
«Warfare», del inglés medio werrefarynge (ir a la guerra). «War», como «guerra», proviene de las protolenguas germánicas y significa «confusión».
Este texto es un mero análisis contextual y táctico de los hechos reflejados en la película Warfare (Ray Mendoza y Alex Garland, 2025). La narración se basa en los recuerdos de los participantes del lado estadounidense en una operación durante el conjunto de enfrentamientos conocidos como la segunda batalla de Ramadi (Irak). Se asume con reservas que estos recuerdos recrean las acciones con cierta fidelidad. En teoría, parte de ellos ocurre en tiempo real.
La trama se describe en detalle.
En la madrugada del 16 de noviembre de 2006, el pelotón Alpha One de los US Navy SEAL se dirige a ocupar una casa particular. El propósito de su misión es usar esta ubicación para cubrir a unidades de los Marines de Estados Unidos que peinan el área circundante en labores de limpieza. En este tipo de operaciones, equipos de élite toman posiciones en emplazamientos furtivos que les garanticen cierta ventaja táctica. Esto les permite localizar y eliminar objetivos antes de que supongan una amenaza grave para las tropas sobre el terreno. Esta táctica fue el común denominador en la estrategia contrainsurgencia estadounidense en el Irak post-Saddam en núcleos densamente habitados.
En principio, el procedimiento exige desplegar varios pelotones separados en esta tarea para que puedan cubrir diferentes áreas y se puedan prestar apoyo mutuo en caso de necesidad. Como se verá durante el transcurso de la acción, las unidades implicadas están demasiado separadas unas de otras para cumplir con este requisito.
La casa elegida tiene dos pisos. Se encuentra en un entorno urbano transitado, con construcciones similares muy cercanas. No tiene ventanas al exterior en la fachada principal. Otros lados tienen una visión muy limitada, a excepción del flanco que da a la zona vigilada. Los grandes cristales ofrecen poca cobertura. La construcción solo tiene una entrada y salida viable. En general, la residencia tiene poca visibilidad y ninguna protección una vez que se accede a la misma calle. Los edificios circundantes son más altos y permiten observar y controlar la posición.
Uno de los conceptos más antiguos de la historia militar establece que quien domina los puntos más elevados tiene una ventaja táctica crucial. Hay ejemplos de este escenario desde la Edad del Bronce. Otro concepto clásico recomienda elegir siempre enclaves con salidas alternativas y que dispongan de algún tipo de cobertura que permita una defensa perimetral.
Los SEAL identifican las manzanas por números y un dron vigila en detalle tanto el trazado urbano como el movimiento de personas. A pesar de ello, se elige esa ubicación porque al oficial al mando «le gusta».
La casa está habitada por dos familias. Dos mujeres, dos hombres y dos menores. No están armados, no ofrecen ninguna resistencia y claramente parecen ciudadanos convencionales y pacíficos. Son retenidos en el bajo de la residencia bajo coacción.
De acuerdo con los extensos protocolos de Ginebra y las diferentes declaraciones de protección de derechos humanos en conflictos armados, la denegación de inmediata evacuación de los civiles del campo de batalla (especialmente menores y mujeres), la toma de rehenes o prisioneros civiles (especialmente menores y mujeres), o la incautación y/o destrucción de bienes muebles y/o inmuebles privados son susceptibles de violar el derecho internacional y, como tales, pueden conllevar cargos por crímenes de guerra. Tanto Irak como Estados Unidos son notables excepciones en la firma de varios de estos tratados.
El operativo lo forman el equipo SEAL (buzos de combate o «frogmen»), dos traductores de las fuerzas armadas iraquíes y dos oficiales de enlace de apoyo aéreo cercano.
Sobre el papel, los US Navy SEAL son una de las fuerzas de élite más prestigiosas y preparadas del mundo. La mejor, según muchos expertos. Esta unidad está comandada por un capitán. También sobre el papel, la lista de personal militar con un nivel similar de capacitación operativa a este rango es muy reducida y se considera excepcional. Solo unas pocas docenas de nombres entre todas las fuerzas armadas del planeta hoy en día.
