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Marta Ramoneda: «El editor publica los textos que más le gustan; el librero vende los libros que prefiere»

Marta Ramoneda para Jot Down 0

Dice Roberto Bolaño en una de sus novelas: «Todos tenemos la librería que nos merecemos, salvo los que no tienen ninguna». Hace ya dieciocho años que Marta Ramoneda, Antonio Ramírez y Maribel Guirao pusieron en marcha La Central: una primera librería en la calle Mallorca que se les quedó pequeña casi enseguida. Hoy siguen al frente Marta y Antonio: tienen otra librería en Barcelona, en el Raval, y otra en el corazón de Madrid, en Callao; además de las librerías del Museo Reina Sofía y de la Fundación MAPFRE, también en Madrid, y las del Museo de Urbanismo y del Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona. Han conseguido el más difícil todavía: seguir siendo la misma librería, solo que mucho más grande, no perder la esencia del proyecto original por el camino, ser reconocibles y reconocidos, convertirse en un referente inapelable. Por otro lado, quién mejor que una librera para explicar qué está pasando en el sector del libro, hacia dónde vamos, si acaso podemos ver luz al final del túnel. 

¿Qué querías ser de pequeña, Marta?                                       

La verdad es que aún hoy no lo sé. No tenía una vocación clara ni una inclinación definida hacia lo que hago hoy. No tenía ningún referente, ningún librero o editor entre mis parientes, aunque los libros y la lectura formaban pare del ambiente familiar. Estudié Historia del Arte y Filosofía y un año de Filología. Probé a dar clases, durante un curso, y no pude, vi que no servía, me desbordaba. Me tocaron alumnos de BUP y COU, de Filosofía y Ética. Me di cuenta de que se tiene que ser una persona muy cabal para conseguirlo y yo no me vi capaz.

Surgió la oportunidad de trabajar en librerías, y aquí sí, me dije: «este es mi sitio»;  la verdad es que me lo paso muy bien.

Empezaste en Laie.

Sí, los tres primeros años trabajé ahí. Fue donde me formé como librera. Porque yo lo que sabía era nada, los libros que leía en casa. Antonio [se refiere a Antonio Ramírez, la otra cabeza visible de La Central] también estuvo trabajando en Laie un tiempo. Al cabo, lo dejó, y lo seguí. Fue cuando montamos La Central.

Sin quererlo, me ha salido redondo porque a mí personalmente me gusta muchísimo. No deja de ser lo que queremos. Tal vez parezca que siendo más pequeños es más fácil que tenga tu sello. Pero yo espero que, incluso habiendo crecido, en lo que hacemos se note estilo propio, un gusto determinado, una manera propia de presentar el contenido; son aspectos de nuestro trabajo sobre los que hemos reflexionado mucho; no paramos de darle vueltas.

Desde el principio, teníamos bastante claros nuestros objetivos. Siempre han girado en torno a humanidades: narrativa, poesía, arte, filosofía, ciencias sociales. Y en idiomas variados: castellano, catalán, inglés, francés… Esto también. Y siempre con el criterio de calidad en la selección de los libros y siempre apoyándonos en lo que nos gusta. Pero con matices: hay libros que no nos gustan pero que entendemos que tenemos que tenerlos, pues gracias a ellos podemos tener otras joyitas.

¿Cuántas horas pasas en la librería? ¿A qué hora llegas, cuándo te vas?

Suelo llegar sobre las once. Y me voy sobre las nueve. Si no estoy en una estoy en la otra. Me gusta mucho, me lo paso muy bien. No me importa estar horas y horas. Tengo también los gabinetes de lectura, etc. Es una actividad muy intensa.

¿Una librería se define por los libros que no tiene?

Sí, totalmente. Es también la manera de definir una selección. Procuramos que los que deben estar, estén siempre, y que los que estén sea porque tienen su justificación clara, que siempre sea por algo. Preferimos equivocarnos que no aceptarlo todo por si «tal vez quién sabe».

¿Cómo es la relación con las editoriales, cómo se toman este tipo de decisiones?

De entrada, algunos que se acercan por primera vez, te preguntan: «¿Por qué no tienes mis libros?». Y tal vez la respuesta en realidad sea muy sencilla: un editor publica los textos que más le gustan y un librero vende también los libros que prefiere o, en todo caso, los que cree que preferirán sus lectores. Yo no me atrevería a decirle a un editor lo que tiene que editar y lo que no, así que, por lo general, me incomoda que me digan a mí cuáles son los libros que deben entrar en mi librería. Pero la verdad es que sí, hay veces que algunos editores se molestan… Y no deja de ser un orgullo; les gustaría estar. Ocurre que si no nos esforzamos por seleccionar con la mayor exigencia, pues La Central no tendría su carácter tan definido.  Parece de perogrullo, pero conviene recordar que cada librería tiene su propio criterio de selección, es algo que alienta la variedad, siempre tan importante.

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Me han contado que estás muy encima del fondo, muy pendiente.

Mi principal preocupación son los libros que configuran lo que llamamos el fondo, que nunca fallen. Son los que siempre nos acompañan y la razón de ser de la librería. Además, es lo que la gente más busca, lo que desde el punto de vista económico mejor funciona. Si te fijas, no damos tanta preferencia en la exposición a la novedad, al margen de las mesas principales en las que suele haber novedades, la mayoría de mesas y repisas las destinamos a los libros de toda la vida. Una cosa que nos identifica mucho, y que es muy interesante de preparar, son  mesas temáticas (por ejemplo, ahora estamos con la conmemoración de la caída del Muro de Berlín, y tenemos la librería volcada). Libros de todas las épocas. Creo que esa es la gracia, tener libros no solo de ahora, libros que te llevan a otros libros, y así conforman tu bagaje…

Abre La Central en 1996. Tampoco son tantos años, ¿no?

No quiero ni contarlos [se ríe]. Lo cierto es que en poco tiempo hemos crecido muchísimo. Eso sí. Debemos agradecer a la gente que nos ha apoyado; no son pocos los que lo han hecho desde siempre, desde el primer minuto. Tuvimos a editores, gente de la prensa, los lectores. Siempre ahí. Esto ha sido fundamental, e impecable. Cuando abrimos en Madrid igual; fuimos muy bien acogidos.

¿Es La Central lo que queríais que fuera?

Ha sido el día a día el que ha hecho que lleguemos a esto. Trabajar día a día. No es que tuviéramos un plan definido. Empezamos y, poco a poco, fuimos ampliando, sobre la marcha, según íbamos viendo. La primera fue la librería de la calle Mallorca, empezamos ampliando ese local, luego abrimos Raval y ahora, ya ves, en Callao nos encontramos.

Recuerdo que nos decían: «Duraréis un año». Bueno, hemos durado un poquito más…

¿Cuántas personas trabajan?

Casi cien. Algunas trabajan a tiempo parcial, otras por temporadas. Con seguridad, es de lo que más contenta estoy, de la gente que trabaja con nosotros. Si algo nos hace sentirnos orgullosos es haber reunido un equipo tan talentoso y entusiasta. La Central es su equipo. Evidentemente, ha ido cambiando a lo largo de los años y con algunos nos hemos entendido mejor que con otros; pero es natural…

¿Haces tú misma las entrevistas de trabajo? ¿Antonio?

Ambos. Unas veces él, otras veces yo.

¿Qué buscáis?

Tal vez lo más importante es una curiosidad y una visión amplia; no saber muchísimo de algo específico, por ejemplo, del tema particular de la tesis, y fuera de ahí, nada. Se trata de tener una cultura amplia que te permita defenderte con soltura en distintos ámbitos, sea buscando la obra de un poeta o aconsejando sobre teoría política, que sepas situar a los principales autores, los acontecimientos, las distintas corrientes literarias, etc.; que te permita incluso decir algo con sentido sobre libros que no has leído.

Suena a que sois exigentes.

Sí, la verdad que sí. Tal vez no seamos muy buenos pedagogos, demasiado impacientes a veces, queriendo que esté todo bien enseguida. Es fundamental reconocer cuál es verdadero lugar del librero; además ha de ser discreto, tiene que saber dejar a la gente su espacio para que pueda estar en la librería sin sentirse atosigada. Si alguien te necesita, entonces sí, debes estar a punto para echar una mano, si no, no.

Nuestro mayor empeño es ampliar nuestro papel como mediadores, como profesionales que acercamos los libros a los lectores. Para nosotros una herramienta fundamental es nuestro diario. Todos los libreros de La Central colaboramos con una o varias reseñas. Y es que, sobre todo, con el diario nos lo pasamos bomba. Ya hemos llegado al número diez. El mérito es de todo el equipo, escribimos todos, corregimos y maquetamos internamente.

¿Qué tiene que hacer un librero para estar al día?

Leer mucho. Esto es fundamental. Y ser capaz de dejar el libro en cuanto se da cuenta de que no vale. Porque hay mucho por leer. Cuando he llegado a la página diez y ya me doy cuenta de que no merece la pena seguir, lo dejo y continúo con otro. Tal vez me haya podido perder cosas interesantes, no digo que no… pero después de los años creo que ya sé cuándo algo merece la pena y cuándo no.

A veces, cuando los nuevos editores te explican sus proyectos, muy pronto te das cuenta de los que tienen un criterio, un hilo conductor, y comprendes que tendrán continuidad. Otras veces, enseguida te das cuenta de que el asunto no tiene calado, de que de nuevo se trata de ese ponerse sin más a editar, de esa expresión tan recurrente, «es que me gusta mucho leer», sin tener claro a dónde se dirige, por qué se hace, qué tipo de literatura se busca, a qué lectores se quiere llegar.

Parecería que todo el mundo quiere ser editor.

Sí. Ser editor es como más glamuroso. El librero es el comerciante y se le mira de otra manera, aunque cada vez somos más respetados y mejor considerados

¿Te envían textos para que los leas antes de publicarlos?

Sí, sí. Y luego se me enfadan si no los leo. Me traen para leer textos… y no siempre puedo, por una cuestión de tiempo, sobre todo. Se molestan cuando les digo que no sé si voy a poder leerlos. Pero, oiga, usted es el editor, tiene que saber usted lo que se trae entre manos. Yo soy librera.

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¿Qué va a pasar ahora con Acantilado?

Ah, personalmente echo mucho de menos a Jaume [Jaume Vallcorba]. Pero igual… seguro que la vida de la editorial no podrá continuar igual; lo que le pasaba por la cabeza a Jaume solo le pasaba a él. Aunque estoy segura de que el nuevo equipo lo hará estupendamente, siempre será diferente. Ni mejor ni peor, sino  diferente. Jaume había logrado lo más difícil: muchos lectores confiaban plenamente en su criterio, tan suyo, tan particular.

He visto muchas veces cómo una determinada editorial publicaba a cierto autor desconocido, de gran calidad, y cómo, lamentablemente, pasaba totalmente desapercibido. Si más adelante ese mismo autor era publicado por Acantilado, entonces ya sí, los lectores le prestaban atención. Esto es lo más difícil para un editor: lograr la credibilidad. Es un prejuicio, lo sé, y quizá no siempre sea justo. Pero es algo que se construye con una trayectoria. Es el caso de Acantilado, lo que propone te lo crees, te fías. Algunos editores poseen esta especie de poder de magos, una extraña capacidad para hacernos creer en sus «piruetas»: lo tienen Anagrama, Galaxia Gutenberg, Asteroide, Periférica, y tantos otros. Cada nueva generación de lectores reconoce a sus propios «editores-magos»; por ejemplo, salvando las distancias, con Blackie Books también empieza a pasar algo parecido. Cuando los lectores se dejan llevar por unas simpatías, no hay siempre razones claras, causas objetivas, pero tampoco se trata de un apego arbitrario o fruto de un día. Más bien es resultado de una trayectoria, una sucesión de aciertos, de tanteos mutuos, de complicidad honesta, de descubrir afinidades compartidas. En realidad, hay muchas veces en que no llegas bien a comprender por qué ocurre en ciertos casos sí y en otros no.

¿Te enfadas cuando ves un libro mal editado?

Sí, sí. Libros a los que les faltan capítulos, con faltas de ortografía, con referencias equivocadas. Ya no una errata, no: una idea, un proyecto echado a perder. Es una gran pena, tantos editores que descuidan el aspecto físico de sus libros; el papel, el formato, el grafismo, la portada…

Tengo un compañero que dice que para vender libros no hace falta editar bien, ¿qué te parece?

No digo que no, pero pienso que a la larga esta osadía se cae por su propio peso. Puede ser que, de entrada, puedas vender aceptablemente bien un libro determinado; ahora bien, con el transcurso del tiempo, así nunca conquistarás la confianza de los lectores. No acabarán de creer en el proyecto, se correrá la voz. Lo que decíamos antes: la confianza de los lectores se obtiene también con la forma, con los libros bien publicados, con los aspectos gráficos y tipográficos bien logrados, estables y reconocibles para los lectores. Es así como a la larga puedes vender los nuevos títulos. En cualquier caso, yo prefiero vender los libros bien editados.

Hay editoriales como Minúscula, o las del grupo Contexto, y otras de las que ya hemos hablado, que cuidan mucho el libro en todos sus aspectos. Y están ahí. Se aprecia el esmero y convencen. Es una cuestión también de respeto al lector. No es un capricho. Un libro bien editado siempre te atraerá más que uno que no esté bien hecho.

En el último informe sobre el mercado editorial que publica el gremio de editores aparece el dato de que en el 2012 iniciaron su actividad editorial un total de trescientas sesenta y ocho empresas.

Madre mía…

El mismo informe dice que solo el 55% de los españoles compró algún libro en el mismo periodo, y aquí van incluidos los libros de texto. Es contradictorio, ¿no?

Veamos. Para representar el fenómeno podríamos recurrir a la forma piramidal pero boca abajo: en la base hay un grupo de gente que lee muchísimo, y de manera muy intensa. Es un grupo exigente, muy preparado y capaz, que sabe lo que quiere, tiene sus rutas literarias, una cosa le lleva a la otra. Es un grupo, como digo, muy reducido. Y es muy importante para nosotros. Es el que nos nutre, porque es el que busca fondo, y el que está también al tanto de lo que ocurre en el mundo editorial, con un criterio propio y sólido que le permite distinguir entre lo que merece la pena y lo que no.

Luego hay un grupo más disperso de gente que lee, sí, pero no con regularidad ni de forma intensiva. Ahí tendríamos, para entendernos, a personas que leen ficción contemporánea de aquí o traducida; por decirlo así, es un grupo todoterreno. Es un sector también importante, pero más esporádico e imprevisible. No leen tanto como los de la base de la pirámide, sus lecturas son más espaciadas y más variadas. Y, finalmente, hay un público muy disperso que comprará acaso una obra al año, incluso más para regalarla que para leerla. El más llamativo y del que más se aprende es ese núcleo pequeñito, pero muy matón; los que están abajo, en la parte más estrecha.

¿Y no leen en digital?

O sí, pero combinan. Recurren a lo digital para según qué géneros, por ejemplo para trabajos académicos; o en según qué contextos, por ejemplo, para leer en el transporte público; o según con qué fines, por ejemplo, para obras de consulta, artículos… Pero ellos mismos reconocen que para sus aficiones y sus gustos más arraigados, para sus mejores momentos de lectura siguen prefiriendo el papel.

El papel ya no es solo el objeto. Es el ir a la librería, todo lo que eso supone, pasarse por aquí un buen rato, entre los libros, curioseando. A veces sé la hora que es por la gente que hay en la librería. Es todo un ritual. Al menos en esta. Van por distintas secciones: historia, filosofía, etc. Esa es la gracia.

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¿Por qué se publican tantos libros en este país, entonces? No parece que haya tantos lectores, a la vista de estos números.

Me parece que es una exageración lo que está ocurriendo. Es como dar por supuesto que todo el mundo que quiera merece publicar. Y esto que voy a decir quizá suene feo, pero es también como si se diera por hecho que todo el mundo puede escribir. Evidentemente puedes hacerlo y también publicarlo. Ahora bien, una cosa es hacerlo, y otra es proponerte hacerlo bien. Y que lo que estés ofreciendo interese y tenga un valor. Tanto valor como para que tenga sentido el fijarlo y convertirlo en un libro.

Se editan muchísimos libros. Además, ocurre que estamos dando por sentado que una editorial pequeña es buena. Y eso no siempre es así. Tan buena puede ser una editorial grande como una pequeña. Aunque el mérito de los pequeños es incontestable y siempre nos resultan más cercanos, lo importante es que lo que se publique sea interesante y esté bien editado. El tamaño no es decisivo.

Las editoriales independientes.

Independiente es quien tiene los recursos necesarios. Si esto te permite mantener los criterios propios y poder decidir a tu gusto, ¡pues bienvenido sea! Pero no siempre lo que se hace desde esa independencia está justificado.

Jorge Herralde decía en la entrevista que le hizo Ramón Lobo para esta casa que es por las nuevas tecnologías, que hacen que sea muy barato editar. Gustavo Bueno se remonta a los orígenes de la imprenta.

Claro. Ahora es muy fácil editar un libro, publicarlo. Es más económico y muy accesible. Para imprimir en digital no necesitas tampoco hacer una gran inversión. Y sí, el resultado es que hay una cierta saturación. Pero al final acaba quedando lo que de verdad merece la pena, lo que pasa una criba. Físicamente en una librería no cabe todo lo que sale. No podemos tenerlo todo. Podríamos decir que la edición digital, con las opciones que ofrece a los escritores espontáneos o diletantes, parece una gran oportunidad para el libro en papel: permite que la edición «a la ligera», por los bajos costes, se derive hacia el formato digital y el papel se reserve para los textos bien trabajados, digeridos y procesados con la paciencia que siempre necesita un buen libro.

Ahora es un momento difícil, de todas formas. El mercado del libro, todo el mundo lo dice, pasa por un momento muy malo, en lo que a ventas se refiere. ¿Qué se puede hacer para salir adelante? ¿Qué tiene que hacer un editor para que su editorial sea viable económicamente?

Ante todo hay que tener en cuenta que el del libro es un mundo en el que tampoco nunca se ha movido muchísimo dinero. Es un mercado discreto. No son las librerías comercios que generen grandes beneficios. No hay libreros millonarios. A los editores les suele venir de familia. [Risas]

Creo que por un lado ha habido un cierto interés en decir que se acaban las librerías, que se va a imponer lo digital, sobre todo por parte de ciertos medios. Pero ahora resulta que no, que no acaban de desaparecer del todo. ¿Que es una resistencia muy frágil? Sí. Lo es. Si hay un día bueno luego hay otro regular… No te puedes confiar.

Ser viable económicamente es algo relativamente sencillo. Ahora pueden trabajar apenas con dos personas, la editora o el editor y su pareja, o amigo o algún familiar. Si no pretendes vender miles de ejemplares y haces tiradas muy ajustadas, creo que perder no pierdes. Se trata de ajustar gastos. Ahora bien, el misterio de por qué un libro se vende bien y otros no se venden nada o casi nada es siempre irresoluble.

¿Hay que ilustrar los libros para que se vendan?

Temo que pueda haber una burbuja con todo este auge de los libros ilustrados. Ahora ya todo se ilustra. Pero tampoco todo está logrado. Además, puede resultar caro. Tengo la sensación de que todo se hace ilustrado, desde clásicos, libros menos clásicos… Algunos me parecen una exageración. Tal vez ahora comienza a haber ya demasiados, como si lo raro fuera no ilustrar cada libro con dibujos.

Tal vez se trata de fidelizar a un determinado público, si la venta del libro de bolsillo ha caído por el auge de lo digital. Intentar hacer libros que no sean trasladables, que se tengan que «consumir» en papel.

No estoy de acuerdo con la afirmación de que la venta del libro de bolsillo haya caído de forma generalizada. Tal vez sí ha caído lo que los americanos llaman el mass-market: las novelas populares, románticas, de misterio, de leer y tirar. Pero el libro de bolsillo bien editado y con clásicos de toda la vida… este no falla. Para nosotros sus ventas permanecen muy estables. Debolsillo, Alianza, Compactos de Anagrama, por ejemplo. No fallan.

Decía Beatriz Moura que el problema del sector es que la gente está dejando de leer. Chus Visor también decía esto mismo. ¿Estás de acuerdo?

Esto no lo podría decir. Las encuestas, en la medida en que sean fiables, muestran que España es de los pocos países europeos donde los índices de lectura han mejorado en las últimas dos décadas. Creo que se lee de manera diferente, las generaciones intermedias leen más; también muchos jóvenes.  Y no creo que vaya a cambiar. Veo que en la librería entra tanto gente mayor como joven, chavales.

Pero es una realidad que se venden menos libros. ¿A qué se debe?

En primer lugar llevamos ya unos cuantos años de crisis económica, creo que son siete, una caída muy fuerte en el consumo, en el gasto de las familias. El sector del libro, como el resto de sectores, se ha visto afectado. En segundo lugar, no todo el sector se ha visto afectado de la misma manera: han caído las compras institucionales, los supermercados han retirado libros de su oferta; me parece que es en las grandes superficies donde las ventas han caído más, o  mucho más que en las librerías. Tal vez se trate de que la gente hoy tiene más y más cosas por las que interesarse, que la competencia por su atención es cada vez más dura. Pero seguimos siendo muchos los que pensamos que pocas entre esas mil cosas superan la variedad de satisfacciones que se logran con un buen libro, sean ilustrados o no. [Risas] Y una vez que lo has probado, es difícil cambiar de opinión.

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El tono con que me hablas es optimista, no hay derrotismo.

No, claro. Es que el mundo está muy mal, y nosotros, en ese sentido, somos afortunados: tenemos todo esto —la librería— y nos podemos rodear de gente con la que se aprende un montón, hacemos cosas muy dignas… ¿Qué más quiero? Visto el panorama, los mangantes que nos rodean, la nuestra es una zona privilegiada. Me lo dicen algunos clientes: «Vengo aquí porque es un sitio donde se puede estar en calma».

¿Cuál es el papel del librero en la sociedad?

Ah, yo como librera me siento muy importante. Nosotros estamos con todos: el autor, el editor, el distribuidor, el lector. Estamos en contacto con todas las patas en las que se sustenta este sector. Y esto no tiene desperdicio, comprenderás. Todo acaba pasando por la librería. Eso es fantástico.

Aparte, creo que una población sin una red variada de librerías es muy triste. En Madrid, Barcelona, hay tantas, tan diferentes, grandes, pequeñas. Eso es fabuloso.

Han cerrado muchas. Hace nada cerró una librería emblemática de Barcelona: Catalonia.

Y han abierto otras. En el barrio de Gracia han abierto muchas librerías, y por Madrid hay algunas recientemente abiertas que ya dan mucho que hablar… eso es bueno.

¿Van prosperando?

Se mantienen. Pero es que hoy en día eso ya es algo, el poder vivir de tu trabajo, no depender de nadie.

¿No se necesita a la vez poner una cafetería dentro?

Hay algunas que solo son librerías. Algunas ya están bastante asentadas. Creo que prosperarán, sí, que pueden mantenerse en el tiempo. Ahora bien, si todo el mundo de pronto abre una librería… Ese es el peligro. La moda. En Nueva York y Berlín se ha dado mucho, un tipo de librería más tradicional, librería de barrio regentada por una sola persona. Se está imponiendo aquí, y creo que sitio para algunas que corresponden a este modelo sí que hay.

Ocurre que el tema inmobiliario ha hecho estragos. Competir con tiendas de ropa por un alquiler no es viable para determinados comercios, como lo son las librerías. Son precios inasequibles, por algunos locales se  piden cantidades desorbitadas que tan solo pueden asumir las franquicias de moda. Y esto ha hecho mucho daño a la vida de nuestras ciudades.

El margen que se lleva una librería por la venta de un libro no es nada despreciable, está en torno al 30/35%. Hay grandes compañías que incluso se llevan más, se puede llegar hasta el 45%.

Sí, la media será el 35%. Pero en otros sectores hay más margen. En ropa, por ejemplo, es espectacular.

El librero, dentro de lo que es toda la cadena, se lleva un porcentaje nada desdeñable.

No es que se lo «lleve el librero»: debe asumir los costes de funcionamiento de su negocio, el alquiler, el personal, etc. Raramente, ni en los mejores momentos, los beneficios de una librería superan el 2 o 3% de su facturación.

En vuestro caso habéis hecho una fuerte inversión en el espacio, en las librerías de Barcelona, tanto en la del Raval como en la de la calle Mallorca. Son sitios muy acogedores, están muy pensados los interiores, el mobiliario. En la de Callao, aquí en Madrid, igual. Para esta contasteis ya con capital de fuera, el grupo editorial italiano Feltrinelli. ¿Cómo es que entre alguien de fuera en un negocio tan personal como este?

Con Feltrinelli mantenemos una amistad muy sólida y una simpatía mutua. Carlo Feltrinelli tiene mucho interés personal y profesional por España y los países de ámbito hispano. Así que el acuerdo entre ambos ha sido muy plácido: ellos pusieron una parte del capital con el que pudimos abrir Callao pero justo con el propósito de que nosotros continuáramos trabajando a nuestra manera. No intervienen en el día a día y sí nos respaldan. Seguimos siendo independientes en nuestra manera de hacer las cosas, siguiendo nuestro criterio. Y es lo que a ellos más les interesa.

Aquí en Madrid editores, lectores… todo el mundo nos ha acogido muy bien. Ha sido fantástico. Estamos muy a gusto. Llevamos poquito, en realidad, no llega a tres años.

Y al lado de la FNAC.

Sí, y creo que no es malo, al contrario. A los lectores les gusta ir un día a un sitio, otro a otro. Para muchos, visitar librerías es seguir un circuito que cuantas más paradas tenga mejor.

Me parece que todos tenemos ahora una sola competencia. No lo citaré, pero comienza por A., y se reconoce porque pretende quedarse con todo y sin pagar impuestos. Así que el resto vamos todos a una. Si a unos nos va bien a los otros también. Creo que esto es importante: que nos pueda ir bien a todos. Lo que nos dará estabilidad y seguridad es que haya un tejido cuanto más denso mejor. Bien es cierto que Madrid y Barcelona son ciudades grandes. Quizás en ciudades más pequeñas resulte más difícil. Pero aquí creo que hay para todos. Bastante frágil está todo ahora como para que entre nosotros no nos llevemos bien.

Los libros los vendes uno a uno. Digo frágil en este sentido. No es poner una pila de libros y que desaparezca sola. Eso pasa con Marías y con pocos más… El resto hay que trabajarlo: «Pongo este al lado de este otro que me gustó…». Pensar al detalle.

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Los editores de Nevsky nos decían que es más complicado vender los libros escritos por mujeres, en general.

A mí me cuesta pensar en esos términos. No por nada… es que no lo veo.

Fabio de la Flor, editor de Delirio, decía aquí que los hombres se ofrecen para escribir y las mujeres para trabajar. ¿Por qué a las mujeres les cuesta tanto y a los hombres tan poco ponerse a escribir?

Tal vez porque las mujeres tenemos más cosas que hacer.

Mira, por ejemplo, en los gabinetes de lectura que hacemos siempre son mayoría mujeres. Suelen ser personas que están haciendo siempre un montón de cosas. A los hombres les veo más pendientes de su trabajo, y poco más. Las mujeres, sin embargo, están constantemente moviéndose, su trabajo, su familia, sus actividades. No paran. Supongo que es porque siempre han tenido que esforzarse especialmente para llegar a más. Tal vez lo hacemos, escribimos, pero nos cuesta más mostrarlo. En este sentido, entiendo que no es tanto si se hace o no, sino cómo se esparce.

