar el interior déco, no solo el estilo arquitectónico que se aprecia desde el exterior. Merece la pena visitarlo, y no queda demasiado lejos del Musée Horta.

3. Maison Hannon

Avenue de la Jonction 1, 1060 Saint-Gilles, Bruselas. Tipología: Residencia privada.

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Foto: Jean-Paul Remy.

La Maison Hannon, situada de nuevo en el barrio de Saint-Gilles, representa una de las pocas incursiones del arquitecto Jules Brunfaut en el estilo art nouveau. La casa fue concebida entre 1902 y 1904 por encargo del ingeniero y fotógrafo Édouard Hannon. Su fachada, con ornamentación vegetal y símbolos alegóricos —como el relieve de «La fileuse», aludiendo al paso del tiempo—, y su interior, adornado con vitrales de Raphaël Évaldre, frescos de Paul Baudouin, hierro forjado y mobiliario de Émile Gallé, encarnan un universo estético cargado de simbolismo. El edificio sufrió tres décadas de abandono hasta que finalmente fue calificado urbanísticamente como monumento. Tras ello, la residencia fue adquirida por la comuna en 1979, acogió el Espace Contretype hasta 2014 y terminó de rehabilitarse en un largo proceso que concluyó en 2023. Su apertura al público como casa-museo tuvo lugar el 1 de junio de 2023, permitiendo por fin visitar las estancias restauradas del piso noble —salón, sala de recepción y escalera—, así como un espacio expositivo dedicado a explorar el art nouveau belga. Hoy, la Maison Hannon es un lugar repleto de belleza en el que dialogan arquitectura, arte y simbología, un hito del modernismo europeo. Cercana a las dos casas anteriores, se pueden visitar las tres edificaciones en una sola jornada. Merece mucho la pena la visita.

4. Embajada de Cuba

Avenue Brugmann 80, 1190 Forest, Bruselas. Tipología: Edificio diplomático.

5. Embajada de Argentina

Avenue Louise 225, 1050 Bruselas. Tipología: Edificio diplomático.

Reemprendemos nuestro paseo y nos acercamos a la zona donde se encuentran algunas embajadas. Y es que entre las residencias diplomáticas más singulares de Bruselas se hallan dos joyas del art nouveau. La actual Embajada de Cuba, en la Avenue Brugmann, ocupa una elegante casa-taller construida en 1901 por Victor Horta para el escultor Fernand Dubois. Aunque hoy cumple funciones institucionales, el edificio conserva muchos de los elementos característicos del genio de Horta: líneas ondulantes, hierro forjado y una concepción espacial fluida que revela su origen como lugar de creación artística. Por su parte, la Embajada de Argentina se ubica en el célebre Hôtel Ciamberlani, en la Avenue Louise, diseñado en 1897 por Paul Hankar, uno de los pioneros del modernismo belga. Se trata de una residencia originalmente construida para el pintor simbolista Albert Ciamberlani, que destaca por su imponente fachada decorada con sgraffiti, una técnica mural que otorga textura y profundidad simbólica a la ornamentación. Ambas construcciones, hoy discretamente integradas en el tejido urbano, son dos ejemplos de cómo ha subsistido el lenguaje modernista en la historia contemporánea de la ciudad.

6. Hôtel Tassel

Rue Paul-Émile Janson 6, 1000 Bruselas. Tipología: Residencia privada.

El Hôtel Tassel, situado en la Rue Paul-Émile Janson de Bruselas, es un hito fundamental en la historia de la arquitectura, como ya hemos indicado: está considerado unánimemente como el primer edificio art nouveau del mundo. Diseñado por Victor Horta entre 1892 y 1893 para el profesor de ciencias Émile Tassel, esta casa marcó un punto de inflexión a todos los niveles, al romper con la arquitectura academicista del siglo XIX e inaugurar una nueva sensibilidad estética y funcional que buscaba la armonía entre forma y estructura. El Hôtel Tassel incorporó por primera vez de forma integral elementos tan revolucionarios como el uso estructural y decorativo del hierro forjado, las grandes superficies de vidrio para iluminar naturalmente los espacios interiores, así como una distribución fluida basada en un núcleo central —la famosa escalera de planta abierta— que rompía con la rigidez de los compartimentos clásicos. Lejos de ser recursos puramente ornamentales, los motivos curvilíneos inspirados en la naturaleza impregnaban todos los detalles, desde las barandillas hasta los mosaicos, configurando un lenguaje arquitectónico nuevo y coherente. Con este proyecto, Horta no solo creó una obra maestra de la arquitectura urbana, sino que sentó las bases de un movimiento moderno y profundamente europeo, cuya influencia se expandiría rápidamente por todo el continente.

Por tanto, esta parada es obligatoria en la visita a Bruselas. Una lástima que no se pueda visitar en su interior. La contemplación de la fachada es ya toda una experiencia. Un icono de la arquitectura contemporánea.

7. Hôtel Solvay

Avenue Louise 224, 1050 Bruselas. Tipología: Residencia privada.