La función del equipo de enlace aéreo (ANGLICO) es coordinar los datos de inteligencia y organizar las opciones de fuego de apoyo proporcionadas por los medios aéreos disponibles para reforzar a los marines de Estados Unidos en sus misiones. En este caso, se trata de un dron de vigilancia sin identificar y lo que parece probablemente un McDonnell Douglas F/A-18. El Hornet es un caza polivalente todo tiempo. Puede desempeñar tareas de apoyo aéreo cercano, pero todas conllevan restricciones en la distancia de seguridad cuando se actúa con tropas amigas cercanas sobre el terreno o en un entorno civil sin evacuar. Estas limitaciones son difíciles de concretar sin conocer el armamento disponible, pero las más habituales van de los treinta y cinco metros a varios cientos, dependiendo de la munición elegida para su empleo. Las opciones adecuadas para un apoyo de más precisión o cercanía se circunscriben a helicópteros artillados o drones armados. No hay visos de que estos recursos estén disponibles.
La tarea de los traductores militares iraquíes es facilitar la comunicación con la población civil y suministrar información social y cultural. Su preparación física, táctica y mental, así como su equipamiento, están muy alejados de la de sus compañeros de armas estadounidenses. A pesar de ello, los iraquíes son los primeros en entrar en la casa saltando el muro.
Para realizar extracciones y evacuaciones, así como proporcionar apoyo pesado, el mando dispone de blindados M2 Bradley. Los Bradley son vehículos de combate de infantería (IFV) propulsados con cadenas que disponen de una torreta con un cañón automático de 25 mm y una ametralladora coaxial de 7,62 mm. Pesan unas veinticinco toneladas y pueden llevar entre seis y nueve pasajeros en el compartimento trasero, al que se accede por una rampa. Su blindaje está compuesto de aluminio, acero y kevlar en diferentes grosores y configuraciones. La torreta tiene su propia coraza interna. Un cilindro de acero que envuelve y protege al artillero. También separa a la tripulación del compartimento de pasaje.
El coste total del entrenamiento de un SEAL está en una horquilla de 150 000 a 250 000 dólares. Los salarios dependen de bonificaciones por despliegues, combate, rango, capacitaciones… etc. Una cifra media suele superar los 60 000 dólares al año cuando están desplegados. El precio de un M2 Bradley era en 2006 de más de tres millones de dólares, unos cinco millones y medio en dólares de hoy día. El coste de un F/A-18 puede variar mucho según versiones, aunque un rango de 65 a 80 millones de dólares actuales es una referencia razonable. Cada hora de vuelo supone un gasto de al menos nueve mil dólares. La Universidad Brown estima el coste de la guerra de Iraq en 1,1 billones de dólares («1.1 trillion dollars» en la escala numérica corta).
Pasadas unas horas, el equipo se ha instalado en la vivienda. Varios están apostados en las ventanas. Uno de ellos ha ocupado un puesto como francotirador después de abrir una aspillera en la pared con un mazo. Como es habitual, le acompaña un observador. Ambos vigilan un mercado cercano al final de la calle en busca de objetivos. El mercado está concurrido. La distancia al blanco debe rondar los cien metros.
Sus reglas de enfrentamiento parecen establecer que cualquier varón en edad militar («Military-Age Males») es un objetivo a identificar y que puede ser eliminado en caso de estar o parecer armado. El acrónimo «M-AM» no es oficial ni formal y se refiere a hombres de dieciocho a cuarenta y cinco años de edad de una manera muy elástica. Según Wikipedia, es un término propagandístico usado para deshumanizar oponentes y blanquear víctimas civiles ante los ojos de la opinión pública. Cualquier civil que parezca estar sondeando su emplazamiento se anota en una lista de posibles objetivos.
La unidad ha colocado minas Claymore en las terrazas como medida de protección. Estas minas son un dispositivo direccional que se activa normalmente por cable. Su alcance óptimo es de cincuenta metros. Cualquier persona en la calle o casas adyacentes está dentro de su radio letal de acción.
El operador de radio informa que los marines han concluido la limpieza. Han salido de su zona de vigilancia y se encuentran ya a más de dos kilómetros, aunque sus movimientos nunca se muestran. También se confirma que la posición de la unidad ha sido identificada por elementos hostiles. A continuación, el equipo tirador-observador identifica a varios hombres saliendo de un vehículo, rondando por el mercado y entrando en un inmueble. Uno de ellos va armado con una ametralladora PKM, pero no es abatido. Una megafonía sin identificar anuncia al vecindario que «la Yihad se prepara a matar enemigos». El mercado se vacía en cuestión de segundos. Los otros pelotones de SEAL informan que están siendo atacados por insurgentes.