Y volviendo a si venden más que los hombres, creo que las mujeres compran de todo, sin distinción de sexo. Y los hombres no: compran más a hombres que a mujeres… Pero no lo sé, no me he parado a pensar en esto mucho.

Editoras hay un montón. Y agentes.

¿Tal vez sea que las mujeres han ido asumiendo roles masculinos sin ser capaces a la vez de desprenderse de las obligaciones que tradicionalmente tenían asignadas?

Exacto. No tenemos reparos a la hora de cargarnos de trabajo.

¿Qué opinas de la guerra Hachette vs. Amazon?

Les deseo la mejor de las suertes… Pero, vaya, me parece que la posición de Amazon roza el chantaje. «Si no haces esto no expongo tus libros». Ahora Amazon tiene tanto poder que se siente seguro de poder imponer las reglas de juego, para todos, y es algo que no puede traer consecuencias positivas para el conjunto, para los lectores. Una empresa global que pretende suplantar a toda la cadena: desplazar a otros vendedores de libros, suplantar a los editores, prescindir de los agentes. Eliminar a todos los intermediarios. Es un propósito sobre todo destructivo; una cosa, en mi opinión, es que montes tu negocio para que te vaya bien; otra, distinta, es que lo montes pensando en cómo deshacerte de los demás. No pueden estas prácticas ser buenas ni para el que las hace ni para los demás. Y creo que esto no será bueno para nadie. Además, todos deberíamos trabajar en igualdad de condiciones, es decir, pagar impuestos como se nos exige a todos.

No usas como Marta Ramoneda las redes sociales.

No. Es La Central.

¿Qué te parece que se tomen decisiones editoriales (publicar a alguien) teniendo en cuenta sobre todo los seguidores que se tienen en Facebook o Twitter? ¿Se tiende a confundir al lector con el seguidor?

Sí, eso crea confusión, claro. Una cosa es que te lean un comentario, una frase graciosa. De ahí a que luego vaya esa misma gente a la librería hay un trecho. Que seas muy simpático o gracioso no quiere decir que tu libro vaya a funcionar. Son registros distintos y creo que es un error equipararlos.

Por otro lado, cuando veo a alguien con una presencia insistente, muy participativo, me pregunto cuándo se forma, cuándo lee, cuándo pule lo que escribe. Esto creo que está empezando a hacer algo de mella. Es una ficción esta, la que se crea en torno a los seguidores.

También es cierto que por parte de los libreros, por nuestra parte, ha habido un poco de dejadez. A veces no estás preocupado por las cosas nuevas. Es un sector que se ha quedado apalancado. Incluso, en cierta época, algo casposo… Y creo que tanto el hecho de que haya editoriales nuevas como librerías, modelos diferentes, ha hecho que se espabile un poco todo el mundo.

Luego está el tema de la inmediatez, que creo que no es buena. Hay que reflexionar sobre lo que se está haciendo. No se puede demostrar todo de una vez y luego pasar a otra cosa y así, sin detenerse a pensar en nada.

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Háblame sobre La Maleta de Portbou. Tiene una reputación envidiable, todo el mundo habla maravillas de esta publicación. Tú intervienes.

La dirige Josep Ramoneda, mi hermano. Lo edita Galaxia Gutenberg. Es una idea que tenía él desde siempre. Una vez que dejó el CCCB, que le acaparaba todo su tiempo, se sintió casi liberado, más contento que nunca y muy dispuesto. Y consiguió socios que le financiaran. Nosotros ahí estamos como asesores, más que nada, y para criticarle un poquillo, claro. Es un proyecto muy suyo, muy personal. El contenido es de reflexión humanística, incluyendo el ámbito artístico, científico y económico. También teníamos muy claro que el diseño debía estar muy cuidado, que fuera agradable y atractivo.

Hemos llegado al número ocho y acabamos de cumplir el primer aniversario. Y podemos estar contentos.

¿Cómo se promociona una publicación como La Maleta?

Esto sí es importante. Yo le dije que no dejara de ir a ningún sitio, por pequeña que fuera una librería, que no se centrara solo en las grandes ciudades. Cervantes en Oviedo, por ejemplo, la presentó. Se lo pasaron genial, acudió mucha gente. También en Auzolan, Pamplona. Y esto es lo que hace que un proyecto de este tipo se vaya asentando.

Es decir, sirven las presentaciones de libros. Hemos hablado de esto en alguna ocasión,  aquí, con Jekyll&Jill, por ejemplo.

Las presentaciones de libros son algo diferente… Ya no te sabría decir. Las presentaciones son sobre todo un acto social; si el presentado tiene familia, es decir, si acompañan al autor, la madre, la familia, los amigos… entonces parece que el asunto funciona. Por lo demás, nadie te garantiza nada. Muchas presentaciones son una oportunidad para mostrar el agradecimiento del autor a sus amigos y para sus amigos, el cariño, la solidaridad, hacia el autor, así siempre funciona. Excepto en los casos donde el  autor es muy conocido o su presencia en la ciudad muy poco frecuente.

Hace poco hemos tenido aquí en Callao actos con muchísimo público y no solo por eso nos han dejado muy buen sabor de boca: uno con Edgar Keret y otro con Yasmina Kadra. Sobre todo fue el interés que despertaban ellos, su posición en el momento actual, han sido los dos actos muy emocionantes, por la actitud del público y por el contenido mismo.

En el caso de las actividades de La Maleta, la verdad es que no se trata de presentaciones al uso, como eventos sociales. Josep reúne a intelectuales que tienen cosas que explicar y las intervenciones y la discusión suelen ser por sí mismas muy interesantes. Eso a la gente le gusta. Por eso han funcionado bien. No es presentar un libro y ya está. Es algo diferente. Es enriquecedor.

¿Qué te gusta  hacer en tu tiempo libre, aparte de leer?

Me gusta mucho andar. Por donde sea, la ciudad, el campo. Salir a andar. Correr no. También me gusta mucho la música. La música antigua y la época de la Velvet. Viajar. Pero viajar a sitios que conozca un poquito por referencias librescas, a sitios sobre los que he leído… Y comer. Cocinar no, porque soy muy impaciente.

Haznos alguna recomendación de librera.

Ahora ha salido un libro que me ha gustado muchísimo, Días felices en el infierno de György Faludy. Lo han coeditado Pepitas de Calabaza y Fulgencio Pimentel. Es un libro precioso. Han aprovechado un cartel soviético y lo han compuesto a su manera… Les ha quedado genial. Son las memorias de un poeta húngaro que estuvo deportado en un campo de concentración, tras una vida apasionante entre París, Marruecos y EE. UU., pero una vida terrible, al fin y al cabo. En cambio, lo vas leyendo, y es como un libro de aventuras, con una gran ironía y humanismo. Es trepidante; a la vez que te está contando peripecias, descubrimos a una persona cultísima. Puede recordar un poco al Limonov de Carrère, pero el personaje no es tan turbio. Lo recomiendo encarecidamente. Y no tiene dibujos [Se ríe].

Otro libro que está muy bien, que da para mucho es Andar, de Frédéric Gros. Es filosofía, pero de trato asequible. Otro que me ha gustado es la edición que Trotta acaba de publicar con una selección de ensayos sobre literatura de Hannah ArendtMás allá de la filosofía.

Personalmente, lo que más ilusión me hace es que al parecer los clásicos no decaen: Dante, las sagas artúricas, los trágicos griegos… Raro es el día que no se vende Los ensayos de Montaigne.

Dejo que acabes como tú quieras.

Creo que hoy es importante que los libreros valoremos nuestro trabajo, que pongamos de relieve su importancia. A veces hay quien te dice «¿Y para ser librero tienes que ser licenciado?». Pues sí. No es tanto el título como el haber estudiado. Durante mucho tiempo el oficio de librero no ha estado valorado. Y debemos empezar, en mi opinión, por valorarlo nosotros mismos antes. Para nosotros es el objetivo diario de La Central, está detrás de iniciativas como el o los gabinetes, los cursos, los talleres, y otras muchas actividades que organizamos aquí, y que también se hacen en otras librerías; me parece que  así podremos conseguirlo.

Valorar las librerías es valorar a los lectores. Eso es lo que yo intento aquí. Es lo fundamental.

 Marta Ramoneda para Jot Down 7

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387 Comentarios

  1. La cita de Bolaño no se extrae de una novela, sino del libro «Entre paréntesis», recopilación de textos heterogéneos.

  2. Pingback: Marta Ramoneda: «El editor publica los textos que más le gustan; el librero vende los libros que prefiere» | EVS NOTÍCIAS.

  3. Enhorabuena por la entrevista. Excelente contenido.

  4. Todo eso está muy bien, pero me encantaría que hablara también de la política anti sindical que existe en La Central, que ya ha costado el trabajo a varias personas al intentar montar secciones sindicales o al pedir convocatoria de elecciones.

    Lamentable que la imagen «progre» se quede en puro márketing. Pero el mercadeo con la cultura es lo que tiene.

    Y lo he vivído en mis propias carnes…

    • Soy trabajador de La Central y quería añadir (siempre a título personal) un par de comentarios para actualizar algunos temas:

      Desde 2015 y debido al impacto de esta entrevista, existen en la empresa representantes de los trabajadores electos que representan a varias asambleas de trabajadores tanto en en Barcelona como en Madrid y se reúnen periódicamente con la dirección.
      Probablemente esto no habría sido posible sin las denuncias y muestras de apoyo recibidas a partir de la publicación de esta entrevista.

      Hemos aprendido mucho en este año y medio sobre cómo organizarnos y trabajar todos juntos en mejorar nuestra situación y gracias a eso nos conocemos mejor y hemos alcanzado muchos logros, no ha sido fácil y todavía tenemos mucho por lo que luchar.

      Recomiendo a todos los trabajadores culturales o no que no tengan miedo, que hagan asambleas, se organicen y busquen amparo legal porque existe, se disponen de herramientas para ello y hay que utilizarlas. No hace falta llevar un mono azul para luchar por mejorar tus derechos.

      Nosotros vamos a seguir haciéndolo de manera organizada por nuestros derechos y los de todos nuestros compañeros también en otras librerías y comercios.

      Gracias a todos, amigos, lectores y compañeros. Aquí seguiremos.

  5. entrevista de la librera de La Central muy interesante

  6. Menciono a los malos pero no les doy nombre. ¡Que la mano invisible del mercado nos proteja!

  7. Totalmente de acuerdo con el comentario de Luis. Cualquiera que haya conocido a alguien que trabaje o haya trabajado en La Central sabe las lamentables condiciones laborales que impone a sus empleados: salarios miserables, horarios infames, además de un trato denigrante por parte del jefazo, el tal Ramírez. Estaría bien que de vez en cuando JotDown rascase un poco en los fenómenos tan extrañamente exitosos de modelos como el de La Central, en vez de publicar relatos tan ,progremente’ edulcorados.

    • Ahora entiendo porque siempre estan de tan mala leche…

      • Lo que explicaría el «me la suda olímpicamente» que percibí en el servicio de atención al cliente de mi primer y último intento de compra via web.

  8. ¿Por qué censuran un comentario en el que critico el lamentable trato que La Central dispensa a sus trabajadores¿

  9. Sería importante que se aclarase la cuestión de las condiciones laborales de «La Central». Compro habitualmente en esta librería y estoy harto de negreros.

    • Yo no compro habitualmente pero me gustaría saberlo porque la honestidad de un sitio al final solo se ve a través de la realidad laboral de sus trabajadores. Al igual que tú, estoy cansada de esa falsa «progresía» que vive de vender lo que no practica, por no hablar de los masajes periodísticos y panegíricos disfrazados de reportaje que reproducen la opinión del director del centro. Con esto no me refiero a Raquel Blanco cuyas entrevistas y artículos aprecio enormemente. Pero en esta España del siglo XXI, la única forma de conocer la «realidad» de una empresa o institución es a través de las condiciones laborales de la mayoría de sus empleados. Todo lo demás es humo.

  10. Con Feltrinelli mantenemos una amistad muy sólida y una simpatía mutua. Carlo Feltrinelli tiene mucho interés personal y profesional por España y los países de ámbito hispano. Así que el acuerdo entre ambos ha sido muy plácido: ellos pusieron una parte del capital con el que pudimos abrir Callao pero justo con el propósito de que nosotros continuáramos trabajando a nuestra manera. No intervienen en el día a día y sí nos respaldan.

    …quizás aquí resida el quid de la cuestión… yo no me meto en tu línea comercial, pero a mí me dejas el pastoreo de los beneficios… así a los trabajadores los estabula mi menda, con mis acreditados métodos de sumisión a mayor gloria de la cuenta de resultados

    • Según yo sé, así fue. Con la compra de Feltrinelli cambiaron las condiciones laborales. Ahora, el ogro del Antonio Ramírez este no lo hizo Feltrinelli, ya venía así de su alta cuna.

  11. «Me parece que todos tenemos ahora una sola competencia. No lo citaré, pero comienza por A., y se reconoce porque pretende quedarse con todo y sin pagar impuestos.»
    No es necesaria la cita. Está clara la respuesta:
    A…mazon.
    De nada.

  12. M. Stirner

    Leo «El margen que se lleva una librería por la venta de un libro no es nada despreciable, está en torno al 30/35%….»
    ¿Perdón? He sido librero. En dos ocasiones, a lo largo de mi vida. Esa afirmación es absolutamente falsa, pienso que merece una rectificación o una explicación.

    • Creo que está claro, son los márgenes con los que juegan las grandes librerías, esas mismas que reclaman igualdad de oportunidades. Es su realidad y dudo tanto que rectifiquen lo dicho como que traten de cambiarla.
      Salud :)

    • Romeruica

      Soy editor y así es. Solo hacemos albaranes al 30%. Un saludo

  13. A mí el criterio editorial de La Central me parece cuidado e inteligente . Por lo demás me sumo a la petición de explicaciones sobre sus condiciones laborales para pensar si seguir comprando allí.

    De Feltrinelli conozco sus librerías en Italia que son una maravilla.

  14. Salvador Ruiz de Züazu

    Soy cliente asiduo tanto de Jotdown como de La Central. Y hasta hoy, he recomendado ambos canales culturales a mucha gente. Si es cierto que existe explotación laboral en las librerías de La Central, esta entrevista no estaría completa, y unos cuantos dejaríamos de comprar allí. No estaría nada mal que la propia gerencia de la librería se explicara.

  15. David Condis

    Al igual que Salvador espero que la gerencia de «La Central» se explique sobre estas acusaciones. Obviamente, Jotdown tiene la obligación profesional de intentar obtener una respuesta y dar cumplida información sobre las gestiones realizadas. Mirar hacia otro lado sería una muy triste opción.
    Sin perjuicio de ello, intentaré hacer averiguaciones.

  16. Luis Felipe Pérez

    Me sumo a la petición realiza por varios lectores mas, sobre que la entrevistada de explicaciones sobre la política laboral en La Central.

  17. Sebastián Lechuga

    Ya no son los sueldos ni los horarios, que aceptas al entrar a trabajar allí, es el trato directo que reciben los empleados: se les asusta, se les niegan derechos y se les falta al respeto. Una dirección de empresa despreciable que se esmera en vender una imagen falsa. Lo malo es que lo consiguen. Mal Jot Down.

  18. María Llopis

    Todo lo dicho sobre el trato a los trabajadores se queda muuuuy corto. Es un secreto a voces que en La Central se humilla y denigra a los trabajadores de una forma muy habilidosa. Progres de salón. Los sueldos y los horarios no son peores que en otras librerías, pero el maltrato psicológico a los trabajadores está a la orden del día. Conocimiento de primera mano.

  19. Elena González

    Suscribo los comentarios que estoy leyendo.
    La Central es una de mis librerías favoritas en Madrid.
    A veces aprovecho para desayunara allí cuando estoy de compras por el centro.
    Y por supuesto subo las escaleras, curioseo entre su cuidada propuesta de libros, y compro.
    Me gustaría que aclararan lo de las condiciones laborales.
    Si explotan a sus trabajadores, que no cuenten conmigo.
    Cerca de la Central está Fnac, la Casa del Libro, o La Buena Vida (Calle Vergara), que tienen una oferta igualmente interesante.

    • Elena, yo quiero explicaciones sobre el trato laboral a sus trabajadores. La Central es una de mis librerías de referencia y, en caso de confirmarse, dejaría de serlo.

      Sin embargo, poner a FNAC y La Casa del Libro como alternativas es un garrafal error, puesto que explotan y denigran a sus trabajadores igualmente. Para más referencias, te recomiendo que busques más información en internet sobre un tema que también ha sido publicado en medios informativos.

      Lamentablemente, no es fácil encontrar alternativas éticamente solventes en un sector tan presionado por gigantes sin escrúpulos como el que empieza por A, pero seguro que lo logramos.

      Feliz 2015,
      Luis

      • Lo de fnac explota a sus trabajadores es falso, los horarios se respetan al milimetro, los sueldos y subidas salariales van segun convecio de grandes almacenes, todo trabajador tiene dos dias de descanso a la semana y no pueden superar jornadas laborales de mas de 9 horas. Lo ocurrido en el último Sant Jordi fue la mayor farsa por parte de un sindicato que ha montado nunca con el apoyo de medios de comunicación que ninguno les dio por contrastar la información. La huelga la secundaron 7 trabajadores de 250 en plantillas solo de Triangle, del resto de tiendas de bcn ninguno, para hacer ruido cgt llamó a simpatizantes de su lucha del sector de la metalurgica y del transporte. Os ruego por favor un poco de sensatez en este tipo de acusaciones porque son graves. Con la central lo mismo, si tan malas condiciones hubiera, que no lo creo, muchos y muchas no llevarian el tiempo que llevan trabajando.

        • El verdadero golpe en la FNAC ocurrió el año pasado por la eliminación del pago de los domingos y festivos y que el sindicato no peleó. Este año la lucha era mucho menos valiosa porque se trataba del copago del seguro privado que finalmente un juez revocó http://economia.elpais.com/economia/2014/07/21/actualidad/1405944340_509866.html Por eso no fue apoyada por los trabajadores, ya que lo más importante ya se había perdido el año pasado.

          En ambos casos los trabajadores, al verse modificado su contrato sustancialmente, podían no aceptar estos cambios y abandonar la empresa con la correspondiente indemnización.

        • FNAC explota, como hace toda empresa englobada en ANGED. Cobrar 7,75 Euros por hora, con prorrateo de pagas extras, trabajando en domingos y festivos, con horarios irregulares (te lo hacen firmar en el propio contrato), con despidos por coger la baja laboral (corroborado por un Inspector de Trabajo, oiga), etc, etc, etc…

      • Elena González

        Bueno, cité las librerías más próximas.
        no estoy informada sobre las condiciones de los trabajadores en Fnac y la Casa del libro.
        Es verdad que desde que ha salido el tema de la Central, lo he visto en más sitios…una pena.
        A mí me gustan los libros en papel.

        • Por suerte o por desgracia, he trabajado tanto en La Central como l’FNAC y La Casa del Libro. De las tres, sin duda el mejor trato fué en La Casa del Libro; por lo menos en su sucursal del Paseo de Gracia de Barcelona se trataba bien a los trabajadores, su sueldo seguía la norma de todas las librerías (esos 7,75€/h que dcían por allí +o-) y las horas extra, los días festivos y los inventarios se pagaban francamente bien (¡incluso daban panera y había cena de empresa al llegar la navidad!); aunque debo confesar fué hace mucho tiempo y dicen que las cosas ya no siguen igual. En l’FNAC, marché cuando hubo el cambio de convenio, así que no sé como irá la cosa ahora mismo; pero para que os hagáis una idea, en su momento contaban las horas de trabajo que se perdían a lo largo del año por causa de los días festivos y te las hacían recuperar distribuyéndolas en «minutos extra» la jornada del sábado (cuando plegue hacíamos unos 20 minutos extra cada sábado a causa de ello). Finalmente, de La Central, a nivel palpable (estuve poco tiempo) lo único que puedo decir es que es la que peor pagaba de todas, no teniendo en cuenta si se trabajaba domingo, festivo o lo que hiciera falta; a nivel psicológico, no diré que era la peor porque l’FNAC también tenía lo suyo, pero digamos que dejaba mucho que desear.

  20. Luis Felipe Pérez

    Sra. Marta Ramoneda, es obvio que està leyendo estos comentarios pero no se digna a contestar.
    De hecho al no contestar ya está diciendo mucho, para mi ya es suficiente.

  21. Jerôme De Petard

    pas gauche, pas divine…
    La clientela de la Central volem explicacions.

  22. Otro tema interesante es qué pasó con la base de datos de Laie.

  23. David Condis

    Pues para Año Nuevo, entre propósitos nuevos, tengo cerca de casa la «Lliberia La Ploma», especializada en África y, cómo no, la Laie. Y ya puestos me paso también por la Casa del Libro. Puestos a pagar a seres injustos mejor hacerlo a aquellos que, por lo menos, no van como iconos de la justuicia social. Muy mal Marta.

  24. ex trabajadora de La Central

    Mi primera intención fue la de no participar activamente en este foro de comentarios, pero he sentido más que la oportunidad, la obligación moral de compartir mi opinión por ser una opinión de primera mano. Sí, han ocurrido y me consta que ocurren cosas muy graves. El maltrato psicológico a algunos de los trabajadores es un hecho, junto con abusos de poder, incumplimiento de la normativa laboral, robo de horas a los trabajadores. El mobbing es la causa del bajo índice de despidos dentro de esta empresa. Se le hace la vida imposible a un trabajador hasta que este no puede más y decide marcharse, sin paro, sin indemnización, sin nada.
    Paralelamente, se han ido ‘apropiando’ (aunque la responsabilidad es colectiva) de una serie de autores críticos con el sistema. No me cabe duda de que también ellos (Marta y Antonio) se perciben a sí mismos como críticos. Es curioso cómo han conseguido hacer un trabajo de neutralización tan perfecto. Aunque parece que no lo es tanto y que al final a todos se nos puede caer la máscara.
    Me alegra mucho ver que los clientes de La Central son igual de sensibles a los buenos libros que a las condiciones laborales de los empleados.

    • Me quedo pasmado con tus acusaciones, soy cliente habitual de la central (y voy a seguir siéndolo, por la apuesta tan arriesgada que han hecho de crear una librería de un contenido muy cuidado y fomentar la cultura con talleres, cursos…) lo único que dices en tus acusaciones son cosas inconcretas, todo humo, tu retaíla me suena mas a resentimiento que a una verdadera opresión.
      También me indigna ver la reacción de los lectores de esta entrevista, si de verdad sois usuarios de la central y teneis dudas, nada mas fácil que preguntar a los propios trabajadores. Por mi parte recomiendo a todo el mundo La Central de Callao (porque es la única que conozco).

      • Lo que se cuenta es verdad, en el 2004 ya habían las mismas acusaciones, viene de hace tiempo!!!muchos de sus empleados se marchaban a otras librerías cansados del maltrato, yo coincidí con varios de ellos. Hoy en día si te vas a la calle no encuentras trabajo, supongo que los empleados aguantan lo que sea…

        • Pasmado, no te quedes tan «pasmado»: yo mismo, en tan solo tres semanas, tuve suficiente para sufrir de primera mano todo cuanto se cuenta aquí. Conozco hasta cuatro personas que trabajan o han trabajado, y los testimonios coinciden con las denúncias que se vierten en este foro.

          • ¿Coincide también el de la que se queja porque en sus horas de trabajo no la dejan tuitear con las amigas? no puedo saber lo que ocurre dentro de la libreria, pero en este foro huelo un poco a gandul.

  25. Luis Felipe Pérez

    Por cierto, me gustaría destacar la total libertad de Jot Down para expresar libremente y con respeto nuestra opinión. Saludos.

  26. David Condis

    Gracias por la información. Escribiré sobre ello. Siento vergüenza por haberme creído el discurso de «La Central». Creo que se van esclareciendo las cosas. Gracias de nuevo, aunque Jot Down debería dar respuesta a nuestras inquietudes.

  27. Yo a esta que esta señora no responda a todos los comentarios aquí vertidos sobre las deplorables condiciones de trabajo a la que presuntamente somete a sus empleados, no pienso comprar un libro más en La Central.

  28. Yo trabajé cinco años en La Central, antes de la crisis, por suerte pude irme. Sufrí coarción psicológica de la jefa y coarción psicológica y violenta de parte del jefe. Pensé que nunca encontraría un lugar donde explicarlo, por suerte jot down da esta oportunidad. A los clientes ingenuos que esperan explicaciones de Marta respecto al trato recibido a los trabajadores, no sean tan ingenuos. Cuando son tantos los comentarios en contra de una empresa, no debe haber dudas. Yo hace más de cinco años que no piso la Central, y la cultura sigue, tú!

  29. Gracias por la información de primera mano, ex trabajadora.

    Deberían seguir apareciendo testimonios que expongan cuáles son las condiciones laborales y el trato que reciben los trabajadores de La Central. Nadie de la librería va a salir a desmentir lo ha contado, sencillamente porque es absolutamente cierto.

    Yo hace tiempo que no compro en ese cortijo de la ‘divine gauche’.

  30. Beatriz Carrasco

    Llevo años oyendo de primera mano hablar del trato que en La Central reciben sus trabajadores en Madrid, primero en la del Reina Sofía y ahora en la de Callao. Yo hace años que no compro allí después de saber las vejaciones que sus trabajadores padecen, la inestabilidad absoluta, el pago en libros por actividades como el club de lectura, o la arbitrariedad en el disfrute de sus vacaciones. Casi prefiero la caspa clásica del empresario español que no reviste la explotación que defiende con bonitas palabras, que la pose de estos señores.

  31. exlibrera

    Déjense todos de postureos y, si quieren comprar a libreros de verdad, vayan a las librerías pequeñas, a las que no se casan con nadie. Seguramente tienen una en su barrio…

  32. librero apaleado

    Si mal no recuerdo La Central abre con la base de datos que su gerente robó a Laie.

    • Recuerdas bien, ademas es Maribel quien se pasó unos meses picando todos los isbn, titulos, autores… Y al cabo de los años, el tal gerente la hechó de mala manera. Ella salió por patas y diciendo a voces que este hombre es un GRAN ESTAFADOR (al principio era socia a partes iguales).