Tras el éxito pionero del Hôtel Tassel, Victor Horta recibió nuevos encargos que le permitieron desarrollar y perfeccionar su lenguaje arquitectónico, y uno de los más emblemáticos fue el Hôtel Solvay, situado en la Avenue Louise 224 de Bruselas. Esta casa fue edificada entre 1894 y 1903 para el industrial Armand Solvay, heredero de una de las fortunas más importantes de Bélgica. Aquí, Horta logró la culminación del estilo art nouveau en su vertiente más lujosa y sofisticada. Y es que en el Hôtel Solvay Horta gozó de libertad creativa absoluta gracias a un presupuesto más que holgado, lo que le permitió integrar de forma magistral la arquitectura con la decoración interior y el mobiliario, diseñando desde las estructuras metálicas hasta las lámparas, alfombras, vitrales y muebles. El resultado es una obra de arte total, en la que cada detalle, por mínimo que parezca, responde a una visión unitaria que funde arte, diseño y tecnología. De nuevo, como ocurre en la casa Tassel, tampoco se puede visitar por dentro, lo cual es una verdadera lástima. No obstante, solo el exterior es digno de ser contemplado, y tampoco debe faltar esta parada en nuestra visita.

8. Café Belga (Edificio Flagey)

Place Eugène Flagey 18, 1050 Ixelles, Bruselas. Tipología: Café.

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Foto: Jean-Paul Remy.

Proseguimos nuestro paseo por Bruselas y avanzamos unas décadas en el tiempo para adentrarnos en la geometría racional del art déco y el modernismo de entreguerras. Uno de los ejemplos más representativos de esta nueva estética es el Edificio Flagey, ubicado en la plaza homónima y hoy célebre por albergar el animado Café Belga. Concebido por el arquitecto Joseph Diongre, quien ganó el concurso para su diseño en 1933, el edificio encarna los ideales de funcionalidad, dinamismo y modernidad propios de la arquitectura déco de los años treinta. Su estructura en forma de transatlántico, las líneas horizontales marcadas, los materiales industriales y los amplios ventanales definen una silueta rotunda, sobria y elegante que responde tanto a los criterios estéticos como a las exigencias técnicas de la época. El edificio Flagey, originalmente concebido como sede del Instituto Nacional de Radiodifusión (INR), sigue siendo hoy un referente del patrimonio art déco de Bruselas.

9. Musée Art & Histoire

Parc du Cinquantenaire 10, 1000 Bruselas. Tipología: Museo.

Seguimos nuestro paseo hasta el Parque del Cincuentenario, donde se encuentra el Museo de Arte e Historia de Bruselas. Sus colecciones abarcan desde la Antigüedad hasta el siglo XX. Lo que nos trae hasta aquí no es ni su arquitectura ni sus tesoros históricos, sino las salas dedicadas al art nouveau. Mencionaré en particular la sala 50, que nos ofrece algunos tesoros de las artes aplicadas, como una vidriera diseñada por el propio Victor Horta, junto con la obra escultórica que más ganas tenía de ver en este trayecto. Se trata de «La esfinge misteriosa» (1897), del artista simbolista Der Steppen, que nos muestra una escultura en plata y marfil de una femme fatale, parecida a obras contemporáneas de corte simbolista como «La naturaleza» de Alphonse Mucha o «Lamia» de George Frampton. Más adelante, las salas 88 a 95 están íntegramente dedicadas al art nouveau, con una colección que ilustra tanto la evolución del estilo como su difusión internacional. En ellas podemos ver muebles, cerámicas, objetos decorativos y elementos arquitectónicos, testigos de la belleza modernista en la ciudad de Bruselas.

10. Maison Cauchie

Rue des Francs 5, 1040 Etterbeek, Bruselas. Tipología: Residencia privada.

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Foto: Jean-Paul Remy.

Siguiendo la ruta prevista, nos topamos ahora con una de las joyas más singulares y personales del recorrido: la Maison Cauchie, situada en la Rue des Francs 5, en el barrio de Etterbeek. Fue construida en 1905 por el artista Paul Cauchie como vivienda, y es un reflejo de su talento. El elemento más relevante de este edificio es su extraordinaria fachada cubierta de sgraffiti, técnica mural que ya vimos en la Embajada de Argentina y que el propio Cauchie dominaba con maestría. A diferencia de otros arquitectos del art nouveau belga, Cauchie optó por una estética más lineal y estilizada, en la que se combinan las curvas orgánicas propias del modernismo con las influencias de la Escuela de Glasgow, especialmente visibles en la simetría, los motivos femeninos idealizados y los detalles geométricos. La fachada, auténtico manifiesto visual, es solo el escaparate de un edificio concebido como obra de arte total.

11. Old England (Museo de Instrumentos Musicales)

Rue Montagne de la Cour 2, 1000 Bruselas. Tipología: Museo.