En este contexto, el oficial al mando decide mantener la posición. Como se ha mencionado, carece de una visión clara y sin obstáculos en casi todos los ángulos. No dispone de líneas de fuego despejadas y está dominada por cotas más altas muy cercanas. Los principios básicos de la infantería ligera se basan en la movilidad, la adaptabilidad, la ventaja táctica sobre el terreno y la potencia de fuego. Al atrincherarse, se anulan las tres primeras y se restringe sustancialmente la última.
Desde la toma del fuerte belga de Eben Emael por paracaidistas alemanes en 1940, todos los manuales de táctica se preocupan de inculcar un concepto crucial. A saber: una posición fortificada que no cuente con defensa o apoyo desplegado en el exterior y donde sus defensores no pueden encarar directamente a los adversarios que se acerquen a ella por sus ángulos muertos (sobre todo desde arriba) es una ratonera mortal y se debe evitar a cualquier precio. La historia de la guerra moderna está plagada de ejemplos de combate urbano y del papel crucial de azoteas y terrazas. Stalingrado, Beirut, Caen, Berlín, Manila, Budapest, Hué, Mostar, Grozny, Sebastopol, Varsovia, Mogadiscio, Sarajevo, Faluya o la Ciudad Universitaria de Madrid son parte de una lista muy larga.
Desde el exterior, alguien introduce lo que parece una granada RGD-5 a través de la aspillera improvisada del tirador en el segundo piso. El oponente no la ha lanzado desde un punto alejado, sino que prácticamente la ha depositado a escasos centímetros, como si fuera una carta en un buzón. Los SEAL intentan cubrirse cuando el artefacto explota. Todo el equipo responde durante unos instantes con fuego indiscriminado sobre las sombras y ruidos que se perciben al otro lado de las paredes. No hay bajas graves, pero el tirador tiene síntomas de una conmoción. Abandonan el segundo piso a la carrera, dejando atrás parte de su impedimenta. En la planta baja, el resto del equipo recibe disparos y explosiones indefinidas. Ninguna de ellas compromete su cobertura ni causa bajas. Los traductores son enviados a cubrir la amenaza de infiltración en el segundo piso.
El oficial decide solicitar una evacuación inmediata del tirador. Está desorientado, pero puede caminar y llevar su equipo. Se detonan las minas Claymore sin comprobar la actividad de cualquier tipo en los alrededores. Varios «frogmen» retiran el equipo abandonado en la segunda planta sin oposición, incluyendo explosivo C-4 que se encuentra en la mochila del tirador. El C-4 es un explosivo plástico de alto poder que se distribuye en bloques para demolición. Es muy estable y no reacciona a la presión, el fuego o incluso a los impactos directos de proyectiles de armas individuales. Sin embargo, es sensible a las ondas de choque causadas por otras explosiones («sympathetic detonation» o SYDET).
La evacuación la va a realizar un único M2 Bradley. Los SEAL organizan el esquema operativo para la evacuación. Se decide que los traductores vayan en punta y aseguren la salida. Es la tercera vez que se les asigna el papel de máximo riesgo y que requiere las habilidades de reacción más elevadas. Sin embargo, su armamento (fusiles tipo AK-47) es el más débil del pelotón y con ellos no pueden proporcionar el fuego de supresión necesario en caso de encontrar una oposición significativa. Manifiestan su reticencia a adoptar el rol asignado, pero se les obliga a continuar.
Mientras el equipo se alinea para la salida, el otro pelotón SEAL se retrasa unos minutos más debido a escaramuzas que encuentran en el camino. A pesar de que el herido no parece necesitar asistencia urgente, los miembros de Alpha One no esperan a que la segunda unidad esté en situación de apoyarlos. Tampoco disponen de una vista clara de la calle, los muros exteriores de la casa se lo impiden. Lanzan una granada fumígena para crear una cortina de humo; sin embargo, esta imposibilita que puedan ver nada al salir. En principio, la pantalla también debería restringir la visión a sus oponentes, pero esto no supone ninguna desventaja clara para los insurgentes ya que la evacuación tiene que realizarse por la única y evidente puerta de la casa. La llegada del blindado marcará el momento crítico. Los combatientes iraquíes saben exactamente adónde se dirigen y cuándo lo harán.