  33. ex trabajador

    como ex trabajador doy fe de los comentarios anteriores. El jefe, Antonio, siempre me presionó para cumplir horas extras no remuneradas o realizar horarios inflados (lo de los honorarios era otro tema, pagaba diferente a cada trabajador, siempre mal y provocando una competencia innecesaria entre nosotros). Todo esto nos lo pedía porque teníamos que hacer un esfuerzo para sacar adelante una librería tan especial (y mientras tanto, con el dinero que nos birlaba, se hartó a abrir sedes nuevas como Reina Sofia, Callao, Macba,…)

  34. Ex trabajador

    Mi experiencia en La Central fue decepcionante; Antonio Ramírez es un ser despótico, intratable, áspero, rudo. Las condiciones laborables no son modelo de nada, ni tienen nada que ver con el buen hacer con el que se llenan la boca en las entrevistas; la arbitrariedad con la que te tratan como trabajador es inaudita. Son buenos libreros, pero pésimas personas

  35. ex trabajador

    (A continuación, el mail de despedida de una persona que «se fue» de La Central)

    Compañer@s:
    >
    > Algún día tenía que llegar este día. Lástima que haya tenido que ser de
    > esta manera. Sé que muchos de vosotros sabéis a qué me refiero con “de
    > esta manera” (han sido ya tantas las personas que han salido así por la
    > puerta de atrás… ¿no?). Me marcho porque uno, al fin y al cabo, tiene unos
    > principios y tiene que aprender a vivir respetándolos. No voy a decir que
    > no me siento mal, he de ser sincero con vosotros, después de casi cuatro
    > años dándolo todo aquí, invitarte a salir de esta manera es penoso y
    > miserable. Pero qué se puede esperar de la clase dominante, al final ellos
    > tienen el poder y tú, en este sentido y sólo en este sentido, eres un cero
    > a la izquierda. Por muchos años, esfuerzo y compromiso que hayas
    > depositado. Tengo la seguridad de haber tomado la decisión correcta. En
    > esta empresa estaba aprendiendo valores que no iban conmigo. No sé, la
    > frivolidad, la doble moral, el hacer aquí no ha pasado nada, el trato
    > altivo y pedante hacia las personas… Y luego por ejemplo toda esta
    > mierda de La Maleta, la nueva revista de pensamiento crítico*… No sé, toda
    > esta hipocresía. Pensamiento crítico, humanidades, emancipación,
    > izquierdas… ¡Pero si son unos pijos! ¡La Maleta está llena de dinero!
    > ¡Pobre Benjamin! Eso es lo más triste de todo, de verdad, ese sentimiento
    > de a qué clase de personas estoy vendiendo mi tiempo y mi trabajo.

    (A continuación, la respuesta de la entrevistada en envío masivo a todos los trabajadores de la librería. He eliminado nombres propios por respetar anonimatos)

    A tota LaCentral

    Com que m’he quedat força desconcertada, us agrairé que si algú opina com (****), m’ho digui amb tota franquesa.

    Como me he quedado bastante desconcertada, os agradeceré que si alguien
    opina lo mismo que (****), me lo diga con total franqueza.

    …..

    Ustedes están pidiendo explicaciones a Marta y a la gerencia de la empresa. No es su estilo dar la cara. Prefieren mangonear a sus esbirros para no ensuciarse las manos. Para el caso que nos ocupa, quizás estén preparando un patético spot en el que algunos de sus trabajadores se presten a hacerles la camarilla en defensa del honor de la empresa y de una irrisoria mejora de condiciones.
    En efecto, a nivel de rrhh se lo han currado, es un equipo tan bien formado como insolidario. Y lo peor, formalmente hay un comité de empresa pero ningún trabajador está al tanto. Esa es la razón por la que niegan a la mayor parte de sus trabajadores la posibilidad de participar en acciones formativas para trabaadores bonificadas por el Estado: La hoja de inscripción de los cursos incluye la identificación y firma de los representantes de los trabajadores.

  36. Pingback: Filmoteca para una crisis, 13: la crisis de la musculatura: El ultimátum de Bourne y Locos por el oro | DE LA HABANA HA VENIDO UN BARCO CARGADO DE...

  37. Sí, todo lo que dicen mis excompañeros es cierto. Lo más suave que se puede decir de Antonio Ramírez es que es un déspota o un prepotente. La Central es una excelente librería, pero se levanta sobre una gran hipocresía y cierta falta de respeto hacia sus trabajadores y su labor.

  38. Otra más

    Antonio y Marta crean un ambiente de trabajo asfixiante, donde se sospecha, se desconfía y se presiona, de forma gratuita y obsesiva, al trabajador. A veces consiguiendo hacer verdadero daño. Felicitan poco, y deberían hacerlo más porque sin el pedazo de equipo que tienen y han tenido, La Central no sería lo que es. Si todos los extrabajadores, que son cientos, hablaran…

  39. Era de esperar. No se puede ir acumulando cadáveres en el armario durante tanto tiempo sin que al final la puerta se te venga encima.
    Y sabéis qué, que me siento feliz de ver que, aunque sea de esta manera, todos esos muertos nos hemos levantado para señalaros como lo que sois; unos déspotas que de manera sistemática amenazan al trabajador con el despido ante la mínima petición de mejora, unos hipócritas que hacia fuera se llenan la boca de supuestos valores y que de puertas para dentro hacen malabares con los derechos de los empleados. Eso entre otras muchas cosas que me callo.
    Gracias Jot Down por darnos voz.

  40. ex-trabajador de la Central

    No seáis tan duros con Marta Ramoneda, hay cosas en las que tiene razón : 1 )que tienen un equipo de trabajadores talentosos y entusiasta ( al que ella y Antonio Ramírez se encargan personalmente de ir destrozando poco a poco hasta que consiguen que se vayan de la empresa ). Eso hice yo y desde entonces soy feliz.
    2) Las entrevistas las hacen los dos, y de los despidos se encargan los dos también, por razones tan profesionales como «No me gusta la cara que tiene X. Despídela «.
    3) Se pasa muchas horas en la librería, para desgracia de los que trabajamos en Barcelona.
    4) La Central no es nuestro «equipo» y no nos lo pasamos «bomba»,de hecho la gente no quiere ni ir a las cenas de Navidad por no ver a estos dos impresentables. Marta es la persona más falsa que he conocido en mi vida.
    Este momento iba a llegar, gracias, Jot Down. Espero que esto llegue a más medios de comunicación para seguir quitándoles la careta a estos sinverguenzas y explotadores que cometen toda serie de irregularidades laborales y morales.
    Muchas gracias

    • ex trabajadora nº 1000

      Cuánto me alegro de leer estos comentarios y del aplastante balance final. La cultura 2.0 no perdona, quién le iba a decir a La Sra.Ramoneda y a Antonio que iban a arrepentirse de la humillación constante a sus trabajadores. Una de las causas de que no sepan cómo reaccionar es que en la Central está terminantemente prohibido que los trabajadores usen su e-mail propio, cualquier red social y claro….si te pillan con el smartphone date por muerto porque algún insulto personal te llevas fijo y luego a la calle. ¡Pero la cultura 2.0 se impone!.
      El Sr. Antonio ni siquiera mira al personal de caja, La Sra. Marta es desagradable a más no poder, en ocasiones, le decía ¿Hola Marta en qué te ayudo por aquí? a lo que ella siempre contesta algo tipo: Para eso has venido, ¿no? para eso te pago, para trabajar. Con buen rollo ¡claro que sí!. Lo mejor era cuando me sentía observada constantemente e incluso se metía entre los clientes y yo para llamarme la atención o gritarme delante de la gente. Humillación de calidad, pero claro es que saben taaaaaanto de cultura, es que son taaaaaaaan progres, es que son taaaan divine…No voy a hablar de que las cajeras tienen los descansos prohibidos y pueden tirarse 6 o 7 horas a saco hasta que les toca la hora de comer. No voy a hablar de cómo una vez tras otra te insiste en que consumas en su propio bar a la hora de comer. Y no voy a hablar de las faltas personales constantes.

      Por último, me gustaría pedir a editores y escritores que no idolatren tanto a La Central, que pueden presentar sus libros en otras librerias y que no crean que Sr. Martita y Antonio son taaaaaaaaaan majos como parecen.

      bye Central, nunca mais…

  41. Trabajador de la Central

    Trabajar en la Central es muy duro, Marta Ramoneda y Antonio Ramírez se encargan de ello, bien por el clima insostenible que se esfuerzan en crear, o bien de forma personal, con comentarios y ataques muy hirientes que no reproduzco aquí para proteger la identidad de las personas a quien fueron dirigidos. El mobbing está a la orden del día,es cierto que hay pocos despidos para que los dueños se ahorren indemnizaciones. La gente se marcha de aquí sin tener paro ni indemnización, y en un país con 6 millones de parados. Creo que eso lo dice todo.
    Gracias Jot Down.

  42. Trabajador de la Central

    Yo trabajo en la Central desde hace años, y por desgracia todo lo que estoy leyendo es verdad.
    Espero que los clientes recapaciten y opten por dar su dinero a pequeñas librerías en lugar de a estos explotadores que nos tratan como si fuéramos muebles.
    Lo que más nos duele es la imagen progre que ofrecen de puertas afuera : libros sobre la república, sobre los trabajadores, sobre las mujeres en las brigadas internacionales…qué pensarían esas mujeres de una librería en la que sólo se promociona a los hombres ?? en las que las mujeres cobran menos ?? La Central es así. Mujeres =cajeras/Hombres =libreros.
    Es cierto que cada persona cobra según les caiga a estos dos hipócritas, y cobramos una miseria comparada con el dineral que se factura gracias a nosotros. No cuenta la antiguedad ni la categoría profesional. Los sueldos llevan 3 años congelados y muchas actividades extra las pagan en libros o incluso tickets restaurante.Te promocionan prometiéndote una subida salarial ridícula que nunca llega y puedes pasarte años reclamando mientras te ignoran, o hasta te gritan diciendo que no hay dinero.
    Los horarios son imposibles e incompatibles con la vida personal: un día por la mañana, tres por la tarde, jornadas de hasta 11 horas tres días seguidos, 11 días trabajando para librar 3. Se trabaja todos los Domingos y festivos por el mismo precio. Nos cambian los horarios cada dos por tres, suponemos que para que no trabajes en otra cosa o no puedas estudiar.
    Para ser tan de izquierdas se beneficiaron muy bien de la reforma laboral porque acto seguido nos dejaron de pagar los festivos y las horas extra, y nos quitaron los tickets restaurante ( que eran parte del sueldo )
    Hay contratos indefinidos y hay trabajadores que llevan dos años o más con la incertidumbre de que les renueven cada 6 meses.
    Algunos tenemos vacaciones pendientes desde 2013 y otros desde 2014, algunos hemos tenido sólo dos semanas al año y separadas. La excusa ? siempre les viene mal que faltemos, siempre hay mucho trabajo y poco personal. Las vacaciones te las confirman una o dos semanas antes de que las disfrutes.
    Es muy frustrante ver cómo despiden a compañeros y cómo disminuyen tus derechos laborales para que a tus jefes les lluevan las felicitaciones por abrir nuevas librerías como la de Callao. Si continúan creciendo es a base de quitarnos a los demás.
    Estamos cansados y decepcionados.
    Animo a mis compañeros a que escriban.
    Mil gracias Jot Down

  43. Ex-cliente

    Entre todos los buenos propósitos que sin duda vamos a hacer al iniciarse el 2015, tendríamos que añadir el que creo más importante: No colaborar con nuestro consumo con empresas que utilizan al ser humano como si fuera un producto desechable. Que no os engañen con decoraciones y diseños hipster-progres. Los negreros de Louisiana también lucían un bigote irónico.

  44. David Condis

    ¡Uff! Esto es irrespirable. Vaya basura de progresismo. Voy a romper mi tarjeta de cliente.

    • Jordi González

      Hay que ser muy inocente para creerse todo lo que la gente dice. Hará bien en romper su tarjeta de cliente, Sr. Condis, pero no porque sea cierto lo que dicen esos quejicas, sino porque no se merece pertenecer a un colectivo tan selecto como el de clientes de LA CENTRAL.

  45. librero apaleado

    Sin ánimo de ofender ¿por qué no denunciáis los abusos?
    Mi situación es la misma, os leo y es idéntica. Yo no denuncio y eso que tengo todas las de ganar, aún así no lo hago y no lo entiendo. Es así ¿verdad? Te anulan y te dejas anular. Será el miedo a no encontrar otro trabajo, eso me digo. Si nadie denuncia, nada cambiará. No ha servido de nada pasar por unos estudios superiores, todos somos adultos y nos dejamos pisotear, hay algo que se me escapa.

  46. Casado con ex-trabajadora

    Al principio todo fue mas o menos así: “si, no sé, raro, la entrevista algo rara, pero bueno, empiezo el lunes”, “no nos dan pagas extras, nos dan un ticket regalo para comprar en la misma Central”, y hasta en ocasiones le buscaba el lado optimista diciendo “me han pagado las horas extras en tickets restaurante, te invito a comer algo rico” y así nos olvidábamos un rato de lo duro que era para ella estar allí. Luego llegaron frases como “me he agobiado un poco cuando Antonio dijo que como estamos todos en el mismo barco tendremos que tirar con lo que nos toque y hacer todos un esfuerzo”, o “esto es un túnel sin salida, si me quedo me hundo, si me voy ¿qué hago?” y por momentos me daban ganas de ir a decirle a ese impresentable que la persona que estaba tratando tan mal era la misma con la que yo había elegido compartir mi vida, que era un insensible, y que ya puestos porque no me decía a mi en la cara y en plena calle lo que decía dentro de su cutrepalacete de cartón pintado en el que no tenían ni aire acondicionado para los días de verano.
    Por fin…el milagro llegó en forma de despido, bueno…de no renovarle el contrato.
    Hoy la miro y está radiante, feliz con su actual trabajo. Tanto que me había olvidado de todo esto, y siento vergüenza por olvidar, porque el olvido es la mortaja de la justicia. Porque cada vez que veo gente saliendo de esa librería taaaaan moderna, taaaaaaaan progre, taaaaaaaaan en pro de la cultura, yo sigo viendo lo mismo de siempre. Pan y circo.
    Así que desde aquí, un saludo inmenso a todos los excelentísimos trabajadores que se desloman y deslomaron en La Central, porque si hay tanto cliente satisfecho es pura y exclusivamente por su trabajo. Un abrazo fuerte a todos los que no saben como salir del túnel. Y enhorabuena a todos por esta oportunidad.

  47. Twin Peaks

    Sí, las condiciones de trabajo en La Central son duras y éste es el resultado.
    Son tantos ya los trabajadores que han pasado por ahí que el escenario se hace cada vez un poco más dificil de sostener.

    Algunos ejemplos:

    -Jornadas habituales de: 11 horas (teniendo 1 para comer) o bien de 7 horas seguidas (una tras otra) sin descanso.

    -Vacaciones acumuladas de hace 1 y 2 años, no hay momento ni personal para disfrutarlas.

    -Reducción de los salarios justificando pérdidas en la empresa para menos de un año después abrir la librería de Callao en un palacio histórico en el centro de Madrid….¡qué extraño!

    -Negocias un aumento de salario que no llega porque nunca es apropiado hablar de dinero y si has aguantado lo suficiente y has tenido el talante requerido, unos años después puede que veas tu salario en aumento un 5%.

    -Por sistema allí funciona la relación con el trabajador a través del miedo, la amenaza es el estímulo constante que allí se aplica para que trabajes más y más.

    -Te dicen que para que tú ganes más tus compañeros deben ganar menos….¡buen rollo!

    -Si pueden hacerte un favor es probable que no te lo hagan.

    -Si quieren despedirte te complican las condiciones: cambios de horario permanentes, hostilidad, vacío…pero ésto es mejor que pagar una indemnización.

    En mi caso entregué en La Central hace años mi CV porque desde fuera me encantaba, era tan bonita, tan interesante, tan-tan! y sí, esa parte la hacen bien, han creado una marca a partir de una Librería y eso parece meritorio y ésa es la clave: Parecer y no ser

  48. Por Suerte Ex-Trabajadora

    Lo más triste de todo es que hasta a mí me ha atrapado la entrevista. No quiero ni pensar hasta qué punto se lo puede creer alguien que jamás haya trabajado allí. Porque sí, somos todos unos entusiastas, y así es fácil confundir las cosas y aguantar lo inaguantable. Pero después de todo lo vivido, no puedo dejar de apoyar lo que se está diciendo, simplemente porque es la pura verdad. Mis compañeros eran de las mejores y más trabajadoras personas que he conocido en mi vida, sin exageración alguna, y eso que he trabajado en muchos sitios (incluida la despreciable Fnac). Para eso deben de tener un don. Para reconocernos y atraparnos. Y para luego destrozarnos sistemáticamente (es duro vivirlo y uno no lo entiende, pero con el tiempo atas los cabos). Yo también lo había olvidado ya, pero para muchas de mis compañeras y todavía amigas, el día a día era traumático. Y no es por nada, pero ¿qué les cuesta tratar bien a toda esta gente que lo da todo? ¿Y hacer las cosas bien? ¿Y no defraudar a los que creen que van a un sitio que vale la pena, como a mi también me gustaría creer? Ánimo a todos los que siguen en las barricadas. Y millones de gracias a todos lo que se han preocupado por saber la verdad. Me habéis devuelto la fe en la humanidad.

  49. Ex-ilusionado por la vida

    Que esto no quede en una simple pataleta virtual. Dejemos de consumir en las empresas que ya sabemos de sobras que explotan salvajemente a sus trabajadores: La Central, Fnac, H&M, Zara, Mango, tiendas TIGER, Nike, Adidas… ¿De qué sirve pasarnos el día hablando de política si luego salimos a la calle y somos nosotros los que fomentamos la esclavitud con nuestras compras sin conciencia?

    • Sólo un apunte, he trabajado en adidas y no se explota a los trabajadores, no conozco las condiciones del resto de empresas.

      Un saludo.

  50. Qué barbaridad

    Lo mejor que podéis hacer es hablar entre vosotros y un día no ir a trabajar, ya veréis cómo cambia la cosa. ¿Son algo sin vosotros? Me imagino que es su pesadilla, ¿qué les supone un día sin facturar? ¿Un desastre? Pues así, a lo mejor empiezan a saber que no son tan poderosos como se creen. Mucho ánimo e insisto, no os dejéis maltratar. He comprado mucho en La Central, demasiado por lo que leo. Ni un céntimo más y eso os lo digo ya, se hará extensible a mi mujer, amigos… etc. Es un horror que esta gentuza se ponga la careta de defensores de la cultura, de gestores culturales, lo que son es lo que hemos leído: explotadores y maltratadores. Ni un céntimo más.

  51. Yo hace tiempo que dejé de comprarles libros a los pseudointelectuales estos de la Central. Deberíais hacer como los trabajadores del Fnac de Barcelona, que por Sant Jordi los dejaron con el culo al aire.

  52. Ex-trabajador

    Todo lo aquí expuesto por ex-compañeros míos es cierto

    No quiero entrar al trapo, por desgracia sigo teniendo amistades trabajando en La Central. Son personas a las que aprecio, les tengo afecto. Cuando nos vemos no puedo más que sentir lástima por su situación y todo lo que tienen que soportar a diario.

    Por suerte yo pude cerrar esa puerta, y ya forma parte de mi pasado.

    Una empresa que incita a que los propios trabajadores practiquen mobby con sus compañeros, les responsabiliza de la pésima gestión de sus gerentes, criminaliza a las empleadas que quedan embarazadas, utiliza listas negras de trabajadores para hacer limpieza de librerías, etc… podría seguir largo y tendido, pero no me apetece.

    Quiero pensar que el tiempo pone a todos en su sitio, tarde o temprano.

    Espero que el tiempo ponga al Gerente de La Central en el sitio que le corresponde, la más triste de las miserias. En la soledad más oscura.

    Jot Down buena entrevista, lamentablemente todo el mundo en el sector editorial ya conoce este savoir faire por parte de la Gerencia de La Central. A más de uno, igual que a mí, le habrá entrado la risa al leer tal cantidad de bonitas frases y buenos propósitos que son reflejo de la fachada de falsedad y hipocresía del pseudo-intelectual imperio de La Central.

  53. Si a todo lo que he leído aquí en los comentarios le sumo el pésimo servicio de venta on line / atención al cliente -ahora encaja todo- ya he terminado por convencerme: bye La Central. No necesitamos más negreros en esta sociedad.

  54. Sebastián Lechuga

    Em consta que la direcció de la Central està molt al corrent de tots els comentaris que s’estan postejant en aquesta entrada i preocupats per la seva possible viralització.

  55. alucinando estoy con los comentarios
    Buena entrevista y gracias JotDown por permitir que la gente opine
    Saludos

  56. Compañera de extrabajador

    Mi novio trabajó allí años y doy fe de que todas las críticas son más que fundamentadas.

    • a riesgo de comerme mis palabras. ¿A qué viene llamar progre a esta persona? Ha manifestado ser de izquierdas? Y no me digáis que es porque ataca a Amazon, que los taxistas están que trinan con Uber y no son nada progres por lo que oigo en sus coches.

      • La llaman progre por el tipo de libros que vende. En algunos hay una crítica social evidente, algunos son de tendencia republicana, marxista, feminista, etc. Ella misma reconoce en la entrevista que ahora preparan la exposicion de libros sobre la caida del muro de Berlín… Y no se puede presentar un negocio asi sin ser progre. No en Barcelona. Disculpa la falta de acentos es el corrector..

  57. bueno, pues otro sitio más donde no comprar. Voy sumando: Amazon, FNAC , La Central. …. y estas navidades cerró Paradox. Siempre nos quedará la Antonio Machado. Espero.

  58. Antonio Maestre

    Soy Antonio Maestre, periodista de La Marea, me gustaría poder contar la situación que los trabajadores denuncian. Así que si alguien quiere contar su historia este es mi correo [email protected]

  59. Pingback: Jotdown entrevista a Marta Ramoneda de la librería Central

  60. La Central es una de esas librerías donde da miedo preguntar si tienen un libro; te echan los perros si los interrumpes. Ahora se entiende todo…

  61. Ex- trabajador de La Central

    Todo lo malo que se ha dicho es cierto. Cada vez que me veian leyendo un libro de Crepusculo me arreaban con uno de Céline.

    Lo podría denunciar pero prefiero decirlo en los comments de una entrevista, que tienen mucha fiabilidad.

  62. Laura Fernández

    Como se ruega más arriba, también animo a Jot Down a que de continuidad a la entrevista con un artículo sobre la situación de los trabajadores en La Central. Los indignados comentarios de los clientes de La Central, de los lectores de Jot Down y, ante todo, la lluvia de testimonios de los extrabajadores, lo hacen imprescindible.

    Añado mi testimonio: una buena amiga que trabajó allí suscribe todo lo que arriba se cuenta. En su caso además, tardó años en ser bendecida con la condición de «indefinida», hasta entonces vivió en la precariedad de no saber si la iban a renovar hasta el día antes de que venciera su contrato.

  63. Un editor

    «Si algo nos hace sentirnos orgullosos es haber reunido un equipo tan talentoso y entusiasta. La Central es su equipo.» dice Marta Ramoneda.

    Si La Central fuera “su equipo”, sería una librería poco considerada, maltratada y cuyos libros se venderían con rebajas de liquidación, igual que sus empleados: mal considerados, maltratados y que venden sus horas de trabajo con rebajas de liquidación a cambio de un sueldo de risa.

    Jot Down debería tomar muy en cuenta los comentarios que han ido apareciendo en este artículo y tener a bien hacer seguir a la entrevista un pequeño reportaje sobre la verdadera situación de los empleados de La Central. Al fin y al cabo, ellos son los verdaderos libreros.

  64. victor martinez

    2 temas

    1) no caer en el cinismo. Amazon seguro que es peor y librerías como «la ciutat invisible» seguro que lo hacen mejor, no caigamos en un no hay nada que hacer.

    2) me encanta ver a la clase pija expresando lo mucho que le gusta su trabajo, lo que disfruta con él y lo duro y intenso que es, …

    en fin esta pija seguramente no ha trabajado en la vida, hace lo que le gusta y seguramente viene de buena familia y se lo puede permitir. Al resto nuestro trabajo nos asquea porque nosotros no le podemos «endosar» a otro todo el monton de trabajo desagradable

  65. Otro testimonio

    Suscribo punto por punto los comentarios que han hecho las personas que estuvieron y están allí trabajando. Las condiciones son totalmente precarias, jornadas de trabajo de hasta doce horas, llevándonos a la extenuación sin tener en cuenta los descansos de ningún tipo. Hasta diez dias trabajados seguidos y muchos con contratos de menos de mil euros, con lo que no se puede vivir de forma digna. No se tiene en cuenta que hay personas detrás, capitalismo en estado puro que exprime a los obreros para después descharlos cuando ya no los necesita, o los renueva por otra nueva tanda de obreros sin más

  66. [email protected] Este es el correo de un periodista de un medio digital (creo que «la marea») y que además tiene mucha difusión en twitter que esta interesado en la situación laboral de la que estáis hablando.

  67. Pedro Alcántara

    Que digo yo que si los mismos trabajadores vais por vuestra cuenta, salvandoos como podéis y sin hacer frente común ante lo que llamáis vida laboral imposible, poco derecho tenéis a patalear.

    Habéis pensado en lugar de venir a un foro como críos pequeños que se quejan a su mamá, hacer unión e ir a denunciar estos hechos laborales a un juzgado? Porque las cosas que se han leído son bastante fuertes, vamos, digo yo.

    Mucho decir que estamos subyugados pero poco hacer.

    • La Central no es ninguna excepción. Hay multitud de centros culturales y sociales beneficiándose de la situación laboral de la mayoría de sus empleados. Dadas las cifras de desempleo y precariedad en España, y que esta afecta fundamentalmente a los sectores más desregulados y con menor protección, es extremadamente complicado conseguir la unión de esos trabajadores para la denuncia (que puede llevar años). Sería lo ideal, pero la ausencia de perspectivas para conseguir otro empleo hace que las personas se piensen mucho acudir a un juzgado.

      Por otro lado, la legislación laboral existe para algo. Si todos estamos obligados a cumplir la ley, también las empresas. ¿Cuántas empresas pasarían en España una inspección laboral? No hablo del sector estable sino de ese «elefante en la habitación» sin apenas derechos laborales que es el sector precario (contratados por obra o servicio, a tiempo parcial, subcontratados, becarios, falsos autónomos, etc.). Hay demasiado interés por muchas partes en hacer la vista gorda con este tema, y lavarse las manos mientras no les toque, y es una bomba de relojería que, tarde o temprano, va a estallar.

    • Molt d’acord amb Pedro Alcántara (http://www.jotdown.es/2014/12/marta-ramoneda-el-editor-publica-los-textos-que-mas-le-gustan-el-librero-vende-los-libros-que-prefiere/#comment-455295) i altres que han dit el mateix. Aquests fets s’han de denunciar als jutjats i no amb anònims sota una entrevista.

      Jo, a La Central (Barcelona, c/ Mallorca) he estat gairebé sempre molt ben tractat, m’han servit correctament i m’han orientat meravellosament bé. Males cares, sí, de vegades, que he atribuït a excés de feina dura.

      Inutilitat absoluta, això també (en dies punta), d’alguna persona eventual a qui he demanat per un llibre de Hanna Arendt (és un exemple) i, després de repetir-li tres cops el nom, l’hi he hagut d’escriure lletra per lletra perquè li sonava a xinès. Això m’ha passat 3 o 4 vegades en els últims cinc anys, sempre persones diferents i sempre amb autors diferents, però superconeguts.

      Ara bé, si hi ha pràctiques il·legals, denuncieu-les!!

      (Dit de passada, he detectat la mà d’una mateixa persona [no és difícil pescar aquestes coses] en almenys tres comentaris signats per noms diferents.)

      Em crec la qüestió de fons, tanta denúncia i cap defensa no poden ser casualitat. Però hi torno: a més de Jotdown hi ha canals oberts per denunciar aquestes coses i, si es demostren (amb tants testimonis no serà difícil), aconseguir que es faci justícia. Encara més: només que es presenti al jutjat una denúncia d’uns quants extreballadors n’hi haurà prou perquè canviïn bastant les coses que hagin de canviar.

  68. Pingback: EL PROGRE CONSUMIDOR: UNA DECEPCIÓN CENTRAL | EL MUNDO PARA MIS YOS

  69. Yo también quiero conocer las condiciones laborales de La Central, espero un artículo al respecto.
    Es lo mínimo después de esta entrevista.