Nos desplazamos hacia el centro de Bruselas y allí, inconfundible a la vista, nos topamos con el edificio Old England, hoy sede del prestigioso Museo de Instrumentos Musicales, y que es uno de los edificios nouveau más característicos de la ciudad. Ubicado en la Rue Montagne de la Cour 2, este edificio fue diseñado en 1899 por el arquitecto Paul Saintenoy para albergar unos grandes almacenes, en una época en la que la arquitectura comercial también adoptaba con entusiasmo la estética y las formas expresivas y estructurales del hierro y el vidrio. Desde el año 2000, este icono de la arquitectura bruselense acoge el Museo de Instrumentos Musicales, con una gran colección de más de 8.000 piezas. De este modo, el edificio no solo conserva su esplendor original, sino que ha encontrado una nueva vida adoptando un uso cultural y manteniendo la belleza de las construcciones comerciales del art nouveau.

12. Bozar (Palais des Beaux-Arts)

Rue Ravenstein 23, 1000 Bruselas. Tipología: Centro cultural.

Apenas unos centenares de metros más allá, nos encontramos con el que para mí es el mejor edificio art déco de la ciudad: el Bozar (que reflejaría en su nombre la fonética de «Beaux Arts» o «bellas artes»). Y, cómo no, es de factura del arquitecto más famoso de la ciudad y al que ya bien conocemos por sus creaciones art nouveau. Es el mismísimo Victor Horta, pero transformado. El Bozar fue construido entre 1922 y 1929, y allí vemos a un arquitecto que ahora se ha adaptado a las exigencias de una nueva época. La arquitectura ya no busca deslumbrar con ornamentos vegetales, sino transmitir modernidad, claridad y monumentalidad, en sintonía con los ideales del art déco y de una Europa que se está reconstruyendo tras la Primera Guerra Mundial. El edificio, destinado también a albergar usos culturales, responde a una visión pragmática y funcional sin perder la elegancia y el refinamiento que siempre caracterizaron al arquitecto más famoso de Bruselas.

13. Falstaff

Rue Henri Maus 19, 1000 Bruselas. Tipología: Café.

Como última parada de nuestro recorrido art nouveau por Bruselas, nos detenemos en el emblemático Café Falstaff, en la Rue Henri Maus 19, a pocos pasos de la Grand-Place. Fue construido y decorado por Émile Houbion, colaborador de Horta, en 1903. El Falstaff es un excelente ejemplo de cómo el modernismo también transformó los espacios de la vida cotidiana, como los cafés o los pequeños comercios. Su interior combina con elegancia elementos del art nouveau —como vidrieras, madera tallada, líneas curvas inspiradas en la naturaleza— con toques que anticipan el art déco que vendrá tras la guerra, creando una atmósfera envolvente y única. Con esta última parada, culminamos un recorrido que revela cómo la ciudad sigue respirando el espíritu de una modernidad artística que dejó una huella profunda en su paisaje urbano. Pero aún no hemos terminado nuestra visita. Debemos coger un transporte para salir del centro en dirección a Koekelberg…

14. Basílica de Koekelberg

Parvis de la Basilique 1, 1081 Koekelberg, Bruselas. Tipología: Basílica.

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Foto: S. Schmitt.

Y ahora sí, llegamos al final de nuestra ruta por la Bruselas art nouveau y art déco, con una obra que, por su escala monumental y su significado simbólico, cierra nuestro recorrido por la arquitectura modernista de Bruselas: la imponente basílica de Koekelberg, bajo la advocación del Sagrado Corazón. Está situada en lo alto del barrio de Koekelberg y su construcción se inició en 1905 con motivo del 75.º aniversario de la independencia de Bélgica, aunque no se terminaría hasta 1970. Fue diseñada por el arquitecto Albert Van Huffel y está considerada una de las mayores construcciones art déco del mundo y uno de los templos más grandes de toda Europa. Su silueta, dominada por una monumental cúpula verde y flanqueada por dos torres macizas, se observa desde casi todos los rincones de la ciudad. Así, desde la delicadeza orgánica del art nouveau hasta la monumentalidad abstracta del art déco, este itinerario nos ha permitido explorar no solo estos estilos arquitectónicos, sino una forma de entender la ciudad como un espacio de arte, vida y belleza.

Bruselas, ciudad donde nació el art nouveau y que acogió con entusiasmo la elegancia geométrica del art déco, nos brinda en esta ruta un auténtico deleite para los sentidos. A través de casas-museo, embajadas, cafés, instituciones culturales y templos monumentales, hemos trazado un mapa guiado por la estética refinada de una metrópolis que ha sabido preservar, reivindicar y revitalizar su patrimonio arquitectónico más singular. Pasear por sus calles es redescubrir una ciudad erigida desde la belleza y la modernidad, donde el arte aspira a impregnar cada rincón de la vida cotidiana. Bruselas no es solo la capital de Europa: es también un escenario privilegiado para dejarse llevar por la contemplación de una arquitectura que persiguió la obra total, uniendo la estilización de las formas estructurales con un minucioso cuidado por el detalle. Ojalá esta guía te acompañe en tu próxima visita y te permita disfrutar plenamente de este manifiesto de belleza arquitectónica en pleno corazón de Europa.

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