El Bradley es un vehículo con prestaciones de alta maniobrabilidad y el escenario callejero está libre de obstáculos de ningún tipo. A pesar de ello, se coloca en paralelo a la acera, obligando al equipo a detenerse y exponerse a sus oponentes que están en posiciones ocultas en toda la calle. El blindado tiene espacio suficiente para maniobrar y encarar la rampa trasera directamente a la salida, asegurando una cobertura más eficaz, pero no procede de esta manera.
Cuando el equipo se despliega en la calle, un artefacto explosivo improvisado (IED) que incluye fósforo blanco cae entre ellos causando una gran explosión. La deflagración desmembra a uno de los traductores del esternón hacia abajo. También causa heridas masivas en las piernas al tirador que iba a ser evacuado inicialmente y a otro de sus compañeros. El resto del equipo, muy conmocionado, se retira mientras reciben fuego al que responden a ciegas. El radioperador lleva a los heridos de vuelta a la casa prácticamente en solitario.
El Bradley se retira sin reintentar la evacuación mientras su comandante informa que su artillero ha resultado herido. Por las heridas causadas al equipo en el exterior, el IED ha explotado cerca del suelo. No queda claro cómo la deflagración ha conseguido penetrar hasta el artillero a través del compartimento de pasaje y el blindaje cilíndrico de la torreta.
En el interior de la casa, uno de los miembros del equipo asiste al herido que está consciente. El otro herido es descartado sin que se le realice ningún tipo de triaje. A pesar de que el entrenamiento de los SEAL incluye exigentes capacitaciones de asistencia médica para todos sus miembros, los cuidados son rudimentarios. No se controla el pulso ni la tensión, no se considera proporcionar plasma a pesar de las evidentes hemorragias ni cualquier otro procedimiento médico alternativo. Solo se aplica presión directa en las heridas con gasas y se coloca un torniquete tras varios intentos fallidos. Tampoco acceden a la mochila de primeros auxilios que lleva el herido inconsciente y que debe estar bien provista de acuerdo a las ordenanzas.
Repentinamente, el herido más grave y que ha quedado sin supervisión vuelve a la consciencia. Se administra morfina a ambos heridos sin tener una situación clara del alcance y tipo de sus lesiones. Uno de los observadores aéreos clava involuntariamente la aguja de una de las ampollas en su propio dedo por error, a pesar de que está claramente marcada en rojo.
Unos instantes más tarde, el segundo pelotón SEAL se aproxima a la casa. Combaten en una posición descubierta usando el procedimiento habitual de fuego y maniobra. A pesar de los disparos de sus oponentes, no sufren bajas de ningún tipo y entran a la vivienda. Cuando lo hacen, nadie parece cubrir la única puerta de entrada. Los recién llegados pisan a los heridos accidentalmente al menos tres veces.
El oficial al mando del primer pelotón cede el mando al comandante del segundo debido a la conmoción sufrida. Este último decide solicitar cuatro Bradleys para realizar una evacuación en dos fases. En la primera, dos blindados retirarán a los heridos. Dos vehículos más evacuarán después al resto de las tropas.
El envío de los IFV se pone en espera hasta que el oficial al mando de toda la operación apruebe el uso de los M2 en una zona comprometida por la presencia de elementos hostiles que disponen de explosivos. Como respuesta, el oficial SEAL sobre el terreno exige a su operador de radio que se haga pasar por el comandante y dé orden de aprobar el plan. El operador cumple estas órdenes con éxito.
Según el código de justicia militar de Estados Unidos, hacerse pasar por un oficial y emitir órdenes falsas o ilegales son delitos de gravedad que acarrean la baja deshonrosa, la pérdida de cualquier beneficio actual o posterior y penas de internamiento en una prisión militar. Las sentencias por infracciones graves combinadas son complejas, sobre todo cuando incluyen agravantes como la clara intención de engañar, cuando se cometen en el curso de una acción de combate y cuando pueden poner en peligro a otros miembros de sus fuerzas armadas o a civiles. En cualquier caso, suponen un mínimo de encarcelación de tres años. El máximo puede contarse en décadas.