  70. Aquí otro que ya no va a comprar más en La Central. Qué pena.
    Y esperando el día en que se destape lo que hay dentro del Instituto Cervantes…

  71. No más tiranos

    Viralicemos esta entrevista y sus comentarios. Colguémosla en nuestro Facebook, Twitter, etc. Hablemos de lo que ocurre en La Central a nuestros amigos y familiares. Escribid en gacetas universitarias, o donde sea. Que no acabe todo en humo y en buenas intenciones.

  72. Pingback: Empresarios progresistas, antisistemas y explotadores

  73. Pingback: Empresarios progresistas, antisistemas y explotadores | Contactollanos

  74. Boicot por explotadores y por hipócritas. Difundid!

  75. Otro cliente que pierde La Central. Pensaba hacer una presentación de libros en la librería de Callao; pero después de leer los comentarios, y por lo que he podido escuchar de otras fuentes, no pienso darles ni un euro a Marta Ramoneda y Antonio Ramírez. Ya tenemos explotadores de sobra en este país, gracias.

  76. Quizás deberíamos haberlo intuido. Cuando todas las librerías están cerrando o aguantando como pueden, La Central iba abriendo local tras local en los mejores sitios. Macba, Filmoteca, y muchos locales en centros culturales de la ciudad eran apuestas arriesgadas para cualquier empresario.
    En estos 16 ó 17 años, yo compraba en el local del Raval cuando ellos aún no habían empezado, les he visto crecer y crecer… mientras cerraban muchos.
    Era casi imposible de entender. Excepto si se trata de negreros que explotan a los trabajadores, así cualquiera triunfa. Bye, bye, escrúpulos si quieres mantenerte.
    Cómplices también los consumidores, que nos dejamos llevar por tanta lucecita falsa y acabamos comprando jerseys a 10 euros hechos por esclavos o entrando en una librería guay y creyéndonos igual de «guapos» sin enterarnos de lo que pasa alrededor.
    Para el 2015 pidamos conciencia como ciudadanos y consumidores. Yo soy la primera que hago propósito de enmienda.

  77. Altiplano

    Como lector asiduo de Jot Down (y comprador en La Central), me sumo a lo muchos que consideramos necesario un artículo explicando un poco más los entresijos de esta cadena, un poco a la manera de aquel artículo sobre El Corte Inglés.

    Gracias y ánimo a los trabajadores

  78. Anita Leotardos

    Pues y y haciendo por viralizar todo lo que se pueda los comentarios y experiencia de los sufridos trabajadores.

    Sí, una cliente menos.

    La Central, cinismo ilustrado.

  79. Hola.

    Con comentarios anónimos en una web o en caralibro poco se va a conseguir. Eso se logra con denuncias a Inspección de Trabajo y con juicios ganados.

    Desde aquí mis ánimos a los trabajadores explotados para que den ese paso, el único que demostrará la realidad de esa empresa. Ese tipo de respuesta puede servir de ejemplo a otros trabajadores… y como aviso a empresaurios de que NO TODO VALE.

    Un saludo.

  80. Difundidlo: #BoicotLaCentral

  81. Es obvio.
    Cualquier libreria/tiendadediscos/cosaculturalsupercool tiene una finalidad hacer dinero. Y cuanto más grande sea, más dinero quiere hacer.
    Te lo ofrecen con exclusivo-alternativo-megaculturista pero es mentira.
    Es un circo que te ofrecen para hacerse con el control del sector y por extensión del poder social y político (que indudablemente consiguen)
    Si quieres apoyar a la cultura compra en la librería de tu barrio (que casi seguro será familiar) y en la tienda de discos más próxima que fijo que el chaval sabe más de música que cualquier dependiente de la Fnac.

    A todos los modelnos les encanta «Alta fidelidad» » mi pequeña lavandería» pero al final son solo unos cínicos que van de exclusivo y no saben que sólo son consumidores de grandes superficies

  82. Si els amos de La Central són uns pocavergonyes, cal que se sàpia en el món del llibre.
    Solidaritat amb els represaliats!
    Rafel

  83. Sólo he comprado una vez y me costaba volver, por la impresión que me dejo el ambiente que se respiraba; más concretamente en la de Mallorca. ¡Quizás fuera por lo que he leido en los +80 comentarios!
    Y teniendo en cuenta que, de por si recurro en casi todo a comercios de barrio, ahí sus quedáis.
    Por cierto, es@s pánfil@s de la llamada «gauche divine», salvo escasas excepciones siempre han tenido lo que se conoce como el «síndrome pujol» que consiste en envolverse en una bansera de cualquier causa que les viene grande, para intentar crecer un pelín.
    ¡A tomar viento l@s progres de pacotilla! ¡No les déis vuestro dinero!!

  84. Ex-Tra Anonimo

    El anonimato aquí de muchxs ex-trabajadores, incluso años después, delata que aún existe cierto miedo a La Central. Yo trabajé allí cerca de tres años y funcionan con el miedo y el desconcierto militar.

  85. La Central es probablemente la mejor Librería de Barcelona. El servicio al cliente es lo único que importa en una empresa y yo salgo muy feliz cada vez que compro allí. Creedme que si un empresario cree que el trabajo de alguien tiene valor hace todo lo posible para que ese trabajador esté a gusto. Otra cosa es que igual todos éstos resentidos niños de mamá que están saliendo por aquí no tienen ni idea de lo que significa trabajar de verdad, servir, innovar, producir, como el 98% de la población de éste país. Quejicas y pedigüeños que creen que por leer novelitas ya son útiles en un negocio en torno al libro. Me gustaría a mí ver el negocio cultural que alguno de éstos heridos serían capaces de montar y mantener.
    Visca La Central per molts anys, voy corriendo para allá a comprar regalos de reyes para todo mi bloque.
    Saludos y feliz año.

    Pedro

    • ¿Alex o Pedro?

      • Gran crítica, muy fundamentada, sí. Lo que pasa es que la teoría de la conspiración no se sostiene en este caso. Si hay mal trato, lo hay…, los testimonios son variados y bien fundados. ¿En que trabajas, Alex?

        • los testimonios bien fundados? quien me dice a mi que estos escritos no son de una empresa de la competencia?, solo conozco la central de Callao y me parece un lugar excelente de cultura, suscribo el comentario de Alex en todo

  86. Croquetiforme

    ¿Cuántas denuncias hay de los trabajadores en el juzgado? ¿Hay trabajadores sindicados¿ ¿representación de los trabajadores? Anteriormente indican que algunos días trabajan 11 horas seguidas varios días. ¿El resto hay compensación de horas? Un comentarista se queja de que a veces trabajan sieten horas seguidas sin descanso, guau, qué barbaridad. Se quejan del sueldo, ¿pueden especificar el sueldo?

    • Teje, nuestra legislación laboral todavía prohíbe trabajar más de seis horas seguidas sin hacer un descanso de 15 minutos. Está en el punto 4 del artículo 34 del Estatuto de los Trabajadores. Ese que se saltan alegremente tantos empresarios.

  87. Ante la aparición de ciertos comentarios en un fórum de internet durante los días pasados en los que se pone en cuestión la equidad y legalidad en las condiciones de trabajo en nuestras librerías, la dirección de La Central quisiera expresar su perplejidad y realizar las siguientes puntualizaciones:

    1) En la gestión de las cuestiones laborales y la definición de las condiciones de trabajo, ha sido siempre compromiso de La Central cumplir escrupulosamente con todos y cada uno de los puntos estipulados por la legislación laboral vigente y recogidos en el Estatuto de los Trabajadores; en las librerías los contratos de trabajo se rigen por el convenio de “Comercio de Artes Gráficas”, y en el Bistró y la cafetería, por los convenios respectivos de hostelería, con el convencimiento de que ningún punto de nuestro reglamento interno contraviene ni la legislación ni dichos convenios.

    2) Ningún trabajador, sin excepción, carece de contrato ni percibe salario ni complemento salarial alguno al margen de la legislación. Ningún trabajador tiene días de vacaciones pendientes de disfrutar devengados antes de los últimos doce meses. Ni los horarios ni los períodos de descanso contradicen lo que establece la legislación.

    3) La plantilla actual de la empresa se compone de 121 personas, de las cuales el 77.5 % están contratadas de manera indefinida, un 9% en modalidad “obra y servicio” y un 13.5% en modalidad “temporal”, incluyendo aquí las personas de refuerzo para la campaña de Navidad.

    4) Las mujeres representan el 61.5% de la plantilla, los hombres el 38.5%; el “staff” lo componen 6 mujeres y 3 hombres.

    5) La antigüedad media de la plantilla en las librerías es de 6.5 años; el 85% de la plantilla de La Central de Callao es la misma desde su apertura, hace dos años y medio. Y durante los últimos cuatro años, tan sólo se ha renovado un 12% de la plantilla de las librerías de Barcelona.

    6) En el restaurante y la cafetería, los sueldos se rigen por los convenios de hostelería respectivos. En las librerías, los sueldos superan lo establecido en el convenio de “Comercio de Artes Gráficas”. El sueldo más bajo (para el puesto de cajero en su primera incorporación) es proporcional a 1.000 euros brutos por 14 pagas (14.000 anuales). El más alto (el de esta dirección) es 2,8 veces mayor. Desde el año 2012, se han mejorado algunos sueldos, particularmente entre los más bajos. En estos cuatro años de crisis, los únicos recortes que se han adoptado son la supresión de los vales restaurante, la no sustitución de algunas bajas voluntarias y la reducción de algunas jornadas laborales, de manera puntual.

    7) Como es natural, reconocemos la plena legitimidad de la aspiración de mejoras en los ingresos por parte de los trabajadores (una aspiración que, por cierto, esta dirección comparte). Confiamos en que estas aspiraciones se podrán cumplir al menos parcialmente y de forma paulatina en cuanto los resultados económicos de la empresa mejoren. Respecto al resto de condiciones laborales, hemos puesto en marcha mecanismos de diálogo para recoger las principales inquietudes y tratar de encontrar soluciones de consenso.

    8) Lamentamos y respetamos los sinsabores o la decepción que el paso por La Central pudo haber dejado en algunos ex trabajadores. No obstante, rechazamos los insultos y muchas afirmaciones injuriosas que se han vertido. Por lo demás, tenemos clara constancia de que no pocos entre los antiguos libreros continúan frecuentando nuestras librerías y algunos incluso colaborando esporádicamente con nosotros.

    No quisiéramos dejar de reiterar lo que ya hemos manifestado en público otras veces: si algún mérito puede atribuirse a esta dirección es el de haber logrado reunir, en el presente y en el pasado, un equipo humano tan valioso. La fuerza y el empuje de La Central proceden enteramente del talento, creatividad, compromiso, entusiasmo y saber hacer tanto de su equipo de libreros como también del equipo responsable del restaurante, la cafetería y el resto de actividades. Estamos seguros que muchísimos clientes lo han podido comprobar de primera mano cuando han visitado nuestras librerías recientemente. Como hemos manifestado a la plantilla, procuraremos que las inquietudes y el estupor que pueda haber surgido estos días a raíz de las cosas dichas en la red, nos brinden la oportunidad para consolidar y mejorar las relaciones entre la empresa y sus trabajadores; y estamos convencidos de que todo ello redundará en beneficio de nuestros clientes y amigos. Así empezaremos el año con buen pie.

    Marta Ramoneda i Molins
    Antonio Ramírez

    La Central

    Barcelona, 31 de diciembre de 2014

    • 1) Aunque es cierto que las condiciones laborales son las del “Comercio de Artes Gráficas” por ejemplo La Central de Callao abre 282 días al año (todos a excepción de Navidad, Año Nuevo y Reyes) y los trabajadores no tienen domingos o festivos libres “por derecho” ni perciben un extra por trabajar esos días (actualmente si trabajan un festivo tienen “horas” para disfrutar, pero la actual responsable de la librería no lleva control alguno de las horas que se les deben a los trabajadores en la denominada “bolsa de horas” y ningún trabajador sabe las horas contabilizadas por la empresa). Cuando corresponde, los trabajadores tienen una hora para comer (no remunerada) pero no tienen ningún tipo de descanso a pesar de poder realizar jornadas de 11 horas de trabajo. Un trabajador puede estar más de 6 horas sin poder salir de caja o moverse de su puesto.

      2) Es rotundamente falso que ningún trabajador tenga días de vacaciones pendientes o días libres u horas sin gastar del año 2014 o del año 2013. Se perciben complementos salariales tales como vales en libros para gastar en la propia librería. Todo siempre revierte en la empresa.

      3) La plantilla contratada como de “obra y servicio” es la plantilla para refuerzo en campañas y también aquella que trabaja en algunos museos como en la Fundación Mapfre, donde todos los trabajadores a excepción de la encargada de la librería son despedidos (finalización de la obra) cuando no hay exposición.

      4) Aunque considero que el staff es parte de la plantilla de la empresa las mujeres representan el 61,5% de la plantilla, pero el porcentaje de mujeres libreras es mucho menor, siendo habitualmente su rol el de cajeras o están en actividades de administración y gestión.

      5) En la apertura de La Central de Callao el equipo inicial de la librería lo formaban 25 personas, de las cuales únicamente siguen 14, lo que supone el 56% de la plantilla y no el 85% tal y como afirman Antonio y Marta. En el caso de El Bistró, únicamente el actual responsable estuvo contratado en los primeros meses de funcionamiento, el resto del personal de camareros y cocineros ha desaparecido.

      6) El sueldo actual de auxiliar de caja es inferior a 800€ al mes, el de auxiliar de librero inferior a 900€ al mes.

      7) Los mecanismos de diálogo únicamente han aparecido a raíz de los comentarios de esta entrevista y movidos por el miedo a la mala prensa y a perder clientes. La Central carece de una representación sindical o comité de empresa a pesar de contar con 121 trabajadores (para dicho volumen de trabajadores debería tener 9 componentes en el comité de la empresa).

      8) No ha habido insulto alguno por parte de los comentaristas y tampoco afirmaciones injuriosas, sino comentarios de trabajadores en la sombra, amigos y ex trabajadores que por una vez se atreven a decir las cosas en voz alta.

      • Lo grande de Internet es que a quienes llevan décadas con la sartén por el mango, cada vez les cuesta más mantener la mierda debajo de la alfombra. Yo no trabajo ni he trabajado para La Central, pero algunas de las cosas que comentas las conozco perfectamente porque, como ya dije, La Central no es ninguna excepción. En el paraíso Occidental del desempleo, donde la legislación laboral no se aplica a todos los trabajadores por igual, este es el «pan nuestro de cada día». Gracias, Manuel, por compartir esta información. Si los hechos y los datos están de vuestro lado, ninguna campaña de marketing va a poder enterrarlos. Os lloverán palos, especialmente de quienes disfrutan de todos los derechos y protección laboral, y consideran que la precariedad no tiene nada que ver con el momento de entrar al mercado laboral ni el contexto socioeconómico.

    • Sí,yo lo que he podido comprobar es que a la gente que trabaja allí no se la ve muy feliz.Las dos veces que he ido a comprar he salido con la misma impresión y algo huele raro.El karma flota en los sitios y,al final,si no hay justicia eso se respira.He trabajado en sitios parecidos,llevaos por supuestos modernos progres y buen rollistas que ,en el fondo,son explotadores y pijos.No vuelvo a comprar allí.Creo lo que dicen l@s trabajador@s y les doy las gracias por decirlo.

  88. Yo trabaje 15 días n la central de Callao en la cafetería…. Indecible el ambiente, el mal rollo entre los compañeros, y el volumen de trabajo.37 mesas,una barra enorme,solo dos camareros.con la sonrisa puesta y dsndo graciss por trsbajar en un stio tan » guay»y las continuas amenazas q decían venían del jefe q si no se facturaba se cerraba el bistro y ponía estanterías, q sacaba mas dinero.a mi me dejaron después de un dia de trainning al cargo del local. Ni yo les cuadre ni ellos a mí.

    • de verdad te parece grande la barra? tu has trabajado poco en hostelería o no tienes muchas ganas de trabajar, si alguien que no ha visitado la cafetería lee tu comentario va a creer que trabajas en la discoteca fabrik, y el local no es tan grande.

      • No es una cuestión de tamaño de barra, es una cuestión de intensidad. Un ejemplo: yo suelo tomar cañas con unos amigos en el mismo bar, es pequeño y con 3 mesas. Bien, cuando vamos un grupo grande, el dueño cuenta con la ayuda de otro camarero para poder atendernos y la verdad es que lo hace muy bien. El bistró tiene como 30 mesas. Todos esos cafés, zumos, chocolates, refrescos vienen de la barra, donde se supone que debes encargarte también de reponer, de lavar los platos y de ir limpiando el espacio para que no se vea mal. ES MATEMÁTICAMENTE IMPOSIBLE. Yo también estuve un domingo (gran día para Callao) sólo a cargo de la barra y no me quiero acordar. De hecho, desde que dejé la central no puedo ni pasar frente a la puerta, y sólo estuve 3 semanas.

        p.d: con un poco de sensibilidad de ahorrarías frases tipo «no tienes muchas ganas de trabajar» en está época y con lo que nos está tocando vivir a la mayoría. Se ve que a ti no, me alegro. Suerte.

        • Por supuesto que me toca, con la excusa de la crisis muchos compañeros de mi trabajo han decidido que la mejor manera de perjudicar al tirano empresario es reducir su intensidad de trabajo, obviamente no perjudican al patron, perjudican a los compañeros que tienen que solucionar sus dejadeces, te puedo asegurar que en mi empresa soy el eslabon mas bajo, pero no todo vale con la excusa de la crisis, a mas de un holgazan esto le ha venido de lujo

      • Ay, que te ve el plumero!

  89. narcís espriu

    El comunicado tiene fecha del 31 pero parece que se ha publicado hoy día 1.
    http://www.lacentral.com/blog-imgs/20150101145553_comunidado.png

    Este comentario no aporta nada, casi lo mismo que el comunicado de datos «macro» que firman Marta y Antonio.
    Me parece crítico aclarar la situación de las elecciones sindicales y el comité de empresa, ya que lo de «cumplimos la ley» apesta.

  90. Por que no se organiza una Kdd en La Central de Callao para un día concreto en el que manifestar nuestro malestar por este caso de los trabajadores y ver que los clientes además de comprar libros y pagar en caja queremos que La Central sea clara en este aspecto?

    Lo movemos vía Twitter para una fecha de este mes?

    (Recordad que hace poco se hizo una Kdd repulsa ante un caso de discriminación con una pareja homosexual que expulsaron de un McDonald’s en Madrid)

  91. GaucheDivine

    Venga, todos a lucir bolsa de la Central por Lavapiés, que es lo más y hay muchos negros. Súper petimetre.

  92. Si en esa librería buscan lectores que valoran el compromiso social, la igualdad y la solidaridad no deberían tratar mal a sus empleados porque cuando esas cosas llegan a los oídos de sus clientes, éstos son los primeros en rechazar esas prácticas y por tanto dejar de comprar allí.

  93. Vivo en Madrid y nunca he ido a la Central como tampoco voy a FNAC o Casa del Libro. Aunque sean pocas en Madrid aún quedan librerías pequeñas donde puedes comprar igual de bien. Te recomiendan, te hacen precio especial y te buscan el libro que quieres y te llaman cuando está. Yo compro en Miraguano, en la calle Hermosilla, pero hay unas cuantas más. Comprar en librerías y dejar las enormes superficies que «siempre» buscan el beneficio económico

  94. Comprar en la Central es de hipsters, pero si os hace ilu yo me sumo a un escrache/piquete/como lo queráis llamar. Podrían aclarar los patronos si es cierto que hay o no representación sindical. Por cierto, la denuncia a la inspección laboral puede ser anónima, no?

  95. Croquetiforme

    121 trabajadores. Recuerdo intentar organizarnos sindicalmente en una empresa más pequeña, donde teníamos ya suficientes contratados para tener peso en la representación. Todos cobrando poco. Las respuestas de los trabajadores oscilaron entre el “ya está el rojo” y el “cucha tú el sindicalista, pues no son mierdas, son tós iguales”. Resultado, todos fueron cayendo uno a uno.

    En una empresa tan grande como La Central significa ni más ni menos que nadie hace nada y luego vienen las quejas de diseño y el escandalito ante la puerta, en lugar de tomar vías que requieren lucha a diario, diálogo con los jefes, reuniones… trabajo, vamos.

    Por otra parte es interesante ver cómo funcionan estas cosas de las redes sociales y comentarios en publicaciones. Ciento y pico empleados, un montón de gente que ha pasado por ahí… y por algo más de una docena de respuestas anónimas (puede ser el mismo una y otra vez, o tres, o cinco), parece que estamos ante la esclavización en unas minas de sal en la Bolivia del XIX. Y a pesar de eso se provoca una crisis de reputación.

    Estas cosas pueden ser peligrosas, ya que se deja sin defensa a alguien ante los argumentos victimistas y las quejas que siempre venden más ante un poderoso. Algo semejante a lo que ocurre, por ejemplo, en Mercadona, donde algún sindicato minoritario movió mucho una serie de quejas repetidas y parece que aquello es el infierno, cuando en realidad sus condiciones no están nada mal.

    De ahí que en este caso sea más fiable enterarse de las denuncias reales puestas o cómo funciona la representación de los trabajadores. No por nada, pueden ser ciertas sus quejas, pero hay que contrastarlas más allá de la queja anónima. Quiero decir, que si con cientos de trabajadores en nómina más otros tantos que han pasado por ahí y no tenemos nada tangible… Y si tampoco hay organización ni queja alguna expresada mediante representación legal teniendo la oportunidad al ser una empresa de tamaño considerable… que donde sí que se está mal es en la pequeña empresa o el comercio familiar, donde el trabajador tiene pocas posibilidades de hacer fuerza. Pero en estos casos no, y sin embargo no hay nada en ese sentido.

    Yo es que he flipado al comentar que ni siquiera los trabajadores saben lo que llevan en la bolsa de horas. Si partimos de que ni siquiera se preocupan por algo así a pesar de echar 11 horas…

    Tampoco nadie ha explicado cuándo se echan esas 11 horas y si luego compensan. Claro que si las echas y luego tus propias horas te resbalan…

    • ¿Con un 24% de desempleo en España y la tasa de desempleo juvenil más alta de la zona euro (supera el 50%) de verdad sorprende que no haya más denuncias? ¿Pero somos conscientes de lo que suponen esas cifras? Entre el subempleo y la nada, ¿qué eliges? ¿Es casualidad que esa ausencia de denuncias se produzca en los sectores más desprotegidos laboralmente? Es fascinante lo rápido que cambia el discurso cuando a quien le toca padecer ciertas condiciones laborales es a uno mismo y no a los demás.

    • Semanalmente casi todos los trabajadores «doblan» (trabajan mañana y tarde) una o dos veces por semana haciendo esas 11 horas (y teniendo una hora para comer).

      En La Central no se ficha, a diferencia de FNAC. El control de las horas extras se debería hacer por parte de la empresa y no de los empleados. No obstante por mucho que un empleado diga que la empresa le debe X horas poco importará ya que la empresa no tiene mecanismos para decir si eso es verdad o no.

      En una empresa donde tu jefe te vigila por las cámaras de seguridad desde otra ciudad para ver qué estás haciendo y llama a los empleados por teléfono para amenazarlos es complicado organizarse para hacer algo sin miedo a que decidan prescindir de ti.

      La Central no es el peor sitio para trabajar del mundo, en todos los trabajos hay cosas malas, pero eso no deja de ser motivo para exponer lo que sucede a diario allí dentro y que hasta ahora nunca se había comentado abiertamente.

  96. Una qualsevol

    Jo ja fa molts anys que ho sento dir. Treballo en el món dels llibres i se sap, fa molts anys que aquesta és la fama que té La Central.

    Personalment no he conegut ningú que hi treballés, però sí un parell o tres de persones que hi tenien un amic o la seva parella que hi treballava. Els comentaris eren semblants als que es llegeixen en aquest fòrum. A mi, quan en parlaven, em donava la sensació que en aquesta llibreria s’hi devia estar com en un quartel militar.

    També conec algú que hi va anar a fer una infructuosa entrevista de feina. Em comentava que s’havia sentit menyspreada per l’entrevistador, un home. Gairebé plorava, ella, una persona cultíssima, educadíssima, amb tres llicenciatures, d’una vàlua personal i professional introbables.

    Bé. Si tant se’n parla deu ser que alguna o molta cosa hi ha de cert en tot això.

  97. Només volia dir-vos que ací hi ha una resposta de La Central, al seu bloc.

    http://www.lacentral.com/blog/comunicado-106371

    Salut, justícia i pessetes

    Rafel

  98. ¿Pero quién os dice que un comentario anónimo ha de ser forzosamente cierto? Puede ser alguien rebotado por un despido que repite seis veces el mismo mensaje, puede estar contando una visión muy sesgada de lo ocurrido, puede incluso ser alguien de la competencia, pongamos la Fnac, que aproveche para desacreditar a esta empresa.

    Me asombra la credulidad de la gente y lo dispuestos que están todos a hacer boicots, escraches y lo que haga falta sin haber hecho ninguna comprobación previa.

  99. escorpia_la central

    Para los que os preocupáis por la veracidad de estos comentarios amparados por el anonimato solo dos consideraciones: queda clara que la queja principal es por trato abusivo de parte de la directiva con especial énfasis en lo psicológico (más allá de que los sueldos que se han comentado son miserables, y que el tema de las horas y las vacaciones está por aclarar), por otro lado a estas alturas del pollo, si no fuese así y se estuviese cometiendo una injusticia alguno de los 120 empleados se habría posicionado en sentido contrario. Parece que el silencio en este sentido ha sido bastante elocuente.

  100. Antonio Maestre, que es un buen periodista, se ha ofrecido para recabar información. Hay ciertos hechos y datos que se pueden probar, así que aquellos que puedan afrontar las repercusiones laborales o demostrar afirmaciones aunque ya no formen parte de la plantilla, sin son ciertas, deberían ponerse en contacto con él.

    A pesar de la «crisis» del periodismo, hay muchísimo trabajo por hacer. Es necesario dejar de reproducir las versiones oficiales y hablar con las plantillas, conocer las entrañas de multitud de instituciones, empresas y centros que llevan años viviendo de una imagen de color de rosa proporcionada por la visión de sus responsables y los panegíricos de la prensa tradicional.

  101. La Central tiene 121 trabajadores. Ni un solo comentario ha defendido la ética profesional de los dueños de la librería. Supongo que los 121 trabajadores saben lo que está pasando en esta página. Ergo…

  102. Croquetiforme

    Efectivamente, estoy de acuerdo con C. Un caso paradigmático es el de Mercadona. Con 74.000 empleados y condiciones bastante aceptables, tienen, como es lógico, problemas laborales. Yo mismo los he tenido, y muy graves, en varias empresas donde estábamos cuatro gatos. No digamos con 74.000. Son pocos casos convertidos en memes y publicitados por una cuestión ideológica unas veces, otras seguramente por acción de la competencia.

    Lo objetivo es que no hay denuncias, no hay representación de los trabajadores, no se ponen los sueldos (sólo el más bajo, para ahondar en el victimismo) y no se aclara lo de las horas. Los demás son en realidad pocos comentarios teniendo en cuenta los trabajadores que hay. Muchos de ellos manifiestan que son ex-trabajadores, lo que inciden en la posibilidad de rencor.

    Por otra parte no es muy coherente dar validez a las protestas porque no surge defensa. ¿Quién va a molestarse en defender un trabajo corriente y moliente? «Hola, soy trabajador de esta librería y me gustaría decir que este trabajo es del montón, voy a trabajar y cobro a final de mes y echo mis horas y ya».

    Pues hombre, en estas cosas el que no exista defensa por parte de los trabajadores no quiere decir que tengan validez las protestas, no seamos infantiles.

    Por otra parte sigo esperando las aclaraciones de sueldos, horarios, compensaciones de las once horas. A estas horas no han salido.

    Por otra parte se habla del trato, pero tampoco se concreta.

    Sinceramente, estos comentarios cada vez me parecen más sospechosillos.

    Menos mal que Antonio Maestre, el periodista justiciero, lo aclarará todo en pos de su tan merecido Pulitzer.

    • Tu última frase aclara lo suficientemente bien de dónde vienes y hacia dónde vas. Flaco favor a La Central.

  103. La Central vende una imagen y la gente compra esa imagen. Hay infinidad de librerías pequeñas por todo Madrid, de libreros que sólo se explotan a sí mismos para poder sobrevivir. Sin embargo, la gente prefiere comprar los libros en La Central, en la Fnac, en la Casa del Libro y en El Corte Inglés. También los editores prefieren presentar en ellas sus libros porque es más «guay». Aquí están las librerías de Madrid. Si los de La Central son unos cabrones, vayamos a otras: http://statics.madridiario.es/uploads/f011339cdcd74472ec2d8d5903061e8e

  104. En este país está muy mal visto hablar bien de tu empresa, so pena de ser acusado de pelota y cómplice necesario de las tropelías del capitalismo, aunque sea progre.

    Independientemente, yo sí me creo los comentarios de los trabajadores, cobrando eso que cobran y teniendo las aptitudes que la propia Marta admite que tienen, no me extraña que estén cabreados. Si a eso le sumas que fijo que estos dos se lo tienen muuuuuy creído y lo harán notar cuando puedan, jornadas maratonianas y detalles tipo remuneraciones vía vales descuento de la empresa, pues poco me parecen unos simples comentarios aquí. Tendría que haber salido a la luz esto mucho antes y por otras vías, tipo denuncias o algo.

    Por otra parte, muy interesante la repercusión que pueden tener las personas a través de internet, y cómo se achantan enseguida los que nunca lo habían hecho.

  105. suelo dejarme un presupuesto mensual en libros: ya sé donde no voy a comprar de nuevo.

  106. Yo también pienso escribir, como Antonio Maestre, sobre este tema. Y como él quisiera corroborar y profundizar en los detalles. Tanto desde el punto de vista laboral (si sois tan amables de escribirme a [email protected]) como desde el punto de vista de la veracidad del auto-retrato de Marta Ramoneda. Por ejemplo, ¿en qué dirección ha influido Feltrinelli en La Central? O menos importante: ¿hasta qué punto dice toda la verdad sobre sus inicios, eso de que nadie de su familia se dedicaba al mundo de los libros hasta que ella y su hermano (digo yo, que edita en Tusquests, Edicions 62 y ahora La Maleta de Portbou) se pusieron a ello?

    • ¿También vas a hablar en tu artículo cuando un compañero te pilló robando libros en La Central de Callao o eso mejor no lo mencionamos? Pensé que se te había dicho que no volvieras.

      • Pensaba empezar por ahí. Que hacen jornadas de muchas horas casi todos los días de la semana es una evidencia para cualquiera que haya ido más de una vez por semana a la librería como yo hacía antes del incidente que menciona Librero. Dice Librero que un compañero me pilló robando pero mas bien me dijo que no volviera mientras sostenía en la mano una cantidad de libros que nadie podría pensar que fuera a comprar salvo las cajeras (es cierto que son mayoritariamente mujeres) que tienen constancia del pastizal que me he ido dejando en La Central a lo largo de los años. Supongo que forma parte de la tónica del sitio el convertir a los clientes habituales en gente non grata sospechosa de haber robado. Así que sí, voy a hablar de cuando me «pillaron robando». Pero también de todo lo demás.

      • Exacto, señor librero… Se trata de que el siervo expropiador no vuelva al feudo de su amo explotador. Se trata del mercado, no de la cultura.

        • Otra vez soy el tal Cliente. Habéis puesto el comentario de Castro respondiendo a la imputación de Librero. Supongo que os habéis molestado porque le llamo «explotador»; ahora veo que según Castro tendría que llamarle Imputador. Curiosidades tiene la vida. Se trataba de oponer, amablemente, pese a las interpretaciones, el sujeto Librero ante el sujeto Cliente (que, además, lo soy…). Ironías aparte, hay que ver la que se ha armado. También hay vida bajo las alfombras de la cultura, algo tan viejo como la Humanidad. Saludos.

    • ¿Tú eres el Ernesto Castro al que pillamos mangando libros más de una vez?

      • escorpia_la central

        Hombre, es bastante extraño que aparezca un librero trabajador de la central para no decir nada al respecto de lo vertido y ponerse a fiscalizar a uno que entra a comentar cuando, hubiese robado o no, no vendría muy a cuento. Aunque como giro siniestro en el hilo funciona bastante bien.

  107. escorpia_la central

    Croquetiforme, es loable tu esfuerzo por ser garantista pero en tu razonamiento condescendiente se te escapa un detalle, no sé que extraña y gris imagen te haces de un trabajador, pero una acusación de despotismo y abuso a tus jefes es lo suficientemente grave como para tomar parte, aun siendo el tuyo un trabajo corriente y moliente. Pero obviamente es terreno de la especulación, pero la tuya es peor.

  108. Anita Leotardos

    Me encantan esos community managers de La Central entrando al quite con el capote y sembrando la de «zagales pijeras que no saben lo que es agachar el lomo y currar!!, como el 98% de los españoles!!!».

    Por favor, contadnos más de vuestras experiencias peleando a mano descubierta por un pedazo de pan en las calles de Calcuta o cosiento camisetas en un taller de Bangladesh.

    Puro amor.

  109. Robertokles

    Comprad en Librería Delirio de Móstoles. Buscad por ahí sus actividades; o en Traficantes de Sueños, otra librería en la que las cosas se hacen de otro modo.

    Nos pasamos la vida protestando de la cantidad de dinero que tiene Amazon o estas cadenas de librerías (donde, por cierto, me fue imposible encontrar un Tirant (!!!) con texto original en valencià (había varias ediciones vertidas al català), y no apoyamos los proyectos culturales emprendidos por colectivos de libreros solidarios y que hacen un trabajo activista irreprochable. Y así nos va.

  110. Alucino con estos comentarios. No vuelvo a pisar ese sitio nunca más. Me gasto una pasta en libros todos los años pero ni uno sólo más va a ir a parar ahí.

  111. Croquetiforme

    Escorpia, somos ya grandecitos como para dudar de todo, sobre todo si hay motivo. En este caso se da una imagen de lucha del pequeño contra el fuerte. Y eso viste mucho. La venganza del oprimido, la justicia del débil. Todo el cuñadoprogresismo español linchador tiene aquí su circo de inmediato.

    De momento parece que sacamos varias cuestiones objetivas, desde un punto de vista neutral:

    a) Después de años no hay ni una denuncia.
    b) Después de años los trabajadores ni se han molestado en organizar una representación legal.
    c) Se solicita que se pongan los sueldos y se coloca el menor, el de auxiliar de caja. El resto se evitan porque, intuyo, matizarían bastante la protesta.
    d) Se hace hincapié en que se trabajan once horas algunos días. Al solicitar cuándo se da esto y cómo se compensa, de nuevo el silencio.
    e) Los comentarios son difusos, no concretan, están repetidos. Muchos de ellos son de, al parecer, ex trabajadores. Otros del novio, del amigo del amigo. Rigor ante todo, desde luego.

    Ante esto es conveniente poner en solfa ciertas cosas y solicitar datos que de ninguna manera se están dando, antes de envolvernos todos en la bandera del pueblo contra el demoño.

    Que existan problemas laborales es normal. Lo curioso es que aquí parece que absolutamente nadie ha seguido los cauces habituales para la reclamación o la protesta, lo cual es significativo.

    Como también es significativo que el garantismo nos lo saltemos cuando una causa conviene a lo que podemos llamar, «revolución en pijama desde mi iphone».

  112. Me parto de risa con ésos que dicen que por qué no han denunciado los trabajadores.
    Es muy complicado denunciar, es un pastizal en abogados, si pierdes el juicio, ni hablamos, y son cosas muy difíciles de probar.
    Un desgaste psicológico tremendo, además, creo que mientras estás en juicio con una empresa, no puedes trabajar en otra, o algo así.
    Y, ¿qué van a denunciar estos trabajadores?, ¿qué sus empleadores son negreros?, por favor, ésta es una práctica reprobable, pero no ilegal en España.
    Se supone que si no te gusta, lo dejas. Quién no lo deja, será que no tiene otra cosa a lo que agarrarse (España, 26% de paro, esas cositas…).
    Es mejor aguantar, y si puedes, te cambias.

    Pero entiendo que cuando han visto una rendija, unido a la autocomplaciente entrevista, con esta señora yendo de guays, y de trabajar por la cultura y la sociedad, los trabajadores, o ex trabajadores, se hayan cabreado, y hayan querido dar su versión sobre los hechos.

    En lo que sí estoy de acuerdo, es que antes de hacer un linchamiento social, hay que investigar los hechos, y poner blanco sobre negro.

    • Denuncia sí

      Te equivocas, denunciar es muy sencillo, te sale por unos 450€, te lo digo por experiencia. El proceso empieza al cabo de un año de interponer la demanda, si en ese tiempo la empresa comete irregularidades como represalia el abogado intercede: despido improcedente + indemnización, la minuta del abogado es alrededor del 10% depende de a quién contrates. Lo difícil es encarar el paro si no encuentras nada.

  113. laura ex trabajadora

    Todo lo que cuentan acerca de Antonio y del trato de los empleados es la pura verdad. y la cosa mas terrible es que esconden su actitud de negreros detras de los mejores libros de la literatura mundial. yo he trabajado en esa empresa hace seis anos, cuando la crisis estaba justo empezando y he visto despedir de un dia para otro un trasportista que trabajaba a tiempo parcial y que tenia Graves problemas familiares. no tienen ninguna piedad, son falsos, crueles (y no lo digo exagerando) y le faltan de respeto a diario a sus empleados.

  114. Altiplano

    Pues que se les ocurra denunciar ahora, que con la panda de delincuentes que llevan las riendas del país ahora meten en la cárcel a los (ex)trabajadores y a los dueños les ponen la medalla de Santa Viborada, nacida en Suiza y patrona de los libreros.

  115. Vaya vaya, si los «enemigos del sector» son los malos malísimos de «A» no sé qué haremos si estos dos libreros comprometidos, Marta y Antonio, se convierten en la alternativa.
    Menudos ogros!
    Adios Central y a compartir esto a diestro y siniestro.

  116. Con cariño, a los trabajadores actuales:

    1. Id a informaros a un sindicato. No hace falta que se entere la dirección para formar una sección sindical. Y una vez formada, desde ella se puede hacer mucho.

    2. Leed vuestro convenio colectivo y el Estatuto de los Trabajadores. Esto es urgente. Así no se cometerán errores como pensar que os deben vacaciones de años ya pasados: las vacaciones hay que disfrutarlas en el año en que se generan. Por eso ella dice tan segura en su comunicado que nadie tiene pendiente el disfrute de vacaciones de años pasados: sencillamente, porque se ha perdido ese derecho si no se ha disfrutado en su momento. También así podrán dejar de decirse cosas como ésta: «Hay contratos indefinidos y hay trabajadores que llevan dos años o más con la incertidumbre de que les renueven cada 6 meses». El artículo 15.5, os explicará claramente que si trabajáis 24 meses en un periodo de 30 con dos o más contratos (con las salvedades temporales de la reforma laboral del 2012, ojo con eso), seréis indefinidos, a todos los efectos, ya ponga en vuestro contrato que estáis por obra y servicio o que la abuela fuma: sois indefinidos.

    En serio, id a un sindicato a informaros (y pensad primero un poco a cuál, que no son todos iguales). Ánimo.

  117. ex clienta?

    Està clar que, ara mateix, la sra. Marta Ramoneda i el sr. Antonio Ramírez ténen un problema. És el que passa quan s’obvia el poder dels usuaris 2.0.
    Segur que abans era més senzill amagar-ho tot però avui en dia és imposible. La xarxa és poderosa i cal donar prioritat a valors com la coherència i el respecte perquè si no ho fem… si seguim actuant com si fóssim els únics interlocutors, passen aquestes coses: la gent respon de manera contundent.
    Quan dic coherència em refereixo a una correspondència entre el propi discurs i els nostres actes. I si parlo de respecte, en aquest cas, es tracta del que mereix qualsevol treballador.
    Si us plau, senyors de La Central, han enviat un comunicat parlant de condicions laborals que no respon als requeriments dels clients. El que nosaltres necessitem per poder seguir comprant llibres a La Central no és aquest llistat dels punts d’un conveni que no ens cal conèixer i que ens avorreix llegir. El que demanem, des de fa dies és la certesa de que el tracte als treballadors de seva llibreria és respectuós i just. És això. No ens expliquin altres coses.
    Que ens enumerin les condicions del conveni sembla més un intent de distreure l’atenció del que ens preocupa de debó, que cap altra cosa.
    Som molts els clients que vivim en la coherència i que cada dia intentem que els nostres actes responguin a una manera de viure en pau amb les nostres consciències. Per això volem una explicació sobre aquest tracte als treballadors que s’ha «qüestionat» llargament en aquest mitjà. Personalment, no puc seguir comprant els meus llibres a La Central fins que això no s’aclareixi. És justament això el que volem conèixer els clients.
    No porto els meus fills a una escola de la que no me’n refio, no poso els meus diners en un banc sospitós, no menjo productes que no mereixin la meva confiança… ni compraré els meus llibres a un lloc on no hi hagi coherència i respecte per qui m’atengui. És senzill, oi?
    Doncs és això i cap altra cosa el que volem.

    Marta, Antonio, em dirigeixo a vosaltres… sé que ara mateix teniu un problema greu a les mans. Possiblement no podeu dormir a les nits amoïnats pel vostre negoci i no m’estranya, en teniu motius. Jo al vostre lloc tampoc dormiria.
    Els usuaris, els clients, tenim el poder de decidir si seguim comprant a La Central o no ho fem més.
    Us he de dir, d’altra banda, que jo sempre m’he sentit a gust comprant allà, he estat ben atesa, n’he sortit contenta i ben aconsellada. Ara vosaltres deciciu si segueixo a La Central o busco un altre lloc.
    Mentre no ho aclariu, els regals de reis els compraré a Documenta.

  118. Garbanzo, creo que la trampa para no hacer indefinidos los contratos (ni acumular antigüedad) consistía en cambiar de empresa a los trabajadores, pues según tengo entendido (de oídas, puesto que yo nunca he trabajado ahí) cada tienda funciona legalmente como una empresa distinta, y a los trabajadores los tienen unos meses a nómina de «Central del Raval», luego otros a nómina de «Central de Mallorca» y así van tirando. Pero sería un dato que deberían confirmar los trabajadores, puesto que yo no lo sé de primera mano.

    • Joan, si eso es así, es demostrable y sería el momento de sacarlo a la luz. Eso que comentas es una práctica común. Desconozco el tema en las librerías, pero en sectores como el hotelero tengo constancia de que se hace: mismos dueños, distintas empresas y movimiento constante de personal para evitar hacerles indefinidos. Hay una parte cada vez más grande de la población española para la que la legislación laboral existe, pero no se aplica. Se incumple sistemáticamente con todo tipo de triquiñuelas con la total y absoluta connivencia de las instituciones del Estado y una ciudadanía que, mientras no le toque, prefiere mirar a otro lado.

    • M’encanta el punt de vista de l’Ex-clienta que escriu el dia 2. Tot fa veure que la pressió es excessiva i que no és una empresa petita, al contrari, tot i que no hi veig cap disculpa presentable quan els fets són palesament persistents. Les sortides sindicals no em pareix raonable deixar-les de banda, mai. En els anys seixanta i setanta sense reivindicacions i lluites sindicals constants no hauria canviat res. I, a la fi, m’agradaria que hi hagués més llibreries (petites o mitjanes) ben competents i professionalitzades…

  119. Tomás Onaindia

    Solo tengo buenas palabras para el trato que me han dado siempre sus trabajadores, especialmente los de Callao.

  120. Soy cliente de La Central desde hace muchos años y me parece una librería magnífica. En caso de tener la seguridad de que los comentarios a esta entrevista son ciertos buscaría otro lugar donde seguir comprando libros, pero tampoco me parece justo que unos cuantos comentarios en internet basten para hundir la reputación de una empresa con casi dos décadas de trayectoria y más de 120 trabajadores.

    Una idea que dejo a la dirección de la librería es que encargue una auditoría externa y la publique para tranquilidad de todos. De hecho, puesto que parece que preocupa -y mucho- en qué condiciones han llegado hasta nosotros los productos que consumimos, es algo que deberíamos exigir a todas las empresas. Tengo entendido que este movimiento propone algo parecido http://economia-del-bien-comun.org/es/content/primeros-pasos

  121. Más info

    Yo no soy trabajador ni extrabajador de La Central, pero conozco a personas trabajando actualmente allí y confirmo la línea de lo que se cuenta. Prefiero escribir desde el anonimato para no ponerles en dificultades, por si la dirección trata de conectar cabos y tomar represalias. Hablo desde lo que tengo entendido después de muchas conversaciones durante los últimos años sobre las condiciones de trabajo de La Central.

    Es muy fácil utilizar el escepticismo para dudar de todo. Es precisamente el anonimato lo que ha permitido que se destape esto, y es el mismo anonimato del que es sencillo desconfiar. Es normal que no haya apenas comentarios no-anónimos de trabajadores actuales de La Central, porque la cultura del miedo está muy implantada, tanto dentro de La Central como en general entre el precariado… el terror a perder el trabajo precario es muy alto, y ya se sabe de lo que es capaz la dirección, que ha amenazado y tomado medidas contra cualquier atisbo de protesta o sindicalización. No es la primera vez que salta a los medios, con una denuncia de la CGT cuando se despidió a personas que reivindicaban representación de los trabajadores hace un tiempo (que actualmente sigue sin haber): http://por.pangea.org/esp/noticies.php?ordre=891 Si se les denunciara, aun con razón, el despido o las represalias están garantizados (no se permite denuncia anónima), y no están las condiciones como para esperar la resolución positiva de un juicio durante uno o varios años, en el paro, pagando tasas judiciales con sueldos precarios y contra un pez gordo. Esto tiene más sentido hacerlo a través de un sindicato, pero como digo La Central ha reprimido cualquier intento de sindicalización.

    Puedo aportar algo más de info. La dirección ya ha escrito sucesivas veces a los trabajadores de La Central desde que comenzó la avalancha de comentarios negativos. Han convocado una reunión con los trabajadores para mediados de enero, han pedido propuestas de cambios y les han pedido que se solucionen los trapos sucios dentro sin hacer públicas más declaraciones. Se han tomado muy en serio todo esto porque describe una realidad, y no tendrían dicha reacción si fuera cosa de 4 extrabajadores resentidos o de una campaña de desprestigio de la competencia.

    Ahora, La Central debería de plantearse seriamente un cambio de rumbo. Unos pequeños cambios cosméticos en las condiciones no significarán nada. La dirección podría plantearse por qué está tan extendido ese resentimiento visceral hacia ellos, por algo será. Se trata sistemáticamente a los trabajadores como si no fueran personas con una vida, y se requiere un cambio de enfoque en su trato. Sé que ha pasado repetidas veces que a un trabajador no se le informa de la renovación o no de su contrato hasta un día antes, que no se sabe si se autorizan sus vacaciones solicitadas hasta 3 días antes de la fecha de comienzo, que se realizan cambios de horario frecuentes (tanto de turnos como de días en la semana) fomentando un grado enorme de inestabilidad, que hay trabajadores con sólo un día libre a la semana o que cuando tienen dos pueden no ser seguidos ni normalmente en fin de semana… En jornadas laborales de 35 horas a menudo se planifican para que se gasten 32 a lo largo de la semana, para que la dirección disponga siempre de horas que el trabajador les debe (la famosa y ambigua bolsa de horas) y que puede utilizar para cancelar un día libre cuando les es más conveniente (aumentando la presión permanente e incertidumbre). No se conceden festivos, que se trabajan como días normales. Puntualizo que las (horribles y a menudo semanales) jornadas de 11-12 horas son pagadas dentro del horario laboral de la semana (no como horas extras) y se compensan con otros días trabajando menos horas.

    La mayoría de los trabajadores (indefinidos o temporales) tienen sueldos denigrantes para el grado de explotación (entre 800 y 1000, según creo), y se les mantiene artificialmente en categorías como «auxiliar de cajero» o «auxiliar de librero» durante años, aun en casos de tener crecientes responsabilidades. Aun los trabajadores con mayores responsabilidades y salario más decente (alrededor de 1200, creo), no se libran de estas pésimas condiciones laborales, sin contar con la agresividad y presión psicológica de la dirección, como ya se ha comentado, o con la discriminación por género demasiado habitual. Reformas inmediatas podrían ser estabilidad de horarios (para que los trabajadores puedan hacer algo tan simple como apuntarse a algo los lunes por la tarde), planificar 35 horas semanales si el contrato pone 35 horas semanales (sin deber horas acumuladas cada semana), planificar decisiones sobre renovaciones con meses de antelación para permitir planificar al trabajador (sin que viva con la incertidumbre hasta el último día), dar los festivos como festivos y ofrecer incentivos económicos para que quien quiera los trabaje (no por obligación)… En definitiva, tratarles como personas, no como máquinas que hacen horas que cuadrar en unas casillas.

    PD: Es cómico leer el comunicado de la dirección hablando desde legalismos… aunque dudo mucho que todas estas prácticas sean legales, las sucesivas reformas laborales ya se han ocupado de que condiciones denigrantes y poco éticas sean del todo legales, pero eso no las hace mejores condiciones.

  122. Lucía García

    Gracias a un amigo que trabajó en La Central hace tiempo y que me ha reenviado este link, decido no volver a gastar un céntimo allí y hacer la máxima difusión. Gracias a todos

  123. Croquetiforme

    El enlace que lleva a un comunicado de la CGT del 2009 es algo extraño. Se indica que despiden a un compañero por mover a las elecciones sindicales. Según el texto estas elecciones en ningún momento se impiden. Si no he entendido mal se producen y gana UGT. Por otra parte si despiden a alguien al convocar elecciones, algo que debe hacerse por escrito y tiene su cauce legal, se tendría un documento clave para una posterior denuncia que tendría muchas papeletas para ganarse. No parece que ese despedido, si nos ceñimos a ese texto, se denunciara, ni que CGT entrase en ningún proceso jurídico. Pongo en solfa esa información, sobre todo porque da la sensación de pataleta de sindicato minoritario al que otro más grande, experimentado y mejor formado le ha comido el terreno.

    En cuanto a las condiciones laborales propiamente dichas no parecen precisamente el infierno, la verdad. Creo que las firmarían la mitad de los habitantes de España, pero no ahora, sino antes de la crisis.

    Hay cosas mejorables, desde luego, pero parece que compensan las horas extras echadas con jornadas más cómodas. Hay de mileuristas para arriba… en fin, no sé.

    Sería interesante conocer la versión de la representación de los trabajadores, que según el enlace aportado recae en UGT. Al menos entonces, no sé si ahora sigue siendo así.

    • Este es el problema, ya no comulgar con cualquier tipo de abuso, sino aceptarlos con agrado porque las condiciones de trabajo de unos empleados altamente cualificados son «mejorables» pero «no parecen precisamente un infierno» y «las firmarían la mitad de los habitantes de España». Parece que no nos acordamos de que el término «mileurista» se acuñó de manera despectiva antes de la crisis. Que viviendo en Madrid y trabajando en el centro un sueldo de menos de mil euros al mes (hablan de mil euros brutos) da para vivir justito y compartiendo piso. Supongo que, después de todo lo que se ha dicho en este foro, consideras que las condiciones laborales que se describen no son un infierno porque los trabajadores no tienen que recoger algodón durante 14 horas al día a cambio de comida y techo. Si es ahí donde pones el listón, entonces estoy de acuerdo contigo

      • Croquetiforme

        Actualmente, dos tercios de los trabajadores en España, o sea, de los que tienen la suerte de trabajar, ganan poco más de seiscientos euros en el caso de que los ganen. En ese sentido hoy día los sueldos de esta librería son un lujo para muchas personas, sin duda.

        Pero es que ya antes de la crisis recuerdo ver estadísticas sobre ciudades de provincias, donde la mitad de los trabajadores, en sitios donde ya entonces había altísimos índices de paro hoy colosales, estaban muy por debajo del mileurismo en más del 50% de los casos. Y muy poquitos superaban los 1.200.

        Los sueldos de los asalariados son generalmente muy bajos en España desde hace mucho. Y en este caso no están entre los peores, ni de lejos.

        No se trata de poner listones idealistas. Sino de la realidad. Y las condiciones no parecen en absoluto horribles, no. Vivir solo en España (sin segundo sueldo) es algo muy costoso hoy y hace 15 años.

        • María-José

          Con este tipo de comentarios es como los trabajadores españoles han perdido dignidad y condiciones laborales decentes. Cobrar 1200 euros por 11 horas de trabajo diarias mientras un pijo te vigila a través de una cámara de seguridad desde otra ciudad es una pesadilla de Orwell, o de los Emiratos Árabes. Si además te insultan en el trato, si además venden la «marca Barcelona» que ya conocemos desde los tiempos de Pasqual Maragall, eres candidato a la depresión. Mejor te callas.

  124. Pingback: El progre consumidor. Una decepción Central | La Réplica

  125. Después de leer la entrevista y los comentarios siguientes, como extrabajador del almacén de La Central, cuántas cosas se podrían decir de Marta Ramoneda y Antonio Ramírez (la pobre Maribel -fundadrora- la relegaron al almacén hace años antes de jubilarla porqué era demasiado crítica con Antonio)!!!
    Una de las mejores partes de la entrevista es cuando hablan de la selección del personal: tube que pasar 2 entrevistas para trabajar poniendo etiquetas en el almacén; lo mejor fue la pregunta sobre qué literatura leía yo, entre otras más pedantes, para sólo poner etiquetas en el almacén!!
    Sobre el trato de Marta a sus compañeros libreros, la cosa daría mucho de sí. Sobre la educación de Antonio con los trabajadores, podríamos escribir un libro precioso. Por ejemplo, contratan para que trabajes en la calle Zamora, firmas el contrato y a los 15 días te notifican que los almacenes se trasladan a Sant Cugat del Vallès. Y lo que tubimos que «luchar» para que pagaran un complemento ridículo para el transporte público.
    Des de que trabajé en esta librería, nunca más he comprado; ni mis amigos ni conocidos. Y muy contento!