Dos «frogmen» se apostan en una de las terrazas cuando el control aéreo de los drones detecta que hay una amenaza de infiltración. Intentan repeler el ataque que proviene desde los edificios circundantes y también que la azotea sea ocupada de nuevo. Es la primera vez que cualquiera de los SEAL accede a este punto. No pueden mantener la posición debido a que las milicias ocupan puntos más altos desde varios ángulos y dominan la situación. Otra pareja SEAL sale al exterior para recoger un fusil de asalto y un mazo que han quedado en el lugar de la explosión.
Un Hornet realiza una pasada a vuelo rasante. Esta es una táctica diseñada para intimidar al enemigo cuando no hay posibilidad de abrir fuego. Los SEAL se retiran definitivamente del segundo piso y se solicita que los Bradley que están al llegar abran fuego sobre él para eliminar a los posibles oponentes infiltrados. A su llegada, los blindados proceden a hacerlo a pesar de que su comandante expresa su renuencia a hacerlo.
Los heridos son evacuados en los Bradley de acuerdo al plan. El resto del equipo se retira en la segunda pareja de blindados mientras reciben disparos de armas de pequeño calibre. Con todos a bordo, los cañones de 25 mm devastan las azoteas de los edificios aledaños. No se usan las ametralladoras coaxiales. Los insurgentes no parecen disponer de más explosivos, artillería o medios antitanque para responder.
Cuando se retiran, varios insurgentes salen a la calle desierta. Su número no es superior al de las fuerzas combinadas estadounidenses.
Los restos del traductor siguen esparcidos en la calle junto con las últimas trazas de fósforo blanco.
Los vehículos de la película NO son M2 Bradley. No se si este dato lo ignoras a propósito o directamente no has visto la película o no te has documentado lo suficiente.
Hola Vengador
No, lo que aparece en la película no son Bradleys. Según IMDB, son FV432/30 británicos alquilados a un museo. Pero eso no tiene mucha importancia porque probablemente intentan representar a los Bradley de la 1st Armored Division que estuvo combatiendo en Ramadi en esos días. Del mismo modo que los actores que hacen el papel de insurgentes no son probablemente iraquíes, las balas son de fogueo, el Hornet es probablemente una imagen creada por ordenador, y el actor que hace de traductor seguro que sigue vivo. Los auténticos M2 que participaron en la acción puede que sean parte de los 150 perdidos en esa guerra, o estén combatiendo ahora en Ucrania como parte de la ayuda norteamericana.
Gracias por el comentario.
Qué extraño artículo. Narrar con precisión las decisiones, las acciones y consecuencias hará que sea difícil que vea esta película. Lo único que saco en limpio es que si algún día se llega a una imposible paz mundial, la economía de los EEUU será la primera en desmoronarse; arrastrando a tantas otras, por supuesto.
Starship Troopers de libro. Como lo de Gaza y las FDI, y casi todo el imperialismo y colonialismo de la historia.
Un artículo muy interesante. He aprendido mucho. No he visto la película, pero si el autor del artículo no se equivoca en sus apreciaciones y si los hechos narrados en la película sucedieron tal cual en la realidad, está claro que los supuestamente de élite SEAL tienen un problema grave. Su incompetencia, arrogancia, desprecio a las leyes y racismo son impresionantes. Y si esa incompetencia absoluta la aprovecharon exitosamente los iraquíes, también lo harán los iraníes, rusos o chinos en una próxima guerra contra los estadounidenses. Será interesante verlo.
Vi ayer la peli y después leí el artículo, tal cual lo narra es.
Pensaría que si no fueran SEAL serían fuerzas comunes del ejército , conmocionados y agotados por combates continuos.
La impresión de estar dentro de una caja de zapatos esperando el ataque me incomodaba mucho. Recuerdo que pensé que si en la Caída del Halcón Negro uno ve lo que pasa por subestimar el terreno y la fuerza del enemigo ( regularmente equipado , pero organizado en torno a la ciudad) habrían previsto el combate en entorno urbano mejor, más aún en una posición de vigilancia.
Es como una vez le preguntaron a un Espartano , si los griegos pelean tan bien como dicen ellos en sus pinturas.
-Si pelean muy bien, en las pinturas.