  126. No sé los demás, pero yo he tenido más de un empleo en el que se respetaba escrupulosamente el convenio y aún así las condiciones eran indignas. No soy un cliente asiduo de La Central, pero alguna vez he comprado allí y no creo que vaya a hacerlo más por el momento. Es cierto que sería injusto desacreditar totalmente a la empresa por unos mensajes que han aparecido en un foro, pero tampoco veo razones suficientes para dudar de la veracidad de esos testimonios y, por supuesto, la razón de que pueda ser una campaña orquestada por FNAC o Casa del Libro me parece absurda, más aún teniendo en cuenta la malísima fama que tienen esas dos empresas respecto al trato a sus trabajadores. La respuesta que ha ofrecido la empresa y que se ha publicado en este foro me parece verdaderamente muy pobre, muy floja. Insisto, he trabajado en empresas que cumplían escrupulosamente la legalidad (y hablo de antes de la reforma laboral) y aún así las condiciones eran infernales y los sueldos de hambre. Yendo de lo que va esta mujer en esta entrevista, las condiciones laborales en su empresa deberían ser óptimas y el trato al trabajador exquisito. No parece que sea así y me alarman mucho ciertos comentarios en los que poco menos que se tacha de quejicas y de vagos a los trabajadores que protestan por tener las condiciones de trabajo que se han denunciado aquí. Es muy alarmante que veamos como normales o incluso aceptables o decentes ciertos sueldos, ciertas actitudes hacia los trabajadores y ciertas prácticas que muchas empresas llevan a cabo, por muy habituales e incluso legales que sean.

    • Es alarmante, triste y bastante vergonzoso. Llevo años oyendo esta cantilena, no de quien padece dichas condiciones laborales sino de quien está por encima de ellas porque «lo vale». Los demás, los precarios, tenemos lo que nos corresponde porque «no nos da el intelecto ni las capacidades para más». Hay personas recibiendo la mitad del salario de sus compañeros por el mismo trabajo por estar subcontradas y no pertenecer a la empresa, pero es lo hay. Todo muy legal.

  127. Croquetiforme, muy pendiente te veo de rebatir cualquier crítica, casi parece que te dedicaras a ello ‘profesionalmente’…Lo cual me lleva a dudar de la honestidad de tus fines. Se me ocurren dos hipótesis: o eres parte de la dirección de ‘La Central’, o eres un asalariado cuyo fin es desprestigiar las críticas que aquí se vierten. Seguramente tu seas el más anónimo de todos: aquel al que ni siquiera sus compañeros conocen.
    Por mi parte, no tengo ningún interés en desprestigiar a ‘La Central’, he sido cliente durante muchos años, tantos como he tardado en conocer de primera mano el trato que reciben sus trabajadores. Desde entonces y desde la indignación, no he dejado en ningún momento de comentarlo. Y ahora ha sido JotDown quien nos ha brindado la oportunidad de hacer público lo que ya algunos sabían.

    • Parece que los de La Central han puesto a trabajar al CM para intentar desacreditar la voces disidentes.
      Lástima que parece vivir en otro planeta y no lo sabe hacer:
      ¿Cuánta gente puede arriesgarse hoy a dejar su empleo, por precario que sea, o denunciar y que le echen con más de seis millones de parados?
      Lo normal es que vayan buscando y cuando encuentren algo se marchen. Lo que a la empresa le va de fábula: ni despidos ni juicios ni nada de nada. Se van calladitos.
      La fórmula perfecta que ha resultado de esta crisis que más que crisis es estafa, robo y pérdida de derechos para los de abajo.

  128. david jarvei

    17 contradicciones y el fin del espejismo…!

  129. Creo que hay mucho troll y sin sentencias, denuncias o hechos demostrables concretos no se puede acusar anónimamente, eso es fascismo y caza de brujas.

    En una empresa con tantos trabajadores siempre hay varios trolls resentidos por haber sido purgados por vagos.

    Yo no conocía la librería e iré un día de estos, no todo va a ser negativo.

    • Ay Paco! Dices «que han sido purgados por vagos». Eso te define. Nunca el estalinismo estuvo tan cerca del fascismo en una sola frase.

  130. «dos tercios de los trabajadores en España», «poco más de seiscientos euros» «recuerdo ver estadísticas», «la mitad de los trabajadores», «muy por debajo del mileurismo en más del 50% de los casos». Ofreces un batiburrillo de datos y estadísticas que perfectamente te puedes haber inventado, para tratar de justificar que unos trabajadores que supuestamente sufren unas condiciones laborales inaceptables no deban quejarse. Esa es tu labor en este foro hasta el momento, ponerte al servicio de la indignidad haciendo como que denuncias (o ni eso) otras mayores.

  131. He ido a comprar a La Central en alguna ocasión en que he pasado por Madrid. No guardo mal recuerdo de la experiencia pero tampoco puedo decir si se respiraba todo ese «mal rollo» del que hablan otras personas. Hasta aquí mi experiencia.
    Dicho esto, estoy de acuerdo con aquéllos que dicen que sí que se puede denunciar. No digo que se resuelva de hoy para mañana pero tampoco es tan complicado dar con quien te asesore bien sobre por dónde llevar tu denuncia. ¿Que no se hace por miedo, como dicen tantos participantes? Sin duda, algo habrá de eso. Pero no es menos cierto que, colectivamente hablando, somos unos gansos y unos comodones de cuidado. Somos de llenarnos la boca de según qué principios en las charletas de pasillo pero luego, a la hora de la verdad, a la hora de votar por tal o cuál cosa, o a la hora de comprar eso o lo otro, se nos olvida todo enseguida. Habrá que ver, por ejemplo, cuántos de los que han prometido no volver a comprar ahí acaban efectivamente haciéndolo y cuántos lo dicen de boquilla porque queda bien eso de darla caña al patrón pero, ya en la práctica, a los trabajadores que les den…
    Si de verdad es tan sistemático el incumplimiento por parte de la empresa, no debería ser demasiado difícil ganar una denuncia. De hecho, se gana de calle. ¿Pero entonces? ¿Son tan terribles las condiciones de trabajo? ¿Son tan de miseria los sueldos? No lo sé, pero en ese caso, lo juicioso sería decir qué se entiende por condiciones dignas y salarios adecuados. Para muchos parecerá obvio explicar eso pero no creo que esté tan claro. Entre otras cosas, porque aquí el 90% de la gente no tiene ni la más remota de qué implica montar una empresa, los costes fijos que tiene, el laberinto burocrático al que tienes que enfrentarte y un largo etcétera. Aquí lo que sobreabunda es la idea fija de que el dueño de la empresa, por definición, es un hijo de mala madre y el trabajador, también por definición, un explotado. Parece que nadie se ha parado a pensar que más de las 3/4 partes de las empresas que se crean no superan los dos años de vida. Es decir, no es tan fácil hacer dinero. Y cada empresa que cierra no sólo son trabajadores despedidos sino créditos pedidos por parte del empresario que a ver cómo cojones se pagan. Pero, ya digo, en eso no piensa nadie nunca. Mucho me temo que en más de un caso lo que haya es un mal disimulado deseo de que en esa empresa y en general todas funcione el modelo funcionarial, de trabajo de tal a cual hora, sueldo fijo y que, además, me lo paguen tanto si me lo curro como si no doy palo al agua. Sé de lo que hablo porque soy funcionario y conozco muy de cerca a personas que han montado una empresa y les puedo asegurar que aquí cada cual, por aquello de defender sus intereses, miente más que habla.
    En cualquier caso, si es verdad que en La Central se lo montan de la guisa que se describe, caña y hasta las últimas consecuencias… que podrían ser el cierre de la empresa y todos a la puñetera calle, por si nadie se había dado cuenta. Y, ojo, no digo con esto que haya que callarse. Sólo digo que puestos de trabajo con sueldos de 2000 euros por ser dependiente en una librería, por muy La Central que se llame, y horarios de 7.5 horas, vacaciones pagadas, y horas extras remuneradas a no sé cuánto no existen en ninguna parte. Si a todo lo que no sea eso lo vamos a llamar explotación, bueno, pues nada…
    Y en cuanto a la prepotencia y todo el buenrollismo que rodea a esta mujer y su socio, bueno, siendo hermana de Josep Ramoneda y gozando de la posición privilegiada que tiene esa familia desde siempre y los poderosísimos amigos que tienen en Prisa, órbita del PSOE y todo el progrerío mundial, ¿hay mucho de qué extrañarse? Lo digo porque nadie llega a esos niveles sin haber contando con complicidades varias y con la aquiescencia y el mirar para otro lado de un buen puñado de personas, por aquello de que «son de los nuestros»… Como ya pasó, por ejemplo, con el caso de la familia Bardem y las condiciones de trabajo en un restaurante en Madrid, si no me equivoco. ¿No querían famélica legión? Pues ahí tienen…

    • Cuidado, yo sí pienso.
      Vengo de una familia de comerciantes.
      Tengo familiares y amigos embarcados en la heroica tarea de sacar una empresa adelante en este país, España, que solo se acuerda de los pequeños empresarios para cobrarles impuestos cuando empiezan a respirar.
      No voy a contar aquí mi vida, pero no vas a encontrar a nadie más concienciado que yo con este tema.

      Dicho ésto, me parece injustificable e indignante los comentarios que se están vertiendo aquí.
      Los dueños son acusados de explotadores y negreros. Nada justifica ese comportamiento. Si no pueden sostener una librería en Callao, que no lo hagan, y desde luego, que no mantengan un negocio bonito, con pátina de progre, a costa de los derechos de los demás.
      Que abran menos librerías, o que ganen menos.

      Tres puntos:
      a) Nada justifica el comportamiento de esta pareja. Pero no creo que sea fácil sacar adelante una librería.
      IVA cultural: 21%. Desgravar ayudaría a las librerías, a todas.
      b) Efectivamente, son progres, afines al PSOE a esa izquierda de la hoz y el martini, en la práctica ya es otra cosa. Tiran mucho de contactos.
      A mí los empresarios que me interesan son los que montan su negocio al margen de contactos en las altas esferas. Cuesta más, claro. Y los hay. Y muchos no explotan a sus empleados.

      c) Lo mejor es comprar en una tienda en la que los dueños sean los dependientes. Se me viene a la cabeza Tipos Infames. Cuando un negocio empieza a crecer a costa de convertir españoles en chinos (y ya ni éso, que hay chinos que viven muy bien), kaput.

      Bye bye La Central.
      No necesitamos más empresarios como éstos.

      Feliz Navidad Sra Ramoneda.

      • Hay muchas cosas que se pueden comentar sobre lo que comentas pero la Sra Ramoneda es dependienta en la Central de Mallorca (yo mismo la he visto un montón de veces, y me ha atendido) y eso no hace La Central mejor para nada. En fin, que les den.

  132. Sebastián Lechuga

    ¿Los distribuidores no tienen algo que aportar a este debate? ¿Cómo les sienta la financiación que hace La Central a su costa? ¿Y Antonio Ramírez a quién envía a dialogar cuando la empresa no cumple los pagos?, ¿va él..?

    • Ole tu.muy bien dicho. Es lo que creo yo. Ante todo hay una etica. Sinó pueden abrir en callao pues que no abran y que mejoren antes las condiciones de los trabajadores. Pero pasarse la vida diciendo que las condiciones son las que son y que no se pueden cambiar y luego abrir callao en un edificio historico,con un alquiler estratosferico, esto es ser un negrero y punto.

  133. Andreu Suriol

    Me decía yo al leer la entrevista, que no era tal sino una tesis doctoral de encargo. Pero ¿y la cola que ha comportado? Nunca-que yo sepa-he comprado en la Central y así seguiré.

  134. Mercy!!!

    No volveré a ir.

    Salud para todos.

  135. Conozco a dos personas que han tenido relación con la central.

    Una de ellas fue despedido cuando los dueños se enteraron que habían citado a sus compañeros para una reunión para crear una sección sindical. Se amenazó a todos los trabajadores y se despidió a los «responsables».

    La otra trabaja ahí, y me ha contado que es una mierda. Lo de los horarios es verdad, las horas extras… etc etc

    Eso si, los libreros de la central se lo curran y no ponen los pitas en los libros. Faltaría más!

    • ¿En qué Central no ponen los pitas? Porque yo estoy hasta los cojones de pitar por todas partes y de tener la última página hecha mierda, y hasta ahora casi sólo compraba en la Central (no más, claro).

  136. La Sra. Ramoneda y el Sr. Ramírez deben estar maldeciendo una y mil veces haber hecho esta entrevista. Los currantes, ex-currantes o sus allegados se enteran, la leen y claro, les da el cabreo.

    Conozco a gente parecida a los dos presuntos y lo que siempre lamentan es que se conozcan y difundan sus pufos, en general nunca lamentan el haberlos cometido.

    Fdo: un comprador -muy- ocasional de La Central (Mallorca y Raval) y que no sabe si lo va a seguir siendo.

  137. Lamento el trato que han recibido empleados de una librería que parecía digna. No volveré a comprar allí, a no ser que haya un cambio claro de trato a los empleados y que se restituya de alguna forma el daño causado.

  138. F. Pérez

    Creo que tienen ustedes una idea distorsionada de lo que es la relación entre empresarios y trabajadores. Existe, aunque no sé por qué, la creencia de que los segundos son unos seres puros y angelicales, siempre sometidos a incesantes vejaciones por parte de su abusón jefe.
    La realidad es muy otra, o por lo menos, no es siempre la misma. Lo cierto es que por muy hijo de puta que un empresario pueda parecer, ello no es óbice para que sus empleados lo sean también, incluso a veces, mucho más …
    La diferencia radica en que ellos trabajan para él, porque señoras y señores, para ser empresario hay que tener unos conocimientos, correr riesgos, disponer de iniciativa, tragar sapos como todo el mundo y otros muchos requisitos que ahora no se me vienen a la cabeza. Yo, por ejemplo, he sido y soy incapaz de serlo. Ni siquiera empresario de mi propia vida, que es algo que TODOS debemos asumir aunque no nos guste lo más mínimo.

  139. Antonio Ramírez es español? O es un empresario extranjero que ha venido a España a implantar su negocio?

  140. Narodnaya Volia

    A ver, desde mi punto de vista (subjetivo), en el momento que esta gente se convierte en empresaria, y tiene a subordinados que trabajan para ellos, es decir, que esos trabajadores son trabajadores asalariados, implica una relación de dominación y de explotación. Por mucho que vayan de progres y de izquierdas, seguirán siendo unas personas que se aprovechas del esfuerzo de otras.

    • Hombre…decir éso es una burrada.
      Que seas empresario, y tengas empleados a tu cargo no significa que tengas «subordinados».
      Ser empresario no te convierte automáticamente en explotador.
      Eres explotador cuando no respetas las reglas de juego, o la ley, o simplemente unas reglas éticas propias de un país desarrollado, o civilizado.

  141. Soy ex librera y hace tiempo que esto se sabe. Es la misma hipocresía que FNAC y La Casa del Llibre, pero La Central ha sabido vender muy bien esa imagen de «humanismo» y «compromiso social». Sobre la carta de Marta y Antonio, todos sabemos que las cifras se pueden manipular de muchas maneras.

    Todo mi apoyo a los trabajadores en lo que decidan hacer (espero que sea algo).

    Qué vergüenza de mujer. Merece vivir con Paulo Coelho.

  142. Ahora entiendo el motivo por el que algunos empleados me han atendido siempre tan mal y de tan mala baba, sin tener además ni idea de las novedades que se editan diariamente… (peor en El Raval que en Mallorca).

    Por norma ya no compro en La Central, hay librerías más interesantes y agradables.

  143. Jaume Ribell

    ¿Y por qué no compráis en las librerias de vuestro pueblo, pedazo de idiotas? Si no tienen el libro, lo piden y te lo traen. Panda de capullos tots plegats…

  144. Hasta ahora, cliente

    Previamente, diré que no conozco a nadie que haya trabajado en LC.

    Primero, creo que por parte de quienes quieren investigar en el tema -véase especialmente Antonio Maestre o Sentit Crític si se apuntan- sería interesante y relevante una entrevista a la tercera en discordia, Maribel Guirao, cofundadora de La Central por una parte y por otra parte véanse los comentarios Pati 29/12/2014 11:34 y X.N.D. 02/01/2015 15:12.

    Segundo, alternativas, pienso en Barcelona, las hay (y no lo son ni FNAC, ni Amazon, ni La Casa del Libro ni Laie ni evidentemente cierta gran cadena profascista de centros comerciales…), pero no son del nivel de La Central, que creo que es la mejor librería que hay (por contenido -en cantiad y calidad- y forma), al menos para el tipo de cliente que yo soy. Uno se puede plantear el boicot, pero…

    Tercero: todos los sobrados que dicen que ya hace tiempo que se sabe, ¿cómo es que no lo denunciaron antes? Porque si ya lo sabían, entonces tampoco son quienes para dar lecciones como parte que ha actuado con gran irresponsabilidad (y no me refiero a los trabajadores, que tendrán sus dificultades para denunciar).

    Cuarto: es cierto que es un sitio en el que no se ve a los trabajadores sonrientes y haciendo bromas entre ellos, y el ambiente que reina en general parece bastante frío, a diferencia de muchos otros sitios, incluídos algunos criticados por otros motivos, pero no he visto motivo alguno por el que uno se pueda quejar por el trato recibido.

    Quinto: a denunciar por los que tenían/tengan tarjeta. El 5% de descuento que supuestamente hacen no es del todo cierto, porque el descuento que se acumula el día que te aplican el anterior (6ª compra) no se aplica sobre el precio de la compra, sino sobre el precio ya descontado.

    Sexto y último, la relatividad de todo esto:
    -Todas las denuncias son falsas, es un complot, bla, bla, bla
    -Todas las denuncias son ciertas, el comunicado es falso, son unos negreros, bla, bla, bla
    -Puede que gran parte de las denuncias sean ciertas, el comunicado sea cierto pero inútil -o falso- y haya acoso psicológico etc.
    -Puede que las denuncias sean ciertas, pero exageradas y de unos pocos, que las condiciones laborales sean las típicas malas condiciones del precariado y ahora aprovechen para hacer presión por aquí, pero que no sea para tanto etc.
    No sé, pero me sitúo entre los dos últimos puntos.

    Ojalá se solucione con un cambio de política laboral en caso de haber algo de cierto en todo esto para bien de TODOS.

  145. Iván C.

    La Ramoneda aparece en las imágenes con una mueca que antes de que aparecieran los comentarios de sus trabajadores parecía majestuosa y una vez que se han publicado todas sus miserias tiene un punto mefistofélico, la cara de una mujer perversa.

    Las fotos de Begoña Rivas son muy buenas. La penúltima, mirando por la ventana lánguidamente, es la que mejor reescribe esta historia.

  146. Com llicenciada en humanitats i treballadora en el sector estic bastant al·lucinada amb els comentaris. De fet la gent que ens movem en la cultura ja ho sabíem «lo de la central» però ni molt menys em pensava que arribés aquest nivell.. Que us paguen hores extres amb llibres? Però que s’han cregut!!!! Es intolerable.Aquesta situació em recorda les condicions de treball de ciutart… Segur que molts sabran de que parlo… Però inclús allò era millor que el que esteu explicant. Tants comentaris no poden ser una casualitat. I bé que s’explica que els que han intentat formar sindicat se’ls ha fet fora. Per tant tots els que dieu que denunciïn que tinguin en compte que no és tant fàcil.. Jo ho vaig viure fa anys en un altre sector també cultural i tots els que van intentar fer alguna cosa varen ser acomiadats. Igual que aquí. Per la meva part han perdut una clienta. S’ha de fer difusió a Twitter Facebook, blogs, això és realment inacceptable.

  147. I per cert sobre la sra Ramoneda i el seu soci només puc dir: hipòcrites hipòcrites hipòcrites. Desgraciadament n’he conegut molts com ells.. Van de progres i intel·lectuals i són uns negreros explotadors.

  148. Shanshonagon

    Como precario me solidarizo con los trabajadores precarios y cada vez más precarizados de La Central.
    No compro libros allí, porque no puedo permitírmelo, y veo que sus empleados, a tenor de las condiciones salariales que tienen, tampoco pueden. Ellos, los empleados, son remunerados con libritos del patrón.

    Solución, comprar (el que pueda permitírselo) en otras librerías, que las hay, y buenas.

    Me pregunto si es necesaria una pedazo de reforma, un look tan chic, un sofá de cuero y una cafetería pija (divine gouche), para convencernos de efectuar una compra. Pero si se que todo eso cuesta dinero, y mucho, y que lo pagan a costa de lo que no le dan (justa remuneración) a los empleados.

    Si La Central funciona es gracias a ellos. Gracias a los empleados, aunque me sumo a dejar de comprar en esa cadena de libros (ham-burguesa).

    Trabajadores del mundo uníos y dar por culo a quien os da por culo a vosotros.

  149. Estudiants UB Filosofia.

    Els i les estudiants de filosofia de la UB hem decidit boicotejar LA CENTRAL Raval fins no tenir constància per part de central sindical autònoma (ni UGT ni CCOO) o assemblea de treballadors autònoma de la satisfactòria millora de les condicions laborals dels seus treballadors.

    Amunt el precariat!

    • Jot Down no elimina el mensaje, simplemente en ocasiones tarda en aprobarlos porque no siempre estamos presentes. Un cordial saludo.

      • Number One

        Y si después, Jot Down decide que no aprueba el mensaje, pues lo elimina y ya está. Un cordial saludo.

        • Y hará bien, yo tengo un blog y llevo enviados bastantes comentarios a la papelera de insultos, tonterías y spam. Aquí por el número de visitas supongo que la cantidad a filtrar será mucho mayor.

          • Sí, esto ya lo hacía Franco el Caudillo. Bueno, en realidad, ahora que lo pienso, es lo que se ha hecho toda la vida. «Vamos a jugar a la libertad de expresión hasta que tú digas algo que toque los huevos a alguien que a mi no me interese o directamente a mi mismo». En ese momento te incluyo en la categoría de spam y ¡adiós muy buenas!

            • …o que si quieres trollear, siempre puedes hacerte tu blog. Es fácil.

              • ¡Hombre, pero es que ni punto de comparación! Ya pierde toda la gracia. A propósito, ¿todo el mundo tiene clara la definición de TROLL? Lo pregunto totalmente en serio.

                • Troll? Lo voy leiendo pero no sé exactamente qué significa, aunque se pueda deducir. Lo puedes explicar?

  150. pues antes no había comprado en la central, y de futuro menos que menos, down con jotdown también al hacerle el caldo gordo a estos seudo progres

  151. El comunicado de la central se puede comentar. Resulta muy significativo que no haya ningún comentario. He intentado comentar esto mismo pero las tres veces me ha dado error…

  152. Minuto 19:40 en radio macba: entrevista con Antonio Ramírez http://www.macba.cat/es/rwm-sonia-antonio-ramirez

    Por fin a alguien se le escapa lo que realmente piensa (lapsus): «hemos tenido suerte con la crisis»

  153. ex trabajadora nº 1000

    Cuánto me alegro de leer estos comentarios y del aplastante balance final. La cultura 2.0 no perdona, quién le iba a decir a La Sra.Ramoneda y a Antonio que iban a arrepentirse de la humillación constante a sus trabajadores. Una de las causas de que no sepan cómo reaccionar es que en la Central está terminantemente prohibido que los trabajadores usen su e-mail propio, cualquier red social y claro….si te pillan con el smartphone date por muerto porque algún insulto personal te llevas fijo y luego a la calle. ¡Pero la cultura 2.0 se impone!.
    El Sr. Antonio ni siquiera mira al personal de caja, La Sra. Marta es desagradable a más no poder, en ocasiones, le decía ¿Hola Marta en qué te ayudo por aquí? a lo que ella siempre contesta algo tipo: Para eso has venido, ¿no? para eso te pago, para trabajar. Con buen rollo ¡claro que sí!. Lo mejor era cuando me sentía observada constantemente e incluso se metía entre los clientes y yo para llamarme la atención o gritarme delante de la gente. Humillación de calidad, pero claro es que saben taaaaaanto de cultura, es que son taaaaaaaan progres, es que son taaaan divine…No voy a hablar de que las cajeras tienen los descansos prohibidos y pueden tirarse 6 o 7 horas a saco hasta que les toca la hora de comer. No voy a hablar de cómo una vez tras otra te insiste en que consumas en su propio bar a la hora de comer. Y no voy a hablar de las faltas personales constantes.

    Por último, me gustaría pedir a editores y escritores que no idolatren tanto a La Central, que pueden presentar sus libros en otras librerias y que no crean que Sr. Martita y Antonio son taaaaaaaaaan majos como parecen.

    bye Central, nunca mais…

    • «Una de las causas de que no sepan cómo reaccionar es que en la Central está terminantemente prohibido que los trabajadores usen su e-mail propio, cualquier red social»

      ¿Me estás diciendo que La Central prohíbe a sus trabajadores usar email y twitter en sus casas, en su tiempo libre? Perdona pero no me lo creo. ¿O es que te referías a ese uso EN HORAS DE TRABAJO?

      Jo, qué malvados. Pocas cosas me resultan más molestas que entrar a una tienda y que la dependienta tarde en atenderme porque está con el dichoso móvil wasapeando.

      Así que los trabajadores de La Central no pueden denunciar los muchísimos abusos que sufren en tuiteando en horas de trabajo. En fin, vaya argumento.

  154. John titor

    Hay desmentidos o comunicados que son confirmaciones involuntarias. Por ejemplo, decir que se mejorarán los sueldos «cuando las condiciones económicas de la empresa mejoren» después de tirarse toda la entrevista vacilando de lo bien que les va y lo rápido que abren tiendas es confirmar que pagan una puta mierda por voluntad propia.
    Decir que «todo es legal» es confirmar que el trato al currante es indigno, y asi todo.

  155. Croquetiforme

    Esto es lo que llamo «linchamiento cuñaoprogre español». Hordas en pijama armando jaleo desde el iphone, aceptando como válidos un puñado de comentarios imposibles de contrastar, sólo porque quedan imbuidos de conciencia justa de una forma tan sencilla como colocarse de un lado que consideran «suyo», aunque no les importe lo más mínimo ni la verdad ni ser ecuánimes (lo cual exige prudencia y verificación, en lugar de adhesiones sentimentales a comentarios realizados en forma de ametralladora).

    No importa tampoco que datos objetivos aportados (sueldos aceptables, compensación de horas, días libres, existencia de comité de empresa) desentonen con muchas cosas expuestas, cuando no las contradigan o desmientan directamente.

    El cuñaoprogrespañol las borra de su mente. Como si no las hubiera leído. Y sigue a lo suyo, ora desde el sofá, ora desde el retrete, manifestando su inquebrantable adhesión al cainismo de mercadillo.

    POR CADA UNO QUE DEJE DE COMPRAR AHÍ VOY A COMPRAR YO SESENTA LIBROS Y SESENTA CÓMICS HOMBRE YA POR DIOS

    • Pues prepara una montaña de dinero

    • Palitroqueforme

      Que no te enteras cuñaoooo! Que el 70% de los que están escribiendo o han trabajado en tu amada librería o conocen a alguien que trabaja, pero tú dale a la matraca, y errequeerre queerre.

  156. Mi librería de referencia. No compro ni un marca páginas.

  157. Uno del iphone en pijama y rulos

    Pues qué bien Croquetiforme! Que vayas a comprar sesenta libros y sesenta cómics por cada persona que deje de ir a comprar a La Central significa o bien a) que no trabajas ahí, porque el sueldo no da para estas excentricidades; o bien b) que sí trabajas ahí, pero con un estatus y un sueldo y un trato que nada tienen que ver con las quejas de trabajadores y ex trabajadores expresadas aquí. Puede que seas, Croquetiforme, una de las personas, que también hailas, a las que Marta y Antonio tratan correctamente. Suelen ser hijos de, o parejas de, o gente guai que les puede ir bien para su negocio. O sea, gente con cash e influyente. Al currante mayoritario no se cortan un pelo en tratarlo mal si así se les antoja. Cosas veredes. Y si trabajas ahí y tienes ojos en la cara pese a ser croquetiforme, sabes que el 95% de lo dicho sobre el trato que dispensan a la mayoría de trabajadores es cierto.

    • Palitroqueforme

      Es mucho más sencillo: está a sueldo de ‘La Central’, será su CM.

      • Me cuesta creerlo porque cualquier experto en RR.PP sabe que está haciendo justo lo contrario de lo que hay que hacer. Flaco favor.

  158. Croquetiforme

    Aprovecho para hablar de otra librería, la librería «Librerantia». Allí, los libreros Juan Puigdomenech y Marta Espadaflor realizan igualmente prácticas lamentables. Tan pronto barruntan con mirada inquisidora tras los legajos como parecen mimetizarse realizando inquietantes contorsiones con algunos valiosos incunables. Es sabido que Puigdomenech pega mocos en los troquelados, impidiendo su apertura, y ríe entre dientes de aquel que, desconociendo sus ardides. se esfuerza por desplegar la figura . No es raro observar como Espadaflor, abanicándose con coqueteo y susurrando procacidades en esperanto, roza sus muslos contra los grabados del Quijote de Diego de Obregón. ¿Hasta cuándo consentir esto? ¿Hemos de tolerarlo más? Otra librería que sumar al boicot.

    • Palitroqueforme

      Eres lo que se llama un troll, vacuo provocador y pedigüeño al servicio del que más tiene. Lo mejor es que se te ignore, aconsejo a quienes se vean tentados a responderte. Con tu pan te lo comas.

    • Jo deixaria d’aportar comentaris, Croquetiforme; estàs produint l’efecte contrari al desitjat.

  159. entolaboca

    aquí lo que está claro es que la señora o señorita Ramoneda, se va a estar acordando del día que concedió ésta entrevista varias reencarnaciones

    ja, ja

  160. entolaboca

    y tiene una pinta de vampiro que alucinas, por cierto.

    • Ex.curranta

      Deben de estar flipando en colores…me los imagino redactando el «comunicado» y pensand: ¡15 años flagelando culturetas y ahora parece que se quejan! parece que el miedo que ls metimos en el cuerpo ya no funciona….

  161. Quizás la creación de un comité de empresa con un representante elegido por los trabajadores sería una forma de empezar el año con buen pie.

  162. Patricia

    Vaya, me ha impresionado este destape de malas prácticas laborales y malos tratos de los dueños de La Central. Que decepción! Suelo ser cliente asidua de la librería de Mallorca i Raval, pero lo dejaré de ser desde hoy que rompo mi tarjeta en reclamo, y buscaré opciones de otras librerías, que sí que las hay en mi barrio en Gràcia.
    Ánimo a los trabajadores de La Central.

  163. Pingback: Cuando “saltan” las condiciones de trabajo en un lugar “progre”, caso Librería La Central, España | blognooficial

  164. érais mi librería de referencia. nunca más.

  165. Primo pequeño de ratoncito

    «aquí se ha empezado a jugar con amenazas veladas». Ups, ¿en serio? Entiendo que tú puedes enviar un mensaje promoviendo el boicot a una librería pero al informarte de que te puede salir el tiro por la culata hablas de amenazas veladas. Fascinante. Lo que queda claro es que con tu mensaje no pretendías informar, sólo hacer daño a ¿la competencia? Espero equivocarme en esto último, sería muy penoso.

  166. Espinete también lee

    A mí me parece muy bien que aquí la gente hable y dé nombres. Lo de ver que hay gente criticando a una pobre librera o exlibrera, pues ya no, oigan. Y eso de las IP es tontería. Además, una revistaza como esta dudo mucho que facilite a nadie las IP de sus lectores.

    • Don Pimpón no lee, sólo baila.

      ¿Pobre librera? Pues vaya. Al menos que tenga la valentía de mantener lo dicho, ¿no? Ha pasado de proponer un boicot y acusar a una persona con nombre y apellidos, citando su negocio, a pedir que borren su comentario. Ahora le preparo una medalla y un ramo de flores.

      • Espinete también lee

        Mucho te escuece su relato, ¿no? Ella tiene el mismo derecho que tú, o tantos trabajadores de LC, a señalar dando datos mientras mantiene el anonimato. Ve preparando unos 100 ramos de flores, porque aquí pocos vienen con el dni en la mano.

        • Don Pimpón come jamón

          No me escuece mucho, no. Lo que me resulta desconcertante es ver que esta persona se aprovecha de una situación para intentar hacer daño a saber con qué intenciones y para rematar pide que eliminen su comentario. Hasta ahora nadie más ha pedido que eliminen su comentario así que no hay comparación posible.

  167. La verdad es que dejé de comprar en La Central hace tiempo, pero por otro motivo: en ninguna otra librería sus empleados me han tratado tan mal. Siempre que iba y compraba parecía que me hacían un favor.

    Por lo que veo es bastante normal que tengan ese carácter, con esas condiciones laborales.

  168. Croquetiforme

    He podido saber, al recabar información, que los libreros de La Central cambian también los mantecados de canela de los surtidos de sus empleados por mantecados de coco, que nadie come y a nadie gustan. Y abren veladamente los envoltorios de los roscos de vino para dar mordisquitos. Luego los dejan ahí como si no estuviesen abiertos. ¿Qué hacemos con esto? Propongo protestar con polvorones en la boca en la puerta de la librería. Y de paso llevarnos todos los alfajores que queden.

  169. Esto es entretenido y no es algo que divierta demasiado. He sido, y tal vez seré, cliente de empresas impresentables como El Corte Inglés, FNAC, y, ahora, por lo que parece ser, a vista de los comentarios, la cadena de librerías La Central. Personalmente, nunca he sentido nada extraño en el trato exceptuando un punto de frialdad que tal vez confundí con discreción. Lo que más me gusta de una librería como, en este caso, La Central, es lo bien señalizada que está, da lo mismo que sea gracias a un esquema previo de sus miembros fundadores o al esfuerzo compartido de todos quienes han trabajado y siguen ahí echando horas cara a los clientes.

    Me parece lamentable, y, por lo que leo, ciertamente verosímil, lo que se cuenta de las condiciones laborales de sus empleados, y es algo que sin duda debe corregirse, ahí y en otros lugares, que son demasiados.

    No tengo experiencia laboral en el sector, pero puedo hablar de otros, como el del transporte y montaje de exposiciones itinerantes. Ahí, como en el caso citado por todos los comentarios precedentes, la duda permanente es moneda de cada día, la empresa funciona a diario con la incógnita de quién va a trabajar -y cuándo, y dónde- (hablo de trabajadores no indefinidos), manejando a su antojo horarios, desplazamientos, redondeos a la baja de horas de trabajo o dietas. Pero esto es normal. Los supervisores tienen sus frases hechas, combinados de perogrulladas y entrenamiento emprendedor como «son muchas cosas» o «nadie es imprescindible». Durante casi cinco años trabajé en el sector, los dos primeros, porque venía bien, los dos siguiente, ya viviendo en el filo, esperando llamadas que a veces venían a las once de la noche de un domingo para empezar a trabajar un lunes a las seis de la mañana. El último, ya bien cansado, pensando en qué momento había caído en ese embrollo. Finalmente, mi último año, un trabajo de cinco días seguidos, a la hora de cobrar se redondeó con cien euros menos de lo que correspondía de un total que habría supuesto seiscientos, pues «¿Ah, no os lo habían comentado?», al asegurar una cantidad de jornadas continuas, en lugar de salteadas… Lo que retrata a esa mi ex-empresa y otras tantas como a-morales, mas que inmorales.

    Tardé cuatro años y medio en verlo claro, y entiendo muy bien los motivos por los que incluso pensar en significarse, no hablo de sindicarse, se escurren entre el cansancio y los días perdidos.

    En la actualidad me va mal, no regular, y a veces pienso qué haría si no tuviera nada mejor que aceptar, de nuevo, ese trabajo, pero desde hace años lo evito con ganas (y está muy complicado incluso esquivar lo que se ofrece cuando hay tan poco por ahí). Claro que nunca se sabe que nos va a atrapar sin que lo sepamos a continuación.

    Un saludo a todas las personas, que me han ayudado, en cualquier lugar, a la hora de orientarme entre estanterías.

  170. Pequeño librero

    ACORDAROS de que también existen las pequeñas librerías.

    En cuanto a los mafiosos y capitalistas, si es que lo primero no está implícito en lo segundo, acordaros de que en este sistema nadie amasa una fortuna siendo ético…

    Acordaros también de quiénes son los socios de La Central… y no es sólo Feltrinelli… Aquí tenéis un esquemita : http://www.empresia.es/empresa/companyia-central-llibretera/

    Investigad, investigad un poco más… la información de una S.L. es pública, así que informaros muy bien.

    Y bueno, si ellos incumplen las leyes, que ya de por sí son laxas con la patronal, saltárosla también vosotros.

    No sé si se entiende esto último que digo, pero juntos vais a tener muchas más posibilidades… y vaya si tenéis leyes que saltaros, un montón… vamos, que si yo fuera dueño de La Central estaría acojonado de tener contratada a gente tan cabreada, tratarlos tan mal… y que existan tantas y tantas leyes que os podáis saltar…

    Un abrazo y ánimo.

  171. Ex trabajadora MNCARS

    Me alegro de que por fin los clientes de La Central conozcan las malas prácticas que se ejercen en estas librerías y el tipo de trato que reciben muchos de sus trabajadores.

    Trabajé en La Central del MNACS previa formación en el Raval y puedo confirmar de primera mano muchos de los hechos que se relatan.

    Es verdad que, por ejemplo, los bajos sueldos y los horarios de 10 horas o horarios rotativos es algo que ya sabes de antes de firmar el contrato y estás prevenido, pero otra cosa es el trato que se recibe de los jefes. Conincidí en mi formación con Maribel Guirao en lo que llamaban la Casita y he de decir que era el trato normal. Trabajar con ella era agradable y lo que esperas de un jefe: que dirija y organice su equipo. Pero otra cosa es el rato de Antonio y Marta. El primero ni te devuelve el saludo, no se comunica, te busca las vueltas contínuamente para ponerte a prueba sin razones. Marta, por su parte, se dedica a molestar y controlar. Sus comentarios son muy desagradables, despide a los trabajadores por el simple hecho de que no le gusta el estilo de vestir de alguien o sus rasgos físicos y es la instigadora del bullying hacia aquellos que no son de sus agrado.
    ¿Como puede ser que haya tantos casos de trabajadores que se van por la puerta de atrás? ¿Por qué todos los que hemos trabajado allí hemos visto como se ejercía bullying hacia algún compañero en concreto? Es demasiada coincidencia… Por alguna razón los ex trabajadores no volvemos a compra en sus librería y no tenemos buenas palabras hacia los jefes. He trabajado en otra librerías, y aunque las condiciones son similares, el trato es más correcto y no se vive en un ambiente de régimen militar.

    También constato el machismo de esta empresa. Los chicos ejercen como libreros desde el primer momento, en cambio, las chicas siempre pasan por caja.

    Me parece que es un gran momento para que sus trabajadores actuales se organicen y defiendan sus derechos. Seguro que ahora ni Antonio ni Marta se van a atrever a perseguir a los instigadores de semejante barbaridad… Una gente muy de izquierdas y muy preocupada por los derechos de los ciudadanos y trabajadores. Un ejemplo a seguir de directivos… El mismo modelo que ha imperado siempre pero maquillado con una pátina de intelectualidad y modernidad. La misma mierda de siempre.

    • maribel guirao

      Gracias por recordar el trato que había en la casita, siempre he luchado por un buen ambiente de trabajo

  172. Algo más, que tiene que ver con el autoengaño: se suelen justificar un montón de situaciones, al igual que se hace la vista gorda con mucha facetas de la llamada industria cultural, como si tuviera esta que ser mejor, o diferente, de otras áreas en las que se mueve el esfuerzo, el trabajo y la remuneración. Desgraciadamente, en demasiadas ocasiones, todo eso pasa desapercibido, bien «porque no toca», por reparos personales, o porque contradicen la imagen que los mismos que desempeñan labores en condicones engañosas tienen de su oficio.

  173. Resulta d’una valentia fora mesura registrar-se sota l’anonimat i vomitar tota aquesta quantitat d’arguments i insults gratuïts que els participants, orgullosos ells de la seva valentia, s’atreveixen a publicar.

    La indignació passa com passen les hores. La vostra valentia només quedarà aquí expressada. La Central seguirà essent una de les llibreries més importants d’Europa. I vosaltres amics valents seguireu acumulant frustració en fòrums, xarxes socials o converses xatejades i crits sords en la immensa infinitat de la WWW.

    Per cert, vaig a La Central a comprar-me Los reconocimientos de William Gaddis.

    Que passeu bons reis.

    • Jordi, disfruta de tu lectura y que no te encuentres en una situación similar jamás. Por cierto, resulta evidente que La Central es una librería muy importante, eso nadie lo discute, lo que estamos viendo y comentando es que ha crecido a base de maltrato laboral, si no entiendes esto ya puedes comprarte muchos Gaddis que no sé qué vas a sacer en claro de tan buen libro. Y Jordi, con cariño: ponerse de lado del que infringe la ley y se aprovecha de la crisis para abusar de sus empleados no dice mucho de ti por mucho Gaddis que gastes.

      • Jordi tiene mucha razon, esto es esteril, lo que hace falta, es organizarse y apoyarse en un sindicato como la CGT para empapelar a estos animales,…

        • Aquest noi ha donat en el clau, més pressió sindical i solidaritat entre treballadors, o és que hem perdut les ganes de lluitar total per quatre duros ??

  174. Probablemente todo esto se solucionaría con el procedimiento legal de negociación que se ha establecido para cualquier empresa: una organización sindical de los trabajadores.

    De este modo, los trabajadores podrían tratar sus problemas abiertamente y los jefes evitarían este tipo de comentarios masivos, ahora y en el futuro, con solo mencionar que LC tiene comité de empresa. Si es cierto que no existe, deberían crearlo ya. Ambos saldrían ganando.

  175. Activista

    Soy cliente regular de La Central y hace tiempo que soy consciente de las draconianas condiciones de trabajo de sus empleados y del modelo tiránico de empresa que busca sólo maximizar sus beneficios a costa del personal. Podría haber dejado de darles mi dinero, pero eso significaría dejaros sin trabajo. Así que junto con unos amigos, siempre que vamos procuramos dejar los libros tirados por enmedio, incluso cambiándolos de sección. Así la dirección se dará cuenta de que hace falta contratar más trabajadores para que la tienda esté bien ordenada.

    Un saludo.

    • Tus actos son ridiculos, mas de niño mimado que de activista, con esto solo perjudicas a los trabajadores ya existentes, pensar que la empresa va a contratar a mas gente es ridiculo, tienes credibilidad cero.

  176. Un altre ex

    Jo com a un altre extreballador puc confirmar que son certes algunes de les situacions que comenta la gent. Més que les condicions laborals en concret que, tret dels canvis d’horaris sense avisar -ja greu de per si-, ja les saps quan firmes, és el tracte de menyspreu als treballadors que no «cauen bé». Hi ha una jerarquització que no respon ni a formació, ni a la manera de treballar ni res. Té aquest punt d’arbitrari, d’absolutisme. El sou, precari com tot, et permet sobreviure.
    Ara bé, remarcaria sobretot que el que passa a La Central no és ni de bon tros el més greu en quant a pràctiques laborals de les llibreries de Barcelona. Vaig estar també a la Bertrand-Casa del Llibre i allò si que ho podia considerar com un règim d’esclavitut: poc més de 600 euros al mes per 30 hores a la setmana, 5 hores en 6 dies. No es pot fer al revés. Precarietat absoluta, que no et permet sobreviure. Els llibreters igual de bons que a La Central, rebiem un tracte fred, desconfiat i de control: des de la seva oficina, l’encarregada es passava el dia espiant els treballadors per les càmeres de la llibreria i, de cop, apareixia de forma estelar a esbroncar algú o altre pel que sigui.
    I això el que passa a FNAC, que tothom ho sap.
    Això si, el que rebenta de la Central és aquest posat progre hipòcrita. Mentre tenien el conflicte als magatzems, aquest que s’esmenta, on un company va perdre la feina per tractar d’organitzar-se sindicalment, la Central del Raval era plena de cartells del maig francès del 68. Allò es mereixia un incendi com a mínim.
    El que he anat observant és que com més gran és una llibreria, més dolent és el tracte als seus treballadors. A les llibreries petites el sou continua sense ser res de l’altre món, però existeix el respecte. Respecte a la persona, en primer lloc, però després també a la formació, a les idees i iniciatives, i al criteri lector.
    Amb tot això, el que si que cal és remarcar la vàlua dels treballadors, gent boníssima amb la seva feina i cadascú en els seus àmbits, persones genials i, com es pot comprovar, amb una paciència infinita!

  177. El dia que vi en la puerta del FNAC -23.4.2013- a los simpáticos sindicalistas de la CGT insultando a las personas que entrábamos ahi me convencí de lo fácil que era insultar y lo difícil que era mantener una empresa como FNAC o LA CENTRAL.

    • son las artes de esta sección sindical (CGT), por mi trabajo (mantenimiento) los tengo que sufrir y se de lo que hablo, este grupo son gente a la que los trabajadores les interesamos menos que nada, su ideologia es estas conmigo o contra mi. En mi trabajo para pertenecer a su sección te hacen firmar un acta de renuncia obligado, por si mas adelante se te ocurriera descarriarte de su pensamiento poder echarte del grupo. Su principal cometido es el boicot a la empresa, el insulto y la descalificación incluso a los trabajadores.

  178. Tenemos la Rafael Alberti en la calle Tutor. No hacen falta «centrales».
    Libreros de toda la vida y trato agradable. Eso es lo que hay que promover.

  179. Creo que el desafío ahora es que esto trascendiese de comentarios en un foro a investigación periodísitica que, con el empaque que un artículo conlleva (indagación de la veracidad de las denuncias fundamentalmente, información de un sindicato tan digno como la CGT) fructificase en un texto. Por eso animo a todas y todos los ex trabajadoras y trabajadores a que contacten con los dos periodistas que aquí han posteado su correo electrónico, si es que JotDown no se siente concernida por esa tarea.

  180. Nunca fueron mi librería, porque me pillan lejos de casa. Pero alguna vez me cogí varios metros y autobuses para comprar allí ex profeso en Madrid centro. Aunque nunca más, mi solidaridad con la gente que trabaja allí es más grande y, además, como comentan más arriba hay medianas y pequenas librerías de barrio que también nos necesitan. Espero que se de a conocer de esta manera la forma en la que los empresarios se hacen ricos en este país, los problemas que describen los trabajadores aquí son comunes a demasiadas empresas en nuestro país. Desgraciadamente tales prácticas son difíciles de denunciar porque son difíciles de probar y porque la denuncia suele llevar aparejada la pérdida del trabajo. Quedarse en el paro ahora es más duro que nunca, porque no hay trabajo en ningún lado. Y lo saben, y se aprovechan. Pero el miedo va a cambiar de bando. No es sostenible que se permitan estas situaciones en el siglo XXI. Los trabajadores y trabajadoreas, hijos de los que lucharon tanto por tener un país digno después de la dictadura, hijos y nietos, o bisnietos, ya nos hemos cansado.

  181. no vuelvo a la central,.. lo que mas me repugna son los explotadores,..

  182. Me alegro de que alguien haya mencionado a una de los tres socios fundadores (Y NO DOS), Maribel Guirao, y única alma bondadosa de La Central (que también se quitaron de encima, por cierto, Antonio y Marta, a su puro estilo, tan conocido, como se puede ver en todos estos comentarios). Todos te recordaremos Maribel. Ya ves que el tiempo pone a todos en su sitio. Yo he tardado 14 años para poder leer todos estos comentarios: por fin.

  183. Soy cliente de La Central, y de momento continúo. El asunto no está en la explotación o el mal ambiente de trabajo. Eso es lo normal, y no se entiende a qué viene hacerse el sorprendido. El problema es que la gerente de una empresa de más de 100 empleados la describa como un «proyecto personal», sostenido por un magnífico «equipo»; o que se presente en público como una librera renacentista y no como lo que es: empresaria. Una impostura ridícula y que los trabajadores se han encargado de desmontar. Viva la realidad.

  184. Hola, Yo también conozco el caso de una gran amiga que las pasó «ca-nu-tas» como trabajadora en La Central. No algo insignificante. Muuuy frustrante. Una gran persona y una gran trabajadora. Fue hace años, concretamente en La Central del Macba. Desde entonces yo, visto lo visto, decicidí no comprarles más.
    Quiero dejar constancia también. Le he reenviado el artículo para que lo lea. Años después sí. Pero seguro que le reconfortará saber que se hace público al punto.
    Gracias al primero que tuvo el valor de comentar y al segundo que lo corroboró y a todos los que escriben y explican su experiencia.
    De entre los libros de La Central los hay de inteligencia emocional, así que, se abre la ocasión de que sus dueños los busquen y se les despierte la curiosidad genuina de mejorar en este tema crucial. Ojalá! Amor para ellos.

  185. Cristina

    ¡Qué cansino se está volviendo este tema y más con los cortes y censuras que hacen incomprensibles ciertos contenidos!

  186. Joder yo solo fui una vez a la de Barcelona… Los chicos se esforzaron en conseguirme el libro que buscaba y lo encontraron. Me trataron bastante bien pero desde luego si pasa lo que se cuenta entre bastidores no iré más. de todas formas tengo unas librerías pequeñas cerca de mi casa en el barrio de Gràcia de Barcelona que hay que apoyarlas y compro todos mis libros en ellas. Y si no los tienen en stock pues me los piden y ya está

  187. Pingback: Llibreries d’esquerres | Núvol

  188. A la vista de todos los comentarios publicados, se confirma la reclamación que puse en Julio de 2014 contra La Central de Callao a Consumo, por el maltrado recibido por uno de sus empleados. Ahora entiendo la amargura generalizada de sus empleados/as.

    No hay nada más significativo y evidente sobre la violencia estructural y directa que ejercen los patronos de esta libreria: la inexistencia de un comité de empresa.

    Me solidarizo al 100% con cada empleado/a que haya sufrido el desprecio, el maltrado y la explotación de estos liberales de la cultura a los que me gustaría a mi ver en en la oscura realidad de la dictadura española. ¿Venderían libros o serían tan vasallos del sistema como se ha demostrado por las denuncias de sus trabajadores y clientes?

    Nunca jamás desde julio de 2014 he vuelto a pisar La Central. Hago boicott y desde un punto de vista ideológico, mi política es hablar siempre mal de este espacio gentrificador de la cultura. Como pasa con toda esta gente, al final, lo estético prima sobre lo ideológico.

    ¡Compren en librerías de barrio! Madrid está llena de estupendos sitios: La Tarde Libros, La Fugitiva, Mujeres y Compañía, Traficantes de Sueños, Enclave de Libros, El buscón, etc…compren a auténticos libreros/as y a no a mercenarios explotadores- modernos disfrazados de progresismo.

    Ojalá que el chollo se les termine algún día.

    Mi más sincero apoyo a todas y todos los que han sufrido la violencia del mobbing laboral en sus propias vidas en un espacio lleno de ideas y a la vez paradójicamente tan malvado como La CENTRAL. En esta ocasión por desgracia, los libros no fueron vuestros salvadores, si no, vuestros enemigos.

    • Tu incongruencia es brutal, pones una reclamación por el trato recibido por un trabajador y te vuelcas con él, el que te maltrata fue el trabajador y pones el grito en el cielo por el empresario, es riducula tu postura, atrincherada en tu ideologia, patetico realmente.

  189. Espero que todas estas declaraciones sirvan para algo, lo que esta claro que como cliente de esta librería, NO VOLVERÉ A COMPRAR NUNCA, no seré cómplice de estos malos tratos a la gente

  190. Vamos a ver, después de leer la entrevista, todos los comentarios y formar parte profesionalmente del mundo de la cultura, me gustaría exponer aquí mis ideas al respeto. De sobras es sabido desgraciadamente las deplorables condiciones contractuales que existen hoy en día en nuestra sociedad. Uno cuando va a firmar contrato ya sabe lo que firma y las condiciones que tendrá tanto a nivel de sueldo como de horarios, etc.. Pero lo que aquí se está denunciado no es sólo eso –que también- sino el trato petulante, agresivo, discriminativo de los jefes hacia sus trabajadores. También se denuncian prácticas ilegales con lo que respeta al pago de horas extras –que no se pagan-, el disfrute obligatoria de vacaciones –que no se disfrutan- , la no aprobación de un comité de empresa no vinculado a la patronal –que se impide y se despide al que intenta crearlo- y lamentables prácticas de mobbing hacia el trabajador. Tantos comentarios (más de doscientos) es imposible que sean un fake. ¿Por qué se querría perjudicar de una modo tan brutal a la Sra. Ramoneda y su socio? Esto es sencillamente inaceptable y sólo por eso ya nos deberíamos plantear el “boicot” para darles un toque de atención y que mejoren las condiciones de los trabajadores de una vez por todas.

  191. Como enésima extrabajadora que participa aquí, en mi caso hace por lo menos doce años, suscribo las quejas de explotación horaria, horarios imposibles, maltrato personal, humillaciones en público (sobre todo si había ilustres profesores de la universidad pululando cerca del señor Ramírez, quien de un lado te decía lo inútil que eras y del otro los adulaba descaradamente), y me alegro mucho de leer todos estos comentarios. No aguanté mucho, pero había compañeros que no podían irse así como así y aguantaban como podían las amenazas y presiones de los dos jefes. No sé cómo estarán ahora las cosas, pero entonces no solían coger a gente que no tuviera al menos dos carreras o un doctorado, pagando, por supuesto, los sueldos mencionados más arriba. Desde entonces tampoco la piso. Creo que el tiempo pone a la gente en su lugar; a mí lo que me extraña es que el asunto haya tardado tanto en explotar.

  192. excentraldemallorca

    «nos lo pasamos bomba», dice MOAB (The Mother Of All Bombs) pero también las hay tallboy, globo, de rebote, antipista, incendiaria (esta es muy común en según qué sección), bomba de racimo… -Pero eso sí, es la mejor librería de fondo que he visitado, con los mejores compañerosa laborales que he tenido-

  193. ¿Qué pasó con el comentario que había explicado cómo funcionaban los horarios de trabajo en La Central? Recuerdo que había adjuntado una captura de un Excel y que explicaba lo que era cada columna.

  194. Ignacio Cayetano

    Soy Ignacio Cayetano, periodista de Diario Responsable, sobre los comentarios a esta entrevista, Antonio Ramírez ha respondido aquí
    http://diarioresponsable.com/empresas/noticias/18903-antonio-ramirez-la-central-.html

    Si alguien quiere aportar algún detalle personal, puede escribirme a [email protected]

    • Creo que el hecho de que la primera pregunta sea que cómo está la señora Ramoneda da idea de tu servidumbre

  195. Jennifer

    Otra ex-clienta más. Ahora que por fin había logrado, tras muchísimo tiempo comprando aquí, que empezaran a saludarme, a veces. El sábado fui a despedirme con mi última compra, por supuesto nadie respondió al «adiós». Y ahora sí que es el definitivo. Vi a alguno de los empleados más sonriente, se me antoja que quizá están felices de que la verdad se sepa. También vi a los dos superjefazos haciendo una ronda, como de «caza», buscando al enemigo. Tampoco me saludaron, no estaban por la labor. Tienen un fondo muy bueno, no lo niego, pero no son los únicos: Taifa, Documenta, Laie, Nollegiu, Arkham Comics… Y en Madrid, Tipos Infames me pareció un paraíso.

    Adiós, La Central, adiós.

    • Hombre, no todas las librerías que dices tienen un fondo bueno (Taifa seguro que no, por ejemplo). Además La Central es la única que trae libros de ciencias sociales en otros idiomas. Pero esto es lo de menos. Si falta un libro se pide y ya está – además La Central són patéticos en esto y si pides un libro tardan un par de meses en traértelo, incluso 15 días en llevarlo de una librería de las suyas a otra, y muchas veces no lo pueden traer y no te avisan de ello aunque pasen meses. Pasad de La Central y de su ambiente hipster, por favor.

  196. Me encantan los libros y las veces q fui a La Central lo disfruté Xo estoy absolutamente en contra de esta tendencia esclavizadora a favor de unos cuantos. No me cabe que cultos progres teoricen sobre temas que en el practica no aplican ni de lejos, conocimiento inútil o ignorancia solapada, x lo q no volveré a pisar sus suelos. Librerías hay muchas. Espero encontrar una decente.
    Todos tenemos derecho a una vida digna

  197. Corroboro

    Una de mis mejores amigas ha trabajado en la Central del Reina durante años y lo pasó fatal. Vivía desesperada porque el ambiente de trabajo era irrespirable pero no podía dejar el trabajo por razones obvias. Recuerdo en la última etapa que todos sus amigos le decíamos, tía déjalo ya y olvídate de esta gente (los 2 jefes se llevaban siempre sus peores palabras) porque el stress y la angustia le llegó a afectar físicamente con problemas de espalda por la tensión que sufría. He oído relatos como los que se describen en los comentarios anteriores de boca de mi amiga durante años y puedo afirmar que muchos son ciertos.
    Yo hace años que no voy ni compro en la Central y seguiré sin hacerlo, ella por suerte tampoco.

  198. Personalmente tengo suficiente con el comunicado que envían desde La Central indicando que cumplen escrupulosamente la legalidad y convenios. Jactarse de ser humanista cumpliendo las patéticas condiciones laborales vigentes en los convenios citados debería hacerlos reflexionar.

  199. Me gusta mucho La Central, no lo niego. Pero mi percepción hacia esta librería ha cambiado despues de esta entrevista; entiendo, por ejemplo, la cara de continuo cabreo de algunos trabajadores que atienden en esta librería. El cabreo es mayor porque se supone que entre personas de sensibilidad de izquierda estas circunstancias detalladas en múltiples comentarios no tienen excusa( explotación laboral de los más débiles aprovechando un momento económico de alto desempleo, crisis…) exijo desde aquí información clara y contundente de las medidas que se van hacer para solucionar estos hechos desde la dirección de la empresa, e insto a todas personas a que no compren en esa librería hasta que tales medidas no sean llevadas a cabo porque esa es nuestra obligación como personas de izquierdas.

  200. Pingback: Librerías “La Central” de Madrid y Barcelona, no aclares porque oscurece! | blognooficial

  201. Ex-cliente

    Mensaje para Marta Ramoneda:

    https://www.youtube.com/watch?v=WXc253xlTsM

  202. He conocido a 2 personas que han trabajado en Barcelona en La Central y las condiciones y trato fueron deporables,eso por no hablar de salarios.A quien le haya atendido la sr Marta Ramoneda y observe su gestualización,entenderan eso de espejo del alma.Yo simplemnente dejé de comprar allí…muy mal rollo.

  203. Un abrazo muy fuerte a los trabajadores de La Central y en especial a los de Callao que hoy es su primer festivo del año y no vuelven a cerrar hasta Navidad. Ojalá tengan suerte y mejoren sus condiciones.

  204. No me sorprende nada todos los comentarios que he leído ya que la peor entrevista de trabajo que he tenido en mi vida fue en La Central de la calle Mallorca de Barcelona. La mala educación y el desprecio que aplicó este individuo me hizo sentir extremadamente mal. En ningún momento se dignó a mirarme a la cara y las preguntas que me hizo iban más dirigidas a la desconfianza que a conocerme como persona y como posible trabajadora. Por ejemplo me preguntó si estaba interesada en trabajar en su librería para robarle las ideas para montar mi propia librería en Barcelona. Al salir, me sentía tan mal que deseé que no me llamaran para trabajar con ellos. Finalmente me llamaron y aunque necesitaba el trabajo renuncié a él porqué mi valoración negativa de esta persona y su empresa eran más importantes que un trabajo de 4 meses. Ahora compruebo que hice muy bien. Es lamentable que gente que trabaja con libros, con cultura, sean tan mal educados e insensibles. Pienso que esta gente actúa así porque nadie les ha dicho nunca nada. Es lamentable. Es lamentable que el miedo gobierne en esos templos de libros. He sido clienta suya a pesar de esta experiencia porque considero que tienen muy buenas librerías. Pero el trato es pésimo y el ambiente que se respira es bastante asfixiante, sobre todo en la librería de la calle Mallorca. Han perdido otra muy buena clienta.

  205. Marisol Casas

    Llegint aquests comentaris de les persones que han treballat a La Central, m’he adonat que la gran majoria són anònims. I això em decepciona a nivell laboral perquè passen a ser uns covards. Si algú vol fer crítiques i reclamar els seus els drets que ho faci obertament i en el seu moment. Així hi hauria una comunicació entre les dues parts. De què serveix queixar-se públicament al darrere d’un pseudónim? M’interessa rebre les respostes a aquesta pregunta.

    Moltes gràcies

  206. viktor kaplan

    Recomano a tothom que compreu llibres o embotits a les paradetes de fusta de les fires que es fan i es desfan, deixant-hi un bon feix de diners en efectiu. Fa més il·lusió.

    I durant la resta de l’any aneu canviant de llibreria. «Ha tocat molt repartit», en diuen per la tele.

    A la Central hi vaig per llibres de molt de fons, tot hi que alguns els tenen molt masegats. Vénen més bé si tractes directament amb l’editor per internet.

    Als que volem llibres de fons, un magatzem amb caixa ja ens faria el pes. A veure quan se li acut a algú, en aquest país de passejadors de bosses.

    Salut.

  207. Yo tengo dos amigos que han trabajado en La Central y me han contado horrores de ese lugar. Les recomiendo que compren en Laie o en otras librerías donde se aprecie y respete a la gente.

    Un saludo.

  208. Qué cinismo el de los propietarios de la Central… Jajaja

  209. Hace unos quince años Antonio me hizo una entrevista laboral y ha sido una de las peores y más angustiosas que he vivido nunca. Quiero destacar que en ella me hizo una pregunta entre otras muy incómoda y en un tono que sentí invasor, era la siguiente: – Qué relación personal tienes con los profesores de la UB ( Filología)? A quién conoces? Me quedó bien claro que para él era más importante mis relaciones personales con los profesores que mi experiencia previa en el mundo de las librerías y mi valía profesional. Salí con una sensación muy angustiosa de allí y ahora agradezco que no me cogieran.

  210. He comprat molt a La Central. Mai més. Ara que conec aquest tracte denigrant envers els treballadors, me’n cuidaré molt de fer saber a amics i coneguts el que comporta fer gasto en aquesta llibreria. Per sort, Barcelona és plena de llibreries on comprar allò que ens interessa: Fatbottom, La Caníbal, Arkham, Nollegiu, Etc, Laie, La Memòria, La Ciutat Invisible, Abracadabra, La Calders, Taifa, Pebre Negre, Pequod i un llarg etcètera.

    • Conoci a Armando a través una amiga comun que trabaja en FNAC: Armando fue invitado a irse de la librería por Antonio Ramirez cuando algunos trabajadores iban a denunciar sus agresiones a la policía (descalificaciones, humillaciones, imposición de su forma de trabajar, chantaje, abusos de poder, amenazas, violencia,etc…)

      En mi opinion sus afirmaciones como ex trabajador no valen nada y hay que leerlas en el contexto de una persona sin trabajo, resentida y que trata de aprovecharse de la situación dejando mal a sus compañeros porque sabe que ellos no pueden hablar con total libertad de lo que sucede alli dentro…

  211. Parece que el que comentaban que era un borde, el librero con gafitas llamado Armando Sousa, ha salido a desmentir los testimonios que se han vertido aquí y a defender a sus ex jefes.

  212. Yo también tengo un marido que trabajó en la central, ya hace tiempo, en los inicios de la librería. Mi marido es un tipo jovial, distendido, ducho en cultura general y particular y con experiencia en librerías. Y debo decir que suerte que lo echaron en poco tiempo, porque ir a trabajar bajo las órdenes de esos libreros le estaba minando la autoestima a pasos agigantados -nunca le he visto así en ningún otro trabajo-. Desconfianza, burlas, humillaciones… tan malo o peor como las patéticas condiciones laborales. Gracias, Central, por echar tan pronto a algunos de los maltratados empleados y ahorrarles sufrimientos. Gracias Jot Down por permitir que la marea aflore, al fin, después de tantos años.

  213. Ex cliente

    esto explica lo bordes y arrogantes que parecen los trabajadores. No lo justifica pero sí explica mucho.
    Por cierto, qué hacía en la caja de la Central del Reina Sofía un libro sobre «el derecho a decidir» de Cataluña al lado de las tonterías varias que hay siempre en las cajas? Encabronar al cliente? To make a statement? Porque ese día dejé de ser cliente.

  214. Jordi Duarte

    Poco más que añadir, sólo dejar testimonio como extrabajador de la central de Mallorca y Raval. Dos años y medio en los que tuve contrato con tres cifs diferentes de Central. Todo lo que explican excompañeras/os lo vivimos esos años, mobbing, reducciones no pactadas de categoría, humillaciones en el trato, contratos de 36 horas para realizar las 40, restricciones para ir al lavabo… Apuntaba la cosa maneras, porque en la primera semana me recriminaron dedicarle mucho tiempo recomendando lectura a una mujer cuando era claro que era «una ama de casa» y sólo compraría un libro al año. Ejem.
    Nuestra relación acabó con un Antonio diciéndome que no consentiría un representante sindical en su librería, y con unos compañeros con miedo, lógico, a perder su puesto de trabajo si se sumaban a la iniciativa.
    En esta revista se ha podido exponer mucho de lo que sucede y ha sucedido en esa cadena de librerías. Unos lucharán para cambiar el trato de las y los currantes, otros apostarán por no comprar allí libros y otros seguirán haciéndola grande. No a todos se les puede pedir empatía, conciencia de clase ni solidaridad, por eso siguen habiendo consumidores que adquieren sus productos en mercadona, zara o la central, obviando las realidades que hay detrás

    • JM Cuesta in love with S Gonzalez

      Totalmente de acuerdo en lo que dices en tu último párrafo. Nuestra es la responsabilidad de seguir engordando a quienes nos utilizan, amedrentan, intentan menospreciar y en muchas ocasiones atentan contra nuestra dignidad. Comprar en el pequeño comercio es invertir en tu barrio, en tu ciudad. Cuando gastas en una gran superficie, a donde va ese dinero? A qué paraíso fiscal?

  215. Es muy interesante que los comentarios más recientes aparezcan no al final, como deberían, sino por el medio. Espero que se trate de un error y no de una ayuda de Jot Down para guardar los jarrones de estos explotadores y abusadores psicológicos, la Gran Pareja Infausta.

    Todo los testimonios son ciertos. No compren en La Central

  216. Deberíamos combatir el cinismo de Ramírez volcando todos estos comentarios en las noticias de el diario.es.

  217. the worker

    Cuidad!!

    Hay muchos comentarios interesantes que, dado que los publican sin seguir un orden de fecha, están pasando desapercibidos

  218. Otra ex...

    El hecho de que aquí haya tantísimos extrabajadores ya habla por si solo, ¿no? Me encanta ver como se disculpan Antonio y Marta, ahora no paran de hacer entrevistas, cuando yo trabajaba allí era dificil que me dirigieran la palabra por: «simple cajera», nada de dejar ir al baño, nada de hacer esas cosas que deberían de ser normales en todos los trabajos y encima con las conocidas «broncas». Viva internet que hace que estas cosas cambien.

  219. JM Cuesta in love with S Gonzalez

    FNAC trata igualmente a sus trabajadores de una forma totalmente despreciable. Independientemente de que los sindicatos hayan remado río arriba, existe verdaderamente una cultura del miedo, represalias contra los que simplemente ejercen sus derechos constitucionales y no solo eso, sino que no es la primera vez que como antiguo trabajador recibí llamadas amedrentadoras por salirme de el guión establecido, que no era otro que hacer algo ilegal, como es coaccionar a trabajadores para que no ejerciesen su derecho a huelga. He dicho bien, me obligaron a coaccionar, y en repetidas ocasiones, y posteriormente me ordenaron tomar represalias contra quienes habían ejercido sus derechos.
    El día que abandoné forzosamente la empresa recibí una enhorabuena unánime por parte de mis ya antiguos compañeros.

    • Lo de las restricciones para ir al baño es de fábrica tercermundista, la típica (anti)cultura del miedo y el desprecio. En fin, no han entendido nada de los libros que han leído. De cultos, bien poco.

  220. Quina vergonya!

    Jo personalment no em penso deixar ni un duro més a La Central. Cadascú escull. Per molt bona llibreria que sigui, i per molta cultura que la senyora Marta tingui.

    Quanta falsedat; quanta hipocresia; ego, victimisme i misèria humana, tot plegat!

  221. Christian

    Acaso dejais d comprar en HM Zara marcas globales ikea( Nike…) sabiendo q explota a niños del tercer mundo para coser y fabricar sus productos. Doble falsa moral. Q facil es criticar y joder a un empresario desde el sofa d casa…

    • Por supuesto. Ni Zara, ni HM, ni Corte Inglés, ni FNAC, ni bancos que especulan, ni Mercadona, ni Carrefour, ni Eroski, ni Amazon, etcétera. Y la vida es maravillosa. Cooperativas de consumo, comercios locales, banca ética, Som Energia, coche compartido. Información, responsabilidad, transparencia y coherencia.

    • Claro que sí Cristian. La entrevista que ha dado Antonio Ramírez es de chiste, será un gran gestor pero es un pésimo mentiroso. Se les ha escapado de las manos y han tenido que salir corriendo a dar explicaciones cuando se han aireado sus vergüenzas. Lamentable. Siempre preferí al profesor abiertamente cabrón, antes que al que iba de amigo y de pedagogo aperturista con las personas influyentes. Con las empresas me pasa igual, prefiero un ogro que lo es con todo el mundo antes que gentuza como la que trabaja en La Central.

      Una profesora universitaria.

    • Un buen retrato de esa falsa moral lo proporciona la «falsa progresía». No veas también lo fácil que es mirar a otro lado cuando la precariedad de las condiciones laborales la padecen los demás. Algunos llevan décadas haciéndolo hasta que les ha tocado y se han dado cuenta de que existe y, vaya por dios, es muy injusta.

  222. Pingback: HI, HOW ARE YOU? | El mar del tiempo perdido

  223. Liado con una ex de un ex-trabajador

    El sábado día 10 pasé por delante de la tienda en calle Mallorca y solo vi a un tío mirando libros. Eran las 6 de la tarde, más o menos. Daba un poco de yuyu!

  224. Por si alguien todavía tenía alguna duda sobre la explotación en estas librerías recomiendo leer la entrevista a Antonio Ramírez, uno de los propietarios de la Central: https://directa.cat/llums-ombres-en-lafer-central.

    • Currela en museo

      Antonio Ramírez, o cómo ir con las alas rotas después de llevarse a tanta gente de por medio. A lo hecho pecho, Antonio. Mi abuelo siempre decía: las apariencias siempre engañan, pero a peor. Cuando hay tantas quejas yo no tengo ninguna duda acerca de todo esto.

  225. Jo vaig treballar amb ells a La Central de l’Eixample, durant bastant uns mesos. Quan van obrir La Central de Callao, a Madrid, em van proposar anar cap allà a treballar. I jo vaig acceptar. Vaig fer la mudança en menys de 15 dies, buscar pis i tot el que té canviar de ciutat. La sorpresa? Malgrat que ja em coneixien i ja havia treballat amb els, EM VAM FER FORA EN MENYS D’UN MES. És a dir, EM VAM FER CANVIAR DE CIUTAT PER A FICAR-ME AL CARRER EN MENYS DE 30 DIES. Evidentment, vaig denunciar perquè, a més a més, em van mentir en el sou i en les tasques que anava a fer. Vull dir que aquesta colla són uns sense vergonyes sense cap escrúpols. I podria dir moltes irregularitats més… Ah! Al judici ni es van presentar!

  226. Pingback: Infelices en el paraíso | Después del hipopótamo

  227. Pingback: Lo que se puede aprender de una crisis de reputación | davidsoler.es

  228. Sin pretenderlo, Marta Ramoneda nos ha hecho reflexionar sobre por qué compramos libros y por qué los leemos. Os invito a leer un balance de esta crisis, con las respuestas de Ramoneda y, sobre todo, de Antonio Ramírez http://despuesdelhipopotamo.com/2015/01/14/central-explotacion-trabajadores/
    Un saludo cordial

  229. Dicen que mas vale tarde que nunca, así que me despido como clienta de la Central. En Madrid aún quedan librerías de viejo, o la Marabunta, la Fugitiva, Tipos Infames…. y un montón mas. Lástima del dinero ya gastado, pero me niego a apoyar prácticas de empresa mafiosa como las descritas mas arriba. Sobran palabras y cinismo.

  230. Simone Weil

    Decía Simone Weil: «Es imposible perdonar al que nos ha hecho mal, si ese mal nos ha rebajado».

    Yo animo a todos, con espíritu conciliador, a leer la Obra completa de esta mujer, que asumió sus ideas de izquierdas con una vocación sobrehumana. Una obra inmortal, lúcida, transparente y afilada. Grandiosa.

  231. L'Esquerra Innecessària

    Quin escàndol! Què en fem d’això Senyor Ramoneda i del seu llibre L’Esquerra Necessària? Ens convertirem en tipejos com Sartre i la seva defensa impossible del règim comunista xinès? A què juguem, senyors i senyores, a la sacralització del terror? Amaguem tota aquesta brutícia sota la catifa, sota el silenci més absolut? Aquests fets gravíssims, aquests delictes que alguns podrien caure sota l’àmbit penal? Seguim escrivint sobre Foucault i Benjamin a La maleta de Portbou? I els professors que donen cursos a La Central? Faran el mateix? Callar davant l’intolerable mentre parlen de Deleuze? Aquesta és l’esquerra valenta i forta, aquesta esquerra que planta cara a la degradació de la democràcia? Tot això és intolerable i vergonyós. Si aquesta és l’esquerra necessària, millor prendre partit per impresentables com el Sr. Anglada.

  232. Unodemadrid

    No vuelvo a comprar ahí.

    • Trabajador

      Como trabajador de La Central, te agradezco muchísimo que no compres aquí; el resto de nuestros clientes debería seguir tu ejemplo y no alimentar un negocio que destroza a sus trabajadores.

  233. eXPLOtado

    En Mallorca también tenemos a negreros camuflados de héroes de la cultura, amantes de la civilización. De hecho Jotdown le dedicó una entrevista al personaje en cuestión. Librerías bonitas por fuera y podridas por dentro.

  234. Pingback: Librairies La Central : « une attitude de négriers camouflée derrière le meilleur de la littérature mondiale » | Enoga

  235. Pingback: Jot Down Cultural Magazine – Silvia Querini: «Una de las leyes fundamentales del mundo de la edición es la discreción»

  236. Pingback: Librerías con encanto: Una conversación con los libreros de Muga (Vallecas) - Jot Down Cutural Magazine

  237. Mi abuelo siempre decía que no hay que fiarse de la gente de labios finos. Era cubano y mestizo. Esta señora de la Central confirma los sabios prejuicios del yayo.

    Qué rabia que cierre la Marabunta y aguante La Central. Malos tiempos…

  238. Pingback: Per a escèptics amb els comentaris: el cas de l’entrevista a La Central | Fcinc

  239. Sorprendido

    Me parece increible que no haya mas comentarios
    Es que Jot Down ha cerrado el hilo …… presiones desde la Libreria explotaroda?

  240. Pingback: La gestió de la reputació on-line i les seves crisis | El Jurista

  241. Pingback: La gestión de la reputación on-line y sus crisis | El Jurista

  242. Yo soy una pequeña editora que ha sufrido, como tantos otros, los abusos de estos tiburones que van de progres. Exigen un margen comercial superior al resto, hay que pagar un catering a precio de oro si quieres presentar tu libro (25 euros botella de vino) y traer tú a tu público, y luego no pagan y te dan largas durante meses. Mi editorial (Libros de las Malas Compañías) no va a vender libros en esta librería que abusa de sus trabajadores y de sus pequeños proveedores.

    • Trabajador

      Querida Cristina, «tiburones» es la definición perfecta. Quiero darte las gracias por tu sensibilidad y tu valiente gesto mientras hay cientos de editoriales pequeñas dispuestas a todo con tal de que vendan sus libros en la Central ( cosa que respeto y entiendo como editor ).
      Una pena que Ramírez y Ramoneda desprecien a todo el mundo,no solo a sus trabajadores sino también a proveedores, distribuidores, editores y público. Sí señores, se ríen de la gente que compra imanes del Guernica tachándoles de paletos..cuando gracias a ellos pudieron abrir la maravillosa Central de Callao. Maldito día en que la inauguraron, bajo esa apariencia de librería maravillosa se esconden trabajadores maltratados psicológicamente, explotados, obligados a jornadas laborales de 11 horas, obligados a coordinar ciclos de formación y conferencias que dan mucho dinero, pero que a ellos se les pagan en LIBROS….
      Por no hablar de la misoginia y el machismo patente, en los puestos de caja sólo hay mujeres. Las cajeras nunca promocionan, independientemente de su antigüedad o formación; mientras que los hombres pasan directamente a planta como libreros, trabajo bastante más bonito, agradecido y mejor pagado.
      Como ex trabajador me partía el alma ver a mis compañeras de caja sufrir todo tipo de comentarios por parte de «los de arriba» sólo por no poder tener las mismas oportunidades.
      Creo que irme de ese sitio es lo mejor que me ha pasado en la vida.
      Un saludo y ánimo a los trabajadores de dicha librería.

  243. Ex trabajadora

    Como ex trabajadora de la Central, en la que estuve trabajando muchos años( varios de ellos tuve que necesitar ayuda psicológica ) me veo obligada, por cariño a mis compañeros y compañeras a desvelar la realidad sobre esta librería, maravillosa por fuera pero podrida por dentro:

    Los trabajado@s de la librería la Central siguen siendo explotados, coaccionados y maltratados psicológicamente. Trabajan jornadas de 11 horas, tienen un descanso mínimo a pesar de la enorme carga de trabajo. Aguantan un trato vejatorio por parte de la gerencia. No saben a dónde va todo el dineral que facturan -puesto que a pesar de estar obligados a hacerlo- no se les presentan los informes de ventas. El Sr. Antonio Ramírez y la Sra Marta Ramoneda no se dignan a presentarse a las reuniones concertadas con los delegados sindicales.

    En general todos los trabajador@s son gente muy formada y con un alto nivel cultural ( algo imprescindible para trabajar allí )De las dos categorías laborales, las mujeres ocupan el último lugar, cajeras o auxiliares de caja, allí pueden estar años mientras que los hombres suben directamente a planta a ser libreros y a cobrar más. No existe promoción interna; a pesar de la imagen tan progre que venden, estén en manos de un machista misógino que a veces llega incluso a hacer comentarios incómodos a sus trabajadoras.

    Me veo obligada a salir en defensa de mis ex compañeros, muchos de ellos amigos, después de lo último a lo que se están teniendo que enfrentar : trabajar más horas de las que establece el convenio por una nula gestión del departamento de RR.HH, no hablamos de un desajuste de un par de horas como el que puede tener cualquier empresa, no: hablamos de un excedente de 50, 60 y 100 horas de más trabajadas al año que La Central se niega a pagarles o a devolverles alegando una mala situación económica.

    Ojalá todo lo que empezó a salir a la luz en la Jot Down continúe y se sepa la verdad. Mientras, animo a editores, proveedores y sobre todo clientes que no sigan apoyando a este negocio de tiburones y de explotadores. Los trabajadores lo merecen.

    Un saludo y gracias

  244. Pingback: Hay que serlo y parecerlo – cambiando de tercio

  245. Pingback: Sobre La Central, dos años después - La Réplica

  246. Number One

    Recuerdo a esta señora de una de las poquísimas ocasiones en que entré en su librería de la calle Mallorca en Barcelona, de la que soy prácticamente vecino cuando estoy en la ciudad. Me dirigí directamente a ella pues estaba sentada detrás de un mostrador y parecía estar disponible para atender al público; no me gustó nada su actitud displicente hacia mí, indicándome de forma bastante seca que subiera al piso de arriba, donde me buscarían un libro que por cierto, me había sido recomendado aquí mismo, en Jot Down. Pensé mientras subía que su comportamiento podía ser causado por unas hemorroides o por su posible orientación sexual. Ahora, al leer la entrevista, me doy cuenta de que le molestó que un hombre como yo pudiera haberla confundido con una empleada, sintiéndose ella tan » importante como librera». Por suerte, en el piso de arriba me atendió una joven excelente y lo hizo como a mi me gusta, con profesionalidad, tomándose el tiempo necesario para rebuscar y entregarme el único ejemplar que quedaba. Al hacerlo, esbozó una media sonrisa sin asomo de coquetería, digna y al mismo tiempo, simpática. Perfecta. Estuve a punto de ofrecerle un estupendo empleo con un gran sueldo pero contuve esos impulsos que a veces me asaltan.
    Ahora al leer esto, creo que hubiera aceptado sin pensárselo mucho…

    • Number One

      Ah, olvidé añadir en mi comentario que después de leer este reportaje-entrevista, decidí no volver a poner los pies nunca más en ninguna de las librerías de la señora Ramoneda y su socio Ramírez.

  247. Trabajador Central

    Antonio Ramirez y Marta Ramoneda obligan bajo amenaza a sus trabajadores a saltarse la cuarentena e ir a trabajar, poniendo en peligro la salud de todos.

  248. Trabajador

    Explotación, salarios bajos, mobbing, más beneficios a los trabajadores que a las trabajadoras a las que no asciende. Trabajamos bajo presión, gritos e indultos por parte de este hombre que además no ha dado la cara desde el coronavirus ni nos está pagando mientras dura el ERTE.

  249. Algún día alguien explicará cómo forzaron a jubilar a Dolors? Y cómo se escondieron tras su fallecimiento?

  250. Librera retirada

    El tiempo que trabajé allí fue una basura y me llevó a la depresión. Tenía experiencia como librera de mas de 6 años, dejé mi anterior empleo para pasarme a la central, y a pesar que me dijeron que estaria em ensayo, me pusieron todos los dias en cajas, a pesar de la excusa de «siempre hay algo que hacer» y que nunca me llegaron a formar. Pero lo peor sin duda era el jefe. Nunca me habia sentido mas denigrada y tildada de estúpida por un tipo de tal soberbia y mala educación, la típica de un aburguesado que trata al resto como insectos y quiere todo hecho a la de ya, mientras se pasea de arriba a abajo sin hacer nada, siempre con palabras déspotas en la boca. Por su culpa perdí la esperanza en el sector del libro, me quedé en el paro y dejé de leer y comprar en librerías. Si el resto del mundo del libro son como él y la Central, apaga y vámonos

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